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Verdadera Identidad por PrincessofDark

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Notas del capitulo:

ADVERTENCIA: Este capítulo NO contiene rape ya que casi todos los comentarios se mostraron en contra, si tiene algunas escenas dramáticas. AGRADEZCO A TODOS LOS QUE ME DEJARON COMENTARIO.

Ojala este capítulo les agrade.

 

Por la mañana Shun despertó desnudo aunque envuelto con las sábanas y tapado cuidadosamente con una manta. Cuando recordó lo que había sucedido entre Shaka y él la noche anterior su rostro tomó un furioso color carmesí y luego sonrió ampliamente. Se levantó con lentitud porque debía confesar que estaba un poco adolorido pero apenas salió al pasillo se encontró con su compañero que después de otear por el corredor se atrevió a besarlo.

-Perdona que te haya dejado... fue por...

Shun lo detuvo con otro breve beso.

-Comprendo. Hiciste bien.

-Te amo - susurró Shaka y en ese momento apareció un sirviente avisándoles que el desayuno estaba servido.

Los dos bajaron con cierta prisa las escaleras y entraron en el comedor para encontrarse con Pandora ya sentada allí, esperándolos. Pandora los miró y se atrevió a sonreírles con cierta confianza, se la notaba rara y era bastante fría con Shaka cuando días antes lo único que hacía era colgársele de los hombros a cada rato.

Shun y Shaka se miraron extrañados aunque el peliverde siempre amable se dedicó a hablar mucho con ella y después de tanto tiempo en la mansión por primera vez la charla entre los dos fue fluida y natural. Era como si por primera vez Shun sintiera el afecto de Pandora.

                                                             *          *          *

Mientras tanto en Tokio, Ikki, Hyoga, Saori, Shiryu y Seiya se encontraban en el tribunal de justicia de la ciudad. Un abogado de la Fundación se había encargado de presentar al juez todos los papeles para apelar el fallo que concedía la custodia de Shun a Harold Demisser. La audiencia se les había concedido para ese día y en ese preciso momento Ikki y Saori fueron llamados para entrar.

-Señor y señorita Kido, tomen asiento - indicó el juez.

-Gracias.

-Su abogado me ha presentado los papeles para apelar mi sentencia sobre la custodia de Shun Demisser. Tengo entendido de que usted es su hermano mayor y que lleva tiempo trabajando para la Fundación Kido. Una asistente social ha visitado su domicilio y lo ha encontrado apto como hogar para el joven Demisser. Sin embargo, no puedo olvidar sus antecedentes, señor Kido. En el momento en que el señor Demisser se presentó en este tribunal usted no estuvo presente en ningún momento para manifestarse en contra del caso o de que la custodia fuera cedida al abuelo paterno de su hermano.

-Yo no me encontraba en la ciudad.

-Si su hermano le importara tanto como sostiene no lo hubiera dejado solo. Además fuentes judiciales han investigado exhaustivamente la relación que tiene con su hermano y han llegado a la conclusión de que durante años lo vio esporádicamente sólo un par de veces al mes. Recién en los dos últimos años usted ha permanecido más tiempo con él y no en forma permanente. Por otro lado, en su historial aparecen algunos cargos criminales como intento de hurto de una armadura dorada. Aunque los cargos fueron retirados permanece la anotación en el historial.

-Pero eso es pasado. Yo puedo cuidar a Shun - respondió Ikki.

-No lo dudo, pero no creo que en este momento usted se encuentre capacitado para hacerlo. La custodia del joven Demisser quedará en manos de su abuelo hasta una nueva audiencia de apelación en seis meses o si usted logra comprobar que el señor Demisser pone en riesgo la vida de su nieto.

-Pero... - el juez se levantó dando por cerrada la audiencia. Ikki quedó estático y Saori intentó consolarlo pero él la apartó bruscamente. Salió del despacho y pasó delante de sus compañeros sin prestarles atención.

-Saori ¿qué pasó? - preguntó Shiryu

-El juez negó la apelación. Sostiene que Ikki no es capaz de cuidar a Shun debido a que lo ha dejado solo mucho tiempo a lo largo de estos años. Además tomó en cuenta el hecho de que Ikki no estuvo en el juicio anterior por la custodia.

