-Ahh, Sa..sori.-Gimió el rubio. Su cuerpo se arqueaba sobre la mesa de estudio mientras que el pelirrojo recorría su cuerpo con su húmedo dedo y jugaba con él. Tomó cariñosamente su rostro y le dio un pequeño beso.
-Prepárate, que ya entro- Le dijo sobre los labios.
El rubio lo miró con ojos tiernos dándole la señal de que confiaba en él. Así que este lo tomó de la cadera y se introdujo haciendo que Deidara soltara un gemido apasionado.
-Mas…ra…pido- Dijo el rubio con poco aliento. Los dos trataron de moverse al ritmo.
Los dos se encontraban sobre la mesa de trabajos del salón de Química. El cuarto estaba cerrado y oscuro. El rubio se encontraba recostado sobre la mesa mientras que el pelirrojo se encontraba de pié haciendo todo el trabajo.
El rubio trataba de agarrarse de algo, pero no conseguía nada y que Sasori también lo estuviera masturbando con la mano no ayudaba de mucho. Aquellos masajes y movimientos de arriba abajo le daban espasmos sobre la columna y provocaban que se arqueara y moviera sus brazos y piernas con brusquedad. Al movimiento más brusco que Sasori provocara, el rubio movió con velocidad el brazo provocando que tirara un envase y cayera al suelo rompiéndose en mil pedazos.
-Alguien nos va a cachar..ahh…nos van a cachar Sasori- Le dijo Deidara con los ojos entrecerrados. Al instante un toque le dio sobre la espalda y Deidara se vino. Todo su fluido mojaban su torso y el pelirrojo trató de limpiarlo para que no manchara su ropa.
-No lo creo, Kisame siempre viene aquí con Itachi, aparte estamos en descanso y este es el edificio más apartado y nadie puede entrar a menos que tenga la llave y el único que lo tiene es Kisame y ahora lo tengo yo.- Le dijo el pelirrojo mirando a Deidara con los ojos más sinceros y tranquilizantes. – Confía en mí, jamás querría que te metieras en problemas-
Los dos se besaron apasionadamente y al separarse dejaron una sensual línea de baba entre sus labios. El pelirrojo tomó de nuevo a su compañero de la cadera y extrajo su miembro.
Sasori tomó unas toallas húmedas y limpió el cuerpo de su amado y la mesa tratando de que todo quedara como si ellos no hubieran estado ahí.
Los dos se arreglaron la ropa y se salieron mientras que Sasori se daba media vuelta para cerrar la puerta.
-Me duele todo el trasero, creo me dará hemorroides >.<-Dijo el rubio mientras sobaba su parte trasera.
-DIOS MIO, ERES UN QUEJÓN. No es necesario que me digas cuáles son tus pedos –El pelirrojo se acerco al rubio topándose contra la pared y cerrándole el paso con un brazo mientras que con la otra mano recorría el zipper de su pequeña víctima.
-Danna, aquí no- Dijo en un tono suplicante mientras que su rostro se tornaba rojo- Aparte no llevamos ni 10m de haberlo hecho.
-Lo sé, pero juro que en tu frente tienes un maldito que dice “VIOLAME SASORI, UUHH~ >3<”.
-Pero Danna, eso no es violación-
-Ah ,no?-
-No, porque violación seria si yo no quisiera hacer esto-
El pelirrojo le sonrió a Deidara por su respuesta y tomó su mentón y le dio un pequeño beso.
Lo tomó de la mano y salieron caminando del edificio. El ambiente era relajante y el viento los acariciaba.
Llegaron al salón del rubio y se separaron con un pequeño beso discreto. El pelirrojo se alejó.
-Oh, con que es con el por quien me cambiaste- Dijo una voz detrás del rubio.
-AH!....Me asustaste Madara-Dijo el rubio con la mano en el pecho.
-Es…apuesto.-Dijo el pelinegro con las cejas arqueadas.
-Cállate- El rubio empujó al compañero y se metieron al salón.
