Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

MIEL Y CANELA por airam-chan

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

NOTAS INICIALES:

^^ Ohaio mina!!

Aquí dueto "airam" reportando capi final de este two-shot, agradeciendo sinceramente a todos aquellos que tuvieron el valor de leerlo siquiera.

Solo como aclaración. La última escena, que es un bonus, muestra frases entre comillas a modo de expresar a dos personajes muuuy especiales. La diferencia entre las ideas de uno y otro, será la letra en cursiva ¿ok?, esperamos no haya confusiones.

Dedicado a todos aquellos que creyeron en la "probable" paternidad de Sasuke... ¬u¬ pamplinas, y obvio también, a los que la infidelidad de Naruto, el elfo pervertido "supuestamente domesticado", les pasó por la cabeza, pues, motivos para desconfiar de él... ¡teheh! ^^U

Sin comentarios...

Naruto no nos pertenece... ¬¬ muy a nuestro pesar. Los bombones van a cuenta de Kishi-sensei. Nosotras solo raptamos a los personajes para deleite personal a cambio de lemon´s, kukuku

2. Entonces, endúlzala con... Bollitos de canela dulce.

 

Aún con la respiración agitada, precio de la carrera y la furia que lo recorría, Sasuke analizó la estancia a velocidad digna apenas la puerta del departamento cediera. Ahí, unas estáticas Zoé y Shizune, le miraban con enorme sorpresa.

Testigos, era lo que menos quería. Fue solo cuestión de segundos para que ambas quedaran de pie fuera del departamento y la puerta se cerrara tras ellas sin tapujo.

-¿Tío...? - La pequeña volteó confundida.

-Va... vamos a Konoha Zoé chan.

Sin esperar respuesta, la morena jaló a la chibi escaleras abajo al intuir que, obviamente, algo no muy bueno estaba por pasar. Y quizás, las suposiciones de Shizune no distaban mucho de lo que pasaba por la mente de Sasuke, quien contemplaba el resto de la estancia con rapidez... vacía.

-¡Naruto! ¡¿Donde rayos te metiste?!

-¡Cálmate Sasuke! - El grito del oji azul preveniente de la cocina bastó para hacerle cerrar los puños con fuerza - ¡Se exactamente lo que estás pensando y te puedo asegurar que no es lo que crees!

Ni dos segundos transcurrieron para que el azabache ya forcejeara con el pomo, notablemente cabreado.

-¡Abre la puerta inmediatamente! - Aporreándola al no conseguir abrirla - ¡¡Que me abras maldito infeliz!!

-¡No me hables así teme! - Al otro lado, recargado de espalda a la puerta, Naruto cerró los ojos con fuerza al sospechar que Sasuke de verdad la echaría al piso a base de golpes - ¡Si no te calmas no podremos hablar como gente decente!

-¡¿Gente decente?!... ¡¡¿Gente decente?!! - Sasuke rechinó los dientes y frunció el ceño - ¡¡Me mentiste dobe!!... ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?...! Eres cruel - Soltó ansioso, apoyando ambas manos a la madera al empezar a respirar entre cortadamente y con dificultad - Eres cruel - Susurró al final.

Sasuke retrocedió poco a poco, topando con la pared tras él. Cerró los ojos con fuerza y resbaló por ella cuesta abajo. Se sentía, repentinamente cansado... demasiado para estar de pie.

Con el cese del escándalo, Naruto miró la puerta con duda y el corazón terriblemente agitado. Quizás la puerta se había detenido, pero el temblor en su cuerpo no... "Sasuke". Sin vacilar giró el pomo y tiró de la puerta con lentitud.

El azabache permaneció quieto al escuchar la puerta abrirse con cuidado, inmóvil incluso cuando Naruto se agachó frente a él, sin fuerzas ni deseo alguno de corresponder o rechazar el repentino abrazo que recibió.

-Yo jamás te he mentido Sasuke - Murmuró apesumbrado - Simplemente, no podría.

-Aléjate...

-¡No! - Ansioso, estrechó aquél abrazo no correspondido - Sé que debí decirte antes. Perdóname, me tomó por sorpresa. Te hice sufrir con mi estúpida inseguridad - Continuaba con rapidez y angustia - Estaba tan confundido, yo... ¡Jamás quise hijos! - .Confesó, cerrando los ojos con fuerza al recordar el momento en que se enteró, aquél horrible día en que una y mil tonterías pasaron por su mente.

-Estás embarazado - Susurró Sasuke algo mordaz, negando con un cabeceo - ¿Cómo diablos esperas que te crea? Dime...

-¿Cuántos... cuántos meses crees que tengo teme?

Naruto le miró de nuevo, tomándole el rostro para obligarle a ver de frente, suspirando entrecortado al ver enfado y desprecio en esos ojos ónices... dolía. Trató de sonreír y se mordió los labios al ver que no Sasuke no pensaba contestar.

-Es fácil adivinar. Después de todo, solo te he dejado ser seme una vez - Musitó logrando que Sasuke frunciera el ceño al instante, confundido.

Un nuevo suspiro de autocontrol y el oji azul soltó una mano del rostro del azabache, limpiando su propio rostro con rapidez cuando una traicionera lágrima rodó por su mejilla sin permiso.

-¿De verdad no quieres saber? - Agregó cabizbajo, teniendo que usar ambas manos para secarse esta vez, riendo al no poder contener aquellas lágrimas absurdas - Cinco meses - Susurró.

-¡¿Qué?! - Sasuke saltó totalmente sorprendido - Estás bromeando... - Una risa de total sarcasmo emanó de él, callando de inmediato al ver a Naruto negar con rapidez - ¡Es que no es posible! ¡No me saldrás con que aquella vez...!

-¡Pues si! - Cortó el rubio mirándole a los ojos con un repentino asomo de furia - ¡¡Eres un maldito ¿Sabías?!! ¡Tienes un tino de miedo vas y...! - Calló al sentir sus mejillas arder, cubriéndose el rostro totalmente avergonzado - Vas y me preñas a la primera... bastardo infeliz.

Lo desentonado de esas palabras y Naruto supo que había llegado a su límite. Aferró la camisa de un shockeado azabache, y hundió su rostro en su pecho, soltándose a llorar sin poder contenerlo más.

-¡Como t...te odié en ese mo... momento! - Sollozaba sin control ante la perplejidad de Sasuke - Como me o... odié por haberlo permit... tido...

Amenazando con trozar la tela en sus manos, Naruto apretó los dientes, dejando escapar un "kuso" entre lágrimas al sentir a Sasuke rodearle de forma protectora. Temor, confusión, enfado y, sobre todo, frustración, desaparecía por completo.

-Es... ¿Es mío? - Murmuró Sasuke, aún con algo de incredulidad en sus palabras, pero separándose de él al reaccionar, elevándole el rostro con suavidad para obligarlo a ver de nuevo al frente - ¿Es mío...? - Repitió.

-¿No hablas japonés? - El oji azul sonrió aún con las mejillas humedecidas - Estoy tratando de explicarte que vas a ser papá - Sasuke abrió los ojos enormemente, bajando la vista cuando Naruto le tomara mano para posarla en su vientre, mirándolo de nuevo con rapidez al sentir una casi imperceptible redondez - Baka.

-... - Sasuke entreabrió los labios, bajando la vista una vez más, decidiéndose por acariciar la zona con cuidado y lentitud - Esto... hace dos semanas, esto no estaba aquí - Agregó haciendo sonrojar al otro de golpe.

-¡Tenías que...! - Naruto rabió, apartando la mano de Sasuke al instante - ¡Yo que iba a saber que apenas supiera que estaba ahí iba a...! a... salir así de rápido - Agregó aún con bochorno.

