Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Todo queda en Familia por RAMSIN

[Reviews - 499]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: el ansiado dia llega, el orgullo domina o el deseo de que los demas no se metan en tu vida, pero cuando necesitas de alguien todo lo demas se olvida...
Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.

Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.

Todo queda en Familia.

Capitulo 44

Yo solo.

5 am.

La noche anterior había comido demasiado, como culpaba a Renji por ello, cuando llego a la casa cargado de películas y golosinas para pasar una noche de flojera como le decía él, cuantos chocolates, gomitas de colores, caramelos y palomitas de maíz habían caído en sus manos y directo a su estomago, como se maldecía por lo que ahora estaba pasando, sentado en el baño a esas horas de la madrugada cuando debería están en cama durmiendo para afrontar fresco como lechuga el venidero día. Ese día en especial le tocaría presidir una de las tantas reuniones con el alumnado para discutir sobre las graduaciones, los presupuestos y demás detalles, se sentía muy cansado con sus 9 meses pero no podía faltar, el rector era la persona más importante de esa reunión.

Había superado los 8 meses, a pesar de aquel desagradable acontecimiento con su falso trabajo de parto, después de ello siguió trabajando como si nada para desagrado de Renji pero esa madrugada en especial se sentía muy incomodo física y emocionalmente. Suspiro audiblemente mientras sentía como aquel malestar estomacal también se dirigía a su espalda, aquella sensación fue algo diferente de sus habituales dolores o de las últimas molestias en su bajo vientre gracias a la posición de la cabeza de su hija.

Qué manera más desagradable de empezar el día… - masajeo su espalda con suavidad, esperaba que el dolor cediera para la hora de la ir a la reunión. –

Luego de superado el percance estomacal se fue nuevamente a la cama pero el pobre no hayo posición cómoda para dormir, ya marcaban las 7 en el reloj despertador faltando menos de media hora para que Renji se levantara con su sonido pero como Byakuya le juro una vez, que si él se desvelaba por su hija también lo obligaría a él, así que con un “delicado” y certero codazo hizo que el pelirrojo saltara en la cama y se sentara impulsado como por un resorte.

QUE PASO!. – Miro asustado a su compañero. –

Levántate. – objeto con autoridad. –

Acaso estás loco?... todavía falta media hora para levantarnos!. – se acostó de nuevo. –

Necesito un masaje en la espalda. – se recostó de lado. -

Otro… - gruño todavía acostado. – anoche te di uno.

Pues necesito otro… me molesta.

Deberías quedarte en casa hoy y no asistir a esa reunión. – se dio media vuelta quedando frente a la espalda de Byakuya. -

No voy a hablar de un tema que ya cerré. – se volvió a sentar con dificultad. – no me des ningún masaje… voy a caminar.

No dejo si quiera que Renji le pusiera una mano en la espalda cuando ya estaba nuevamente de pie y dando vueltas por la habitación con rostro serio y meditativo, demasiado curioso para su amante que aun sentía miedo por la pronta llegada al mundo de su hija, Byakuya estaba en la fecha estimada y si la doctora Unohana tenía razón no pasaría de esa semana aquel parto.

Byakuya.

Qué?.

Quieres que llame a la doctora, te noto inquieto. – miro con seriedad a su compañero. –

No quiero hablar con esa mujer. – recordó el ultimo y realmente doloroso examen que le hizo. –

Donde te duele?. – se puso de pie y rodeo con sus manos la cintura del Kuchiki. –

Ya no me duele. – mintió descaradamente, la amenaza de llamar a Unohana le hizo callarse todo deseo de decir la verdad. –

No me estas mintiendo?.

Me voy a duchar. – dejo al pobre pelirrojo con la palabra en la boca. –

Nombrar a esa mujer era como insultarlo, ya había tolerado las consultas, sus preguntas, sus comentarios y ya estaba al final de ese loco recorrido y lo último que quería era a esa mujer poniendo sus manos donde no debía. Olvidando un poco el tema de su obstetra, se fue a dar un baño de agua tibia para relajarse, eso siempre le funcionaba cuando quería que su molesto dolor de espalda se fuera, con calma se quito toda la ropa y entro a la ducha, aquella agua estaba muy buena hasta que cuando estaba listo para salir el dolor de espalda no había mejorado si no que había empeorado y se extendía hacia sus caderas, recordándole aquel falso trabajo de parto que tuvo.

Otra vez no. - susurro para si mientas se volvía a vestir poco a poco. –

Mientras el Kuchiki trataba de olvidar su malestar, Renji bajo a hacer el desayuno de todos, Rukia pronto también despertó y se unió a la pareja como todas las mañanas, el pelirrojo y su cuñada empezaron a comer después de esperar un buen rato a Byakuya, este aun seguía en la habitación caminando de un lado para otro, y en verdad Renji tenía razón, se sentía inquieto sin saber porque, aquel malestar iba y venía con molestia pero aun podía ir a la universidad sin preocuparse por ese dolor, se creía capaz de afrontar solo todo sin la intervención de su hermana, su pareja o su odiada obstetra, luego de dar muchas vueltas pensando en que solo eran contracciones falsas, termino de acomodar su ropa y bajo a la cocina, no quería hacer mas sospechosa su manera de actuar esa mañana ante Renji ya que suponía que pasaría el dolor como la vez anterior.

