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Taiyou no Namida por katzel

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Una sola palabra de la madre de Iwaki podía sacarlo de su vida asombrosamente.  Así de sencillo, así de simple, Katou quedaba eximido de todas las tareas que lo ligaban a él.

Otros le vestìan y llevaban alimento, y el resto preparaba la casa con prisa  estaba envuelto en un torbellino de gente moviéndose...

Katou estaba detenido en el tiempo.

Sin nada que hacer, mirando cómo se levantaba el velo de Taiyou no Cho para ofrecer a Iwaki a otro hombre.

Tenía que esperar a que alguien le dijese "Eh tú, anda donde tu amo que se va a casar, ve donde tu nuevo señor y muere sirviéndole..."

Su confianza en un futuro donde él e Iwaki seguían juntos y cercanos empezaba a desvanecerse dejando un amargo sabor a separación.

Tan seguro había estado de que eso era imposible que le molestó de sobremanera la forma como ahora no participaba para nada del momento más importante de la vida de su amo.

En el mismo lugar donde antes Iwaki había estado, en el puente de los pececillos dorados, Katou ahora les alimentaba en la misma posición pensativa ahorrándose unos cuantos susurros al viento.

Llevaba esa mañana un gastado traje naranja que le caía más atrás dejando ver los hombros fuertes de piel bronceada.

El cintillo de la cintura aprisionaba lo suficiente para dejar entrever su figura esbelta y las rudas caderas que parecían no reposar nunca.

La túnica sólo le caía hasta por encima de las rodillas y mostrando las piernas hasta los pies calzados con sencillas sandalias de madera.

"De modo que Iwaki puede estar en una nube de atenciones lejos de mí... pero qué molestia..."

Katou deseaba definir de una vez cuáles eran sus sentimientos por Iwaki.

"No me viene bien dudar tanto... me gustan las cosas reales y sinceras... qué estoy buscando en Iwaki... qué es lo que deseo de él..."

Uno de los peces saltó sobre el agua a gran distancia siendo atravesado por los rayos del sol.

"Qué bello es... quizás sólo deseo la belleza de Iwaki..."

"Mph... si fuera eso podría haber tenido su cuerpo desde hace mucho tiempo..."

"Entonces... ¿Qué es lo que estoy intentado proteger?"



- Pero qué interesante... mirar los peces dorados... cuando el amo está que busca a su esclavo por todo el palacio...

Iwaki decía esto en voz muy baja e intentaba parecer dominante.

Aunque usaba la misma ironía de Katou no por ello dejaba de ser dulce.

Katou sonrió y dejó la pose pensativa.

- A veces los criados tenemos derecho a pensar, sobretodo cuando no tenemos nada que hacer...

Iwaki le mostró las mangas de su traje.

- Hoy me han vestido otros y no ha sido lo mismo.

Era firme.

A Katou el corazón se le aceleró de cero a mil en un segundo.

- Hay algo que no ha quedado bien... me temo que desconocen el modelo del traje...

Recién Iwaki se daba cuenta que lo que había dicho era que si Katou no se ocupaba de él algo doloroso cambiaba y la vida no era igual.

Katou se sonrojó.

Los ojos de Iwaki se hicieron grandes.

- Por qué te sonrojas... no he dicho nada que a un esclavo le lleve a esa posición... sólo que hay gente màs torpe que tú... si eso te hace avergonzar... adelante...

Katou avanzó apretando la mano de Iwaki y llevándolo a la habitación del Taiyou no Cho.

Iwaki no dijo nada.

La presión cálida y sensual de la mano de Katou le quitaba todo pensamiento y le hacía respirar con dificultad.

Llegaron a la habitación del heredero.

"Si quisiera su cuerpo hace tiempo que hubiese sido mío... lo que yo quiero de Iwaki es..."

Katou soltó la mano y cuidadosamente abrió la mantilla de bordados que cubría los hombros de Iwaki.

Su voz temblaba.

- Lo que sucede... es que los criados no conocen el cuerpo de Iwaki - sama... se trata del fajín de la cintura... si se le da una doblez no favorecerá a la silueta del señor... por otro lado, la curva de su espalda debe ser ceñida... es una de sus partes más bellas y debe ser mostrada al prometido... además...

