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Love Hurts por tatsuky

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Muchas gracias por su apoyo, aquí está el segundo capítulo de esta historia.

Disclaimer: Todos los personajes le perteneces a Masashi Kishimoto.

LOVE HURTS

by Tatsuky

 

Capítulo 2: El beso prometido.

El rubio estaba asimilando las cosas poco a poco, "muy bien", se dijo "si no estaba alucinando, vi al odioso tipo de hace un rato en el despacho de Jiraiya sama, creo que dijo algo de llevarnos bien, mmm pero ¿por qué dijo eso?... ¿Qué hacía él ahí?". Deidara seguía sumergido en sus pensamientos cuando alguien lo interrumpió.

-¿Ya terminaste?- escuchó que le preguntaban.

-¿uh?-dijo el rubio bastante confundido.

-Te pregunto que si ya terminaste de fantasear o lo que estés haciendo – estas palabras hicieron que el rubio levantara la mirada, y para sorpresa suya el dueño de esa voz era el odioso tipo de hace un rato. Deidara abrió un poco los ojos al reconocerle y le apunto con el dedo índice sin pensarlo.

-¡¿Tú, qué haces aquí?!-dijo el ojiazul casi en un grito.

-Como que ¿qué hago aquí?, la pregunta sería ¿qué hacemos aun aquí?- el moreno suspiró- Se supone que deberías mostrarme el lugar-obvió de forma seria – pero sigues perdiéndote en tus pensamientos-entonces sonrió- eres muy despistado, enserio tienes suerte de ser tan lindo.

Estas palabras hicieron que el rubio se ruborizara, pero al mismo tiempo cayó en la cuenta que se hallaban frente al despacho del Director y una ráfaga de pensamientos invadió su mente haciéndole recordar lo que había sucedido. Después de que Jiraiya sama le dijese que sería el guía de un nuevo sensei, hizo su aparición Itachi, así lo había presentado el director, el rubio estaba en shock y sólo se dejó llevar, cuando estuvieron fuera, Deidara se recostó en la pared y se sumergió en sus pensamientos y hubiera seguido así si no fuera por Itachi.

Aunque ya recordaba, se negaba a aceptarlo, esto no estaba bien, ese tipo se había burlado de él hace unas horas, no deseaba volverle a ver nunca en su vida y pensaba que sería así, pero no, ahora sin embargo debía ser su guía y hacer que se sienta cómodo, no podía ser más humillante. Era oficial, ese no era su día, sólo le faltaba pisar mierda de perro o que su casa se incendiara.

Sin que el rubio lo advirtiese Itachi se acercó y puso su blanco rostro frente al del rubio, la sangre se le subió a la cabeza dejándole un gesto en el rostro un tanto angelical, el ojiazul no sabía qué hacer, este chico era tan extraño, porque de pronto hacía algo tan inesperado.

- ¿Qué se supone que haces, nh?-preguntó el rubio con mirada amenazadora.

El azabache no respondió, levanto su mano a la altura de la frente del rubio y la tocó suavemente. Deidara estuvo a punto de apartarse.

-mmm, creo que tienes fiebre o algo así, además estas muy rojo, será mejor que esto del tour sea mañana-dijo Itachi alejando su mano y separándose del ojiazul. Al ver que Deidara no decía nada agregó - A menos que quieras que sea hoy, entonces.

-¡No!, está bien, mañana será, nh- respondió Deidara repentinamente, esto era perfecto, así podía hablar con el director y pedirle que sea otro quien tenga que tratar con Itachi y él no tendría que verlo. En efecto, parecía un buen plan si no fuera porque eso de ser el guía del nuevo profesor era el favor que Jiraiya sama le pidió a cambio de olvidar su tardanza e irónicamente el causante de su tardanza era ese bobo guapo, todo estaba relacionado entre sí, y la relación que sacó Deidara era que la culpa de todo la tenía Itachi. No tenía opción.

Antes de decir algo, suspiró y bajó la mirada- te llamas Itachi ¿verdad?, soy Deidara, yo seré tu guía, nh- dijo todo esto en una forma que pareciera estar leyendo algún libreto y de muy mala gana por cierto.

- Creo saber por qué estas así- dijo el ojinegro al verle la expresión que tenía y recordando lo que le hizo antes- pero no tienes por qué decirlo de esa forma nos vamos a divertir mucho, ya verás-concluyó diciendo aquello, lo que el rubio escucharía de forma extraña, doble sentido quizá, o solamente le tenía mucha desconfianza a su ahora compañero.