Buenos días Nii – sama!. – Rukia le saludo con mucho cariño al verlo llegar. –

Buenos días. – se paro frente a la mesa servida. –

Ya te prepare algo para comer, siéntate. – el pelirrojo le coloco el plato con un nutritivo desayuno en la mesa. –

No tengo hambre. – miro la comida con asco, por alguna razón su estomago se negaba a aceptar alimentos esa mañana. –

Nii – sama pasa algo?. – noto como su hermano no comió nada y solo paso a caminar por toda la cocina como un animal encerrado. –

Que no sucede nada, mejor espero en el auto, ya se hace tarde para llegar a la universidad. – salió de la casa rápidamente. –

Algo le sucede a Byakuya.

Esta extraño, el nunca deja de desayunar… - Rukia miro algo raro a su cuñado. – estaré en casa de Orihime hoy…. Si pasa algo me llamas al celular.

Tú crees que se sienta mal?.

No estoy segura pero si se trata de mi hermano…. Será muy difícil que no los diga.

Estaré sobre él, lo acompañare a la universidad y lo traeré de regreso a casa, si noto algo fuera de lo normal nos vamos a la clínica.

Perfecto. – Rukia miro la hora en su reloj. – se me hace tarde para ir donde Orihime, cualquier cosa me llaman.

Ambos tenían razón, Byakuya estaba actuando extraño ese día, y como buen compañero y novio, Renji le acompaño a la universidad, no deseaba separarse de el por ese día, sentía que algo muy adentro de él le indicaba que Byakuya mentía y muy descaradamente.

Donde será la reunión?. – Renji miro como Byakuya caminaba muy poco a poco hacia su oficina. –

Será en el auditorio y podrías ya irte a la casa, me pones nervioso siguiéndome como si fuera uno de tus trabajos!.

Me quedare en tu oficina hasta que todo termine y después te llevare a almorzar, que te parece?. – quiso endulzarle la vigilancia con una invitación. –

Haz lo que quieras, yo debo trabajar. – miro a Matsumoto de pie junto a la puerta como todas las mañanas. –

Buenos días jefe… Renji. – miro confundida como el pelirrojo se instalaba en la oficina de su jefe. – sucede algo?.

Me quedare aquí mientras tu jefe va la reunión esa... – se reclino muy cómodo en la silla del rector. –

Matsumoto, están listo los informes y demás cosas que te pedí?. – miro a la chica con seriedad y obviando a su tonto novio que seguía muy feliz recostado en su silla. –

Todo listo y ordenado. – tomo el grupo de carpetas de su escritorio. – vamos.

Regreso en unas horas.

Cuanto tardan esas reuniones?. – se rasco la cabeza algo interesado. -

Lo suficiente como para que te olvides de la invitación a almorzar. – fueron sus últimas palabras al salir de la oficina rumbo al auditorio. –

No le quedaba más que esperar muerto del aburrimiento en esa oficina, no creía que lo que le dijo Byakuya fuera verdad, como el debatir un presupuesto puede tardar tantas horas?, quizás solo quería hacer que se fuera de la universidad pero no lo lograría ya que debía cuidar de su novio y en ese día especialmente sentía que debía estar a su lado al costo que fuera. Mientras, Byakuya cumplía su trabajo en uno de los auditorios de la casa de estudios, como rector debía organizar, supervisar y aprobar todo presupuesto, escuchar a los profesores, consejo de alumnos y demás cargos que hicieran alguna sugerencia o desearan algo para la graduación.

Byakuya había tolerado muy bien aquel malestar en la mañana pero ahora que llegaba el medio día metido en ese auditorio donde había tanta gente, discusiones y demás líos, el dolor empezó a molestarlo aun más, su respiración se dificultaba un poco cuando el dolor empezaba a apoderarse de su baja espalda hasta su vientre y desapareciendo tan rápido como llegaba, para su desgracia ya estaba seguro que eran distintos al falso trabajo de parto.

El presupuesto queda aprobado… - dejo la discusión a mitad de camino cuando una de aquellas confirmadas contracciones empezó a hacerlo sudar frente a todo los presentes, tuvo que aguantar disimulando aquel dolor y rogando que terminara rápido para poder salir de allí. –

Jefe?. – Matsumoto sentada al lado suyo noto aquellas raras pausas que hacia el Kuchiki cuando hablaba y que parecían hasta graciosas. – no puede hablar bien?.

No preguntes nada. - susurro a su odio muy indignado. -

Cuando la reunión finalizo ya pasaban de las 2 de la tarde, nadie había notado algo raro en el rector, ya para sus nueve meses todos estaban al tanto de su estado y no hacían más comentarios de los necesarios, jamás le pudieron tachar de faltar o de volverse irresponsable por el embarazo, al contrario, se volvió más detallista para evitar que su labor como rector fuera puesta en duda al estar en su condición. Apenas todo acabo Byakuya se encamino a los baños del auditorio, estaba realmente incomodo con aquel dolor, no había podido contado el tiempo entre lo que parecían ya inequívocas contracciones así que se encerró en uno de los cubículos para medir el tiempo, no quería encontrarse con nadie que le preguntara por su cara ya adolorida, respiro profundo al sentir como el condenado dolor empezaba a apoderarse de él, con fuerza se dirigía desde su espalda hasta su vientre para después ir bajando poco a poco en intensidad hasta desaparecer.

5 minutos… - sus ojos miraron incrédulo aquel resultado. – es muy poco…

Se seco el sudor de su frente, sin notarlo si quiera ya estaba empapado en sudor y una nueva sensación al caminar le indico que su hija había bajado un poco más en su interior durante esas horas que estuvo sentado. Sintió pánico, por primera vez en su vida sentía verdaderamente pánico por el mismo, con sus conocimientos sobre lo que le pasaba estaba seguro que ya había pasado buena parte del trabajo de parto en la reunión pero aun así sentía que todo estaba sucediendo muy rápido y no podía controlarlo por más que intentara.

