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La leyenda del pescador y el tritón por Masterred

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Notas del capitulo:

Cortito y recién salido del horno!!!

Besos a todas ^___^ Responderé todos y cada uno de los reviews como en los viejos tiempos...!

 

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Capítulo 2

"El fino movimiento del agua en el fondo del mar mecía suavemente los corales mientras los tres jóvenes tritones conversaban..."

En el fondo del mar...

Hiei estaba subido a una roca, como era su costumbre, mientras trataba de no estallar ante las bromas de sus amigos:

_ Uff... Uff... _Touya arrastró a Mitaray sobre la arena_ ¡Pesa una tonelada! ¡Y yo que soy un debilucho! Lo dejaré aquí...

Touya dejó caer al rubio, que fingía estar inconsciente, y se inclinó sobre él como había visto hacerlo a Hiei con el pescador el día anterior;

_ Es tan hermoso... _suspiró con voz soñadora y le descorrió un mechón rubio de la cara_ Por eso lo salvé...

Mitaray abrió los ojos y se colgó súbitamente de los hombros de Touya:

_ Sangreeee, quiero sangreee!!!

_ Mitaray! Estás arruinando mi gran actuación!!! _se quejó Touya_ ¿No ves que intento desquitarme con Hiei...?

_ Lo siento, es que ya no puedo aguantarme más la risa... _Mitaray se levantó del suelo.

Hiei se recostó boca arriba sobre la piedra, para ya no tener que verlos;

_ Jajaja... _se rió sin ganas_ ¿Se creen chistosos verdad?  

_ Sí, y mucho... _le recordó Touya.

_ Pues para empezar las cosas no fueron así!!! _se quejó Hiei_ Por mí pueden burlarse todo lo que quieran, no los escucho...

Mitaray y Touya intercambiaron unas risitas;

_ Tal vez no nos escucha porque está pensando en ese guapo pescador... _comentó Touya con malicia.

Hiei se sentó y lo miró con la expresión más odiosa que pudo poner. Mitaray decidió frenar un poco las bromas antes de que terminaran en alguna pelea:

_ Cálmate, Hiei... No queremos burlarnos de tí... _le dijo.

_ Yo sí... _murmuró Touya.

_ Sólo tenemos curiosidad... ¿Por qué lo salvaste?

Hiei se sentó;

_ Qué les importa... _gruñó cruzándose de brazos_ Pero para que sepan no lo hice porque me pareciera apuesto, lindo, guapo o como sea...

_ Pero tú mismo nos dijiste que lo dejáramos, ¿te acuerdas? _le recordó el rubio_ Dijiste que seguramente sabía nadar...

El pelinegro enroscó su cola debajo de él;

_ Sí, lo sé... Pero si lo dejaba ahogarse... _se llevó una mano al pecho para empezar a juguetear con su collar. Pero no estaba_ ¡Eh! ¡Mi collar! ¿En dónde está...?

Se tocó con ambas manos el cuello para cerciorarse de que no lo tenía;

_ ¡No está! ¡No lo traigo puesto! _se angustió.

_ ¿Tu collar? _Touya pensó un poco_ Ahora que me fijo... Me parece que desde ayer que no lo traes...

_ Tal vez se cayó... _Mitaray miró la arena_ Vamos a dividirnos y a buscarlo...

_ No... Es inútil, Touya tiene razón... _recordó Hiei_ Lo perdí ayer...

_ ¿Estás seguro? Tal vez lo olvidaste en algún lado...

_ No... _Hiei miró hacia la superficie_ Lo tiene el pescador... _afirmó.

_ ¿Qué? ¿El pescador??? _exclamó Mitaray_ ¿Pero cómo...?

_ Debió arrancármelo cuando me tiró ese último manotazo...

_ ¿Y qué piensas hacer...? _preguntó Touya_ Ese collar significaba mucho para ti...

_ ¡Recuperarlo! _afirmó Hiei sin dudar.

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En la superficie...

La barca de Kurama no había sufrido demasiados daños. Se veía que había chocado contra algunas rocas mientras las olas la arrastraban; pero eran reparaciones que podían posponerse para más adelante cuando tuviera algo de dinero ahorrado, puesto que aún servía para pescar...

El pelirrojo sintió el aire fresco soplándole en la cara, respiró hondo y se desprendió la camisa dejándola abierta... Era un excelente día para pescar.

Cuando el viento soplaba de tierra, no pescaba nada, porque era un viento adverso y las olas se encrespaban al chocar con el barquichuelo. En cambio, cuando soplaba del Poniente, el pescado subía de las honduras y se metía nadando entre las mayas de red.

El joven pescador echó las redes al mar y enseguida se volteó para atender otras cosas... Pero antes de que pudiera ponerse a hacer nada; oyó una voz que lo llamaba:

_ ¡Oye, tú!

Kurama se volteó. ¿Escuchó lo que escuchó o había sido su imaginación?

_ ¡Sí, tú! _repitió la voz_ ¿¡Quién te crees para echarme tus redes encima e ignorarme después de que te salvé la vida...!?

Al escuchar eso el pescador se acercó al borde de la barca. Y casi se cae de espaldas ante lo que vió... ¡Un tritón!

"No puede ser... ¿Estaré dormido de nuevo? ¿Me volví a golpear en la cabeza...?" pensó.

Pero la voz de Hiei, que seguía enredado en las redes de pesca, lo devolvió a la realidad;

_ ¡No te quedes ahí!!! _le gritó, cada vez más enojado_ ¡Quítame esta cosa de encima y ayúdame a subir!!!

