Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cosas del amor, asuntos del destino por Karura

[Reviews - 142]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: antes que todo muchas gracias por sus comentarios, estoy emocionadisima, muchas gracias... bueno... lo otro es desearles un muy feliz año nuevo a tod@s y decir que el proximo año ojalá saquen nuevas series yaoi siiiiiiiiiii ese sería mi deseo perfecto para las 12:00 pm ^^ bueno tengo que advertirles que este capitulo es un poquito crudo, así que se los dejo bajo su responsabilidad... a mi me dio mucha pena leerlo u_u... bueno en todo caso pondré un aviso, aunque se que hay much@s que les gusta ver sufrir a los personajes a mi en lo personal no tanto... de verdad lloré con el capi... bueno eso es todo que lo disfruten ^^

Capitulo 21: “La ruptura”

 

 

-K-san… ¿has visto a Ryu? Habíamos quedado en que  pasaría por mi, son más de las 8:00 y aún no ha llegado.

 

-pues no, lo siento Suguru-kun ¿por qué no lo llamas?-aconsejo el americano.

 

-es que ya lo llamé, pero no contesta, creo que tiene el celular apagado-la mirada del jovencito se volvió algo triste, K le sobó la cabeza traviesamente sonriendo.

 

-don`t worry for that boy, seguramente ha de estar en uno de los pasillos del edificio, tú sabes lo inquieto que es ¿no?

 

-ha… ja… si, K-san tienes razón-afirmó el muchacho.

 

-yo no estaría tan seguro… pues lo vi saliendo de NG hace unos minutos… y llevaba una cara…-dijo el pelirosa tratando de no preocupar a su amigo, pero el ojimarrón ya había echado a correr en su búsqueda…

 

no se le ocurrió otra cosa que ir al departamento que compartía con el castaño y esperarlo ahí, sin embargo cuando llegó y abrió la puerta sus marrones ojos se abrieron de par en par, llenos de incredulidad por lo que veía… todas sus cosas estaban en la entrada empacadas y embaladas…

 

¡¿POR QUÉ ESTABAN TODAS SUS COSAS ALLÍ?!

 

Se dirigió corriendo  a la sala donde encontró a su koibito sentado en uno de los sofá… lo estaba esperando…

 

-me podrías explicar… ¿qué significa esto?-demandó saber el menor, señalando su equipaje, su teclado y las cajas embaladas con nerviosismo, mirando al adulto con ese aplomo que lo caracterizaba…

 

-¿eso?... es el adios pequeño…-contestó el mayor con frialdad…

 

Suguru sentía que no podía procesar bien en su cabeza lo que estaba pasando, pero lo unico que podía escuchar era a su corazón estremeciéndose de pena y de confusión.

 

-¿es una broma cierto? Estás inventándote todo eso para ver que cara pongo y reírte un poco ¿verdad?

 

-no, no esta vez… lo nuestro se acaba aquí Suguru… debemos terminar esto…

 

-¡NO! ¿¡Por qué?!-el jovencito ya tenía lágrimas en los ojos y la rabia le pesaba en las palabras, Sakuma se levantó del mueble para mirar por el ventanal y así evadir completamente esos ojos llenos de dolor… se le partiría el alma si los veía nuevamente…

 

-¡maldición respóndeme! ¿¡Por qué?! ¿¡Qué hice mal!?-exigió mientras se secaba las rebeldes lágrimas con el brazo.

 

-p… porque eres aburrido… porque ya no me eres útil… ¿acaso creías que de verdad me iba a enamorar de alguien tan poca cosa como tú?... no me hagas reír, no fuiste más que un juguete en mis manos… así que ahora vete… no tienes nada más que hacer aquí…-dijo tajante haciendo que al jovencito le temblaran las rodillas de la pura impresión…

 

-…

 

-vete… ordenó tras sentir el silencio.