Habían caminado largo rato, el rubio no decía palabra pero no paraba de ver su móvil, estaba esperando una llamada que no llegaba, Itachi por su parte se limitaba a mirarlo, estaba disfrutando la mirada que tenía el ojiazul, Deidara se daba cuenta que estaba siendo observando y eso hacía que se tensara más, no, no le quería hablar, pero tenía que decirle que labor cumplía cada salón, así que cada vez que abría la boca sólo decía eso, Ciencias, Economía, Informática, Matemática, Arte, 1er año, 2do año, 3er año, etc., y aún faltaba un largo tramo que recorrer. El Uchiha decidió romper el silencio.

-Ya veo –dijo secamente el joven de cabellos negros- te preguntaré esto, no te molestes, ¿por qué no me miras cuando hablas?, vamos, levanta la mirada, tienes unos ojos muy bellos ¿sabías?, parecen dos zafiros-agregó por último Itachi de forma sincera, llamando irremediablemente la atención del rubio que estaba concentrado en cualquier cosa, menos en él.

-¿Mis ojos?, nh-preguntó tontamente el ojiazul, no era la primera vez que alababan sus ojos, sin embargo escucharlo de forma tan inesperada era extraño, y más del joven aquel, a quién por cierto debía recordar, odiaba y detestaba por burlarse de él.

Nuevamente el silencio.

En otra ubicación un tanto cerca, otro rubio había buscado a su Deidara por todos lados, estaba cansado y decidió recostarse en un árbol con intenciones de verle pasar. Así estuvo un buen rato, hasta que divisó con la mirada a dos chicos que venían caminando juntos, estaban volteando cuando pudo distinguir la larga y rubia cabellera de uno.

-¿Es Deidara? sí, es él, ¡Deii!-gritó con mucha fuerza, para después salir corriendo.

Itachi fue el primero en escuchar el grito y ladeó el rostro hacia el rubio.

-Creo que te llaman - Itachi le señaló al chico que venía corriendo hacia ellos y por fin les dio alcance.

-¿Naruto?, pero ¿qué haces aquí?, nh – preguntó el rubio mayor algo fastidiado de ver al pequeño con ese entusiasmo peligroso que tenía.

-Deidara, es que -dijo el rubio menor tratando de recuperar el aire.

-Ah, ya sé para qué viviste, es inútil Naruto no voy a cambiar de opinión, no importa cuanto lo pidas no pasará, nh ¿entendido?-le dijo al menos con una mirada seria.

-No vine para eso-respondió Naruto, dejando sorprendido a su hermano- bueno, en realidad sí, pero estuve pensando y no me molestaría estudiar aquí después de todo.

-¿En serio?, nh -le preguntó el rubio mayor sorprendido por la respuesta, y recordando todo lo que le había costado el casi convencer al menor de estudiar allí.

-Sí, hace un rato estaba buscándote para ir a almorzar juntos, pero veo que estás ocupado-dijo Naruto mirando a Itachi, y sonriendo internamente, se le había ocurrido algo. -¿Un nuevo novio quizás?, ¿no me lo vas a presentar?

Itachi sonrió y se apresuró a decir.

-Mi nombre es Itachi, mucho gusto y tú eres mi cuñado, ¿Naruto verdad?- le siguió la corriente Itachi.

-Sí, mucho gusto Itachi, bueno ni-san me voy- dijo mirando a Deidara que estaba rojo como un tomate- si vas a llegar tarde a la casa, llama por favor y si te vas a quedar en la casa de Itachi avísame también, no quiero dormirme preocupado- le guiño el ojo al mayor.

-¡Naruto!-advirtió Deidara viendo como Naruto se alejaba de a pocos.

-Adiós Dei- se despidió Naruto sabiendo que había molestado a su hermano, y que la situación era incómoda, también sabía que no era posible que Itachi fuera su novio.

-Me agrada tu hermano-le dijo de pronto el moreno.

Deidara lo miró con mucha desconfianza, simplemente no le caía bien, el sujeto, era muy fastidioso, y solo pensar que tendrían que trabajar juntos le ponía muy incómodo.

- Tú, no sé por qué me molestas, he tratado de ignorar todo lo que dices, hasta quiero olvidar lo que me hiciste en la mañana, nh- admitió Deidara, pues ya no se lo aguantaba.

-Simplemente olvida lo que pasó esta mañana y listo, ¿por qué le das tantas vueltas?-Le interrumpió Itachi.