Una pequeña e imperceptible sonrisa asomó el rostro de Sasuke. Así que de eso iba, al dobe le daba vergüenza procrear. ¡Pero claro! Con el complejo de macho cabrío que se cargaba no debía extrañarle. Ignorando la cara que Naruto puso, acarició de nuevo su vientre con suavidad.

-Naruto - Soltó de golpe, mirándole con repentino temor - Dobe, hemos bebido mucho, y varias veces - Agregó con rapidez. El oji azul suspiró mas tranquilo, riendo para tratar de aminorar la repentina preocupación de Sasuke.

-Él esta bien. He tenido que hacerme muchos estudios en poco tiempo, pero al final dijeron que él esta bien. Quería estar seguro antes de decirte.

-¿En verdad...? - Sasuke miró de nuevo a Naruto, tomándole el rostro entre sus manos y mostrando una radiante sonrisa al verle asentir - Entonces... ¿seremos padres?

Naruto también sonrió y asintió. No pudo evitar respingar al sentir los labios de Sasuke sobre los suyos de forma súbita, le tomó por sorpresa, relajándose y correspondiendo tan sutil roce al segundo siguiente.

No había marcha atrás, Naruto lo sabía. Ahora que Sasuke estaba enterado, no habría marcha atrás, él no lo permitiría. Eso sin mencionar el repentino e intenso deseo que se había descubierto por querer conocer a su bebé.

Esto, era lo que había jurado jamás haría, procrear hijos. Sin embargo, la dulzura con que Sasuke le besaba le hacía sentir que si él estaba feliz, lo demás no importaba... ¡Malditos sentimentalismos hormonales!

No fue hasta sentir lo descompuesto de sus respiraciones cuando notaron que aquél sutil roce había desaparecido, quedando en su lugar un beso ansioso y apasionado, encajando sus labios con necesidad, clamando aire entre uno y otro, sintiendo sus lenguas encontrarse con demanda.

Parecían haber pasado años desde que se habían sentido tan cerca del otro.

Se atrajeron con fuerza, juntando sus cuerpos sin romper aquél contacto, acariciándose vehemencia y burlando las ropas cuando podían. Era innegable que se necesitaban más de lo que ellos mismos desearían saber.

Las manos de Sasuke subieron por el torso de Naruto, arrastrando su polera deportiva con ello, quitándosela con cierta cautela, provocando que el rubio riera entre besos al notar el detalle. No necesitaba mucho para saber que estaba siendo cuidadoso.

-No me voy a romper - Un stop repentino surgió tras el susurro del oji azul.

Una risita traviesa, seguido del sonido que hizo la camisa de Sasuke al abrirse de golpe tras enviar sus botones a mejor vida y el azabache sonrió con malicia al ver a Naruto relamer sus labios con sensualidad.

-Además de hacer chambritas para el bebé, cocerás todas mis camisas.

-¡Iugh! - Naruto retrocedió de súbito tal cual casette rayado, formando una mueca de horror ante la escena mental que acababa de ver tras semejantes palabras, provocando que una divertida y bella carcajada emanara de labios de Sasuke.

-Tienes que dejar de hacer eso - Dedicó acercándose a él, acariciándole la mejilla, dejando besitos cortos por su rostro - Estás vaciando mi guardarropa al por mayor, ¿Pretendes dejar que ande desnudo por ahí?

Naruto rió, como satisfecho de su hazaña, retrocediendo poco a poco con los gestos y el peso del azabache, abrazándole al sentir que topaba de espalda al piso.

-Tu tienes la culpa - Susurró con sensualidad, consciente de que los besos de Sasuke dejaban de ser cortos y juguetones, agitando su respiración al buscar interceptar sus labios entre gesto y gesto - Sabes... que no me gusta esperar - Alcanzó a decir antes de apresar al fin su cometido.

Hay cosas que no merecen la pena indagar y, para Naruto y Sasuke, saber porque sus labios tenían siempre el sabor perfectamente adictivo para el otro, era algo en lo que no querían reparar siquiera, no mientras se tuvieran siempre de esa manera, besándose de forma pasional mientras sus lenguas jugaban de forma tan incitante, sin pensar en un ganador, solo disfrutando cada encuentro.

Tras morder su labio inferior con fuerza, Sasuke descendió a su cuello, probando cada parte de esa piel, succionando una que otra marquita que se había propuesto dejar permanentes en Naruto, quien, sin perder el tiempo, ya deslizaba la inservible camisa por sus hombros, quitándosela para acariciarle con libertad.

-Suficientes marcas por hoy... - Un giro sobre el piso y Naruto rodó sobre Sasuke, invirtiendo posiciones sin mucha dificultad.

El bufido de molestia que dejó oír Sasuke por el detalle, quedó opacado por el gemido que el oji azul le robó al frotarse deseoso contra él, terminado por atraerlo por el trasero para estrechar mas el contacto en la zona baja, sincronizando el nuevo par de alaridos de placer que soltaron tras eso.

Pese a estar faltos de aire con tan poco, presurosos, encontraron sus labios de nuevo, haciendo oídos sordos al sonido de las prendas que se quitaron el uno al otro, jadeando al repetir la acción a piel viva.

Definitivamente, caer en la demencia en manos del otro siempre era... exquisito.

-¡Hhmm! - Naruto rompió el contacto, deslizando sus labios por la mejilla del azabache con los ojos cerrados y el ceño fruncido al sentir la mano de Sasuke juntar sus sexos, frotándolos con un ritmo exquisito - Más rápido... más... ¡Más...!

-¡Aah! - Sasuke estrechó aun más el contacto de sus cuerpos. Pero no era suficiente, no lo era.

Sin avisar, el azabache se irguió arrastrando con él a un agitado oji azul, topándolo contra la pared y besando su cuello al frotar sus cuerpos y sus caderas descaradamente, cada vez con mayor rapidez.

Inundado por el placer, sin pensarlo más, Naruto pasó sus piernas alrededor de la cintura de Sasuke, aumentando el vaivén con que el se encontraban, distorsionando su respiración cada vez más conforme aquella presión en su zona baja se hacía insoportablemente placentera, demasiado, llevándolo al límite de sí.

Un tirón en su cuello y Sasuke unió sus labios a los de Naruto al sentirse también cerca del final, mordiéndole y exclamando un gemido gutural, derramándose entre sus vientres poco después que su compañero.

Sentían su aliento entre mezclarse con el otro, buscando recuperar algo del tan preciado aire que perdían gustosos después de cada encuentro, pero, tras un corto estremecimiento de sorpresa, ambos se olvidaron por completo hasta de respirar al notar un pequeñísimo detalle... la postura que mantenían.

Naruto veía en los ojos de Sasuke que estaba pensando, exactamente, lo que creía que estaba pensando. Y el azabache esperaba estático cualquier asomo de señal, después de todo, Naruto jamás lo había tomado sin su permiso... por desgracia.

Segundos que parecieron eternos, y el oji azul asintió. Atrayendo a Sasuke hacia sí, lo abrazó, dibujando una mueca de placer cuando aquél dedo, cubierto de semen seguramente, delimitó su entrada un par de veces antes de ahondarse con lentitud y facilidad a su interior.

-No quiero lastimarte de nuevo...

Un simple susurró por parte de Sasuke que atrajo recuerdos a la mente de ambos y aún oculto por encima de su hombro, Naruto rió bajito con ello, cerrando los ojos una vez más al sentir aquél dedo moverse de forma circular en su interior.

Estaba bien, esto ya no importaba ahora. La razón que lo había acostumbrado a los placeres de ser siempre el dominante era lógica y, aunque tomar a Sasuke siempre era una delicia, no tenía nada en contra respecto a quedar abajo un par de veces, solo era... una cuestión de hombría.

