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Todo queda en Familia por RAMSIN

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Notas del capitulo:

Isshin se juega el todo por el todo para hacer feliz a Ryuken, lograra que ese frio corazon lata de nuevo por el?, no solo noche de bodas, tambien puede ser mañana de bodas. y como te sienta bien un bebe en los brazos.

Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.

Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.

 

Todo queda en Familia.

Capitulo 55

Un auto secuestro?

 

No podía dejar de mirarlo, era una especie de droga que le dominaba desde hacía años, que irónico podía ser el destino, después de tantos años otra vez estaban sentados juntos compartiendo un momento importante de sus vidas, el matrimonio de su hijo, era increíble el solo mencionarlo, decirlo a viva voz, recordar que solo unos meses atrás ni si quiera sabia de la existencia del mismo pero ahora era más feliz que antes, mas enamorado que nunca y más atrevido también para hacer que ese pasado se volviera presente y tuviese futuro.

-          Se fueron. - Ryuken noto como los novios no se veían por ningún lado desde hacía más de media hora. -

-          Tienen derecho a disfrutar su luna de miel. - sonrió con picardía mientras no dejaba que el vaso donde bebía Ryuken quedara vacio nunca. -

-          Tengo la leve sospecha de que quieres emborracharme. - frunció el seño al ver como su ex vertía mas licor en su vaso. -

-          Quién sabe. - beso una de las mejillas algo rojas del peli plata. -

-          Baboso. - le empujo un poco para que se alejara pero solo logro que Isshin se le pegara mas. - no te quedaras tranquilo hasta que termine en tu cama otra vez?.

-          Si sabes mis intenciones solo deja de beber y ya. - centro su vista en el vaso de Ryuken. -

-          No te tengo miedo. - en son provocador se llevo el vaso a la boca bebiendo su contenido de un solo trago. -

-          Madre mía te quiero borracho no con un coma etílico. - acerco su rostro lo suficiente para limpiar con su lengua algunas gotas de licor que se derramaron mientras Ryuken bebía. -

-          No me molesta ser tuyo... - su verdadero yo alcoholizado decía las cosas sin rodeos. -

-          Por eso me gusta conversar contigo cuando bebes, te vuelves mas sociable.

-          Vete al infierno.

-          Pero también más grosero. - suspiro por lo bajo mientras volvía a llenar el vaso de Ryuken, solo necesitaba dejarlo medio desmayado para cumplir con su cometido de esa noche. -

Mientras Isshin hace su jugada del día, en la mesa donde estaba su familia la historia era otra, Ichigo estaba harto de estar allí, aun no se sentía cómodo con las salidas y tenía razones suficientes ya que los pequeños Ranmaru y Miharu solo tenían dos semanas de vida, no estaban en condiciones de andar paseando todavía, la bulla del salón y el calor les incomodaba en sobre medida así que ambos niños estaban en brazos de su mama, despiertos e  intranquilos tanto como Ichigo.

-            Tu viejo piensa quedarse aquí más tiempo?. - Grimmjow sabía muy bien que su prometido estaba que estallaba, su cara de malas pulgas estaba al límite de lo posible. -

-          Karin... ve por él. - Ichigo sentencio secamente mientras trataba de calmar a los bebes. -

-          Ichi - nii.... Creo que mejor nos vamos sin él. - la pobre morena quedo petrificada al ver la escena que tenían montada su padre y el padre de Uryu. -

-          Ese viejo pervertido!. - logro ubicar a su padre que estaba casi que comiéndose a besos a un ya muy alcoholizado Ryuken. -

-          El viejito es fogoso. - Grimmjow sonrió descarado pero con eso solo se gano una patada cortesía de Ichigo. - NO ME PEGUES!.

