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Las idas y vueltas del amor por Varda

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Capítulo 7: Esperanzas y desilusiones

Ikki se fue corriendo hasta su habitación, la declaración de Shaka resonaba tremendamente en su mente, sin duda el rubio lo amaba pero el Fénix estaba dolido. Cerró la puerta con llave y se tiró en su cama, cerró sus ojos y trató de tranquilizarse, pero una vez más se le presentó la imagen del rubio angelical. Si había amor, ¿No debían ser las cosas más fáciles? Era ridícula esa situación, él dando lástima y Shaka... También. Ikki se quedó dormido entre las lágrimas.
"Tengo que ser valiente, tengo que ser valiente" - se decía Aioros tratando de autoconvencerse -. Observaba a su amigo Shura quien charlaba con algunos de los dorados, pensando que más allá de lo que intentara le sería difícil confesarle su amor sin perder su amistad. ¿Cómo lo tomaría el caballero de Capricornio? Pobre Aioros, no quería dejar de ser amigo de Shura, eso era lo que le impedía decidir.
Shaka se veía triste, a Mu le fue fácil darse cuenta pues lo conocía como la palma de su mano. "¿Qué le pasará?" - pensó el caballero de Aries -. Era triste observarlo, más porque el aun no sabía si continuaba sintiendo algo por el rubio o no. Mu se da cuenta de que alguien esta detrás de Shaka, eso era muy fácil de saber pues los gemelos no eran muy disimulados. Al parecer - según lo que observaba el caballero de Aries -, Shaka no le daba importancia a las insinuaciones de los hermanos, aun por más insistentes que fueran. Para Mu era un alivio aunque en el fondo el hecho de que Shaka estuviese con otro le parecía bien, pues le ayudaría a olvidarlo. ¿Sería así? ¿O ese pensamiento era una manera de autoinflingirse más daño y así aumentar sus excusas y culpar más a Shaka? Era muy triste y desdichada su situación pero también quería salir adelante. Ahora que estaban peleados era normal que el resto se acerque a ellos, aunque solo se le insinuaban a Shaka. ¿Por qué a él no?. De hecho, la persona que Mu deseaba que se le acercara era ni más ni menos que uno de los gemelos: Saga. Pero no, fueron corriendo detrás del rubio. Saga y el fueron siempre buenos amigos, mientras estaba con el caballero de Virgo todo estaba bien, pero antes de estar con Shaka Mu había estado interesado en Saga. "Eso es parte del pasado", - se decía Mu -. De todas maneras había algo de celos en Mu debido a eso.

Últimamente DeathMask se acercaba mucho a Afrodita, aun utilizando cualquier excusa. El caballero de Cáncer quería saber si Shura tenía razón. ¿Y si así era? Ni modo, debía enfrentar las cosas. Aunque más allá de sentir algo por el joven de Piscis eso no le daba la seguridad de que Afrodita sintiera algo por él. ¿Por qué demonios pienso tanto en él? - se preguntaba constantemente DeathMask -. En el fondo no quería darle la razón a Shura.
Afrodita no quería echar nada a perder, por eso trataba de insinuársele lo menos posible al caballero de Cáncer. Le era difícil pues ya hacia tiempo que tenia ojos sólo para él. No quería tener problemas con Shura ni con nadie, no deseaba quedar mal. Ahora bien, si Afrodita creía que no estaba siendo obvio se equivocaba. Cada vez que observaba a DeathMask sin que éste se diera cuenta, cierto caballero lo pescaba. Así fue como éste caballero le ofreció ayuda a Afrodita.
- Vaya, al fin te encuentro Afrodita - sorprendiendo al caballero de Piscis una mañana en el jardín de la mansión -. Contigo quería hablar.
- Shura - muy sorprendido -, ¿Que se te ofrece?
- Seré conciso - sentándose el alegre caballero en una de las sillas del jardín -, no pude dejar de notar que observas mucho a DeathMask.
Afrodita abrió los ojos de sorpresa, "Me descubrió" - pensó el caballero - "¿Y ahora que hago?". Su rostro fue un desfile de colores, desde el rosado hasta el rojo carmín. Si le hubieran dado la oportunidad de pedir un deseo en ese momento, hubiera elegido estar en el planeta Marte.