Hyoga escuchó con atención las palabras de Saori y después salió en busca del Fénix. Él sabía dónde encontrarlo y no se equivocó cuando lo encontró en la habitación que durante días habían acomodado para Shun en la nueva casa.

-Ikki - lo llamó suavemente.

-Hyoga, necesito estar...

-No. No comiences con que necesitas estar solo. Estás haciendo lo que puedes por traer a Shun de regreso. Todos lo sabemos.

-Pero Shun no lo sabe. Me he cansado de llamar a la casa para no ser atendido nunca. Ni siquiera esa mujer volvió a atenderme. Además, el juez tiene razón. Yo dejé a Shun, lo dejé solo muchas veces y por más que me digas que no es cierto, sé que me mentirías.

-Shun jamás te lo reprochó porque sabía que te tenía a su lado. Que le bastaba una sola palabra para tenerte. Jamás le fallaste, Ikki. Intentaremos de nuevo.

-¿Intentaremos?

-Claro que sí. Sabes que estoy a tu lado, que no te abandonaré.

-Hyoga es en estos momentos que agradezco tanto que estés aquí... no sé qué haría sin ti.

-Descuida... te va a costar deshacerte de este hermoso cisne.

-¿Hermoso cisne? ¿No sería mejor decir patito helado?

-¡Ikki! - le reprochó suavemente el cisne.

                                                 *          *          *         

-Ese juez es un estúpido - comentó Seiya en la habitación de Shiryu.

-Es vergonzoso que no haya revocado el fallo. Me apena muchísimo por Ikki. Esto lo está afectando mucho, yo creo que en cualquier momento se va a aparecer en Berlín para intentar ver a Shun.

-Quizás sea lo mejor que pueda hacer. Tanto tiempo sin tener noticias me está preocupando mucho. Ni siquiera Shaka se comunica para saber como están.

-No te pongas mal, Seiya. Estoy seguro de que si algo malo pasara, Shaka nos avisaría enseguida.

Shiryu se acercó y besó suavemente los labios de Seiya aumentando gradualmente la intensidad a medida que lo depositaba sobre su cama. Sus manos se dirigieron directas a la ropa del caballero de Pegaso que lo dejó hacer entre breves suspiros que pronto se convirtieron en profundos gemidos de placer.

                                                 *          *          *

Los días que siguieron en la mansión Demisser fueron bastante tranquilos, sin ninguna clase de sucesos extraños excepto la actitud de Pandora cada vez más amable con Shun. Parecía que la muchacha de cabellos negros había cambiado para bien porque demostraba cada vez más afecto a Shun y lo buscaba para conversar a solas cada vez más.

Shaka la vigilaba atento los primeros días pero finalmente decidió confiar en la muchacha y se despreocupó un poco. Por las noches acudía alrededor de la una de la mañana a la habitación de Shun y se quedaba todo el tiempo posible retirándose antes de sentir el movimiento de la servidumbre por la casa.

Pero como todo período lleno de calma debía llegar al final tarde o temprano un sábado por la mañana vio a Shun salir corriendo de la Mansión, con los ojos llenos de lágrimas y con tanta rapidez que nadie pudo seguirlo ni siquiera él. Un segundo después vio aparecer a Pandora con los ojos repletos de lágrimas.

-¿Qué sucedió? - le preguntó alterado a la de cabellos negros.

-Es mí culpa... yo... lo siento, siento lo que hice... pero tenía que decírselo.

-¿Qué le dijiste? - Shaka la tomó con fuerza del brazo.

Pandora recordó la escena en voz alta, Shun y ella estaban en el jardín conversando y la culpa que atormentaba a la joven de ojos violetas la hizo comenzar a hablar.

-Shun, tengo que decirte algo.

El joven miró a su hermana de inmediato y le sonrió.

-Dime, Pandora.

-Yo hice algo muy cruel.

Shun la miró con atención y negó con la cabeza.

-No puede ser tan malo lo que sea que hayas hecho. Además si estás arrepentida...

