Iwaki retornaba a casa atravesando el campo oscuro y trágico, alejándose de la persona que amaba.
No sólo le había confesado sus sentimientos a Katou sino también a sí mismo...
Se culpaba por aceptar el amor justo en el momento en que se revelaba como imposible.
Sawa y Yukihito le tomaban de las manos intentando consolarlo.
- ... no pude vencer a Kinashikaru...
Le parecía tan terrible... perder a Katou así cuando siempre pensó que su dinero y posición conseguirían todo lo que sus deseos ordenaran.
Una vez mas aborrecía ser el príncipe de Taiyou no Cho... un príncipe inútil, vano, abominable... que no valía nada.
Iwaki no podía ocultar su tristeza.
El pintor dulce y el estilista herido continuaron brindándole palabras cálidas para ayudarle a soportar el momento.
Ambos se habían hecho la promesa de cuidar de Iwaki hasta que Katou volviese.
Por las mejillas pálidas seguían bajando las lágrimas.
- ... Katou...
- No le ha perdido para siempre... sus esperanzas no pueden morir... Iwaki-sama...
- Tienen razón... debo confiar en el futuro... sé que él se enfadaría mucho si yo dejara de creer...
Los amigos asintieron apoyándolo con un gesto de franqueza.
- Gracias... gracias por estar a mi lado justo ahora...
- Katou nunca nos perdonaría si algo le llegara a suceder a Iwaki sama... sabemos que donde esté debe tenerlo en sus pensamientos...
Sawa miró hacia adelante e hizo una seña.
- Estamos llegando...
- Dispondré que les lleven al ala de invitados. Desde el día de hoy los tomo bajo mi cargo, no sois sirvientes, sino amigos que hospedaré con toda la gratitud que se merecen.
- Nosotros...
- Si permancen afuera alguna conspiración tramada desde las tinieblas de esta casa os quitaría la vida, dejadme hacer esto... y así también podréis ayudarme con los tiempos agitados que vendrán a Taiyou no Cho... empezando por esta misma nocha... por este mismo instante...
- Iwaki - sama...
- No dejaré pasar más tiempo para hablar con Kazuo Taira... y romper nuestro compromiso definitivamente... no puedo seguir mintiendo con un enlace que no ocurrirá entre nosotros.
- Ánimo...
- Buena suerte...
- Sé cuáles son las consecuencias que tendré que enfrentar pero lo haré con la frente en alto. Es la fuerza de Katou...
Adornaba a Iwaki una calma glacial reposada que hacía lucir su hechicero rostro floreciente de esperanza.
Los jóvenes se despidieron en la entrada del palacio.
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Iwaki caminaba por las diferentes salas repasando las palabras que iba a utilizar para confesar la verdad a su prometido.
Deseaba hacerlo de la forma menos dolorosa posible pues estaba consciente que estaba destruyendo las ilusiones del noble.
Seguramente los detalles de su visita a la casa Kana le serían revelados pronto entre las habladurías que empezaban a correr en el pueblo...
Mejor que se enterase de lo sucedido por él y con la verdad... antes de que crea en el escándalo y los rumores malintencionados.
Le informaron que Taira se encontraba alimentando a las aves en la Sala de los Canticos y se dirigió rápidamente hacia allá.
Sentado al lado de un blanco y tímido canario, Kazuo Taira esperaba pacientemente que tomara los granos de sus dedos.
Pasados unos segundos el ave se acercó picando tímidamente.
El prometido lo acarició con mucha suavidad y luego lo dejó partir.
- Ve lo frágil y débil que está... necesita ser cuidado del mundo cruel que le rodea... mi intención no es atrapar a ese canario entre mis manos sino protegerlo hasta que pueda volar libremente...
Iwaki comprendió que era un mensaje para él.
Taira se ofrecía a estar a su lado hasta la vuelta de Katou.
- No puedo aceptar ese generoso ofrecimiento... no continuaré aprovechándome de su bondad... no soy digno...
- Iwaki-sama... - el prometido parecía deseoso de decirle algo.
Las muchachas con las cintas de colores se aproximaron a ellos.
- Joven príncipe... su madre desea verlo en sus habitaciones...
- Esta conversación no se ha terminado - dijo Taira dándole su venia.
- ... ya está todo dicho... le agradezco profundamente su paciencia... pero...
No pudo completar la frase viendo la expresión ensimismada del noble de la corte.
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"Este es el final... Iwaki... sólo deseo cuidarte hasta que Katou venga por ti..."
"... para que tu familia no caiga en la desgracia... para que proteger el patrimonio de Urushisuki..."
"Si intentas cambiar las cosas ahora... todos sufrirán por tu causa..."
