El día estaba aburrido. Hacía mucho calor y no había planes para nada. Nuestra pareja de protagonistas estaban en su cuarto. El rubio descansaba en la cama mirando el ventilador, en shorts y una playera sin mangas mientras que Sasori estaba adelantando unas tareas de verano sobre el escritorio. El rubio andaba disfrutando una paleta helada de horchata, su cuerpo estaba envuelto en sudor y tenía mucho calor.
-Aahh, hace mucho calor-Dijo el rubio mientras seguía saboreando la paleta.
-gggghhhh-
-Danna, sucede algo?- preguntó el rubio mientras se sentaba en el borde de la cama.
El pelirrojo trató de voltear pero simplemente no pudo. Azotó su cabeza contra la mesa y con una mano señaló al rubio.
-Quieres….quieres dejar de chupar esa paleta?- Le dijo el pelirrojo.
-EH?- El rubio se levantó y se dirigió hacia él. Se inclinó un poco hacia el pelirrojo aun con la paleta.
El pelirrojo volteó hacia la dirección donde estaba el rubio. Miró el rostro de Deidara y se centró en sus labios. Miró como daba con la paleta y como si fuera en cámara lenta vio una gota lentamente caer hacia el escritorio.
-AHHHHH!!-Gritó Deidara. Sasori había empujado a Deidara hacia la cama. El pelirrojo se puso encima de él y empezó a meter la mano bajo la playera del Rubio. Poco a poco empezó a subir la mano hacia sus tetillas a las cuales empezó a masajear.
-DANNA….por favor- Gritó el rubio. El pelirrojo se levantó y se dirigió de nuevo hacia el escritorio.
-En serio sabes provocarme rubio, pero lo siento no pude seguir. Necesito terminar esto-Dijo el pelirrojo sentándose de nuevo.
-ggggghhhh-
-Ahora que tienes tú- Preguntó el pelirrojo mientras volteaba la silla para verlo.
El rubio estaba sentado en el borde con las manos entre las piernas. Su mirada estaba apuntando hacia otro lado y su rostro estaba totalmente rojo.
-Dei?- El pelirrojo se levantó y tomó la cara del rubio y la dirigió hacia él, pero la vista de Dei no quería coincidir con la suya.
-Ok…ok..Seré bueno y te ayudare- Dijo el pelirrojo. Se agachó un poco y echo las manos del rubio hacia atrás. –Lo sabia- Dijo al ver el short de Deidara. Inclinó a Deidara un poco hacia atrás y tomó el borde del short.
-uhmm…hagamos que esto se ponga un poco más candente- Dijo el pelirrojo. Este se levantó un poco y empujó mas a Deidara hasta que se acostara pero se recargo en sus brazos.- Uhh…Me veré un poco Uke haciendo esto-
El pelirrojo se levantó un poco y se sentó encima del short de Deidara.
-AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH- El rubio gritó de placer.
-Bien, eso es lo que quería. Que se te parara otro poquito más-
El pelirrojo se hizo otra vez para atrás y tomó el botón del rubio, desabrochándolo. El rubio se hizo un poco hacia delante pero cerró los ojos dejando que los nervios se hicieran más agudos. Sasori tomó el zipper y poco a poco empezó a bajarlo. Como era un short y el bóxer, no hubo mucho problema en deshacerse de ellos.
-Bien, te ayudaré un poco a relajarte- Dijo el pelirrojo. Tomó la extensión de Deidara y se lo metió en la boca.
-Ghhhhaaaa- El Rubio tenía las manos sobre la cabeza del pelirrojo. –TE..te…odio….eres bueno en esto…ahhhh- Le dijo el rubio.
-nnnmmnnhaa- Sasori imitaba a Deidara cuando él estaba con su helado.
-AAAAHH…aggaahhhhhha- La voz del rubio se incrementaba cada vez más.
*desde el pasillo de los dormitorios*
-Chih, el calor está en su punto- Exclamó Kiba.
Traía los papeles que recogía de todos los dormitorios de las cuentas pues tenían que por lo menos pagar un 50%.
-Yosh, solo me falta el 69 y 70.-Dijo el moreno.
