Las noches en el barco son cada ves mas hermosas e únicas, son inigualables, casi como un sueño, las estrellas en el cielo y la luna le dan un toque mágico y hacen que cualquiera de los que están mirando el bello cielo nocturno se sientan dentro de una paz única, una paz y tranquilidad que llena el cuerpo la mente y el alma de las personas. Debido a el oscurecer repentino y como nadie en su sano juicio quiere usar velas en la noche, la cena se sirve poco antes del anochecer, cuando aun hay luz de día, utilizamos al máximo la luz del sol y así mimos se usa la de la luna.
Hay cosas a las que aun no me acostumbro, como por ejemplo a despertarme antes que salga el sol, es decir cuando apenas hay luz, a esas horas hay que limpiar, ordenar, contar los bienes, entrenar y hasta desayunar, cuando hay luz, es hora de seguir entrenando y hay que prepararse para los asaltos, por mas que falten dos o tres dias para llegar al pueblo mas cercano. Otra cosa a la que no me acostumbro aun es a ir a dormir cuando la luz de la luna apenas sale por el horizonte, según los capitanes es para que al día siguiente estemos llenos de energía, pero más de uno se queda hasta mas tarde viendo el hermoso paisaje de la luna. Y una de las ultimas cosas a las que no planeo acostumbrarme es a ser el vigilante en el mástil, son los únicos que se pueden quedar hasta tarde a ver esa luna y casualmente se los cambia cada semana, es muy posible que pronto sea el próximo debido a ello, pero un guardia lo que tiene que hacer es mirar por enzima del nivel del mar, cerciorándose que ningún barco se nos acerque o despistadamente terminemos llegando primero que nada a un pueblo cercano y ser vistos, es por eso que no quiero vigilar por el mástil de noche, no quiero ser el responsable o ser el despistado a quien todos culpen si es que algo de eso llegase a pasar y seamos descubiertos y encerrados en prisión.
Para mi suerte mi primer robo esta a la vuelta de la esquina, iremos a un pueblo conocido como “El Reinó de los bromistas” según Tezuka le pusieron ese apodo porque a la gente le gusta ir a bares y otros lugares a escuchar a los reyes de la broma y la picardía de ese lugar, yo no le encuentro la gracia, lo que si ese lugar es temible debido a su gran seguridad. Debido a ellos, y a que hay que organizarse, durante la cena cada grupo debe decidir un lugar donde robar, para mi fortuna estoy en uno de los grupos fuertes y es muy seguro que nuestra operación no tenga complicaciones, aunque me preocupa mi hermano menor.
La cena siempre es lo mismo, pescado con especias y acompañado con algunas verduras, lo buenos es que según Tezuka cuando bajemos a tierra durante el primer día iremos por provisiones y en el segundo iremos por lo mas importante que son el dinero, joyas, obras de arte y otras cosas.
-Encallaremos en un acantilado, cerca del pueblo, hay una playa cerca, por lo que vamos a usar los tres botes del barco para poder llegar- dijo Tezuka mostrando un gran mapa que colgó entre dos pilares, el mapa estaba algo viejo, pero tenia todos los bordes del pueblo marcados correctamente, como estaba oscuro el había puesto varias velas a su alrededor para ver bien.
-Nos dividiremos en grupos de a cuatro por las provisiones, para no hacer sospechas aremos las cosas rápido, comenzaremos a la mañana y terminaremos con el lugar por la noche, cada equipo se encargara de algo en especial- dijo el chico morenos con quién mi hermano andaba mucho.
-Mi equipo se encargara de las carnes, usualmente los carnicero y pescadores tienen en su poder ni mas ni menos que armas de filo, será mas fácil para nosotros- dijo el de peliazul, el capitán de los mas crueles.
-En ese caso mi grupo se encargara de los medicamentos y las hierbas medicinales- dijo Tezuka mostrándose seguro.
-Los estafadores nos aremos de las verduras y otras cosas- dijo el capitán estafador mostrándose orgulloso de ser estafador.
La cena trascurrió tranquila y sin prisas, algunos que otros jugaban mientras comían para hacer mas divertida pero mucho no lograban de todas formas a mi me divertían las bromas que le hacia un peliblanco a su sub-líder, creo que era Nioh a Sanada, aunque o estoy seguro puesto que no conozco bien a cada uno de los integrantes de cada uno de los diferentes grupos y eso que son solo tres, ese es el problema de los nuevos. De pronto la tranquilidad se esfumo, parecía haber una pelea entre uno de los sanguinarios y un estafador, me acerque a ver y pude escuchar la pelea.
-Oye tramposo, me debes cinco monedas de oro- dijo un chico de cabellos negros, muy despeinados, mirando con enfado a mi hermano.
-Yo te gane en las cartas, ya son mis monedas- se defendió mi inocente hermano.
