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Cosas del amor, asuntos del destino por Karura

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Notas del capitulo:

perdonen la demora, la verdad es que he tenido un bajon anímico, pero paso algo inesperado durante la semana y ya estoy de vuelta jajajjaja, bueno aqui esta para que lo disfruten.

Disclaimer:
Los personajes de Gravitation no me pertenecen, su autora es la Srta. Maki
Muramaki, yo solo estoy pidiendo prestados a sus personajes para un fanfic >.< un beso a todos…




Escenas del capitulo anterior:

El jovencito dejó de verlo correr por el retrovisor, esa escena le partía el alma…. Ya en el tráfico vio su cinta y la puso en su reproductor walkman…. Hasta ahora no era más que una canción del pelirosa con Hiro tocando de fondo…entonces….


Capitulo 36: “te dejo ir…”

-¿Qué escuchas Suguru-kun?

-nada solo es una canción que los chicos me dedicaron antes de que me fuera-El rubio rió ante el comentario y continuó conduciendo mientras el tecladista de bad luck escuchaba la bella melodía, pero en eso, aquellas notas musicales se detuvieron y en su lugar aparecieron las voces de su primo y Eiri.
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“-tengo que confesarte algo Eiri-san…

-calma puedes confiar en mi.

-yo… amo tanto a Suguru-kun que… obligue a Sakuma-san… a abandonarle.”

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Suguru al escuchar estas palabras se quedó en shock… eran las palabras de Tohma…. No, no lo eran… ¡¡¡si, si lo eran!!! Se gritaba a si mismo mientras sus oídos seguían escuchando la horrible verdad.
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“-¿quieres hablar de ello?

-sé que lo que hice estuvo mal, por un momento titubee, pero de alguna manera sentí que tenía que hacer algo.

-¿y por qué no lo conquistaste?

-Suguru-kun jamás se hubiera fijado en mi… es tan testarudo cuando cree estar seguro de algo… así que no me quedó otra opción.

-y le hiciste cambiar de parecer… ¿Cómo lo hiciste?

-Sakuma-san guarda secretos que solo unas pocas personas saben… entre ellos yo… tuvimos una pelea en el tocador de la compañía, si lo hubieras visto suplicando jajajaja ese maldito nunca verá a Suguru-kun otra vez ¿y sabes? Le envidio por que él si puede hacer lo que desea, pasando por sobre los demás como un niño malcriado, en cambio yo… siempre tengo que dejar ir lo que deseo, pero esta vez no será así, de verdad cada vez que recuerdo lo que le dije me siento vencedor jajajaja.

-¿Qué le dijiste?-preguntó Eiri a sabiendas de que lo que estaba a punto de escuchar le revolvería el estomago, pero nunca esperó que lo que oyera lo llevaría a recordar su cruel pasado.

-pues le dije que si intentaba recuperar a Suguru-kun yo le contaría a todo Japón acerca de cómo fueron asesinados sus padres y como el asesino lo violó… con eso no podrá ganarme ¿no es perfecto mi plan Eiri-san?”

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Ante aquella confesión escuchada, Suguru sintió revolvérsele el estomago, a cada cruel palabra el corazón se le retorcía, miró a su primo por el retrovisor que se hallaba apacible al volante, él lo miró sonriéndole, pero el peliverde trémulo y pálido no podía devolverle la sonrisa…. ¿quién era la persona que estaba sentada a su lado? ¿Con quien tantas veces había hecho el amor? ¿Quién era en realidad Tohma Seguchi?
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“-¿Cómo pudiste hacer algo así?-le preguntó de pronto dejándolo atónito.

-¿he?

-¿c… como pudiste? ¡¡Sabías por lo que yo pasé!! ¿¡En qué estabas pensando Tohma!? ¿¡O es que acaso olvidaste lo que ocurrió aquél día en nueva York

-me das asco… ¡me das asco!!

-e… espera Eiri-san ¡¡¡espera!!!”

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El joven tecladista tenía un caos en su cabeza, no sabía si echarse a llorar o a correr, tenía miedo, estaba inseguro, lo que creyó tan tangible ahora se desmoronaba, sus ojos se enrojecían de rabia y de pena.

-Tohma… detén el auto…-dijo con una voz más fría que el hielo.

-¿pasa algo? ¿Te ocurre algo malo Suguru-kun?