Tengo que llegar al auto en menos de 5 minutos. – mascullo adolorido al llegar una nueva contracción. –

Y como si fuera un maratonista, espero pegado a la puerta del baño de hombres a que aquel dolor cediera para salir rápidamente al estacionamiento, el recorrido desde donde estaba hasta allí era de más de 5 minutos pero quien piensa en esos detalles cuando siente que se está quemando por dentro gracias al dolor. Apenas pudo camino lo más rápido que podía rumbo a su auto, no pensaba más que en llegar a su casa, no quería si quiera que Renji le viera así pero el pelirrojo ya había notado que algo sucedía y cansando de ver pasar las horas decidió ir al auditorio para buscar a Byakuya.

Matsumoto!! – Renji logro ver a la secretaria conversando con alguno de los profesores reunidos. –

Hola. – sonrió amablemente y siguió su conversación como si nada. –

No sabes dónde está Byakuya?.

El salió del auditorio apenas culmino todo.

Y, no notaste nada raro en él?. – estaba seguro que Byakuya ocultaba algo. –

Diría que salió demasiado rápido para como es el.

No viste hacia donde se fue?.

Quizás al baño… siempre va con eso del peso del bebe.

Adiós!. – dejo a la peli naranja con la palabra en la boca después de esas pocas preguntas. –

Que habrá pasado?. – quedo algo consternada con la actitud de Renji. –

Mientras Renji va directo a los baños del auditorio, Byakuya al fin llego a su auto, contando con que le diera tiempo de entrar al mismo antes de la próxima contracción, se registro los bolsillos desesperado por hallar las llaves.

Aquí están… - intento usarlas pero el horrendo dolor regreso haciendo que se inclinara contra el auto para soportarlo. –

Ya ni si quiera respiraba acelerado, ahora jadeaba para contrarrestar todas aquellas sensaciones, sus piernas temblaban bajo el peso de su cuerpo y empezaba a tener dificultades para caminar sin sentir la cabeza de su hija encajada en su pelvis, apenas logro recuperar el aliento abrió la puerta del auto para sentarse y esperar una próxima contracción, empezaría a conducir después de ella, era riesgoso y aterradoramente peligroso lo que planeaba hacer pero era eso o quedarse escondido en la universidad corriendo el riesgo de dar a luz allí. Ese dolor era más exacto que un reloj cronometrado, con prisa encendió el auto y arranco todavía sintiendo las punzadas en su bajo vientre, como un loco al volante piso el acelerador y arranco directo a su casa, sabía que Rukia no estaba y el tonto de Renji tardaría en darse cuenta de su escape, suspiro quedamente al poder volver a pensar en cuál sería su siguiente paso, de lo único que estaba seguro era de que no quería ir a la clínica y estar bajo las manos de nadie, le aterraba el solo hecho de ser tocado por una extraña, nunca le tuvo confianza a la doctora Unohana y ya era muy tarde para agarrarle cariño después de la humillante revisión que vivió.

Solo… - susurro para sí mientras se comía cuanto semáforo en rojo veía, paso peatonal y hasta carril contrario con tal de llegar a su casa antes de que su hija decidiera nacer. –

Si la frialdad era un don, pues Byakuya tenía para regalarla, con un dolor tan endemoniado, solo y a punto de atropellar a más de una pobre alma en las calles de Karakura, al fin veía que le quedaban unas pocas cuadras para llegar, apretó mas el acelerador y se encomendó a su suerte, todo sería perfecto según él pero aquel emocionado pensamiento fue interrumpido por la contracción más dolorosa que había sentido, de golpe tuvo que apretar el freno ya que se doblo con el dolor y no pudo ver al frente, sintió el sonido de algo metálico, cauchos chirriando y un golpe seco en la parte trasera de su auto. Aun con dolor no pudo si quiera ver por el retrovisor lo que había pasado, solo jadeaba como perro y sus manos se quedaron sujetas fuertemente al volante, ese dolor fue a su parecer 100 veces peor que los anteriores.

MI AUTOOOO!!! – Un grito iracundo se escucho muy cerca de él. –

No… ahora…. – susurro todavía doblado contra su vientre por el dolor. –

MALDITO IDIOTA ACASO NO TIENES LAS LUCES PARA INDICAR QUE FRENARAS!!. – un hombre algo entrado en años se acerca a auto de Byakuya. – CASI ME MATO!.

Byakuya pudo verlo de reojo desde su asiento, el hombre estaba molesto por estrellarse contra la parte trasera de su auto, aunque no fue un golpe fuerte el susto le causaba mucha indignación y con toda la razón del mundo porque el Kuchiki no había tenido tiempo de bajar la velocidad o se siquiera avisar que lo haría.

BAJA DEL AUTO PARA QUE VEAS COMO QUEDO!! – Golpeo la puerta del piloto con la palma de su mano. – VOY A LLAMAR A LA POLICIA PARA QUE TE ARRESTEN!! LOCOS COMO TU NO DEBERIAN CONDUCIR!!

señor… - Byakuya se enderezo un poco al sentir como el dolor desaparecía. –

Que quieres!!. – con mucha rabia se acerco a la ventana del auto y metió la cabeza para encarar al moreno. –

CALLECE!!. – apretó el botón de subir el vidrio así que el pobre hombre quedo con la cabeza atrapada dentro del auto de Byakuya. –

TRATA DE AHORCARME!! , ACASO NO LE BASTO CON EL FRENAZO!!. - se retorció tratando de soltarse de aquel vidrio subido. –

Haga... silencio…. – estaba por abrir la puerta del auto cuando sintió como sus pantalones se mojaban por completo. –

PORQUE NO ME SUELTA Y DISCUTIMOS ESTO COMO DOS HOMBRES!! - siguió vociferando atrapado en el vidrio. –

Yo… - bajo la mirada aterrado, lo que más le preocupaba sucedió. – voy a soltarlo si se calla y me escucha.

