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Atados por promesas por Kanashimi Amai

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Notas del capitulo:

Bueno con algo de retraso!!

 

Gome!!

Es que no he podido tomar mucho tiempo la computadora... pero aquí les traigo al continuación...

Si mis cálculos son correctos terminará en el siguiente capítulo... esta bien?

Bueno disfrútenlo!

 

~ ‘Capítulo 2: Esa mirada tan triste' ~

 

 

-Vaya, vaya... si que llueve

-Lo siento Jun-kun... por mi culpa te empapaste

 

Decía con la mirada caída. No me gustaba verlo así, odiaba esa tristeza que siempre estaba impregnada en sus ojos. Pareciera que nunca la dejara. Saqué un pañuelo de mi pantalón y le sequé el agua del rostro. Un rostro tan suave y pálido... Alzó su mirada y nuestros ojos se cruzaron. Esa fue la primera vez que me sonrojé... sus labios estaba tan cerca y tan lejos. Sin darme cuenta  mi mano había dejado de secarle y sólo continuaba posada en su fría mejilla.

 

-¿Sucede algo Junta?

 

Me dijo mientras él igual me contemplaba con esa mirada inocente.

 

-¡NADA, NADA!

 

Reaccioné de forma sorpresiva y avergonzada. Negando con manos y cabeza.

¿Qué había sido eso de hace un momento?

¿Por qué reaccioné así?

 

-Entremos Jun

 

Dijo abriendo la puerta de su casa. Subimos inmediatamente a la recámara y allí me dio una toalla.

 

-¿Tardará mucho tu padre?

-No me dijo cuando volvía

 

No le gustaba hablar de su padrastro. Lo veía por la forma tan seca de contestar y en como me daba la espalda como para evitar la continuación de la plática. Se quitó la camisa mojada tomó una toalla. Su espalda tan delgada y estética. Su piel blanca... no sabía por qué me encantaba verlo.

 

-Ahora vuelvo

 

Tomó también una playera y un pantalón, para luego lanzarme una toalla.

 

-Jun, si quieres puedes usar mi ropa, pero cámbiate o te enfermarás...

 

Salió de la recámara. Yo hice lo que me había dicho. Odiaba estar enfermo. En aquellas ocasiones es cuando estaba de un ánimo de los mil demonios. Aunque en realidad normalmente estoy así, sólo mi familia y Harou conocían mi lado tranquilo. Había terminado de cambiarme y sentía el aroma impregnado en sus ropas. Olía tan bien... ahora sabía porque era tan popular con las niñas... no sólo era dulce y amable sino también era arreglado y presentable.

 

 

 

 

-¡Ah!

 

Dijo estirándose mientras permanecíamos sentados, él ya había terminado con sus tareas... Yo en cambio, la verdad no se me daba eso de las matemáticas.

 

-Que bien se siente terminar la tarea ¿verdad, Jun?

 

Permanecía con la mirada aún pegada en el cuaderno ¡Estaba consternado! ¡¡No entendía ese maldito problema!!

 

-Jajajaja

 

Una pequeña y escondida risa salió de él...

 

-Vamos, vamos... sí puedes

 

Esas palabras de aliento siempre me habían gustado.

Ya era tarde y no podía regresar a mi casa, estaba algo lejos. Además... no quería dejarlo solo. Su padre se había ido y nada más ellos dos vivían allí.

 

-Mamá no te preocupes... estoy en casa de Harou... su padre no está y...

 

Sólo pude alejar el teléfono de mis oídos... ¡Dios mi madre gritaba tan ensordecedoramente! Al fondo escuchaba la voz de mi padre con un "Ves te lo dije"

 

-Mamá deja de gritar

 

Le decía alejando el auricular del comunicador... pero pareciera como si no me hubiera escuchado ya que gritaba más.

 

-Habla Harou...

 

Dijo mi primo cogiendo el teléfono.

 

-Sí tía... no se preocupe... esta bien... aja... yo lo cuido... sí... bueno adiós...

 

Parecía que habían llegado a un acuerdo.

¿Cómo era que conseguía persuadirla? Talvez era esa cara de niño bueno... pero ¿por teléfono? ¡Eso era! Su voz... su voz tan falsa para los mayores... sabía tratarlos y conseguir lo que quisiera. Tenía un don... Aunque ambos tuviéramos 13 años, él sin duda sabía como manejar estas situaciones, no por nada era el delegado de la clase. Era demasiado astuto.

Colgó y giró hacia a mí, tenía el puño cerrado con el pulgar elevado... lo había conseguido.

 

-Hey... Junta... ¿Recuerdas cuando teníamos 7 años? Siempre veíamos desde aquí las estrellas

-El primer día fue cuando ella falleció... Estabas muy triste y te habías salido del funeral... Vaya ese día todos te buscaban como locos. Como ya era muy de noche y aún no te encontraban nos quedamos a esperar noticias por parte de la policía...