-Dime, por lo menos es bueno en la cama? Jamás pude hacer eso contigo- Dijo el chico scene despreocupado.
-Disculpa?-dijo el rubio con cara de “WTF?”
-Si…Huy, si supieras. Llegue a masturbarme pensando en ti. Es más, una vez estuve acostándome con un wey e imaginaba que eras tú.- Dijo con una sonrisa picarona.
-OYE, EN SERIO NO QUIERO SABER CUALES SON TUS PEDOS SEXUALES. Ahora no es algo que quisiera saber vale. Aparte quiero descansar, me duele todo el trasero.- Dijo el rubio con un pequeño y leve rosa en sus mejillas ya que lo último ya se lo decía más bien para sí mismo.
- .O. –Madara lo miró con ojos del tamaño de un plato.
-¿Ahora qué?-
-YA NO ERES VIRGEN- Gritó el chico scene mientras que todo el salón se volteó a mirar que pedo.
El rubio azotó la cabeza contra la mesa y apretaba los dientes del coraje. Le tiro una goma al Sceneboy para que se alejara y le pinto dedo.
-No, ya no soy virgen- Dijo en voz baja sonriéndose a si mismo pues le vino a la cabeza la vez que “hizo el amor” con Sasori. Sabía que no hubiera elegido a otra persona que no fuera Sasori para quitarle la virginidad.
-o-o-o-o-o-o-o-o-
Todo el mundo estaba feliz, las vacaciones de verano ya habían llegado (como una escuela japonesa en donde las clases empiezan en Enero 8D y terminan en diciembre, creo). Había pasado muchas cosas en 6 meses, pero de nada se arrepentía.
EL timbre tocó y solo se escuchó los gritos de todos los estudiantes por el término de clases.
El rubio tomó su mochila y camino hacia la salida a paso rápido. Sintió un aura muy extraña cerca de él y miro hacia atrás.
Mierda, tenía un stalker siguiéndolo. El chico Scene caminaba lentamente hacia él mientras que se deshacía de una que otra chava que se le acercara.
-Hey rubio, saliste corriendo muy rápido. ¿A dónde vas?- Dijo el pelinegro tomándolo del mentón.
-Yo…tengo que ir a trabajar- Dijo el rubio mientras que aceleraba el paso alejándose el Sceneboy pero este le seguía.-DEJA DE SEGUIRME, QUIERES?-
-No-
-PTM- Gritaba el rubio. Que iba a hacer ahora, sabía que lo seguiría a todas partes y que necesitaba a trabajar. Pero no lo podía a llevar al trabajo. No ese dia. MENOS ESOS DIAS, SE ESTABAN VISTIENDO AHORA DE ENFERMERAS D8*drools*. De tanto pensamiento (por alguna razón) captó que estaba en el camión dirigiéndose al trabajo. ¿Cómo llego ahí xD?.
Al bajarse, Deidara se volteó hacia Madara y le miró a los ojos.
-QUIERES DEJAR DE SEGUIRME?- Le gritó el rubio. Pero sin importar el grito, y la gente alrededor sintió un brazo alrededor de su cintura y sintió el beso del Stalker. Estuvo un par de segundos perdido en sus pensamientos hasta que reaccionó.
-Déjame en paz- Caminó hacia el local pero seguía con Madara atrás como perro faldero. El rubio se resignó y dejo que este entrara, pero sin ponerle mucha atención caminó hacia el cambiador dejando que el sceneboy se divirtiera solo.
Pasaron 15m hasta que Dei se resignó en salir. Empezó a buscar a Madara con la mirada hasta que por fin lo encontró en una mesa rodeado de todas las meseras (unas 3 o 4).
-Disculpa- Se acercó un cliente hacia Deidara.- Me podría atender por favor? Llevo 15m y como todas las meseras están en aquella mesa, ya no atienden a los demás.-
-Oh, enseguida señor- Dijo el rubio tomando su nota y pidiendo los pedidos de todos. Caminaba de aquí para allá dándole las entregas al chef y atendiendo lo más rápido posible a todos los clientes.
