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Verdadera Identidad por PrincessofDark

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Notas del capitulo: Muchas gracias a todos por leer y comentar!!
 

Shun no durmió nada en toda la noche, su mente era un ir y venir de confusiones y de repente se sintió muy solo, como no se había sentido nunca antes. Sabía que Ikki se había ido después de cómo le había gritado y eso le dolía muchísimo. Saori, Seiya, Hyoga y Shiryu habían llamado a su habitación pero no se había molestado en responderles.

Sus amigos tampoco durmieron nada... estaban demasiado preocupados por el pequeño Shun y más porque éste no les respondía.

Saori fue la primera en levantarse al otro día y luego de apenas desayunar se encerró en su despacho. Shiryu, Seiya y Hyoga también se metieron en el despacho cuando terminaron de desayunar.

-¿Shun no ha bajado? - preguntó Saori preocupada.

-No. ¿No deberíamos llamar un médico? - sugirió Seiya.

-Quizás sea lo mejor - contestó Saori.

En ese momento, sonó el teléfono y Saori lo tomó. Los tres jóvenes guardaron silencio para permitir que la muchacha hablara con tranquilidad.

-Alo, Saori Kido

-...

-¿Cómo está, doctor Takahara? ¿Sucede algo?

-...

Seiya, Shiryu y Hyoga observaron como el semblante de la pelimorada se transfiguraba a lo largo de la charla.

-¡No puede ser! - interrumpió Saori.

-...

-Pero tiene que haber algo que podamos hacer... no puede decirme que no hay ningún recurso - respondió la muchacha.

-...

-¿Esperar el dictamen del juez? Nada más que eso es lo que aconseja. Mi abuelo se encargó de todo...

-...

-Doctor, usted tiene que hacer lo imposible porque el juez falle a favor nuestro. No puedo quedarme sin hacer nada. Hablaré con él e intentaré convencerlo.

-...

-¿Qué? ¡No! ¿Cómo que no aceptará cruzarse conmigo?

-...

-Está bien. Lo dejo en sus manos entonces. Por favor, haga todo lo posible - suplicó Saori rompiendo en llanto apenas colgó el teléfono.

-Saori - los tres muchachos la consolaron sin saber que sucedía.

-¿Qué es lo que pasa? - preguntó Seiya inquieto.

Saori se calmó un poco y después de unos minutos logró tomar el aire suficiente para comenzar ha hablar.

-Harold Demisser ha iniciado trámites para anular la adopción de Shun, para ponerle el apellido Demisser y para obtener su custodia legal.

Los tres jóvenes la miraron sin asimilar sus palabras hasta que un furioso Hyoga gritó.

-Viejo de mierda... no puede llevarse a Shun... quién demonios se cree que es...

-Es el abuelo de Shun - contestó la diosa

-¿Qué? - soltó Shiryu

-Harold Demisser es el abuelo de Shun y según mi abogado las pruebas son irrefutables: partida de nacimiento, libreta de matrimonio y análisis de ADN.

-¿ADN? ¡Para eso quería el peine de Shun... sus cabellos! - gritó Shiryu

-¿Me estás diciendo que el viejo quiere llevarse a Shun? - inquirió Seiya

Saori meneó la cabeza.

-Les estoy diciendo que se lo llevará. Según el abogado no existe posibilidad de que el juez falle a mi favor. No cuando existe un pariente sanguíneo capaz de hacerse cargo de Shun.

-Pero... entonces... Shun se irá

Ninguno de los presentes quería imaginarse a esa inmensa mansión sin la presencia del pequeño peliverde. En ese momento alguien llamó a la puerta y luego vieron entrar a Shun.

-Shun - susurró Saori sorprendida por la tristeza que emanaban esos ojos esmeraldas rojos de tanto llanto.

-Yo... tengo que decirles algo - comenzó Shun.

-Lo sabemos, Shun - respondió Hyoga abrazándolo con fuerza.

-¿Qué saben? - inquirió el pequeño sorprendido.

-Acaba de llamar uno de los abogados de la Fundación. El señor Demisser inició un litigio judicial para anular la adopción y para solicitar tu custodia legal - respondió Saori con dulzura.

