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Todo queda en Familia por RAMSIN

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Notas del capitulo: no te conozco pero... porque el pasado duele en el alma de Ryuken?, lo mejor es lo natural?
Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.
Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.


Todo queda en Familia.
Capitulo 27
Memoria y pasado.


Un puñal al corazón, eso sintió con aquellas frías palabras, después de un año de no verse deseaba que aquellos labios le saludaran dulcemente pero no fue así, estaba estático con la mirada clavada en el, como si nunca le hubiese conocido, mirándolo como un perfecto extraño que entraba a su vida ese día.

- Creo que te equivocaste de habitación niño. – miro más serio aun a Toushiro. –
- No me he equivocado… y no soy un niño. – camino hacia la cama con largos pasos seguros.- si esto es una broma… es de muy mal gusto.
- No es broma… - la voz de alguien conocido interrumpe al pequeño peliblanco. –
- Kusaka!. – giro de inmediato para verlo parado junto a la puerta. –
- SHIRO – CHAN!!. – sin ninguna pena se lanza a los brazos de su amigo mientras sus manos se dedicaban a restregarle la cabellera. –
- Suéltame!. – trato de zafarse de aquel cariñoso abrazo. –
- Haz crecido!!. – se separo de su amigo para verlo mejor. – pero no te creas que mucho.
- Kusaka!. – gruño molesto por el comentario. –
- Llegaste mucho antes de lo que creí.
- Me quede con la duda de lo que había ocurrido. – desvió la mirada hacia su profesor. – están jugándome una broma los dos?.
- No… - la sonrisa de Kusaka se borro de inmediato. – no es una broma, el no te recuerda y menos a mi o cualquier cosa que tenga que ver con su vida.
- Entonces… es verdad que no me recuerda. – centro su mirada en el rostro sereno del peliacua. –
- Son dos chicos persistentes. – respondió serenamente. –
- Ni intentes pelear con él, por más que yo le he traído fotos, le he hablado de nosotros… no recuerda nada.
- Se golpeo la cabeza?.
- Fue un accidente de auto… lo sacaron vivo de milagro. – hablo bajo solo para Toushiro. –
- Somos unos completos desconocidos para él. – susurro tristemente Hitsugaya. –
- Tú lo has dicho.

Esperaba que su antiguo profesor le brindara aquel cariño del pasado pero lo único que consiguió es sentirse más desolado que antes, mas fuera de lugar que nunca y con un sabor amargo en su boca que no se quitaría con nada. En cambio Kusaka resultaba mas optimista, llevaba mas de una semana ayudando y visitando a Hyorinmaru, sabia que pronto le darían de alta y no sabía a donde iría a parar aquel hombre sin sus recuerdos ya que era un ser sin familia alguna a la cual contactar y de la cual podía apoyarse para superar todo.

- Yo… voy a buscarte algo de tomar, conversa con él a ver si recuerda aunque sea algo!. – Kusaka salió de la habitación rumbo a la cafetería, no quería entrometerse en aquel intento que seguro haría Toushiro por hacerle recordar. –
- Te llamas Shiro – chan?. – hablo calmadamente mientras no dejaba de mirar al chico. –
- Es Toushiro. - sus mejillas se sonrojaron un poco al escuchar como aquel apodo tan intimo era usado por su profesor por primera vez. –
- Toushiro.
- Si, así me llamo. – desvió la mirada hacia un punto muerto de esa habitación, aquella conversación se volvía incomoda. –
- Me conoces desde cuándo?.
- Desde hace mas de 5 años.
- Y era de ti… - noto el nerviosismo en las palabras del chico. –
- Su alumno, era su alumno… hicimos muchas cosas juntos profesor.
- Creí por Kusaka que era profesor de secundaria pero tú pareces acabo de salir de primaria.
- Como dijo!. – en un segundo el coraje se le subió a la cabeza, como podía escuchar eso de un hombre que siempre le defendió por ser tan pequeño y a la vez saber tanto. –
- Que eres muy joven, un niño. – suspiro audiblemente. –
- NO SOY UN NI—O!. – camino hasta la cama para quedar frente a frente con su antiguo profesor. – no vuelva a decirme niño….
- Porque te ofende tanto eso?.
- No me ofende!. – le dio rápidamente la espalda al peliacua. – me molesta que sea usted quien diga esas palabras…
- Porque?.
- Porque… duele.