Unió un segundo dedo al primero y Sasuke admiró a Naruto retroceder hacia la pared tras emanar un sonoro jadeo de excitación, paralizándose con semejante escena. Esos zafiros le buscaron con extrañeza al sentir detenerse todo movimiento y una sofocante ola de calor abrazó el cuerpo de Sasuke al ver el rostro deseoso de Naruto, exhalando con sorpresa al sentir al rubio mover sus caderas, incitándole a continuar.

¡¡Que despilfarro había hecho!! El elfo era un uke sexy en su máxima expresión ¡¿Como pudo quedar abajo todo el tiempo?!

Naruto parpadeó perplejo cuando ambos dedos salieron de su interior de súbito, posando ambas manos a la pared de golpe y jadeando notoriamente más alto que Sasuke cuando éste le embistió a fondo de una sola vez, ambos quedándose estáticos por un instante tras lo sucedido.

-¡Temee! - Soltó el oji azul apenas recuperó algo de aire - ¡Y decías que...Nnnhh!

Sin poder terminar, Naruto retrocedió contra la pared de nuevo, clamando aire al ser mecido hacia tras una vez más, y otra. Inundado por el calor abrasador que le provocaba el escuchar a Sasuke gemir en su oído tras cada embestida, aferrando su espalda al sentir su respiración estropearse de nuevo con semejante vaivén.

-¡Aaahh...! - Naruto llevó su rostro hacia atrás de súbito y una sonrisa de autosuficiencia acompañó la expresión de placer en el rostro de Sasuke, también dominado por la ola de sensaciones que lo inundaba al sentir su miembro ser estrujado con fuerza.

Todo dolor, y ganas de estrangular a Sasuke, por bruto, habían desaparecido en su totalidad. Naruto jadeó de nuevo, adentrando sus uñas a la espalda del azabache sin contemplaciones, después de todo él tenía la culpa... por dar de nuevo ahí.

La velocidad y fuerza de cada embestida aumentaba. Sasuke entraba y salía haciendo latir la ya dilatada entrada de Naruto cada vez con mayor rapidez, comenzando a masturbarlo al mismo ritmo, no estaba dispuesto a darle cuartel.

-¡Ah, por dios...! - El oji azul alzó aún más el rostro, sintiendo su cuerpo tensarse totalmente y sin control, perdiéndose en algún lugar en la nada - Sasuke...

-Dobe... - Sasuke gruñó también presa de la excitación, embistiéndole por ultima vez antes que la entrada de Naruto se contrajera con notoria fuerza - Te amo - Soltó casi inaudible y ronco, aferrándolo al sentir que no podía más, llegando al final en su interior y sintiendo vagamente la esencia de Naruto discurrir entre ambos.

Aturdidos, y repentinamente relajados, se dejaron arrastrar al piso víctimas de la gravedad, contemplándose de lado mientras el aire volvía con ansiedad.

Una pequeña sonrisa asomó los labios de Naruto, quien sin dudar, buscó la mano de Sasuke para aferrarla con fuerza.

-Repítelo - Susurró con anhelo ante la perpleja mirada de Sasuke.

-Encantado, solo dame cinco minutos ¿Quieres?

-Bruto bastardo - Naruto carcajeó, rodando sobre Sasuke para besarle con lentitud y sensualidad - Eso no. Lo otro... repítelo - susurró, rozando sus labios y dedicándole una mirada de fogoso placer.

Aún con sorpresa, Sasuke sintió su temperatura elevarse con semejante mirada, deseando saber de verdad que es lo que había hecho tan bien para hacer suplicar al dobe de esa forma. Prácticamente, parecía tener el control en sus manos.

-Si me das más de esos me lo pensaré - Sasuke sonrió al ver al oji azul morderse el labio en gesto de derrota, recibiendo de nuevo la delicia de esos labios insaciables, disfrutándolos, pero separándole de golpe al sentir una humedad ajena caer en sus mejillas -¡¿Estas llorando?! - Soltó con sorpresa al ver los acuosos zafiros arriba suyo.

-Repítelo... por favor - Susurró de forma suplicante - Yo también te amo Sasuke, y no sabes cuanto pero jamás, jamás, me lo habías dicho y...

¡Oh! ¿Era solo eso...? Sasuke carcajeó presa de la desesperación. Genial, lo había dicho ¡Y ni siquiera se había dado cuenta de ello! Pero, sin necesidad de repetirlo, se irguió hasta sentarse para alcanzar los labios de Naruto, apresándolos con fuerza, besándole de forma lenta, buscando silenciar los repentinos sollozos que provocó con su estúpida risa.

-Te amo - Susurró apenas se separó, esperando con ansias el eco de su respuesta. Deseaba oír esas palabras tanto como él.

-También te amo Sasuke... y mucho.

Juntaron sus frentes un momento, riendo despacito ante lo cursi que estaban tornando la escena. Malditos cambios hormonales.

Naruto empezaba a creer seriamente que el no era el único afectado con semejantes niveles de progesterona circulando por su cuerpo. Sintió a Sasuke tensarse bajó él y se olvidó por completo de todo al notar un pequeñísimo detalle... la postura que mantenían ¡¿Otra vez?!

Sasuke rió abiertamente y Naruto negó de forma automática, que ni lo pensara.

-¿Me dirás que no lo disfrutaste?

-¡Eso no importa! ¡El segundo round es mío! - Dedicó alto y claro el oji azul tal cual grito de guerra.

Sasuke parpadeó sorprendido al ser llevado de nuevo atrás, con Naruto lamiéndole el cuello y el torso de forma incitante. Sin pensar, extendió el cuello y le abrazó entre gemidos al sentir sus caricias encender su cuerpo con delicia, sin poner peros cuando le abrió las piernas y se acomodó en su regazo de forma más que sugerente. Al instante, en su mente, un pequeño sasu chibi ondeó un cartel en alto que recitaba "Uke redomado", abriendo lo ojos de súbito al procesar SU situación.

-¡Ah no! - Gritó apartándole de súbito - ¡Esta vez no Sex-machine! ¡La noche es mía y lo sabes!

...///...

Adormilado, Sasuke contempló la miel deslizarse por aquél apetecible monte de fruta de forma estética, luchando más por mantenerse despierto que por darle forma al rebelde caramelo. Un nuevo bostezo y enderezó la botella, definitivamente no dejaría muy dulce el postre, como si no hubiera notado que Naruto solo se comía la miel.

Así pues, tras dejar el bote en un "lugar seguro", regresó a la estancia del departamento, posando el platito de fruta en la mesa para volver a derrumbarse al pie del sofá. Viró la vista al cómodo mueble tras él, contemplando a Naruto dormir profundamente, abrazado al "cotizado cojincito de la amargura".

Sonrió un momento, posando su cansada vista en el vientre del rubio solo instantes después. Con su piyama puesto parecía... igual que siempre. Y todos sabemos que la curiosidad suele ser algo fastidiosa si no se satisface.

Tal cual niño pequeño que asegura no ser pillado, Sasuke miró a Naruto una vez más antes de decidirse a levantarle un poco el camisón... nada... ¡De verdad! Nada por aquí, nada por allá. ¡¡Trofeo al campeón de Natación!!

No. En serio. Solo se veía llenito, pasadito de peso o como quieran llamarle. Era lógico que no se hubiera dado cuenta que Naruto le "escondía" algo... o a alguien.

Un exclamo de sorpresa en el azabache y golpeó su mano con el puño cerrado ¡Claro! Ese embarazo aparentaba meses de menos. Grandioso, justo lo que le faltaba a la familia, otro elfo.

Pasó una mano por el vientre de Naruto, pero se sentía, su táctica traga-meses no era del todo infalible y sonrió al descubrirlo, formulando una nueva duda en su mente tras su nuevo descubrimiento ¿Todos los elfos serían rubios?