Shun quedó aún más pálido al escuchar esto.

-¿Quiere llevarme? - preguntó

Saori asintió.

-No puedes permitirlo... yo no quiero - gimió Shun rompiendo a llorar otra vez.

A los otro cuatro les partía el alma verlo así, tan triste como nunca lo habían visto antes.

-Shun... según los abogados el juez no dudará en fallar a su favor. Es pariente sanguíneo tuyo y puede mantenerte - contestó Saori con voz quebrada.

-Ikki... - susurró Shun

-No está, Shun. Si no se presenta el mismo no podemos reclamar nada. Si llegara a venir antes de que el juez dicte su sentencia, quizás pudiéramos hacer algo.

-Tendremos que buscar a Ikki - sostuvo Seiya.

Todos se mostraron de acuerdo pero Shun se limitó a dar media vuelta para volver a subir a su habitación a encerrarse.

-Pobrecito, Shun - susurró Saori.

-No tendría que ser así... tan cruel. Si el señor Demisser quisiera a Shun lo dejaría con nosotros... nosotros somos su familia. No quiero estar en el lugar de Ikki cuando se entere de esto - comentó con honda tristeza Hyoga.

-Dios... Ikki va a sufrir mucho. ¡Espera! Si Shun es nieto del viejo... ¿Ikki no lo es también? - preguntó Seiya

Saori meneó la cabeza.

-Shun e Ikki son hermanos por parte de madre. El vínculo Demisser es por parte de padre.

                                                              *          *          *

Tres días después de esta charla y sin haber podido encontrar a Ikki, Saori recibió la notificación judicial con el fallo del juez. Shun Kido era a partir de esa fecha Shun Demisser y su custodia la tenía su abuelo, residente en Berlín. El muchacho debía partir en un plazo no mayor a veinticuatro horas rumbo a Alemania para quedar bajo la tutela de Harold Demisser.

Shun recibió la noticia con los ojos secos, había llorado tanto que no le quedaban lágrimas por derramar. Los que si lloraron fueron Seiya, Shiryu, Hyoga y Saori que se culpaba una y otra vez por no haber podido hacer nada.

-Descuida, Saori. Sé que lo intentaste y te lo agradezco - Shun le besó la mejilla y se despidió de ella.

-Apelaremos la decisión... cuando llegue Ikki... - contestó Saori.

-Me duele no despedirme de él - susurró Shun con tristeza.

-Apenas se entere te irá a buscar - lo animó Shiryu

-Dudo que le permitan acercarse a mí - contestó Shun - Hyoga... ¿recuerdas lo que me dijiste una vez?

Hyoga asintió y lo abrazó.

-Nosotros siempre te querremos, Shun. No importa que te alejes por un tiempo de nosotros... siempre te querremos porque eres un ser maravilloso y único - le respondió el Cisne.

Shun partió en un vuelo de primera clase rumbo a Berlín, esa ciudad que había anhelado conocer pero que ahora odiaba porque allí no tenía a nadie que quisiera... todos los que amaba se habían quedado en Tokio. Ahora tenía un abuelo y una hermana... pero nunca en su vida se había sentido tan solo.  

                                                              *          *          *

Como una cruel broma del destino, esa misma noche la puerta de la Mansión se abrió para dejar paso a Ikki.

Lo primero que notó el Fénix fue el sepulcral silencio que envolvía la casa, la única luz era la del comedor y hacia allí se dirigió.

En un intenso clima de velorio se encontró a Saori, Seiya, Hyoga y Shiryu... buscó a Shun con la mirada pero no lo halló.

-Ikki - susurró Saori y el Fénix vio los ojos de la pelimorada rojos del llanto.

-¿Dónde está Shun? - preguntó al instante y con el cuello erizado.

Los otros cuatro se miraron, preguntándose quien sería el que tendría el coraje suficiente para decírselo. Finalmente, Hyoga fue el encargado.

-Ikki... Shun se fue.

Todo el color en el rostro del Fénix se desvaneció.

-No me digan que se fue con ese...

