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Verdadera Identidad por PrincessofDark

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Notas del capitulo:

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS!!! Ojala les guste este capítulo y me dejen su comentario. El primer lemon de la historia... adivinen entre quienes: a) Shun x Shaka, b) Ikki x Hyoga o c) Shiryu x Seiya.

Espero que adivinen... jaja. Saludos!

 

Volvieron a besarse dulce y suavemente y Shaka se decidió a soltarlo y despidiéndose dejó al caballero de dulces ojos solo en la habitación.

Shun se sentía en las nubes, las tristezas que lo habían perseguido y atosigado durante esos dos días parecían haber desaparecido como por arte de magia. Recordó la declaración que le había hecho el duque y sus palabras "me gustas mucho" no se comparaba con el "te amo" de Shaka... pese a que las dos parecían sinceras la de Shaka le transmitía mayor sentimiento. Recordó ese primer beso robado por los celos y que tanta furia le había desatado pero que ahora consideraba maravilloso y perfecto.

Con una sonrisa radiante se acostó y no demoró más que unos minutos en dormirse suavemente, mientras en otra habitación un rubio hacia lo mismo y se dedicaba a soñar.

                                                  *          *          *

Mientras tanto en la Mansión Kido, Ikki había intentado infructuosamente comunicarse con Shun una y otra vez a lo largo del día. Cuando llamaba le daba el tono pero nadie respondía, ni siquiera esa tal Pandora a la que odiaba cada vez más.

Cuando cansado se había rendido y se había encerrado en su dormitorio se encontró con Hyoga esperándolo.

-¿Qué haces aquí, Patito? - preguntó Ikki

-¿Pudiste comunicarte?

-No. Temo que en realidad Shun esté mal.

-Si algo le hubiera pasado Shaka ya nos habría avisado. Estoy seguro.

-Aún así, Hyoga. Esta falta de comunicación me asusta.

-Cálmate, Ikki. Te prometo que lo solucionaremos.

El cisne se había acercado al caballero del fuego y lo había besado suavemente antes de decir esas palabras. Ikki se aferró a él y lo besó posesivamente mientras con prisas lo colocaba sobre la cama.

Hyoga sintió las reacias manos de Ikki deslizarse por su cuerpo llevándose su remera y desprendiendo sus pantalones para dejarlos tirados en cualquier rincón. Sus manos también quitaron la ropa del Fénix para revelar su cuerpo tan musculoso como el suyo y acariciarlo con prisas.

Los gemidos se ahogaron entre besos posesivos y devorantes a medida que el miembro del Fénix se introducía en el cuerpo del cisne gradualmente hasta que el ritmo de sus cuerpos se volvió casi desesperante hasta llevarlos a la culminación. Cuando los dos se abrazaron aún buscando aire fue Hyoga el que le susurró en voz muy baja.

-Te juro Ikki que lo traeremos de vuelta aunque tenga que congelar al viejo y a la tal Pandora.

                                                  *          *          *

Mientras tanto en otra de las habitaciones de la casa un dragón y un pegaso se besaban y se acariciaban lentamente. El dragón había dejado a su compañero sin la remera y lo tenía debajo suyo proporcionándole suaves caricias. Seiya gemía con suavidad dejando que Shiryu acariciara su piel y lo besara en los labios con distintas profundidades pero siempre manteniendo esa calma característica.

Finalmente, Shiryu lo besó y lo dejó a solas en la recámara. Seiya sonrió antes de dormirse, Shiryu nunca lo ponía en un compromiso y simplemente esperaba a que él se decidiera a ir más allá de esas caricias y besos.

                                                  *          *          *

Shun fue despertado por Shaka a diferencia de los dos días anteriores. El rubio lo despertó con un dulce beso en los labios que hizo que el pequeño se ruborizara suavemente.

-Tenemos que aclarar algo - murmuró Shaka

-Lo sé. Mi abuelo no debe enterarse.

-Exacto. Cuando estemos en la mansión Kido podremos estar juntos sin temer a nadie.

Los esmeraldinos ojos de Shun se entristecieron antes de responder.

-No. Ya me he hecho a la idea de que ya no les importo. No quiero volver ha hablar de eso.

-Pero...

-Por favor. Me duele hablar de eso.

Shaka asintió y desistió de hablar con Shun acerca de la mansión Kido pero no desistiría de intentar explicarse el porqué de la ausencia y si era cierto que lo habían olvidado él los castigaría.

