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Taiyou no Namida por katzel

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Notas del capitulo:

n.n aqui termina este fic, gracias a tod@s quienes lo han hecho posible leyendolo y disfrutandolo, pido disculpas por los errores que haya podido tener y por el tiempo que me ha tomado realizarlo.

Agradezco en especial a Luffisa quien con sus calidos comentarios me ha apoyado y ha seguido episodio a episodio esta aventura.

 

Otro sueño concluido... en verdad gracias por leer

 

Saludos

 

Katzel

Lord Iwaki posaba la mirada severa sobre todos los presentes.

Allí sólo brillaba la verdad.

Katou e Iwaki, a cierta distancia de él, con las manos entrelazadas, aguardaban ansiosos aquellas palabras que les harían ver el mundo bajo una perspectiva nueva y transparente.

El rostro del heredero hermoso de cabellos negros preguntaba "¿qué revelación será esta que aletea aquí, bajo los oscuros pasillos de la casa?"

Los magníficos ojos de Katou le dieron fuerza.

"No importa qué suceda, mientras tus manos estén apresadas entre las mías, nada nos separará, mira cómo estamos unidos por el fuego"

El gran Kinashikaru no Miko, vestido con el traje real estaba al lado de Lord Iwaki con una expresión impenetrable.

Extendió su mano dando la venia para que el amo de la casa diese comienzo a su narración.

- Esta casa, estas tierras y estos súbditos nobles, le pertenecen a Katou Youji...

- ¡Falso!... ¡Mentira! - gritó lady Iwaki siendo sujetada por sus damas.

Iwaki miró a Katou sorprendido él también lo estaba, sin embargo deseaba continuar escuchando.

Lord Iwaki hizo caso omiso a la interrupción.

- ... desde hace tiempo llevaba sobre mi conciencia el peso de arrebatar el bien y las riquezas de un inocente y tenía la esperanza de que todo retorne a su verdadero dueño, ha llegado el día... ahora terminará aquello que empezó hace siglos, cuando los dioses aún habitaban este mundo...

El dios del sol fue el creador de Taiyou no Cho, y el dios de la luna fundó Tsuki no Cho. A pesar que ambos estaban enamorados, una antigua maldición que ensombrecía su divinidad les confinó a estar separados, puesto que si ambos se encontraban uno de ellos tendría que desaparecer.

Aún llevando el peso de aquella desgracia, al fundar sus respectivas dinastías, transmitieron el deseo de unirse a sus descendientes con la esperanza que en el futuro se pudiese concretar el amor sincero y perfecto que ellos se profesaban.

Este amor se cristalizó en los seres humanos de ambas casas, quienes apenas entraban en conocimiento caían rendidos ante los encantos del otro, sin embargo la maldición también viajaba a través de su sangre y precisamente al intentar aproximarse provocaban la muerte del amante y desataban guerras o rebeliones que terminaban ahogadas en sangre.

Novecientos años después del nacimiento de los primeros semidioses, la casa de Taiyou no Cho casi había desaparecido por culpa de nuestra familia, los hijos de la luna, malinterpretando los antiguos escritos de nuestros mayores, habíamos concebido que la frase "Uno morirá si el otro existe", se refería al exterminio de la raza del sol y desde muy pequeños se nos inclucaba el odio.

Por esta causa redujimos a la familia Katou a la esclavitud y la miseria apropiándonos de todo cuanto era suyo.

Nuestra ambición nos hizo tomar posesión de Taiyou no Cho olvidando nuestro propio palacio y olvidando las costumbres de nuestros mayores.

En el tiempo en que mis padres vivían, por motivos de humillación injusta, se mantenía en esta casa a la última princesa, tratada como una sirvienta desde su niñez, y confinándola a las peores barracas bajo la severa prohibición de que alguno de los nobles pudiese verla.

Cuando yo era pequeño por una casualidad del destino conocí a Kaoru y sucedió lo que tanto se había temido en el pasado siendo ambos los retoños de dos diferentes generaciones.

Nos enamoramos.

Aquel sentimiento fue inocente y puro. Nada había que lo corrompiese y en nuestro pequeño cuento de hadas no habíamos pensado que nuestras posiciones sociales y nombres se interponían entre nosotros.

Los criados que me vigilaban puntillosamente llegaron a descubrir mi secreto y dieron aviso a los mayores. Ella fue vendida como esclava y debido a su singular belleza, llegó a casa del emperador, del padre de nuestro noble Kinashikaru no Miko.

Se me dijo que ella estaba muerta...

Anonadado por esta pérdida, mi corazón fue destruído por el dolor más terrible que pudiesen imaginar... crecí como un joven serio, consciente de sus deberes, completamente vacío...

