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Verdadera Identidad por PrincessofDark

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Notas del capitulo: Muchas gracias a todos por leer y comentar esta historia!!! Espero que este capítulo les agrade y me dejen un comentario.
 

A Shaka lo despertó por segundo día consecutivo la voz de Shun entrando en su habitación cuando eran las ocho y media de la mañana.

-¿Shun? - preguntó medio dormido.

-¿Volviste a tener pesadillas? - preguntó el jovencito preocupado.

-Si. Otra vez dormí muy poco - respondió Shaka, sin explicarle que había vuelto a soñar con él, con la única diferencia que ahora había sido él el que se había metido en el dormitorio de Shun, corriendo las sábanas de su cama para dedicarse a disfrutar de su cuerpo.

-¿Quieres que llame al médico? - preguntó Shun más preocupado que antes.

-No. No quiero. No es necesario, Shun.

-Pero quizás te dé algún sedante o algo así para que puedas descansar bien.

Shun tocó la frente del rubio que se estaba levantando y que quedó estático.

-No tienes fiebre... eso es bueno.

-Quizás es que la cama es demasiado cómoda... la del Templo de Virgo no era así. ¿Saldremos a alguna parte hoy? - preguntó Shaka.

-No. Mañana iré al cine con Allan.

Shaka asomó la cabeza por la puerta del baño y preguntó.

-¿Irás a dónde?

-Al cine.

-¿Con Allan? - preguntó alarmado.

-Si. ¿Por qué? Es mi amigo y anoche me reprochó que no le tenía confianza. Estoy demasiado acostumbrado a no tener otros amigos aparte de caballeros.

-Pero Shun... apenas lo conoces - comentó Shaka

-¡Shaka! No seas así... ha sido muy atento con nosotros. Además vamos a ir al cine... no me va a llevar a ningún otro lado.

-Ve en la limusina - contestó Shaka.

Shun asintió.

-Si eso te pone contento.

-Me tranquiliza.

-Shaka... no me va a pasar nada. Parece que te olvidas de que soy un caballero de Atena.

-No me olvido, Shun. ¿Empezamos de una vez?

-¿Vamos al jardín?

-No. Prefiero que estudiemos cosas teóricas... tu abuelo podría preguntarte como vas y quiero que puedas responderle. A propósito, Shun, gracias por contestar por mí anoche... en realidad no había pensado una respuesta para eso.

Shun sonrió ampliamente.

-De nada, profesor. Vamos a la biblioteca entonces.

En ese momento en el piso de abajo sonaba el teléfono y Pandora contestó.

-¿Hola?

-Hola. ¿Está Shun? - preguntó una voz masculina del otro lado de la línea.

-¿De parte de quién? - retrucó Pandora.

-Soy Ikki, el hermano de Shun. ¿Puede pasarme con él? - insistió la voz con un dejo de molestia.

Pandora sonrió con maldad y respondió.

-Mi hermano no se encuentra, Ikki. No sé donde está y cuando regresará y la verdad es que no me importa para nada. ¡Adiós!

La pelinegra colgó el teléfono dejando a un paralizado Ikki del otro lado.

-¿Ikki qué pasó? - preguntó Hyoga observando la palidez del Fénix.

-¿No pudiste hablar con Shun? - preguntó Saori

Ikki se dejó caer en el sofá.

-Me atendió una tal Pandora que dijo ser hermana de Shun. ¡¡¡SHUN ES MÍ HERMANO!!! Me dijo que no estaba y que no tenía ni idea de donde andaba y que no le importaba para nada no saberlo.

Todos quedaron callados.

-Debe ser mentira, Ikki. Shun no sería capaz de desaparecer así como así. Además si eso hubiera sucedido estoy segura de que Harold Demisser hubiera avisado - respondió Saori.

-Seguro que esa mujer no te quiso pasar la llamada - apoyó Hyoga con una sonrisa.

-Entonces es peor de lo que pensé - murmuró Ikki - ella me quiere robar el cariño de Shun... él va a pensar que ya no le importo, que me olvidé de él... que ya no lo quiero.

-¡Sabes muy bien que Shun jamás pensaría eso! - respondió al instante Seiya diciendo por una vez en la vida algo justo.

-Pero... está solo allá...

-No olvidemos que Shaka está con él - comentó Saori.

Ikki sonrió apenas.

-Es cierto. Shaka impedirá que Shun caiga en malos pasos - apoyó Hyoga.