Shun y Shaka aparecieron en el comedor justo cuando Pandora y Harold todavía no se habían ido.

-Shun. ¿Cómo estás? - preguntó Harold prestando interés a su nieto.

-Bien. Gracias.

-Perfecto. Quiero que estés listo esta noche a las nueve. Iremos a una fiesta de beneficencia en el salón Cristal. La brindan los Van Hassel.

-¿Van Hassel?

-Si. Una de las más prestigiosas familias de Alemania. El día de la fiesta que hicimos aquí vino uno de sus miembros,  Armand.

Shun recordó al hombre de cabellos negros que sabía era amigo de Allan.

-Si. Ya lo recuerdo. Amigo de Allan - comentó el pequeño.

-Exactamente. Amigo de Allan de Lancel. Me he enterado que se ha hecho amigo tuyo, me parece maravilloso. ¿Cómo está?

-Bien. Me dijo que tenía que salir unos días por negocios.

-Que pena, hubiera sido maravilloso que fuera con nosotros a la fiesta. Profesor, necesito pedirle algo.

Shaka levantó la vista del plato al ser llamado.

-Dígame, señor Demisser.

-¿Le molestaría asistir esta noche a la fiesta con nosotros? Es que Pandora necesita un acompañante y prefiero que sea alguien de mi confianza.

Los ojos de Shun destellaron de celos al ver a la triunfal Pandora que no notó esta mirada.

-Puede contar conmigo, señor Demisser.

-Muchas gracias, profesor - contestó Harold-

-¡Muchas gracias, Shaka! - respondió Pandora sonriendo seductora.

-De nada, señorita Pandora - respondió el rubio con cierta frialdad.

-¡Con permiso! Voy a subir a la biblioteca - comentó Shun levantándose de la mesa.

Shaka demoró unos cinco minutos en subir a la biblioteca y Shun lo recibió muchísimo menos molesto que lo pensó que lo hallaría.

-Antes de que digas nada, sé que la culpa no es tuya. Tú debes obedecer las órdenes de mi abuelo. Pero me molesta ver la cara de triunfo en Pandora - dijo Shun con una sonrisa.

-Uf, menos mal que no te molestaste. Además, para mí es una ventaja poder asistir a la fiesta. Así podré cerciorarme de que nadie, pero nadie se acerque demasiado a mí conejito.

-¿Celoso? - inquirió Shun con una sonrisa.

-¿No te lo confesé anoche?

-Puede ser.

-¡Basta, Shun! Nos estamos poniendo como tontos y no podemos hacer eso. Pongámonos serios y empecemos a estudiar.

                                                              *          *          *

El local donde se celebraba la fiesta era enorme y cuando llegaron ya se encontraba casi repleto. Shaka llevaba colgando de su brazo a una Pandora que se veía que se había esmerado por ponerse bellísima con un vestido violeta oscuro largo hasta el piso. Shun por su parte se sentía como muñequito de torta con el esmoquin negro que su abuelo le había regalado para la fiesta y que por culpa de la faja le hacía faltar el aire.

Apenas entraron Armand Van Hassel notó la presencia del pequeño heredero de los Demisser. Allan le había contado por teléfono los avances que había logrado pero a un conocedor del mundo como él le bastó ver las miradas discretas que Shaka y Shun se demostraban para saber que estaban más unidos de lo que ellos mismos querían reconocer.

Se acercó para darle la bienvenida al grupo y pasó un rato con ellos para cerciorarse de que sus sospechas eran casi absolutas. Bastaba con ver la cara de Shaka mientras Pandora lo sacudía de un lado para otro de la pista bajo la estricta mirada de Shun que cada tanto apretaba los puños para saber la relación que unía a esos dos. Consideró que Allan estaba perdiendo el tiempo intentando tener algo con ese chiquillo que se veía a la legua era demasiado inocentón y que seguramente amaría al rubio.

Por eso no dudó en llamar al duque por teléfono a la mañana siguiente.

-Hola, Armand - saludó el duque.

-Hola, Allan. ¿Cómo te lleva Berna?

-Jajaja. Pobre Shun, en realidad se creyó eso. Ya sabes que Munich se pone buenísimo en esta época... las mujeres se ponen divinas.

-Entonces no te importará saber que ese peliverde estuvo anoche en mi fiesta.