Hasta el día que mi padre me reveló la existencia de Tsuki no Cho y me encontré con una criatura celestial, una danzante que abrió de par en par mi alma.

Esa mujer de la que hablo es quien está presente, mi esposa Sasame... -



Al escucharle nombrarla delante de todos, la dama le lanzó una mirada de absoluto rencor.

- Te atreves a mentir aumentando mi vergüenza, esposo, deseas burlarte aquí, delante de toda la corte...

- Lady Iwaki - dijo amablemente Kinashikaru no Miko - os ruego que le dejéis continuar.

Ella se contuvo mordiéndose los labios.

- Lady Iwaki era la prometida del padre de Kinashikaru y viajaba en secreto para no ser presa de sus enemigos. Al enamorarnos tuvimos que pasar muchas penurias para poder mantener nuestra relación.

Su clan fue castigado por su negativa ante el Emperador y todos murieron por causa de nuestro amor.

Ahí empezó mi odio contra el yugo del antiguo tirano.

Recibí a mi prometida dispuesto a llenar el vacío inconsolable de la matanza que había sembrado el Emperador en su corazón.

Pero ocurrió algo que nos quitó la paz para siempre.

Kaoru no estaba muerta.

Siendo una de las concubinas del palacio había podido escapar a su rigurosa guardia y sin otro lugar a dónde ir eligió Taiyou no Cho para refugiarse...



Lady Iwaki ya no pudo ser contenida por sus bellas.

- ¡Qué estás tratando de decir! ¡Intentas justificar tu traición pecaminosa argumentando que la fuerza del destino los unió! ¡Que era el deseo de los dioses lo que te echó en los brazos de esa mujerzuela!... yo perdí mi vida entera por ti...

- ¡No fue así!... ¡Sacaste conclusiones apresuradas cegada por los celos! ¡Nunca tuve una relación con ella cuando regresó después de tantos años! ¡Te alejaste pensando que mi encuentro con ella significaba que te abandonaría! ¡No es así, Sasame! ¡Yo la rechacé! ¡En novecientos años fui el priemro que no cedió su corazón a un descendiente del bando contrario!... por que te amaba a ti... por que te había elegido a ti...

- Falso, hipócrita... ustedes fueron amantes... y él, es el hijo de ambos...

- Katou Youji no es hijo de lord Iwaki - interrumpió con autoridad Kinashikaru no Miko - ... sino de mi padre, el Emperador.


La corte entera reaccionó con gran asombro.


- La joven concubina Kaoru escapó estando embarazada. Llegó al único lugar donde se sentía protegida. Quizás fue por el recuerdo del amor cristalino de su infancia, pero el hecho es, Lady Iwaki, que su marido sólo le ofreció la ayuda que un hombre honorable puede brindar a una mujer desprotegida.

- ... no... no... no lo creo, entonces Katou es...

- Mi medio hermano... Katou Youji, hijo del Emperador, Primer Heredero al trono y Príncipe de Taiyou no Cho.

Sawa y Yukihito, abrazados asentían felices al oír el reconocimiento a su querido amigo.

Urushisuki, apoyado en el señor Taira se mostraba impresionado.

Iwaki continuó presionando suavemente las manos del rubio.

Éste se adelantó un poco pues deseaba saber algo en especial.

- Mi madre... ella... ¿estuvo triste por mi concepción?... quizás al ser producto de una imposición y no del amor ella...

- No es así - se apresuró a decir Lord Iwaki - ... tu madre te amaba... tenía gran ilusión de que vinieses al mundo. Fue eso lo que le permitió continuar a pesar de saber que sus ilusiones no iban a realizarse. Ella siguió adelante por ti, siempre estaba hablando de las esperanzas puestas en su bebé... y lo importante que eras para ella... el día en que naciste y te pusimos en sus brazos ella sonrió como el sol y cantó una hermosa canción para ti...

Iwaki abrazó a Katou que ocultaba su rostro con dos lágrimas cayendo por los tiernos recuerdos que sin ser claros estaban escritos en su alma.

Lord Iwaki prosiguió.

- ...el Emperador envió sus tropas a buscarla... dijo que arrasaría el palacio y asesinaría a la familia si ella no regresaba. Él ignoraba que Katou ya había nacido, que su heredero estaba en este palacio y exigió su regreso... en esas circunstancias, con Kaoru en un estado delicado en extremo y la presión de la corte, ella se quitó la vida...

Su voz temblaba al final y en la sala los nobles se mostraban conmovidos.

Kuchiko y Michiko, la cocinera y el ama señalaron a la señora Iwaki.