 

-¡mientes! ¡Es mentira lo que dices! ¡Dijiste que me amabas, que querías estar conmigo para siempre! ¡No puedo creerte… no te creo!!-al escucharlo el mayor se mordió el labio aguantando sus propias lágrimas y se giró a encararlo, tomándolo de la camisa con fuerza.

 

-¿es que acaso no lo entiendes? ¡No te amo! ¡No siento nada especial por ti!!!-le gritó provocando que el pequeño se echara a llorar desconsoladamente.

 

¡Dios!... Su llanto le remecía las entrañas, lo estaba matando verlo sufrir, no obstante debía hacer su mejor esfuerzo, tenía que hacerlo creíble o tohma se encargaría de hacerlo mucho peor.

 

-mira mocoso, me divertí contigo un buen rato, pero ahora eres repugnante… sal de mi vista… ¡vete… no soporto verte más!-el castaño lo tomó del brazo llevándoselo a empellones hacia la puerta mientras suguru no podía dejar de llorar, así como si tuviera una herida y le escociera a cada segundo…

 

-¿Cómo puedes ser así? ¡¿Cómo puedes ser tan cruel con mis sentimientos?!... después de todo lo que hemos pasado… después de que te entregue todo de mí… ¡te lo entregue todo! ¡¡Maldito mentiroso!!-le gritó el pequeño desde lo más profundo de su alma, totalmente herido, mientras Sakuma cerrando los ojos para no verle… agonizaba…

 

-¡es suficiente márchate de una vez!!!-con toda la fuerza que pudo empujó todas sus pertenencias afuera, incluyendo al joven, que sintió como la puerta se cerraba en sus narices…

 

ahora entendía como se sentía Shindou-san cada vez que el escritor lo echaba a la calle… pero seguramente la mala racha de ellos duraría solo unas pocas horas o un día como mucho… a diferencia de lo suyo… que duraría para siempre… se aferró a la puerta negándose a abandonarlo…

 

-Ryu… por favor… no me hagas esto… dime que lo que dijiste fue mentira, que no era verdad… por favor… no me abandones Ryu… ¡¡no me abandones!!-su llanto continuaba mientras dentro del departamento el cantante dejaba que las lágrimas fluyeran sin control sintiendo asco de su cobardía, de su miedo y de si mismo…

 

-*perdóname, perdóname por favor… perdóname por causarte tanto dolor, pero ya no puedo más con todo esto…-pensaba mientras se dejaba caer en el sofá llevándose las manos al rostro inundado de tristeza.

 

Eran más de las 10:00 de la noche…

 

ya no sentía ningún ruido proveniente de la puerta, supuso que se había marchado, pero cuando la abrió se dio cuenta que aún seguía allí, sentado en el suelo, abrazado de sus rodillas, profundamente dormido, como un ángel azotado y torturado, con sus ojos hinchados y enrojecidos de tanto llanto… no pudo soportarlo más, llamó a tohma  para que se lo llevara de una vez por todas… el rubio ni se molestó en entrar, tomó en brazos a su primo y vió el pendiente  de plata en su cuello, con cuidado lo desabrochó y lo tiró al suelo frente a la puerta del departamento, no quería que su pequeño tuviera algo que le recordara a Sakuma.

 

El cantante estaba sentado  en uno de los sillones de la sala… todo lucía vacío… lúgubre…

 

Que extraño era ver de nuevo su departamento internado en la soledad, no podía dormir, no después de lo que le hizo a su niño, ese al que antes consideraba un viejo de cincuenta años, al que hizo suyo en la sala de grabaciones dándole su primera experiencia en el terreno sexual, al ojimarrón que amaba la música tanto como él.

Ahora estaba como al principio… solo con su peluche de felpa rosa.

 

Se lo llevó a sentarse con él en el sofá en donde encontró el control remoto y prendió el televisor… mala idea… sus ojos se clavaron en la imagen del tecladista de Bad Luck que sonreía mientras el viento agitaba su cabello… era el video digital que habían hecho el día de la grabación del video de Bad Luck, sabía que verlo le haría daño, pero aún así presionó el botón de play para desactivar el estado de pausa.

