Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Verdadera Identidad por PrincessofDark

[Reviews - 69]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!! Gracias a todos por dejar review. Disculpen la demora en actualizar. Espero les agrade el capítulo

 

Shaka y Shun vieron partir a Harold Demisser de la habitación y luego el primero comentó.

-Te dejaré solo para que descanses un rato.

-Llamaré a la Mansión - indicó Shun con una sonrisa.

-Estarán felices de escucharte. Nos vemos en la fiesta.

Shun esbozó una sonrisa y vio partir al caballero de rubios cabellos antes de tomar el teléfono.

-Hola - saludó una voz que reconoció de inmediato como la de Shiryu.

-Hola, Shiryu - saludó Shun

-¡Shun! ¡Qué alegría oírte! - exclamó el Dragón y por la voz el peliverde se dio cuenta de que en realidad estaba feliz - ¿cómo estás? Aquí te extrañamos mucho

-Yo también los extraño mucho, Shiryu - contestó Shun.

-No te preocupes, Shun. Ikki está haciendo lo imposible para conseguir que el juez revoque su fallo.

-¿Ikki? ¡Regresó! ¿Está ahí?

-No. No está aquí. Comenzó a trabajar en la Fundación con Saori. Para que el juez considere revocar el fallo debe demostrar que puede mantenerte.

-¿Ikki está haciendo eso por mí?

-Si, Shun. Todos estamos poniendo nuestro granito de arena. Saori y Hyoga lo están ayudando a encontrar una casa y a amueblarla con todo lo necesario para ti. Seiya y yo ayudamos en lo que podemos... ¡regresarás pronto con nosotros, Shunny! ¡Te lo prometemos!

-Gracias, Shiryu. Mándales un beso enorme a todos y anota el número para que puedan llamarme... 0588 8712 6422.

-Ya lo tengo. Apenas lleguen les digo. ¡No dejes de llamarnos!

-Lo prometo, Shiryu.

Shun colgó el teléfono y se dispuso a acostarse un rato pero en ese momento, entró Pandora a la habitación.

-¿Shun?

-Si.

-Yo... discúlpame. No debí decirte lo que te dije hoy por la mañana. En realidad no fue mi intención hacer esos comentarios.

-Descuida. No pasa nada - sonrió Shun con un deje de tristeza.

-Gracias. Yo... espero que comprendas que para mí es un verdadero cambio. Sólo necesito un poco de tiempo.

Shun asintió y comentó.

-Para mí también es un cambio. Olvidemos todo el asunto. ¿Sí? Me encantaría llevarme bien contigo... eres mí hermana.

La sonrisa que se pintó en el rostro de Shun fue sincera y Pandora se la devolvió antes de dejarlo a solas.

                                                  *          *          *

A las ocho en punto Shun apareció en el salón donde se llevaría a cabo la fiesta y se sorprendió por la cantidad de personas que vio reunidas y que de un momento a otro se abalanzaron a saludarlo presentándose con deferencia. Se sintió muy perdido hasta que vio en una esquina y bebiendo tranquilamente una copa de vino a Shaka y sin reparar en nadie se fue hasta allí.

-¿No te dejaban avanzar? - preguntó el rubio con una sonrisa.

-Es que no sé ni quienes son - comentó Shun

-Descuida... ellos tampoco saben quien eres en realidad... te ven como Shun Demisser y para ellos eres el heredero.

-No me gusta que me vean así.

-Es que en este ambiente el dinero lo es todo, lo más importante y cuanto más dinero tienes más vales como persona. Sé que suena horrible pero es la realidad. Y tu abuelo tiene mucho dinero y todos los que están aquí lo saben.

Cortando con la charla se acercó a Shun un hombre de unos treinta años de cabellos castaños rojizos y suaves bucles. De rostro pálido y ojos azules. Era alto y musculoso y vestía sobriamente de etiqueta.

-¿Shun Demisser? - preguntó

-Si. Mucho gusto...