-AAAAAHHHaaaaaaaa…ghhhh-Se escuchó desde un cuarto.
Kiba se acercó hacia el cuarto 69. Tomó la perilla y abrió un poco la puerta. Desde ahí podía ver a Deidara y a Sasori.
-Da…aannna…creo……me vengo~-El rubio se hizo hacia atrás. El pelirrojo se quedó quieto unos segundos y después se separó dejando un hilillo de fluidos y saliva.
-Siempre lo he dicho. Sabes bien- El pelirrojo se levantó y tomo una toalla para luego limpiarse la cara. Después se la aventó a Deidara.-Bien, ahora déjame seguir estudiando-
Kiba se hizo a un lado y se pegó contra la pared. El castaño estaba asustado por lo que había visto. Tomó los papeles que había tirado y salió corriendo hacia la salida.
-Danna, escuchaste algo?-Preguntó el rubio.
-No-
-Uhmmm…-
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1hr dsps
*TOC-TOC-TOC*
Alguien estaba en la puerta. El rubio daba vueltas en su cama y esperaba a que se fuera pues se estaba echando una siesta.
-DEIDARA, YA VAMONOS, VAMOS A LLEGAR TARDE AL TRABAJO-Era Madara preparado para irse al trabajo.
-fsgsvvvvvvvvvvvvvvvvugietbva biugigrbswed itrvfitrgfv-Exclamó el rubio desde la cama. Se levantó y miró a su alrededor. El pelirrojo ya no estaba y el escritorio estaba arreglado, típico de Sasori.
-Hoollllllaaaaaaaa- El rubio se dio la vuelta y se asustó al ver al pelinegro junto a su cama.
-PTM, deja de aparecer de la nada-
-No aparecí de la nada. Ya vámonos.- El pelinegro se levantó y tomó a Deidara de la cadera y lo cargó sobre sus hombros como costal de papas. –YOSH!-
-BAJAMEEEE- Empezó a patalear pero el pelinegro andaba sonriente.-NECESITO CAMBIARME- Gritó de nuevo el rubio.
-Neeh, no lo necesitas. Te ves sexy en mini-shorts.- Dijo mientras se ponía los lentes oscuros.- Me veo bien de guardaespaldas?.
-No ¬¬- refunfuño el rubio.
-MADARA-SAMA~. QUE SEXY SE VEEEE- Se escuchó el grito de las fangirls desde el patio.
-GRACIAS- Gritó el pelinegro levantando la mano que tenia libre. Se acomodó de nuevo al rubio en los hombros y puso la mano sobre el trasero del rubio.- Pero no cuenta si a ti no te gusta, Deidara-
-Chih….Y NO ME TOQUES EL CULO-
-Shhhh, van a malentender las cosas, rubico-
El pervertido del pelinegro introdujo un dedo bajo el short (acaso mencione que el short era mini….si?? a bueno) y lo apretó hacia la piel del rubio.
-MADARAAAA, NO HAGAS ESO, PUTA MADRE- Dijo el wey dándole de golpes en la espalda.
-Está bien, está bien, te bajo- El pelinegro dijo hasta por fin ponerlo en el suelo.
Los dos caminaron hacia el trabajo (YA SE, DUH, OSEA TOMARON EL BUS) y…no se…entraron wOOt.
El pelinegro se sentó en una mesa cerca de la entrada y el rubio se fue a cambiar y a los 5mn salió. Toda la tarde sintió la mirada del pelinegro. Kakashi le daba permiso de tomarse algo gratis por cada hora que pasara (por supuesto que no fuera caro). Y el que se lo tenía que entregar, era Deidara.
Como sea, de por si ese día no habían muchos clientes así que esta vez no hubo muchas quejas provenientes del rubio.
-Deidara~ Te acuerdas cuando te defendí del borracho~-le decíael negro aprovechando que el rubio estaba a una mesa de la suya. Le dio un sorbo a su café.
-Si fue no más de 2 semanas. Y eso qué?-respondió el rubio furioso.
-Bueno, habrá alguna manera de que me pagues?-
-Disculpa- El rubio dejo un pastelito al cliente y se volvió todo enojado a Madara - Recuerdame, cuando te pedí ayuda..-
-Ay, que…ofensa….Mi corazón…me duele…-El pelinegro se agachó hacia la mesa con una mano en el pecho y disque empezó a sufrir y a llorar.
