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Verdadera Identidad por PrincessofDark

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Notas del capitulo: Dedicado a todos los lectores y a todos aquellos que me dejaron un comentario. Sakura Hatake, Almach, Zafira, Darkshunny, Ruk, EstrelladelAlba,Tatisstar,AvengerWalker,etc., muchas gracias por todos sus comentarios. Ojala este capítulo final les guste.

 

-Quiero que me dejes volver a mí casa. Quiero irme con mi hermano.

Harold no respondió nada de inmediato y su rostro tomó un matiz de intensa reflexión antes de responder.

-Shun, debes comprender que tu lugar es a mí lado. Pandora y yo somos tu familia y queremos lo mejor para ti.

-Lo mejor para mí es irme con mi hermano y con mis amigos. Si me conocieras en realidad lo sabrías. Quiero estar con Ikki, quiero vivir con él.

-¿Por qué? Aquí tienes todo lo que necesitas.

-No quiero algo material, quiero afecto, Ikki jamás me trataría como me trató Pandora y tú vives de viaje en viaje o de negocio en negocio.

Harold Demisser asintió ante las palabras de su nieto, sabía que eran verdaderas, pero aún así dolía. Dolía el no haber podido ganárselo pese a sus esfuerzos.

-No quiero dejar de estar en contacto contigo.

-Vendré a verte si quieres, lo prometo. Hablaremos por teléfono y nos mantendremos en contacto - insistió Shun con voz cansada.

-Quiero que seas feliz. Le diré a Ikki que regresarás con él - Shun rompió a llorar de la felicidad y si no hubiera estado tan débil hubiera saltado a abrazarlo.

Justo en ese momento la puerta se abrió y entró Ikki que al ver llorar a su pequeño hermano se puso en un nuevo estado de furia.

-¿Se puede saber qué demonios le ha hecho a mi hermano ahora? ¿No le ha bastado con todas las lágrimas que ha llorado por culpa de su nieta? ¿No le es suficiente haberlo separado de mí? ¿Qué más quiere? Mírelo como lo ha dejado uno de sus amigos de la alta sociedad... y todo ha sido su culpa. Yo jamás hubiera permitido que algo así le pasara a mí hermano.

-Niisan - la voz de Shun cortó las iracundas palabras de Ikki que lo miró con infinito cariño.

-Shun

-Regresaré a casa... él me dejará volver.

-¿Qué? - preguntó atónito Ikki

-Shun regresará con ustedes a Tokio. Aquí no es feliz, Ikki. Y yo no puedo retenerlo si no lo es. Si ustedes no hubieran venido quizás ahora Shun estaría todavía en poder de Allan o algo peor. Yo no estuve para defenderlo y jamás me perdonaré eso - repuso Harold Demisser con profunda tristeza y saliendo de la habitación.

Ikki y Shun se miraron y después se abrazaron con cuidado. Se habían extrañado demasiado y tantas mentiras se habían tramado y tejido para separarlos que no querían romper esa sensación que los llenaba de un afecto inmenso. Fue el Fénix el que se alejó de Shun, siempre más frío de lo que en realidad era.

-¿Cómo te sientes?

-Muy bien. Feliz.

-Me siento feliz de que regresarás con nosotros. La casa te gustará mucho.

-¿Qué casa? - preguntó el más joven sorprendido.

-Nos mudamos a una casa cercana a la Mansión, Saori nos ayudó mucho para poder comprarla y estoy trabajando para ella. Hace unos días tuve una audiencia para solicitar tu custodia pero el juez me rechazó, aunque si tu abuelo está de acuerdo en que regreses no puede haber ningún problema. Tu habitación quedó genial pero si quieres podrás cambiarla, mover los muebles, lo que quieras.

Shun lo miró sonriente, Ikki se mostraba muy feliz de su regreso y entonces se percató de algo, del uso del plural en la voz de su hermano.

-¿Nos mudamos? - inquirió el pequeño sorprendido.

Shun casi rompe a reír al ver el rojo fuego que se pintó en la cara de su hermano mayor antes de responder.

-Este...eh...yo...Hyoga...

-¿¿¡¡Hyoga!!?? - gritó Shun sorprendidísimo.

-Este...

-¿Hyoga y tú? ¿Hyoga es mi cuñado? ¡¡Qué bien!! Me alegro mucho, Ikki niisan

-¿No te molesta? - preguntó Ikki

-Por supuesto que no - respondió el menor con suave sonrisa.

El rostro de Ikki tomó un tinte serio al recordar algo importante y comentarlo en voz alta.

-Shaka me dijo que él y tú salen juntos.

Shun se limitó a asentir una sola vez.

-Ese maldito rubio aprovechado - gruñó el Fénix en voz alta.

-Niisan, no seas así. Shaka es muy bueno y yo... lo quiero mucho - murmuró Shun bajito.

-Que ni se piense que lo voy a dejar quedarse en mí casa - contestó el Fénix y Shun sonrió con suavidad.

                                                 *          *          *

Shun permaneció casi dos semanas en el hospital antes de que le dieran el alta. En esas dos semanas Harold Demisser acusó a Allan de Lancel de secuestro, intento de asesinato, privación ilegítima de la libertad, etc. Por unanimidad el jurado encontró al duque culpable de todos los cargos y lo condenó a pasar una larga temporada en la cárcel.

Mientras, Saori, Seiya, Shiryu y Hyoga recibieron la noticia de labios de Shun de que regresaría con ellos y las reacciones fueron tal como las esperaba el pequeño conejito, sonrisas y abrazos de felicidad. Pandora se deshizo en disculpas y Shun las recibió con una mirada comprensiva y palabras de afecto, parecía que en realidad los dos hermanos harían su mejor esfuerzo por llevarse y conocerse mejor. Incluso la muchacha de cabellos negros tomó con tristeza que se llevaran a su hermano de regreso a casa e Ikki casi obligado tuvo que asegurarle que siempre sería bien recibida.