-Ojala que tengan razón - murmuró Ikki antes de subir a su habitación.

El rubio de inmediato iba a seguirlo pero Saori lo detuvo.

-Déjalo, Hyoga. Necesita estar a solas un rato.

El rubio negó con la cabeza.

-No, Saori. Me necesita.

El rubio dejó a Saori, Seiya y Shiryu para subir atrás de Ikki.

                                                  *          *          *

Pandora colgó el teléfono muy satisfecha por lo que había hecho. Justo en ese momento apareció Shun acompañado de Shaka y el pequeño preguntó enseguida.

-¿Llamaron?

-Si

-¿Ikki? - preguntó esperanzado.

-No. Claro que no. Un vendedor.

Los ojos de Shun se entristecieron, al escuchar el timbrazo le había rogado a Shaka por bajar a fijarse sólo para decepcionarse.

-Shun... no te desanimes. Estoy seguro de que Ikki llamará muy pronto y sino llámalos tú - lo apoyó Shaka.

-¿No deberías estar estudiando? - preguntó Pandora con reproche.

-Ya seguimos. Vamos, Shun - indicó Shaka.

El peliverde lo acompañó a la biblioteca para romper a llorar apenas cerraron la puerta.

-Shun... no - pidió Shaka

-Es que... creo que Ikki se ha olvidado de mí...

-Sabes que eso no es cierto, Shun. Ikki jamás te olvidaría. Debe estar muy ocupado trabajando para poder llevarte de regreso muy pronto.

-Podría llamarme aunque sea unos minutos - sollozó Shun

Shaka lo abrazó y acarició sus cabellos, que encontró tan suaves como ese cuerpecito frágil que se dejaba abrazar para poder llorar.

-Llama tú, Shun. Prueba de llamar ahora mismo.

Shun asintió y tomó el teléfono para intentar comunicarse. Marcó el número de la mansión y aunque lo sintió sonar y sonar nadie le atendió. Shun no podía saber que Hyoga consolaba a Ikki en ese momento y Saori, Seiya y Shiryu se encontraban en el exterior para darles más privacidad.

-Nadie atiende - comentó a Shaka colgando.

-Quizás no estén, Shun. Te prometo que después lo intentaré.

Una muy sonriente Pandora acababa de realizar una llamada telefónica a la compañía de teléfono... con su poder y sus influencias no le fue nada difícil conseguir que rastrearan el número de la Mansión Kido y después de hablar con el gerente consiguió que filtraran todas las llamadas que se hicieran de ese número y que se dirigieran a ese teléfono, con el pretexto de que habían llamado para amenazarlos. El gerente se apresuró a tomar las medidas necesarias, anunciándole solícitamente que sería imposible que volvieran a molestarlos.

                                                  *          *          *

Shun se sumió en la tristeza cuando después de cansarse de llamar y llamar a la Mansión daba el mismo tono de llamada pero nadie contestaba. Shaka también lo intentó pero tampoco consiguió nada.

El pequeño peliverde se encerró en su habitación negándose a cenar y a ver a alguien. Ni siquiera recibió a Shaka que llamó suavemente un par de veces ni a su abuelo que llamó con más fuerza.

Al día siguiente bajó a desayunar por la insistencia de Shaka, ya que su abuelo se había muy temprano a trabajar. Intentaron nuevamente comunicarse con la Mansión y un desolado Shun terminó murmurando.

-No volveré a llamar a la Mansión... ya veo que se han olvidado de mí.

-Shun... quizás están preparando las cosas para traerte de regreso - intentó Shaka pero era inútil, el dolor era demasiado para ese chiquillo tan dulce.

Volvió a encerrarse en el dormitorio hasta decidir que iría al cine, no podía dejar plantado a Allan y además quedaría muy mal después del reproche que le había dado dos noches atrás.

Cuando bajó las escaleras para encontrarse con el duque de Lancel, Shaka lo espiaba secretamente y lo encontró demasiado pálido y aún más por las prendas oscuras que se había colocado.

-Hola, Shun. ¿Cómo estás? - saludó Allan con una sonrisa.

-Bien y ¿tú? - inquirió el conejito

-Mucho mejor ahora que te veo. ¿Vamos? - preguntó.

-Si. Claro. La limusina está lista.

-Entonces, vámonos.

-¿Qué película vamos a ver? - preguntó Shun cuando ya estaban en la limusina.