Y como piedra que rompe la tranquilidad del agua, Sasuke brincó al escuchar el teléfono, estremeciéndose aún más al ver el sueño del "elfo primero" ser perturbado por el mismo. Más por lo que implicaría lo segundo que lo primero, ser descubierto, se levantó para contestar el dichoso aparato.

-¿Diga? - Sasuke prácticamente apartó el auricular al escuchar la enérgica voz de su jefa, eso también parecía de familia.

-¡¡Par de mocosos desconsiderados!! ¡¡Ni una sola llamada para saber si se mataron el uno al otro!! ¡¡Ni una sola!! ¡¡Y no me digas que te olvidaste de tu sobrina!! ¡¡Ha llorado toda la noche llamando a un tal Crispi!! ¡¡¿Y que hora crees que es?!! ¡¡Es que ni siquiera piensas venir a Konoha?...!!

-... - El azabache escuchaba aún sin tener la bocina al oído, solo pensando una cosa... ¿Todos los elfos serían ruidosos?

-¡¡Sasuke, Sasuke!! - Tsunade parecía una fiera. No. ¡Parecía su suegra! Y habría que calmarla. Sasuke suspiró hondo y se acercó de nuevo el teléfono antes de comenzar a recitar.

-Sigo aquí. Si, sabía que Zoé estaba contigo, Shizune me llamó, gracias por cuidar de ella. Si, iré a trabajar, prefiero eso a deberte más días. Y no, Naruto y yo no nos matamos, estamos bien y... - Volvió la vista al dobe, comprobando que continuaba en tierras de Morfeo - Y el bebé si es mío - Agregó.

-¡Oh, menos mal! Van a provocarme un infarto a mi corta edad - Un largo suspiro de tranquilidad se oyó tras la línea - Entonces, Sasuke, retomando la plática de ayer...

-¿Ayer...? - Sasuke elevó la vista con gesto soñador, tratando de recordar algo más allá de su larga, apasionada y fogosa reconciliación, donde Naruto...

-¡¡Sasuke, Sasuke!! - Llamaba de nuevo el molesto aparatejo.

-¡Sigo aquí, joder! - Soltó con enfado tras ser dolorosamente sacado de sus recuerdos.

-¡Pues no parece hombre! Te pierdes tras cada frase. Bueno, otra vez. Te decía que los Uzumaki parecemos malditos, todos...

 

Con pesar, y dolor, Naruto abrió sus zafiros al fin, frotándolos un poco para espabilar. Juraría haber escuchado a Sasuke. Se estiró perezosamente, sentándose en el sofá por acto reflejo... cayendo de nuevo con pesar.

Abrazó su cojín con un pequeño puchero, parpadeando al notar el plato de fruta y miel en la mesita. Una amplia sonrisa asomó el rostro del oji azul. El postre no debía hacerse esperar. Sin más estiró una mano, cogiendo algo de aquél almíbar amarillo con un dedo, que se llevó a la boca con fascinación, chasqueando animadamente y repitiendo el proceso hasta terminar hasta la última gota, mirando lo que quedaba con desidia.

-La fruta también - Un recién llegado Sasuke le miraba atento desde el umbral que daba a la cocina.

-¿Y si le pusieras un poquitito más de miel...? - Una sonrisa ladeada apareció en el rostro del azabache. Ignorando la petición optó por volver a su sitio, al pie del sofá.

-Seguro, ponle todo lo que quieras, no me opondré - Inmediatamente, Naruto formó un puchero ante la amplia sonrisa del otro - Pero si comieras la fruta, podría consentirte e iría yo mismo por ella. Lo juro - Soltó alzando una mano frente a la fulminante mirada del oji azul.

-Teme desgraciado - Murmuró y, estirándose para acercar el plato, Naruto empezó a comer como damnificado - Sabes que es tu... ñam, ñam... culpa que no me pueda parar... chomp, chomp...´ttebayo. Si tu hijo sale con cara de...- otro bocado - ... de miel, o sea rubio, será tu culpa...

Sasuke apoyó su codo en la mesa, descansando su rostro en su mano, contemplándolo comer sin ser consciente del pequeño rubor que asomaba en sus mejillas al pensar seriamente en lo que Tsunade le había pedido. Respigó sobresaltado al ver el platito vacío frente a él, sonriendo cálidamente con el sonoro "más y con miel extra" que Naruto le dedicó.

-Aún no se como cedí - Naruto río pícaramente al ver la inocente sonrisa del azabache - Si eres tan uke como dulce.

-Di lo que quieras - El azabache cambió esa sonrisa a una totalmente burlona - Me basta con saber quien fue el que rogó "Mas fuerte" todas las veces.

-¡Nah! Te di algo de ventaja ´tteba - Agitó la mano al frente de forma despreocupada, mirando con renovada curiosidad la autosuficiente mirada del azabache, riendo al compararla con la que mostró la noche pasada - Si te atreves a seducirme ahora maldito infeliz, juro que te pongo a cuatro hasta que quedes igual o peor que yo ¿Entendiste?

-Anoche no te quejaste.

-¡Lo hice! - Naruto abrió la boca con diversión y sorpresa - ¿Es que con lo cachondo no te da por prepararme nunca? - Resoplando al ver la confiada mirada del azabache. Definitivamente, se había convertido en una mala influencia para él - Uno a uno... ¿Vale?... - Enarcó una ceja y empujó su platito de fruta, provocando una amplia carcajada en Sasuke - Mejor compro lubricante... por si acaso.

-Si, lo que digas - Sasuke paró de reír, transformando esa mueca de autosuficiencia en una dulce sonrisa poco antes de levantarse, dispuesto a cumplir la "exigencia" del rubito, deteniéndose dudoso en el marco de la puerta - Naruto... - Llamó de nuevo, sin atreverse a voltear pese a que imaginaba la interrogante que asomó en el rostro del menor - Tú... tu querrías...

-¿Si? - El oji azul giró bocabajo en el sofá sin dejar de mirar al azabache con curiosidad - ¿Yo que?...

-... - Sasuke negó, suspirando ampliamente. La misión que tenía encima no sería tarea fácil, además, esta no era la forma apropiada. Quizás se necesitaba inspiración o algo así - ¿Querrías mostrarme el ultrasonido? - Soltó al final.

-¿Solo eso?

Naruto asintió al verlo voltear, devolviéndole la sonrisa que le dedicó Sasuke antes de perderse en la cocina. Eso había sido extraño, no parecía ser eso lo que quería decir. Se encogió de hombros despreocupado y pensó con seriedad. ¿Miel?... o canela. Acarició su vientre con suavidad, buscando consulta a su pregunta y sonrió de forma traviesa al decidir - ¡Sasuke...!

...///...

Para fortuna de Sasuke, pocos fueron los que notaron su escape de Konoha dentro de aquella misteriosa cortina de polvo que recorrió el lugar en segundos, para su desgracia, Tsunade contaba entre esos pocos. ¡Bah! ya haría horas extras, ahora lo más importante era llegar al departamento con urgencia, cosa que le tomó solo otras dos fracciones de segundos más.

Prácticamente derrapó por la calle al detenerse frente al edificio, alzó la vista respirando agitadamente y distinguió a Naruto mirándole con seriedad y de brazos cruzados en la terraza del departamento.

¡Mentiroso! Aún estaba en casa, y esperándolo por lo visto.

Sasuke lo señaló totalmente enfadado mientras el aire entraba y salía a grandes tropeles de sus pulmones... recargándose casi al instante en sus rodillas al ver que ya no tenía sentido gritar, ni aire para hacerlo. Lo importante es que no se había ido como recién había dicho al teléfono, donde prácticamente se había despedido ¡Y sin darle una razón!