…….. – el extraño medito un instante la petición del Kuchiki. – está bien!

frene de golpe porque…. ACABO DE ROMPER FUENTE Y SI NO ME DEJA IR EN ESTE INSTANTE SALDRE DEL AUTO Y LO MATARE A GOLPES!

Eh… - el hombre quedo mudo con las palabras de Byakuya, ni se dio cuenta cuando este bajo el vidrio y no espero nada para arrancar el auto rumbo a su casa. –

Mientras el pobre hombre pensaba si era una broma o no lo que le dijo ese desconocido muy alterado, perdió la oportunidad de detener a Byakuya, ya este había vuelto a conducir como un animal endemoniado directo a su hogar, la luz al final del túnel la vio venir cuando logro aparcar de un sonoro frenazo frente a su casa, dejo el auto con todo y las llaves pegadas, solo deseaba entrar a su refugio seguro y solo. Sin cabeza para pensar mucho entro rápidamente, quería subir a su habitación lo antes posible, ya no aguantaba estar de pie, sentía la presión que ejercía la cabeza de su hija con cada paso que daba, pero solo logro dar dos pasos hacia las escaleras cuando otra vez el dolor regreso intensificado, como pudo miro el tiempo y noto que se habían acortado las contracciones 2 minutos entre cada una.

Respira… - apretó con toda su alma la baranda de la escalera mientras empezaba a respirar como había visto en alguna ocasión por la tv. –

Con terror sintió que no podría subir solo aquellas escaleras, estaba agachado en el ultimo escalón mirando como ese camino cuesta arriba parecía infranqueable mientras por primera vez un gemido de dolor salió de sus labios, no estaba tolerando muy bien esa nueva honda de dolor.

Nii – sama?. – una Rukia desconcertada se encontró con aquella escena al intentar bajar las escaleras. –

Rukia… - suspiro exhausto al irse aquel dolor. –

QUE PASO!. – Corrió escaleras abajo para ayudar a su hermano. –

Ayúdame a llegar a mi habitación. – sentía que su orgullo se iría por el caño pero era eso o quedarse tendido allí. –

Pensé que estabas en la universidad con Renji. – paso su mano por detrás de la cintura del Kuchiki. – apóyate en mi hombro.

El moreno no dijo nada, solo se limito a aceptar la ayuda con desagrado, poco a poco subieron las escaleras para por fin poder entrar a su habitación, con mucho alivio se dejo caer de lado en la cama, al fin estaba en donde quería pero no contaba con que Rukia estaría en la casa.

Nii – sama…. – la chica miro el deplorable estado en que estaban las ropas del moreno. –

Sal de aquí. – susurro con angustia a sentir como otra contracción se apoderaba de él. –

Renji tenía razón!, Estas en labor y no dijiste nada!. – trato de acercarse a su hermano pero este le aparto con las pocas fuerzas que le quedaban. –

Que te vayas!. –otro gemido de dolor salió de su boca con fuerza. –

HAY QUE LLEVARTE A LA CLINICA!. – todavía negada a hacerle caso a su hermano se acerco a él. – llamare a la doctora.

Si…. Llamas a la doctora… jura que dejaras de ser mi hermana!. – sus palabras llenas de miedo y dolor no eran juego, lo haría si Rukia se atrevía a ayudarle. –

Pero….. – se quedo helada con aquella amenaza. –

Sal de aquí! – trato de acomodarse mejor en la cama. –

Nii – sama… por la bebe…. No puedes hacer eso, necesitas ayuda. - sus ojos estaban a punto de estallar en llanto, se sentía atada de pies y manos. –

QUE SALGAS!. – grito con toda su alma mas por el dolor que por discutir con Rukia. –

……. – se contuvo de llorar frente a él, aquello era desesperante y tenía que buscarle solución pronto. -

Estudiaba enfermería y había estado en contacto con algunas mujeres en trabajo de parto gracias su trabajo de medio tiempo en la clínica del papa de Ichigo, Byakuya estaba en la fase final, noto claramente el tiempo entre las contracciones, que había roto fuente y que estaba muy asustado como para dejarse ayudar pero ella no era la indicada para estar con él, no sabía mucho sobre qué hacer y menos en ese tipo de partos, necesitaba de la doctora Unohana, debía llamarla así su hermano no le hablara después por el resto de su vida, era eso o que tanto Byakuya como la bebe sufrieran algún percance mientras nacía. Con rapidez corrió escaleras abajo para buscar el teléfono de la casa, estaba muy nerviosa así que no noto como alguien más entraba a la casa tan desesperado con ella.

RUKIA!! – se encontró de frente a la pequeña chica que corría de regreso escaleras arriba. –

RENJI!!. – miro incrédula como su cuñado estaba bañado en sudor y con cara de angustia tan grande como la de ella. –

SE ME PERDIO BYAKUYA!, NO HA VENIDO PARA ACA?. – sujeto a la chica con fuerza de sus brazos. –

Suéltame!... acaso no viste el auto mal estacionado afuera!. – desvió la mirada hacia la puerta de la casa. –

Cierto…. – sonrió bobamente al tiempo que se sentía más aliviado. - que bueno…. Ya me había asustado.