-Deidara!!!- Gritó el sceneboy desde su mesa- Ven tantito!! Quiero verte más de cerca *o*.-
-Déjame en paz Madara, por tu culpa ahora debo atender a todos yo solo-Dijo gruñendo el rubio.
El pelinegro se levantó dejando a todas las meseras mientras todas se quejaban de que no se fuera. Se acercó hacia el rubio y lo tomó de la muñeca.
-Wey, en serio déjame, te agarraste a todas las meseras y ahora los demás clientes se están quejando. O te vas a sentar o te largas y me dejas trabajar- Dijo el rubio enojado.
Madara lo soltó y volvió a poner de esas sonrisas maliciosas suyas.
-Tráeme un cappuccino- Dijo el pelinegro mientras se sentaba de nuevo en su mesa.
-QUE TE ATIENDAN LAS MESERAS A TU ALREDEDOR, AH!- Gritó el rubio mientras le daba la espalda.
Con todo el trabajo encima y una que dos meseras que se resignaron para trabajar, los clientes dejaron de quejarse y todo volvía a la normalidad.
-OH, Madara-san eres tan increíble- Decían las otras dos.
Ya era de noche y los clientes se iban poco a poco. De repente la puerta se abrió de golpe y apareció un señor de traje todo pedo (borracho).
-QUIERRRRO UNA CERVEZA-Gritó el señor. Todos los demás se quedaron quietos del miedo. Deidara se acercó a él eh hizo una reverencia.
-lo siento señor, pero esto es un café. No vendemos cerv…kyaaa –Fue interrumpido sus disculpas mientras que era tomado de la muñeca y el tipo lo acercaba hacia si mismo.
-OHHH VEO QUE ENTRE A UN MALDITO TEIBOL. DAME SERVICIO, PERRA- Dijo el tipo mientras que su mano recorría su espalda hacia abajo. Al instante, se escuchó un golpe sordo. Deidara abrió los ojos y vio que Madara había golpeado al tipo.
-NO LO TOQUES, MALDITO ENFERMO- Gritó el pelinegro. Se acercó hacia el tipo y lo levantó tomándolo de su camisa y lo empujó hacia fuera del lugar. Desde afuera, le dio otro trancazo en la cara haciendo que este escupiera sangre y el tipo se levantó y salió corriendo.
-Estas bien, Deidara-Se le acercó una compañera de él.
-No es posible que gente así entre a este lugar. IRE A HABLAR CON EL GERENTE- Gritó Madara. Se acercó hacia la oficina y cerró la puerta detrás suyo.
-Oh, no. Conociéndolo creara un gran problema-Se dijo a sí mismo el rubio.
Pasaron 20mn mientras que el rubio había aprovechado para ir a cambiarse (una camisa y unos pantalones). Quedaba solo una que otra pareja y las meseras ya estaban terminando.
-BIEN, ESTE LUGAR TENDRA UN NUEVO GUARDAESPALDAS- Se escuchó desde las oficinas. Al instante, la puerta se abrió y salió el pelinegro en un traje negro con unos lentes. Todas las meseras gritaban de emoción mientras que el sceneboy se quitaba los lentes “sexymente”.
-Kyaaa, Madara-sama- Gritaban todas las meseras.
-PTM…(puta madre)-Se quejó el rubio.
-Que tal Deidara, ahora podre protegerte de todos - Se acercó el pelinegro.- Y debo quedarme hasta que no haya ningún mesero.
Aprovechando ese comentario, Deidara se despidió de él diciendo que tenía que irse y dejo a Madara quejándose de lo mismo. El rubio tomó su mochila y salió del lugar.
Iba caminando sobre las calles, mientras que la luz indicaba el camino. La noche era templada y no había viento.
-DEIDARA- se escuchó a sus espaldas.
-No por favor- se dijo a sí mismo. Volteó para ver quién era y se alivió al ver que era Hidan.