Las manos de nieve de Iwaki se posaron sobre las mejillas de Katou.

- Además - intentó decir el rubio.

Iwaki lo miraba sin dejar de sujetar su rostro.



- ¡Está llegando el señor Taira! ¡Está llegando el señor Taira! - dijeron las voces de afuera aunciando su llegada.

Sawa entró de pronto.

- Iwaki sama... oh...

Iwaki retiró las manos.

Katou volteó el rostro.

- ... Iwaki sama... su madre solicita su presencia... el señor Taira ha llegado... y su padre el amo de Taiyou no Cho ha llegado con él...

- Um...

Se levantó bellamente ataviado y salió como una aparición.



- ¡Así que esto era lo que andabas ocultando, Katou kun...! ... con razón rechazabas a todos tan tajantemente y nosotros creyendo que no tenías corazón cuando andabas suspirando nada menos que por el joven de la casa....

- No es...

- ... que romántico... ahhhh un amor imposible de infancia y juventud... separados por las distancias sociales pero amàndose en secreto...

- Un minuto yo no...

- Era màs que obvio, tú estás enamorado de Iwaki y èl de ti...

Katou se quedó frío.

Hasta que Sawa no lo dijera el podía negarse a sì mismo esa posibilidad o intentar darle otro nombre como "fidelidad".

- Seguro que la noche de despedida de ustedes dos ha sido muy ardiente... ohhhh que envidia me da Iwaki samaa...

- ¡Basta...! ¡No hables asì de Iwaki...! él es puro... y no ha sido tocado por ningún hombre...

Sawa tenía los ojos brillantes.

- ¡Entonces es mejor de lo que pensaba! ¡Es amor real!... un semental como Katou... durmiendo al lado de un joven como Iwaki y no tocarle... mientras le sirve con adoración kyaaaaaaa

"En verdad estoy tan enamorado de Iwaki"

- Para mostrarte que soy un buen amigo te llevaré tras el cuarto de la entrevista, es un viejo desván con una entrada secreta, allí podremos espiar a Iwaki y el señor Taira.

- Y yo para qué...

- Shhhhhh nada de peros... - Sawa cogió el brazo de Katou y lo arrastraba - ... se trata de su futuro y el tuyo ¿no estás interesado?

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Katou se cuidaba hasta de respirar.

La silueta de Iwaki se notaba a través de las ventanas de papel blanco.

Aún estaba cubierto con un velo azul.

"Parece una novia" - pensó el rubio.

El señor Taira era mucho más atractivo que el retrato.

Katou sintió ante él una ligera inferioridad.

- Sucede algo - murmuró Sawa.

- No...


La madre de Iwaki lo descubrió ante el señor Taira.

Mostró a la flor más hermosa del palacio con un traje azul y dorado.

La piel blanca, los ojos negros, los cabellos lacios...

El novio estaba màs que complacido, arrobado e impresionado por su divina beldad.

Se inclinó respetuosamente ante él.

- Me gustaría pedir su mano de aquí a tres días...

"¡Tres días!"

- Disculpen la premura de mi pedido, pero ¡es tan perfecto! en los puntos cardinales del imperio no he visto algo comparable con Iwaki sama... su belleza ha capturado mi corazón... no deseo separarme màs tiempo de èl... deseo que mi noble prometido sea mi esposo en el tiempo mínimo posible.

La madre y el padre de Iwaki se sentían sumamente honrados y felices.

La pasión del señor Taira borraría la leyenda negra del abandono de Iwaki.

Un admirador rendido, hermano menor del Emperador era màs de lo que sus expectativas deseaban para su hijo.

Iwaki miraba al piso como si fuese una marioneta de sus padres.


Katou salió sin mirar atrás.

Sawa iba en pos de él.

"Tres días..."

- Ve a ver a Iwaki - dijo Sawa

- Para qué...

- Cómo que para qué, para decirle que no se casa y que huya contigo a un pequeño lugar en un pueblo escondido donde...

- ¡Esto no es una maldita novela de romance...! se trata de nuestras vidas, de la mía y de la de Iwaki...

- Katou...

- Y yo no seré el causante de su desgracia... es más... debo estar feliz... por... por...

Una lágrima resbaló de sus ojos.

- Debo estar feliz...

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