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Todo queda en Familia por RAMSIN

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Notas del capitulo:

el tiempo pasa pero las cosas no se olvidan... gracias por todo su amor!

Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.

Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.

 

Todo queda en Familia.

Capitulo 67

     Epilogo

5 años despues

 


Byakuya, Renji y Hana.

 

Un consultorio pediátrico nunca es un sitio silencioso, jamás es sombrío y mucho menos es tranquilo, pero para los padres allí presentes esa tarde de viernes, sentados en sus sillas de la amplia y colorida sala de esperas, tratando de calmar o distraer a sus retoños de la visita a la "doctora", nunca imaginaron ver que como por esa puerta llegaba una familia mas, dos hombres más precisamente hablando, más bien discutiendo a media voz sobre algún asunto privado por cómo se dirigían el uno al otro. Hasta allí cualquier padre presente juraría que esos hombres se equivocaron de consultorio, que no era su sitio pero cuando ambos tomaron asiento y se quedaron callados mirando hacia la puerta con la expresión en sus miradas de que algo entraría por ella de un segundo a otro, descubrieron que si estaban en el sitio correcto aunque suene asombroso.

-          ¡MAMÁ! - una chiquilla de cabellos rojos recogidas en dos coletas entraba a la sala con recelo, haciendo puchero y mirando al suelo con el seño realmente fruncido por alguna razón. -

-          Entra. - la voz pausada y seria de su madre hizo que la niña de unos 5 años diera un respingo y pasara casi corriendo dentro. -

-          Pero mamá... ¡no quiero! - se abrazo a las piernas de su padre como buscando apoyo a su negativa de entrar a la consulta con su pediatra. -

-          Ya discutimos en casa.... No quiero más excusas, tienes que entrar allí y es mi última palabra. - el pelinegro se cruzo de brazos cerrando sus ojos para evitar las miradas curiosas de otras madres presentes en  la sala, el que la niña le llamara mamá a viva voz no era de su agrado en público. -

-          Papá, no quiero entrar allí, me van a puyar. - la pequeña hizo un mohín de niña buena mientras seguía muy abrazada a las rodilla del pelirrojo. -

-          Es por tu bien, tienes que vacunarte. - le acaricio la cabeza a su hija dando un suspiro. -

-          Cuando salgamos te compraremos un helado. - esas palabras fueron casi un susurro en los labios de Byakuya. -

-          No. - la pequeña tomo una pose erguida, con sus brazos cruzados y cerrando los ojos. -

-          A quien se parecerá esa actitud? - Renji  soltó una risita contenida, su hija y su compañero actuaban como un espejo, ambos eran testarudos y engreídos y por ello siempre chocaban y discutían. -

-          No quiero un helado, quiero unos creyones. - miro de reojo a su madre, estaba negociando a su manera con él. -

-          Si no lloras.

-          ¡Papá! - Hana se volvió a echar de cabeza sobre las piernas del pelirrojo, no le gusto la respuesta de su madre. -

-          Tu madre solo bromea, claro que te compraremos los creyones, pero no te pongas mal educada con la doctora, ella siempre es buena contigo. - subió a la niña sobre sus piernas. -  ve a jugar con los demás niños mientras esperas.

Renji le beso la mejilla y dejo que la pequeña Hana se deslizara sobre sus rodillas hasta el suelo, quedo complacida con las palabras de su padre así que salió corriendo a jugar con los demás niños que esperaban en la sala.

-          La consientes demasiado. - Byakuya le reprocho apenas Hana se alejo de ellos. -

-          Y tú eres muy estricto con ella.

-          Alguien debe ponerle límites a Hana.

-          Solo sufre del complejo del hijo único, es la dueña y señora de todo a su alrededor Byakuya, lógico que sea caprichosa a veces. - paso su brazo por la espalda del moreno. - qué tal si le quitamos ese complejo con un hermanito?

-          Quieres ver como terminas en emergencias en unos segundos? - miro realmente mal al pelirrojo. -

-          Ya es hora de que Hana tenga alguien con quien jugar.

-          Le basta y sobra con Rukia.

-          Difiero de ello..."Tía Rukia" esta últimamente mas ocupada de hablar con su nuevo novio.