-Hey Deidara, que bueno que te encuentro. Vamos a algún pinche Bar a empedarnos la madre por a ver terminado las clases de mierda- Dijo el albino mientras tomaba a Deidara y lo jalaba hacia las calles. El rubio no se negó, al contrario, sabía que eso lo haría sentirse bien así que siguió a su amigo.
3 hrs después.
El rubio estaba hasta su madre. Había dejado a Hidan y a Kakuzu y ahora se dirigía hacia su dormitorio. Todo le daba vueltas y no podía mirar bien. Su rostro estaba totalmente rojo y no podía caminar, ni podía con su alma.
Por algún milagro, llego a los dormitorios y subió las escaleras de las cuales se tropezó como 20 veces. Llego a la puerta de su cuarto y se le quedó mirando un rato. Su vista se posó en el número del cuarto. “69”. Tomó las llaves y trató de meterlos por la rendija pero se le cayeron así que se agacho y volvió a tomarlas. Su cuerpo se balanceó y se azotó contra la puerta hasta que por fin pudo abrir.
El rubio abrió y vio que el pelirrojo estaba sentado en el suelo cociendo unos pantalones.
-Deidara, donde estabas? Son las 3 de la mañana, estaba preocupado por ti- Dijo el pelirrojo.
-brrrrrrrrrr…..yo este me jui con Hidam…Si….y yoooooo tomeeeeeee y tomeeeee y el cielo es VERDE D8- Balbuceaba el rubio que apenas podía hablar.
-ESTAS PEDO- Se quejó el pelirrojo.
-No lo estuy- Dijo mientras pasaba atrás de él y metía su ropa al closet. El pelirrojo trató de ignorarlo y siguió cociendo el pantalón.
Deidara se dio la vuelta y al primer paso se cayó pero el pelirrojo seguía ignorándolo.
El rubio empezó a gatear hacia el pelirrojo (que estaba de espaldas) y lo tomó de los hombros y lo empujó hacia abajo haciendo que se acostara.
-Deidara, que haces?- Preguntó el pelirrojo pero Deidara no respondió.
Siguió gateando por encima de este hasta llegar al principio de su pantalón. Con la poca cordura que tenía, tomó el botón desabrochándoselo y paso siguiente empezó a bajarle el zipper.
-Deidara, que demonios haces?-Dijo un poco acelerado el pelirrojo. Su rostro se estaba tornando rojo y apenas y podía moverse. El rubio empezó a bajarle los jeans y metió su mano bajo los bóxers de este sacando la hombría de Sasori.
-Te voy…dar un blow job, así que cállate.- Le dijo el rubio. El pelirrojo se alteró pero antes de que dijera algo, el rubio ya había empezado a lamerlo.
Su lengua recorría desde arriba hacia abajo mientras que cada sensación hacia que a Sasori le dieran espasmos.
-Dei…ahh…dara….detente…-Decía el pelirrojo entre su respiración acelerada pero el rubio no le hacía caso. Este masajeaba su miembro con el pulgar y con la lengua jugueteaba con la punta.
-AHH- gimió el pelirrojo. Este giró su vista hacia el frente y le dio una idea.
Delante de él tenía también el punto débil de Deidara así que empezó a quitarle la ropa. Con mucho trabajo, dejo a Deidara desnudo y lo jalo hacia él dejando que su extensión quedara cerca de su boca y también pudiera ayudarlo a sentir un poco de placer.
-AHHH, Danna- Gritó el rubio. Eso si no estaba en sus planes. Sintió como los dedos del pelirrojo se incrustaban sobre su pequeño hoyo.
-Sabes, ahora que lo veo, lo tienes más chico que yo- Dijo el pelirrojo mientras comparaba un poco.
-Call…ghhhhh, cállate.-Dijo el rubio mientras apretaba sus dientes.
El pelirrojo se levantó en sus codos y se arrastró hacia arriba dejando a Deidara en el suelo. Se sentó en sus rodillas y volteó al rubio dejándolo boca arriba.