- Bueno, yo... - sintiendo un terrible calor en el rostro y un sudor frío en el cuerpo -
- Vaya... no estaba equivocado - comentó un sonriente Shura -. Eras muy obvio Afro - encogiéndose de hombros -, Y dime, ¿Qué harás para llamarle la atención?
Afrodita no entendía nada, "¿No se supone que son pareja? - pensó -.
- Un momento, ¿DeathMask no es tu novio? - poniéndose serio -
- ¿Novio? No, ni ahí; bueno, no es que no haya nada entre nosotros. Bah, sólo somos buenos amigos... ¿Comprendes si te digo que nuestra relación es libre y que está todo bien?
- Ehhh... - tratando de asimilar las palabras de Shura -, ¿No se supone que un tercero estorbaría? ¿Ustedes no están enamorados? - frunciendo el entrecejo -
- ¿Enamorados? ¡Ja!, como si DeathMask pudiera sentir amor por alguien - mirando a Afrodita a los ojos -, y yo... - con ojos risueños - mi alma es demasiado libre para ello. Ahora bien, acá es donde entras tu - señalando a Afrodita -.
- No te entiendo.
- Fácil, quiero ayudarte con DeathMask.
- Pero... - sin comprender absolutamente nada -
- Lo que oíste, creo que tu si vales la pena para él, quien sabe, quizá se enamore de ti - comentó el caballero de Capricornio -
- ¿Cómo lo sabes?
- Primero, eso lo se porque lo conozco ya que es uno de mis mejores amigos; segundo, quiero confirmar una teoría. Ya se que te parece raro, pero como estoy seguro que estas enamorado de DeathMask...
- ¿Crees que me llevaría bien con él? ¡¿Cómo?! Si a veces me trata mal - con una expresión de tristeza -
- Hummmm, quien sabe, quizá sea porque no sabe como tratarte. O porque se pone demasiado nervioso como para tratarte bien.
Shura al rato se fue, dejando a Afrodita en el jardín, completamente pasmado y aun sin entender. La situación no cuadraba para nada, se suponía - o al menos eso era para todo el Santuario - que Shura y DeathMask eran pareja, pero acaba de enterarse por boca de Shura que las cosas no era tan así. "¿Ayudarme? ¿De que manera?" - se preguntaba insistentemente Afrodita -.

Hyoga, tras meditar mucho su situación, decidió tomar el toro por las astas y enfrentar su problema. Así fue como esa misma tarde fue a la habitación de Shun y toca en su puerta.
- Hola Hyoga - saludó Shun con su típica sonrisa mientras abría la puerta -
Casi no termina de saludarlo cuando Hyoga toma al chico, lo atrae hacia sí y le parte la boca de un beso. "¡Hyoga me está besando!, - se decía el joven Andrómeda -. Tenia los ojos abiertos de la impresión; siempre soñó con los labios del cisne, pero no de esa manera. El rubio continuó besándolo tiernamente, intentando no ser brusco Shun se separa de él.
- Hyoga... - claramente sonrojado -
- Te amo Shun - más sonrojado que el chico, hablando con desesperación -
Shun realmente no daba crédito a la situación, ¡Hyoga le decía que lo amaba!. Definitivamente no estaba preparado para eso. En ese momentos recuerda que el rubio estaba con Ikki, su hermano.
- ¿A qué juegas Hyoga? - algo enojado, si tal cosa era posible en Shun -
Hyoga no esperaba tal reacción, abrió más los ojos.
- Lo que oíste Shun, te amo con toda el alma.
- ¿Tu no estás con mi hermano? - le dijo, tratando de ocultar su dolor -
- ¿Eh? - sorprendido ante la pregunta -, no, ya no. Ikki me liberó.
En el rostro de Shun había una clara expresión de confusión, por lo que Hyoga continuó.
- Escúchame, se lo que debes estar pensado. Mira, entre Ikki y yo jamás hubo amor, ¿Comprendes?. Sólo éramos amantes, y aun somos amigos. Ikki me liberó pues está enamorado de otra persona - intentando ser lo más claro posible -
- El nunca me dijo tal cosa - aun confundido -
- ¿Y desde cuándo Ikki es comunicativo? - con insistencia -
- Buen punto - contestó Shun poniéndose a pensar -
- Shun - tomando las manos del chico -. Yo... - muy sonrojado -, te amo, siempre te amé y debí haber aclarado mis sentimientos por ti hace mucho.