-          DEJA DE DECIR TONTERIAS Y AYUDAME CON LOS NIÑOS!. - le extendió al pequeño Miharu que empezó a llorar. -

-          Si nos vamos se quedara a pie. - cargo al bebe con mucho cuidado. -

-          Por mi se puede ir a pie, en burro o como mejor le parezca, los niños están cansados y yo también. - ya más libre con solo uno de los gemelos, se dispuso a acomodar todo para irse. -

-          Le avisamos a papa que nos vamos?. - Yuzu y su incondicional modo de ser a pesar de todo. -

-          Déjalo que siga compartiendo fluidos, dudo que te mire si quiera. - Karin le tomo de un brazo para evitar que su hermana fuera a hablar con él. -

El grupo familiar de retiro del salón, Isshin quedo solito o mejor dicho acompañado por su ex que estaba más borracho que una cuba, a decir verdad se dejo emborrachar, quería olvidar algunos detalles de su nueva vida solo sin Uryu, en esa enorme casa que ya no era de dos, ese sentimiento de abandono se coló en su alma y no saldría de ella fácilmente hasta que encontrara como consolar ese vacío o llenarlo con el amor de Isshin, la segunda opción era más sencilla pero su orgullo no le dejaba decirlo a viva voz, ya era bien conocida su reacción a dejarse querer, pero con paciencia y cariño se logran cosas increíbles.

El ruido de agua corriendo, aquel aroma de un perfume que conocía rodeándolo, unido a su piel como un tatuaje, sin si quiera abrir los ojos se deslizo por toda la cama, girando para quedar boca arriba en ella, le dolía la cabeza horriblemente, en ese justo instante recordó lo mucho que bebió con Isshin, se maldijo a sí mismo por beber, era una gran resaca la que tenia y seguiría teniendo por ese día, después de pensar mucho decidió abrir los ojos con pesadez y muy poco a poco para que la luz de la habitación no le lastimara más aun, cuando al fin pudo posar la mirada en donde estaba quedo petrificado y realmente incomodo.

-          Esta no es mi casa... - se sentó de golpe en la cama notando de inmediato que era una cama individual. - a dónde demonios me trajo Isshin?.

Medio débil, logro levantarse de la cama, su cuerpo le dolía en sobre medida, pero sin mucho asombro noto que estaba desnudo y su teoría de una noche desenfrenada se arraigo más en su cabeza, le dolía la espalda, el trasero y ni se diga de su cabeza, con paso torpe logro ubicar una camisa tirada en el suelo, era sin duda alguna de Isshin, su horrendo estampado de flores rosadas y fondo verde limón eran un atentado a la moda y la alta costura.

-          Donde esta mi ropa?. - ojeo la habitación de arriba abajo pero no dio con nada de lo que traía puesto el día anterior. - no puedo salir desnudo de aquí!.

Aun negado a cubrir su cuerpo con esa prenda de carnaval, se asomo por la ventana de la habitación, debía tratar de ubicarse en el espacio, de saber a dónde demonios Isshin le había traído en su locura de alcohol, era imperdonable el que le dejara abandonado y desnudo en un sitio que no conocía!.

-          Esto es un crimen a mi gusto. - tomo la camisa del suelo y la observo incomodo. - al menos es mejor que andar desnudo.

Con mucha pena se la coloco, aquella prenda era grande para él, y le llegaba por debajo de los muslos, perfectamente alineada para no dejar que sus vergüenzas quedaran a la luz pública, después de estar vestido ( o al menos un intento de estarlo ), sintió el olor que despedía aquella camisa estrafalaria, era el aroma al hombre que amaba sobre todas las cosas, esa fragancia de almizcle con licor y un perfume que no le agradaba, pero todas esas fragancias juntas eran realmente agradables a su olfato, y como una enamorada romántica llevo parte de la prenda a su rostro para olerla mejor, estaba tan distraído que no noto cuando la puerta de la habitación se abrió trayendo consigo a alguien que conocía.

-          Papa ya la ropa esta lava.... - una impresionada Yuzu se quedo muda al ver a aquel hombre de pie frente a ella, solo vestido con una camisa de su padre y de paso parecía estar oliéndola. - PERDON!.

-          Espera!. - Ryuken se puso realmente rojo en un segundo, aquella niña era una de las hijas de Isshin. - ME TRAJO A SU CASA!.

La pequeña cerró la puerta tan rápido como pudo, estaba con una cesta de ropa limpia en sus manos y en ella estaban las prendas que Ryuken llevaba puestas el día anterior, aun algo avergonzada dejo la cesta a los pies de la puerta y bajo rápidamente las escaleras. Abajo se tropezó con Ichigo que estaba tratando de desayunar algo mientras los gemelos dormían, pero al ver la cara de su hermanita cuando entro a la cocina le impresiono.