-¿Sabes por qué le doy tantas vueltas? nh, es porque me humillaste, estoy harto que las personas me traten así, la gente como tú se cree mejor que los demás y por eso las humillan, te aprovechaste que tenía prisa y me hiciste ceder a que me besaras, para que al final sólo haya sido una broma por que estabas aburrido, además perdí mucho tiempo y tu pudiste cederme la copiadora enseguida, ¡Y aún no me pides disculpas!, nh- Deidara estaba demasiado molesto, pero a la vez un poco más relajado por que le había dicho todo lo que pensaba. Itachi lo miraba tan tranquilo como siempre, comprendió que por las buenas no llegaría a ningún lado, debía ser un poco más rudo.

-Entiendo, estás molesto por que perdiste el tiempo por nada, de acuerdo, eso se puede arreglar.

-Entonces ¿vas a disculparte?

-Haré algo mejor...-Diciendo esto, cogió el rostro del ojiazul con las dos manos, agarrándolo desprevenido empujó levemente su cuerpo hacia el muro, Deidara quiso apartarlo con la mano pero Itachi no se lo permitió, el rubio no sabía qué hacer, muchas ideas se le vinieron a la mente y no pudo pensar más cuando los labios del Uchiha apresaron los suyos, fue un beso suave del que Deidara no pudo participar del todo pues aun no salía de su asombro y no es que quisiera hacerlo tampoco. La lengua de Itachi fue lo que trajo a la realidad a Deidara, quien abrió los ojos de inmediato viendo al azabache pegado a él, no lo pensó mucho y con las dos manos empujó con fuerza a Itachi alejándolo de él, estaba totalmente rojo, se sentía muy avergonzado de cuenta nueva.

-¡¿Qué se supone qué estás haciendo ahora baka!?

-Dijiste que perdiste el tiempo por nada, ahí tienes el beso que iba a darte esta mañana, ahora tienes una razón.

-¡¿Qué!?-simplemente ese día era de locos, no entendía la lógica de Itachi, pero su sonrisa le decía que tan solo era una diversión - Definitivamente no puedo contigo, si vas a trabajar aquí tendré que ignorarte totalmente. Eres un completo idiota, nh.

-Aun sigues molesto, está bien, sólo diré una cosa, Jiraiya-sama dijo que tú me guiarías por todo el lugar hasta que me sintiese a gusto, y ¿sabes qué?, no estoy a gusto, aun no, estuviste todo el rato muy callado mirando el móvil a cada momento, eso no hace un buen guía, así que inténtalo mañana, ¿de acuerdo?, ah, y ponte algo bonito-Esto último lo dijo caminando y levantando la mano como despidiéndose.

Un incrédulo Deidara se había quedado sin hacer movimiento en el lugar donde Itachi lo había dejado "¿mañana?, ¿otra vez mañana?...no...no es justo, nh", pensó mientras daba desganados pasos, resignándose a la idea de tener que soportar a Itachi otra vez.

Por su parte, Uchiha Itachi se encontraba satisfecho, quizá Deidara no lo recordaba, pero ya se habían visto antes, fue hace mucho tiempo. Entonces Itachi se transportó casi diez años atrás, un hermoso rubio desfilaba feliz con una yukata de flores, parecía una niña, pero su voz que ya estaba madurando lo delataba, entonces su meta fue esa, desde que lo vio. Se recordó a sí mismo investigando acerca de él, preguntando a sus amigos, enviando cartas, regalos hacia él, nunca antes ninguna chica o chico llamó tanto su atención, lástima que no pudo pasar tiempo con el hermoso chico, ni pudieron llegar a ser nada más, de hecho ni siquiera se había declarado. La desgracia sobrevino a su familia, y tuvo que mudarse a causa de que su padre murió, sin embargo su presencia y dulce rostro siempre lo acompañarían.

Se sintió con mucha suerte, o quizá es el destino. Sin embargo, Deidara adulto y formado no lo recordaba al parecer, y bueno ¿qué podía esperar? En ese tiempo solo habían cruzado algunas frases y el amor que tal vez comenzó a surgir fueron mediante notas y cartas que Itachi enviaba bajo el nombre de admirador secreto. Era obvio que no recordara nada, cuántos años habrían tenido, trece, acaso catorce.

Había pasado demasiado tiempo. Pero de hecho eran jóvenes y por supuesto le parecía una excelente oportunidad ahora.

Estaba tan tranquilo, pareciera que todo el estrés del día desaparecía. Respiraba su dulce aroma mientras sentía como repartía pequeños besos por su cuello, lo cual lo hacían suspirar y sonreír.

- Cosquillas – decía divertido el rubio. Estaba muy relajado recibiendo mimos por parte de su amor. Volteó su rostro para darle un besito en los labios, pequeño y atrevido – Te extrañé, nh.