- Ella fue quien la mató... aquí ante ustedes, tenemos que revelar que ella atormentó a la pobre señora Kaoru con sus palabras incitándola a la muerte.

- ¡Callaos!, par de brujas arpías...

Las pupilas de la dama se contrajeron y apretó los puños con furor.

- Os advierto que tendrán un final peor que ella...

- ¡Silencio! - ordenó lord Iwaki.

- Ella fue a ver a la señora Kaoru que estaba enferma. A pesar de su fragilidad la señora Kaoru cuidaba personalmente de su amado bebé, no se le había revelado aún el cerco en el que estaba Taiyou no Cho por que la impresión era muy grande. Se esperaba a que se recuperase para enviarla al refugio de Tsuki no Cho, sin embargo lady Sasame estaba tan celosa que le pintó con terribles colores la realidad e insistió que sólo con su muerte podría salvarlos a todos, se comprometió de palabra a cuidar a su hijo cuando ella no estuviese... le hizo pensar que para salvar a Katou debía morir ella, que eso significaban las antiguas profecías de su casta...

- ¡No digan más!

La noble cayó al piso tapándose los oídos.

- Ahogada por la desesperación, la madre de Katou se atravesó el corazón con una daga que nuestra ama misma puso al lado de su lecho y su sangre cayó sobre el pobre niño a quien se abrazó en sus últimos momentos.

Iwaki abrazaba fuertemente a Katou pidiéndole perdón por ese hecho.

- ... te hemos quitado todo... tu honor, tu familia, la vida entera...

Lady Iwaki también lloraba.

- Ella... era una mujer inocente... ese hijo no era...

Lord Iwaki enfadado sacó su espada de la funda en un movimiento rápido.

Fue detenido por las manos desnudas de alguien.

De Katou.

- No lo haga...

Los murmullos de los presentes se levantaron.

Sasame Iwaki, miraba al alto muchacho rubio que acababa de salvarla. ¿Por qué la estaba protegiendo ahora?... ¿No había sido el su esclavo? ¿No había sembrado un venenoso camino de dolor para él en memoria de la que creía fue la amante de su esposo?... ¿No había asesinado a su madre?... ¿Era posible aquello?

- Odiar es muy sencillo, señor Iwaki - dijo Katou más calmado e intentando conservar la serenidad - ... yo podría ahora mismo llenarme de odio y condenar a la señora,... dejar mis buenos sentimientos y castigar a otros por las culpas del pasado... ahora mismo estoy luchando para que esta oscuridad no me arrastre ni destruya... como lo hizo con quienes existieron antes de mí en esta casa...

- Katou...

- Lo que hizo la señora fue horrible y abominable sin duda... se aprovechó de la desesperación de una criatura en desgracia y luego de ello se esforzó en mi infelicidad... sin embargo, yo, aquí, ante esta corte juro que jamás intentaré cobrar venganza por sus crímenes.

Sasame no salía de su estupor.

- Por qué...

- Por que el amor puede vencer a la muerte... por que con todo lo que usted hizo sigue siendo la madre del hombre que amo y es usted importante para él. Por que pecó mucho y se equivocó y torció las emociones que debían seguir siendo límpidas manchándolas por debilidad con el oprobio, el engaño y el asesinato. Pero sabe una cosa, al fondo de todas esas emociones había un amor y por eso soy yo quien le pide disculpas, por todo el dolor que mi madre causó al venir aquí, por todas las lágrimas que la convirtieron a usted en una mujer dura y fría, destruyendo a la antigua mujer, a la enamorada mujer que esperaba con ilusión el día de su matrimonio... a usted que lo dio todo por amor... y luego se llenó de amargura... por eso le pido perdón... y le ofrezco - dijo estirando la mano - ... la oportunidad de nacer de nuevo y liberarse de aquellas cadenas para siempre.

Lady Iwaki apretó su mano levantándose.

Katou la llevó ante el señor.

Éste la recibió en sus brazos con los ojos maravillados, como la primera vez que se vieron en Tsuki no Cho, durante su juventud.


Urushisuki lloraba emocionado y Taira limpiaba su rostro con un pañuelo.

Iwaki se arrodilló a los pies de Katou.

- No sabía cómo mi familia te había hecho perder...

El rubio enternecido lo levantó besándolo.

- Silencio, vida mía ¿Me han quitado todo?... si me han dado todo... lord Iwaki ha sido mi padre... y a pesar de su mutismo y lejanía lady Iwaki ha sido mi madre... Urushisuki mi hermano menor y tú, el amor que ilumina mi existencia..., todo lo que me fue arrebatado, me fue devuelto aquí, en esta casa... aquí he sido feliz...