Se sintió con un nudo en la garganta, aquel hombre era más frio que un tempano de hielo, inmutable y sin un poco de sentimiento ante Toushiro, ese no podía ser su antiguo y querido profesor Hyorinmaru, ese ser allí sentado no podía ser aquel hombre que le respetaba tanto y le hablaba de futuro y de ser ellos mismos. Con tristeza apretó sus puños y respiro profundo, como dolía saber que tantos recuerdos y sentimientos se habían perdido quien sabe como en la mente de su profesor.

- Si quiere que le ayude a recordar su pasado deje de llamarme niño. – aquel pedido sonó suplicante. –
- Podría aceptarlo. – sonrió a medias. –
- Debe aceptarlo o será muy doloroso para mí dejarle aquí sin ayudarlo.
- Tantos lazos nos unían?. – pregunto algo más curioso al notar que aquel joven en verdad se preocupaba por él. –
- Más de los que yo imaginaba.
Un camino largo y con obstáculos se iniciaba para Toushiro y su querido profesor, intentaría ayudarle pero no sabe en verdad a que costo será esa ayuda.

Vacaciones, días de descanso, de tomar un descanso y vagabundear para los estudiantes, pero no solo los estudiantes se liberaban en esos días, también un rector que veía con increíble felicidad que podía quedarse en casa y esperar pacientemente a que volvieran los días de clases en enero, ya corrían los primeros días de diciembre, apenas si habían culminado las clases hacia tres días y Byakuya se arrepentía de estar en casa todo el día acompañado de su realmente paternal pareja, pensaba que serian días calmados y tranquilos para él, estaba cerca a sus 5 meses de embarazo, los mareos y las nauseas se fueron pero ahora el invitado de honor eran los dolores de espalda, las incontables idas al baño, mal humor ( ese lo tiene desde que quedo en estado ) y un raro caso de antojos de media noche.

- SABADOOOOO!! – salto un pelirrojo desnudo de la cama con tal emoción que despertó a su compañero. –
- Maldición…. Sábado. – se tapo la cabeza con las dos almohadas extra con las que dormía, una entre las piernas y otra en su espalda. –
- A levantarse!!. – arranco las mantas de un solo tirón dejando al descubierto el cuerpo también desnudo de su compañero. – vaya… aquí tenemos una hermosa imagen de mi …
- Ni te atrevas a besarme!. – tiro de las mantas para volver a acostarse. –
- Mal humor…. Como siempre, el día que amanezcas feliz será el fin del mundo!. – se agacho junto a Byakuya. – porque odias los sábados?.
- Porque te tengo todo el día metido en la casa.
- Así me quieres?.
- Te querría mas si dejaras el alboroto y nos dejaras dormir a tu hija y a mí!. – se tapo por completo con las mantas. –
- Igual yo si los quiero mucho. – restregó su nariz contra la frente descubierta del moreno. –
- Anda a vestirte… Rukia no tarda en tocar a la puerta con el desayuno. – suspiro audiblemente mientras con desanimo se sentaba en la cama. –
- Byakuya. – se puso de pie nuevamente y miro serio a su amante. –
- Qué?. –respondió con desanimo mientras trataba de acomodarse el cabello que estaba desaliñado. –
- Te amo.

Ese hombre podía sacarlo de sus casillas, podía avergonzarlo delante de quien fuera, podía odiarlo a veces por su manera de ser pero también su orgulloso corazón se podía derretir nada mas de escuchar esas dos palabras siendo pronunciadas por la boca de Renji, ya sabía porque lo quería y seguía aguantándolo día tras día y no era porque tendría una hija de él, era por el simple hecho de que después de tantos años al fin podía escuchar esa palabra con felicidad.

- Yo también. – respondió quedamente. –
- Y… que vamos a hacer hoy los tres?. – poso una de sus manos sobre el abultado vientre de su compañero. –
- Deseo comprar algunas cosas para ella. – acomodo su mano encima de la del pelirrojo. –
- No es muy pronto?.
- Dentro de poco no podre andar por allí exhibiéndome!.... quiero salir de eso ahora que todavía puedo ocultar el embarazo.
- JEJEJEJEJEJE!! OCULTARLO?... – se hecho a reír divertido por aquellas palabras del Kuchiki. – Byakuya… es más evidente que la luz del día, deja ya de pensar en lo que dirán los demás y vamos a pasear.