-Hiciste trampa- se defendió.
-Akaya por favor déjalo tranquilo, perdiste, ganaras mas monedas después- le dijo un chico castaño con los ojos cerrados.
-Quiero mis monedas- dijo comenzando a ponerse violento.
-Kirihara- dijo el pelinegro con gorra negra.
-El hizo trampa.
-Basta Akaya- dijo con enfado y brazos cruzados.
-Tu no ere el capitán.
-Akaya por favor déjalo- pidió Yukimura acercándose a poner orden.
-Si capitán- dijo de mala gana.
Me acerque a Yuuta y le dije- A nosotros se nos enseño a ser honestos Yuuta, es malo hacer trampa.
-Pero no la hice- dijo poniendo su carita de niño triste- yo le gane en buena ley lo juro
Lo mire con ternura, a veces el podía llegar a ser algo mentiroso con tal de ganar y era la razón a que el perdía muchas veces y eso no le gustaba, pero yo como hermano tenia que llevarlo por el buen sendero, no cambiaba nada el hecho que fuéramos piratas- Yuuta ¿Hiciste trampa?
-No señor- negó moviendo rápido la cabeza-Créeme yo no hice trampa.
-Yuuta, el hecho de ser piratas no nos tiene porque hacer perder nuestro valores buenos- dije cruzándome de brazos.
-Está bien- dijo levantándose de la mesa y como buen chico le dio las monedas al otro chico- toma, perdona.
-¡Ven! Tenia razón- dijo Akaya mostrándose muy seguro de si mismo- Tenia razón.
Yuuta se sentó desanimado en su silla y comenzó a comer muy lentamente, le revolví el cabello y le dije- estoy muy orgulloso de ti hermano menor.
-Gracias hermano- dijo sonriendo, aun no muy feliz.
A la mañana siguiente llegamos hasta ese acantilado del que se había hablado la noche anterior, era una belleza ver ese lugar. Para poder pasar inadvertidos todos se vistieron como gente de la nobleza, con camisa, pantalones y zapatos, alguno con corbata otros con un pañuelo entremedio de las camisas, pero con los colores de sus grupos, eso me hizo recordar algunas cosas. Era hora de irse, cada grupo se embarco a cada uno de los botes, los dos mas fuertes de cada grupo remaban mientras los otros se preparaban para lo que seria la primera fase del robo aquel lugar.
La playa estaba desierta, serán porque eran como las cinco de la mañana, ya que el sol no salía aun, cada grupo se dividió en parejas de dos, como yo aun era un novato me quede al lado de Tezuka, quien con su paso firme parecía un duque mas que nada, para mi sorpresa se nos unieron Yukimura y su compañero de gorra y mi hermano con su capitán, íbamos para la misma zona. La isla se dividía en cuatro zonas, la de los cuatro puntos cardinales, no fue muy necesario organizarse mucho, solo cada quien iba a la zona que le parecía y ya.
Delante mío pude notar que Yukimura y Sanada, su compañero al mando del grupo sanguinario, tenían oculto en sus ropas sus espadas y hasta armas de fuego. Tezuka me dijo que nos quedáramos tras ellos un buen rato, de ese modo podíamos pasar como ciudadanos normales si ellos asaltaban, además podría aprovechar la situación para poder ver como atacan ellos. Pasaron pocos segundos hasta que llegamos a una pescadería, no había gente en la calle y los negociantes estaban comenzando a ponerse a andar, lo primero que vi fue cuando los sanguinarios se acercaron a donde estaba un pescador, Sanada fue tras el y con la punta de su espada lo golpeo en la cabeza dejando inconciente, después Yukimura saco de su bolsillo una gran bolsa y coloco todos los pescados que pudo dentro de ella, luego siguieron haciendo lo mismo con los demás negociantes de la zona, incluso con los carniceros, todo lo que robaban lo ponían dentro de una carreta que le robaron a un chico segundos antes.
Estaba un poco nervioso cuando entramos a un lugar para robar, una farmacia, Tezuka saco de su bolsillo una botella y le hecho parte de su contenido a un pañuelo, luego me dijo que me haga pasar por un cliente y distraiga al farmacéutico, lo que hice al pie de la letra, para cuando el farmacéutico se dio cuenta de la treta, Tezuka le tapo la boca con el pañuelo mojado, de un segundo a otro el hombre callo desmallado, Tezuka me dio una de las bolsas que tenia en el bolsillo y la llenara de medicamentos, cosa que no tarde en hacer, poniendo uno tras otro frasco que encontraba.
Para cuando llenamos las bolsas de medicamentos fuimos hasta la playa donde nos subimos a uno de los botes, donde había otros seis miembros de los diferentes grupos esperando, los botes estaban llenos de lo que se había robado, todo era cargamento para abastecernos por algunos meses en el barco, víveres necesitados.