-Harold Demisser solicitó ante el juez la anulación de la adopción de Shun y su custodia legal. El juez falló a su favor porque Shun es su nieto... ya no es Shun Kido sino Shun Demisser. Se fue a Berlín hoy por la mañana.

Ikki se quedó mudo por un instante y por primera vez vieron a ese poderoso guerrero romper a llorar. Hyoga se acercó a él y sin decir palabra lo abrazó. Ikki lloró un largo rato antes de poder hablar con más compostura.

-Otra vez me han separado de él... ¿por qué? Primero Kido y ahora este viejo... ¡La culpa es mía por haberme ido!

-No. Nadie tiene la culpa, Ikki - sostuvo Hyoga con firmeza - ni tú ni nadie

-Tengo que ir a buscarlo... ¡ni siquiera me despedí de él! ¡Maldición!

Ikki hizo el intento de pararse pero Hyoga lo retuvo.

-No puedes salir como loco, Ikki. Saori... ahora que Ikki está aquí, ¿no podría apelar la sentencia del juez?

Los ojos de Ikki se elevaron en busca de los de Saori, ésta asintió suavemente.

-Podría intentarlo... pero el juez no revocará su decisión a menos que vea que Ikki puede mantener a Shun.

-Trabajo... mañana buscaré un trabajo y una casa y... - Ikki comenzó ha hablar con rapidez, repentinamente esperanzado.

-¡Espera, Ikki! Trabajo ya tienes... si quieres trabajar en la Fundación sabes que las puertas están abiertas para ti. En cuanto a una casa... podríamos buscar una que sea por aquí cerca y comprarla.

Ikki murmuró un liso y sencillo gracias que le valió más de un millón de frases a la diosa.

Los cinco jóvenes presentes en esa sala harían hasta lo imposible por tener de regreso a Shun lo más pronto posible.

                                                  *          *          *

El viaje en avión se le había hecho eterno al caballero de ojos verdes. Cuando bajó del avión localizó después de unos minutos al señor Demisser que al notar la presencia del pequeño se dirigió con rapidez hacia él.

-¡Shun! Qué alegría me da verte - Harold besó la mejilla de Shun con cariño.

-Hola - fue la única respuesta de los labios del chiquillo.

-Ven. El auto nos está esperando para ir a casa.

Shun se limitó a acompañar a Harold afuera del aeropuerto, viéndose rodeado de inmediato por tres guardaespaldas a los que miró sorprendido.

-Deberás acostumbrarte, Shun. Vayas a donde vayas ellos te acompañarán.

Shun no hizo ningún comentario, limitándose a subir a la enorme limusina negra que los estaba esperando y ni siquiera cerró la puerta, ya que uno de los guardaespaldas lo hizo.

-Shun... ¿estás muy enfadado? - preguntó Harold, percatándose del silencio sepulcral que recibía.

-Usted me ha separado de mi hermano y de mis amigos. Me ha alejado miles de kilómetros de ellos. No estoy enfadado. Estoy triste.

Harold se acercó a él y le besó la mejilla.

-Comprende, Shun. Eres mi nieto y tu lugar es a mi lado. Además, tu hermana está ansiosa por conocerte. No puede creer que tenga un hermano. Te prometo que podrás llamarlos por teléfono, escribirles, chatear, e incluso visitarlos cuando yo vaya a Japón por negocios.

-¿Y si ellos quieren venir?

-Serán muy bien recibidos. Te lo prometo.

Shun lo miró no demasiado convencido, pero sabía que no podría hacer nada. Estaba demasiado lejos de su hogar como para escaparse... sin embargo, sabía que Ikki haría lo imposible por regresarlo a su lado.

-Ikki - murmuró mirando por la ventana.

Harold observó la tristeza en esos preciosos ojos esmeraldas y se sintió mal por un momento. Sin embargo, se repuso y se hizo la promesa de que Shun lo querría y se acostumbraría a su hogar.

Shun esperó casi media hora a que el auto se detuviera frente a una enorme, enorme casa. Una mansión más grande que la de Saori fue lo que vio al bajar del auto. La casa contaba con tres pisos y Shun podía ver que estaba lujosamente revestida. Tenía unos enormes ventanales y las rejas que se levantaban rodeando la propiedad eran inmensas. Se veían varios guardias por todas partes e incluso un par de perros policías ladraban amenazantes.

