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Torbellino de sentimientos por Varda

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Capítulo 4: Torbellino de confusión

A la mañana siguiente Ikki fue el primero en aparecer en el comedor para desayunar pues no pudo conciliar el sueño, para hacer más amena la espera tomó el diario que estaba en la mesa y se puso a leerlo. De a poco los otros caballeros fueron llegando, dándole los buenos días como si nada aunque Ikki notó que algunos al verlo le dirigieron alguna mirada rara. De todas maneras nadie se atrevió a preguntarle absolutamente nada (si, conocían el carácter de Ikki).
El Fénix trató de olvidar todo el asunto, aunque ahora el tema le afectaba mucho más que antes. Ni bien legaran todos comenzarían a desayunar, el último en aparecer fue Seiya.
Seiya: - bostezando - Buenos días, me quedé dormido otra vez.
Saori: - Ya se te hizo costumbre - riéndose -
Seiya: - Lo siento Saori - sonriendo - Es que escuché ruidos anoche y me desvelé - dijo como si nada -
Seiya como siempre jamás se da cuenta cuando mete la pata, tras ese comentario muchos miraron de reojo a Ikki y se pudo escuchar algún que otro comentario entre susurros. El Fénix - maldiciendo a Seiya en su mente - continuó con la lectura del diario, haciéndose el desentendido. Después se eso el desayuno continuó normalmente, nadie se dio cuenta al parecer de la ausencia de uno de los caballeros dorados: Shaka de Virgo, o al menos nadie quiso decir nada. Prácticamente la mayoría sabia o se había enterado por otros de cierta discusión esa noche. Mu estaba muy preocupado por su amigo, el dormía en la habitación de al lado de Shaka por lo que pudo escuchar la conversación.
El primero en terminar fue Mu, quien prácticamente salió corriendo hacia donde Shaka, para ver que le había pasado.
Mu: - ¿Shaka? - tocando la puerta -
Nadie contestó.
Mu: - Shaka, voy a entrar. Se que estás allí.
Mu abrió la puerta (estaba sin seguro) y vio a Shaka sobre la cama en pose de meditación con los ojos cerrados. El caballero de Aries se sentó a su lado.
Mu: - Shaka, también se que no estas meditando. ¿Por qué no bajaste a desayunar?
Shaka: - abriendo los ojos enrojecidos - No tengo hambre - contestó secamente -
Mu: "Estuviste llorando, esto es demasiado para ti." - pensó - Vamos Shaka, no querías enfrentar a Ikki ¿Verdad?
Shaka no contestó.
Mu: - Escuche todo anoche. Shaka, ¿Por qué no te sinceras con el?
Shaka: - No vale la pena.
Mu: - ¿Por qué estuviste llorando si no vale la pena?
Mu sabía leer el corazón de las personas, y eso fue demasiado para Shaka. El, el hombre más cercano a la iluminación se encontraba perdido en un torbellino de sentimientos confusos que iban desde la angustia hasta la tristeza. Se sentía completamente impotente al no poder enfrentar esa situación, se encontraba absolutamente confundido.
Mu: - ¿Sabes cual es tu problema? - mirándolo directamente a los ojos - Siempre has estado escapando a los sentimientos que tu llamas mundanos utilizando cualquier recurso. Creíste que alcanzando la iluminación ibas a deshacerte de ellos, que nunca jamás dudarias de nada. Sin embargo hoy estas totalmente atrapado por lo que siempre odiaste, estuviste siempre equivocado, ¿Y sabes por qué? - Shaka lo miro atentamente esperando la respuesta - Porque olvidaste que eres humano, Shaka.
Sabias eran las palabras del caballero dorado de Aries. Los humanos a veces piensan que pueden escapar de los problemas, que estos nunca los alcanzaran si lo desean. Se equivocan, son humanos, y eso es algo que conlleva a sentir cosas. Nadie esta fuera del alcance de los sentimientos.
Shaka meditó unos minutos las palabras que acababa de oír, algo tan simple y tan acertado. Después de todo, el era un ser humano, no un dios.
Shaka: - Tienes razón Mu, olvidé eso. Y también olvidé que los que me rodean son seres humanos, aun así no dejaré de sentir lo que siento. Tengo una paradoja en mi corazón, quiero tener esos sentimientos en mí, pero a la vez ellos me lastiman.
Mu: - En algún momento tendrás que enfrentar tus problemas - levantándose - Y no lo olvides, eres un ser humano.