-¿Qué? ¿Con el viejo Demisser y Pandora?

-Y te falta un profesor rubio y muy guapo por el que suspiran dos hermanos.

-¿Shaka? Ese imbécil estuvo en la fiesta.

-Si. Vino como acompañante de Pandora pero sus ojos nunca dejaron de ver a tu objetivo.

-¿Y Shun? - preguntó molesto.

-Tampoco dejaba de mirar al rubio.

-¡Maldita sea! Tanto trabajo y dinero que no tengo tirado a la calle. Regresaré mañana mismo y le pediré explicaciones.

-Espera, Allan. Sabes que si vienes con exigencias lo perderás del todo.

-¿Y a mí cuando me ha importado perder un muchachito? Me importa su dinero y nada más.

-Si te peleas con él también perderás el dinero.

-No importa. Tengo un nuevo plan en mente que me permitirá tener las dos cosas... a Shun y a su dinero.

-Pero...

-Gracias por avisarme. Nos vemos mañana, Armand.

-Hasta mañana.

                                                  *          *          *

Shun y Shaka no habían podido despedirse esa noche porque Harold y Pandora estaban con ellos. Sin embargo, cada uno en su habitación no podía dormir y fue finalmente el rubio el que se atrevió a levantarse para entrar sin golpear en la habitación de Shun.

El conejito que creyó encontrar durmiendo estaba despierto y con un poco de duda se atrevió a acercarse a él y lo besó suavemente en los labios.

-Extrañaba tus labios - murmuró Shaka con voz bajita.

Shun le devolvió el beso suavemente y entre besos el rubio se atrevió a comenzar a besar el cuello del pequeño que lo dejó hacer sorprendido y gradualmente extasiado.

-Shaka - susurró el pequeño con voz bajita.

-Eres... tú... perfecto - murmuró el rubio en respuesta.

Shaka besó ese hermoso y delicado cuello hasta dejarlo sonrojado mientras sus manos que permanecían quietas se atrevían a recorrer parte del cuerpo del pequeño arrancándole a Shun un suave gemido que recompensó el trabajo del mayor.

El conejito se limitaba a disfrutar de esas caricias, se sentía seguro en esos brazos tan poderosos que lo cobijaban y aunque notó como el mayor se ponía encima suyo no dejó de responder sus besos y caricias hasta que simplemente los dos por mutuo acuerdo se detuvieron.

                                                              *          *          *

    La calma que transcurría en la Mansión Demisser se interrumpió con la inesperada llegada de Allan de Lancel.

-¡Allan! - sonrió Shun al verlo entrar en la casa.

-Shun. ¿Te sorprende verme?

-Si. Creí que te vería dentro de unos días.

-Los negocios se aceleraron. ¿Cómo has estado? - preguntó Allan aprovechando que Shun caminaba por el jardín lo siguió alejándolo de la casa.

-Bien. Muy bien. Gracias. ¿Todo salió bien?

-Si. Todo salió perfecto. ¿Qué has hecho?

-Nada. Estudiar.

-¿No fuiste a ningún lado? - preguntó más inquisidor.

-Si, fui a una fiesta que dio tu amigo Armand Van Hassel.

-¿Con Shaka? - preguntó de nuevo.

-Si y con Pandora y mi abuelo. ¿Te contó Armand?

-Si. Él me lo contó. ¿Por qué fue Shaka?

Shun lo miró un poco cansado por tantas preguntas.

-Mi abuelo lo invitó. Además no es asunto tuyo.

-No es necesario que lo defiendas tanto. Además todo lo que te involucre a ti es mi asunto. Ya te dije cuales son mis sentimientos y no permitiré que nada ni nadie se interponga entre nosotros.

-No hay un nosotros. Creo que había quedado en claro que éramos amigos por ahora y después...

-Me porté bien contigo. No quisiste besarme y te lo respeté... ahora mírame Shun y dime que el rubio no te ha besado.

Shun se ruborizó y no respondió nada. Allan murmuró en voz baja.

-Entonces yo también lo haré.

Tomó con fuerza el mentón del pequeño y sin dudar posó sus labios en la inmóvil boca del pequeño robándole un feroz beso impidiendo que Shun pudiera soltarse tomándolo por la cintura.

Una voz fría y acerada interrumpió ese momento y le permitió a Shun escaparse.

-¡Qué demonios crees que estás haciendo con mí conejito! - exclamó Shaka.


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