-Exagerado-
-Ahhh, no seas así. 8D Págame….con….con….eehhhhh…..guh-
-Está bien. Te pagare, pero déjame trabajar primero.-El rubio caminó hacia la barra y tomo unos pastelitos y se las entregó a quienes lo ordenaron.
Cappuccinos calientes, frappé de chocolate blanco, helados con chocolate derretido y caramelo. Especiales del día, invitaban a la gente a pasar un rato. Parejas de todo tipo entraban a pasar el rato, amigos que no se veían desde hace tiempo, familias e incluso señores de negocios para relajarse después de un día tan largo. De eso se trataba el Café, pero si uno venía solo, podía disfrutar de leer un buen libro o incluso rentar un manga, entrar en la red desde las laptops o escuchar un poco de música. Pasa el día relajándote un rato, mientras escribes un Fic de una novela de amor.
Las compañeras de Deidara cambiaban de turnos por ahí de las 5, pero él se quedaba pues era el único hombre. El cocinero, llamado Josh, siempre platicaba con Deidara mientras descansaba unos minutos. Sobre los jefes, estaba prohibido interrumpirlos a menos que el letrero de su oficina dijera –Desocupado-. Nadie sabía que hacían, pero aquí entre nos. ya sabrán ; ). Madara no podía moverse de su mesa, y siempre vigilar como trataban las personas a los meseros por cualquier problema. Siempre sacaba por lo menos a 2 personas al día, ya eran hombres que se pasaban o adolecentes pervertidos, aunque el pelinegro se portaba muy especial con los que eran atendidos con Deidara.
La noche ya había caído sobre el café. Era hora de poner los menús de cena.
-Hey! Deidara- Se gritó desde la entrada. Era Tayuya y Sakon. El rubio se acercó a la pareja
-Hey, Que onda, que milagro que anden por aquí?- preguntó el rubio.
-No pues quisimos tomar un café y Sasori nos dijo que trabajabas aquí- Le respondió la pelirroja.
-Oh ya. Bueno y que desean?- Preguntó el rubio.-
-Uhhmmmm yo quiero un Capuccino con cajeta- dijo Sakon
-Yo café americano y un pastel de frambuesa- respondió Tayuya.
-Ok, espérenme un segundo- Respondió el rubio y fue a entregar el pedido.
-OH, es Madara no?- Le preguntó la pelirroja a Sakon.
-Creo que sí. HEY, MADARA- El peliazul saludó al pelinegro y este se acercó.
-Hey, que chida visita. Disfrutando del café?- Preguntó Madara.
-Pues ya veremos qué tal, cuando Deidara lo traiga- Respondió la pelirroja con su susodicha sonrisa.
-Esperemos les gusté.-
-MADARA, ven un momento por favor- Le gritaron desde la oficina del Jefe.
-Ok chicos, los dejo-
-Gracias-
El pelinegro se fue hacia las oficinas y apareció Iruka con varias hojas.
-Oye, hazme un favorcito y te aumentaremos un poco el sueldo hoy. Sal y entrégale estos a los clientes-
Madara revisó los papeles y decían que en estos días se iban a dar un descuento a los niños. El muchacho salió del cuarto y siguiente, salió del café para entregarle los papeles a la gente que pasaba.
-Aquí tienen- Les dijo el rubio a sus amigos entregándoles su pedido.
-Gracias ^^- Dijo Tayuya y empezó a comer el café.
Ya ningún cliente necesitaba ayuda por el momento, así que el rubio salió con Madara.
-Hey, que haciendo?- El rubio se recargó en el marco de la puerta.
-Entregando unos panfletos que Iruka me dio, pero nadie los acepta más que puras chavas.-
-Hehehe, deja te ayudo- El rubio se acercó y tomó la mitad de las hojas. La gente tomaba las hojas pues Deidara les llamaba la atención.
-Y que haces aquí?- preguntó el ojicastaño.
-Pues ayudándote, me porte mal contigo hoy y quiero disculparme- Respondió el rubio.