-Lo estoy, Shun. Por eso es que tengo que decírtelo, que confesártelo.

-¿Me involucra a mí? - preguntó sorprendido el peliverde.

-Sí. Recuerdas hace un tiempo que bajaste y preguntaste si te habían llamado de la Mansión Kido.

Shun se limitó a asentir.

-Pues esa vez yo te dije que había llamado un vendedor. Yo te mentí, Shun. Era Ikki el que había llamado y yo... le colgué y le dije unas cuantas cosas.

-¿Cómo pudiste? - fueron las dos palabras que soltó Shun embargadas de tristeza.

-Y después... llamé a la compañía de teléfono e hice que fuera imposible que llamaran para acá o que tú te comunicaras con ellos. Bloqueé el servicio para que diera siempre tono libre pero que nadie atendiera.

Shun se quedó sin palabras... Ikki no lo había olvidado, Ikki tendría que haberlo llamado durante días y quizás estaría desesperado por no poder hablar con él.

-¿Por qué hiciste eso? ¿Tanto me odias? ¡Yo no te hice nada! ¡Yo no pedí dejar mi casa! ¡No pedí dejar a mi hermano ni a mis amigos por este lugar! Quédate tranquila... ya no te molestaré más.

Y fue instantes después que Shaka había visto cruzar al pequeño llorando a mares. Shaka la soltó y la miró molesto.

-¿Cómo pudiste hacerle algo así a Shun? Te guste o no te guste es tu hermano y es una persona maravillosa. No te has permitido conocerlo...

-Ahora que lo estoy conociendo es que no puedo dejar de sentirme mal y por eso se lo conté... para que me perdonara.

-Eres...

-Lo sé. Y sin embargo sé lo de ustedes y jamás les he dicho algo, ni siquiera se lo comenté a mi abuelo. Tú haces feliz a Shun... contigo sonríe y...

Shaka la miró sorprendido y su rostro se suavizo.

-Ven, vamos a buscar a tu hermano. Estoy seguro de que te perdonará. Él tiene muy buen corazón. Además pareces en verdad arrepentida.

-Lo estoy

                                                 *          *          *

Shun salió de la Mansión con tanta prisa que cuando finalmente se detuvo no sabía muy bien donde estaba y para peor de todo cuando iba a comenzar a caminar de nuevo sintió un repentino pinchazo en el cuello.

-¿Qué? - murmuró sorprendido.

Se volvió bruscamente para encontrar atrás de él a un hombre mal encarado aunque muy pronto fueron tres más los que lo rodearon. Iba a defenderse pero sintió que todo le daba vueltas y no tardó en desmayarse, sin embargo antes de que su cuerpo diera contra el suelo ya lo habían sujetado y metido dentro de un oscuro automóvil.

                                                 *          *          *

Allan se encontraba en su casa cuando sonó el teléfono y lo tomó con rapidez.

-¿Aló?

-Señor, el trabajo está listo.

Allan sonrió siniestramente y preguntó al instante.

-¿Hubo problemas?

-No. Estaba solo. No se dio cuenta de que nos acercábamos hasta muy tarde.

-¿Dónde está?

-Anote la dirección.

Allan de Lancel anotó la dirección de un paraje muy desolado de Berlín y de inmediato decidió ir hasta allí. Tomó su automóvil y partió con rapidez hacia el lugar.

Shun abrió sus ojos con esfuerzo, se sentía débil y sin fuerzas. De inmediato notó su situación, estaba en un cuarto oscuro y sucio, arrojado al descuido en una cama y atado de pies y manos.

-Así que el principito ha despertado - la voz resonó en sus oídos burlona y malévola.

-Déjame ir - Shun intentó desasirse pero no pudo sino que consiguió lastimarse las manos y los pies.

-No. Te quedarás con nosotros un tiempo... un largo tiempo si tu abuelo no nos paga lo suficiente por rescatarte.

-¿Rescate? - preguntó el conejo sorprendido.

-Claro. Tú abuelo pagará lo que sea por tenerte de regreso. Aunque para eso tendremos que esperar... y mientras tanto nos divertiremos.

-¿Divertirse? - preguntó Shun con recelo.

