Pero Allan no contaba con la aparición de dos personas en ese preciso momento, encarnaciones vivas de las furias infernales y que se le fueron encima sin dudar un segundo.
Allan sintió que lo separaban abruptamente de Shun, levantándolo en vilo y dándolo violentamente contra una pared. Shun vio entre nubes como alguien le quitaba a Allan de encima y se dejó sumir por la inconsciencia.
Allan se levantó con cierta pesadez para encontrarse frente a frente con un rubio de destellantes ojos celestes y un peliazul de ojos azules llenos de odio.
-¡Maldito hijo de perra... que yo te mato! - las dulces palabras provinieron de Ikki que se le fue encima en un dos por tres.
El duque no esquivó el puño de Ikki que le conectó un gancho de derecha que le rompió el labio inferior. Y antes de reponerse recibió un golpe directo de parte de Shaka en el estómago que le sacó todo el aire de los pulmones.
Fue el rubio el primero que notó que Shun yacía completamente inconsciente y bastante lastimado, y aparte de todo cruelmente atado. Le conectó un par de golpes más al duque de Lancel y después se lo dejó en manos a un bastante entretenido Fénix que estaba a punto de lanzarle su puño fantasma.
-¡Shun! ¡Despierta! - Shaka se apresuró a desatar las cuerdas del peliverde que ni siquiera se inmutó ante todo el movimiento del rubio.
Afuera de la habitación, Shiryu, Seiya y Hyoga se encargaban de los otros cómplices de Allan hasta que dejándolos totalmente inconscientes entraron en la habitación.
-¿Cómo está Shun? - preguntó Hyoga a Shaka que intentaba en vano hacerlo reaccionar.
-No puedo despertarlo... ¡Shun! - el rubio insistía sacudiéndolo suavemente pero era inútil.
Shiryu se acercó a Shun y se dedicó a localizarle el pulso y a controlarle la respiración.
-Hay que llevarlo a un hospital enseguida - indicó el dragón preocupado - apenas le siento el pulso y su respiración es irregular.
Shaka se aproximó a Ikki y detuvo el puño del Fénix que estaba listo para otro golpe.
-¿Qué demonios te pasa, Shaka? - gritó el Fénix
-Allan... ¿qué le inyectaste a Shun? - le preguntó con dureza el rubio, tomándolo del cuello.
-No...sé - respondió balbuceante el otro.
-¿Cómo que no sabes? - Shaka lo soltó molesto - Ikki, tenemos que llevarnos a Shun al hospital... ¡ahora!
El Fénix desvió sus ojos para ver a Hyoga y Shiryu intentando reanimar en vano a su hermano y su corazón se paralizó.
-¡Seiya! ¡Quédate con éste y no dejes que se te escape! - le gritó al Pegaso mientras tomaba el cuerpo de Shun con suavidad para llevárselo.
El caballero de Pegaso asintió de inmediato y agarró a un maltrecho Allan. Shiryu, Hyoga y Shaka siguieron al Fénix rumbo al hospital.
* * *
Ikki daba vueltas y más vueltas en el pasillo de espera del hospital. Saori y Pandora habían llegado llamadas por Shiryu. Todos aguardaban noticias de los médicos que atendían a Shun desde hacía prácticamente dos horas y media.
-¿Por qué demoran tanto? - preguntó Ikki ya más que ansioso.
-Calma, Ikki. Tenemos que tener paciencia - le respondió Saori con serenidad.
-¡Es que ya se me acabó la paciencia! - le respondió Ikki
-¿Familiares de Shun Demisser? - preguntó una voz en ese momento.
-¡Yo! ¿Cómo está mi hermano? - preguntó Ikki ansioso al médico de cabellos castaños y ojos café que apareció por la puerta de emergencias.
-Lo hemos pasado a una habitación en Terapia Intensiva, su estado es delicado. Perdió bastante sangre y las heridas aunque superficiales corren el riesgo de una infección si no se atienden. Además encontramos una sobredosis de barbitúricos y sedantes que le indujeron un estado profundo de inconsciencia. Le hicimos un lavaje estomacal para disminuir los efectos de las drogas. Ahora debemos tenerlo en constante vigilancia.
-¿Cuándo despertará? - preguntó Shaka con suavidad.
-No podemos afirmarlo. El daño que pueden haberle causado las drogas es muy grande. Puede despertar hoy, mañana, en una semana o en un mes.