Pues asústate de verdad porque mi hermano esta que da luz solo allá arriba!. – corrió con celular en mano rumbo a la habitación del moreno. –

NANI!! – si ya estaba preocupado pues ahora parecía un saco lleno de nervios. – COMO ES ESO POSIBLE!.

No quiere que llame a la doctora Unohana!!. – se detuvo a mitad de las escaleras.- pero tu si puedes!.

Dame el teléfono!. – se lo arrebato de un solo movimiento. – ya me va a escuchar Byakuya.

Lleno de preocupación y valentía, el pelirrojo marco el numero de la doctora al tiempo que entraba a la habitación, quedo pasmado al ver el estado deplorable en que estaba su amante, su cara estaba pálida y sudorosa, las facciones de su rostro solo despedían dolor puro mientras jadeaba de vez en vez con sus ojos cerrados y acostado de lado en la cama, ni si quiera se había movido del lugar donde Rukia le ayudo a acostarse.

Byakuya!!. – Renji se le acerco con nerviosismo. - estoy llamado a la doctora y dejaras que te llevemos a la clínica!

No... me moveré de aquí!. – gruño furibundo por el dolor. –

Malcriado hasta el límite. – escucho por el teléfono como una voz femenina le hablaba. – doctora Unohana!.

Diga? – pregunto en tono curioso al escuchar la angustia en la voz de Renji. –

Soy el compañero de el señor Byakuya… va a tener a la bebe y no se quiere mover de la casa!.

Sabía que ese hombre me daría problemas hasta el último día de su embarazo.. – suspiro quedamente la mujer. – cada cuanto son las contracciones?

Eh…. – se quedo mudo, no sabía en verdad sobre cómo iban. –

Que esta preguntando!. – Rukia le quito el teléfono de las manos al ver que el pelirrojo se petrifico. – doctora que quiere saber?.

Quien habla?. – noto el cambio de persona en el teléfono. –

Soy la hermana de Byakuya, estudio enfermería y creo que puedo responder algunas de sus preguntas.

Al fin alguien con quien puedo entenderme mejor, lo que preguntaba era cual es el tiempo entre cada contracción.

Menos de dos minutos y si no me equivoco también rompió fuente hace poco.

MENOS DE DOS MINUTOS!. – la centrada mujer no pudo evitar impresionarse. – porque no lo llevaron antes?.

Porque estaba desaparecido!.

Por dios!.... – se quedo silenciosa un instante. – no pueden moverlo ya.

Como que no podemos moverlo?, no aguantara mucho sin ayuda!. – miro como el rostro de su hermano parecía estar esforzándose de mas. – creo que esta pujando!.

Y no se equivocaba, la cara del pobre moreno era de esfuerzo al límite, su cuerpo le pedía que lo hiciera y sin preguntar nada o pensar en lo que pasaría después, comenzó a trabajar solo en traer a su hija al mundo, no le importaba nada ya, era eso o morir de dolor.

NO PUJES!!. – el pelirrojo se le tiro prácticamente encima para hacerle reaccionar. –

VETE… AL INFIERNO!! TENGO QUE PUJAR!... – sujeto el cuello de Renji entre sus manos, estaba más que adolorado, sentía que se partía en dos con cada contracción. –

Iré lo más rápido que pueda con una ambulancia pero no puede dejar que puje hasta saber si el bebe está en posición.

Y qué hacemos?. – miro angustiada a su hermano que no dejaba de sujetar con fuerza el cuello de Renji. –

Pon en manos libre el teléfono, te guiare lo más que pueda.

Guiarme?. – esas palabras no le gustaron mucho a Rukia. -

Alguien tiene que revisarlo.

Pero yo no puedo!!. – se sonrojo de una con el comentario de la doctora. – soy su hermana!.

Pues dile a su compañero que lo haga!. – estaba empezando a molestarse con aquel desastre que causo Byakuya. –

NADIE VA A TOCARME!.... AHHHHHHHHH!!! – otra vez el dolor regreso acompañado de una sensación desagradable entre sus piernas. –

Renji logro soltarse de los brazos de Byakuya con dificultad, era una fiera a pesar del dolor, mientras, Rukia dejo el teléfono cerca de la cama para ayudar a Renji a desvestir a su hermano, aquella labor fue titánica, el moreno se batía a duelo con los dos jóvenes para no dejarse ayudar pero ya el umbral del dolor sobrepasaba sus fuerzas, sentía que debía olvidar la pelea y dejar que su cuerpo hiciera lo necesario para acabar esa locura.

Nii – sama déjate ayudar. – susurro con ternura cerca del oído de Byakuya mientras Renji se ocupaba de terminar de desvestirle de la cintura para abajo. –

Listo… - susurro angustiado al ver como estaba de mojada la ropa del moreno. –

No aguanto más… – mascullo adolorido, necesitaba pujar con toda su alma a su hija. –

Espera un poco, hay que estar seguro de lo que hacemos. – le acaricio la mejilla tratando de darle ánimos y distraerlo de lo que haría el pelirrojo. –

Ya están listos?. – la voz de la doctora resonó en la habitación. –

Creo que si… - mascullo algo nervioso Renji. – qué hago?.

Unohana dio una muy técnica explicación de cómo debían saber si la bebe estaba ubicada en el canal de parto, con mucha vergüenza Renji se atrevió a posar sus dedos donde le indicaron pero tan rápido como lo hizo tuvo que mirar para poder cerciorarse de lo que sintió.

Ver… parte de su cabello le dice algo?. – sonrió al notar el color del cabello de su hija. -

Va a coronar… dígale que puje con la siguiente contracción, así hasta que la cabeza este afuera, después que descanse un poco para que siga hasta que salgan los hombros de la niña, después será todo más sencillo.