-Bueno, gracias, pero no me refería a eso. Que haces en el café, porque aquí?- El moreno se agacho para darle una hoja a una niñita.
-Pues hace unos meses (si ya pasaron meses >[) necesitaba dinero, y aquí fue el único lugar donde me aceptaron-
-Oh ya. Pues qué bueno que trabajes aquí-
-Pervertido-
-HEY, ESO NO TIENE NADA QUE VER-
-Ajá- El rubio le pegó en el pecho al pelinegro devolviéndole las pocas hojas que le quedaban y le sonrió. –Es bueno volverte a ver, Madara. Aunque las cosas no sean igual- Y el rubio entró de nuevo al café. Madara se quedo atónito ante aquel comentario y volvió a su trabajo con las hojas.
-Hey Deidara, te puedo pedir un favor- Le dijo Kakashi quien le apareció de la nada en la espalda.-
-Que sucede, Jefe?-
-Mira, hoy es mi aniversario con Iruka y lo quiero llevar a un lugar especial. Ya me entiendes no?-
-Uhu-
-Bueno, pues necesito que te quedes hasta que se vayan todos y cierres. En serio te pagaré más. Y te daré la llave.-
-No se preocupe, Kakashi-sensei. Yo lo hago- Dijo el rubio con un pulgar hacia arriba y una sonrisa entusiasmada.
Y así la pareja de enamorados dejaron a los meseros a cargo. Que a los meseros, dejaron a Deidara con todo el peso.
El rubio se sentó un rato mientras los clientes se iban. Tayuya se fue con su novio, mientras se despedían de sus amigos y ya cuando el último cliente se fue, Deidara decidió limpiar un poco. Sus compañeras le ayudaron, trapeando la cocina, limpiando platos y las mesas y subiendo las sillas a las mesas.
-Bien, creo eso es todo.- Dijo el rubio. Las meseras se despidieron de él y salieron del lugar. Deidara apagó las luces de la sala principal, los baños y la cocina.- Y tú qué onda?- le preguntó el rubio a Madara.
-Pues debo irme hasta que el ultimo mesero se vaya- Respondió el pelinegro.
-Ok…bueno en lo que me voy a cambiar hazme un favor. Ve a cerrar la llave del gas-
-Ok- Y el pelinegro se fue hacia la cocina y el rubio se dirigió a los cambiadores.
El rubio entró en el cuarto y se empezó a quitar el vestido. El cuarto era pequeño, los lokers estaban del lado izquierdo y dos sillas.
-Hey Deidara ya lo cer….-El pelinegro se quedó mudo mientras iba entrando.
El rubio, quien estaba abrochándose su camisa, se volteó a ver al pelinegro.
-Madara, que tienes? Te sientes mal? Tus ojos…han cambiado de color- El rubio se acercó a Madara para ver si tenía fiebre.-Esos ojos…..yo…-
(Aviso: En este momento habrá un Lemon entre Deidara y Madara. Sé que a muchas no les gusta el MadaDei así que se lo pueden saltar. Para que no tengan que buscar hasta donde leer, sigan estas instrucciones: primero aprieten ctrl+f y aparecerá una ventana de búsqueda de palabras. Ahí escriban “patito azul” y pongan aceptar (a menos que su computadora lo haga automáticamente) y su texto se habrá movido solo)
Pero el pelinegro lo tomó de la muñeca y lo empujó hacia la pared.
-aaahh….Ma..Madara?- El rubio miro los ojos del pelinegro. Estos se habían vuelto castaños rojizos (no pregunten) y su gentil sonrisa se había vuelto diabólica (mwhahahahaha….ok ya).
Madara tomó a Deidara del rostro (un poco brusco) y unió sus labios con los suyos. Deidara estaba sorprendido. El pelinegro pegó su cuerpo hacia Deidara pero este trató de quitar al pelinegro empujándolo. De varios intentos, Madara se quitó y Deidara perdió el equilibrio y se cayó.
El pelinegro se acercó a la puerta y la cerró.
-Ma…dara….-El rubio levantó la vista pero el pelinegro lo paso por alto. Este último mencionado, tomó un kit de primeros auxilios y tomó unas vendas. Agarró un silla y levantó a Deidara hacia él dándole la vuelta (Deidara le daba la espalda al pelinegro).
