Comienzo a llorar, mis lágrimas salían aun cuando trataba de reprimirlas, era Yuu, mi Yuu se encontraba en un psiquiátrico y yo pensando que te habías olvidado de mi, que ya no me amabas, lo abrazo, que más podía hacer, había anhelado este momento, aunque en circunstancias distintas, bastante distintas, nunca se me pasó por la cabeza que algo así pudiera ocurrirte, busco la fecha de tu internación, 20 de febrero del 2004, a un mes exacto de mi accidente el día de tu cumpleaños, ¿pero que te dijeron?, ¿porque te fuiste?, ¿porque te me dejaste?
No podía restringirte a tal sufrimiento, te desaté la camisa de fuerza y te la saco, solo una delgada polera cubre tu pecho, la levanto un poco para ver que tan bien alimentado estas, pero tú te alejas y comienzas a llorar con más intensidad, eso no es normal, me vuelvo a acercar y esta vez utilizando un poco de fuerza te tomo ambas manos y las sujeto con una de las mías y con la otra vuelvo a subir tu polera, descubriendo que tienes moretones por todo tu torso, comienzas a alterarte, me alejo de ti y tu solo huyes hacia un rincón, espero a que te tranquilices y vuelvo a colocarte la camisa de fuerza, pero esto solo lo hice para comprobar mis sospechas, te recuesto en el piso y llevo mis manos al borde de tu pantalón, los tomo y jalo de ellos, tu te alteras, comienzas a gritar, llevo una de mis manos a tu boca, para apaciguar tus gritos, y con la otra comienzo a subir tus pantalones nuevamente, una vez ya arriba y tu un poco más calmado, saco mi mano de tu boca, te miro y te veo en un estado de alerta, dispuesto a volver a gritar con cualquier contacto, me alejo de ti y salgo de la habitación, me dirijo a una de las enfermeras:
- Enfermera
- ¿si?
- Podría suministrarle una dosis de calmantes al paciente Shiroyama
- Claro, aunque anteriormente todos sus medicamentos de los suministraba el doctor Kirasawa
- Por esta vez prefiero que lo haga una enfermera, conmigo el paciente esta un poco alterado
La enfermera le suministró una dosis de calmantes, y se retiró de la habitación, yo me quede mirándolo, ahí en el suelo, no despegaba un solo segundo la vista de mi, hasta que sus ojos no pudieron más y se fueron cerrando producto de los calmantes. Me acerqué a él y volví a tratar de comprobar mis sospechas, esta vez baje cuidadosamente sus pantalones, sus piernas estaban llenas de hematomas de distintas magnitudes, llevo la vista hasta su entrada y pude comprobar mis temores, ese lugar era el más afectado en su cuerpo, su entrada estaba rasgada, y aun tenía rastros de sangre, comencé a palpar cuidadosamente y así comprobar si solo eran heridas superficiales, pero no, ya que hubo otra pista que comprobaba mi mayor miedo desde que comencé a fijarme en esos moretones, habían rastros de semen, lo que solo me dirigía a un diagnostico:
Violación
Continuará…