Semanas después…
Era tarde, ya todos comenzaban a abandonar sus labores en la compañía disquera, pero como siempre suguru era el que se quedaba más tarde y en esta ocasión era para terminar de grabar en el teclado nuevo que K había comprado, descontándolo obviamente del sueldo de cierto cantante peli rosa… que si recuerdan mandó a volar accidentalmente el piano electrónico por los aires cuando estaba ensayando.
-“¿Qué haces sugu-chan?”-mirada atenta e ingenua por parte de un hiperactivo Sakuma.
-“tratando de interpretar esta melodía, pero aunque tengo las partituras no me sale… que extraño”-comenzó a tocar la pieza, sin embargo el peli verde no dejaba de fallar y así comenzaba desde cero tocándola una y otra vez.
-“estas tenso… es como en la voz, si no te relajas no sale como debería”-habló el cantante dejando que su lado más profesional auxiliara al pequeño, este lo miró a los ojos sintiéndose totalmente avergonzado… mucho más que cuando estaba con su primo.
-“relájate suguru, no te voy a comer”-dijo la musitada voz del cantante sonriendo con sensualidad, dejándolo perplejo.
-“yo… voy a intentarlo de nuevo…”-no podía quitarle los ojos de encima a ese hombre…
Desde de lo acontecido en aquella salita de descanso semanas atrás, que se encontraba medio idiotizado y sin ninguna reacción que no fuera la sonrisa y el suspiro… Sakuma lo tenía atrapado en una red de emociones que no sabía cómo describir y se veía incapaz de escapar de ella… mejor dicho no quería hacerlo, le agradaba sentirse así tan especial para alguien y a la vez tan ajeno… el juego de las miradas se extendió por dos semanas consecutivas, jugando a seducirse mutuamente en secreto, como si fuera un tesoro compartido en complicidad para ellos dos.
¿Aun amaba a Tohma? Qué raro… ya no le bailaban mariposas en el estomago cuando pensaba en él… entonces… ¿Sakuma realmente lo había conseguido?...
Las notas comenzaron a emerger del teclado… la melodía era bella, pero algo andaba mal con suguru, dejó de tocar llevándose las manos al rostro.
-“NO TE RINDAS SUGU-CHAN NANODA ¡Tú puedes! ¡Tú puedes! ¡Tú puedes!”-comenzó el inquieto dando saltitos y bailando por toda la sala para echarle porras.
-“Ryuichi…”-sonrió agradecido.
-“kumagoro quiere ayudarte, dice que sabe tocar un poquito el piano y que te ayudará no da”
-“¿qu… que?”-el muchachito se sorprendió, en su vida había oído hablar de que Sakuma Ryuichi supiera tocar el piano, es más su primo nunca se lo había mencionado… el infantil cantante sin esperar respuesta se sentó al lado del tecladista y puso sus manos sobre las blancas teclas…
SORPRESA… fue la expresión en el rostro del jovencito… parecía ser que realmente Sakuma era un ser dotado por los dioses… la melodía que había compuesto sonaba magistralmente de esas manos que viajaban rápidamente a través del instrumento.
-“… wow”-balbuceó asombrado y entonces el hiperactivo se detuvo.
-“¡oye sugu-chan kumagoro dice que te sientes aquí NA NO DA!”-el cantante señaló sus piernas con aire divertido.
-“ahh… yo… ee… esto…@/////@”-se puso más rojo que un tomate sintiendo de pronto una gran excitación y Sakuma al ver que este se estaba demorando demasiado en su decisión lo tomo por la cintura sentándolo sobre su… digo, sobre sus rodillas 0/////0…ante lo sucedido el pobre de suguru tembló de expectación.
-“pone tus manos sobre las mías, te guiaré y cuando lo domines dejaré que lo hagas tu solo”-susurró dificultosamente en su oído…
Una oleada de calor azotó el cuerpecito del tecladista sintiendo ardor de tan solo hacer contacto con la piel de esas manos de porcelana… se dejó llevar por la música, aprendiendo de su nuevo instructor y curiosamente tuvo la sensación de que era mejor que Tohma… jamás se lo hubiera imaginado… Sakuma era un ser divino de gracia y se preguntaba en qué otras cosas sería bueno… más calor y sonrojo… ¡pero que cosas estaba pensando, debía concentrarse, debía concentrarse!>//////<
Así transcurrió la sesión hasta que suguru ya no tuvo dudas y entonces el mayor alejó sus manos dejando que tocara solo. Dentro de la sala la temperatura había aumentado y las tímidas gotitas de sudor se impregnaban en sus cuerpos lo que hacía que la situación se volviera más incontrolable…
-“déjate llevar, relájate y verás que saldrá perfecto”-dijo con la sensualidad marcada en la voz mientras el peliverde ya se sentía víctima de su propia erección.