No puedo… - el pelirrojo se sintió algo mareado por todo aquel acontecimiento, un ataque de pánico en mal momento. –


Sin que nadie le dijera nada Byakuya empezó a empujar otra vez con cada contracción, su tarado novio parecía a punto de hiperventilarse, estaba sumamente angustiado al mirar como poco a poco la cabeza emergía y con ella los gruñidos y gemidos de dolor escapaban de los labios de Kuchiki, aquel dolor era el demonio en carne viva, jamás se imagino estar en ese predicamento y menos aun siendo ayudado por Renji y su hermana que lucía más valiente que el mismo pelirrojo.


Duele….. – mascullo con los dientes apretado al sentir como al fin la cabeza de la bebe estaba fuera. –

No puedo más. – Renji parecía hoja de papel, no soporto ver más de aquel acontecimiento en primera fila. –

Yo lo hago!. – aun con vergüenza la pequeña morena se cambio de puesto con el tarado de su cuñado, era eso o que el muy tonto dejara caer a la bebe cuando naciera. –


Byakuya olvido hasta quien estaba mirando entre sus piernas, el dolor regreso con más fuerza mientras seguía en la labor de hacer llegar al mundo a su hija, estaba por rendirse, su cuerpo estaba al límite, se sentía arder por dentro, ya ni escuchaba la voz de su hermana y menos la de Renji que se había acomodado tras él sosteniendo su espalda, todo paso realmente rápido para cuando dio el ultimo y mas desgraciado empujón solo escucho como el llanto de un bebe retumbaba en sus oídos.


bienvenida – tía Rukia estaba con las lagrimas afuera mirando a la bebe que lloraba en sus brazos con mucha fuerza. – todo termino Nii – sama.


El moreno aun no abría los ojos, estaba letárgico gracias al agotamiento, sus manos no daban si quiera para sujetarla, con mucha impresión solo sintió como algo tibio era colocado sobre su pecho descubierto, en ese instante pudo abrir los ojos para mirar a la bebe, parecía menos grande de lo que imagino, con mucha impresión paso su mano por la cabeza de la pequeñita que seguía llorando inclemente al sentir como era limpiada por su tía con una toalla. Sus manitos se abrían y cerraban incontables veces mientras sus ojos estaban fuertemente cerrados, de un llanto incesante poco a poco paso a gimoteos débiles hasta que se quedo calladita sobre el pecho de su mama, con algo de dificultad abrió por primera vez sus ojos grises y sin color definido para saber quien le hablaba bajito.


Hana… - con mucho cuidado Byakuya paso sus dedos por la pequeña matica de pelo rojo que adornaba la cabeza de su hija. –

Es pelirroja… - Renji la miro con una ternura inimaginada, era el orgullo de papa brotándole por todos los poros. –

La doctora colgó. – Rukia toma el teléfono preocupada, aun no cortaba el cordón de la niña y su hermano parecía haberse lastimado mucho con el alumbramiento. –

En verdad que no se dieron cuenta cuando Unohana dejo de estar al teléfono pero se retiro poco antes de que la niña naciera para mandar una ambulancia a la casa del Kuchiki, era importante que llegara justo después del alumbramiento, todo lo que debía hacerse después del mismo no podía ser hecho por alguien sin conocimientos. En menos de 10 minutos el sonido de una sirena le indico a Rukia que debía bajar a abrirle, sin pérdida de tiempo una doctora Unohana acompañada de su ayudante y otra mujer que nunca había visto se metieron en la habitación de los papas, Byakuya estaba entre despierto y dormido, el esfuerzo que hizo fue el más grande de su vida, pero no dudo en quejarse cuando intentaron quitarle a la bebe de su regazo.

Tu eres... – Byakuya miro desafiante a la joven de cabellos cortos y violetas que trataba de tomar a la niña en sus brazos. –

Es la pediatra, debe revisarla bien para saber que todo está en orden. – la doctora le sonrió amablemente a la joven que con más seguridad tomo a la bebe apenas esta corto el cordón umbilical. –

Sabía que me daría problemas, lo sabía. – susurro para sí la pelinegro mientras revisaba a su paciente mas terco. –

Todo…. Está bien. – cerro los ojos para descansar, sabía que Renji no le quitaría los ojos de encima a la bebe mientras el dormía un poco. –

La bebe fue pesada, medida y revisaba con minuciosidad, confirmando su salud y que no había necesidad de que ella o su progenitor tendrían que ser llevados a la clínica, a pesar de lo improvisado que resulto el parto todo salió a pedir de boca, la pediatra entrego a la bebe de regreso con sus papas, esta vez fue Renji quien la cargo con mucho nerviosismo, era la primera vez que tenia a un bebe tan pequeño en sus brazos.

Es una niña saludable, peso 3 kilos 400 y midió 50 cm, por lo demás esta perfecta. – la pediatra anoto algunas cosas en un papel. – ese es mi numero directo, si necesitan preguntar algo solo llamen.

Claro que sí. – el pelirrojo tomo la nota con emoción, ese número como que sería muy útil mas delante. –


La pediatra espero afuera junto con el ayudante de Unohana mientras esta daba los últimos detalles al padre de la criatura ya que Byakuya había caído rendido, la amable mujer solo se limito a darle algunos consejos de cómo se debía cuidar el Kuchiki después de ese parto.

Es la primera vez que atiendo un parto por teléfono. – Unohana terminaba de recoger todo lo que utilizo con su paciente. –

Gracias. – Renji le sonrió a la doctora con mucha felicidad. –

Dáselas a esta chica, fue valiente en verdad. – miro a Rukia con ternura. –

Byakuya no necesita más nada?, medicamentos, algún cuidado extra?.