- Y yo a ti Deidara  – Acarició su cabello, volviendo a picotear sus labios – Desnúdate – Ordenó de pronto con voz ronca, haciendo que Deidara se emocionara, sabía lo que esa voz prometía.

- Quizá, nh – respondió el rubio de forma juguetona, mientras se removía en la cama, se acomodó de tal forma que lo tuvo de frente – ¿creo que estás castigado verdad?

- ¿Y eso por qué?- preguntó el pelirrojo, tratando de acercar sus manos hacia su rubio novio.

- Me has tenido olvidado, estos días, nh – mencionó con falsa tristeza – mucho trabajo, muy ocupado,  tonto, nh – recriminó tontamente.

- Discúlpame amor, tú eres lo primero para mí – se disculpó el pelirrojo - déjame recompensarte – concluyó moviendo sus manos por todas partes de su cuerpo, aún con la ropa. Como lo amaba. Deidara lo amaba, amaba sus palabras, amaba sus caricias y amaba su forma de ser.

Sasori cogió esta vez con fuerza a su novio por las caderas y lo puso sobre él, sentándolo sobre su cadera y sonrió de nueva cuenta. El rubio se movía sugerente sobre el miembro de su novio, que ya estaba casi totalmente despierto, se sentía muy provocador en ese momento, mientras se movía se sacaba la camisa rápidamente, y se agachaba ligeramente para poder besar sus labios otra vez.

 Se separó un poco de él y el pelirrojo le ayudó a quitarse las últimas prendas que tenía y acarició todo su cuerpo con las manos, una y otra vez mientras se besaban, era un juego que a Deidara le gustaba, el pelirrojo lo sabía, lo conocía muy bien, al rubio le encantaba ser tocado por él. Cuando ambos estuvieron en las mismas condiciones el pelirrojo haló de la mano a su rubio novio haciendo que se ponga de pie, y no muy cordialmente lo colocó contra la pared, y él se posicionaba atrás.

- Tengo muchas ganas de ti – le decía en el oído al rubio, quien se dejaba hacer, volteó su cuello a la altura del otro para poder seguir besándose.

El pelirrojo tocaba la erección de su novio muy rápido haciéndose que este se excitara cada vez más, aun arrinconado contra la pared, el rubio separó las piernas levemente moviendo su cadera hacia atrás provocando con su trasero al pelirrojo, que se encontraba muy caliente también. Rompió el beso y metió dos de sus dedos entre sus labios – mójalos bien amor – había susurrado su novio, y el rubio gustoso chupó ambos dedos imaginando que eran otra cosa. El pelirrojo le susurraba cosas sucias al oído y este apresuraba la lubricación, chupando fuerte, finalmente los retiró y los colocó en su entrada, primero uno, y el rubio se quejó levemente, luego dos dedos y esta vez protestó un poco más fuerte – shh, tranquilo bebé, ahora te gustará.

- Duele… nh – se seguía quejando bajito el rubio.

- Lo siento amor, estoy muy impaciente, me excitas mucho – Sin esperar más y luego de mover sus dos dedos como tijeras el pelirrojo colocó su miembro en posición listo para entrar – relájate hermoso – besó su cuello.

- Mm… -Deidara lo sintió, duro y caliente. Dolía, dolía mucho, no importa cuántas veces lo hicieran siempre dolía al principio – dale amor – dijo el rubio luego que el dolor comenzó a disminuir. Sasori suspiraba aguantando, no quería hacerle más daño, después de todo, el culito del rubio era su lugar favorito, no quería lastimarlo ni nada.

Lo penetró fuerte y duro por varios minutos. El rubio se convirtió en una masa rosaba y jadeante contra la pared, no le importaba hacer ruido, se sentía muy bien y era liberador, además al pelirrojo le excitaba mucho más.

- Ya nh… amor – advirtió el rubio a punto de venirse, a lo que su novio lo volteó y hecho a la cama de forma brusca, se colocó en medio de sus piernas levantándolas sobre sus hombros, no esperó más y lo penetró fuertemente haciendo que el bochornoso sonido de piel chocando contra piel se escuchara por toda la habitación – Ahh… - De este modo lo podía ver, su rostro, sus labios al gemir, su cabello dorado y desordenado, era perfecto, definitivamente deseaba a su rubio, lo deseaba muchísimo.

Finalmente el rubio se vino emitiendo dulces sonidos los cuales hicieron venir también a su novio después de algunas estocadas más. Se tumbó exhausto sobre Deidara el cual solo lo abrazó mientras ambos recuperaban su aliento.