-Quiero verlo - pidió Ikki con un hilo de voz.
-Tiene cinco minutos, señor.
Ikki acompañó al doctor a una habitación en la que al entrar encontró a su hermano durmiendo profundamente. El rostro tan perfecto de su hermano estaba surcado por crueles moretones, producto de los golpes que le habían propinado.
-Lo voy a matar, Shun - murmuró Ikki apretando la mano de Shun que no tuvo la menor reacción - te juro que lo voy a matar por lastimarte.
Cuando salió al exterior el doctor estaba sugiriéndoles que se turnaran para cuidar al pequeño y de inmediato dijo que se quedaría primero. Que nada ni nadie lo harían irse de allí hasta que su hermano saliera de la habitación para regresar a casa. Y nadie se atrevió a discutirle esa decisión, simplemente le dijeron que alguien más le acompañaría.
-La culpa de todo la tiene Harold Demisser - comentó Ikki a Shaka cuando los dos vigilaban a Shun- si no se lo hubiera llevado, él estaría con nosotros, en casa, con su familia.
-¿Ya fueron con el juez? - preguntó el rubio con interés.
-Sí. Me negó la custodia. Dentro de seis meses tengo que intentarlo de nuevo.
-Lo siento, Ikki. Sé que estás haciendo hasta lo imposible por llevarte a Shun.
-Gracias. Me desesperé mucho cuando dejé de comunicarme con él.
-Shun pensó que te habías olvidado de él. Nosotros también insistimos muchas veces para comunicarnos con ustedes pero nunca pudimos.
-Todo por culpa de esa maldita Pandora, todavía no le he dicho todo lo que debo.
-Está muy arrepentida, Ikki. Sería muy bueno por Shun que ustedes se llevaran bien.
-¿Bien? ¿Con esa y el viejo? Shaka... no puedes pedírmelo. ¿Cuándo llegará el viejo?
-En el correr del día según Pandora.
Shun se movió suavemente sobre la cama y los dos lo miraron igual de alertas por cualquier gesto o palabra que pudiera decir el joven de cabellos verdes. Y Shun susurró algo entre sueños, que dejó a los dos paralizados.
-Shaka
El Fénix miró directamente a un incómodo rubio que sabía que se le venía el estallido del milenio, interrumpido abruptamente al notar que Shun abría sus ojos con suavidad.
-¡Shun! - Ikki y Shaka se acercaron al pequeño con la misma celeridad.
-¿Dónde... estoy? - preguntó Shun con suavidad.
-En el hospital. Te trajimos después de que te encontramos - murmuró Shaka anteponiéndose a la respuesta del Fénix.
-Gracias. Yo sabía... que... tú... vendrías - respondió Shun esbozando una sonrisa que fue dirigida al rubio de ojos celestes - tengo... sueño - completó después antes de volver a dormirse.
Shaka soltó un suspiro de alivio que desapareció al ver el rostro furioso del Fénix.
-Ikki... déjame explicarte...
-¿Explicarme qué cosa? ¿Qué tú intentas seducir a mi hermano de la misma manera que el duque ese?
-¡No compares! Yo no lo secuestré ni intenté tenerlo a la fuerza y te ayudé a buscarlo... te fui a buscar para que lo supieras aunque sé que se me cayó toda mi fachada como profesor de Shun. ¡Qué más quieres! ¿Quieres que te diga que amo a tu hermano? Pues sí, claro que lo amo. Y digas lo que digas o hagas lo que hagas tendrás que soportarlo porque yo no voy a permitir que me separes de Shun.
-Claro, ahí te saltó la tapa... yo voy a cuidar a Shun. ¡Me aparezco en la Mansión para decir siento que el cosmos de Shun está alterado! ¿Se lo llevaron? ¡Yo voy a vigilarlo! ¡Y ya de paso me quedo con él! - le respondió Ikki casi a voz en grito.
-¡Esa no fue mi idea! ¡Yo no vine aquí para eso! Sólo sucedió - respondió Shaka.
-¿Sucedió? ¿Qué clase de respuesta idiota es esa?
-La respuesta idiota que te da la persona a la que Shun quiere.
-¡No hables por mí hermano!
-¡Ya basta los dos! - la voz provino de Hyoga que había entrado preocupado por los gritos - ¡Los gritos se escuchan del pasillo! ¿Quieren que los echen? Hagan silencio.
Los dos jóvenes se miraron y se estudiaron en silencio.