Shun trataba de pensar, de comprender. Le era difícil. El amaba a Hyoga con toda el alma y desde hacía ya un largo tiempo. Pero jamás se acercó al rubio dado que estaba con Ikki, y su hermano era sagrado para él. Pero ahora... Todo parecía cambiar. Pero... ¿Eso significaba que estaba con Ikki sin amarlo?
- ¿Me darías una oportunidad? - preguntó el ruso -
Shun alzó la mirada, dirigiéndola directamente a los ojos celestes de Hyoga.
- Hyoga, yo... ¡Yo también te amo!.
El cisne de hielo se sorprendió.
- Pero quiero que entiendas - continuó -, necesito aclarar un par de cosas, ¿De acuerdo?
Y aunque Shun le haya pedido tiempo, el hecho de que le haya confesado sus sentimientos puso muy contento a Hyoga. Ahora había esperanzas en su corazón.

Ikki no estaba, se había ido. Shaka lo buscó por toda la mansión mas era obvio que no estaba allí. El realmente quería arreglar las cosas sin duda alguna. Le había dicho que lo amaba, aun así éste se fue dejándolo solo llorando en su habitación. Había mucho dolor en el corazón del Fénix y no sería fácil mitigarlo.
Una vez más Shaka volvió a su cuarto, una vez más pasaría su tarde derramando lágrimas. "¿Realmente vale la pena todo esto?", - se decía Shaka -. "Si sabía que iba a pasar esto ni venía aquí. Debí haberme quedado con Mu... Sin amarlo" - derramando unas silenciosas lágrimas -.
A DeathMask ya no le quedaban más excusas para estar cerca de Afrodita. Intentaba por todos los medio saber que demonios era lo que le pasaba, pues era constante la presencia del caballero de Piscis en su mente. No quería parecer pesado, pero... Bueno, era algo sospechoso. Su última excusa fue pedirle al santo de Piscis que lo acompañara a un lugar.
- Ehh... Hola Afrodita, - encontrándolo en el living - ¿Estás muy ocupado? - viendo que leía una revista de modas -
- No , para nada - sonriendo de golpe - ¿Qué se te ofrece?
- Es que... - tragando saliva -, oí que eres buen asesor de imagen Quería saber si me podías acompañar al centro comercial.
Afrodita aceptó gustosamente, y si tenia fama en algo precisamente era en eso: el mejor asesor de imagen de todo el Santuario. ¿Y qué mas daba? Lo que realmente quería era pasar un rato agradable con DeathMask, ahora que tenia alguna esperanza.

Saga estuvo haciendo guardia cerca de Shaka, lo había visto varias veces esa tarde, pero en ningún momento pudo hablar con él. "Ya tendré mi oportunidad", - pensó el caballero de Géminis -. Mientras tanto su hermano gemelo no perdió la oportunidad de acercársele al rubio, mas este lo ignoró por completo. Shaka estaba mal, y de eso se dio cuenta con facilidad. Justo estaba por acercarse de nuevo a la habitación - algo que no podía evitar -, cuando se encuentra con alguien que no esperaba.
- ¡Mu! ¡Qué sorpresa! - saludó, e intentó parecer que estaba allí por simple casualidad -
"Estas rondando a Shaka, es obvio", - pensó Mu -.
- Hola Saga, que casualidad verte por aquí - con un dejo de ironía -.
"¡Maldición! ¿Qué hace Mu aquí?", - pensó Saga -, con él por estos lados no podré hacer mucho. Intentó disimular su fastidio poniendo una alegre y falsa sonrisa.
Una vez más sentía celos de Shaka, si el rubio lo deseaba podía tener a todo el Santuario bajo sus pies. Mu no quería estar solo, bastante mal lo puso su separación con Shaka y ahora tenia que verlo en brazos de otro. ¿Sería así?. ¿Y que hay con Saga? Siempre fue su amigo, y más desde que comenzaron a vivir vidas más normales desde la última gran batalla. Al estar con el rubio de Virgo no tenia ojos para nadie más, sin embargo siempre le gustó estar cerca de Saga,
"¿Será que... me gusta?" - pensó el caballero de Aries -. Pero de que le servia enroscarse en algo platónico, más sabiendo que el mayor de los gemelos acechaba al rubio.
"No tiene gracia que lo moleste ahora", - se decía Saga - "Bastante que mi hermanito estúpido se ocupó de eso". Decidió no molestar a Shaka esa tarde, algo al parecer le había pasado y no trató muy bien a Kanon que digamos. En sí la presencia de Mu no le incomodaba, al contrario.