- Que rico, nh – dijo finalmente el rubio, aun respirando entrecortado.

- Definitivamente… – confirmó el pelirrojo para luego salir suavemente de su novio y acomodarse mejor en la cama, al igual que él. Luego de acomodarse y limpiarse, ambos se miraron de forma cariñosa. 

- Te amo, nh – soltó sinceramente Deidara, acomodando su cabello rubio a un lado de su rostro.

-Yo también te amo.

-¿En serio, nh?- preguntó el rubio, Sasori le había dicho muchas veces que lo amaba, pero para Deidara cada vez que lo decía era especial, le gustaba sentirse amado, además hace unos días se habían reconciliado y necesitaba oírlo una y otra vez.

-Claro que sí, ¿quieres que te lo demuestre otra vez?

-Vale, sí te creo – Dijo sonriendo suavemente – dime, ¿por qué hoy no me llamaste?, estuve esperando tu llamada, pensé que almorzaríamos juntos, nh.

-Sí, lo recuerdo y lo siento mucho pero no pude salir del trabajo, tuve una reunión muy importante.

-Ves, es lo que te decía, trabajo, trabajo, nh – recriminó nuevamente, en broma.

-¿Estas molesto?- cuestionó el pelirrojo curioso - perdóname, mañana iré a recogerte al instituto e iremos a comer lo que más te gusta.

-Genial, nh-respondió el rubio sonriendo, sonrisa que se desvaneció al instante al recordar que mañana debía de estar con Itachi y se sonrojó al recordar que esa misma tarde estuvo siendo besado por él. Sasori noto su cambio de ánimo.

-¿Qué pasa?

Deidara trató de ocultar todo lo relacionado a Itachi, además hizo lo posible para que lo rosado de su rostro pase desapercibido-No es nada, pero mañana no puedo salir, el director me enredó en un trabajo de guía y ahora tengo que soportar a un tipo nuevo en el instituto, pero ¿qué te parece si mejor nos vemos en la cena?

-De acuerdo, con tal de verte feliz.

Luego de compartir sonrisas ambos se durmieron.

Esta vez Deidara estaba llegando temprano, era el primer día de clases de Naruto en ese instituto, el rubio menor se había adelantado, estaba un poco molesto con Deidara pues no había llegado a dormir y él sabía perfectamente donde había estado, Naruto no tenía una buena relación con Sasori pues había dañado a su hermano antes y con eso el pelirrojo se ganó su desprecio total, Deidara lo sabía pero trataba de lidiar con ello.

Entró al salón de clases, todos ya estaban sentados, iba a saludar cuando se dio cuenta que lo miraban de una manera extraña, algunas chicas se reían por lo bajo, y otros lo seguían con la mirada, Deidara llegó a su escritorio y encontró algo que no se esperaba. Una rosa blanca encima de un pequeño papel doblado, esa era la razón por la que todos lo estaban mirando, pero ¿quién le había dejado eso? Miró a la clase y pudo ver a su hermano sentado en la parte trasera del salón, Naruto lo miraba con una sonrisa a la misma vez que negaba con la cabeza, como diciendo "yo no sé nada".

-Ne, ¿sabes quién le dejó eso?-le preguntó Ino a Temari.

-No, no lo sé, pero no es normal, se supone que el chico debe regalarle rosas a la chica.

-Tal vez es una chica moderna-respondió la ojiazul restándole importancia.

-No fue una chica - intervino a la conversación una voz extraña y un tanto chillona.

-¿uh? ¿Y tú quién eres?-preguntaron ambas chicas

-Me llamo Naruto, y como les dije, yo sé quién es la persona del regalo.

-¿En serio?- preguntaron ambas - Pues dinos - con una mirada cómplice le preguntaron al rubiecito.

Mientras ellos conversaban Deidara miró la rosa, era blanca, representaba la paz, tenía curiosidad por saber quien la había dejado en su escritorio, por un segundo pensó en Sasori, pero no le pareció lógico, las de él siempre eran rojas que representaban el amor y la pasión, entonces pensó en la posibilidad de una equivocación, para salir de dudas cogió el papel pero un temblor de mano hizo que se le cayera en el momento que divisó en la parte superior de la nota con una preciosa letra: "Uchiha Itachi".

Deidara olvidó por un momento que estaba en clases y grito muy fuerte - ¿¡Él!? - llamando la atención de todos, inclusive un moreno sonreía a los lejos, pues había escuchado el grito.

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer y por sus lindos reviews


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