El ave blanca volvió a buscar la mano de Taira para probar otro grano y dejarse arrullar.
"De modo que quieres que cuide de ti... pequeño canario blanco..."
- Eres bastante tierno... no me sorprende que quiera estar contigo...
- Urushisuki...
El joven Administrador vestía una túnica roja de anchas mangas.
Estaba adornado y perfumado.
Taira fue hacia él feliz de poder apreciar su frescura de flor.
- ... estás tan adorable esta noche...
Acarició su barbilla.
- Kazuo...
- Una estrella roja...
El muchacho se dejaba acariciar con felicidad.
- ... vine... vine a hablar contigo... de algo importante... deseo pedirte...
Taira lo abrazó colocando al ave blanca sobre sus dedos.
- Pídeme lo que desees...
- No te cases con Kyosuke... por favor... no te cases con él...
Recibió un beso en el cuello que le hizo desear otro y otro y otro más.
- Y por qué no debo casarme con tu hermano...
Taira esperaba una simple respuesta.
"Por que estoy enamorado de ti..."
Estaba emocionado deseando ya oírlo de los labios de Urushisuki.
- ... si abandonas a Kyosuke ahora le desheredarán... y yo seré nombrado heredero oficial... luego de los escándalos que ha generado es lo mínimo que se merece... por fin desaparecerá... yo seré el único hijo predilecto de este palacio...
Había tanta mezquindad en su forma de hablar.
Rencor hacia el hermano mayor.
Que frunciendo el ceño Taira le apartó.
- ... por eso... ha sido por eso que te acercaste a mí en primer lugar. Sabías que Kyosuke no podría ser rechazado una vez más... que si eso sucedía él perdería sus privilegios, tendría que ser desheredado de lo contrario la casa desaparecería... por eso te metiste entre mis sábanas fingiendo jugar, intentando capturarme para tu vana obsesión de destruir a tu propio hermano... cómo te has burlado del amor... cómo has podido...
- ... Kazuo... no es eso...
- Tu ambición no tiene límites... ni siquiera te ha importado ofrecer tu cuerpo... y yo creí... basta... eso ya no interesa... sólo aléjate de mí, Administrador...
- Kazuo...
- Protegeré a Kyosuke de tus mentiras... y maquinaciones... olvida lo que has vivido conmigo... es como un sueño del pasado...
Salió despreciando la mano que el joven le tendía.
- Kazuo...
"No he mentido... no he mentido... claro que eres especial... no te use para vengarme de él... lo quité del camino para poder ser yo quien estuviese a tu lado en la ceremonia de bodas... tu esposo yo... por que yo te amo..."
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De rodillas ante él lady Iwaki suplicaba a su hijo.
- No te he llamado para reñirte... ya oí suficiente de la subasta en la casa Kana y tu encuentro con el heredero imperial... por favor, entra en razón y cásate mañana de una vez... todo está listo... te lo suplico... hijo mío... sino no tendré otro remedio...
- Madre...
- Urushisuki aun no cumple la mayoría de edad para que tome tu lugar y te reemplace siendo el dueño de la casa... si te desheredo ahora nos quedaremos en el aire... nuestros enemigos nos destruirían
- No puedo hacer eso... lo lamento...
- ¡Seguro que te gustaría ceder tu puesto!... te encantaría ser un paria, un desterrado para ir corriendo a la capital en busca de ese maldito esclavo... de él... cuya sangre desgraciada ha atormentado al Taiyou no Cho por siglos...
- De qué hablas madre...
- ¡Señora! ¡Señora! ¡Señora! - los gritos de varios esclavos llenaron la sala contigua.
- Qué sucede...
- ¡Un mensajero del emperador!
Lady Iwaki seguida de su hijo fue a recibirlo.
- Familia Iwaki del palacio de madera Taiyou no Cho estáis por orden del emperador bajo arresto. Ustedes, sus criados y sus invitados no podrán dejar el palacio hasta nueva orden.
- ¿Cuál es la acusación?
El señor Taira, Urushisuki, Yukihito y Sawa se dirigieron de inmediato a ver al mensajero.
- Conspiración... y asesinato... del heredero imperial Kinashikaru no Miku cuyo carruaje cayó a lo hondo de un barranco en su camino de regreso a la capital...
- ¡Katou! nooooooooo ¡Katou! - Iwaki desesperado agitó la manga del joven.
- ¿Hay sobrevientes...?
- Me temo que todos murieron en el accidente... y usted es el principal sospechoso, fue el último que le vio con vida en la casa Kana...
Iwaki se desmayó.
Taira acudió rápidamente en su ayuda.
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