Byakuya aun se creía dueño de su cuerpo pero el ocultar un embarazo no era fácil y más aun cuando este avanzaba sin contemplación con el paso de los días, semanas y meses, pero después veremos mejor como hacen para sortear todo un día de paseo y pasemos a otro hogar, en este los días libres eran pocos ya que como director de una gran clínica el tiempo no le sobraba pero con solo unos días de descanso decidió ponerle orden a su casa ayudado por su hijo, ambos hombres estaban compartiendo un momento cualquiera en el tiempo, ambos sacando trastos viejos de uno de los tantos closets de aquel enorme lugar, Ryuken estaban sobre una pequeña banqueta bajando libros viejos de su época universitaria mientras Uryu se encontraba agachado cerca del mismo botando a una enorme bolsa de basura lo que su “madre” rompía o deshacía con total desinterés.

- No sé como acumule tantas cosas inservibles… - deja caer en el suelo más libros viejos y amarillentos. –
- Cuidado con mi cabeza!. – se arrimo a tiempo para evitar que uno de aquellos tratos polvorientos le golpeara. –
- Porque no mejor te vas con tu novio y me dejas hacer esto solo. – siguió lanzando libros al suelo. –
- Ukitake está en un trabajo importante… - mascullo algo apenado, era raro hablar así con Ryuken. –
- No sabía que ser fotógrafo fuera tan laborioso.
- Es un trabajo profesional y digno. – defendió la carrera de su prometido. –
- Igual tu serás medico y tendrás la manera de mantenerte solo.
- Tratas de decir que Ukitake no podrá mantenernos a los dos!.
- Si. – respondió tajantemente. –
- Porque tienes que siempre ser así?, porque no podemos tener una conversación sana aunque sea una vez en la vida?.
- No lo sé… - se distrajo mirando un viejo álbum de fotografías. –
- Qué es eso?. – alzo la mirada tan curioso como su padre. –
- Es una tontería que hizo tu abuelo cuando tu naciste… - estuvo tentando a lanzarlo al suelo pero se detuvo cuando abrió el pequeño álbum y miro las fotografías del mismo. –
- Quiero ver. - Uryu se levanto rápidamente para ver las fotografías, el adoro a su abuelo y si era de él, seguro que había hecho algo muy hermoso. – ese eres tu…
- Que mala fotografía. - renegó con la cabeza al verse a el mismo 20 años más joven, trajeado con su bata de médico que no podía ocultar para nada un embarazo de 9 meses. –
- Trabajaste hasta el final?. – desvió la mirada curioso por respuestas. -
- Hasta el mismo día que tú naciste.

Los recuerdos se agolparon en su cabeza, aquellas fotos que recopilo el abuelo de Uryu eran valiosas pero no para Ryuken, el odio todos esos nueve meses pero no por el hecho de estar en estado, lo que odio fue el dejar alguna evidencia de que lo estuvo, para él era imperante y necesario ocultar a Uryu de su padre, aunque siempre era cuidadoso de no coincidir, de no frecuentar los lugares que Isshin siempre frecuentaba, de alejarse lo más posible de la vida en familia de los Kurosaki, lo había hecho muy bien por esos 9 meses hasta un día…


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Que molesto era ese dolor de espalda, estaba parado junto a un grupo de colegas examinando los casos nuevos o raros que ingresaban a la clínica, a pesar de estar en los últimos días no tomo ni un solo descanso, aquel lugar era su refugio y su manera de escapar de la verdad, cuando trabajaba olvidaba a Isshin y los deseos que le invadían a veces provocando que en muchas ocasiones llamara a la casa del mismo y después trancara cuando escuchaba la voz dulce de una mujer, aquello era su tortura, su cruz a llevar por decisión propia y así seguiría hasta esa tarde.

