-Sasori danna!! Despierta- Gritaba una voz mientras el pelirrojo era tomado por los hombros.
-Dei-dei, déjame dormir, me siento mal. – Decía Sasori mientras daba vueltas en su cama.
-Vamos Danna , no quiero ir solo a la escuela- Decía el rubio mientras se acostaba en la cama del pelirrojo.
-Me duele el cuerpo, creo me dará gripa.-
- ¬3¬, está bien ya me voy- Deidara se levantó y sintió que algo lo jalaba. Sus labios se sintieron cálidos y captó que Sasori le había robado un beso.
-Danna =////=- Dijo Deidara. El rostro del pelirrojo estaba rojo pero no se sabía si era porque estaba enfermo o porque Deidara ponía ojos provocativos. Las manos del pelirrojo se iban adentrando a la camisa del rubio.
-Danna, tengo escuela- Decía el rubio tratando de escapar de las manos de su depredador. Pero este lo abrazaba más y lo beso aun mas apasionado. Satisfecho, el pelirrojo soltó al rubio.
-nnnnah…te estaré esperando- Le dijo al oído el pelirrojo al rubio y se volvió a tapar con la sabana.
El rubio sonrió para sí mismo y salió de su cuarto. Bajo hacia la entrada de los dormitorios y se puso sus zapatos y arrancó hacia la escuela.
-TARDE, TARDE, TARDE, AAAAHHHHHH me gasté el tiempo fajando con Danna >.< y saber que estaba enfermo…-Se decía para sí mismo mientras corría para su escuela. Trataba de acomodarse el saco y quitarle una que otra arruga a su pantalón.
Entró por fin a la escuela y subió por las escaleras dirigiéndose hacia el salón pero primero tenía que pasar por las oficinas con mucho cuidado para que no se dieran cuenta de su tardanza. Hasta que por fin paso por las puertas, aceleró el paso y empezó a correr, pero su cuerpo sintió un choque contra algo y cayó al suelo haciendo un golpe sordo.
-aghchichichi- El rubio se sobaba la espalda.
-¿Está bien?- Dijo una voz profunda.
El rubio levantó la mirada pero aun su vista estaba borrosa asi que no pudo ver quién era. Sintió una mano tomaba la suya y lo ayudaba a levantarse. Sintió un jalón fuerte para levantarse y pronto su cuerpo se vio envuelto en otro.
-Deidara…Cuanto tiempo sin verte- Dijo de nuevo aquella voz. Un aroma, una esencia conocida estaba invadiendo el corazón del rubio.
-Ma…Ma…dara?-Tartamudeó nuestro protagonista. Levantó la mirada y reconoció inmediatamente esos ojos oscuros.
-Hola bonito, cuánto tiempo.-Dijo el pelinegro.- Quien diría que nos encontraríamos así?-
-Que…Que…que haces aquí, hm?- Dijo el Rubio
-…EHH??? Esa es tu respuesta al verme?, se nota que me extrañabas.
-Es que…no…no es eso…es que…jamás pensé encontrarte aquí y mucho menos así hm.-
-Oigan, ustedes dos, deberían estar en clases-Grito un maestro.
-No se preocupe sen-sei, Soy nuevo en la escuela y él me está enseñando los alrededores- Dijo el chico scene (así llamaremos a Madara porque me da risa su cabello :3).
-Bueno, bueno, me podrías responder que haces aquí? hm- Preguntó el rubio.
-Bueno, mis jefes se mudaron al extranjero y yo no quería ir, así que decidí hacer mi propia vida entonces me mude a este lugar.- Dijo el pelinegro sin parpadear un solo segundo.
-Uhmmm.-
-Que sucede? No estás feliz de verme?- Dijo Madara al ver que el rubio solo estaba perplejo.- Chih, vamos cuéntame que a sido de tu vida.- Respondió tomándole la mano al rubio y dirigiéndose hacia la salida.
-OI, A DONDE CREES QUE VAMOS?- Gritaba el rubio tratando de zafarse.
-Demos un paseo y saltarnos las clases-
-Estas demente? Es tu primer día de clases y ya te las saltas???-
-Vamos, vamos. Choquemos copas por habernos encontrado. Quién diría que el destino nos volvería a juntar?- Al decir esas palabras el pelinegro, Deidara sintió un escalofrió por todo el cuerpo. Su cuerpo se movió solo hacia la salida y los dos se dirigieron a un parque. Se acercaron a una maquina de refrescos y tentempiés.