-¡detén el auto Tohma!-gruñó antes de llevarse la mano a la boca, las ganas de vomitar eran inminentes, el rubio se estacionó en un parque y el jovencito se bajó con rapidez, devolviendo todo lo que su estómago pudiera contener, Tohma se bajó también contemplando sus espasmos, quiso ayudarle, pero Suguru lo apartó de un manotazo, como si su contacto le quemara.

-estoy bien-jadeó apoyándose de espaldas en la puerta del carro.

-¿vamos a casa? Tal vez deberías descansar Suguru-kun.

-Si… creo que no me siento bien del todo.

-vámonos-dijo preocupado viendo su mirada gélida, ya en el volante fijó sus ojos en el reproductor de música que el pequeño guardaba celosamente entre sus manos.

Al llegar, Suguru se fue directo a la ducha y entre el ruido del agua dejó salir las lagrimas tan arduamente contenidas, lloró bajito mientras el agua lo mojaba… ¿Cuántas veces se lo habían advertido?

Pensó en lo que Ryu estaba haciendo para recuperarle, todas esas rosas del concierto, la verdad tras esa canción que le dedicó en el escenario… su pasado macabro victima de un cruel chantaje…. Y finalmente comprendió el dilema de Ryu… lo comprendió, por que si le hubiera pasado a él no le gustaría que todo Japón lo viera con lástima, él amaba cantar… si esa verdad de su infancia la supieran los medios de prensa, su vida sería un infierno… lloró con más ganas al darse cuenta de ello… amaba a Ryuichi con todo su ser, la imagen de Tohma se había quebrado como un espejo… con lo que éste había hecho le dio a entender que no estaba bien…. Su primo estaba rayando en la locura…

De pronto escuchó su celular sonando entre sus ropas, salió de la mampara y contestó.

-¿ahora me crees?-dijo una voz que conocía… era Tatsuha.

-¿Cómo obtuviste mi número?

-se lo pedí a mi honey, te estoy esperando afuera en mi motocicleta, tenemos que hablar.

-¿Qué le digo a Tohma?-susurró bajito para no ser descubierto.

-no le digas nada, escápate-le dijo el moreno.

-¿¡quéee!?

-él no sabrá adonde vamos a ir, te cuidaremos, confía en mi.

-e… esta bien, ahora salgo.

En eso aparece Tohma…

-¿con quién hablabas?

-con… Hiro-san es que me preguntaba si me había gustado la canción, pero note que tenía partes desafinadas, se lo dije y le echó la culpa a Shindou-san…-dijo esa mentira como si hubiera sido verdad, el rubio se dirigió a la cocina.

-prepararé café ¿quieres?

-si, por favor-pidió y cuando se aseguró de que realmente el rubio no tenia vista a la puerta de entrada, tomó rápidamente la cinta con el reproductor, su abrigo y salió sigilosamente del departamento, afuera en el estacionamiento lo esperaba Tatsuha, que al sentir al muchachito a sus espaldas echó a andar el motor a la velocidad de la luz.

-¿lo quieres con una o dos de azúcar? ¿Suguru-kun?.... ¿Suguru?....-el rubio revisó por completo el piso sin tener ni rastro de su amante… el corazón se le paralizó de pronto, y recordó cada uno de los sucesos ocurridos desde que terminara el concierto… esa cinta…

-*Suguru comenzó a actuar extraño después de escuchar esa cinta… ¿Dónde estaba esa cinta?-la buscó sin éxito supuso que se la había llevado, de un momento a otro perdió el control desesperado y mandó las tazas a volar, moría de celos y de rabia…. Si Sakuma se lo había llevado no se contendría en quitarle la vida, nadie le quitaría a ese tesoro que había encontrado… aunque eso le costara convertirse en asesino.


Llegaron a un bar llamado “Lenouxe”, el joven pelinegro estacionó la motocicleta en un aparcado con cuidador, se bajaron ambos y Tatsuha le guiño el ojo a una tipa que estaba en la entrada la cual les permitió pasar por que aún eran menores de edad, se sentaron en los taburetes de la barra…

-¿ahora si me crees? Idiota….

-no, no quería creerlo, jamás me imaginé…. Que Tohma sería capas de algo así…

-por supuesto, vives tan pegado a la idea de que mi ex cuñado es un ser perfecto que no te diste cuenta de cuando comenzó a caer ¿entonces que vas a hacer? ¿te vas a Londres después de saber que clase de persona es Seguchi?

-no, no podría…

-es tan obvio, se te destruyó tu castillo de naipes, pobrecillo-se burló el menor de los uesuguis con ironía, pero las lágrimas del ojimarrón lo hicieron sentir algo culpable.