-Prefiero que sea una sorpresa. Digo... si no te molesta.

-No. Claro que no.

Pero a Shun se le desvaneció la sonrisa cuando al ingresar al cine vio que la película que pasaban era el Ataque de los Muertos Vivos Parte IX. Sin embargo, Allan se apresuró a acomodarse en un asiento y no le quedó otro remedio que hacer lo mismo al conejito.

-¿Quieres algo de tomar? - preguntó Allan solícito - ¿Algo de comer?

-No. Nada, gracias - respondió Shun pensando como haría para poder mirar esa película durante una hora y media - ¿Cuánto dura la función?

-Esta película es un poco larga... más o menos dos horas y media. ¿Tienes que irte temprano?

-No, no, no. Era por curiosidad nada más.

Los dos quedaron en silencio cuando la película comenzó y el silencio envolvió la sala. Allan miraba de reojo al chiquillo que a medida que la película se desarrollaba estaba cada vez más pálido. Shun recordó que Ikki solía abrazarlo y hacerlo cerrar los ojos cuando miraban algo que lo asustaba. Al pequeño le dolió recordar a su niisan y las lágrimas que hacía un rato no caían amenazaron con aparecer pero se obligó a reprimirlas.

El duque de Lancel ignorando toda la debacle mental en la que estaba el pequeño pensó que tenía miedo de la película y por eso aprovechó para tomar su mano y apretarla.

-Perdona, estás asustado - murmuró acariciando esa hermosa mano que había logrado tomar.

-No. Claro que no. Estaba pensando en algo, nada más.

Shun distraído no se había percatado de la proximidad que habían tomado sus cuerpos a oscuras, apenas unos centímetros los separaban y de nuevo fue el duque el que acortó las distancias para buscar sus labios, pero Shun dio vuelta su rostro para evitar eso y separándose regresó a su asiento. Allan puso una mirada furiosa por el rechazo del joven pero recordó su objetivo... tenía que ganar dinero y para eso necesitaba que ese chiquillo cayera en su poder. Tenía que tenerle paciencia aunque ya se le estaba acabando.

El peliverde se concentró en la película por más que la odiaba pero prefería eso a terminar de convencerse de que el duque quería besarlo... ¿por qué querría hacer eso? Shun terminó pensando que era un tonto al pensar eso, seguramente el beso iba a ser en la mejilla para consolarlo y él haciéndose ideas raras.

-Por lo que veo no te gustan las películas de terror - concluyó Allan cuando la película terminó.

-No. En realidad no me gustan para nada.

-Lo siento. Prometo compensarte... por unos días tengo que viajar a Berna pero cuando regrese iremos al parque de diversiones. ¿Hecho? - preguntó Allan con una sonrisa.

-¡Me encantan los parques de diversiones! Esperaré que me llames - se animó Shun y contestó con otra sonrisa.

-Es hora de llevarte a tu casa, Shun - dijo Allan.

-Si. Ya es tarde y mañana tengo que estudiar temprano.

Allan subió a la limusina y decidiéndose a realizar un nuevo intento buscó directamente la mirada de Shun tomándolo del mentón para que sus ojos se cruzaran y volvió a acercarse con sus labios entreabiertos al rostro del chiquillo que lo detuvo y se separó.

-No - fue la única palabra de Shun y Allan vio determinación en esos ojos.

-¿Por qué? Sabes que me gustas mucho... - dijo directamente el duque.

Shun tardó en asimilar sus palabras, se sentía muy bien con el duque pero también sentía que le faltaba algo... que si bien lo quería mucho no lo amaba, él necesitaba sentir amor para permitir que lo besaran. Ese sería su primer beso... quería que fuera especial y quería estar seguro.

-Porque aunque te quiero mucho no puedo dejar que me beses sin saber lo que siento en realidad por ti - contestó Shun.

Allan comprendió que en realidad sería difícil convencer a ese chiquillo si para poder besarlo nada más debía realizar un curso.

-Comprendo - sonrió el duque - no volveré a intentarlo hasta que estés seguro.

-Gracias - Shun le besó la mejilla y regresó a su asiento.

No pronunciaron más palabras hasta que llegaron a la mansión Demisser y Shun se despidió de él con una sonrisa. Subió las escaleras para entrar a su habitación y al encender las luces de su dormitorio se encontró con su maestro sentado en uno de los sillones.