Mucho reposo por unas semanas, que coma bien y que por todos los dioses no tenga que regresar aquí corriendo por algo más!.

Si…. – Rukia y Renji asintieron algo avergonzados con sus cabezas. -


Al fin todo regresaba a la calma, la casa quedo nuevamente silenciosa después de tanto alboroto por el nacimiento de la bebe y la llegada de la ambulancia, con mucha felicidad Renji se quedo sentado junto a su dormido compañero mientras sostenía a bebita, era realmente impresionante mirar que esa cosita la habían hecho él y su terco amante, la pequeña parecía muy relajada en brazos de su papa, tan tranquila estaba que el pelirrojo casi no respiraba para evitar molestarla.


Quieres vestirla?. – Rukia se asomo en la habitación con una muda de ropa para la bebe. –

Y si se despierta?. – miro su hija con nervios, no sabría que hacer si lloraba. –

No lo hará, esta tan cansada como mi hermano. – dejo toda la ropa de la niña en la cama. – yo te ayudo.

Entre papa y tía se encargaron de vestir por primera vez a la bebe, con mucho cuidado Rukia le ponía su primero pañal y una ropa abrigada, por ser tan pequeña no podía estar descubierta ya que los recién nacidos pierden el calor muy rápido, así que un mullido monito color blanco fue su primer estreno regalo de su tía Rukia.

La vestiste muy fácil. – Renji estaba mudo mirando a la niña, con esas ropas blancas le resaltaba más aun su llamativo cabello rojo. –

El recordar como jugaba con mis muñecas me ayudo un poco.- acaricio la cabeza de la bebe con cuidado. – es igual a ti.

Será terrible entonces… - suspiro audiblemente por la afirmación de Rukia. –

Prefieres que tenga el carácter de mi Nii – sama?.

No… por dios que no saque lo mal criado de Byakuya.

Sea como sea, igual la queremos mucho. – cargo a la bebe con cuidado y beso su cabecita. – toda tuya papa.

Que vas a hacer?. – tomo a la niña en sus brazos un tanto angustiado, le tenía miedo a quedarse solo con ella. –

Voy a darme un baño, me hace falta reanimarme porque esta noche será muy larga. – miro a su hermano dormido en la cama. –

Apenas empieza la batalla… - recordó que ahora debían lidiar con la bebe y un Byakuya que no sabían cómo reaccionaría ante algunos detalles de su nuevo rol de mama. -


Mientras Rukia se daba su bien merecido baño, Renji se sentó en la cama junto a su amante, con una pose serena se quedo contemplando a ambos dormir, no era por buscar semejanzas pero a pesar de aquel cabello rojo que resaltaba en la cabeza de la pequeña, su rostro y su expresión dormida era muy parecida a Byakuya, sus labios pequeños y delgados, sus mejillas blancas y la forma de sus ojos, tenía un dejo de el Kuchiki hasta en la manera de dormir, con suavidad acaricio la mejilla de la bebe pero aquel contacto fue como encender un interruptor de llanto en ella.


No llores… - trato de calmarla pero la pequeña no cooperaba con aquella petición suplicante de Renji – que hago!.


Con mucho cuidado se puso de pie y camino con la niña de un lado a otro, meciéndola suavemente pero aquello parecía enfadarla más aun, sin duda alguna Renji pensó que ese carácter era de Byakuya, como toda una malcriada se retorcía en sus brazos y sendas lagrimas empezaban a brotar de sus ojos cerrados, en un segundo sus mejillas se tiñeron de rojo causando que Renji se asustara un poco ya que parecía que la bebe no respiraba de tanto llorar.


Porque está llorando?. – la voz seria y todavía cansada de Byakuya resonó en la habitación. –

Despertaste!. – camino rápidamente hacia la cama. – no deja de llorar!.

Que le paso a la bebe!!. – Rukia aun toda mojada salió del baño para saber del estridente llanto de su sobrina. –

Esta llorando!. – gimió angustiado el pelirrojo. -

Obvio. – rodo los ojos hacia su hermano. – nii – sama descansaste un poco?.

Es realmente fuerte… - hasta Byakuya se sintió incomodo por aquel llanto. –

Aun con aquel escándalo Renji trataba de callarla, quería que su novio descansara un poco más pero su hija no tenia las más mininas intensiones de dejarles cumplir con ello, agotado de escucharle llorar no le quedo más remedio que hacer que Byakuya interviniera.

Cárgala a ver si se calma.

Crees que eso funcione?. – miro a la bebe retorciéndose en brazos de su padre. -

Yo te ayudo Nii – sama. – Rukia le acomodo algunas almohadas en la espalda para que pudiera sentarse cómodo. –


Y como si hubiese sido solo por malcriadez, la pequeña Hana dejo de llorar apenas la colocaron en los brazos de su mama, todos miraron asombrados como se acurrucaba entre aquellos brazos cálidos y daba unos últimos gimoteos como dando fin a su molestia.


Un cambio de brazos. - Rukia sonrió divertida al ver el efecto que causo en la bebe el estuviese ahora con su hermano. – se calmo.

Mi hija no me quiere!. – Renji hizo puchero algo decaído. –

No es que no te quiera. – Rukia señalo con la mirada lo que estaba haciendo la bebe en brazos del Kuchiki. –

Parece como buscando algo… - curioso Renji se acerco un poco mas donde su amante.-

Déjenme solo. – susurro algo consternado el moreno. –

Seguro?. – Renji trato de pregunta algo más pero Rukia le jalo del brazo para sacarlo de la habitación. –

dijo que lo dejaran solo con la bebe y eso haremos!. – arrastro fuera de la habitación a su cuñado. -

DUELE!! NO ME JALES ASI!!. – al fin logro quitarse las manos de la pequeña morena de encima. –

Si que eres torpe, mi Nii – sama necesitaba espacio y privacidad, acaso no aprendiste nada de todo lo que paso hoy.