-          Que sucedió?. - noto las mejillas sonrojadas de su hermana. -

-          Nada Ichi - nii... - trato de continuar cocinando. -

-          El viejo te molesto?. - dejo de comer algo molesto. -

-          Nada de eso, papa no está arriba...

-          Entonces?.

-          Es que.... - de los nervios retorcía entre sus manos el mandil amarillo que cargaba puesto para cocinar. - en la habitación de papa está un señor.

-          Nani?. - el pelos de naranja se quedo boquiabierto ante las palabras de su hermana. -

-          Pero es el papa de Uryu. - sonrió a medias como tratando de minimizar la situación. -

-          VIEJO PERVERTIDO, SE LO TRAJO A LA CASA!. - golpeo la mesa con su puño cerrado, estaba molesto por las locuras de su padre. -

-          Cálmate Ichi - nii, no paso nada, más bien creo que el señor estaba más avergonzado que yo. - sonrió a medias ante el recuerdo de verlo con la camisa de su padre puesta. - se veía hasta chistoso.

-          Como que chistoso?.

Mientras Ichigo trata de entender a su hermana, arriba en la habitación, Ryuken seguía preguntándose porque demonios Isshin le llevo a esa casa donde estaban sus hijos, era algo atrevido y de paso peligroso, no se sentía bien en entrar al entorno familiar de personas que hasta hace poco eran desconocidos para él, con esos pensamientos caminaba de un lado a otro de la habitación hasta que sintió como la puerta otra vez era abierta de golpe por otro de los integrantes de la familia Kurosaki.

-          QUE BUEN BAÑO ME DI!. - Un Isshin solo con una toalla amarrada a la cintura entraba a su habitación sonriendo y silbando muy feliz. -

-          BAKA!!!. - En un segundo Ryuken le cayó encima, ambos hombre rodaron por el suelo hasta que la cama les detuvo. - PORQUE ESTOY EN TU CASA?.

-          Te levantaste de mal humor. - sonrió como si nada ante los gritos del peli plata. -

-          TU HIJA ME VIO AQUÍ!. - se acomodo encima de las caderas de Isshin para no dejarle levantarse del suelo. -

-          Te queda bien esa camisa. - miro la ropa que cargaba puesta su ex. -

-          ACASO NO ME ESCUCHASTE!!.... TU HIJA ME VIO AQUÍ ADENTRO, CON TU ROPA!. - gruño irritado por la maldita sonrisa que no se le borraba del rostro al moreno. -

-          Cuál es el problema?. - tomo entre sus manos la cintura de Ryuken. - te vas a quedar unos días con nosotros.

-          Cómo?. - dejo de gritar al oír esas palabras. -

-          Que estas secuestrado. - deslizo su mano derecha por todo el muslo desnudo de Ryuken. -

-          Secuestrado mis narices!, ve buscándome mi ropa para largarme de aquí!. - trato de levantarse pero Isshin tenía sus manos firmemente sujetas a su cintura. - 

-          Si anoche me rogabas porque no te dejara solo en tu casa, que te llevara a la mía. - hablo algo más serio, entre la borrachera de Ryuken noto que había un dejo de deseo por estar con él y compartir un poco de su vida. -

-          Maldito mentiroso. - susurro para sí con pena, sus recuerdos de la noche anterior estaban algo borrosos y desordenados. -

-          Lo que importa es que ya estás aquí y vamos a compartir unos días maravillosos. - se sentó aun con Ryuken sobre el.- qué tal si te das una ducha y nos acompañas a desayunar.

-          Búscame mi ropa. - sentencio fríamente. -

-          No, por ahora confórmate con la mía, será la manera de tenerte retenido. - intento besar los labios de Ryuken pero este le esquivo con la palma de su mano. -

-          Eres un desgraciado. - se quito rápidamente de encima de Isshin. -

-          Dime como quieras pero igual deseo que disfrutes estos días mientras nuestro retoño goza de su luna de miel. - también se levanto apenas Ryuken lo hizo. -

 Y cambiando de panorama y de escenario, la pareja de recién casados  estaba apenas despertando de su noche de bodas, y no es que se la hayan gozado a lo grande, al contrario, lo único que hicieron apenas llegaron al hotel fue dormir como lirones, ambos estaban cansados por el ajetreado día y solo esa mañana del día siguiente fue que despertaron con los ánimos repuestos para su luna de miel, estaban fuera de la cuidad de Karakura, en un balneario de aguas termales muy romántico donde las parejitas se refugiaban en busca de un nidito de amor para compartir su cariño.