Llego la temible noche, después de nuestra exitosa primera fase, era hora de pasar a lo real, a lo que todo pirata estaba acostumbrado a hacer, cada quien se puso su ropa de pirata, camisa y pantalón del color de su grupo, los que tenían chaleco también, cada quien se armo de valor, coloco a un lado de si cintura sus armas, espadas y pistolas, y nos encaminamos a los botes para ir de nuevo a robar, pero esta ves cosas de valor, mucho valor en dinero.
Al llegar a la costa nos dirigíos cada quien a su lugar, mi grupo fue al museo mas grande a robar las joyas de la corona, pinturas muy valiosos y otras cosas de valor muy preciado en el mercado negro, uno de ellas era “La anaconda” en mi pueblo había oído de ella, era una escultura de oro, plata y bronce, escarchada con pedazos de joyas valiosos, diamantes y hasta pepas de oro, tenia forma de serpiente de unos cinco o seis metros de largo, pero a pesar de todo era hueca por dentro por lo que pesaba de uno a dos quilogramos.
Para nuestra mala suerte el museo estaba bien vigilado, había guardias en cada esquina, cada dos o tres metros, Eiji y Oishi fueron los primeros en entrar en acción, ambos corrieron hasta donde estaban la mayor parte de guardias y armaron una distracción, Eiji uso sus acrobacias para dejar a todos noqueados y Oishi ayudo en ello, luego de que los guardias de afuera estaban fuera de combate nos adentramos al lugar, cada quien tomo lo que pudo, metiéndolo en saco que cada quien traía, cada so se podía llenar hasta con esculturas y había que llevarlo al hombro.
Yo por mi lado puse una pintura valiosa algunas joyas que encontré, estaba seguro que poco tendría que llevar, era novato y temía me atraparan por llevar mucha carga para mi, cuando nos disponíamos salir afuera había una emboscada, había guardias por todos lados, cada uno llevaba una escopeta y comenzaron a disparara, cada quien se disperso por un lado y logro salir moviéndose de aquí para allá, yo hice exactamente lo mismo, pero quede delante de un guardia que tenia una mano vendada. Solté lo que tenia en manos y me dispuse a correr, pero uno segundó después el tipo me disparo y me dio en el abdomen. Podía sentir mi vida irse, la sangre que brotaba de mi herida y estaba formando un gran charco de sangre a mi alrededor, de pronto todo comenzó a oscurecerse, lo ultimo que pude sentir fue la vos de Tezuka, verlo a el parándose delante mió y con su espada golpeando a su enemigo….luego solo vi mucha oscuridad y voces, gritos y hasta los llantos de mi padre por alguna razón.
Desperté en el camarote que compartía con el capitán Tezuka, estaba adolorido y me dolía la cabeza, mire a mi abdomen y allí estaba todo vendado, con una gran mancha de sangre en medio, me dolía mucho, casi no podía moverme, mire a un costado, allí estaban algunos frascos, medicamentos, mucho agua y hasta vendas con sangre que habían manchado el pequeño muele de madera.
Tezuka entro unos momentos después, delante mió me saco todas la vendas, puede ver lo que tenia en mi abdomen, un enorme agujero con sangre que brotaba como un rió, tenia partes negras y hasta algunas con un rojo putrefacto, se estaba infectando. Sin dejar pasar mas tiempo, Tezuka me coloco en la boca un palo y me dijo que lo mordiera, segundos después, abrió un frasco y me tiro su contenido en mi, el dolor que sentí fue muy fuerte, sentía mí carne quemarse, era un dolor indescriptible, de mis ojos comenzaron a brotar lagrimas, a pesar de tener el palo en la boca mordiéndolo, grite de dolor, fue muy fuerte. Tezuka me puso unas vendas nuevas y luego me quito el palo de la boca, para luego hacerme beber algo muy caliente, me queme un poco la boca, el líquido tenia un sabor agrio y fuerte, pensé que iba a ser lo ultimo que tomaría en mi vida.
De la tarde a la noche mi fiebre no dejaba de cesar, oí de boca de algunos que entraban a verme que muy pronto moriría, mi hermano desde fuera lloraba de temor por perderme, a su único familiar, al único que el amaba y el único además de mi padre que lo amaba como a su propia vida, quizás mas. Tezuka me comenzó a cuidar con cariño, a pesar que no sabia a ciencia cierta si viviría para el día siguiente, los pronósticos sobre mi eran inciertos, hasta para mi, pero el dolor del abdomen y la fiebre eran mucho para mi, de todas formas decidí que lucharía hasta el final, no podía abandonar a mi hermano, fui mi idea hacernos piratas y no podía dejarlo solo.
Continuara