-¡Shaka! - exclamó sorprendido.

-Hola, Shun - saludó el rubio desde su sillón.

El peliverde deseaba acostarse para pensar y calmarse, no tenía demasiados deseos de ver a Shaka pero terminó sentándose en otro sillón.

-¿Cómo te fue? - preguntó Shaka preocupado.

-Bien - fue la corta respuesta.

Shaka analizó al peliverde durante unos minutos sin decir nada más, la mente de Shun era un caos, cualquiera podía darse cuenta de eso, no era necesario ser mago para adivinarlo.

-¿Pasó algo? - preguntó finalmente el rubio.

-No. Nada.

-Creí que confiabas en mí - respondió el rubio dolido.

-Perdóname, Shaka. Tienes razón... estoy confundido. Nada más.

-¿Por qué? ¿El duque te dijo algo?

-Él me dijo que le gustaba mucho - murmuró Shun.

Shaka se paró del sillón enfurecido sólo por esas palabras. Nadie iba a aprovecharse de su Shun, nadie se iba a atrever a tocarlo y menos ese duque del demonio que sabía que quería a Shun por su dinero.  

-¿Qué le contestaste? - preguntó poniéndose frente a Shun con los celestes ojos destellando furia e indignación.

-Que no estaba seguro... yo lo quiero mucho...

-¡Pero no lo amas! - respondió Shaka molesto

-¡Shaka! - exclamó Shun sorprendido por la furiosa actitud del rubio.

-No debes amarlo - expresó Shaka molesto.

-¡No puedes mandar mis sentimientos!

-¿Te besó? - preguntó Shaka.

-No es asunto tu... - su voz fue interrumpida por los labios del rubio que se posaron en los suyos robándole un beso posesivo y demandante.

Shaka tampoco comprendía como demonios estaba besando a Shun pero no podía separarse, no en ese momento que probaba esos labios tan suaves y húmedos con los que había soñado. Volvió a la realidad cuando un furioso peliverde lo apartó con fuerza.

-¡Cómo te atreviste! - exclamó Shun, los ojos esmeraldas derramando lágrimas brillantes antes de dejarse caer en el sillón de nuevo tapando su rostro con las manos.

Shaka comprendió lo que había hecho y se arrepintió al instante.

-Shun... lo siento, perdóname - murmuró acercándose al pequeño.

-No me besó... yo no quise... nadie me había besado... quería estar seguro - sollozó el conejito.

Shaka deseó que la tierra se lo tragara en ese preciso momento, se sentía la peor basura del mundo. Nunca se había dejado llevar por sus impulsos y ahora que lo hacía cometía una inmensa estupidez.

-Lo lamento, Shun - reiteró Shaka - lo siento mucho... no espero que me perdones pero déjame explicarte lo que hice.

Shun no le contestó nada, dejó caer sus manos revelando su hermoso y triste rostro.

-Tengo celos, Shun. Y no sé lo que es eso porque nunca había amado a alguien... jamás me había sentido así por nadie y la sola idea de que alguien pueda lastimarte me supera y me hace desear matarlo.

Shun lo miró largamente sorprendido de esas palabras, ya no lloraba y sus ojos reflejaban sorpresa. Shaka deseaba besarlo de nuevo... reparar lo que había hecho con el beso más dulce y tierno del mundo pero no se atrevía, no sin saber lo que el conejito le respondería.

-¿Tú me amas? - preguntó Shun

-Si.

Shun sonrió suavemente, recordó los enormes celos que le habían dado cuando pensó que Shaka estaba interesado en Pandora y también todas las cosas que el rubio había hecho por él desde abandonar el Santuario hasta soportar tener que estudiar matemáticas y consolarlo ante la falta de noticias.

-¿Por qué no me dijiste todo eso antes de besarme? - comentó Shun.

-Porque soy un tonto - se atrevió a sonreír Shaka.

-Lo eres... si lo hubieras dicho desde un principio hubiera dejado que me besaras - contestó tímidamente Shun bajando la mirada.

Shaka levantó con cuidado el mentón de Shun para que sus ojos se cruzaran y luego con muchísima delicadeza lo besó de nuevo... lenta y dulcemente hasta que la falta de aire los obligó a separarse.

Simplemente se quedaron mirando antes de pronunciar al mismo tiempo un te amo, suave y susurrante, demasiado íntimo como para ser compartido.
Notas finales:

Saludos!!!!


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