-          Buenos días dormilón. - Ukitake restregó su nariz contra la mejilla de su ahora esposo que apenas empezaba despertar. -

-          Buenos días. - bostezo a lo grande mientras unas pequeñas lagrimitas se resbalaban de sus ojos. -

-          Quieres desayunar en la cama?. - se puso de pie para caminar rumbo un carrito de servicio donde estaba toda una enorme gama de platillos para comer. - el servicio a la habitación es genial.

-          Tenemos hambre. - se acomodo un poco en la cama quedando sentado. -

-          Que se te antoja?. - señalo los platos como si fuera el camarero que los trajo. -

-          Que tal un poco de jugo de naranja con algo huevos revueltos y pan. - miro el plato en cuestión, se veía apetitoso a todas luces. -

-          Como ordenen. - tomo los platos y se subió a la cama junto a Uryu. - disfrútenlo. - beso la mejilla de su esposo con ternura. -

-          Más tarde vamos a darnos un baño, tengo ganas de pasar todo el día metido en el agua.

-          Pero antes... - deslizo su mano por la cintura de Uryu atrayéndolo hacia él. - debemos comer el postre.

-          Eso fue en doble sentido?. - sonrió apenado por la picardía de Ukitake. -

-          Quizás, pero hay unas fresas con crema allí que si no voy a perdonar!. - salto fuera de la cama a tomar aquel postre tentador. -

-          Te dan más antojos que a mí. - miro divertido como el peliblanco no tardaba en devorar las fresas una a una con sus manos. -

-          Quieres?. - tomo aquella pequeña fruta rojo pasión untada con crema en la punta. -

Como respuesta Uryu abrió la boca y saco un poco la lengua para probar primero la crema que estaba por caer de la fresa, con suavidad la mordió, sintiendo la combinación dulce y acida del postre, pronto no solo la fresa estaba en la boca de Uryu, también los dedos de Jyuushirou manchados de crema batida estaban dentro de aquella cavidad húmeda, deslizando su lengua por todos lados para sentir aquel sabor dulce y sedoso, ambos empezaron a jugar con el postre, untándolo en sus labios, dedos, rozándose mutuamente con sus lenguas para quitarlo a punta de lamidas dulces y provocadoras. Ya para ese instante ambos deseaban seguir el juego a un nivel mas profundo, con delicadeza el peliblanco desvistió el cuerpo de su esposo dejándolo totalmente desnudo bajo el, sus ojos no daban crédito a aquella blanca piel que sentía bajo el, todo Uryu era una especia de obra de arte para él, delicado, suave, lindo y hermoso, su boca se deslizo desde su barbilla bajando poco a poco por su cuello hasta llegar a su destino en el pecho del de lentes, allí se deleito jugando con sus pezones, rozándolos descaradamente con su lengua, al tiempo que movía sus manos por todo su torso sintiendo aquella curva inequívoca donde el cuerpo de Uryu albergaba a sus hijos, con ternura bajo un poco más para besar la honda que se alzaba como una montaña cubierta de nieve, la piel cremosa y suave, sus labios besando cada contorno de él hasta que ya estuvo satisfecho para pasar a bajar en su recorrido rumbo a un ya excitado miembro que palpitaba deseoso de ser acariciado.

-          Jyuushirou... - gimió con fuerza al sentir como la cálida boca del mismo se apoderaba de su miembro engulléndolo delicadamente. -

Sus piernas temblaron ante la sensación, esa lengua deslizándose por toda su piel, subiendo y bajando con suavidad, jugando con cada parte de su anatomía para arrancarle los gemidos mas placenteros que haya dado, estaba en el paraíso sin duda alguna, con sus manos se aferro a las sabanas de la cama, necesitaba apoyo para continuar aquel acto, estaba al límite cuando sus caderas empezaron a embestir mientras el peliblanco aun seguía con su miembro en la boca, era imperante moverse, sentir a profundidad aquel acto que hacían con placer, pronto sus manos se deslizaron de las sabanas y pasaron a apoyarse en los hombros de Ukitake, estaba por llegar al clímax, sentía que hervía en su bajo vientre, los espasmos y las sensaciones placenteras se intensificaron al punto límite, solo pudo cerrar sus ojos y dejar que su cuerpo se liberara entre las manos del peliblanco que ahora le acariciaban con locura para complacer a su esposo.