Tan rápido como pudo Sakuma encendió el botón de grabar en el teclado a la vez que Suguru se abandonaba en la música que ahora resultaba bastante embriagante, eso le gustó a Ryuichi, podría cantarla después , eso si antes no terminaba haciendo otras cosas con ese hermoso chico al que deseaba.
Sus manos se deslizaron por sobre los delicados hombros del muchacho, subiendo deliciosamente por su cuello posándose sobre su mejilla suave y aterciopelada.
El corazón de Suguru sin duda estaba a mil por hora, las notas ya prácticamente las improvisaba logrando transmitir toda las sensaciones que estaba experimentando… con cada caricia parecía arder en fiebre, tuvo que hacer un enorme esfuerzo para que ninguno de sus gemidos saliera de su boca, incluso más al sentir la fogosa erección del cantante rozando la ropa que cubría su ardiente entrada. 0////////0
La canción ya casi terminaba y el pequeño no podía seguir aguantando más el dolor de su miembro latiendo…
Nada más terminar la última nota Sakuma detuvo la grabación y estrechó ese delgado cuerpecito contra el suyo sintiendo la necesidad de apaciguar esa tortuosa inquietud…
-“Ahhh… Sa… Sakuma-san…”-gimió al contacto de esa boca perfecta que le besaba el cuello.
-“RY-U-I-CHI”-siseó en su oído con voz sexy, recorriendo la clara piel de su pecho por debajo de la camisa.
Aquellas expertas manos se deslizaban traviesas por su vientre, descendiendo cada vez más, suguru tuvo que contener la respiración al sentirlas jugueteando con el ziper de su endurecida cremallera.
¿Placer o vergüenza? No sabía que sentir, solo estaba ese placer embriagándolo por completo, ni siquiera quería resistirse, ¿Cómo podría hacerlo sintiendo en su oído la sofocada respiración de ese ser divino? ¿Cómo podría detenerlo si notaba que su miembro estaba latiendo igual que el suyo? Simplemente no podía…
-Depende de ti si quieres que te regale todo lo que poseo… todo lo que puedo ofrecerte… y no es poco…”-jadeó el cantante sin poder evitar que la boca se le hiciera agua al contemplar su carita excitada…
-“p… per… pervertido…”-balbuceó asintiendo, el mayor entendió esa reacción como un “¡tómame que esperas!” y sin más bajó el ziper del menor para liberar aquella erección de sus ajustados pantalones y boxers…
-“Ahhh… ahh”-Sakuma cogió su miembro con la mano derecha frotándola insistentemente mientras su inquieta mano izquierda jugaba con sus erectos pezoncillos.
El tecladista de Bad luck no podía dejar de moverse masajeando de manera inconsciente la dureza del cantante, haciéndole sentir el mismo placer que a él lo embargaba, pero de pronto el adulto dejó lo que estaba haciendo para levantarse. El muchacho de ojos marrón le vio con expectación, notando como el castaño lo sentaba en la silla y luego se arrodillaba ante él mirándole con intensa lujuria. El pelicastaño bajó entre sus piernas, suguru se estremeció de placer temblando al contacto de la quemante lengua que acariciaba la longitud de su sensible piel.
-“Ahhh… a haaa…”-gimoteó aferrándose de la silla y todo su cuerpecillo se arqueó notando como la boca perfecta de ese hombre capturaba su miembro por completo, frotándole, lamiendo y succionando como si fuera la paleta de dulce más deliciosa que hubiera probado en su vida, o como si hubiera sido una especie de barra de pocky.
Ryuichi por su parte disfrutaba de todo eso, cada gemido y suspiro que ese niño emitía lo volvía loco, esa vocecita fina y dulce estaba comenzando a hacer que su miembro ardiera y doliera… pero si podía seguir escuchando esos resollantes gemidos aguantaría aquella tortura placentera. El movimiento acelerado de sus desnudas caderas le dio a entender la urgencia que tenía el jovencito por correrse.
-…Hnghh… R… Ryu… y… ya… no… ¡Ahaaaaaaa!!!-El vocalista recibió el cálido néctar en su garganta y degustó los residuos en sus labios, miró a su niño, este jadeaba aun por los descargadores efectos del orgasmo, sus mejillas ardían encendidas de rubor…
-¡Sugoiiiii!! ¡Kumagoro dice que sabes delicioso, na no da! ¿Quieres probar tu sabor?-preguntó con infantil acento, el menor con la cara ardiendo no alcanzó ni a reaccionar, el cantante se apoderó con urgencia de su boca explorando cada rincón, obligando a su lengua a danzar rozando con la suya. Suguru casi sin aliento no hizo más que corresponder a aquéllos apasionados labios notando el sabor de su propia semilla en ellos, motivado por el deseo el jovencito llevó su mano hasta el ziper del vocalista.
-debe doler… ahora es mi turno ¿no?... vamos a ello…
-¡¡¡¡¡¡jaajajajajaja Kakoiiiiiiii!!!!!-rió
-¡¿Qué es tan gracioso?!.................no soy muy bueno en este tipo de cosas ¿verdad?-reaccionó suguru sintiéndose molesto e inseguro, el mayor dejó de reír acariciándole la mejilla.
