Capítulo 3: Mi vida, antes de conocerte…. Segunda parte.
Cuando escuchó al pelinegro decir….
El que sigue por favor.
Supo de inmediato que ya no había marcha atrás, él era la última persona que quedaba. Empezó a caminar, no supo por qué sus pies le comenzaban a temblar, finalmente vería a ese viejo que se escuchaba tan amargado y furioso.
Al entrar….
Buenas tardes. – Saludó cortésmente un joven de hermosos cabellos dorados.
¿Cómo te llamas? Y ¿Qué edad tienes? – Preguntó seriamente la persona que se encontraba sentado del otro lado del escritorio.
El rubio se quedó perplejo cuando vio que no era un viejo como él suponía, si no más bien era un hermoso joven, llevaba puesto unos lentes negros, era de piel morena y el color de su pelo era castaño.
Mi nombre es Josseph Wheeler, y tengo 16 años. – Su voz se escuchó algo nerviosa y entrecortada.
¿Qué te hace suponer que tú eres apto para este tipo de trabajo?.... Déjame decirte algo perro repugnante, esto no se trata de ningún juego, así que mejor lárgate por dónde viniste y no me hagas perder mi tiempo. – El tono de su voz se escuchaba muy seria y demandante.
Sé que esto no es ningún juego, es por eso que estoy aquí, que no le engañe mi edad, no es la primera vez que trabajo. Además…. – Se armó de valor para poder continuar hablando. – El anuncio decía claramente que se necesitaba de una persona responsable, sólo le pido una oportunidad para demostrarle que soy muy puntual y eficiente en mi trabajo.
¿Ya terminaste de ladrar perro? A mí no me importa cuántos empleos hayas tenido, lo único que me importa saber es que si alguna vez en tu miserable vida te has hecho cargo de cuidar a otra persona. Eso conlleva una gran responsabilidad ya que se te estaría confiando la vida de alguien más. – El comentario del rubio lo había hecho enfadar.
El ojimiel simplemente bajó la mirada, al parecer ese joven tenía razón. – Cómo diablos se iba hacer cargo de cuidar a otra persona si a duras penas él se podía cuidar solo. – Pensaba para sí mismo.
Por favor…. Necesito el empleo. – Fue lo único que se le ocurrió decir, ya que esa era su última oportunidad que tenía para no llegar a casa con las manos vacías.
Maldito perro desgraciado, mejor esfúmate antes de que llame a seguridad y te saquen de aquí a patadas. No eres lo suficientemente apto como para…. – El castaño no terminó de hablar ya que fue interrumpido….
Para empezar…. ¡YO NO SOY NINGÚN MALDITO PERRO! Sólo vine aquí por el trabajo, no vine a que me insultaran de esta manera…. El hecho de que usted sea hijo de papis adinerados, no quiere decir que va a tener el derecho de ofenderme…. Y para terminar…. Si me voy es porque yo quiero, no porque usted me lo está ordenando. – El chico salió del lugar muy molesto, nunca lo habían ofendido tanto, ni lo habían humillado de esa manera…. A excepción de su padrastro, suficiente tenía ya con estar aguantando los insultos y los desprecios de ese hombre, cómo para que viniera alguien más a ofenderlo…. Al menos en los trabajos anteriores, sus jefes fueron amables con él, a pesar que siempre lo miraban con mucha lástima.
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Pero que se ha creído ese perro sarnoso, cómo se atreve a hablarme de esa forma, esto no se puede quedar así…. Nadie, absolutamente nadie se mete con Seto Kaiba. – Decía para sí mismo y con el ceño fruncido. Al parecer el chico de ojos mieles, lo había puesto de muy mal humor, ya que nadie en su sano juicio se atrevería a alzarle la voz, ni mucho menos a hablarle de esa manera…. Una voz muy conocida por el CEO, llamó su atención….
Hermano…. ¿A cuántos prójimos más piensas correr?.... Sólo hoy te has dado el lujo de echar a más de 100 personas.
Les dije que esto era una pérdida de tiempo Mokuba…. Además yo no necesito a nadie, puedo cuidarme solo. – Se escuchaba realmente enojado.
Sí, eso lo sé muy bien hermano, pero te recuerdo que tú mismo se lo prometiste a mamá y me lo prometiste a mí, dijiste que ibas a buscar a una persona para que pudiera estar al pendiente de ti casi todo el día…. Ya es tiempo Seto de que por lo menos logres tener un amigo…. Además, mis vacaciones de verano terminarán muy pronto y luego empezaré a ir de nuevo a la Escuela y bien sabes que a mí no me gusta dejarte solo tanto tiempo. – La voz del pequeño se escuchaba algo triste.