El buen recibimiento no alcanzaba a cierto caballero dorado de Virgo aunque un par de rubios y un conejo sabían que sería por un tiempo, hasta que el posesivo hermano mayor terminara aceptándolo del todo.

Y fue en una templada mañana de abril que Shun entró por primera vez a su nueva habitación. La habitación había sido decorada con esmero y pudo ver allí todos los objetos que se había dejado al partir a Alemania, sus peluches, sus libros preferidos, su equipo musical, todo tenía su lugar en esa habitación pintada de un tenue verde agua con algunos vivos en verde más fuerte.

-¿Te gusta? - le preguntó Ikki entrando en la habitación en ese momento de observación.

-Es maravillosa, niisan. Gracias - Shun le dio un enorme beso en la mejilla a su hermano.

-Si quieres puedes cambiar lo que quieras. No tienes porque dejarla así.

-Así está perfecta. En serio. ¿Hyoga?

-Abajo. Iremos a comprar algunas cosas. ¿Vienes con nosotros?

-No. Vayan ustedes. Voy a acostarme un rato.

-Está bien. Nos vemos.

                                                             *          *          *

Ikki y Hyoga estuvieron un par de horas fuera de la casa y al regresar notaron las risas de Shun apenas abrieron la puerta.

-¿Habrán venido Seiya y Shiryu? - preguntó Hyoga en voz alta.

-No lo creo. Me habían dicho que tenían un compromiso importante.

-Jaja. ¿Recuerdas la cara de Shun cuando se enteró de Seiya y Shiryu?

Ikki rió en voz baja, recordando como si hubiera sido ayer la cara de asombro de su pequeño y los ojos esmeraldas inmensamente abiertos al ver al pegaso y al dragón muy acaramelados yendo a visitarlo al hospital.

Se habían reído durante mucho rato de la cara de Shun hasta que finalmente el pequeño se había molestado y fingiendo un falso enojo había dejado de hablar durante un rato.

Ikki vio interrumpido el flujo de sus pensamientos por otras sonoras risas provenientes de Shun.

-Iré a ver - murmuró comenzando a subir las escaleras.

-Deja, Ikki. No lo molestes - respondió Hyoga, pensando que quizás el pequeño no estaría solo, sino en compañía de cierto rubio.

-¿Por qué voy a molestarlo? Si está solo no le importará que... - Ikki dejó de hablar y pensó lo mismo que acababa de pensar su Hyoga - ¡Lo mato!

-Ikki... espera - Hyoga corrió por las escaleras tras de un alterado Ikki que abrió con violencia la puerta de Shun para no encontrarlo allí. Las risas que volvieron a escucharse provinieron de otro cuarto.

Ikki caminó hasta la habitación de la que justo salió la voz de su conejito.

-No lo pongas ahí... no va a aguantar.

Ikki no abrió sino que arrancó la puerta entrando furioso para ver a su hermano y al rubio idiota completamente vestidos y acomodando algunas ropas y objetos diversos en esa habitación.

-¡Niisan! - exclamó Shun asustado por la repentina aparición.

-¿Qué demonios hace el rubio aquí, Shun? ¿De quién son estas cosas?

-Son de Shaka - contestó Shun alegremente.

-¿Y qué demonios hacen aquí?

-Mi abuelo quiere que mi profesor me siga dando clases así que él se encargará de pagarle a mi tutor - contestó el conejito contento.

-¿Tú profesor? ¿Shaka? Ni te sueñes que se va a quedar aquí y mucho menos que te voy a dejar a solas con él.

-Ikki, niisan. Mi abuelo dijo que si no me das una buena educación me hará regresar - contestó Shun con cierta tristeza - ¿Tú quieres que regrese? - los ojos esmeraldas con lágrimas se posaron en los del Fénix desarmándolo al instante.

-No, Shunny, claro que no quiero que regreses pero no me parece una buena idea que este rubio idiota te de clases.

-Pero si Shaka es muy inteligente, niisan. Y si es lo que mi abuelo quiere... no puedes negarte - volvió a suplicar Shun.

Ikki analizó al rubio que permanecía callado pero parado firmemente atrás de Shun.

-Sí mí hermano llora una sola vez por tú causa te voy a mandar a ver a Buda sin boleto de regreso. ¿Quedó claro?

-Sí.

-Y tú Shun tienes tú habitación, te quiero allí, aquí adentro no te quiero ver. ¿Quedó claro?

-Sí, niisan.

-Terminen de ordenar esto y bajen. Tienen cinco minutos - un Ikki todavía molestó salió dando un portazo a la ya desvencijada puerta.

-Que carácter que tiene tu hermano, conejito - susurró Shaka besándolo - menos mal que no regresaron hace quince minutos porque si no te quedas viudo.

-Y no queremos que eso pase, verdad - sonrió Shun travieso.

-No. Aunque no se te ocurrió que Ikki puede llamar a tu abuelo y enterarse de la mentira.

-No lo creo. Cuanto menos hablen entre sí, Ikki se siente mejor.

-¡¡Bajen de una vez!! - el grito de Ikki rompió el momento y los dos se separaron.

-Supongo que él te hará cumplir lo de no entrar aquí - susurró Shaka un poco desalentado.

-¿Él te prohibió entrar a la mía? - preguntó Shun saliendo con una sonrisa.

Shaka quedó parado un instante y luego esbozó otra enorme sonrisa antes de salir y bajar las escaleras. La risa de Shun llenó el ambiente y pensó que por fin todo estaba como debía haber estado siempre.

Notas finales: Muchas gracias por haber leído esta historia. Saludos

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