- Lo mismo digo Mu - fabricando una sonrisa -
- No es ninguna casualidad, mi habitación es aquella - señalando un cuarto no muy lejano del de Shaka -. Ah, antes de que me olvide - comenzó a decir -, Dohko me dijo que irán a comprar provisiones para esta noche, de seguro volverán a comprar más alcohol del que pueden tomar - agregó -. Me pidió que te preguntara si los querías acompañar, salen en veinte minutos - chequeando su reloj -.
- Ah, fiesta esta noche, para variar. Esta bien, ¿Tu vienes?
- No de buena gana, Shion me obligó, digo, me pidió que vaya con ellos. Nos vemos abajo entonces - dijo Mu mientras bajaba las escaleras -
"Vaya, vaya... Así que hay fiesta, se me acaba de ocurrir una muy buena idea" - se decía el caballero de Géminis -.

DeathMask se dio cuenta que disfrutaba bastante estar con Afrodita, hasta el punto de pensar que la pasaba mejor que con Shura. Claro, debía reconocer que ambos son muy distintos. El caballero de Piscis logró sacarle más de una sonrisa, algo que muy pocos lograban. Pasearon por el centro comercial, DeathMask necesitaba renovar su guardarropa y la idea de pedirle ayuda a Afrodita no era tan mala después de todo. Bueno, también tuvo que soportar que el caballero le criticase un poco su manera de vestir, pero lo que le decía era cierto: debía de ser más elegante. Unas horas después ambos llegan a la mansión cargados de bolsas, en la entrada encuentran de casualidad a Shura.
- De compras, supongo - les decía Shura -. Espero que hayas tenido más suerte que yo Afrodita, lograr que el combine algo es bastante difícil - riéndose -.
- No molestes - algo fastidiado, no le gustaba que hablaran de su forma de vestir -.
- Te prometo que va a quedar muy bien - le contestó el caballero de Piscis -
- Nos vemos entonces - dijo Shura al salir de la mansión, guiñándole un ojo a Afrodita mientras DeathMask no miraba -.
A eso de las nueve de la noche los caballeros - y la diosa - se juntan a cenar, esta vez la preparación de la cena estaría a cargo de Shiryu y Dohko.
- ¿Otra vez comida china? - protestó Seiya -
- Por primera vez en mi vida concuerdo contigo Seiya - comentó Hyoga -
- Hey, que no es para tanto - replicó Milo -, la comida china no es tan mala.
- Claro, debe ser porque no tienes a un fanático de la comida china cocinando tres veces por semana lo mismo - contestó Hyoga -
- Comprendo lo que dices, no tenemos esa mala suerte nosotros - comentó Milo -
- ¿Qué? ¿Dohko no cocina en el Santuario? - preguntó Shun -
- ¿Cocinar? ¿El? - dijo Milo señalando hacia la cocina -, Dohko se está mandando la parte aquí porque está Athena, ese allá no toca una olla.
En ese momento todos ven como un servilletero sale volando desde la cocina y con una puntería perfecta da en la cabeza de Milo.
- ¡Auch! - sobándose la cabeza -, ¡Ese viejo está en todas! ¡Y no se rían! - dirigiéndose a los caballeros -
De nuevo ven como otro objeto contundente aterriza en la cabeza de Milo.
- ¡Que no soy ningún viejo! - gritó el caballero de Libra -, sigue hablando así de mi y te pongo el wok de sombrero - asomándose al comedor -
- ¡Maestro compórtese por favor! - replicó Shiryu desde la cocina -
- Cielos, que bajo cayó - dijo Milo sin poder parar de reírse -, hasta su propio discípulo lo regaña.
Ikki parecía estar ausente a las bromas que rondaban la mesa, su rostro guardaba una expresión de seriedad. La antítesis de él era su hermano Shun, quien estaba sentado a su lado mientras hablaba animadamente con Saori. De soslayo Ikki observó que Shaka estaba en la otra punta de la mesa, sentado entre Aldebaran y Aioria. El rubio tenia una mirada triste y solo se limitaba a observar su plato. Al terminar de comer los chicos levantan las cosas y entre Dohko y Shion llevan las bebidas al living, Shura se ocupa de montar el equipo de música (el dj de la noche). Todos van al living menos Ikki quien toma su campera de cuero negra y se retira de la mansión, Shaka lo ve irse sintiendo una punzada en el pecho. Quería aprovechar esa noche para hablar con él.