Mokuba, por si no lo sabías, yo nunca estoy solo, a veces nuestra madre se queda conmigo y si no…. Para eso están los empleados y….
Y, nada hermano, tú bien sabes que nuestra madre no puede quedarse contigo todos los días, ella también trabaja al igual que nuestro padre; y los empleados no pueden estarte cuidando todo el tiempo, ellos tienen sus propias obligaciones y no te queda de otra que quedarte tú solo en la mansión. – El pelinegro empezaba a perder la paciencia con su hermano mayor.
Tonterías, conozco esta casucha mucho más que todos los que viven aquí y ya estoy acostumbrado a vivir en la penumbra, a estar sin la compañía de nadie.
¡¡¡SETO KAIBA!!! Más vale que elijas a una persona ahora mismo. – Gritó el pelinegro muy enfadado.
¡Ja! Y según tú…. ¿A quién debo elegir? – Habló con ironía.
Mmmm…. Yo sugiero que al último chico que salió de aquí.
¡¡¡Que!!! ¡¡¡Estás loco!!! Te refieres a ese asqueroso perro animal, que se atrevió a insultarme en mi propia ¿Casa? – Gritó furioso, mientras que golpeaba el escritorio con su mano.
Sí, ese mismo. – Medio sonrió, ya que el menor había escuchado toda la discusión y se sorprendió mucho cuando ese joven tuvo el valor de enfrentar a su hermano mayor…. Todas las personas que llegaron a solicitar el puesto de trabajo, le tenían miedo a su hermano.
El CEO, pensaba que tal vez no sería una mala idea en contratar a ese perro, ya que aprovecharía la oportunidad de hacerle pagar por su insolencia….
De acuerdo Mokuba, elijo al perro…. Será mejor que vayas a buscarlo, no ha de ir muy lejos…. Y sólo dile que se presente mañana a primera hora.
Lo que tú digas hermano. – Dicho esto último, el menor salió corriendo a buscar a la única persona que realmente había tenido el valor de enfrentar a su hermano.
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Maldito ricachón petulante, cómo se atreve a tratarme de esa manera. – Decía muy molesto un joven de hermosos ojos mieles, que caminaba a paso lento…. La razón era muy simple y es que no tenía ninguna prisa por llegar a su casa. – De seguro ha de ser uno de esos hijos de papi y mami que lo consienten demasiado. Pero ni aún así, no tenía por qué tratarme tan mal. Quizás se dio cuenta que no soy de su clase. – Esto último lo dijo en un susurro, mientras que se miraba la ropa que traía puesta.
Allá a lo lejos, logró escuchar que alguien lo estaba llamando….
¡¡¡JOSSEPH!!! Espérame. – Miró hacia atrás para ver quién era el que lo llamaba, se sorprendió mucho y dejó de caminar para esperarlo.
Al fin…. Por fin pude alcanzarte. – Trataba de respirar y poderse calmar un poco, estaba cansado de lo mucho que había corrido.
¿A mí?.... Y eso ¿Cómo para qué?.... ¿Y cómo sabes mi nombre?
¡Hey! Tranquilo, una pregunta a la vez. – Le sonrió. – Antes que nada, quiero decirte que puedes empezar a trabajar mañana a primera hora…. Y con respecto a que sé tu nombre, pues escuché claramente cuando se lo decías a mi hermano.
Tu…. Tu…. ¡¡¡Tu hermano!!! – Dijo muy sorprendido.
Sí. – Le hizo un gesto de niño infantil.
¡Rayos! – Murmuró entre dientes. – En verdad lamento mucho todo lo que le dije a tu hermano…. Pero él tiene la culpa por insultarme primero.
Cálmate Josseph, sé que mi hermano tiene un pésimo carácter, pero cuando empieces a conocerlo mejor, verás que es muy linda gente. – Le volvió a sonreír.
El otro chico se le quedaba viendo al niño con una gotita en la cabeza.
Pero…. Y tú ¿Cómo te llamas?
Hay que tonto soy…. Se me olvidaba presentarme. – Hablaba en forma graciosa mientras sacaba la lengua y se rascaba la cabeza. – Mi nombre es Mokuba Kaiba, pero puedes decirme Mokuba.