-MADARA, ME ESTAS LASTIMANDO- Gritó el rubio. El pelinegro tomó las vendas y empezó a enredarlas alrededor de las muñecas del rubio.- MADARA, POR FAVOR-
-SHHHHH-El pelinegro empezó a lamer su oreja. Sus manos empezaban a introducirse bajo la camisa del rubio.
-no…NO ME TOQUES- Gritó el rubio.
Una mano del pelinegro empezó a desabrochar la camisa del rubio. La otra mano empezaba a alterar los nervios de Deidara pues estaba masajeando su tetilla.
-DEJAME EN PAZ, CON UN CARAJO MADARA- El rubio seguía tratando de escapar, pero aparte de que Madara era más fuerte que él, su cuerpo se estaba paralizando.
-No me digas que no te gusta- Le susurró de nuevo al oído.-Tu cuerpo me está diciendo otra cosa. No lo escuchas?- Por fin el pelinegro se había deshecho de la camisa del rubio.
-ggggghhhh…*anf anf*- Deidara se dio cuenta que su cuerpo no lo obedecía. Sus pulmones hicieron que su respiración se hiciera más acelerado, su rostro estaba totalmente rojo y algo haya abajo…se estaba poniendo duro.
-Ves? Tu cuerpo está pidiendo por más- El pelinegro bajo la mano a la entrepierna del rubio y sintió su varonilidad excitada. Su otra mano seguía jugando en el pecho y con la otra empezó a bajar el zipper y a desabrochar el botón. Y con un poco de esfuerzo, le bajó el pantalón…con todo y ropa interior.
-Mira, mira. Que tenemos ahí. Alguien se despertó- Madara tomó la extensión de Deidara y la masajeo.
-ahhhhhh…No..me gusta esto...ya déjame- Dijo el rubio.
-Veamos- El pelinegro comenzó a apretar la virilidad de Deidara-Le haré caso a un tarado como tú.- Madara aplicó fuerza y velocidad al movimiento de la mano, mientras masturbaba al rubico.- O a tú cuerpo que está deseoso por sexo de verdad.-
-AAAHHHHHHHHHHHH- El rubico se vino en la mano del pelinegro. Esta se la llevó a la boca y la miró seductivamente.- ahhh…..ahh-
-Sabes, tu piel sabe mejor que el dulce. Veamos a que sabe tu relleno- Y así, este lamió su mano. El rubio empezó a soltar lágrimas. -Sabes bien rubico. Te felicito, ahora tu premio será que tú me pruebes a mí. Voltéate.-
El pelinegro se sentó en la silla y con un pie empujo las piernas de Deidara y este cayó con fuerza sobre sus rodillas. Madara se desabrochó su pantalón y sacó su paquete.
-Bien, mas te vale que lo hagas bien.- El pelinegro tomó la parte de atrás de la cabeza de Deidara y lo jaló hacia su entrepierna.- Chúpalo como si fuera una maldita paleta, Enano-
El rubio empezó a lamer a Madara. Este todavía tenía agarrado a Deidara del cabello, hecho su cabeza hacia atrás y cerró los ojos.
-No lo haces mal Rubico. Quien te enseño, el pelirrojo ese?- Pero el rubio no contestó. Deidara introdujo esta hombría a su boca y empezó a hacer un ritmo “mete-saca” constante. Por los pocos y minimos que pasaban por el cuerpo de Madara, soltó el cabello de Deidara y su mano fue a parar al rostro de Deidara.
-Dios. Te vez tan comestible- Alzó al rubio hacia su rostro y empezó a besarlo. Las manos del pelinegro empezaron a recorrer la espalda y las caderas de Deidara y con las yemas de sus dedos, sentía la tensión y excitación de los músculos del rubico.
-Tu piel y mi piel. Ves que se reconocen, es la memoria que hay en nuestros corazones- Madara siguió bajando la mano hacia la zaga de Deidara (zaga=parte trasera). El rubio se tenso un poco de la espalda y entrecerró los ojos ukemente, sin soltar la vista de los ojos de Madara. Y este introdujo un dedo en Deidara.