Ikki salió a caminar, deseaba respirar el aire misterioso de la noche; deseaba ser iluminado por las luces de plata del cielo. No había nadie por las calles, tan solo se escuchaba el sibilante sonido del viento. Lo único que quería era caminar y perderse entre las sombras... Las sombras... Ya se había ocultado en ellas por mucho tiempo, quería salir pero... Ellas le brindaban una protección especial. Sus pasos lo llevaron hasta el muelle, el mar era negro, solo se veía el reflejo plateado del cielo en una noche sin luna. Las estrellas... Al alzar su mirada observó el cielo imponente, la bóveda celeste. El solo hecho de contemplarlas le daba esperanza, como si más allá de la existencia terrenal hubiese algo más, algo mucho más importante. Trataba de poner el claro sus pensamientos, él amaba a Shaka, de eso estaba seguro. Shaka lo amaba también. Entonces, ¿Por qué se hacia todo tan difícil?, "¿Será mi culpa?" - se preguntaba Ikki -, "Debí haber confiado en él, sus palabras fueron sinceras, me lo dice el corazón". Una lágrima comenzó a surcar su bronceada piel, perdiéndose en su rostro. "Esperanza... Necesito esperanzas" - pensaba mientras alzaba su mirada al estrellado cielo -.
Shaka opinaba que Ikki hizo mal la noche anterior al emborracharse, sin embargo estaba tan mal anímicamente que terminó cayendo en la misma. Botella va, botella viene y un poco ayudado por Kanon, Shaka terminó completamente borracho. Era la primera vez que le pasaba; el alcohol actuaba de diversas maneras en las personas, a algunas los pone de mal humor, a otras los desinhibe. Eso fue lo que le ocurrió al caballero de Virgo. Varios caballeros se sorprendieron terriblemente al ver como Shaka se ponía a bailar y a reír con Kanon sobre una mesa - que también estaba pasado de alcohol, aunque disimulaba bastante bien -, actitud absolutamente extraña en el rubio de Virgo. Kanon aprovechaba, era en parte su culpa el exceso de bebida en el rubio, hacia tiempo que le tenia ganas y planeaba esa misma noche llevárselo a la cama. Claro, primero tenia que encontrar la manera de burlar a Saga. El mayor de los gemelos trataba de acercarse, en un momento agarra de la ropa a Kanon y lo lleva a un costado, dejando a Shaka bailando solo.
- ¡Hey! - dijo un Saga con un terrible aliento a whisky - ¡El rubio es mío!
- ¡Mío! No veo que hayas hecho mucho para tenerlo - le contesta un Kanon muy enojado -
- Pues yo no veo que tu avances mucho hermanito - con una sonrisa socarrona -
- ¿En serio? Observa - con aires de suficiencia -
En eso Kanon se suelta de Saga y se dirige hacia donde Shaka tomando a éste de la cintura y arrinconándolo en la pared para luego partirle la boca de un beso. El menor de los gemelos esperaba un golpe o algo así por parte del rubio, pero el alcohol al parecer le provocó a Shaka un efecto de desinhibición muy fuerte pues el rubio no solo respondió al beso sino que además fue éste el que agarró a Kanon fuerlemente para besarlo salvajemente. Saga se quedó con la boca abierta, lo creía para nada lo que veía. "¡Me las vas a pagar Kanon!", - se decía con furia -. Saga se acerca a la pareja y suelta a Kanon, a todo eso Shaka se ríe de la situación, los hermanitos pelando por él. Ahora fue el turno de Saga quien empezó a besar al rubio.
- Hey hermano - dice Kanon con una sonrisa maliciosa ubicándose detrás de Shaka, pegado a él -, ya que estamos los tres aquí, ¿Por qué no vamos a un lugar más privado? - guiñándole un ojo a su hermano -.