-Soy el duque Allan de Lancel, es un placer conocerte. ¿Usted quien es? - preguntó mirando a Shaka que observaba la escena repentinamente receloso.

-Es un amigo mío. Se llama Shaka - lo presentó Shun.

-Yo alcancé a conocer a tú padre... era un gran hombre. Lo recuerdo bastante aunque era un adolescente cuando falleció en ese accidente. Para Harold fue una verdadera sorpresa encontrarte. Está muy feliz... ni siquiera cuando Pandora cumplió su mayoría de edad hizo tremenda fiesta.

-A mí también me da gusto... estar aquí - mintió abiertamente Shun.

-Se nota. Por eso estás aquí escondido en un rincón - sonrió el duque.

Shun se ruborizó furiosamente y antes de que pudiera responder apareció Pandora.

-¡Shun! ¿Te diviertes? - preguntó con afecto.

-Si, gracias.

-¿No te molesta si me robo a tu profesor por un rato? - sin esperar respuesta Pandora sacó a bailar a un atónito Shaka que de tan asombrado no pudo resistirse.

-¿Profesor? Creí que habías dicho que era tu amigo - inquirió el duque.

-Si. Más que mi profesor es mi amigo - respondió Shun con cierta firmeza.

-Comprendo. ¿Puedo darte un consejo? - preguntó Allan

-Claro.

-Selecciona bien tus amistades, Shun.

-Yo sabré elegir mis amistades con cuidado - respondió el peliverde un poco molesto.

Mientras tanto Pandora y Shaka se encontraban danzando en el medio de la pista de baile. La primera estaba entre nubes... verdaderamente atrapada en la belleza de ese imponente hombre frente a ella y que para su suerte viviría en su propia casa... bajo su techo y que posiblemente en poco tiempo dormiría en su cama. Sus ojos violetas se posaron en los ojos celestes del profesor para encontrarlo absorto contemplando a su hermano.

Shaka apenas prestaba atención a la muchacha que bailaba con él, sino que su mirada se encontraba depositada en su pequeño alumno. Veía con desconfianza a ese hombre que se le había acercado... había algo en sus ojos que preocupaba al caballero dorado. Vio a Shun poner un semblante serio y luego dejar a su interlocutor para moverse por el salón.

-Shaka... ¡Shaka!

-¿Si, señorita Pandora?

-Te preguntaba si querrías bailar otra pieza conmigo.

-Eh... le agradezco pero mejor no. Su abuelo podría molestarse. ¡Permiso!

Shaka soltó a la joven, dejándola en el medio de la pista para ir en busca de Shun.

-¿Todo bien? - le preguntó al peliverde.

-Si. Gracias. No te preocupes tanto. ¿Cómo te trató Pandora?

Shaka se encogió de hombros antes de contestar.

-No sé bailar... y es algo que odio y encima quería bailar otra vez. Tu abuelo es capaz de asesinarme...

Shun rompió a reír y Harold buscó de inmediato a su nieto al sentir esa risa verdadera, risa de felicidad, risas como las que solía escuchar cuando estaba en la Mansión Kido. En su rostro se reflejó una sonrisa, pensando interiormente que Shun se estaba acostumbrando a su nueva vida.

-¡Shun! - lo retó suavemente Shaka con una sonrisa.

-Lo siento... es que en realidad parecía que te asustaba la idea de mi abuelo asesinándote.

Sin saberlo Shun, otras dos personas lo habían observado reír abiertamente. La primera fue Pandora, todavía embelesada por la belleza y el encanto de Shaka pero que claramente había notado que no era correspondida. La segunda fue el duque de Lancel que no se perdió detalle de las risas de ese hermoso jovencito de cabellos verdes.

-¿Contemplando al heredero? - le preguntó una voz sacándolo de su ensimismamiento.

-¡Armand! Me sorprendiste - el duque de Lancel vio al guapo joven parado a su lado, con los cabellos negros y los ojos de un bello tono azul acero.