-Dobe - susurró para sí.

-¡No te hagas el chulito Teme! - Soltó Naruto captando nuevamente su atención - ¡¿Me puedes decir que rayos es esto!?

Un par de pasos hacia atrás y Sasuke atrapó en el aire una cajita de satín negro que el oji azul le lanzó desde el tercer piso. Levantó la mirada con extrañeza, sorteándola entre ella y Naruto ¿Qué tan difícil era entender el motivo de la sortija en su interior?

-O mejor dicho - Retomó el oji azul aferrando el barandal con las manos para inclinarse al frente - ¡¿Para quién es?! - Un enorme tic apareció en la ceja a Sasuke, que bajó el rostro riendo de forma extraña.

-¡Usuratonkachi! - Soltó señalándole ante la sorpresa del otro - ¡¿Qué no sabes leer?! ¡¿O para que crees que puse el enorme letrero de "Cásate conmigo" debajo de ella?! ¡¿eh?!

-¡No te hagas el inocente Sasuke! - Naruto negó encarándole de nuevo - ¡Confiesa que te he caído!, ¡Si de verdad quisieras pedirme matrimonio, por lo menos pudiste intentar una cena o algo así en lugar de olvidar tu proposición en el buró!

Sasuke le miró boca abierta y comenzó a caminar de un lado a otro, respirando hondo, esto era absurdo, e ilógico.

Es verdad que terminó por darse por vencido tras su fallido intento en el lago. Haberlo sobornado con un rol de canela glaseado con miel para que le siguiera hasta ahí había sido una proeza. Todo arruinado cuando ante su sorpresa el dobe había desaparecido, obra de tres horrorosos chiquillos de instituto que querían el número de Naruto a toda costa. Quizás había estado mal estallar cuando el dobe rió diciendo que era gracioso ver a la gente caer obra de su mágica herencia élfica, pero ya había tenido tiempo de arrepentirse por haberlo hecho llorar cuando el "bendito pan" llegó a feliz término... obra de un perro callejero.

Ah, y ese no había sido su único intento. Pero, quien iba a decir que intentar pedírselo con rosas le haría visitar el hospital ¡El no tenía ni idea que era alérgico! Y sin mencionar la cena romántica que resucitó sus vómitos, o de la vez que, optando por lo más seguro, puso la sortija en un nuevo panqué de canela, panqué que terminó rescatando de la basura... obra de Zoé.

Harto de intentar pedirle matrimonio, había decidido que no había cosa más sana que dejar la sortija junto a la cama con su proposición bajo ella... ¡¿Qué había salido mal esta vez?!

-Y te quedas callado. Eres un completo teme ¿sabías? - Naruto rió con amargura desviando el rostro de él - Además, si ahora de verdad salieras con que te quieres casar conmigo, pensaría que es puro compromiso, obligación. Dattebayo.
¡No te estoy pidiendo nada Sasuke!

-¡Eso no es verdad! ¡No tiene nada que ver! - El azabache pasó las manos por sus mechones buscando calma. Las hormonas si que complicaban todo ¡Maldición! - ¿Tu aceptarías por puro compromiso... Naruto?

El oji azul volvió la vista aún con el ceño fruncido, posándola en la penetrante y angustiada mirada azabache, desvaneciendo poco a poco aquél enfado que lo invadió momentos atrás.

-Sabes que no - Murmuró totalmente audible al moreno - Pero... no vi ninguna nota para mí bajo la caja - Agregó, esbozando una débil sonrisa que Sasuke imitó un poco más calmado.

-Se habrá perdido - Respondió - No me hagas repetir lo que decía, tus hormonas son contagiosas - Explicó con una mueca de falso enfado, pues la pequeña risa que Naruto dejó escapar con ello, le devolvió su sonrisa de inmediato.

-¿Tienes que volver al restaurante...?

-Anno, disculpe - Interrumpió una tercera voz en la calle, captando la atención de ambos en esa turista, recordándoles con bochorno que platicaban en plena avenida. La chica parecía apenada, pero aún así sacó un enorme mapa de la ciudad que mostró al azabache - No encuentro el Museo de arte ¿Podría orientarme?

-Seguro, está cerca - Sasuke tomó el mapa, lo dobló entregándolo a la chica y señaló hacia el norte - Dos cuadras, doblas a la derecha y sigues de largo. Es el único edificio grande de la calle, no te pierdes.

-Ah... - La chica se sonrojó enormemente, haciendo una pronunciada reverencia - ¡Muchas gracias!

-De nada, supon...

A diferencia de la joven turista, si Sasuke se sorprendió no se notó, pues ella se llevó ambas manos a la boca al ver el enorme chorro de agua que empapó al azabache.

-¡Oh, perdone! - Soltó con falsa modestia un olvidado rubio oji azul desde la terraza, bandeando un balde en manos - No vi que hubiera alguien abajo ¿La mojé señorita?

La chica intercaló miradas entre un empapado y sombrío azabache, y el adorable jovencito rubio en la terraza, negando al fin con insistencia y el rostro totalmente rojo.

-¡¿Ahora que rayos te pasa?! - Sasuke miró arriba de golpe - ¡Solo le daba indicaciones!

-¡Lo sabía! - Naruto empujó una maceta de la terraza haciendo retroceder a ambos peatones de un brinco por acto reflejo, pues lejos estaba realmente de darles con ella - ¡Solo querías mi cuerpo! ¡¡Me largo con mi padre!!

-¡¿Con el idol insoportable que se cree policía?! - Sasuke abrió la boca de la sorpresa al ver a Naruto cerrar la terraza de golpe - ¡¡No juegues, antes muerto!! ¡¡¿Escuchaste?!!

La anonada turista, posó las manos en las mejillas, suspirando al ver a Sasuke adentrarse al edificio echando chispas.

-Moé - Murmuró, sonriendo al comenzar a alejarse por la acera con corazones al aire.

Al mismo tiempo, sentada cómodamente en la terraza de junto, Zoé sujetó su tacita de té con ambas manos en la mesa, evitando que se volteara con el tumbo que estremeció el departamento cuando su tío entró por la puerta principal.

-Crispi - Llamó la pequeña a su conejito invitado, sentado frente a la chiquilla - ¿Estás seguro de que se casarán? Últimamente gritan por todo - Ya con seguridad, la chibi soltó su taza y una amplia sonrisa apareció en su rostro - ¡¿De verdad?! ¿Naruto kun tendrá un bebé? Entonces seré prima... ¿Qué dices oso loui? - Como queriendo comprobar sus palabras, posó su mirada ahora en su pequeño osito pardo con un listón, del mismo estampado que la capa de crispi, anudando su cuello - Ya veo, entonces será como mi hermano.

Feliz, la chibi subió un platito de galletas a la mesa, deteniéndose pensativa al segundo siguiente, ladeando el rostro antes de prestar atención a sus acompañantes de nuevo.

-¿Y, que es "moé"? - Al instante, una invisible gotita resbaló por la frente de ambos peluches - ¿Tampoco me lo pueden decir? No es justo, lo mismo dijeron cuando pregunté a que se refería Oro-perver-san con el juego del "trío". Cuando sea mayor, si, si... - Soltó, mordiendo una galletita "akatsuki" con desgano.

...///...

Ensimismada, y completamente encantada, Hinata tarareaba alegremente mientras llevaba a cabo su "obra maestra". Y es que, pasando totalmente del griterío que tenía en las narices, no podía evitar sonreír de la emoción.

-¡Si dije que cambié de opinión, es por que cambié de opinión! - Sentado frente a un enorme tocador, Naruto resopló, dejando dócilmente que la oji clara tras él, le girara el rostro a la izquierda - ¡¿Qué tiene eso de increíble Sasuke?!