- ¡Oh Katou!

Kinashikaru esta vez fue a estrechar las manos de ambos.

- La familia real pide perdón por los errores del pasado...

- Noble hermano menor... no tienes por qué... todo está ya olvidado... - dijo Katou.

- Esos ataques para separarlos y el hecho de que siempre se interfiriese con el matrimonio de Iwaki Kyosuke era un complot del palacio. Según rezaba la leyenda el día en que la casa del sol y de la luna conocieran la felicidad el poder real terminaría para dar paso a una nueva era... me gustaría reivindicar las posesiones que...

- No deseo nada... -

- Pero...

- Todo lo que quiero lo tengo justo aquí... a mi lado... Iwaki Kyosuke, casémonos ahora...

Katou le besó la mano doblando una rodilla.

- ¡Ahora mismo pero...!

- No lo pienses, solo déjate llevar... está escrito...entrégate a tu destino...

Iwaki majestuoso, sonrojado y similar a un ángel enamorado bajó la cabeza susurrando.

- Si...

La sala estalló en sonoros aplausos ante su respuesta.

Se dirigieron al gran sacerdote que aún estaba allí.

- Yo siempre consigo todo lo que quiero, Iwaki Kyosuke...

- Esclavo maleducado... venir a recordarlo ahora...

- Ohh mi amo es demasiado severo... sobretodo cuando sus ojos sólo me hablan a mí...


La ceremonia fue muy emotiva pues empezaba realmente una nueva era y una nueva vida para todos.

Al terminar, fueron felicitados por sus amigos.

Yukihito y Sawa les abrazaron, felices de ver cristalizarse sus esfuerzos en la hermosa unión.

- ¡Felicidades a ambos!

- ¡Y que por toda la vida tengan prosperidad y amor!

La pareja recibió sus elogios y les deseó asímismo la felicidad para el día de su enlace.

Urushisuki y el señor Taira también se adelantaron a compartir el momento de alegría de los cónyuges.

- Pudo ser el día de mi boda, pero era el tuyo, hermano mayor... y me siento bien de que por fin puedas estar al lado del verdadero amor...

- Gracias, hermano...

Se abrazaron con fraternal afecto.

Taira se inclinó y posó su mano en el hombro de Katou.

- Mis mas sinceros deseos por su bienestar...

- Gracias, noble Taira, he ganado un familiar y un amigo en usted, cuide bien de Urushisuki... y que gobiernen Taiyou no Cho en armonía y paz...


Luego de recibir los cumplidos de los padres Katou dio un fuerte silbido y apareció su caballo negro como el carbón.

Levantó en brazos a Iwaki y subió con el novio bajo una lluvia de flores.

- ¡A dónde vais! - preguntaron los padres.

- A donde no existen los títulos ni la vanidad ni el poder. Donde sólo estaremos juntos en una vida sencilla tal y como soñamos... ya os avisaremos a su debido tiempo, pero hasta entonces, por favor, no contéis con nosotros como nobles...

Espoleó su corcel y bajo la límpida pureza de los bellos ojos de Iwaki se alejó del palacio.

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Notas finales: Epílogo

Katou terminaba su jornada domando a un brioso potrillo.

Un poco más y estaría listo para ser un noble ejemplar.

Lo llevó de la rienda y sintió su resistencia.

"Debo ganarme su confianza... poco a poco... y con paciencia... todo es posible..."

Se refrescó con el agua del pozo y salió por el camino de piedra hacia la escuela.

Todos los campesinos que se encontraban a su paso le saludaban elevando sus sombreros de paja y él respondía amablemente con una sonrisa.

La señora del puesto de comida le hizo una seña para que se apresurase.

- Los niños ya están saliendo de la escuela...

- Hum.

En medio de la vegetación de la montaña divisó la escuela con techo de madera y escuchó las voces de los niños.

Bajo el árbol de cerezo, Iwaki, vestido con un traje sencillo de dos piezas celeste y blanco, despedía a sus pequeños alumnos.

La visión de dulzura y compleja hermosura expresada en amorosos gestos hizo arder el corazón de Katou haciéndole soltar un suspiro.

Iwaki conservaba los gentiles movimientos y el delicado tono de voz con el que fuera instruido, pero todo eso se hallaba teñido de una atmósfera de profundidad y felicidad más allá de este mundo.

Katou no dio un paso más para no romper la perfección del momento.

Iwaki levantó la vista y sonrió al darse cuenta de su presencia.

- Katou...

Los niños sonreían por el brillo en los ojos del dulce sensei y su suavidad al ir alborozado a recibirlo.

- Iwaki...

Así se vivía un sueño convertido en realidad.

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