 

-“no Ryu-chan, no me grabes, salgo mal vestido y me molesta el viento”-hizo una mueca de molestia.

 

-“¡buuu! ¡No seas malo Sugu-chan dale una sonrisa a Kuma-chan y a Ryu-chan na no da!”

 

-“bueno, está bien♥, pero promete que vas a cantarme esa canción, esa linda que compusiste para mi”

 

-“¿cantarla ahora?”-habló el cantante anonadado.

 

-“¡yep!”-decía el muchachito entusiasmado.

 

-“¡bueno, pero Ryu-chan quiere un beso de adultos!”

 

-“no, aquí no Ryu”-decía suguru sonrojado.

 

-“¡kawaii, ryu-chan te comería aquí mismo! pero si te molesta aquí, entonces ven conmigo na no da”-y esas fueron las últimas palabras que grabó la camara antes de  que las baterías se agotaran.

 

Recordó ese momento, había sido tan adrenalínico… sí… les gustaba hacer locuras y aquella tarde se les ocurrió meterse en el rincón más tupido del bosque y ahí, en el espacio de un tronco hueco que los protegía, se quitaron las ropas abandonándose apasionadamente para amarse con locura… no solo se trataba de esos encuentros fortuitos, sino de ese algo especial que había nacido entre ambos…

 

Gruesas lágrimas volvieron a bajar rodando por su rostro, tomó el control remoto lanzándolo con furia por la ventana, haciendo que el cristal se quebrara, buscó en uno de los muebles lo mejor de su colección de tragos y bebió pensando que eso lograría aplacar su dolor, pero este no hizo más que empeorar.

 

Totalmente ebrio tiró la botella al suelo provocando que se hiciera trizas, sus pies se lastimaron con los pequeños pedazos de cristal, pero no le importó, se merecía algo peor… dejó resbalar su espalda por la fría pared, miró a kumagoro entre sus manos…

 

-tampoco tú me ayudaste a que no se fuera…-los ojos negros del peluche rosa lo miraban con reproche, como si le dijera: “aquí el unico culpable fuiste tú, por haberle hecho caso a Tohma”

 

-¡si, ya lo sé y qué! es tarde… ¡lo perdí!-estalló apretando al conejo más de la cuenta, haciendo que la piel mullida cediera rasgándose.

 

-¡p… perdón kumagoro… no quise…!-dijo intentando disculparse por su actitud violenta, pero lo único que consiguió fue mancharlo con su sangre… otra vez…

 

Nuevamente esa imagen volvía a recordarle su cruel pasado… y así… sin más se vió atrapado en el vaivén de recuerdos que se abrían como una flor llena de espinas en el fondo de su conciencia…

 

 

Recuerdos de Ryuichi***********

 

-Ryu-chan no te vayas muy lejos a jugar, te puedes perder…

 

-no voy tan lejos mami, además kumagoro me cuida ¿cierto kuma-chan?- dijo el pequeño refiriéndose a su conejo de felpa…

 

-desde que se lo compraste en esa tienda no lo suelta ni para ir al baño

-cariño, ¿hubieras preferido ese robot gigante de 3 metros?-ambos padres echaron a reír al recordar como su pequeño hijo de 6 años hacía inmenso alboroto porque le compraran algo en el centro comercial…

 

Los padres de Ryu en ese entonces habían comprado unas acciones avaluadas en terrenos rurales, correspondientes a plantaciones de arrozales y maíz, eran dueños de muchas propiedades y sabían moverse en el mundo de los negocios, pero por esas cosas de la vida la compra de esas acciones solo desencadenaron más problemas…

 

La persona que perdió esos terrenos hizo lo que pudo por recuperarlos en una subasta, pero los padres de Ryu dieron un precio mayor por esas tierras… como resultado el perdedor contrató a un tipo para que se deshiciera del problema… y así ocurrió, aquél día la feliz familia había ido a conocer su nueva propiedad… pero…

 

-buenos días Sakuma-san-un hombre joven vestido de traje negro y gafas se bajó de un automóvil y caminó por el sendero entre los arrozales, donde en el otro extremo la familia disfrutaba de un agradable picnic…

 

-Buenos días, ¿Qué se le ofrece? ¿Quién es usted?-preguntó intrigado el padre de familia.