-discúlpame no quise…

-esta bien, es solo que… he estado aguantándome… las lágrimas desde que salí de casa, la verdad… ya no quiero que nadie se haga daño… no quería que… esto sucediera…-decía conteniendo los sollozos y por eso la voz se le quebraba… estaba destrozado.

-¿comprendes la magnitud del problema? De no haber sido por que yo estaba en la azotea de su departamento aquél día se hubiera suicidado… si no hubiera habido nadie allí para ayudarle, para consolarle… ya … ya no estaría aquí.

-no, eso no… no puede ser-Suguru sintió que se le bajaba la temperatura de solo pensar en el hecho de que su amor muriera.

-hay que detener a Tohma, antes de que alguien realmente salga herido.

-¿y como hacerlo?... él jamás lo admitirá.

-ya todos están enterados de la situación, tenemos que confrontarlo-le dijo el moreno con un nudo en la garganta acariciando la mejilla del peliverde que se humedecía por el llanto.

El tecladista de Bad luck no pudo más, salió del bar hecho un mar de lágrimas y el moreno corrió tras él tratando de alcanzarlo, al fin el músico se detuvo en un parque sentándose en una banca y rompió a llorar desgarrado, Tatsuha comprendió cuanto ese muchacho amaba a su Honey y corrió rápido a su lado envolviéndolo en sus brazos otorgándole consuelo… después de todo su corazón era bastante ancho y alcanzaba para alguien más, no era feo ese pequeño… pensaba dejando que su perversa y bien dotada imaginación le mostrara algunas imágenes XXX ¡¿pero en qué diablos estaba pensando?! ¡Era su rival! ¡Su rival! Aunque después de examinarlo un buen rato con la mirada comenzó a entender el porque su Honey se había enamorado del chico… realmente este era una preciosura ¡maldición!

Cuando el tecladista se hubo tranquilizado el monje lo miró directo a los ojos sonriéndole.

-¿lo amas a pesar de que no te dijera sobre su pasado?

-lo amo, lo amo demasiado y le perdono que no me haya dicho y… quiero estar con él-dijo cerrando los ojos mientras se sonrojaba.

-entonces te quedas en Japón…

-si.

-¿y enfrentaremos a Tohma?

-Ryu y yo no podemos hacerlo solos.

-ya te dije que les vamos a ayudar, tu tranquilo y encárgate de hacer feliz a mi Honey.

-¿Por qué haces esto por nosotros? ¿Por qué nos ayudas?

-por que lo amo, sé que es algo duro para mi, pero después de todo lo que ha pasado llegue a la conclusión de que el egoísmo te hace sentir más podrido, ya llegará alguien adecuado para mi… algún día-decía mientras se encaminaban a la motocicleta.

-bueno sube que no tengo todo el día ¿acaso crees que me encanta hacer de cupido?

-Tatsuha-san muchas gracias-le sonrió, el moreno no dijo nada solo sintió esos brazos rodeando su cintura y echó a andar la motocicleta mientras bajo el casco las lágrimas corrían sin consuelo.

-¿adonde vamos?-aquella vocecita atrás suyo le hizo mantener la compostura.

-¿quieres verlo no es así?

-si, pero Tohma…

-no los encontrará, Ryu está rentando un piso .

-ah…-musitó el menor tratando de relajarse pero no podía, como si tuviera la sensación de que algo malo iba a ocurrir...

La puerta del departamento se abrió dejando ver a un preocupado Ryuichi que se moría de expectación por saber por que diablos había salido el moreno después de hacer una llamada.

-Tatsuha ¿adonde fuiste tan derepente? ¡Me tenias preocupado!

-fui a traerte un regalo-decía el monje escondiendo al menor detrás suyo.

-espero que no sea un kumagoro gigante como el que me trajiste aquel día a la clínica ¿serán chocolates?-ambos muchachos sonrieron ante el recuerdo, aunque Tatsuha se puso colorado al saber que su rival estaba a sus espaldas.

-lamento que no sea un kumagoro gigante o chocolates.

-¿a no? ¿Entonces que nos trajiste a mi y a kumagoro Tat-chan?-preguntó con voz de niño.

-el regalo más hermoso de tu vida Honey-dijo apartándose para dejar ver al ojimarrón que no apartaba la vista del cantante…

La expresión del cantante cambió drásticamente al ver a su niño, lo tenía frente a él, perdido en esos vidriosos ojos avellana que seguían liberando lágrimas.