Había un gran parque rodeando la casa, mantenido en excelente estado. Shun sonrió un poco... por lo menos podría seguir su rutina de ejercicios.

-Pasa, Shun... Pandora debe estar impaciente.

Harold condujo a Shun a la entrada de la casa, mientras un mayordomo aparecido de quien sabe donde tomaba las maletas de Shun para encaminarse con ellas rumbo a las escaleras.

Shun entró y a su alrededor pudo ver más lujo y riqueza de la que había visto en su vida... pero también vio frialdad. En ese momento se percató de una mujer joven, que parecía estarlos esperando.

-¡Pandora! - exclamó Harold llamando a la muchacha que se acercó a Shun.

-Shun, ella es tu hermana - indicó Harold.

-Mucho gusto, Shun - saludó la mujer con una sonrisa.

Una sonrisa que para Shun fue de inmediato falsa, a esa mujer no le daba gusto verlo y no sentía ese inmenso cariño que le transmitía Ikki cuando se veían.

-Mucho gusto, Pandora.

-¡Es muy guapo, abuelo! - exclamó la muchacha dirigiéndose con voz dulce a Harold.

-Te lo dije... son los ojos de tu papá, Pandora.

Pandora sonrió y besó la mejilla de Shun.

-Es cierto. Tú tienes los ojos de papá y yo los cabellos negros - comentó la mujer.

Shun se sentía cansado y pareció que Harold se dio cuenta porque de inmediato le sonrió.

-Shun, quizás quieras descansar un rato. El viaje debe de haberte agotado.

-Si, la verdad me siento cansado - respondió Shun.

-Yo te llevaré a la habitación, Shun - indicó Pandora y Harold asintió complacido.

Pandora y Shun subieron por las escaleras alejándose de Harold.

-Después de que descanses te mostraré la casa - comentó Pandora con una sonrisa- digo, si quieres.

-Claro que si, gracias - Shun sonrió, pensando que quizás la primera impresión que había sentido respecto a su hermana fuera equivocada.

-El abuelo me contó que te gusta mucho leer, después te mostraré la biblioteca. Según el abuelo no es tan grande como la de Saori Kido pero tiene muchos volúmenes.

-¡Muchas gracias, Pandora! - exclamó Shun con otra sonrisa.

-Esta es tu habitación. Espero que te guste pero si tienes cualquier problema o no te gusta me avisas y te cambiamos a otra.

Pandora abrió la puerta y Shun entró en un inmenso dormitorio. Era un dormitorio sencillamente perfecto, amplio, iluminado y con un enorme ventanal que daba a un balcón. Shun pudo ver una inmensa cama de dos plazas, un enorme ropero, dos cómodas y una mesilla de noche. Además había un enorme escritorio de roble con unas macizas sillas de madera y una pequeña biblioteca.

Pero también estaba a última moda con la tecnología, tenía una gran televisión de pantalla plana, un DVD, una computadora, un equipo de música y teléfono. Shun plantó una sonrisa al ver el teléfono y pensó que de inmediato llamaría a su casa. Pandora lo vio observar todo con detalle y preguntó.

-¿Te gusta, Shun?

-Es preciosa, gracias.

-Shun... aquí no tienes porqué agradecer todo... esta es tú casa. Todo lo que hay aquí te pertenece a ti. Ahora te dejaré para que descanses.

Shun observó a Pandora salir y cerrar la puerta tras ella, el joven de inmediato se tiró en la cama y se durmió en minutos.

Pandora Demisser salió del cuarto de Shun para encaminarse a su propio dormitorio. Después de entrar la máscara de dulzura y felicidad que se había colocado dejó lugar a un rostro frío y al mismo tiempo con un toque de odio.

-Maldito seas, Shun... no tienes una idea de lo mucho que te odio. Si el abuelo nunca te hubiera encontrado... todo sería mío. Pero ahora todo será para ti porque eres varón y yo una maldita mujer.

Notas finales:

En el próximo capítulo... llega Shaka a la vida de Shun.

Saludos!


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