Shun notó a su niisan más callado que de costumbre (y eso ya era bastante). No sabía porque era y no sabía si preguntarle. No porque no le interesara lo que le llegara a suceder a Ikki, pero en sí tenia miedo de la reacción de su hermano mayor si se enteraba de su relación con Hyoga (cosa que ya sabían todos, aunque Ikki jamás dijo nada).
Shun: - ¡¡¡Niisan!!! - corriendo a abrazar a Ikki, ambos se encontraban solos en el living de la mansión - ¿Puedo preguntarte algo? - Ikki asintió - Ayer y hoy te noté preocupado y de mal humor, ¿Te pasa algo?
Ikki: - No... no me pasa nada Shun - sonriendo (o algo así) -
Sin embargo Shun conocía a su niisan a fondo.
Shun: - Se que algo te pasa, aquí - tocando el pecho de su hermano, sobre su corazón - No puedes engañarme.
Y así era, pero no quería preocupar a Shun. Sus problemas eran sus problemas (una vez más una actitud egoísta) y en su cabeza se iban a quedar.
Ikki: - En serio, no me pasa nada.
Pero el brillo en la mirada de Ikki era distinto ante los ojos de su hermano menor. Shun supuso que su niisan no le iba a decir nada, así que prefirió no molestar más con esa a Ikki.
La mirada de Ikki no cambió para nada ese día, tampoco mejoró su humor, más bien empeoró. Pensó en lo que Shaka le dijo ¿Sentía culpa? Ahora estaba más seguro, luego de ver la reacción del caballero de Virgo. Ahora sí sentía culpa, alguien estaba mal debido a sus estúpidos impulsos. ¿Realmente le importaba? De eso no estaba seguro.
Ni en el almuerzo y ni en la cena Shaka apareció. Algunos preguntaron por el, pero nadie se atrevió a ir directamente con Shaka. Saori les dijo a todos que Shaka no se sentía bien y que les pedía disculpas. Sin duda Saori había sentido cierta tensión entre Shaka e Ikki, por lo que decidió ir con Shaka para ver que pasaba. Y de eso se dio cuenta el Fénix, cuando la misma Saori le dirigió una de esas miradas que lo dicen todo. "El está mal y es por tu culpa, haz algo", algo así como un mensaje directo a su cosmos.
Ahora sí sentía culpa.
Al día siguiente Ikki se levanta bien temprano para desayunar esperando que en el comedor no haya nadie y así estar tranquilo un momento. No fue así, Shiryu estaba allí sentado.
Shiryu: - Buen día Ikki. ¿Dormiste bien?
Ikki: - Buen día - sin ganas -
Shiryu: - Si crees que con esa actitud solucionaras todos los problemas que afrentes en tu vida, estas muy equivocado.
Ikki miró al Dragón muy sorprendido. ¿Quién demonios se creía Shiryu para meterse en su vida? Una reacción común en Ikki sería decir algo como "Vete al mismísimo infierno, lagartija". Sin embargo Ikki no pudo decir nada, pues en el fondo sabia que éste tenia mucha razón.
Ikki: - ¿Y qué actitud tengo que tomar? - con sorna -
Shiryu: - Una que te permita saber que sientes y que quieres sin lastimar a nadie, y sin salir tu lastimado.
Ikki: - ¿Alguien te envió a decirme eso? - ofuscado -
Shiryu: - Que poco me conoces si piensas eso. Te digo esto porque te considero un amigo. Escucha: oí todo lo que paso ayer, y se como te sientes, o al menos te lo veo en la cara. Hasta tu hermano se dio cuenta y esta muy preocupado.
Ikki: - ¿Cómo? ¿Acaso salió todo en algún diario? - con tono de burla -
Shiryu: - No, pero las noticias corren rápido. Pero ese no es el punto, no me gusta ver a mis amigos mal, tan solo pensé que un consejo te serviría, nada más.
Y allí se terminó la conversación, porque el resto del grupo entró al comedor.

n, porque el resto del grupo entró al comedor.

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