-¿Qué les pasa a los dos? Debería darles vergüenza su actitud. Están en un hospital. ¿Por qué se pelearon? - preguntó Hyoga molesto.
-Porque Shun y yo estamos juntos - respondió con firmeza el rubio.
-¿Por eso? Ikki... basta. Tú mismo sabes que Shaka es muy bueno...
-No lo es para mí hermano.
-Para ti nunca habrá nadie bueno para Shun.
-Hyoga...
-Dime que no tengo razón. Por más bueno, sincero y honesto que sea una persona nunca será lo suficiente para Shun. Si quieres verlo feliz tendrás que dejarlo volar tarde o temprano, Ikki - le respondió Hyoga.
-Pero... - balbuceó el Fénix notando la razón que tenía Hyoga, él siempre sería posesivo con respecto a Shun.
-Pero nada... ahora vente conmigo a tomar un café. Necesitas relajarte un poco. Ven para acá. Shaka... ¿puedes quedarte con Shun?
-¡De ninguna manera! ¡Este tipo no se va a quedar con Shun a solas! - le respondió Ikki a Hyoga.
-¡Claro! Si me voy a aprovechar de él mientras está durmiendo. ¡No digas tonterías! - contestó Shaka.
-Shaka, ya me lo llevo. Discúlpalo - Hyoga se llevó a un todavía molesto Ikki por los pasillos rumbo a la cafetería.
Shaka se dejó caer en el sillón contiguo a la cama de Shun y acarició con suavidad los cabellos verdes del menor.
-Bueno, Shun. Tú hermano ya sabe que nos queremos y pues... creo que Hyoga lo va a convencer. Es raro ese asunto, me parece que Ikki y Hyoga se traen algo. ¿Sabes lo que hice? Pues me escapé a donde Seiya tiene a Allan y le ataqué con el tesoro del cielo, ya quedó sin sus sentidos, aunque le dejaré a Ikki el placer de rematarlo.
-No quiero... que lo... maten - murmuró Shun despertando con suavidad.
-Pero, Shun...
-Ustedes... no son... asesinos
-Merece que lo castiguemos - respondió Shaka con una suave sonrisa.
-Lo llevaremos a... la... policía...
-¿La policía? No creo que sea una buena idea
-El es un hombre normal... no puede enfrentarse a caballeros.
Shaka insistió con suavidad, pero todo fue inútil. Shun se negó a aceptar la muerte de Allan sino que dijo con firmeza que lo acusaría a la policía. Se encontraban los dos conversando con voz baja cuando la puerta se abrió dando paso a Harold Demisser.
-¡Shun! ¿Cómo estás? ¿Qué te hizo ese maldito? - preguntó de inmediato el mayor acercándose a su nieto.
-Nada. Sólo me golpeó un poco - dijo Shun con calma
-¿Un poco? Profesor... déjenos a solas - pidió Harold.
-Enseguida, señor Demisser
Shaka salió de la habitación y cerró la puerta.
-¿Estás bien?
-Sí
-¿Seguro?
-Sí, seguro.
-Tú hermana me contó que pelearon... ¿por qué fue?
-Por nada importante.
-No vas a decirme, verdad. Pandora ya me contó y la verdad es que le reproché su comportamiento actual. Sin embargo, parece arrepentida de lo que hizo. No puedo creer este comportamiento de Allan... es todo un caballero
-Si fuera un caballero no me hubiera secuestrado.
-Tienes razón, Shun. Lo siento mucho, debí estar más atento. Es mí culpa.
-No lo es. No podías hacer nada.
-Me sorprende como Ikki y los demás pudieron llegar con tanta rapidez. Tu profesor... ¿es un caballero como tú?
El peliverde asintió con suavidad.
-Es el caballero dorado de Virgo - completó Shun.
-Así que fue enviado por Saori Kido.
-¡No! Shaka vino porque quiso - Shun tomó un poco de aire e hizo un gesto de cansancio que alarmaron a Harold.
-¿Estás bien? ¿Quieres alguna cosa?
-Sí.
-Dime, Shun. ¿Qué es lo que quieres?
El peliverde respiró profundamente antes de posar sus ojos esmeraldas con un intenso toque de dolor y tristeza en los ojos de su abuelo y contestarle.
-Quiero que me dejes volver a mí casa. Quiero irme con mi hermano.
Harold no respondió nada de inmediato y su rostro tomó un matiz de intensa reflexión antes de responder.