Pero el no sabe de bebes, debemos ayudarlo.

Te aseguro que sus instintos le dirán que hacer de aquí en adelante. – sonrió segura de que su hermano tendría el amor suficiente para darle a su hija lo que pidiera. -


Ya estaba allí, aunque le pareciera lo más impresionante del mundo allí estaba, viva, respirando y moviéndose en sus brazos, su hija, la personita que estuvo dentro suyo por 9 meses y que le causo innumerables dificultades como momentos buenos, le veía irreal, parecía una pequeña muñeca de trapo con cabellos rojos, sus manitos aferradas a su ropa y su pequeña cabeza ladeada contra su cuerpo como buscando algo. Un cosquilleo en su pecho le hizo entender lo que sucedía, la bebe estaba hambrienta, aquel llanto no fue por gusto, no vería muy bien y no hablaría pero sí que se hacia entender. Ese terrible momento había llegado, se pensaba preparado para no ceder ante su idea de no alimentarla, lo creía innecesario, humillante y nada lindo, pero trago grueso al sentir como un calor muy grande se irradiaba por sus pechos, era incomodo y hasta doloroso, no podía negarse si quiera a obviar el malestar que sentía, con mucha duda miro a su hija otra vez, su pequeña boca se abría y cerraba como tragando aire, sus manos le jalaban la ropa como queriendo abrirse paso hasta su comida.


Esto no debería ser… - susurro para sí con decepción. –


Lo solucionaría a su manera, trago grueso y deslizo su mano izquierda dentro de la bata que tenía puesta, apenas pudo tocar su piel sensible la bebe pareció impacientarse más y otra vez aquel llanto estridente se repitió pero multiplicado por diez. Empezaba a dolerle la cabeza con ese llanto, no imagino que su hija fuera tan terca para hacerse entender ante sus pedidos, aun con duda le miro seriamente mientras lloraba, algo muy dentro de él se sintió mal, era como si su corazón se llenara de culpa, la inequívoca culpa de saber como podía acallar aquel llanto y a la vez hacerla feliz. Unos tensos minutos pasaron hasta que dio un hondo suspiro de resignación, esa sería la única persona ante la que sedería, el verla llorar era más que suficiente para que desistiera en su idea de no alimentara con su cuerpo.


Esto queda entre tú y yo. – le susurro en un tono suave como queriendo darle calma. –

Apenas descubrió su pecho no tuvo mucho que hacer ya que la bebe parecía saber muy bien donde estaba todo lo que necesitaba por sí sola, con algo de impresión miro como se prendaba de su pezón y empezaba a succionar con tal avidez que hasta hacia ruidos muy sonoros y evidentes mientras comía.

Muerta de hambre como tu padre. - una gota resbalo por su cabeza al pensar en Renji. –

Mientras, afuera estaban dos almas angustiadas y pensado como demonios Byakuya había callado a la niña tan rápido, la habían escuchado llorando hacia solo unos instantes y después un silencio sepulcral que puso muy nervioso al pelirrojo, no sabía en verdad que tan tolerante seria Byakuya como mama.


Voy a asomarme. – susurro Renji mientras se acercaba a la puerta entreabierta de su habitación. –

Que no te vea!. – Rukia le siguió los pasos con delicadeza. –


Renji se asomo muy poquito a poco por la puerta entreabierta, su mirada era curiosa hasta que escucho los ruidos graciosos que hacia la bebe mientras comía, observo incrédulo como su compañero estaba con la niña entre sus brazos muy relajado, su rostro estaba perdidamente metido en ver a la bebe mientras comía, sus ojos centrados en esa pequeña vida que trajo al mundo, con mucho cuidado y satisfecho con su inspección se volvió a alejar de la puerta.


No entremos todavía. – sonrió orgulloso por el cariño que brotaba de la imagen que vio. –

Que hace con la bebe?. – estaba curiosa por saber. –

Le está dando de comer.

En serio. – trato de asomarse también, era un milagro que su hermano aceptara alimentarla. –

Déjalos, no vamos a avergonzarlo, creo que por algunos días no preguntaremos nada, hay que dejar que él decida decirnos lo que hace.

Si aprendiste de lo que paso hoy. – dio un gritito de felicidad. –


Soy un hombre feliz. – inflo el pecho con orgullo, su hija y Byakuya estaban muy bien e interactuando como nunca se lo imagino, ya no había miedo en su mente, ya no temía por el cariño y las atenciones que podría darle el moreno a su hija. –


Continuara…………


Que ternura…………. Y que liado se lo tuvieron todos gracias a Byakuya XD, puso a todo mundo a correr por su terquedad pero al final salió muy bien y cumplió su palabra de no regresar a la clínica jejeje!!, y también cayó en lo que llamamos amor, el cariño que se le tiene a los hijos hace que hagamos lo que sea por ellos, ( experiencia de mama ), y ahora es que sabrán lo que es tener una hija demandante y malcriada ya que será el dolor de cabeza de sus papis y en especial el de Byakuya ya que se le pegara como garrapata para todo y la palabra mama le quedara corta ante todo lo que hará por la niña. Ahora sí, deben estar pensando en que paso con Ukitake ToT, ya veremos, nos vemos byeeeee.

Próximo capitulo:

Todo para dos.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).