Había pasado una semana desde que Atobe, había hechos esas tan locas y peligrosas compras.
Esa mañana, Keigo seguía durmiendo placidamente en su cama, hasta que su despertador comenzó a sonar a todo volumen. Ore sama abrió sus ojos lentamente, estiro su brazo y apago el vendito aparato.
Con mucha pero mucha pereza Atobe se levanto de su cama, se acerco a la puerta, se puso una bata y salio de su habitación. Al estar afuera de esta Keigo, tomo aire y grito
- Keinen ven inmediatamente a mi habitación- dijo gritando a todo pulmón
- Si señor - le respondieron con otro grito
Después de haber gritado de esa manera, Ore sama se volvió a su cuarto, se sentó en su cama a esperar al sirviente que había llamado. Pasaron unos 3 minutos, hasta que el sirviente toco la puerta y Atobe le dio el pase.
El sirviente entro en la habitación de Keigo, cerrando la puerta tras de si. Al estar ya adentro, Keinen camino hasta quedar al frente de su señor y...
- Keinen- le dijo con seriedad
- Si, señor
- Sabes, ¿por que te he llamado?- le pregunto de la misma manera
- No señor
- Pues te voy a dar una misión muy importante- le informo a Keinen
- Si, ¿Qué debo hacer?
- Tienes que ir a mi despacho, tomar una de las 6 cajas que hay allí y tiene que llevarla a esta dirección, edificio de departamos las brisas, departamento 223, este se encuentra en el 3er piso, cuando estés ahí, deberás dejar la caja en la puerta y deberás tocar varias veces la puerta, hasta que escuches un "ya voy" y luego de eso debes salir de allí y volver a la mansión y las otras semanas durante los días lunes vas a ir dejar el resto de las cajas a la misma dirección- le explico a su sirviente
- .............................
- ¿Entendido?
- Si señor - le respondió su sirviente
- Si lo haces bien serás recompensado con una buena cantidad de dinero, pero si lo haces mal te echare como un a pero- le advierto
- ¿Esta claro?
- Si señor - respondió su sirviente
- Bien te puedes ir
- Con su premiso - le dijo haciendo una reverencia
Atobe no dijo nada solo dejo que su sirviente se fuera y se mira al espejo sonriendo, esperando que este nuevo y malévolo plan le resultara. Después que Keinen saliera de la habitación de Keigo, este se encamina por los pasillos de la mansión, pensando por su señor le tenia tanto odio a esas personas, pero lamentablemente no pudo sigue pensando ya que llega al despacho de su señor y entra en el.
Al estar a dentro del despacho, Keinen se acerca sigilosamente hasta donde estaban a las 6 cajas y tomo una de color rojo, la tomo y salio del despacho, para cumplir con la misión encomendada.
Luego de salir del despacho, camino hasta la entrada de la casa y se acerco a una de las motos que estaban hay, abrió la caja de la moto o sea donde se llevan las cosas en las motos, puso la caja mas chica dentro, la cerro y se a seguro que no se fuera salir ni caer, se subió en la moto y partió a toda velocidad.
Después de mucho recorrer, al fin había llegado al famoso edifico, al llegar este, se bajo de la moto, abrió la caja de la moto, saco la caja roja, al dejo en el piso, cerro la caja grande, tomo la caja chica y se encamino a la entrada del edifico de departamentos.
Al llegar a esta, entro al edificio y desde la entrada camino hasta el ascensor, entro en el y subió al 3er piso. Cuando el ascensor llego a este piso, Keinen salio de este, camino por el pasillo hasta el departamento 223.
Al estar frente de la puerta de este departamento, Keinen dejo la caja y toco varias veces, hasta que escucho un "ya voy" de la voz del tensai, después de oír eso Keinen, salio de allí a toda velocidad.
Y al estar se subió la moto y se fue. Volviendo con los tortolitos, Fuji fue a la puerta, la abrió y no vio nadie, pero si vio una caja roja, la tomo y entro al departamento.
Con la caja en sus manos se fue de la sala en dirección a la habitación, donde Tezuka estaba vistiendo. Al entrar en la habitación, el ojiazul dejo la caja en la cama y...
- ¿Quién era?- pregunto Tezuka a su novio
- No se
- ¿Cómo que no sabes?- volvió a preguntar esta vez con algo de sorpresa en su mirada
- Pues no se, por que cuando abrí la puerta ya no había nadie, solo estaba esta caja, en frente de la puerta- le respondió a su novio
- Ya veo y ¿Qué hay en la caja?
- No lo se- le dijo el ojiazul
- ¿Veamos?
- Si
Ambos se acercan a la caja, Kunimitsu toma la tapa caja y la abre, pasan unos dos segundos, hasta que una anaconda les salta de la caja, provocando un gran susto en ambos chicos.
Los dos se quedan en blanco al ver a esa anaconda en su cama, mientras sus mentes se hacen la misma pregunta, ¿Qué haremos?.
Continuara