 

-no creo que sea necesario decirle mi nombre… ya que no tendrá ni un segundo para recordarlo…-dijo el tipo y sacó un arma de su saco, por acto reflejo el jefe de familia protegió a la esposa…

 

-¡¿qué pasa?!-preguntó ella asustada viendo el cañón del arma casi frente a sus narices.

 

-cuando te lo indique corre y llévate a Ryu en el automóvil, aquí tienes las llaves…-susurró a su oído.

 

-n… no te dejaré.

 

-solo hazlo, esto va en serio… ustedes son más importantes…-le sonrió, ella temblaba aferrada a su brazo…

 

-¡corre ahora!-ordenó mientras intentaba forcejear con el hombre para quitarle el arma, pero este lo noqueó de un solo golpe y luego le disparó… ella siguió corriendo hasta dar con su hijo que se quedó pasmado viendo como ese hombre le había disparado a su padre…

 

-hijo, estamos en peligro, tenemos que correr-dijo ella jalándolo de la manita.

 

-¿y papi?-ella no hizo más que mover la cabeza en señal negativa intentando controlar sus lágrimas, ella tenía que ser fuerte ahora, para su niño.

 

Corrieron entre los pastizales de arroz intentando ocultarse de aquél hombre, pero un disparo la alcanzó cuando abrazó al pequeño para protegerlo con su cuerpo…

 

-¡¡¡mamá no te mueras por favor!!!-chillaba el pequeño niño arrodillado en el barro de los arrozales…

 

-¡corre Ryu, no te preocupes por mi, por favor corre por tu vida!

 

-¡¡¡mamá, papá no me dejen solo!!! ¡¡¡Buaaaa!!!

 

-Ryu, mi amor… no llores, solo corre hasta que estés en algún… lugar seguro… yo… te alcanzaré…-el pequeñito detuvo su llanto y abrazó por ultima vez a su madre.

 

-¿lo prometes?

 

-haré lo posible… ahora haz lo que te pide mami…-el peque asintió con determinación y echó a correr agachado para que ese mal hombre no lo viera, ¿Cómo iba a saber que esas eran las ultimas palabras que su madre le dijera?... una promesa que no se cumplió.

 

-¡jajaja, ya te encontraré mocoso y cuando te encuentre sí que vas a gritar!!!-se oía una voz entre los pastizales mientras el pequeño se escondía conteniendo su llanto para no ser escuchado y abrazando fuertemente a su conejo de felpa rosa…

 

Cuando vió que el hombre se acercaba al escondite quiso correr, pero unas raíces se lo impidieron y cayó de narices al suelo soltando a su conejito de felpa que cayó unos centímetros más allá…

 

Quiso levantarse, pero las manos del mayor lo mantuvieron boca abajo, el corazoncito del pequeño latía rápido y lleno de terror, sintió sus ropas arrancadas de cuajo y la violencia de ese hombre que se internaba en su cuerpecillo de una sola embestida, el chillido de su voz espantó a los buitres que se habían acercado, el dolor que sentía le hacía rasguñar la tierra con sus manitas, ese dolor en su interior no paraba, ni su llanto tampoco, menos la sangre que salía de su entrada y manchaba su propia piel, se quedó allí viendo a su conejo de felpa mientras escuchaba sus propios gritos y los jadeos y suspiros de ese pervertido asesino que lo estaba desgarrando sin piedad, ¿Cuándo terminaría ese calvario? ¿Mami por qué no vienes a salvarme? Pensaba el pequeño mientras la lluvia caía torrentosa y el dolor crecía aún más…

 

Sus padres habían muerto, no estaban allí para protegerle, no había nadie… estaba solo… hundido en la desesperación.

