Capítulo 4: El error más grande que he cometido en mi vida…. Es, el haberte tratado muy mal.
Declaimer: YU – GI – OH!, “No es mío”…. Snif, snif, snif, snif, desafortunadamente y para mi desgracia no lo es, Snif, snif, snif, snif…. Son propiedad de su respectivo autor, sólo hago este fic, sin fines de lucro, y que uds. se diviertan de mis locas ideas…. También lo hago por que me fascina inventarles nuevas historias a mis personajes favoritos…. Y junto con mis personajes preferidos nos divirtamos en desarrollar un enlace de la trama para despertar la curiosidad del lector(a) en cómo finalizará la historia…. Xdxdxdxd….
******************************
Tiempo después….
Llevaba casi dos años trabajando en la mansión Kaiba, ni él mismo podía creer cómo diablos había durado tanto tiempo en ese lugar, al parecer rompió su propio récord…. Ya que en los trabajos anteriores a lo mucho que él duraba eran seis meses, tres meses, un mes, a veces hasta dos semanas y todos los trabajos los perdía gracias a su dizque padre…. Habían sido dos años muy difíciles para él, mantenía dos empleos más para que su odioso padrastro nunca se diera cuenta que él trabajaba con una familia adinerada.
Aunque existía un pequeño detalle, hubo algo que cambió en ese tiempo, y es que sin quererlo y sin pensarlo, se estaba enamorando de su jefe, a pesar de que él aún lo insultaba y lo seguía tratando muy mal…. Pero empezó a darse cuenta que él no era una mala persona, recordando lo que le había dicho el pelinegro cuando lo conoció el primer día…. A veces, el ojiazul solía mostrar de vez en cuando su lado humano y de eso a otros pequeños detalles él se fue enamorando poco a poco…. Sin embargo, todos los días era lo mismo, siempre que llegaba a trabajar, tenía que escuchar sus burlas, sus insultos, y su altanería….
Todo eso le parecía a él como una rutina que tenía que soportar diariamente…. Hasta llegó a pensar que eso ya era muy común entre ellos dos que se la pasaran discutiendo todo el tiempo.
En lo que caminaba directo hacia su trabajo, pensaba en las veces que peleaban y ambos se agredían con palabras muy ofensivas, también empezó a recordar una de las ocasiones en que el castaño se comportaba muy amable con él….
FLASH BACK
Disculpa….
¿Qué se te ofrece chucho? – Preguntó algo molesto.
¿Qué haces? – Dijo de forma curiosa.
Leo a través del método Braille. – Contestó sarcásticamente.
¿Método que?.... – Levantó una ceja en señal de confusión.
El castaño dio un fuerte suspiro y empezó a hablar….
Braille fue un profesor francés y fue él, quién inventó la escritura en relieve para los ciegos.
¡¡¡Ooooohhhhhh!!!.... Para ser un ciego sabes mucho. – Susurró, pero no se imaginó que el CEO lo escucharía.
Y tú, para ser un perro preguntas mucho. – El tono de su voz denotaba que estaba algo molesto.
De acuerdo…. Admito que eso me lo tenía bien merecido…. Lo siento, lo dije sin ninguna mala intención.
Mejor cállate, que me desconcentras.
Oye Kaiba....Tengo una idea. – Hablaba alegremente.
¡Ja! Que yo sepa…. Los perros no piensan.
Ja, ja, ja…. Muy gracioso…. Ya hablo enserio, quiero que me acompañes.
¿A dónde?
No preguntes…. Sólo quiero que esta vez confíes en mí.
Está bien, te acompaño. – Habló algo fastidiado.
El rubio, se le acercó al chofer para decirle en secreto a dónde los tenían que llevar….
******************************
En algún lugar de Ciudad Domino….
Ya llegamos. – Decía muy animado cierto joven de cabellos dorados.
¿En dónde estamos? – El ojiazul, estaba empezando a perder la paciencia con el ojimiel.
A la playa. – Respondió muy contento.
Me puedes decir…. ¿Qué demonios hacemos aquí? – Al parecer…. El CEO ya estaba realmente enojado.
Quiero que esta tarde la pasemos muy bien tú y yo juntos…. Anda anímate, verás cómo nos divertiremos. – Reía sinceramente.
Maldito perro desgraciado, cómo te atreves a decirme que yo me voy a divertir contigo en la playa, sí ni siquiera me divertía con mi familia cuando solíamos venir aquí, y nunca en mi vida he visto cómo es la playa, y no sé de qué color es la estúpida arena…. Si esto es una broma, te juro que…. – El castaño no terminó de hablar ya que sintió como Joey le agarraba su mano. – Qué crees ¿Qué haces? – Expresó molesto.
Kaiba, te juro que no es ninguna broma…. Esta vez quiero que mis ojos sean tus ojos. – En lo que hablaba, ponía la mano del ojiazul en su rostro cómo si le estuviera cubriendo sus ojos.
¿A qué te refieres?
Sssshhhhh…. Dime…. ¿Qué oyes?
Nada. – El tono de su voz indicaba que estaba de muy mal humor.