-Si te sorprendí es porque tenía razón. Te distrajiste mirando al heredero. ¿Te gusta?

-Tal vez... - respondió Allan

-¿Él o su dinero?

El duque de Lancel esbozó una sonrisa.

-Las dos cosas... él es hermoso y vale más de noventa mil millones de dólares. Es perfecto.

-Pues creo que tendrás competencia... - indicó el tal Armand señalando a Shaka.

-¿Ese? Por favor. Es sólo su profesor. Y no creo que Harold lo permita.

-Y crees que permitirá que tú te acerques a él.

-Yo soy un noble de rancio abolengo...

-Sin un centavo - acotó sonriente el pelinegro desapareciendo.

El duque de Lancel lo vio partir con una sonrisa fría, muy, muy fría.

                                                  *          *          *

-Shiryu... ya llegamos - gritaron Seiya y Saori al entrar a la Mansión.

-Maravilloso. Shun llamó hace un rato y nos dejó un número para poder hablar con él. ¿Dónde está Ikki?

-¡Llamó Shun! ¿Cómo está? ¿Qué dijo? Cuenta - pidió Seiya

-Ikki y Hyoga se quedaron a arreglar algunas cosas en la casa nueva. Llegarán al anochecer - respondió Saori antes de preguntar - ¿Cómo notaste a Shun?

El dragón midió sus palabras antes de transmitir su opinión.

-Pues... lo noté triste. Sin embargo se alegró cuando le dije que estábamos haciendo lo imposible porque regrese con nosotros. Se quedó muy ilusionado.

-Gracias, Shiryu. Shun debe saber que haremos hasta lo imposible por tenerlo otra vez aquí - indicó Saori con una sonrisa- tendré que regresar a la Fundación por unos documentos. Nos veremos más tarde.

Seiya y Shiryu vieron partir a Saori y luego un silencio se plantó entre ellos roto por la voz del menor.

-Que suerte que Shun pudo comunicarse. Por un momento temí que ese viejo no lo dejara tener más contacto con nosotros.

-Yo también pensé eso. Por suerte me equivoqué. Debe ser tan horrible...

-¿Qué cosa? - preguntó el Pegaso.

-Separarte de las personas que quieres o que amas - Shiryu posó sus azules ojos en los castaños ojos del Pegaso y con mucho, mucho cuidado acarició su mejilla con una de sus manos.

Shiryu se separó abruptamente y dejando a un ruborizado Seiya se dio a la fuga.

                                                  *          *          *

-¿Aquí está bien? - preguntó Hyoga a Ikki

-Si. Déjalo allí. Cuando Shun venga que decida donde quiere ponerlo - Ikki sonaba optimista, intentaba ser optimista y Hyoga lo notaba perfectamente.

-Creo que Shun lo va a cambiar de lugar - respondió dándole ánimos.

-Sí. Nunca logramos ponernos de acuerdo en lo que tiene que ver al mobiliario. Hyoga... ¿crees que esta casa le agrade?

-Claro que sí, Ikki. A Shun le encantará esta casa. Te lo aseguro. Además sabes que debe estar deseoso de regresar contigo.

-Jamás me perdonaré no haber estado cuando se fue - comentó Ikki.

-No fue tu culpa... no podías saberlo. Todos pensamos otra cosa totalmente distinta a lo que resultó ser la verdad.

-Pero sé que sufrió por no haberse despedido de mí y aunque quiera mostrarme optimista... no creo que el juez me lo devuelva. Ese hombre tiene tanto dinero...

Hyoga se acercó a Ikki que parecía a punto de quebrarse. Al cisne le dolía mucho verlo así... el siempre firme Ikki, el caballero capaz de resurgir de las cenizas a punto de llorar de tristeza por no tener a su hermano.

-Ikki - murmuró sujetándolo del brazo.

-Me siento muy solo

-No estás solo, Ikki... nos tienes a nosotros... me tienes a mí - indicó tímidamente Hyoga y el Fénix no pudo menos que mirarlo sorprendido y absorto.