-          ¡RUKIA TIENE NOVIO!- Byakuya alzo la voz  realmente molesto por la noticia. -

-          Es muy simpático, me trae caramelos y se llama Kaien. - Hana interrumpió a la pareja con aquel inocente comentario. -

-          Ese desconocido le trae caramelos a mi hija y sale con mi hermana! - estaba iracundo, desde los sucesos de Aizen, Byakuya era realmente celoso de su núcleo familiar, nadie entraba en el sin su consentimiento y aprobación. -

-          No es un desconocido, Rukia me lo presento hace un mes...

-          UN MES!, SABES DE TODO ESO DESDE HACE UN MES Y NO ME LO DIJISTE!. - una enorme aura negra empezó a rodear a Byakuya, estaba perdiendo los estribos delante de mucha gente. -

-          Byakuya... no es para tanto, yo le averigüé la vida como siempre me pedias tu con todos los amigos de Rukia, es un buen chico, solo respira hondo y cálmate un poco. - le tomo de la mano para tratar de que se volviera a sentar en su silla. -

-          Necesito aire. - soltó bruscamente la mano de Renji y salió de la sala con dirección indefinida. -

-          Byakuya. - Renji se quedo algo perturbado por el ataque emocional que le dio a su compañero -

-          Papá, a donde fue mamá?. - la pequeña pelirroja pregunto un tanto preocupada, no estaba acostumbrada a ver a su progenitor discutir así. -

-          Salió un momento a tomar aire, está cansado. - acaricio la cabeza de la pequeña con ternura. -

Al final Renji entro solo con Hana al consultorio, Byakuya brillaba por su ausencia y solo después de que la niña salió de la consulta llorando a moco tendido abrazada a su papa gracias al piquete de la vacuna fue que lo vieron parado unos metros lejos del consultorio, de inmediato Byakuya noto como su pequeña caprichosa estaba vuelta un mar de lagrimas y desconsolada pidiendo verlo, por más que sea los niños siempre llaman a su madre en momentos así.

-          Mamá... me dolió! - se soltó de los brazos de Renji en un segundo para terminar entre los del moreno. -

-          Ya no llores. - le acuno con suavidad, era su bebe a pesar de ya ser una niña grande.  -

-          Ya te calmaste?

-          Un poco. - el Kuchiki hablo bajito mientras empezaron a caminar hacia los ascensores. -

-          No tienes que sentirte tan incomodo con lo de tu hermana, es una mujer hecha y derecha.

-          Tienes razón. - acaricio la espalda de Hana mientras esta seguía medio hipando por el llanto. -

-          Te ha dado muchas alegrías, es toda una profesional, es increíble que terminara cambiando de carrera gracias a todo lo que tú nos hiciste pasar el día que nació Hana.

-          Con tal de que no aprenda a ser como la odiosa obstetra esa... - la sonrisa "persuasiva" de Unohana se le coló en la cabeza. - pero no podre escapar de ella...

-          Que estas insinuando?

-          Acaso no has notado lo loco que esta mi humor... también me he estado comiendo las meriendas de Hana si tienen.... Chocolate.

-          No... - la mandíbula de Renji estaba por caer al suelo y abrirle un boquete al mismo en el proceso. -

-          Creo que... estoy embarazado. - se detuvo al decir esas palabras tan increíbles. - no es seguro pero...

-          Byakuya. - en un segundo Renji le rodeo entre sus brazos para besarle los labios con suavidad, sentir aquel sentimiento nuevamente, esa sensación de dar vida invadiendo sus pensamientos de maneras inimaginada lo hacía muy feliz, profundizo aquel beso hasta el punto que olvidaron el resto del mundo a su alrededor. -

-          Se estas besando! - la vocecita de su hija les hizo culminar bruscamente aquel beso. -

-          Eh.... - ambos estaban un poco apenados porque su hija les viera hacer eso. -

-          Vamos a comer helados? - la pequeña pregunto con una sonrisa enorme a su madre. -

-          De chocolate. - Byakuya respondió de inmediato con emoción, aquel gusto por ese dulce regresaba a su mente con fuerza asombrosa. -

-          Sabes algo, creo que primero vamos a pasar por una farmacia y vamos a comprar 22 pruebas de embarazo. - Renji sonrió divertido. -

-          Quieres que te lo corrobore 22 veces?

-          Seré el hombre más afortunado del mundo al ver 22 pruebas  positivas después de 5 años de felicidad.