Pobre rubio, su plan de ser el dominante había fallado y ahora él se encontraba en el suelo y enfrente tenía al Pelirrojo hincado con una sonrisa maligna. En poco tiempo, se quitó los pantalones y también quitó los del rubio.
Sasori se inclinó hacia el agujero del rubio y empezó a juguetear con el usando la lengua. Si que ya había prendido al rubio. Su miembro se había excitado y el rubio no hacía nada más que arquearse.
Sasori tomó la excitada parte de Deidara y empezó a masturbarlo. Este se inclinó más hasta dejar su rostro por encima de su torso pero no dejaba de juguetear con su miembro. El pelirrojo tomó la coleta de Deidara y con delicadeza le quitó la liga, dejando que todo su cabello color oro cayera al suelo. Que sensual se veía su Uke, debajo de él, todo sudado y rojo con un rostro de que solo quería estar con su amado.
Recorrió una tetilla de Deidara con la lengua y luego la sorbió. Deidara sentía todo el cuerpo caliente y excitado. Sentía shocks en partes del cuerpo y pulsaciones en la parte baja. Sabía que era lo que venía.
-AHHhhhh~-Exclamó el rubio. Sus fluidos habían bañado toda la mano del pelirrojo y a continuación este dirigió sus dedos hacia los labios Deidara.
EL pelirrojo pegó a su rodilla entre las piernas del rubio y este soltó un gemido. Deidara tomó los dedos de Sasori y empezó a lamerlos. Este los sorbió y baño en saliva y al terminar, Sasori movió estos hacia abajo hasta que metió el primer dedo.
-AHHHHH- No podía acostumbrarse aun. Era tan adictivo que el pelirrojo le diera aquel tipo de placer. Al instante, Sasori metió el segundo y tercer dedo.
Los ojos del rubio se pusieron blancos y soltó un gritó lujurioso increíble. El pelirrojo empezó a masajearlo y a sacar y meter los dedos mientras que el rubio volteaba la cabeza de un lado a otro. En eso Deidara miró hacia el frente y miró la cara de Sasori,
-Danna, déjame introducirte, solo por una vez- dijo el rubio en voz baja.
-Disculpa?- Dijo el pelirrojo.
-Se que siempre serás el Seme, pero…solo por esta vez, por favor.-Dijo el rubio.
-Solo la metida, rubio-
-Un!-
El pelirrojo lo miró con ojos de “vete a la verga” pero…él también quería sentir. Se levantó un poco y se sentó encima del torso de Deidara.
El rubio se puso totalmente rojo (si es que se podía más) y miro con ojos de ternura a Sasori. Este tenía una mirada de “Estás loco, pero ya que. Así te quiero.” Sasori tomó el miembro de Deidara y este se levantó y con la mano lo guio hacia su agujero. El pelirrojo dudo por unos segundos pero sin más pensarlo, dejo que este entrara.
-AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH- Gritó el pelirrojo. El rubio lo miró con ojos de asustado pero sabía que era más un grito de placer que de dolor.
-Ya ni yo grito tanto Danna- Dijo el rubio. El pelirrojo reaccionó y lo miro con ojos de pistola. Con todo el dolor del mundo, extrajo el miembro de Deidara de su cuerpo y se hizo para atrás.
-Danna, me estás dando miedo. Era una broma.- Le dijo el rubio. El pelirrojo azotó una mano junto al rostro de Deidara y se acerco a besarlo.
-Ya veremos quién es el que grita mas.- Le susurro. Empezó a besarlo y con los dientes tomó el labio inferior de Deidara. Con la mano dirigió su expansión y con fuerza lo introdujo al interior de Deidara.
-AHHHHHHHHHHHHHHHH- Gritó el rubio. Este soltó unas pocas lágrimas y miró de nuevo al pelirrojo. Este empezó a moverse con fuerza.
-AHHHHHHH DANNNA,, POR FAVOR, AHHHHHHHHHHH….DETENTE, GGGAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH- Gritó el rubio.