¡Ah! Mucho gusto Mokuba…. Tú puedes llamarme Joey. – Le sonrió amigablemente.
De acuerdo Joey, lo que tú digas…. Bueno ya debo irme, y recuerda que mañana debes de ser muy puntual.
¡Oye! Espera un momento, aún no me has dicho quién es el joven al que yo voy a cuidar.
Eso lo sabrás mañana…. Adiós, nos vemos.
Adiós y gracias. – Por una parte estaba feliz porque había conseguido un empleo…. Pero por otra parte, se preocupó un poco, ya que no quería encontrarse de nuevo con el castaño. – Bueno Joey, será mejor que aprendas a controlar tu carácter si quieres durar en tu nuevo trabajo. – Se decía a si mismo, ya que esta vez las cosas serían diferentes…. Ese niño mimado como él solía llamarlo, vivía en esa mansión, y aunque a él no le simpatizaba la actitud del ojiazul, le guste o no, se tendría que quedar callado aunque el CEO lograra sacarlo de sus casillas.
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Al anochecer….
Ya era hora de que llegaras maldito inútil bueno para nada…. Por tu bien espero que me hayas traído dinero o ya verás de lo que soy capaz. – Decía un hombre con cara de pocos amigos.
No te preocupes. – Expresó un tanto molesto. – Aquí traje un poco, no es mucho pero….
¡¡¡¡PLAFT!!!! - Se escuchó un ruido muy fuerte en toda la casa.
¡¡¡Cállate!!! Maldita escoria, mucho cuidado en querer utilizar ese tono de voz conmigo. – Expresó furioso.
Yo…. Lo siento…. – Contestó, mientras contenía las ganas de llorar y se sobaba la mejilla con su mano.
Así está mucho mejor…. Y cómo siempre te han de haber despedido ¿Verdad?
Sí, si me despidieron. – Contestó el rubio con tristeza.
Eso quiere decir que mañana comenzarás un nuevo trabajo ¿Cierto? – El hombre, tenía en sus manos un pequeño látigo que se lo mostraba al joven para intimidarlo.
Si. – Respondió agachando la mirada, para que ese viejo no lo viera llorar.
Bien, así me gusta mi querido hijastro, por lo que veo no eres ningún tonto…. Recuerda que si quieres seguir yendo a la Escuela, tendrás que trabajar el doble…. No olvides que tú sólo me sirves para mantenerme, para saciar mis lujos y mis caprichos, no sirves para nada…. Es más, no vales nada. Para lo único que me sirves es para ponerte a trabajar como un burro; eso claro, si quieres ganarte la comida…. Aunque si por mí fuera, te puedes morir de hambre, pero ambos sabemos que eso no me conviene, porque prefiero mil veces explotarte al máximo…. Ja, ja, ja, ja…. – Se reía el viejo sarcásticamente, ya que disfrutaba ver la cara de sufrimiento que tenía el rubio. – Será mejor que me valla a dormir, hoy he tenido un día muy agotado. – Decía el hombre en forma de burla. – ¡Ah! Se me olvidaba, te guardé un poco de comida para que cenes, pero no te hagas muchas ilusiones, son sólo sobras las que te dejé…. Jajajajajajaja. – Aún continuaba riéndose a carcajadas, mientras se iba a su cuarto.
Con lágrimas en los ojos se dejó caer al piso…. Todos los días era lo mismo, ese viejo siempre sabía encontrar las palabras adecuadas para lastimarlo y hacerlo sentir muy mal…. Hubo una ocasión en que empezaba a creer que él no valía nada, sólo era un maldito burro de carga al que explotaban sin ninguna consideración, estaba por rendirse, pero una noche en que su padrastro llegó ebrio a la casa, empezaba a insultarlo, a golpearlo, le gritaba que él y su hermana no eran más que unos bastardos…. Antes de que él perdiera el conocimiento debido a los crueles golpes que recibía, el viejo le dijo que si algún día quería volver a ver a la bastarda de su hermana, él tendría que obedecerlo en todo.
Snif, shif, snif…. Vamos Joey, no te rindas, no ahora, tienes que soportar, hazlo por Serenity…. – Trataba de darse ánimos él solito. – ¿A dónde te habrá llevado ese hombre?.... Hermanita…. Snif, shif, snif, dónde quiera que te encuentres, snif, shif, snif, dónde quiera que estés, snif, shif, snif, te prometo que te encontraré y volveremos a estar juntos de nuevo…. – Se limpiaba las lágrimas con la manga de su camisa, luego se levantó del suelo y prefirió irse a dormir.