Aquel día fue realmente ocupado, caminando de un lado a otro por los pacientes, recorriendo toda la clínica y ya su cuerpo le exigía descanso, no había comido nada en todo el día, por cosas extrañas había despertado sin apetito y así siguió hasta que pasaron de las tres de la tarde y un grupo de enfermeras le invito a tomar un descanso en un pequeño café que se estaba inaugurando a unas cuadras de la clínica.
Con paso tranquilo decidió hacerle caso a aquellas mujeres y salió por algo de comer, caminaba calmadamente rumbo a aquel lugar, el sitio estaba muy concurrido, gente de un lado a otro pidiendo el menú del nuevo local, mirando las vitrinas donde estaban una inimaginada gama de dulces y pasteles, el olor a café inundando el ambiente, en conclusión era un lindo y placido lugar para sentarse a comer algo.

- Por más que deba comer… no tengo hambre. – suspiro audiblemente mientras se sentaba en una de las mesas al fondo del local. –

Las personas pasaban a su lado mirándolo algo curiosas, una joven con menú en mano se le acerco para tomar su orden, en esos momentos recordó porque nunca salía fuera de la clínica, parecía un enorme globo andante y las miradas de las personas le asqueaban con facilidad.

- Señor… - extendió el menú frente a un realmente serio Ryuken. –
- No voy a comer nada. – desvió la mirada fastidiado. –
- Ni si quiera quiere tomarse algo?. – miro con curiosidad al peli plata. – tenemos un grandioso te.
- Un té. – estuvo pensativo ante la idea. – está bien.
- Enseguida se lo traigo… - sonrió amablemente y se alejo rumbo a la barra del local. –

Aquel lugar era agradable a pesar del número de personas dentro, la bulla no fue un problema hasta que un llanto realmente estridente le hizo buscar con la mirada de donde provenía, entre tantas mesas y personas buscaba alguna donde estuviese un bebe y lo encontró cuando logro ver 4 mesas mas delante de él a una pequeña criatura de cabellos realmente naranjas llorando a todo pulmón sobre el hombro de una dama, la mujer estaba de espaldas a el así que solo se quedo mirando como aquel bebe pequeño lloraba y lloraba desconsolado mientras la mujer le acunaba calmadamente, en ese momento se pregunto si él podría hacer eso con su hijo, sentirse “maternal” , sus ojos se centraron más aun en aquel acto de la dama hasta que la joven que tomo su orden regresaba con el té y un pequeño panecillo dulce.

- Aquí esta… - coloco el pedido en la mesa. – el panecillo es por cuenta mía… no debe estar sin comer nada en su estado.
- Gracias. – se avergonzó mucho por la dulzura de la joven.-

La chica le sonrió y desapareció para atender otra mesa, Ryuken tomo aquella taza en sus manos y volvió a centrar la mirada en la dama y el bebe, aquella criatura se había dormido al fin pero sus ojos no dieron crédito cuando la dama se inclino hacia delante y dejo a la vista a su pareja. En un segundo sus manos temblaron, la taza de té que tenia con él se derramo sobre sus ropas, con la impresión y el miedo no sintió si quiera lo caliente de la bebida sobre su cuerpo.

- Isshin… - no podía creerlo, la dama del bebe era Masaki, los tenia sentados frente a él, a solo cuatro mesas de distancia. – debo irme de aquí.

Su corazón empezó a latir con fuerza, sus manos le sudaban y por su evidente angustia su hijo empezó a moverse con fuerza. Que hacer?, como salir de allí sin que lo viera Isshin?, como no lo vio cuando entro a la cafetería?, tantas preguntas y el con la mente confundida, quería pararse e irse, salir corriendo, pero no predijo lo que pasaría a continuación, una sacudida de dolor en su bajo vientre lo hizo inclinarse hacia delante con la cabeza gacha contra la mesa, su respiración se entre corto un poco mientras duraba aquel dolor.

- Una contracción... – mascullo débilmente, conocía ese dolor, sabia como era por aquel triste incidente del pasado. –
- Señor?. – la joven que le atendió le miro extrañada por la posición en que estaba Ryuken. – le pasa algo?.
- Necesito… necesito salir de aquí rápido. – levanto la mirada hacia la chica. –
- Si quiere le ayudo a levantarse.
- No!.... entienda, necesito salir de aquí pero no por la puerta!. – apretó los dientes al sentir como otra vez el dolor regresaba. –
- Por la puerta no?. – miro confundida a Ryuken mientras este seguía jadeando para mitigar el dolor. - Por dios!! Va a tener al bebe!. – dio un pequeño gritito de angustia. –
- Cállese!!. – le sujeto la muñeca a la joven. – soy médico… sé que voy a tener al bebe… así que necesito salir de aquí ahora!.
- POR LA COCINA!!.
- Cocina?. – miro de reojo a la joven. –
- Si, por allí hay una salida a la parte de atrás del local.
- Me servirá… - se volvió a enderezar cuando el dolor desapareció. –
- Pero… puedo preguntar porque no quiere salir por la puerta principal?.
- Mi pasado no se puede encontrar con mi presente. – se puso de pie poco a poco y mirando preocupado hacia la mesa donde estaba Isshin y su familia. –