-¡¿Cómo que qué?! ¡Usuratonkachi! ¡Querer cambiar de papales justo ahora no tiene nada de normal!

Del otro lado del separador de tela que se alzaba tras el espejo, dándoles total privacidad, la voz de Sasuke resonaba con excesiva claridad.

-Naruto kun, no te muevas - Hinata reacomodó el perfil del oji azul para continuar.

¿Por qué tenían que gritar? Si incluso el barullo de la multitud que había en las cercanías era perfectamente audible para ella. En fin, debía ser... la emoción del momento. Eso lo entendía a la perfección.

-¡Pues...! - Naruto parpadeó unos segundos, buscando en su mente alguna excusa decente - ¡Pues eso da igual, cambié de opinión! ¡Ya suficiente tengo con ser el que viste el ceremonial blanco! ¡Exijo ser el que espera al final del pasillo! ¿Por qué también tendría que caminar hasta ti?

-¿Qué por qué? - Un gesto de enorme sorpresa asomó en el rostro del azabache, mirando al biombo como si pudiera realmente ver a Naruto a través de la tela - ¡Dobe ¿Te olvidas que fuiste tu quien decidió que lo dejáramos a la suerte?!

-¿Y como iba a saber yo que la suerte te prefiere a ti? - Naruto refunfuñó, cerrando los ojos cuando una suave pompa le polveó el rostro en repetidas ocasiones, obra de una brillante Hinata -¡Exijo un cinco de nueve!

-¡¿Otra vez?! - El azabache reviró los ojos y suspiró llamando algo de paz interna - Además, sabes que el kimono blanco era el que te quedaba mejor, no querías que se te notara, ¿O cambiaste de opinión en eso también?

-¡Que no estoy gordo! - El oji azul negó algo exaltado.

-¿Y quien está hablando de peso? - Sasuke suspiró recordando las largas terapias con Kakashi para mentalizar esos kilitos de mas de una forma... diferente - Si es "solo agua de más" cariño.

-¡Deja de intentar lavarme el coco ¡Quieres?! - Replicó, parando en seco al segundo siguiente para posar ambas manos en su, ya no tan pequeño, y por ahora obra y gracia del kimono, imperceptible vientre, acariciándolo con cuidado - Sabes que no es nada personal y que en realidad te adoro bebé - Agregó con contrastante dulzura, haciendo resbalar una enorme gotaza por las frentes de Sasuke e Hinata.

-Listo - La oji clara sonrió, alejándose un par de pasos para admirarle mejor.

-¿Terminaste? - El oji azul volvió la vista al espejo y una intensa aura ensombreció su rostro al ver su imagen - ¡¡Uaahhh!!

Un sutil toque a su espalda y Sasuke giró sobre sí, mirando con curiosidad el teléfono que Minato, extendió hacia él.

-Para ti - Soltó admirando a su casi yerno de arriba abajo - Y tengo que admitir que el ceremonial negro te favorece - Agregó, asintiendo con satisfacción, pese al vergonzoso sonrojo que asomó las mejillas del azabache con su comentario.

-Gracias - Sin chistar, Sasuke tomó el teléfono y salió de la habitación al escuchar el nuevo debate que Naruto empezó con Hinata - ¿Juugo?... ¿El pastel...? No, no importa, aún tenemos tiempo.

 

 

Era casi insano comprobar lo rápido que corre el tiempo cuando más lo necesitas, ahora, Sasuke podía testificar de ello.

Antes de haberlo notado, el lugar ya estaba adornado, las mesas puestas, los invitados presentes, y él, de pie al final del pasillo. Si, también ganó el siete de trece. En el bello jardín de la casa de Minato, lugar que habían escogido para tan privado evento, todos estaban a la espera del inicio.

A diferencia del resto, Sasuke admiró el motivo que arrancó a todos un sonoro exclamo de ternura, secretamente orgulloso de que ese tesorito le perteneciera solo a él.

Al inicio de la alfombra, vistiendo un hermoso vestido de encaje blanco, el cabello recogido con flores blancas, y una canasta a rebosar de pétalos en manos, la pequeña Zoé pasó su vista por la concurrencia, localizando a su tío Sasuke al final. Sonrió y avanzó un paso, tomando un pétalo de su cesta que dejó en el piso frente a ella con extrema precaución, repitiendo el proceso con muuucha calma, después de todo, le habían dicho que esto era muy importante para Naruto y su querido tío.

 

Treinta minutos después...

Aún centrados, y a la vez no, en el lento recorrido de Zoé, nadie prestó atención en el auto que llegó al lugar en ese momento. Tsunade bajó del vehículo de inmediato, atravesando la casa con suma rapidez, deteniéndose donde Minato al ver que le hacía señas múltiples para hacerse notar.

-¿Qué? - Apurada, la rubia miró ansiosa el jardín y una gotita resbaló por su frente al ver que ella había ya ido y vuelto del departamento de Sasuke, y Zoé aún iba a la mitad.

-Naruto se ha quedado dormido - Murmuró el oji azul, atrayendo la atención de su madre a él con extrema rapidez.

-¡¿Cómo lo permitiste?! - Gritó en susurros, sin podérselo creer. No, pensándolo bien, el bebé tenía más posibilidades de nacer que Zoé de llegar al final del pasillo.

-Dijo que tenía calor - Minato alzó el pequeño ventiladorcito que llevaba en manos a modo de excusa.

-Pues despiértalo que Zoé está a punto de correr la maratón de cien metros planos. No me importa como, sobórnalo o algo pero levántalo o el matrimonio en los Uzumaki de verdad será solo un mito.

Sin dejar lugar a réplicas, Tsunade retomó su camino, logrando colarse hasta el altar por una lateral, dejando un pequeño conejito de peluche negro en el piso.

Junto a Sasuke, Kakashi -el padrino- se desperezó, despertando por completo y topando la cabeza del azabache a su lado, atrayéndole desde tierras de Morfeo con un respingo, repentinamente inquieto por la fijeza con que la pequeña miraba al frente.

-¿Eh? ¿Ya, ya? - Sasuke miraba a los lados algo confuso, posando también su mirada al frente.

Una gota resbaló por la frente de todos al ver al Zoé correr de súbito el tramo faltante, arrojando ya sin cuidado puños enteros de pétalos tras ella, y aventando el resto, con canasta incluida, al aire al llegar al altar para levantar su peluche en brazos con una enorme sonrisa en el rostro.

-¡Crispi! - Soltó abrazándole, haciendo caer un par de cataratas de los ojos en cruz del peluche.

-Si, si - Tsunade agitó una mano frente al padre, ayudándole a espabilar mientras guiaba a Zoé por los hombros, rumbo a la primera fila.

Fue solo cuestión de segundos para que todo tomara el hilo al punto donde "hacía rato" se habían quedado.

Los invitados guardaron silencio y Sasuke buscó con la mirada algo en el jardín, extrañado al escuchar resonar la conocida melodía "Kiss me" de Sixpence None the Richer por el lugar. La mano de Kakashi a su hombro volvió su atención a él, aún inquieto ante la fraternal sonrisa que le éste le mostraba.

-Tranquilo, no te pongas nervioso.

-No lo estoy - Soltó prácticamente sin voz, y repentinamente sorprendido por su mutismo, ambos volteando hacia el padre cuando este rió tras ellos.

-Está bien hijo, que no te de pena, es normal.

-Pero, no lo estoy - Agregó apenas un decibel más alto - ¡En serio! - Susurró.

El que estuviera empezando a hiperventilar, que ignorara el hecho de que el pastel apenas estaba llegando, y que el corazón repentinamente le latiera sin control, esperando con ansias ver salir a Naruto, no podían ser nervios... ¿Verdad?