-          Fue placentero?. - sonrió descarado mientras deslizaba sus labios por la frente perlada de Uryu. -

-          El... paraíso. - una ligera sonrisa adorno su rostro sonrojado y cansado. -

-          También quiero llegar a él. - con mucha suavidad tomo la cintura de Uryu entre sus manos para hacerle levantarse de la cama. -

-          Será un placer hacer que llegues al paraíso, mi paraíso. - beso con sensualidad aquella boca que le dio tantas caricias, sus lenguas entrelazadas en un frenesí de sentidos, la calidez de su interior, el sabor dulce que todavía quedaba por las fresas, todo aquel divino beso siguió mientras Ukitake hacia que Uryu se sentara sobre sus caderas, de frente a él para verlo mientras se entregaban al placer. -

Aun entre aquellos besos, Ukitake deslizo dos de sus dedos en el interior de su ahora esposo, entre movimientos logro hacer que otra vez su pequeño amante gimiera para él, que pronunciara su nombre con tanta necesidad, que se retorciera entre sus brazos cuando tocaba aquel punto dentro suyo que lo volvía loco, su boca ahora estaba lamiendo el lóbulo de su oreja, deslizando su lengua por toda aquella piel roja de excitación, ya no había mas espera, solo el deseo de entregarse al hombre que ahora era su esposo, con suavidad sintió como aquellos dedos traviesos salían de él para ser intercambiados por un palpitante miembro que se abrió paso dentro suyo poco a poco, un gemido ronco fue el inicio de una gama más grande y estridente de jadeos, pedidos y susurros de placer, Uryu solo se dejaba guiar por las manos del peliblanco quien le sostenía de las caderas controlando las embestidas, entrando y saliendo de él con imperante necesidad, sintiendo su interior apretarse mas y mas con cada estocada, moviéndose a profundidad para alcanzar el placer máximo de aquel punto endemoniado que lo hacía gritar a los cuatro vientos lo bien que se sentía entregarse a Ukitake, unas últimas y enérgicas embestidas les indicaron que llegarían, con prisa el peliblanco tomo nuevamente el miembro de Uryu para ayudarle a llegar juntos, unas estocada mas y ambos se dejaron venir, Uryu entre su vientre y el de Ukitake y este dentro de aquel cálido interior de su esposo, el placer máximo de sentirse satisfecho y agotado, con suavidad sintió como Jyuushirou se salía de adentro suyo para abrazarlo y quedar los dos acostados en la cama recuperando el aliento por lo vivido.

-          Ahora si estamos casados por completo. - susurro divertido el peliblanco. -

-          Creo que despertamos a los gemelos. - sintió como los bebes se movían enérgicamente en su interior. -

-          sabrán que estábamos haciendo "eso". - pregunto un tanto incrédulo mientras posaba su mano sobre aquellas hondas que hacia el vientre de Uryu. -

-          no lo creo. - se acomodo los lentes con su acostumbrada pose seria e inquebrantable. -

-          oigan niños, perdón por despertarlos, es que su mama y yo estábamos demostrándonos nuestro cariño. - susurro aquellas palabras con ternura. -

-          qué crees que sean?. - pregunto en tono curioso ya que hasta ese instante ninguno de los dos había abierto esa conversación. -

-          prefiero que sea sorpresa, como todo lo que ha pasado en mi vida desde que tú llegaste a ella. - beso el estomago de Uryu con ternura. - lo que sean es lo de menos, seré feliz solo con verlos sanos y bien.