Kurama obedeció y recogió las redes. Hiei se aferró a estas y las aprovechó para subir. El pescador fue levantando la red con gran esfuerzo, poco a poco, hasta que se le marcaron en relieve las venas de los brazos.

Cuando la red estuvo bien cerca del borde de la barca, Kurama extendió un brazo y asió con él la cintura del tritón. Luego soltó la red y lo tomó con los dos brazos para ayudarlo a sentarse.

Nunca había sentido una piel tan fría como cuando se lo acercó al pecho y la piel de ambos entró en contacto. La piel helada del tritón por el agua del mar contra la suya caliente por el sol y descubierta por la camisa desabotonada...

Unas deliciosas cosquillas le recorrieron la espalda...      

El joven tritón no se mostró muy a gusto con el contacto;

_ ¡Suéltame! ¡Ya estuvo bien de ayuda tampoco soy un inútil!!! _volvió a gritarle.

Hiei estaba muy enojado, había ido al encuentro del pescador con la idea de recuperar a toda costa su collar.

Pero Kurama... No parecía percibir en absoluto la ira del pequeño tritón...

En cambio lo miraba embelesado a unos pasos de él...

Era tan hermoso...  El había imaginado a los tritones como seres grandes y majestuosos; pero el que tenía en frente era más bien menudo, delgado y chiquito. La parte más grande de su cuerpo era la enorme y fibrosa cola color rojo oscuro, que brillaba y centellaba bajo los rayos del sol.

El cabello negro y corto, se paraba sobre su cabeza y se estaba secando por la acción del sol. Su piel era blanca como el marfil y brillaba en algunos lugares con rastros de sal y nácar propios del agua; y como delicadas caracolitas marinas eran sus orejas y las gotas de agua caían rodando por su espalda a medida que se evaporaban.

Hiei lo miró con sus enormes ojos rojos;

_ ¿Qué te pasa...? _gruñó_ ¿No sabes hablar...?

"Qué lindos ojos tiene..." Kurama seguía sin reaccionar.

El tritón se pasó una mano por la cara para sacarse unas gotas que le molestaban:

_ Deja de mirarme con esa cara de tonto y préstame atención, humano... _le dijo_ He venido porque tienes algo mío que quiero recuperar...

El pelirrojo pestañeó un poco y recordó el collar que traía en su bolsillo. Hizo un esfuerzo para salir de su embelesamiento y poder articular palabra;

_ Tú... Eres un tritón... _tartamudeó.

_ Ah! Puedes hablar después de todo... Qué alegría... _dijo Hiei con sarcasmo.

_ No puedo creerlo... ¿Fuiste tú quien me salvó ayer? _se atrevió a preguntarle.

El pelinegro dio vuelta los ojos:

_ Sí, fui yo... _contestó_ No te lo tomes demasiado en serio...

Kurama sonrió;

_ Gracias... Me habría ahogado... _expresó.

_ De nada...

Permanecieron en silencio un momento. Luego el pescador habló:

_ Has dicho que tengo algo tuyo... _sacó el collar de su bolsillo_ ¿Se trata de esto?

Hiei abrió muy grandes los ojos;

_ ¡Sí! ¡Estaba seguro de que tú me lo habías quitado! _se desesperó y estiró la mano_ ¡Dámelo!

Kurama lo puso fuera de su alcance:

_ No lo creo... _dijo.

_ ¡¿Qué?!

_ Te lo daré... A cambio de algo...

_ ¡No puedes pedirme nada a cambio!!! ¡Yo te salvé la vida, desagradecido! _Hiei siguió insultando un buen rato.

_ Sólo iva a pedirte que volvieras, quiero volver a verte una par de veces más... _le dijo el pelirrojo con calma_ Oportunidades como éstas no se le dan a uno todos los días...

Hiei apretó los puños;

_ Desgraciado... _gruñó por lo bajo.

_ Por el escándalo que estás haciendo veo que este collar vale mucho para ti... ¿Puedo preguntar por qué?

_ Vete al demonio!!!

_ Como quieras... Igual puedo darle un buen uso a este collar... _Kurama lo hizo girar_ Mis amigos me han dicho que puedo sacar mucho dinero si lo vendo...

_ ¡No! _exclamó Hiei_ No hagas eso... Ese collar tiene mucho valor para mí... Me lo dio mi madre, la perla del centro es una lágrima suya...

Kurama observó la joya;

_ Ya veo... _dijo pensativo_ Tengo una idea... Te daré un canutillo por cada día que pases conmigo...

_ ¿Qué? ¡No es justo!

_ Un canutillo por cada día que pases conmigo y me cuentes sobre tu mundo y tu especie... _repitió_ Quiero aprender un poco sobre ustedes los tritones...

_ ¡Pero yo te salvé! ¡Es injusto!

_ Te daré un canutillo si aceptas ahora... _siguió diciendo el pescador_ Y cerraremos el trato...

Kurama deslizó un canutillo por el hilo y lo separó del collar. Luego lo extendió hacia Hiei:

_ ¿Aceptas...?

_ Supongo que no tengo opción... _el tritón se mordió los labios, derrotado_ Pero nadie debe saber de nuestro trato...

_ Está bien...

_ Ningún otro humano debe verme...

_ De acuerdo... De todos modos mis amigos nunca lo creerían...

_ Bien... _Hiei abrió la palma y el pescador le dio el canutillo.

_ ¿Te veré mañana...? _le preguntó con una sonrisa.

El tritón no contestó y de un salto se lanzó al agua y se sumergió...

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