-Pero tú me encontraste...

-Jajaja... creo que fue suerte... Esa noche mientras estaba en la recámara de huéspedes salí a tomar aire. Todos adentro estaban muy tensos y no paraban de hablar. De hecho... creí que eras un gato en el techo...

-Luego subiste y me acompañaste toda la noche hasta que dejé de llorar

-Así es...

 

Así era... desde aquel día me prometí no verlo llorar.

Se había acurrucado a mi pecho. Ambos volviendo a contemplar este gran cielo estrellado.

 

-Oye Junta...

 

Dijo casi en el murmuro

 

-Dime...

 

Contesté... mientras aún continuaba con mi vista hacia arriba mientras permanecía acostado, sentí como él se hundía más en mí.

 

-¿Podemos hacer una promesa?

-¿Una promesa?

 

Me había incorporado para poder verlo, no entendía a qué iba esa pregunta. Aún sentado a mi lado bajó la mirada... yo lo observaba con gran curiosidad.

 

-Que estaremos juntos pase lo que pase

-¡¿Estás loco?!

 

Exaltadamente le había dicho...

 

-¿Eh? -me veía con temor en los ojos

-Yo jamás te dejaría solo

 

Vi como su rostro se había vuelto a iluminar por aquella respuesta... Yo avergonzado le quité la mirada, reaccioné tan fuerte ante aquella preguntado que me estaba avergonzado. Que preguntas tan tontas hace, me decía... pero estaba feliz de que él me lo pidiera. Muy feliz.

No sé en qué momento al tonto le paso por la mente pero fue tan rápido... segundos talvez, él me había posado sus labios a los míos.

 

-¡¿Qué haces?!

 

Me separé de él inmediatamente o mis labios iban a devorarlo... Estaba totalmente ruborizado, el pedazo de idiota había hecho totalmente inesperado para mí. Toqué mis labios sintiendo aún ese cálido roce...

 

-Ese es un sello... así nadie lo romperá

 

Estaba avergonzado... ruborizado... no podía creer lo que había pasado. Mis ojos azules lo reflejaron... él era la persona que más quería y me había besado, como sólo en los sueños tontos que había tenido.

 

-Vamos Junta...

 

Se puso de pie y revolvió sus dedos entre mis cabellos rojizos.

 

-Fue sólo un beso

 

Me decía como si nada.

 

-¿No me digas que nunca te has besado con alguien?

 

Su sonrisa maliciosa, aquella sonrisa que hace tiempo no le veía había surgido...

 

-Soy el primero... que bien

-¡CLARO QUE NO!

 

Le grité... obvio le mentía. Este beso era el primero, él era el primero, desde siempre lo había sido.

 

 

 

 

Habían pasado varios días. Su padre no había vuelto por lo tanto le hacía compañía. En ocasiones se nos hacía tarde haciendo tarea o sólo platicando, por eso me quedaba a dormir. Creo que fueron así por un poco más de 12 días... Entonces vi lo que realmente le pasaba, lo que era su vida...

 

-Shhhh...

 

Me dijo tapándome la boca. Eran como las 12:45de la madrugada. Ya hacía más de 3 horas que nos habíamos metido en la cama a dormir.

 

-Junta...

 

Me decía murmurando.

 

-Pase lo que pase no salgas de la habitación... No hagas ruido... por favor

-¿Qué pasa Harou? Me estás asustando...

 

Aún no comprendía lo que pasaba pero esa mirada suya me decía que era serio.

 

-Vamos... has lo que te diga... Métete al armario y cierra... no salgas... hasta que te diga

 

Me dio un beso en la nariz y salió de la habitación. Yo obedecí y me metí en el armario... podía ver como Harou salía de la habitación... con esa mirada triste de siempre.

Era muy aburrido... allí dentro estaba todo oscuro y me empezaba a quedar nuevamente dormido... Harou no volvía y ya confundía si estaba preocupado o enojado creyendo que él me había olvidado allí dentro.

De un sobresaltado me había levantado. La puerta de la habitación había sido azotada... Pude ver a penas una sombra enorme que llevaba debajo del brazo a una persona. Aquella persona era Harou pero ¿quién lo llevaba?

 

-Papá

 

Eso pude escuchar de mi primo... ‘Papá' ¿Ese era su padrastro? No lo podía creer, qué le estaba haciendo...

 

 

-Aquí no... por favor...

 

Lamentaba Harou... Aquella persona, su padre, lo tiraba de forma brusca a la cama. No podía distinguir sus rostros desde allí, pero su voz, esa voz quebrada... sin duda era de Harou. Aquellas siluetas, casi sombras, se encontraban frente a mí... dándome la espalda... No sabía que lo próximo que vería sería tan grotesco... escenas que se me exhibirían.