Se pensaron solo amigos, se sintieron más que hermanos, crecieron  como dos seres muy complejos y diferentes pero que el destino les unió en una tragedia, una muerte que trajo dolor, tristeza pero también vida, trajo amor, redención y pasión, un hijo y muchas experiencias que se repetirán otra vez, verán el mundo nuevamente cambiando a su alrededor, pero esta vez estarán más preparados de recibir en sus vidas a su segundo milagro de vida, un niño que terminara de colmarlos de felicidad y hará que Byakuya quiera comprometer su vida a Renji un paso más, uniendo sus vidas con un matrimonio que no les separara nunca más.

 

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Kurosaki es sinónimo de caos.

 

Los domingos eran peculiares sin importar nada, esa tarde calurosa era un total desastre en la casa de la familia Kurosaki, los gritos y risas de niños invadían el ambiente a tal punto que cualquiera juraría que existía contaminación sónica en el lugar, parecía un jardín de niños en plena hora de recreo, dos pequeñas cabecitas color naranja corrían de un lado a otro saltando por encima de los muebles, forcejeando entre ellos y como todo niño de 4 años, ensuciando a su paso como un tornado indetenible.

-          DAME ESO! - un grito enfurecido fue otro más en medio de aquella alharaca que tenían armada los gemelos Miharu y Ranmaru. -

-          ES MIO! - un mal humorado Ranmaru trataba de alcanzar a su hermano mayor que se subió precariamente sobre la mesa de la sala evitando que su gemelo le quitara el juguete que había obtenido sin permiso. -

-          EL ABUELO ME LO DIO A MI - le saco la lengua en son burlón. -

-          MENTIROSO. - volvió a gritar mientras se intentaba subir también a la mesa. -

-          Ustedes dos. - en un segundo Miharu estaba en el aire siendo sujetado de la ropa por su padre. - no se juega encima de la mesa.

-          Pero papá... - el mayor hizo puchero sujetando fuertemente el juguete. -

-          Comparte con tu hermano. - bajo al niño a ras del suelo. -

-          Ram - chan me lo quería quitar primero!

-          O juegan los dos o desaparezco ese juguete para que no lo vean más nunca. - Grimmjow sentencio con la mirada seria y muy maliciosa, siempre la ponía para asustar a los pequeños cuando hacían travesuras o se peleaban entre ellos. -

-          Si. - ambos asintieron y salieron de la sala corriendo escaleras arriba. - ABUELITOOOO!

-          Y dale con llevarle el chisme al vejete!. - gruño el peli azul con desanimo, sus hijos siempre se escudaban en su tierno abuelo. -

-          Que paso con el viejo?. - un Ichigo algo divertido se le acerco por detrás. -

-          Tus hijos están llevándole el chisme sobre mi regaño, nada nuevo. - miro de reojo a su esposo, estaba con las manos sucias y llenas de harina. - cocinando aun?

-          Estoy ayudando a Yuzu con el almuerzo,  somos muchos. - paso su dedo por encima de la nariz de Grimmjow ensuciándola de harina. -

-          Quieres jugar conmigo?. - miro hacia todos lados para evitar ser descubiertos mientras le robaba un beso al peli naranja. -

Se sentían muy bien así, llevaban ya casi 4 años casados y en ese periodo de tiempo habían aprendido a convivir con el caos, sus hijos les mostraron lo difícil pero satisfactorio de ser padres de gemelos, siempre tenían las manos llenas y nunca estaban solos, por eso unos segundos para un beso fogoso era bien recibido. Ichigo paso sus manos por el cuello del peli azul, acercándolo más a él para profundizar aquella divina acción de sentir como su boca era invadida por una lengua traviesa, sabiendo muy bien que un beso así no se repetiría si no hasta altas horas de la noche si Ichigo no tenía una emergencia que atender en la clínica ya que su trabajo de medico prosperaba con los años, había decidido quedarse en medicina interna, le gustaban los retos y el atender a muchos tipos de personas diferentes, era agradable y el amor por la medicina si se llevaba en la sangre como decía su viejo.

-          AUN HACEN ESO EN PUBLICO!. - la voz de Isshin hizo que la pareja se sobresaltara por ser descubiertos. -

-          Viejo... - Ichigo estaba todo sonrojado al ser descubiertos como si fueran dos adolecentes robándose un minuto de pasión. - donde están los niños?

-          Están jugando arriba.