-Aun te gusta el té de Vainilla?-Dijo el chico scene al presionar el botón para el té.
-Un …u.u- EL rubio extendió las manos para tomar el té y le dio un gesto con la cabeza al pelinegro para darle las gracias.
-Deidara, dime la verdad. Que sucede? Te ves como si ya no quisieras conmigo- Le dijo tomándolo al hombro. El rubio empezó a derramar lagrimas y en eso sintió algo frió sobre los labios. Este abrió los ojos y vio que el pelinegro le había puesto una lata sobre ellos.
-ehhH?-Exclamó el rubio. El pelinegro tomó su mentón y se inclinó sobre este.
-Qué? Esperabas que fueran mis labios?- Dijo seductivamente.
-AHhhh, entiende que ya no te puedo corresponder PORQUE YA TENGO NOVIO-La ira si que lo invadió…Mierda, si que la había cagado. El rubio se llevó las manos a la boca y miro a su compañero…pero…él seguía con la misma expresión.
-Sí, lo sé. Lo sé, lo deduje desde hace años. Pero Deidara- dijo acercándose más al rubio- Crees que me rendiré así de fácil?.-Sus labios se unieron lento por la atracción y deseo. El pelinegro lo tomó de la cadera y lo pegó a su cuerpo.
-Que hago?-pensó el rubio-Ahora que mi vida era perfecta. No puedo dejar a Sasori porque ahora es a quien amo. ¿Por qué ahora?...¿Porque?.
El rubio se separó del pelinegro y lo empujó. Tomó su mochila y salió corriendo hacia la escuela, olvidándose de las clases y volvió a entrar al dormitorio de hombres, y se dirigió a su cuarto. Entró con cautela y vio que el pelirrojo estaba dormido. Dejó sus cosas, se quito el chaleco y se adentró junto con el pelirrojo tratando de que sus brazos rodearan su preocupado cuerpo.
-Lo siento, danna- Dijo en voz baja el rubio- Realmente lo siento.
En eso sintió que los brazos que lo rodeaban se apretaban a su cuerpo y era atraído al cuerpo de Sasori. El rubio miró su rostro, pero el seguía dormido.
-Dei….dara- Dijo entre sus sueños.
El ojiazul cerró con fuerzas sus ojos mientras exprimía sus lágrimas. Se adentró más al pecho de Sasori y cayó en un sueño profundo.
Memorias Pasadas. Hace 4 años.
-No, no estoy interesada en hombres como tú. Pareces niña.-
-¬3¬ pues, conste que no quería estar contigo- Dijo Deidara y salió corriendo del parque. Su apariencia era de 13 años.
El pequeño corría por la calle mientras apretaba sus dientes.
-Malditas niñas. Como las odio- Gritaba para sus adentros mientras seguía corriendo mientras entraba hacia un jardín. En un instante chocó contra un cuerpo.
-Estas bien?- dijo una voz mientras le extendía la mano.
-MADARA-Dijo el muchacho mientras abrazaba a su amigo y se soltaba en lágrimas.- Porque las niñas no me quieren.-
-Vamos, ya te dije que no valen la pena- Dijo el pelinegro.
-Ahhh, no es justo. Ya no tendré novias de aquí en adelante.- Dijo el rubio.
-Deidara…Querríais probar algo nuevo conmigo?-Dijo Madara.
-Algo nuevo?, como qué?.-Al instante sus labios se unieron.
-Quiero que estés conmigo Deidara. Me di cuenta de que tu eres esa persona con la que yo quiero estar.-Dijo el pelinegro.
“Ese fue el comienzo de mi noviazgo con Madara cuando éramos pequeños. Estuvimos juntos por una largo tiempo y me di cuenta que eso era lo que realmente estaba buscando. Un dia mis padres nos descubrieron y pues…Nos tuvimos que mudar a la fuerza pues eso no les parecía. Y…esa fue la ultima vez que lo vi. En nuestra despedida, cuando le di mi último beso.”
La luz de la luna cayó sobre los soñolientos. Deidara abrió los ojos y miro unos ojos rojos coquetos.
-Ya despertaste?-Pregunto Sasori.
-Un!...Ya te sientes mejor? –Preguntó el rubio.
-Si. Gracias.-
Los dos empezaron a besarse. Se dejaron llevar toda la noche por la lujuria y el placer mientras que Deidara le entregaba de nuevo su cuerpo a Sasori. Realmente amaba estar con el, y jamás dejaría que eso los separara. Ni siquiera, el pasado.