-          Opino igual, dejémoslo como un regalo para el día que nazcan. - asintió con emoción, estaba muy complacido con la idea de esperar a verlos con sus propios ojos cuando nacieran. -

Puro amor, eso eran y serian siempre, pero la idea de no revelar el sexo de los bebes les traerá algunos líos cuando traten de decorar la habitación y ponerles nombre, será todo un desastre que enfrentaran más adelante, pero regresando donde los padres de la futura madre, en casa de los Kurosaki el ambiente era extraño, más que extraño, rayaba en lo absurdo ya que Isshin se aprovecho de la falta de ropa de Ryuken para extorsionarle y mantenerlo secuestrado en la casa, después de hacerlo que se vistiera con ropa de él ( cosa que Ryuken se negaba rotundamente por el mal gusto de Isshin con la ropa ), la guerra la perdió el peli plata así que bajo a la sala de la casa vestido con unos pantalones deportivos color violeta casi que fosforescentes, si caminara con ellos en medio de una carretera oscura le verían sin duda alguna XD, por otro lado, su camisa era una especie de prenda que parecía ser sacada de los años 70, muy ajustada, de color blanco y con un símbolo de la paz pintado como un arcoíris, aquella ropa magistral mato por completo las posibilidades de Ryuken de  escapar ya que ni muerto saldría así a la calle y si lo hacía seguro que se lo llevaban a algún manicomio por como vestía. Después de resignarse a ser el "secuestrado" decidió tratar de enmendar el encuentro con Yuzu, le daba pena por la pobre chica, seguro se sintió muy confundida por verle en la habitación de su padre en paños menores, pero para su sorpresa, esa familia era relativamente tolerante o extremadamente loca como Isshin, Yuzu parecía no importarle el que Ryuken estuviese en su casa, mucho menos como vestía, creo que sus ojos estaban ya acostumbrados a la mala moda de su papa, y hasta la muy tierna le ofrecía como buena anfitriona desde comida, bebida y demás detalles que le dejaron impresionado, era una chica muy educada y dulce, nada parecida a Isshin en ese sentido.

-          Siéntese aquí mientras traigo algo de comer. - la pequeña Yuzu le invito a sentarse en la sala donde estaba Ichigo también. -

El pobre hombre noto enseguida al otro hijo de Isshin sentado muy cómodo  en uno de los sillones  dándole de comer a Miharu mientras que al mismo tiempo maniobraba con su pie derecho para mecer el coche donde dormía Ranmaru ya bien comido y cambiado. Trato de no molestar, sabía que era un momento privado para el chico pero apenas cruzaron miradas, Ichigo solo pudo soltar la carcajada más grande de su vida, tanta risa le dio el ver como vestía Ryuken que hasta Miharu se ahogo comiendo por las risas descontroladas de su mama.

-          Dios.... Lo siento bebe.... - levanto al pequeño sobre su hombro para calmar el ahogo del mismo con unas palmaditas a su espalda. - en verdad.... Discúlpame por reírme así.

-          Tu padre tiene la culpa. - solo pudo susurrar aquella frase mientras Ichigo aun se aguantaba las carcajadas, era inevitable reírse de su ropa. -

-          Saco eso de un baul?.... jajajajaja!! - no pudo, por más que apretó los labios y se hizo el serio no pudo parar de reír, era una locura ver a un hombre tan serio, centrado, rígido y frio como Ryuken vistiendo como hippy, su viejo podía ser bien mal intencionado cuando quería. -

-          Como están mis nietos hoy?. - de quien sabe donde salto Isshin junto a su hijo, estaba con su cabeza prácticamente clavada en el rostro del bebe que después del ahogo le quedo un hipo fastidioso. -

-          No puedo quitarle el hipo. - con mucha calma Ichigo dejo a Miharu en brazos de su viejo. -

-          Ya se le quitara. - Le sonrió al bebe con tal ternura que hasta Ryuken se quedo boquiabierto mirando esa faceta de abuelito tierno de Isshin. - 

-          Mejor subo a acostar a Ranmaru. - el peli naranja saco al otro bebe del coche mientras Isshin seguía haciéndole muecas a su nieto. -

-          Yo lo cuido. - camino de un lado a otro con su nieto para ver si le quitaba el hipo que no le dejaba tranquilo. - Ryuken.

-          Qué?. - estaba tratando de no parecer curioso con lo que hacia Isshin. -

-          Desde cuando no cargas un bebe?.