-          Voy a verlos. - el peli azul decidió ir a supervisar a sus traviesos hijos, eran peligrosos si se les dejaban solo. -

Así eran las cosas en casa de Isshin, pero aun faltaban invitados, antes de que llegara la hora de almorzar reunidos en la mesa, Uryu y su esposo  hicieron acto de aparición, ellos también visitaban la casa todos los domingos para compartir en familia, sus hijos habían crecido realmente rápido y eran los compañeros de juego perfectos para Ranmaru y Miharu, solo se llevaban unos meses así que aquellos cuatro "angelitos" dominaban el terreno, pero el verdadero terror de ese hogar no eran ellos...

-          Buenas tardes! - Ukitake entraba muy sonriente seguido de los niños que parecían dos pequeños adultos en miniatura, ambos muy serios parados atrás de su padre como esperando su turno para saludar. -

-          Pasen niños. - Uryu les empujo con suavidad por la espalda, era como si aquellos pequeños supieran que entraban a un campo de batallas. -

-          MIS NIÑOS!. - un Isshin todo emocionado atajo entre sus brazos a los pequeños Souken y Daisuke como si fueran almohadas, restregándose contra sus caritas todo emocionado y feliz. -             que grande están!

-          Pica... abuelo tu barba pica!. - el mayor trato de zafarse de aquel abrazo de oso marca Kurosaki. -

-          Hola papa. - Uryu le saludo con una gran gota de sudor bajando por su frente, sus hijos siempre les aterraba las exageradas atenciones de su abuelo. -

-          URYU!. - soltó a los niños y paso a abrazar a su hijo con emoción. -

-          EH.... Y Ryuken?. - pregunto cómo tratado de hacer que Isshin dejara de estrujarlo entre sus brazos. -

-          Estaba arriba... - soltó al chico con brusquedad. - ya vamos a almorzar!

-          ¡PRIMOS!- una vocecita angelical interrumpió las palabras de Isshin. - LLEGARON!

De las escaleras se vio bajar en rápida carrera a una pequeña niña de largos cabellos negros, tenía una sonrisa inmensa que se parecía aterradoramente a la de su padre, en un segundo salto sobre los gemelos y los empezó a estrujar igual a como lo hace Isshin.

-          SUELTAME!... MAMA DILE QUE ME DEJE!. - Souken se retorcía tratando de liberarse de su empalagosa prima. -

-          Himeko. - la voz de Ryuken resonó seria en aquella sala. - suelta a tus primos.

-          ..... - la pequeña hizo puchero y corrió a los brazos de su papa. -

-          No la regañas amorcito, solo le gusta ser dulce... - Isshin le abrazo apenas el peli plata estuvo junto a él. -

-          No te molestes mami... - la niña también se le guindo del cuello así que ambos empezaron a hablar chiquito y restregarse de un pobre Ryuken que vivía su peor pesadilla, su hija había salido idéntica a Isshin. - Mami es linda cuando no esta versión Gozilla....

-          ISSHIN! . - una venita empezó a latir desbocada sobre la frente del de lentes, escuchar de su propia hija los malos chistes de su amante era imperdonable. -

-          No te molestes amorcito, los niños repiten las cosas sin pensar. - rio divertido ante el comentario de su princesa. -

La familia estaba completa, un domingo como cualquier otro de esos tantos que habían vivido desde hacía más de 5 años, la mesa estaba llena de comensales encantados, conversando sobre la semana vivida, hablando banalidades y también disfrutando de todo cuanto les brindaba ese día.

-          No quiero vegetales. - Himeko sentencio con los brazos cruzados y negada a comer lo que le sirvieron. -

-          Los necesitas para crecer grande y fuerte como tu papa. - Isshin le hablo bajito y con una risita contenida, aquellos dos eran más que padre e hija, parecían cómplices de incontables travesuras, con el nacimiento de Himeko Isshin revivió la felicidad de criar a un hijo, y más uno que era sangre suya y de Ryuken, eso era la más grande de las alegrías que podía experimentar, ya no había dolor, no había pasado trágico o rencores, ya hasta las conversaciones de su difunta esposa habían cesado a solo comentarios ocasionales cuando algo bueno pasaba en su casa con sus hijos, era el hombre más feliz del mundo ese y el resto de sus días. -