El hombre puso bocabajo a Harou... al filo frontal de aquella cama. Veía como la mitad inferior de su cuerpo quedaba fuera... Me encontraba atónito... La fuerza que usaba hacia él era aterradora... Los brazos y manos de mi primo eran sujetados hacia atrás por esa mano... Él  lo apoyaba fuertemente a la cama... le bajó con la otra mano su pijama.

No podía moverme, gritar, a penas podía respirar, estaba asustado... temía que si aquella persona me viera lo lastimara más... Yo era débil y no podía hacer nada más que mirar. Ser su testigo...

Se agachó y con la mano le acarició el entremuslo... ascendía hasta llegar a sus nalgas. Fueron salvajemente separadas por dos de sus dedos. Harou gritaba ante tal acción, le había dolido tanto. Empezó a penetrarle con los dedos... mientras mi primo gritaba, era tan doloroso, tanta presión ejercía con aquellos dedos hacia él, hacia su pequeña persona. Harou no hacía más que ahogar aquel llanto en su colchón.

Me tapé los oídos, no quería escucharlo. Estaba sufriendo. Sentía como me miraba desde allí, como si estuviera disculpándose conmigo por verlo. Desde aquella cama... él era cruelmente violado... y yo no me había dado cuenta. Era un tonto, un estúpido, él siempre me necesitaba y yo... aún ahora sigo siendo un inútil. Ese llanto penetraba en mis oídos, quitármelos, arrancarlos, quería desaparecer ese dolor que se emitía en mí por sólo escucharlo. Deseaba salir, ayudarlo, pero este temor de lastimarlo más... este temor evitaba que me moviera.

El dolor podía ser fácilmente confundible... Él lo tomaba de la parte inferior, de su aparato, lo alzaba para dejarlo inclinado sobre la cama. Su rostro aún estaba sumergido en las sábanas... cubierto con ese mar de lágrimas secas. Puso su mano en el sexo de Harou, empezando a acariciarlo mientras se frotaba desde atrás en él.

Era asqueroso, la escena más sucia que había visto... mi primo sufría... y nadie, ni yo estando allí, podía detener aquel dolor.

Cada penetración que le hacía, cada envestida... era un alarido, un grito de dolor mezclado con  placer... Harou empezaba a hacer erección mientras le penetraban y acariciaban el genital. Ya no sabía si se retorcía de dolor o de placer. Su espalda se encorvaba hacia atrás... quedando pegada al pecho del hombre. En la última penetración mi primo eyaculó en la mano que le masturbaba y también el otro dentro de él.

Su padrastro sacó su sexo, lamió su mano recién impregnada de aquel líquido y subió sus pantalones. Se puso el cinturón y dejó tirado bocabajo a mi primo. No dijo palabra alguna. En mí quedaron aquellos gemidos. Los de ambos... Vi como cerró la puerta... sin mirar atrás. Esperé unos minutos, desde allí observaba a Harou acostado ya de lado. Tardé pero me acerqué. Estaba enojado, no con él, sino conmigo mismo. Por lo que había visto y el no haber podido detenerlo. No le dije nada... cómo podía explicar aquellas emociones que tenía... cómo disculparme por todo... cómo.

 

-Jun-kun... ¿me pasas... otra pijama?

 

Decía con algo de dificultad... se notaba cansado, triste.

 

-Harou

-Yo lo haría pero estoy algo agotado...

 

Su alegría fingida salió hacia mí. Sin objeción fui por aquellas ropas... mientras tanto él se sentó... pude escuchar aquellos leves quejidos de dolor. No podía pedirle ahora explicaciones, ese hombre aún se encontraba en la casa... no podía por ahora más que ayudarlo y apoyarlo.

 

-Toma -le extendí unas ropas que había sacado

-Gracias

 

Dijo con aquella mirada llena de tristeza, fingía esa sonrisa... esa tonta sonrisa. Lo ayudé a cambiarse... al quitarle la ropa pude verlo... aquellas huellas seña de que no era la primera vez. Su pecho, todo ese pecho blanco estaba golpeado y saturado de chupetones.  Él lo había hecho, le había hecho daño a la persona más importante para mí... a la que quería más que a mí mismo. Fue en ese momento cuando sentí aquel dolor tan dentro de mi pecho... aquel dolor que me provocaba verlo sufrir.

Notas finales:

Espero les halla gustado, es verdad, este capítulo estuvo un poco ma´s fuerte... pero el siguiente (si no calculo mal) será el final.

Espero les guste y como siempre aquí eatré para escuchar comentarios y/o sugerencias

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CIAO-BYE BYE


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