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Hola… ¿Cómo están mis dos grandes amores?
Estamos muy bien mamá. – Contestaron dos chicos al mismo tiempo.
Y…. ¿Cómo te fue hoy Seto? Pudiste elegir a un candidato.
Muy graciosa madre…. Pero me causó gracia en la forma como lo dijiste.
No te preocupes madre…. Ya conseguimos a alguien. – Habló otra persona que también se encontraba en la habitación.
Esa si que es una muy buena noticia Mokuba…. Me alegra escuchar que pudiste elegir a un candidato Seto…. ¿Y quién es esa persona?
Se trata de un joven muy simpático…. Espera a que lo conozcas madre, estoy seguro que te caerá muy bien. – Decía muy animadamente el menor.
En realidad, fue Mokuba quién lo eligió. – Explicó el castaño.
En ese caso tu padre y yo lo tendremos que conocer el próximo fin de semana.
No se hagan muchas ilusiones, ese perro no durará ni una semana, mucho menos un día.
Sólo el tiempo lo dirá Seto, si ese joven logra llenar tus expectativas. – Expresó la mujer.
Mhg…. – Protestó el mayor.
Bien hijos míos los dejo, que descansen y no se acuesten muy noche.
No mamá, adiós, descansa tú también. – Respondieron los hermanos Kaiba.
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A la mañana siguiente….
¡Vaya! Hasta que por fin llegas perro callejero. – Habló el CEO muy enojado.
Vine a la hora que me dijeron que….
¡¡¡Cállate!!! No te he autorizado para que ladres perro sarnoso…. Ladrarás cuando yo te lo ordene ¿Está claro?
Si señor. – Contestó tratando de calmarse para no hablar de más.
Hay algo que quieras preguntar ¿En estos momentos?
¿Dónde se encuentra el joven al que yo voy a cuidar?
El CEO medio sonrió y dijo:
Lo tienes enfrente de ti.
Joey no podía creer lo que estaba escuchando, eso no le podía estarle pasando a él, pensaba que se trataba de alguien más, pero ni de chiste se le ocurrió que era al castaño a quién él tenía que cuidar.
¿Usted?.... Creí que se trataba de una persona enferma, pero usted no parece que está enfermo, yo lo miro muy sano…. Si esto es una broma….
El castaño se quitó los lentes negros y de forma muy enfadada habló:
Acaso no te das cuenta que soy ciego perro estúpido. – Golpeó con fuerza el suelo con un bastón que tenía en sus manos…. Dicho bastón era de oro blanco y en la empuñadura tenía la cabeza de un dragón blanco de ojos azules.
El ojimiel se sintió de la patada. – Yo y mi bocota. – Expresó entre dientes…. Siempre tenía la mala costumbre de hablar más de la cuenta…. Aún así, le pareció que ese joven poseía unos hermosos ojos azules, como el zafiro, a pesar que no solían tener ese brillo que todos los demás tenían, sus ojos se miraban opacos y sin vida.
Lo siento…. En verdad no tenía idea. – Habló muy avergonzado.
Bien, ahora que ya lo sabes, trabajarás para mí, obedecerás mis órdenes y harás exactamente lo que yo te diga. – Frunció el ceño.
Si. – Contestó con resignación.
A partir de ahora, tú serás mi perro lazarillo. – El castaño chasqueó sus dedos, y enseguida llegó un sirviente para entregarle algo, después se retiró sin decir nada…. El ojiazul medio sonrió, mientras le enseñaba al rubio lo que le habían llevado y le dijo…. – Te ordeno que te pongas esta correa perro, yo sostendré la cadena del otro extremo, así podrás guiarme con más facilidad por toda la mansión.
La actitud del CEO, había sido la gota que derramó el vaso, el ojimiel no pudiendo aguantar más, se enfureció tanto al ver cómo ese ricachón vanidoso se estaba burlando de él, y con voz firme y seria habló….
Ni creas que yo me pondré ese estúpido collar, ni que estuviera loco. Además ya te dije que yo no soy ningún maldito perro.
¡¡¡Cállate!!! Perro malo. – Gritó furioso. – Al parecer necesitarás que tu amo te dé clases de obediencia…. Pero para que veas que no soy tan malo, te daré a elegir entre la primera y la segunda opción.