Saga comprendió muy bien la idea de su hermanito menor, antes de disputarse a Shaka en un duelo, ¿Qué mejor que llevárselo a la cama entre los dos?. Y como el rubio no decía nada - estaba totalmente fuera de sí -, los gemelos aprovecharon. Mientras nadie parecía mirar agarraron unas botellas y se llevaron a Shaka a la habitación de éste. Fue allí donde la fiesta comenzó de verdad para ellos, mientras mantuviesen al rubio con la suficiente cantidad de alcohol en la sangre no había problema. En tan solo unos segundos toda la ropa que llevaban terminó en el piso, ambos tiraron al rubio en la cama y comenzaron a besarlo por todo el cuerpo. Shaka no tardó en reaccionar ante las caricias de los hermanos, comenzando a gemir cada vez más fuerte hasta el punto que Saga lo besa para ahogar los gemidos, no quería que alguien los descubriese allí. Kanon comienza a lamer el blanco cuello del rubio, mientras que Saga prefiere ser más osado y acaricia la entrepierna de Shaka. Totalmente excitado el rubio de Virgo deja que los gemelos se apoderen completamente de él.
"¡Tengo que animarme! Este trago me ayudará" - se decía Aioros dándose ánimos -. Estaba cansado de dar vueltas sobre el mismo asunto, o le decía a Shura lo que sentía por el o le decía, ya no tenia opción. Se sentía pésimo y el hecho de quedarse callado no le ayudaba en nada. Armándose de valor - y terminando en trago con vodka ofrecido por el barman oficial del Santuario: Dohko -, se dirigió directamente hacía Shura, quien se encontraba al lado del parlante bailando con una botella de cerveza en la mano. No dejó que el caballero de Capricornio reaccionara cuando Aioros ya estaba besándolo, por la sorpresa Shura dejó caer la botella, haciéndose añicos en el suelo. "¿Qué le pasa?" - se pregunto al ver la actitud de Aioros - "¿Lo beso o no lo beso? Ya fue, lo beso" - se contestó, comenzando a besar él a su amigo.
Con una decisión ya tomada Ikki regresa a la mansión cerca de las tres de la mañana, arribando en plena fiesta de los caballeros. Podía oír el ruido de la música desde al jardín. El living era un completo caos, botellas tiradas, Seiya (como siempre) tirado en el suelo, gente bailando arriba de las mesas. Lo normal para una fiesta organizada por ellos, Ikki rescata una cerveza de la mesa. No era la primera que tomaba en la noche, había pasado por un bar a tomar algo. Estaba empezando a sentir los efectos de la bebida, pero no estaba en tan mal estado como la noche anterior. Buscó a Shaka con la mirada, no estaba. "Debe haberse ido temprano a dormir" - se dijo Ikki -. Había tomado la decisión de hablar con él, para así poner las cosas en claro de una vez por todas. También vio que su hermano Shun tampoco estaba, lo cual no le sorprendía en lo más mínimo pues nunca se quedaba hasta tan tarde en las reuniones. Subió hasta su cuarto para dejar la campera cuando al pasar por la habitación de Shaka - que estaba camino a la suya - escucha unos ruidos provenientes de la misma. Pudo ver que la puerta no estaba cerrada del todo, acercándose con sigilo se dio cuenta que no solo Shaka estaba allí, sino que los gemelos lo acompañaban. La situación era obvia, era completamente obvia, los tres estaban divirtiéndose de lo lindo. "Comprendo... que idiota soy", - se decía Ikki con una mezcla de furia y dolor -. Tras dejar sus cosas bajó hacia el living, quería distraerse de todo, esperaba que la música lo ayudase. No quería aceptar de ninguna manera lo que había visto minutos antes: los gemelos y Shaka en la cama... No era justo, ¿Cómo pudo ser engañado así por el rubio?. Se dedicó a tomar junto con el resto y a olvidarse, aunque sea solo por un momento. Le molestó ver al resto divirtiéndose como si nada mientras que el sufría por dentro.
- ¿Dónde te habías metido? - le pregunta Hyoga mientras se acercaba al Fénix -
Ikki vio que Hyoga estaba algo pasado de alcohol, después de todo no resultó ser tan inmune a la bebida nacional de su país: el vodka. Mientras lo observaba le vinieron los recuerdos de todo el tiempo que estuvo con él, si bien no hubo amor en su relación la pasaban muy bien después de todo. Extrañó esa época no tan lejana, no pudo negar que se divertían mucho. Hyoga era un muy buen amante, no había duda de ello. La reacción de Ikki tomó por sorpresa al ruso, en vez de contestarle toma su rostro y lo besa salvajemente. Todo pensamiento ajeno a Ikki desapareció de la mente de Hyoga, minutos más tarde ambos hacía el amor en la habitación del Fénix.

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