Muy bien... estaba nervioso, y la repentina fascinación de todos, junto a la sonrisa de Hinata, que admiraba orgullosa su obra, le daba la razón de ello. Nadie podría negar que Naruto se veía simplemente... hermoso.

El oji azul sujetó a su padre por el brazo, bajando la vista cuando ese horrible y penoso sonrojo aumentó, mordiéndose el labio cuando Minato le presionó con fuerza la mano, invitándole a mirar al frente.

-¿Listo? - Susurró el mayor, admirando a su hijo con una imperturbable sonrisa de orgullo en el rostro.

Suspiró hondo y Naruto alzó la vista, esbozando el mismo gesto atónito que tenía Sasuke al otro lado.

-Hai - Susurró fascinado. El ceremonial negro... se le veía increíblemente bien - Hai - Repitió con claridad, formando una bella y amplia sonrisa.

Como si fuera una agradable resonancia, aquella sonrisa asomó también en el rostro de Sasuke, súbitamente calmo de ver en Naruto esa mirada cargada de decisión, sintiendo que ahora, bien podría esperar cualquier cosa ya, y es que esperaba tantas cosas junto a él...

... tantas cosas pero ésta, seguro no se la esperaba nadie.

La obvia confusión de los invitados cuando Naruto soltó a su padre al ir más deprisa, la extrañeza de Minato cuando su hijo arrojó las flores tras él dejándolas caer limpiamente en sus manos y, la enorme sorpresa de Sasuke cuando el oji azul carcajeó y sujetó su kimono para poder echarse a correr hacia él... No tenía precio.

-No... - El azabache negó perplejo - No... - Agitando las manos al frente con repentino terror - ¡No lo hagas!

Prácticamente en acto reflejo, Sasuke se encogió cubriéndose la cabeza con ambas manos al tenerlo casi enfrente... esperando lo inevitable. Levantando el rostro repentinamente sorprendido al no sentir nada.

Una gota resbaló por la frente de todos, por enésima vez en el día, cuando Naruto pasó de largo a su casi esposo y posó las manos sobre la mesa del pastel que pasaba justo junto al altar, buscando algo ante la sorpresa de Juugo y Suigetsu, quienes llevaban el postre hasta el sitio donde se supone reposaría. El oji azul rió de forma macabra al localizar su objetivo, alzarlo en el aire y soltando un zumbido al dejar caer el cuchillo sobre el pan de forma efectiva ante la aterrada mirada de sus amigos.

-¡¡Al fin!! - Naruto levantó aquella rebanada con el metal del cuchillo, admirándole mientras sentía la boca hacérsele agua.

-¡Naruto! ¡¿Se puede saber que rayos haces?! - Tsunade se levantó de la banca frontal, recién reaccionada con la situación.

-¿Eh? - El oji azul volteó confundido, percatándose de su repentino, y peligroso, antojo de pastel - Yo...

-Naruto kun - Hinata le observaba dolida, con lagrimones en los ojos, junto a un sorprendido Neji y un durmiente chibi-hyuuga en trajecito de etiqueta.

-¿Naruto kun, no quiere casarse con mi tío? - Zoé chan aferró contra sí a su querido crispi.

-¡Piensa como se ha de sentir el pobre de Sasuke! - Tsunade señaló al perplejo azabache.

-¡Hey!- Sasuke respingó molesto de inmediato. A ella que le importaba la pena ajena.

-¿Esto quiere decir que me casaré? - Minato alzó en ramo de flores en sus manos, contemplándolas con repentina curiosidad.

Un silencio que a Naruto le pareció ensordecedor y soltó un enorme suspiro de autocontrol.

-¡Basta! - Soltó Sasuke, ante la sorpresa en general - ¡Tú! - Suigestsu respingó señalándose a si mismo también - ¡Si! Tú. Reparte una rebanada a todos. ¡Ahora!, ¡Tú...! - Señaló ahora a Tsunade - ¡No vuelvas a intentar compadecerme de nuevo, tú...! - Soltó hacia su recién sorprendido casi suegro - ¡Felicidades invítanos a la boda en cuanto sea! ¡Y tú...! - Dedicó a Naruto - Ven conmigo, ¡¡Bon apetit a todos!! - Sin perder más tiempo, tiró de un acongojado oji azul, apartándose del resto antes de abrazarle con fuerza y de forma repentina.

-Yo... - Naruto sollozó, conteniéndose aún - Solo quería un pedacito de pastel.

-Lo sé.

-¿No estás enojado ´dattebayo?... lo arruiné todo ¿neh?

-Nada de eso, fuiste... algo exuberante - El azabache alzó la vista, encogiéndose de hombros antes de sonreír totalmente relajado - A decir verdad, ya a nadie le extraña viniendo de ti. Ahora come, o me culparás si sale moreno por el relleno de chocolate - Agregó, sonriéndole antes de alcanzarle un tenedor.

Irónico, si. Francamente, un ataque de antojos era mucho mejor a que de verdad a Naruto le hubiera dado un arranque ninfómano frente a todos. Ahora, Sasuke también sentía que podía esperar a que terminaran el postre para poder casarse con Naruto... su elfo loco.

-Neh Sasuke, ahora que lo pienso - Tranquilamente sentados y terminando el pastel, por algún lugar del jardín, Naruto alzó la vista aún con el tenedor en la boca - Es gracioso - Murmuró ya mas tranquilo, mirando con algo de diversión la interrogante en el rostro del azabache - ¿Te diste cuenta que nos comimos la torta antes de la boda dos veces?

-¿Eh? - Sasuke parpadeó confundido.

-Esta - Naruto meneó su pastel frente a Sasuke - Y ésta - Señaló su vientre con el tenedor, arrancando una pequeña carcajada en ambos.

Era definitivo, esperar "algo" parecía en balde... Juntos, la vida, se volvía tan impredecible.

...///...

BONUS... CRISPI Y LOUI

El tiempo no es justo para todos, cualquiera lo sabe. Pero es aun más injusto cuando tu niña querida ha crecido lo suficiente como para dejar de creer en muñecos y te abandona a la primera señal de vida inteligente.

Para Crispi y Loui, haber cambiado de manos no era tan horrible... no. Pertenecer, de forma representativa claro, al nuevo integrante de la familia no era tan malo todo el tiempo.

Había días que realmente no valían la pena, cierto. Días aburridos, sin chiste y en los cuales encontrarse perdidos por la casa, tras ser babeados, y ruinmente arrastrados por el piso tal cual fregona, era vil explotación a los derechos de los peluches.

Sin embargo, había días... como éste.

Pese a la intensa penumbra tras apagar todo rastro de luz eléctrica, Sasuke se las arregló perfectamente para bajar el cierre de la polera deportiva de Naruto, consiguiendo quitársela en un dos por tres, toda una hazaña tomando en cuenta que prácticamente se devoraban a besos y se tallaban el uno contra el otro como si la vida se les fuera en ello.

"¡Ja! Como si la calentura pudiera con ellos".

Una imperceptible chispita relució en los ojos de cruz de crispi ante la invisible venita que surcó la frente de Loui al llegar a esa conclusión.

Poco tardó para que el papito de Naruto derribara a Sasuke en el sofá, siguiéndolo a gatas para continuar donde se habían quedado. Oh sí, cuando se toman en serio sus papeles pueden hacer todo un show de esto. En fin, como les decíamos, mi querido otot..., ejem, es decir, Sasuke no perdía tiempo, manoseándole por aquí, por allá, en fin, todo donde le alcanzaran las únicas dos manos que tenía.

"Existen prótesis de alquiler"

Bueno, en eso había que darle la razón a Loui, y por ello, Crispi coincidía totalmente con él.