-Hyoga... patito - murmuró Ikki con un tono de voz distinto, sin un deje de burla sino plagado de afecto y luego le robó un beso a ese caballero de los hielos que se ruborizó como un niño.

                                                  *          *          *

Shun estaba cansado y a punto de dormirse. Eran casi las dos de la mañana y la fiesta no parecía acabar nunca. Su abuelo lo tenía de aquí para allá, presentándole a tal financiero, a aquél magnate petrolero, a un aristócrata belga, a un famoso pianista y él... se aburría como una ostra. Ahogó un enésimo bostezo y se despidió de su abuelo y de Pandora, anunciando que se iría a dormir. A Harold no le gustó mucho esa idea pero no le quedó otra que aceptar al ver al chiquillo durmiéndose parado.

Pandora se sintió feliz porque al irse Shun consideró que tendría libre el camino libre con Shaka pero ante su asombro, el caballero dorado o él que ella consideraba el profesor de Shun subió con él.

-¿No quieres quedarte? - preguntó Shun con timidez.

-No. Me aburren estas cosas. Las considero una pérdida de tiempo. Comenzaremos temprano por la mañana. A las ocho y media te quiero levantado y desayunado - respondió Shaka aunque no con voz de mando.

-Si, maestro - respondió Shun con una sonrisa - ¿Shaka? - lo llamó cuando estaban por llegar al dormitorio del rubio.

-¿Si?

-Gracias... por estar aquí - Shun le dio un suave beso en la mejilla al rubio y continuó rumbo a su habitación dejando a un perplejo rubio.

Cuando Shun estaba por entrar a su dormitorio sintió que lo llamaban y al voltear se encontró con el duque de Lancel.

-Shun... ¿puedo llamarte Shun?

-Claro que sí - le respondió el conejito con una sonrisa.

-Quería pedirte disculpas por lo que te dije allá abajo... espero que podamos ser amigos.

-Claro que sí.

-Entonces... ¿conoces algo de Berlín? - preguntó interesado.

-Casi nada. Con Pan... con mi hermana fuimos al Shopping y a almorzar, nada más.

-¿Te gustaría ir mañana por la tarde a una exposición de arte en el Museo Nacional? Puedes invitar a Pandora y a tu profesor si quieres.

Shun sonrió y asintió.

-Claro. Me encantaría ir. Invitaré a Shaka y a Pandora. ¡Gracias, duque!

-Allan... llámame Allan.

-Gracias, Allan - se corrigió el conejito con voz dulce - ¡Hasta mañana!

-Buenas noches. Que descanses.

Shun entró a su habitación y luego de verlo entrar y cerrar la puerta el duque de Lancel murmuró en voz baja, casi inaudible.

-Que comience el juego... eres hermoso, Shun y no dudaré en hacer cualquier cosa por tenerte... a ti y a tu dinero.

Allan de Lancel bajó las escaleras de regreso a la fiesta, sin percatarse de que sus palabras habían sido oídas por el caballero que se aseguraba era el más cercano a los dioses. Y Shaka se había puesto en alerta... haría lo que fuera por impedir que dañaran a su alumno, sin percatarse de que ya Shun no era su alumno sino que ocupaba un lugar más importante en su corazón.

     El caballero de rubios cabellos se rozó suavemente la mejilla que Shun había besado... jamás había sentido un roce tan dulce y tan inocente al mismo tiempo... jamás se había sentido tan completo ante un gesto de afecto... se lo prometió por Buda, así tuviera que enfrentarse a medio mundo, nadie jugaría con los sentimientos de Shun.

Mientras tanto en la fiesta, una aburrida Pandora llegaba a la conclusión de que Shaka sería un hueso duro de roer para sus encantos femeninos... duro pero no imposible... y ella estaba dispuesta a cualquier cosa por ese hombre que se le había metido en la piel. Haría lo que fuera por tenerlo en su lecho y de inmediato comenzó con sus planes.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).