-Suguru…-susurró el mayor sin poder asimilarlo aún, se acercó a él tomando su rostro entre sus manos sintiendo como sus propios ojos escocían de emoción.

-ya lo sé todo, te perdono, te perdono Ryu…-dijo desesperado por abrazarle y demostrarle cuanto lo quería, el cantante sonrió abrazándolo como si hubiera recuperado el alma, lo abrazaba con tanta fuerza, con tanta dicha, tenía miedo que fuera una ilusión y se esfumara.

-fui un cobarde debí decirte…

-lo comprendo sé que fue duro para ti… tomar una decisión sobre tu pasado…-dijo algo incómodo, no sabía si hablar de ese tema.


-etjum… etjum….cof, cof, cof… bueno, yo me voy, dicen que 2 son compañía 3 son multitud-carraspeó Tatsuha dirigiéndose a la puerta y desapareciendo por ella, pero antes de que lo hiciera…

-gracias Tatsuha
-gracias… por todo, no sé como recompensar…-las palabras del cantante no alcanzaron a terminar.
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-pues de nada, tú no tienes que recompensar nada, con verte feliz al lado de este chico al que amas me basta… cuídalo mucho ¿he? O si no vendré yo mismo a quitártelo-dijo dando una desvergonzada sonrisa y se marchó.

Tatsuha nada más salir del departamento dejó a sus ojos salir las lágrimas, tenia que dejar ir a su honey, era lo que se había propuesto y lo cumplió, debía sentirse bien con ello, pero su corazón dolía como una herida abierta, no podía contener el dolor que salía de su pecho en un torrente de lágrimas, cuando llegó al estacionamiento del edificio se encontró con su hermano Eiri, que lo estaba esperando apoyado de espaldas contra la puerta de su automóvil, fumándose un cigarrillo.

-¿Qué te paso? Mírate la cara ¿por qué estas llorando Tatsuha?-preguntó el mayor con su característica frialdad.

-no es nada aniki, deja de joder-le pidió con cansancio, lo único que quería en ese momento era llorar.

-¿adonde crees que vas?

-quien sabe…

-tu te vienes conmigo-le dijo tomándolo del brazo con intensiones de meterlo al automóvil.

-¿y a ti que te pasa? ¡¿Es que acaso no me puedes dejar solo ni un momento?!-le gritó lleno de rabia, pero a cambio recibió un cálido abrazo.

-no seas cabezota y desahógate-le dijo al tiempo que tiraba el cigarrillo al suelo… ahí en esa oscura noche, en es solitaria calle Tatsuha sintió el calor humano de su hermano, aquél calor que perdió cuando se fue a nueva York… pero que con la llegada del pelirosa a su vida había recuperado…

-vamos a casa, hablaremos con mika respecto a Seguhi.

-si, vamos.

En tanto…

Ambos aun estaban abrazados en medio de la sala, sin decirse ni una palabra, solo sintiéndose mutuamente, disfrutando del calor corporal que emanaba de cada uno.

El jovencito lo miró a los ojos admirando esas bellas orbes aguamarinas que extrañaba tanto y mirando esa boca que se le antojaba, pero el cantante se le adelantó apoderándose de la suya besándola con tal pasión e intensidad que el jovencito respondió rodeándole el cuello con los brazos, su pequeño cuerpo se estremecía ante la cercanía, el mayor degustó esos labios húmedos, suaves y delicados que se esforzaban por seguir el ritmo danzante y hambriento de su amor, sus manos buscaban sus caricias recíprocamente desplazándose candentes por debajo de la ropa, estaban en ese apasionado beso cuando de pronto tocaron a la puerta.

-que extraño ¿Tatsuha?

-¿se le habrá olvidado algo?-preguntó el menor sintiendo su piel como de gallina, definitivamente presentía que algo andaba mal.

-voy a abrir.

-te acompaño-le dijo cojiendole la mano.

-¿a qué le temes? Solo es Tatsuha… Tohma no sabe que vivo aquí…

-es que…-dijo temeroso… en ese momento la puerta se abrió, definitivamente no era Tatsuha… un arma salió a recibirlos, una pistola… su portador… Tohma Seguhi…

-devuélvemelo a Suguru-kun… es mío.

Continuará…

Notas finales:

¿y qué les pareció? por favor dejen reviews, no quiero que me vuelva a dar un bajón de esos, estube a punto de tirar el fic a la basura... onegai... no sean malos, gracias de antemano a todos los que leen mis fanfics y gracias por su paciencia, bye nano da!!!!!


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