¿Seguro?.... Por que yo escucho las olas del mar cuando vienen hacia acá, puedo sentir el viento en mi cara, oigo uno que otros pájaros volando cerca, puedo percibir la tranquilidad que hay en este lugar.
¿Y?.... ¿A eso tú le llamas diversión? – Dijo irónicamente.
Ahora mis ojos serán tus ojos…. Mantendrás tu mano en mi cara y así sabrás que mantendré mis ojos cerrados…. Tú me guiarás por el camino, así como tú confías en mí de vez en cuando, ahora yo confiaré en ti.
Las palabras del rubio, le daban cierta confianza al ojiazul….
¡¡¡Estás loco!!!.... ¿Lo sabías?
Sólo quiero que elijas un lugar en dónde nos podamos sentar para poder disfrutar de este ambiente tan agradable.
FIN DEL FLASHBACK
Nunca olvidaré ese día. – Volvió a suspirar por segunda vez. – Fue un momento tan hermoso, pude notar cómo te relajaste y empezaste a medio sonreír, cómo si en verdad estuvieras disfrutando del momento…. Ese día, también te dije que era mi lugar favorito, siempre que me sentía triste o solo, solía frecuentar muy a menudo la playa para divagar mi mente y perderme en ese inmenso silencio, una gran tranquilidad que se percibe en el aire, y puedes sentir como te alejas del mundo, y por un buen rato te liberas del estrés, de tus problemas, de tus tristezas, hasta que al final, puedes disfrutar de esa paz que hay en el lugar, sin que nadie te moleste…. Fue la primera vez que realmente me estabas prestando atención. Me sentí muy feliz de estar a tu lado sin pelear. – Fueron sus últimos pensamientos antes de llegar a la mansión.
******************************
No me digas que otra vez quieres que me ponga esa cosa. – Gritó el rubio muy enojado.
¿Tú qué crees?.... Ahora colócate la correa. – Ordenó el castaño muy seriamente.
Horas más tarde….
Kaiba, no es por nada pero…. Me está apretando mucho.
Deja de quejarte, ya te acostumbrarás. – Decía enfadado.
En verdad…. Ya no lo aguanto…. Me está incomodando mucho. – Se decía a si mismo con dificultad. – Siento que no puedo respirar. – Al parecer, la correa le apretaba un poco y cada vez se le hacía más difícil poder respirar.
Anda, camina perro. – Hablaba el castaño, mientras jalaba la cadena con fuerza, haciendo que el collar apretara más el cuello del rubio.
Espera…. No tires de la cadena tan fuerte…. Por…. Favor…. No puedo respirar. – Suplicaba, pero su voz se escuchaba entre cortada.
Si no quieres que jale de la correa, entonces camina perro…. Anda muévete. – Obligaba al rubio a que caminara jalando con más fuerza la cadena.
De pronto, su vista empezó a nublarse, sus pies le temblaban al igual que su cuerpo, de repente cayó de rodillas al suelo, mientras se llevaba las manos para tratar de aflojar el collar que traía puesto en el cuello.
¿Qué sucede perro sarnoso? ¿Por qué diablos te detienes? – Expresó en forma muy molesta el ojiazul.
El joven de cabellos dorados no pudo contestar, trataba de quitarse el collar, pero la falta de aire hacía que se volviera loco, a tal grado que comenzaba a desesperarse; y por más que lo intentaba no podía quitárselo…. Comenzó a llorar, empezaba a darse por vencido al ver que todo su esfuerzo era inútil, estaba por desmayarse cuando….
¿Qué sucede aquí? – Preguntó la persona que acababa de llegar. – ¡¡¡JOEY!!! – Gritó al darse cuenta que su amigo se veía muy mal. – Seto…. ¿Qué le has hecho?
No le he hecho nada Mokuba…. ¿Por qué? – Estaba arto de esperar a que el ojimiel se moviera.
¿Cómo pudiste hacerle esto?.... Acaso no oyes que se está ahogando. – El menor se había enfadado con su hermano por la forma en cómo trataba a su amigo.
El CEO, al escuchar las palabras de su hermano; se giró lentamente y con el extremo de la cadena que él mismo sujetaba, pudo guiarse hasta llegar al cuello del ojimiel y le quitó la correa.
Joey…. ¿Estás bien? – Le preguntaba el pelinegro sintiéndose muy apenado por lo ocurrido.
El mayor se había quedado muy pensativo…. Justo en ese momento cuando estaba por liberar al rubio, su mano alcanzó a tocar su mejilla y la sintió muy húmeda.
Acaso…. ¿Estaba llorando?.... ¿Realmente lo habré lastimado? – Se cuestionaba mentalmente; aún podía sentir sus dedos mojados…. Una voz algo débil lo sacó de sus pensamientos….
Sí…. – Coghhhh, coghhhh, tose un poco al hablar. – Estoy bien Mokuba…. Gracias. – Se limpiaba las lágrimas con la manga de su camisa y lentamente empezaba a ponerse de pie.
Déjame ayudarte. – Hablaba con tristeza el menor, ya que veía cómo su amigo aún seguía temblando. – Será mejor que te lleve a una de las habitaciones de la mansión para que descanses un poco.
Antes de que el ojimiel protestara, el pelinegro lo sacó de ahí.
Continuará….