CAPITULO 2-Muriendo con el recuerdo.
Afureru kanashimi ha kesenai kizuato ni
Wasure ha shinai to chikatta
(Hasta la tristeza, desbordándose desde la cicatriz
Que no puede ser borrada...
Juro que nunca la olvidaré)
En un incierto lugar, tal vez algo que antes era parte de Tokyo, Asuka se esfuerza por no parecer ilusionada.
Ha sucedido, después de tanto tiempo...¡ha sucedido!
Va a tener un hijo.
Pero Asuka sabe que a Shinji ya nada le importa y que si está ahí es porque no dejará que la muerte de Tabris fuese en vano. A ella, todo ese dolor derramado en silencio, también le afecta. Aún así, ha aprendido y toda su fogosidad e impulsividad se han convertido en discreción y aceptación.
Al fin y al cabo, Shinji nunca la querrá. No más allá de la atracción o la amistad.
Cuando le ve acercarse, titubea antes de darle la noticia o no.
-Ha nacido un río pequeño. Mañana seguiré su curso para ver dónde empieza-.Asuka sonríe, decidiendo que se lo va a decir, y le mira con intensidad.
-Estoy embarazada, Shinji-.Tal y como esperaba, Shinji no tiene ninguna reacción. Apenas un amago de sonrisa, algo que no es digno siquiera de ser catalogado como expresión, se asoma en sus labios.
-Me alegro, Asuka-.Ella sabe que no es verdad. Y le deja ir, sin nada más que añadir.
Shinji no siente nada. Nada que no sea ese dolor lacerante al que casi se ha acostumbrado brotando de todos los poros de su piel, intentando roer su alma.
-Tenías razón, Tabris. Así no podría olvidarte-.La escena nunca abandona su mente, el sonido del crujir de los huesos al romperse es una constante en su vida. Ni un grito de dolor, ni una súplica por seguir viviendo. Su cerebro le dice que hizo lo correcto y que Tabris murió sonriendo. Su corazón está de acuerdo, pero se rebela en su contra y le ataca recordándole el matiz triste de la mirada escarlata antes de desaparecer para siempre-.No habría podido de todas formas.
CAPÍTULO 3-Acabar con la libertad.
Oreta tsubasa wo habatakase
Subete wo keshite mise you
Itsu no hi ka owari wo mukaeru
Saigo no kane ga nari yamu made
(Extenderé mis alas rotas
Y borraré todo esto algún día
Hasta que el último sonido fúnebre se complete)
Shinji ha seguido el curso del riachuelo y ha llegado al lugar en el que se encontraba emplazado el edificio de NERV. Allí, de una pequeña gruta, sale el agua cristalina.
No se sorprende. Shinji Ikari ya no siente nada que no sea dolor y la gruta no le entusiasma. Tal vez se tratase de otra de esas ironías el que esa corriente de vida saliera del lugar en el que para él todo terminó.
Antes de que le venza la melancolía, Shinji vuelve sobre sus pasos y le dice a Asuka lo que ha descubierto. Ella está entusiasmada. Por el niño, por el agua, porque una planta ha empezado a brotar...
-Eso no importa, Asuka. Si no hay nadie más que tú, nuestro hijo y yo...eso no importa-.Asuka parece algo decaida y él no es capaz de sentirse culpable. Se disculpa con un amago de sonrisa y una caricia suave en la mejilla y vuelve a encaminarse hacia el curso del riachuelo con la firme convicción de que no sobrevivirá durante mucho tiempo más.
¿Qué hacer cuando todo está perdido? No puede hacer nada, ya lo ha intentado todo y la planta que brota ni siquiera es comestible.
-Algún día...conseguiré hacer algo-.Recuerda las palabras de Tabris antes de morir y baja la mirada, recorriendo el curso del agua como si éste pudiese darle el consuelo que necesita.-Mi muerte es la única libertad absoluta-.Cita, con la voz quebrada, mientras su resignación se transforma en desaliento y el desaliento en determinación.
Si esa era la libertad absoluta, él no la quería.
Pero seguiría adelante. No por Asuka, no por ese niño, no por sí mismo...ni siquiera por Tabris. Seguiría adelante porque él conocía el último movimiento del requiem de la humanidad, abnegada a la condenación y al nunca resurgir de sus cenizas. Condenada a la muerte.
-Algún día...conseguiré acabar con todo esto.