-          Desde que Uryu era uno. - acomodo sus lentes seriamente. - y no voy a cargar a tu nieto.

-          Deberías recordar cómo hacerlo, pronto tendremos un par mas para consentir. - se acerco al peli plata con una sonrisa traviesa. -

-          No inventes, no necesito cargarlo. - se cruzo de brazos para no dejar que Isshin le diera al bebe. -

-          Quieres que te de otra muda de ropa especial?. - curvo sus labios en son pervertido y malévolo. -

-          Este secuestro no incluía tortura!. - gruño por lo bajo mientras dejaba sus brazos al frente. -

-          No se te caerá, Aunque si lo dejas caer te golpeare en serio. - coloco a Miharu en brazos de un rígido Ryuken. -

Lo que paso después dejo frio al peli plata, aquel bebe abrió sus ojos y le miro fijamente, aun tenia hipo pero parecía más interesado en ver ese rostro que le cargaba con curiosidad, sus hermosos ojos azul intenso no se separaban de él, su pequeña boquita parecía querer hacer algún ruidito pero lo único que salía de ella era el sonido del hipo cada cierto tiempo, Ryuken no supo qué hacer, era raro tener a un bebe en sus brazos después de más de 20 años, nunca fue muy consentidor y menos tierno con Uryu, todos los mimos se los daba su fallecido padre, pero, esto era distinto, era una sensación de querer cuidarle, seria eso lo que sentiría cuando tuviese a sus nietos con él?, ese cariño que sobrepasa al de los hijos?, esa palabrería romántica de la que hablaba Isshin era verídica?, no estaba seguro de nada de ello pero no podía negar que era interesante volver a sentir a un pequeño bebe en sus brazos.

-          Se te ve lindo. - Isshin le sonrió divertido. -

-          No te hagas ideas locas. - bajo la mirada hacia el bebe. - se le quito el hipo.

-          Dicen que el hipo se quita con un susto, de seguro se asusto con tu cara seria.

-          Baka...

-          En serio que no se te antoja uno?. - le hablo con malicia. -

-          Así se me "antojara" no puedo, después de que nació Uryu me opere para no volver a quedar en estado.

-          En serio?. - miro incrédulo a Ryuken. -

-          Así es, estaba solo y no quería cometer un error, fue mejor así.

-          Si tú lo dices. - le quito con cuidado a Miharu de los brazos. -

-          Te molesto lo que hice?.

-          No, solo que fue muy extremista de tu parte.

-          Así soy yo.

-          Por eso no me enojo, tengo las manos llenas de nietos, y podre consentirlos como si fueran nuestros hijos, todo lo lindo de ser padre y sin mucha responsabilidad.

-          Sabía que dirías eso. - sonrió con sinceridad, Isshin era el ser mas simplista que conocía en el mundo y eso le gustaba. -

Continuara....

 

Genial!! Al fin lo termine!, dios mío como me costó hacerlo!, es que no tenia ánimos después de pasar mi carnaval encerrada es que mi bebe se enfermo y pues no pudimos salir, pero ya está bien, solo era una de esas gripes latosas que le dan a los niños pequeños, ya mas repuesto y yo libre para escribir, ahora si tengo cabeza para eso, me encanto este capítulo ya que fue mucho Isshin Ryuken, una de mis parejitas preferidas XD... esos viejitos lindos, Isshin sí que es inventivo al secuestrarse a su ex para que pase unos días diferentes en su casa, aprenderá mucho de la dinámica familiar y también algunas cosas más, pero esperan a ver más cositas que pronto se nos acaba el fic, y le queda poquito U.U, pero ya ando pensando en el nuevo que voy a hacer!, tengo que divertirme mas todavía con mis ideas locas!. Byeeeee.

 

Próximo Capitulo:

 Aguas calientes,

Sentimientos fríos.

 

Notas finales:

PERDON LA DEMORA Y ME PARECE RARO QUE NO DEJARAN CASI MENSAJITOS ToT.... ESTA POR TERMINAR, QUIERO SABER SI VA BIEN ESTE LIO DE MAS DE 50 CAPIS!! JAJAJAJA!! ESPERO SUS COMENTARIOS YA QUE MUCHOS ME DAN IDEAS PARA SEGUIR, GRACIAS.


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