-gggghhhh…aahhhhhh- Y soltó el gemido provocador para Madara. Con violencia, este introdujo los dos restantes. El rubio abrió los ojos y los puso en blanco.- AAAAHHHH…PARAA……..DETENTE, ME DUELE UN CHINGO. gaaahhh-
Madara atrajo al rubio hacia el haciendo que este tuviera que subir las rodillas sobre la silla. El pelinegro empezó a lamer su pecho y rápidamente movió los dedos dentro de Deidara.
-AHHHHH..DUELE…POR FAVOR, MADARA….AHHHHHH EN SERIO, DUELE.- El rubio volvió a soltar lagrimas.
El pelinegro se fue hacia un pezón. Empezó a succionar y lamer este pequeño y excitado amigo. El rubio sentía toques en toda la espalda y estas se convertían en pequeñas convulsiones de excitación que hacían que el rubio se arqueara, tensando todos los músculos y bañándose en sudor.
-Deidara, quieras admitirlo o no, se que tus gritos vienen desde tu alma- Decía el pelinegro sobre su piel.
-ah..*anf anf* eso es obvio *anf anf* eres un desgraciado sadomasoquista- Madara se levantó tomando al rubio de la cadera y lo aventó al suelo.
-aaaaahhhh- El rubio se golpeó contra este y pues no pudo detenerse por sus manos atadas.
-Sabes cómo ofender a la gente, sabes?- Le dijo el pelinegro. Fue de nuevo hacia el botiquín y tomó una crema y un poco de alcohol.
-Que…que harás con el alcohol- preguntó asustadizo el rubio.
-Vamos a jugar un pequeño juego- respondió el pelinegro. Se sentó enfrente del rubio y le abrió las piernas.
-Yo, te voy a coger, vale?. Pero tú tendrás que callarte, por cada sonidito que hagas te haré una pequeña cortada y al final echaré un poco de alcohol sobre tu cuerpo. Vale?-
-ESTAS DEMENTE? TÚ NO ERES MADARA, QUE TE SUCEDE?-
-Pues, sufro de problemas mentales. Te apuesto un huevo a que mañana no me acordare para nada de lo que te haga.- El pelinegro tomó la crema, empapó sus dedos en él y volvió a introducirlos en Deidara.
-AHHH…ahh ahh….OOWAHHHH- El rubio empezó a torcerse.
-Chih, esto me va a quitar tiempo.- EL pelinegro se acercó al rubio y le quitó las vendas de las manos. Puso sus brazos arriba de su cabeza y volvió a vendárselas. –Ahora sí. Mas cómodo, no?.-
El pelinegro sacó una navaja y la puso a un lado de Deidara.
-Bien- Tomó una pierna de este y levantó su cadera un poco. Y en menos de tres segundo, introdujo su virilidad en el cuerpo de Deidara con fuerza
-ahhhggg…..- El rubio volteó la cabeza hacia un lado y empezó a soltar lagrimas. Sus ojos estaban entrecerrados y su rostro totalmente de sufrido.
-Como? Si solo la metí- Tomó la navaja y le hizo una pequeña cortadura en el torso de no más de 2cm.
-Ahhh…ESTAS ENFERMO-
-Un poco.- Volvió a dejar la navaja en el suelo y con una mano empezó a masturbar al rubio mientras que empezaba a empujar y a sacar su hombría.
El rubio mordía sus labios lo más que podía pero aun así se le escapaban gemidos. Su cuerpo estaba realmente loco en sentidos. Sentía dolor por todas partes y estos escapaban como lagrimas. Su torso estaba lleno de rayas rojas (por la sangre).
-Madara- Dijo sollozando el rubio- Por favor detente-
-Cállate, deja disfrute algo que he querido desde años. Por culpa de ese pendejo pelirrojo te he perdido. Juro que algún día lo matare. Mientras tanto, marcaré tu cuerpo con advertencias.-
El pelinegro cerró los ojos pos unos segundos y Deidara sintió como se venía en su interior. El pelinegro sacó su extensión de Deidara y empezó a hacerle un blow job.
-ahhhhhh…Sasori…SASORI- Gritaba el rubio.