Y…. ¿Cuál es la otra opción?
¡Pero qué perro más listo me saliste! – Decía irónicamente. – La segunda opción que tienes es que te arrodilles enfrente de mí y me supliques a que te perdone por tu insolencia de ayer…. Así que…. Tú decides…. ¿Qué prefieres? La correa o arrodillarte ante tu amo para que pueda apiadarse de un pobre perro miserable como tú.
Joey bajó la mirada, estaba parado frente al castaño, apretaba fuertemente sus manos haciéndolas puño, sólo pensaba que como podía ser tan cruel, acaso no le había bastado ya con haberse burlado de él, como para humillarlo de esa manera…. Sin poderlo evitar, sus ojitos se empezaron a humedecer, se sentía peor que una basura…. Su padrastro lo hería tanto físico como emocionalmente y ahora él, estaba destruyendo lo poco que le quedaba de su orgullo y dignidad.
Estoy esperando tu respuesta perro pulgoso callejero. – Exigió una respuesta rápida.
Yo…. Elijo el collar. – Contestó finalmente con resignación…. Al menos no le iba a dar el gusto de que lo escuchara pidiéndole perdón, tenía una pequeña ventaja; y es que el CEO no podría verlo con el collar puesto y de esa manera él no se sentiría tan mal.
Bien, ahora póntelo. – Ordenó el ojiazul de forma muy seria….
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El fin de semana había llegado….
Hola Joey…. Qué bueno que llegas.
Hola Mokuba…. ¿Ocurre algo?
No te preocupes…. Es sólo que mis padres te quieren conocer. – Sonrió el pelinegro.
Tus…. Tus…. ¿Tus padres?.... – El ojimiel se quedó sin habla cuando escuchó lo que le había dicho el ojiazul menor. - “Hay no, que pena, por que nadie me dijo nada al respecto”. – Pensaba para sí mismo.
En el jardín….
Papá, Mamá…. Aquí está el muchacho del que tanto Seto y yo les hemos hablado. – El rubio se sorprendió mucho cuando el niño dijo que también el castaño les había hablado de él.
Hola joven, mucho gusto en conocerte…. Mi nombre es Kisara Kaiba y él, es mi esposo Gozaburo Kaiba. – Hablaba cortésmente la señora.
Ho…. Hola…. Señor y señora Kaiba, a mi también me da gusto conocerlos. – Estaba muy nervioso, nunca se imaginó que conocería a los señores de la mansión tan pronto.
Por lo que veo…. Tú no eres de por aquí muchacho. – Expresó el hombre con el ceño fruncido.
El joven se sintió muy apenado, sabía a lo que se había referido el hombre.
No…. No señor, no soy de por aquí. – Contestó bajando la mirada.
Cariño…. Ya déjalo en paz, no lo estés molestando, suficiente tiene ya con estar soportando a nuestro primogénito. – Intervino la mujer. – ¿Cómo te llamas hijo?
Al rubio se le partió el corazón cuando escuchó que esa señora le había llamado hijo, hacía muchísimo tiempo que él no escuchaba esa frase…. Y era la primera vez en muchos años que alguien lo trataba muy bien.
Josseph Wheeler, señora…. Pero todos me dicen Joey.
Tienes un bonito nombre. – Le sonrió maternalmente.
Gra…. Gracias señora. – Se sonrojó ante el comentario.
Joey, ya te habrás dado cuenta que Seto es una persona muy seria, exigente y que en ocasiones te puede parecer muy insoportable y agresivo…. Es por ello que tú debes de ser paciente y comprenderlo. Es la primera vez que contratamos a alguien para que esa persona pueda estar a su lado. Tal vez tú puedas ayudarlo a que no sea tan serio y aprenda a sonreír de vez en cuando.
Lo que mi esposa le trata de decir es que si nuestro hijo convive con otra persona que no sea su familia o los empleados que él ya conoce, tal vez él logre cambiar su carácter y que usted le enseñe a confiar en las demás personas. – Intervino Gozaburo, siempre manteniendo su carácter fuerte.
Mmmm…. Entiendo…. No se preocupe señor y señora Kaiba, haré mi mayor esfuerzo por hacer muy bien mi trabajo.
Bien muchacho, eso era todo lo que teníamos que decirte…. Puedes retirarte. – Terminó de hablar seriamente el hombre.
Continuará….