-¡no es por eso sugu-chan! Tienes mucho potencial para estar con ryu-chan la la la… es solo que como eres nuevito, kumagoro dijo que hay que prepararte…-informó con su infantil faceta.
-¿po… potencial?- fujisaki sentía un tic en el ojo y una gotita resbalando sobre su cabeza.
-digamos que… Ryuichi Sakuma en la cama es algo… insaciable…-otra vez esa recondenadamente sexy voz que lo ponía a mil, los colores se le subieron al rostro de nueva cuenta, de pronto la habitación pareció haber aumentado el triple… “insaciable”… lo había dicho con tanta sensualidad que su ser entero tembló sorprendiéndose de su nueva erección.
El pianista se arrodilló con él en el suelo de la sala totalmente abandonado en esa mirada aguamarina, sintió los brazos de su amante rodeando su cintura, estrechándolo fuertemente hacia su virilidad. Las manos del joven exploraron desabotonando la holgada camisa, dejando a la vista aquél calido pecho semi bronceado, sus hombros suaves, su abdomen perfecto, finalmente le despojó de sus jeans, sorprendiéndose al ver que no traía nada bajo la prenda, su cara parecía un carbón encendido al contemplar esa tamaña erección que esperaba por él ansiosa y dolorosamente. El mayor sonrió travieso, disfrutando de la inocencia que pocas veces ese adolescente mostraba e hizo lo mismo desnudándole con cada caricia, besando cada rincón de su piel con fuego en los labios.
-¡Haaa… no… A… ahí no…!-se permitió gemir al notar las manos de Ryuichi palpando posesiva y desvergonzadamente su trasero, arrancándole jadeos al acariciar su casta entrada.
Con cuidado reclinó al joven boca arriba en el alfombrado suelo, separando sus delgadas piernas, posicionándose entre ellas, se llevo tres dedos a la boca embadurnándolos con su propia saliva y sin hacerlo esperar más comenzó a deslizar uno de sus dedos en su interior…
Suguru se retorció, más que dolor sintió molestia por la intromisión, aunque estaba tan excitado que pronto ya exigía más y ryuichi internó otro de sus dedos viendo como aquella suave entrada se dilataba por los roces y las caricias del masaje interno, pero sugu-chan gimió de frustración al sentir que el mayor retiraba sus dedos de si.
El cantante los reemplazó por su miembro sin darle tiempo al menor de reaccionar, se aferró a su espalda desnuda tratando de aguantar un grito doloroso que luchaba por escapar de su garganta…
-¡¡AAHH… a… duele…!!-resolló temblando bajo ese cuerpo divino.
-es por que es tu primera vez, pero te prometo que si te relajas y me dejas pasar te daré el mayor placer que hayas experimentado en tu vida… eso es bebito… ábrete para mi… disfrutemos de esto juntos…-¡por kami! otra vez esas provocativas palabras dichas con esa voz tan candente, se sintió desvariar olvidándose completamente del dolor, abandonándose al placer de sentir esa carne palpitante llenándolo a fondo.
Desde ese instante no pudo dejar de gemir, escuchando la voz de ryuichi jadeando en su oído a cada embestida, eso era detonador, se abandono por completo dando desgarradores gemidos de placer que llenaban la sala de grabación, se sentía cayendo en un espiral de sensaciones y emociones que lo tenían atrapado en un estado de absoluto trance. Ryuichi disfrutaba también de esa estrechez tan deliciosa y perfecta tratando de que el pequeño bailara al ritmo de su fogosa danza mientras sostenía sus caderas elevándolas un poco, para tener un mejor acceso.
Cada vez exigían más el uno del otro haciendo que el ritmo de sus embestidas comenzaran a hacerse más salvajes y duras, provocando con ello el estado que estaba a punto de sobrevenir, ninguno de los dos ya podía seguir aguantando mucho más, no cuando la piel les quemaba a cada roce, no cuando sus propios gemidos y el sudor perlado de sus cuerpos los excitaba aún más…
El joven ojimarrón sintió la mano de su amante estimulando su sexo de nueva cuenta, quería que dejara de hacerlo, pues si continuaba estimulándolo de esa manera volvería a correrse sin más, pero ryu no se detuvo y volvió a embestirlo con fuerza hasta alcanzarle la próstata… demasiado… lloriqueó, no quería que terminara, sin embargo no pudo evitar que su interior se tensara aprisionando el miembro del cantante, provocando con ello que ambos estallaran de placer, sintiendo las correntadas de un largo e inacabable orgasmo que parecía no tener fin… no querían que la noche acabara, no querían dejar de hacer el amor y con ese pensamiento dejaron a sus cuerpos descansar para volver a repetir la experiencia cuando se recuperaran.
continuará...