-Nadie va a salvarte, rubico-
El pelinegro se levantó y se acomodo la ropa. Ya había terminado con lo que quería. El rubio estaba en el suelo, llorando a más no poder y hecho bolita. El pelinegro tomó el alcohol y puso boca-arriba al rubio.
"patito azul"
-Una palabra antes de sufrir?- Dijo el pelinegro.
-Te odio- Le dijo el rubio.
El pelinegro se puso en shock. Aventó el alcohol hacia un lado de la habitación y sacó otro frasco.
-Que es eso?- Preguntó el rubio.
-Cállate y trágala- El Pelinegro agarró con brusquedad la boca del rubio e hizo que tragara el líquido dentro del frasco.
El rubio puso los ojos en blanco y quedo inconsciente en el suelo. El pelinegro arreglo un poco el cuarto y luego cargó al rubio sobre sus hombros.
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-Como dices que llegó a esta situación?- se escuchó una voz.
-No lo sé, simplemente lo encontré así.- Dijo otra voz. Esta se escuchó conocida.
El rubio abrió los ojos y miró a Itachi y a Madara enfrente.
-Deidara, por fin despertaste, ¿cómo te sientes?- Preguntó Itachi.
-Me duele todo.- Dijo Deidara. Levantó la mano para tocarse la cabeza y en eso miró su muñeca. Esta toda raspada y roja.
-Carajo Madara que sucedió- Le preguntó Itachi de nuevo a Madara.
-No lo sé, en serio. Así estaba cuando entré al vestidor. Estaba desmayado y había vidrios por todas partes.-
En eso, se escuchó que la puerta se abría. Al mirar Deidara quien era, casi se soltaba a llorar.
-Deidara, estas bien?- Respondió el pelirrojo.
Sasori se acercó al rubio y lo abrazó.
-QUE TE SUCEDIÓ- Gritó el pelirrojo mientras soltaba unas lagrimas. Se volteó a Madara- QUE LE SUCEDIÓ?-
-QUE NO SE. CARAJO, LO ENCONTRÉ ASI EN EL PISO. ES COMO SI LO HUBIERAN VIOLADO- dijo Madara.
Sasori se levantó y lo miró a los ojos. El pelinegro cayó al suelo y escupió sangre. El pelirrojo, de la ira, le había dado un trancazo.
-Tranquilízate, Sasori- Le dijo Itachi agarrándolo de los hombros para que no se aventara a una pelea.
-¿COMO QUIERES QUE ME TRANQUILIZE?, MI NOVIO TIENE CORTADAS EN TODO EL TORSO Y EL UNICO QUE ESTUVO CON ÉL ES ESE MALDITO ENFERMO –dijo señalando a Madara(las cortadas no eran graves)- Gritó el pelirrojo.
-Tranquilízate wey, yo lo traje aquí- Le dijo Madara.
-Chih. Deidara que sucedió?- Le pregunto el pelirrojo tomándolo del rostro.
-No recuerdo nada. Mi memoria esta…en blanco…-
-Maldita sea. Ya no quiero que vayas a ninguna parte solo- El pelirrojo abrazó a Deidara como si se lo fueran a quitar.
-Bueno, Hable con Tayuya y dijo que a los últimos que vio salir fueron a las meseras. Que ustedes se quedaron hasta el final- Dijo Kisame sin poner mucha atención en lo que decía.
-PTM MADARA- Se levantó el pelirrojo a punto de darle otro trancazo.
-Relajate wey.-Dijo el chico scene levantando las manos para que se alejara.
-Relájense, con golpes no llegamos a nada- Se levantó Kisame.- Lo mejor será dormir, es tardísimo (3:am) ya mañana investigaremos mejor.
Todos se levantaron para irse a dormir (estaban en casa de Itachi, era grande~).
El pelirrojo se quedó solo con el rubio en el cuarto de visitas mientras lo vendaba.
-Lo siento tanto….-Le dijo Sasori.
-No es tu culpa, Danna. Es mía por no acordarme de nada-
-No...por favor…no te culpes…-El pelirrojo abrazó al rubio y los dos se acurrucaron lo mas unidos posibles.
-Te amo Deidara-