-Cállate rubia, despertaras a los demás.- Dijo el pelirrojo. Empezó a masturbarlo de nuevo mientras movía su cadera de adentro para fuera en un ritmo brusco.
-GGGHHHHHAAAAAAAAAAA, aaahh, SASORI…. SASORI, ME DUELE..POR FAVOR DETENTE, YA NO PUEDO MÁS- Dijo el rubio viniéndose mojando de nuevo la mano del pelirrojo, pero no le ponía atención. Pero en ese instante el rubio se puso todo tenso, haciendo que todos sus músculos se contrajeran y en ese momento Sasori sintió demasiado placer….que se vino. Extrajo su miembro y cayó al suelo cansado. Estaba envuelto de sudor. Miró a Deidara al frente y este igual sudado, totalmente rojo (ya sea porque estaba pedo o por lo que había pasado) y estaba soltando lagrimas. Estaba respirando rápido y con la boca y se empezó a levantar un poco.
El pelirrojo se inclinó y lo tomó del tobillo.
-Quien dice que hemos terminado?- le preguntó mirándolo a la cara. Se aventó hacia Deidara y se puso encima de él. Deidara estaba temblando, ya no podía más. Sabía que en cualquier momento se desmayaría. Pero en ese momento sintió un peso encima de él. Sasori se había quedado dormido pues el también ya estaba cansado. El rubio tomó una playera que estaba por ahí y limpió todas lágrimas que tenia.
Tomó al pelirrojo y con las pocas fuerzas que le quedaban lo jaló hacia la cama y lo recostó. El rostro del pelirrojo estaba en una tranquilidad infinita. Era hermoso, era un ángel satisfecho, una perfección recién salida del orgasmo y el rubio sabía que la causa había sido él. Nadie más que él y estaba feliz por saber eso. Deidara le dio un beso a Sasori y se dejo caer a su lado. No necesitaba más.
Al día siguiente
EL sol le pegó la cara al rubio. Había olvidado cerrar las cortinas la noche anterior. En eso, sintió que en su torso, algo suave y frio lo recorría haciéndole figuritas. Miró hacia abajo y vio un dedo recorriéndole el torso sin intención alguna. Giró hacia un lado y visualizó al pelirrojo recargado en un brazo mirándolo con ojos inocentes y tranquilos. Le estaba sonriendo.
-Buenos Días rubio. ¿Cómo dormiste?- Le preguntó Sasori.
-Me duele todo…¿Qué haces?-
-Un pequeño masaje en tu cuerpo. No te preocupes, no te hare nada.- En ese momento el pelirrojo agarró al rubio y lo puso debajo de él mientras que este se sostenía de sus rodillas a los lados del cuerpo del Rubio. Lo tomó del rostro y empezó a besarlo…que besarlo, estaba achucharrándose con él. Lentamente pegaba su torso desnudo con el del rubio.
Estuvieron así por un buen rato, saboreándose el uno con el otro y revisándose las gargantas entre ellos hasta que Sasori se balanceó hacia el otro lado y se paró. Se metió al baño y se empezó a duchar.
El rubio estaba entre sus pensamientos, se sentó en la cama y le echó un vistazo al cuarto. El suelo tenía manchas por todas partes y la ropa estaba tirada en cualquier parte.
Tomó una liga de su muñeca y se hizo un pequeño chongo alborotado. Todo su cabello le estorbaba y pues quería refrescarse un poco. Revisó un poco su cuerpo, tenia chupetones en todo el torso. Se levantó un poco pero en eso se sintió mareado y cayó al suelo y ahora un gran dolor de cabeza le había llegado de golpe.
-Dei, estas bien?- Le preguntó Sasori, quien había salido del baño.
-Me duele la cabeza-
-Duh, estúpido. Quédate aquí, voy por algo para tu cruda.- Le dijo mientras lo cargaba y lo dejaba en la cama.
-Gracias-
-De que bonito. Te quiero- Y después de un beso, lo dejó descansar.
FIN D8