 

-*no quiero morir… no… no quiero… no quiero morir…-pensaba absorto en el pánico de sentir la pistola en su cabeza… pero como si hubiera sido una ayuda directa del peluche, vió bajo su cuerpo rosa lo que parecía ser una picota (herramienta para labrar el suelo) trató de alcanzarlo como pudo y sin esperar más una vez que la tuvo en sus manos se la enterró a  su agresor en el pecho… este cayó sobre él muerto mientras el pequeño intentaba zafarse, pero el dolor no se lo permitía, no obstante se aferró de la hierba para impulsarse hasta que finalmente se vió libre de la presión del cadáver… se abrazó a su peluche con todas las fuerzas que pudo, como si la vida dependiera de ello… él no lo abandonaría… nunca, le había salvado de morir…

 

Cuando le encontraron fue en la carretera, en estado agnósico y con el cuerpecillo semidesnudo cubierto de sangre… la policía se dedicó a investigar el caso, pero como el unico que había sobrevivido y el asesino estaba muerto, decidieron omitirlo… el pequeño fue llevado a un hospital psiquiátrico donde una nueva familia se hizo cargo de él… pero no volvió a ser el mismo…

 

Sino hasta que conoció a Tohma Seguchi quien lo salvó de tirarse de un acantilado cuando iban al instituto…

 

Fin de los recuerdos de Sakuma************

 

... ya no podía confiar en nadie… no quería seguir recordando… quería escapar, huir de allí… salió de su departamento, pero debido a su estado de ebriedad cayó de narices al suelo encontrándose con el pendiente que le había regalado a su niño…

 

-¡Tohma, maldito!!-gruñó tomando el pendiente y levantándose del suelo como pudo para echarse a correr hasta donde sus lastimados pies lo llevaran… allí en la azotea del edificio se quedó contemplando a la iluminada Tokio.

 

***

 

Cuando el ojimarrón despertó, sus ojos se abrieron en la oscuridad, trató de ubicarse, pero unos brazos lo envolvían protectores… ¿acaso sería que…? No, eso no podía ser…

 

El cantante lo había echado de su vida, además no olía como Ryu… sabía que ese aroma ya lo había percibido antes… como loción a vainilla… entonces lo recordó… era el aroma de Tohma… ¿qué estaba haciendo entre sus brazos? ¿Por qué estaba allí?... intentó alejarse de él, sin embargo este lo abrazó aún más acariciando su cabello con ternura.

 

-¿te acuerdas que te dije que nunca iba a consolarte si te pasaba algo malo?

 

-…-suguru calló, no quería ni responder… temblaba de solo recordarlo.

 

-no pude dejarte a tu suerte… eres lo más importante para mi, si algo malo te pasara yo jamás me lo perdonaría primo…

 

-To… Tohma…-susurró asombrado.

 

-ahora descansa, debes estar cansado.

 

-p… pero ¿Cómo supiste que yo y Ryu…?

 

-él me llamó, dijo que no quería encontrarte cuando llegara la mañana… así que yo no dudé en ir a buscarte, pero te hallé dormido y te traje conmigo.

 

-gracias… gracias primo…-Tohma lo sintió estremecerse en llanto, sus brazos rodeando su pecho con fuerza, con miedo de volver a ser rechazado de esa forma tan cruel, el rubio le correspondió abrazándolo también y sonrió bajo aquella oscuridad sintiéndose victorioso, al fin Suguru estaba en sus dominios y no permitiría que nadie se lo arrebatara… ¡nadie!

 

continuará...

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales: buenop, traté de hacerlo lo más suave que pude... si no despues me sacan el fic y no podría continuarlo pues... ustedes se quedarían colgad@s... bueno feliz año nuevo, pasenlo bien...

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).