Pero lo emocionante comenzaba cuando dejaban las ligas menores, y que empezaran a saltarse los limites de los jeans, indicaba que pronto estarían bateando un "¡Hot coffe!", o "Home round", como prefieran llamarle.

Aunque, imaginaciones o no, que ese rubito sexi le hiciera a Sasuke trabajitos manuales o, cuando andaba de caritativo, orales, calentaba toda la habitación junta.

"Totalmente justificable, es imposible resistir a la delicia del arroz con popote"

Era lamentable que ese no fuera el caso ahora, todo parecía indicar que la calentura no les aguantaría para andarse con rodeos.

Un giro repentino, y Sasuke invirtió posiciones. Solo uno de sus típicos intentos por retomar la "batuta" de la situación, volviendo al jueguito de caricias y simples besos. Rayos, ¿Tenía que hacerlo justo ahora, cuando no les queda mucho tiempo?

"Debería admitir de una buena vez que le gusta ser Uke"

Una vez más Crispi y Loui coincidían, provocando que las cruces de ojitos del conejillo se tornaran como platos por la sorpresa y un pequeño sonrojo asomara en las mejillas del pequeño osito pardo con semejante confesión. Se suponía que el gusto por el bouyer no les iba a ambos... se suponía.

¡Crispi lo sabía! Loui era un pequeño pervertido también, pero teniendo mucho que ver y nada que hacer cuando te la vives en manos de un chiquillo de solo tres años, los espectáculos realmente memorables, o sea cachondos, eran contados.

-¡¡Itachi!!

"Ya me cayó la macarena"

Una gotita invisible resbaló por la frente de Loui ante las invisibles cataratas que cayeron por las mejillas del conejito negro con semejante grito. Pero el indefenso Crispi aun no aprendía a diferenciar cuando llamaban a uno o a otro.

-¡¿Cuánto tiempo llevas ahí?!

Sasuke retrocedió entre sorprendido y aterrado ante las palabras de su rubio esposo, posando la vista en el mismo lugar que Naruto cuando ambos se enderezaron de súbito, acomodando sus ropas fugazmente.

-No mucho - Respondió una pequeña y dulce vocecita infantil desde el pie de las escaleras, proveniente del pequeño que sujetaba al par de conocidos peluches, colgando uno de cada mano.

¿Por qué tenían que llamarle igual?... no pregunten.

-Ven.

Ya sentado correctamente al sofá e ignorando el pequeño susurro que Sasuke le dedicó, Naruto meneó una mano al frente, llamando a su pequeño, quien sin más ni más, corrió a él, soltando a su par de "Queridos y míseros" peluches en el trayecto para poder abrazarse al regazo de su rubio papacito.

"Mira que este niño de dulce y considerado no tiene nada"

-¿Qué sucedió?

Pregunta retórica o no, el pequeño Itachi, que milagrosamente SI aparentaba sus bien cumplidos tres años, levantó su bello, y pálido, rostro ante la pregunta de su papazote Sasuke, negando un momento, consiguiendo agitar sus azabaches mechones con ello, mostrando una conocida mirada totalmente negra y penetrante tras esos ojos afilados, dándole un toque amenazante cuando frunció el ceño en muestra clara de enfado.

-¡Te he dicho que no frunzas el ceño de esa manera!

Comprendemos cuando Naruto se pone histérico a ese grado, en verdad el niño es una copia miniatura de Sasuke, pero el que tiene la culpa es él y nadie más que él. Es hasta obvio saber de que tuvo antojo todo su embarazo. Ahora que no se queje.

Pero, como siempre, un par de lagrimones se formaron en los ojos del pequeño, acompañando a su típico gesto de total inocencia al momento de enseñar su biberón al frente. Debemos admitir que esa inigualable forma de lucir adorable no lo heredó de Sasuke, si no de Naruto.

-Sin Miel y Canela... - Murmuró el pequeño, frotando una manita por sus llorosos ojos azabache y agitando su leche intacta en el interior de la mamila - No sabe.

Una gota resbaló por la frente de los cuatro presentes en la habitación. ¡Hey, nosotros también contamos...! ejem, es decir, crispi y Loui también cuentan.

-Te lo dije - Naruto volvió la vista a Sasuke de inmediato, quien carraspeó compungido - Sabes que no puedes engañarlo con saborizantes artificiales - Susurró apenas audible.

Aterrador o fascinante, pero el niño de "Itachi" no solo tenía el nombre, y miraba a sus padres alternadamente con un toque serio.

"Bah, si hasta Loui y yo pudimos notar a kilómetros de distancia que el plan para quitarle los dulces sigue fallando"

-El endulzante... - Murmuró el pequeño, interrumpiendo la "muda" discusión que sus padres habían entablado tras su ya acostumbrada petición - Es lo mas importante en un postre, sin el toque exacto no se puede crear un platillo digno.

Un exclamo de asombro colectivo en sus padres y Naruto se cruzó de brazos de inmediato, mirando a Sasuke de forma acusadora con un puchero en el rostro.

-Iré por miel y canela.

"Buena excusa Sasuke"

Eso se gana por leerle recetas de cocina a su hijo a escondidas de Naruto ¿Por que no pudo hacerle caso y ser un padre normal?

Una gotaza invisible resbaló por la frente de crispi y Loui al ver que Sasuke huía rumbo al restaurante, dejando a un sorprendido Naruto con Itachi, y el problema, encima por un buen rato, después de todo, la amplia casa donde ahora vivían estaba un poco más retirada del centro de la ciudad.

-Y... ¿Qué más te ha dicho tu papá Ita chan?

"Y vuelve la burra al trigo"

Una venita surcó la frente de Loui al ver a crispi con nuevas cataratas cayendo por sus ojos de hilo en cruz.

-Pues... - El niño alzó el rostro con un dedito en la boca.

Bueno, este día en particular no estuvo tan mal. Hubo algo de "movimiento" para variar.

Sin contar que terminamos nuevamente tirados a mitad de la sala, podríamos dejar ultrajar nuestros derechos peluchinos un poco más si tuviéramos la certeza de que podríamos verla, aunque fuera un ratito.

Zoé, la razón de nuestras constantes visitas. Lamentablemente, nuestra pequeña es demasiado caritativa como para atreverse a quitarle a su hermanito las almohadas que "tanto" le encantan.

Sin embargo, a esta hora, es casi seguro que nos enviarían a la cama con Itachi tras conseguir que su cuerpo depure tanta glucosa... ku,ku, ¿Entienden por que odian darle miel y canela? Apenas les queda tiempo para dormir como para pensar siquiera en querer tener otro hijo.

 

"Es mejor que bajemos otro día ¿Neh... Itachi?

"Una vez más, totalmente de acuerdo contigo... Dei"

 

*.*.* FIN *.*.*

 

Notas finales:

NOTAS FINALES:

^^U ^^U Konnichiwa!!

Para aquellos que se hayan quedado con cara de "WTF", pues si, el que narraba el bonus si era ni mas que nuestro extrañado Itachi tío, y no, Zoé no estaba loca al hablar con sus peluches.

Y a los que dudaron de la fidelidad de Naru, ¬¬ debería darles vergüenza... XP pero de haber caído en nuestras patrañas. Con lo difícil que fue domar a sasu... sin palabras.

Any Way, esperamos haberos hecho reír aunque fuera un pelín, ese fue nuestro objetivo, sin resistirnos a jugarles un par de travesuras a nuestra pareja favorita en el proceso.

Agradeciendo a todos aquellos que nos dejan sus dulces recuerdos por escrito y a los que toman la molestia de mirar la página siquiera, solo nos resta decirles:

"Sean felices y luchen por sus sueños´dattebayo"


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).