-          Tienes que comer todo Himeko. - Ryuken le extendía con un tenedor la comida para que la niña abriera la boca. Ese simple acto lo sentía tan propio de su nueva paternidad, era vivir lo que no hizo con Uryu, su expiación de manos de una pequeña niña tan dulce como su amante, tan enérgica y alegre, era como el amor vuelto carne, aquel amor que se tenían ellos desde hacia tantos años, ahora sabía lo que era ser feliz, disfrutar de sus hijos y de sus nieto, darles lo que él no supo hacer en el pasado, pesando que siempre hay tiempo para recapacitar. -

-          MAS! - un emocionado Miharu extendía su plato en alto y con su boquita sucia por comer apresurado. -

-          Comete la mía. - Ranmaru le pasaba las cosas que no le gustaban, entre ambos gemelos se entendían, a veces eran como enemigos y en otras se mostraban el cariño de hermanos con tanta facilidad, cada uno una personalidad distinta pero complementaria. -

-          Ranmaru necesitas comer, tu tía Yuzu  le servirá más a tu hermano. - Ichigo le hizo bajar el plato mientras que Grimmjow le ayudaba a que el niño culminara su almuerzo. Un equipo, siempre serian un equipo de dos x dos, quererse no basta cuando de una familia se trata, también hay que compartir y aprender a convivir, ellos lo sabían y lo ponían en práctica cada vez que recordaban como la vida les cambio en un día cualquiera por culpa de una ida al hospital. -

-          Allí viene el avión!. - Jyuushirou disfrutaba un mundo dándoles el almuerzo a sus hijos, ambos eran niños muy tranquilos y aprendieron rápidamente a adaptarse, el peliblanco siempre los comparaba con la personalidad de Uryu, eran muy parecidos a él en muchos sentidos, pero cuando se emocionaban o algo les atraía, dejaban libre esa pequeña marca genética Kurosaki. -

-          Déjalos que coman solos. - Uryu siempre le reprochaba la sobre protección que tenía su esposo con sus hijos, era un hombre tan amoroso y paternalista, siempre estuvo a la cabeza de todo desde que nacieron, le ayudaba en todo hasta el punto de que dominaba las situaciones mejor de Uryu, en cierto modo le agradaba el tener un esposo y padre ejemplar ya que también se vio forzado por su reingreso a su carrera como medico neurólogo, se apasiono con ello después de la vivencia traumática de Ukitake.  el tiempo le demostró que daría lo que fuera por ellos tres, que su vida era perfecta con un hombre tan bueno y lleno de vida, muy diferente al que conoció gracias a su carrera, aquel ser floreció del amor, ambos se reinventaron con la pasión, gracias a que el amor cambia lo que sea en esta vida. -

Siempre reunidos, siempre juntos, siempre unidos por la sangre, por los lazos del cariño y por el simple hecho de que cuando menos lo crees, el tiempo se te pasa volando y al dar la vuelta notas que tu camino estaba rodeado de gente que te ayudo, que te empujo a seguir y que formo parte de tu felicidad y tu desdicha, pero que cuando necesitaste una mano amiga, siempre estuvieron allí para ti, con sus errores y sus virtudes, todos tenemos seres así día a día, a veces los sabemos apreciar a veces no, pero la palabra "familia" implica más que la sangre, implica las vivencias del corazón, la experiencia y sobre todas las cosas, el amor.

 

FIN

DEFINITIVAMENTE

FIN.

 

 

Lo prometido es deuda, así que cumplí con mis palabras amigas mías, lectoras mías y todo aquel que entro a leer y todavía entra a leer, espero que este fic les quede en el corazón y que les diera alegrías y una sonrisa así como me las dio a mi por más de un año, es algo que me hace sentir muy bien porque no creí que podría acabarlo y más cuando los capítulos se venían uno tras otro sin poder imaginar que de un trabajo que calcule con 20 capis pasara a los 67.... Increíble pero cierto, bueno, ahora solo digo hasta luego porque debo seguir mi camino y darles más cosas emocionantes, ahora mismo estoy escribiendo un fic para las sección de Saiyuki, el que le guste esa serie puede pasar a leerlo, si es Mpreg también jajaja, ahora me daré mi tiempo para armar un fic nuevo que tengo en mente y culminar el de por culpa del Yaoi! Ya lo estoy por culminar, siempre me ponen mal los capítulos finales, perdón la demora y nunca olviden que los quiero mucho!.

Ramsin

 

Notas finales:

GRACIAS MILLONES DE GRACIAS POR LEERLO! SOY MUY FELIZ DE PODER CULMINARLO PARA USTEDES! LOS QUIERO!


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