La joven no le entendió muy bien esas palabras así que no le dio interés y acompaño a Ryuken fuera de la cafetería por la cocina, pidió permiso a sus jefes diciendo la verdad sobre tener a un “embarazado” en trabajo de parto y que necesitaba salir del lugar sin hacer escándalo, ya fuera Ryuken llamo a la clínica para que le enviaran una ambulancia, no se atrevía a caminar 3 cuadras con esos dolores, aquel día nació Uryu, Isshin nunca supo de cómo el día que lo volvió a ver fue el detonante del nacimiento de su hijo. Esa noche entre la alegría de las enfermeras, la felicidad del padre de Ryuken por aquella criatura, las felicitaciones de todos los conocidos de la clínica, entre todos ellos solo había una persona que no celebraba, Ryuken, ese fue el día mas triste de su vida, su hijo solo lo tenía a él y en cambio a pocos pasos de él, su padre se ocupaba de otro bebe tan inocente como el suyo.


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- Bota eso. – tiro el álbum al suelo. –
- Que paso?. – Uryu miro a su padre y juraría que sus ojos se llenaron de tristeza por alguna razón que él no conocía. –
- Ya regreso. – bajo de la banqueta con rapidez. – voy a salir un momento.
- Está bien… - miro como su “madre” salía de la habitación con rapidez. –

Después de estar seguro de que se fuera, tomo el álbum en sus manos y desprendió la fotografía donde estaba su padre en estado, la foto tenia escrita la fecha en que fue tomada por detrás y una pequeña reseña hecha de puño y letra de su abuelo.

- “la felicidad esta en el presente”. – sonrió al leer las palabras de su abuelo. – abuelito… cuando Ryuken aceptara que se muere de amor por mi padre.

Esa fotografía será más que solo recuerdos del pasado, esa foto podría ayudar a Uryu en un futuro cercano, todo el dolor acumulado por 20 años debe ser liberado, tanta tristeza estaba amargando más aun a Ryuken, tan difícil podían ser las cosas a veces?, el se veía tan feliz con Ukitake, aquel cariño no tenia comparación, pensó en los momentos bellos, en los románticos, en los tristes y solo en ese momento se sintió mal por su “madre”, como era posible que no tuviese felicidad?, como era tan terco como para negársela el mismo?, esa foto debía ir a manos de Isshin sea como sea, pero primero debía hablar con Ukitake para que ambos le dieran un uso apropiado y en un momento apropiado.

De regreso con otra pareja, Byakuya estaba arto de aquel paseo planificado por su compañero, se sentía un objeto de observación aunque el pelirrojo le negara una y otra vez que se veía “embarazado”, quizás le miraban por su porte, su físico y no por el pequeño vientre redondeado que llevaba oculto entre la ropa.

- Una sola tienda mas y nos largamos. – miro fríamente a su pareja. –
- Apenas llegamos hace una hora y ya quieres regresarte a la casa?.
- Así es. – se cruzo de brazos calmadamente. –
- La doctora te recomendó tomar algo de sol para esa palidez, no puedes pasar todo el embarazo oculto como un vampiro!. – intento abrazar al moreno pero este se le escurrió de los brazos ágilmente. –
- Odio a la doctora. – camino algo distraído hacia una de las vitrinas de la tienda frente a ellos. – entremos en esta.
- Byakuya me estas escuchando!. – siguió al mencionado que desapareció dentro de la tienda para bebes. –

Aquel lugar estaba demasiado caluroso para su gusto, quizás la calefacción estaba muy alta por el frio que hacia fuera, estaba tentado a quitarse el saco grueso que cargaba pero eso era sinónimo a revelar su vientre como una bandera hondeando sobre un asta. Camino entre los incontables pasillos mirando despectivamente todo, quizás su orgullo le hacía negarse a tomar lo que le gustara, solo lo hacía cuando nadie le miraba o cuando le pedía a Renji que lo hiciera por él. Y Renji, pues él se distrajo en otro de los pasillos curioseando los objetos hasta que una muy vivaz vendedora le abordo asustándolo.