-Claro... - el hombre acarició el rostro de Shun pero éste le dio vuelta la cara y luchó con más fuerza para soltarse.

-Es inútil que lo intentes. No te soltarás. Te inyecté algo lo suficientemente poderoso como para que no tengas fuerzas.

El hombre canoso tomó el rostro de Shun y lo volteó para intentar besarlo, sin embargo una voz lo interrumpió.

-¡Aún no! Déjalo

El canoso se separó y salió del cuarto sin mirar al recién llegado.

-¡Allan! - exclamó Shun sorprendido.

-¿Te sorprende? Te dije que no me rendiría...

-Déjame ir y no diré nada.

-¿Crees que me importa? No. Hubiera sido mucho más fácil para ti haberme aceptado...

-Si me quisieras no me hubieras secuestrado.

-Eso es porque nunca te he querido. Quiero algo de ti y eso es tu dinero... y después... - Allan besó con intensidad los labios del conejito por más que quiso separarse de él - eres hermoso... un lindo entretenimiento.

Shun se resistió furioso cuando las manos de Allan comenzaron a recorrer su cuerpo pero sólo lo hicieron por un rato porque al cabo de un rato se separó dejando a un humillado peliverde.

-Debemos llamar a tu casa... vamos a hablar con tu rubio profesor para que sepas con quien estás.

-Maldito seas - respondió Shun

-No me hagas enfadar, Shun. No sabes todo lo que puedo hacerte - amenazó Allan furioso.

Otro de los secuestradores le entregó un teléfono que el duque recibió para luego dar más órdenes.

-Cuando te lo indique... hazlo gritar. No lo lastimes mucho pero que grite y fuerte.

-Entendido, señor.

Shun se aterrorizó pensando en lo que podrían hacerle y cerró la boca. No les daría el gusto de oírlo gritar.

En la Mansión Demisser Pandora y Shaka acababan de regresar, preocupados por no haber podido encontrar a Shun por ninguna parte. La joven de cabellos negros se sentía terriblemente angustiada y Shaka no lo estaba menos. Cuando el teléfono sonó los dos pegaron un salto.

-Shaka... ¿Podrías atender?  - pidió la joven

-Sí, claro que sí.

Shaka se dirigió al teléfono.

-¿Quién es? - preguntó después de tomar el tubo.

-Soy el que tengo a tu adorado Shun en mí poder.

Shaka palideció de golpe.

-¿Quién eres? ¡Estás mintiendo!

-No. No miento. ¿Quieres que te lo demuestre?

Allan hizo una seña al secuestrador que dio dos bofetones en el rostro del menor pero no logró hacerlo gritar ya que Shun tenía los labios fuertemente apretados. Allan se acercó al menor y sacando una navaja del bolsillo de su pantalón le realizó un corte en el brazo con rapidez.

Shaka oyó del otro lado del tubo el grito de Shun ante esa herida y creyó que se moría.

-Déjalo. ¿Qué es lo que quieres? - preguntó Shaka.

-Dinero por supuesto. Trescientos millones. Volveré a llamar dentro de un par de horas, Shaka. Espero que en un par de horas puedan decirme que lo han conseguido. Y ni se les ocurra avisar a la policía porque sino Shun morirá.  

Se escuchó que cortaron la llamada y una asustada Pandora no dudó en acercarse a Shaka.

-Dime que no se han llevado a Shun - suplicó

-Trescientos millones es lo que piden por regresarlo. Llamarán en unas cuantas horas.

-¡No! ¡Qué vamos a hacer! Mi abuelo ni siquiera está en Alemania. Tardará por lo menos un día en llegar a Berlín y yo... yo no tengo dinero... por lo menos no tanto... y si llegan a... lastimarlo...

-Cálmate, Pandora. Llama a tu abuelo y yo iré por ayuda.

-Si vas a la policía matarán a Shun... no, por favor.

-No. Iré a Tokio. Iré en busca de Ikki y los demás.

-¡Demorarás mucho! ¡Shaka!

Pero ante su asombro el rubio había elevado su cosmos y se había transportado rumbo a la Mansión Kido.

Notas finales:

Saludos!!!


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