- Está buscando algo en especial?. – se le apareció por detrás. –
- Eh!. – tenía entre sus manos un biberón que cayó al suelo por el susto. –
- No se preocupe yo lo recojo. – se agacho frente al pelirrojo y mientras lo levantaba no dejaba de observar el cuerpo atlético y sexy de su cliente potencial. – aquí esta.
- Gracias. – tomo otra vez el biberón en las manos. –
- Está buscando algo especial?.
- No precisamente… estoy mirando no más.
- No le veo cara de padre… - sonrió descarada hacia el pelirrojo. –
- No lo soy. – devolvió la sonrisa algo incomodo. –
- Y… viene por un regalo para una conocida?. – se arrimo un poco más hacia Renji. –
- No… - dio un paso lejos de la chica. –
- Y… - tomo el biberón de las manos del pelirrojo. – sabe, actualmente se dice que es mejor lo natural…. No cree?. – se inclino evidente para mostrar sus “atributos”. –
- Yo… - miro sorprendido como aquella mujer le decía esas cosas –
- Renji!. – un serio Byakuya al fin da con él entre tantos pasillos. –
- Dime!. – miro feliz a su compañero que se acercaba a pasos rápidos. –
- Viniste con un amigo. – la mujer miro con emoción al Kuchiki, los dos hombres estaban como le recomendó el doctor. –
- Tienes que escuchar a esta mujer… - se acerco a Byakuya para hablarle. –
- Que debería escuchar de ella? – lanzo una mirada seria a la vendedora. –
- Señorita dígale lo que me acaba de decir a mí. – sonrió emocionado. –
- Decir de qué? - estaba algo dudosa por las palabras del pelirrojo. –
- Mejor nos vamos… - Byakuya trato de irse pero Renji le corto el paso. –
- yo estaba mirando unos biberones y ella me dijo que lo mejor era lo natural así que no solo la doctora Unohana tenía razón, también ella opina que mejor que le des pe…

Un sonoro golpe se escucho en aquel lugar, la vendedora quedo paralizada contra una de los anaqueles mirando como aquel hombre serio y guapo dejaba de un buen derechazo tendido en el suelo al sexy pelirrojo con que coqueteaba por ese simple e inocente comentario a los ojos de ella.

- Qué vergüenza. – un Byakuya todo sonrojado se salió rápidamente de la tienda rumbo a su auto. –


Continuara…

Jejeje “lo mejor es lo natural” XD…. La vendedora no lo dijo en el sentido correcto pero el pobre de Renji se lo tomo por otro camino y debió de perder un diente como mínimo ante el ataque de Byakuya, mas adelante veremos como el pobre enfrente la realidad de su estado XD. En verdad me gusto mucho rememorar el pasado de Ryuken, me pidieron algo más de información y creo que di algunos detalles de cómo fue ese día en que nació Uryu, y la fotografía cayó en las manos correctas, hasta su hijo quiere que su “madre” vuelva a ser feliz, el amor de Ukitake rompe barreras jejejeje. Pobrecito Shiro – chan, deberá empezar de cero con Hyorinmaru pero eso será divertido de ver ya que muchas cosas puedes pasar, ahora si me despido por este fin de semana, mañana cumple años mi bebe!! Tres añitos y vamos a celebrarlo en grande con sus abuelitas y mi esposo, hay… que recuerdos del día que nació… creo que alguien me comento que manejo muy bien el Mpreg porque pase por un embarazo XD… cierto, comprendo ese mundo a las mil maravillas, bueno…. Me despido por unos días y aquí los dos capis por semana como sigo ofreciendo. Besitos a todos.

Próximo Capitulo:
Por segunda vez.
Notas finales: GRACIAS OTRA VEZ Y SALUDOS ESPECIALES PARA MIS LINDAS LECTORAS! LAS ADORO A TODAS!.

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