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Todo queda en Familia por RAMSIN

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Notas del capitulo: en dos meses pueden pasar muchas cosas, puedes enamorarte, puedes darte cuenta de que perdiste una oportunidad o puede que tengas una segunda.
Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.
Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.

Todo queda en Familia.
Capitulo 9
Por un gato

El ambiente era como siempre, la familia reunida en torno a la mesa para la cena, Isshin sentado a la cabecera sonriendo como mero idiota al notar lo que su pequeña Yuzu había preparado, al lado de él estaba Karin que le miraba con unas enormes ganas de golpearlo y dejarlo inconsciente allí mismo, para ella su padre actuaba tan inmaduro con sus hijos, y para finalizar, Ichigo estaba sentado silencioso al frente de su padre, apenas si probo la cena ya que su mente andaba como de costumbre procesando lo ocurrido ese día en la clínica.
- Ichi – nii no has comido casi nada. – la joven mira preocupada el plato casi intacto de su hermano. –
- No tengo hambre. – arrimo el plato y se puso de pie para desaparecer por las escaleras hacia su habitación. –
- Ichigo esta raro. – Karin también noto que su hermano no era el mismo de siempre. –
- Mis amadas hijas su hermano llego al más hermoso momento de la juventud… ESTA ENAMORADO!! – el viejo salto de su silla y corrió rumbo al afiche de su difunta esposa. – Masaki… nuestro retoño fue flechado por Cupido!.
- Cada día es más patético. – la morena bajo la mirada resignada por el padre que les toco. -
- A Ichi – nii le gusta alguien?.
- Así es hija mía!. – el hombre se le abrazo de sorpresa por detrás. – pero… no sé quien es así que debo averiguarlo!.
- VIEJO ENTROMETIDO. – Golpe directo a la cabeza de Isshin con una cucharilla cortesía de Karin. – Ichigo tiene derecho a tener privacidad y suelta a Yuzu!.
Mientras la familia discutía sobre Ichigo, este estaba en su habitación tirado en la cama y en una total oscuridad, no tenia deseos de hace nada solo soltar aquella opresión en su pecho, aguantaba las lagrimas a punto de brotar de sus ojos como un niño malcriado aguantaría el aire para conseguir algo de atención, como un ser que solo conoció por unos días podía causarle tal malestar, como explicar que su corazón se sentía ansioso de volver a saber de aquel paciente, que triste era eso, se sentía tan patético e inseguro con sus sentimientos, sus manos se aferraron a su cabeza como tratando de sacarse esa idea loca que estaba ganando terreno en su mente, todo indicaba que le gustaba ese hombre y no podía evitarlo.
- Como pude caer tan bajo… - su mente le llevo al día del beso y las caricias. – no puedo negar que me gusto.
Qué diferencia podía ser el aceptar algo, desde un sentimiento hasta situaciones de la vida. Y más de uno esa noche tendría que poner en claro sus pasos a seguir, para otra familia tampoco las cosas pintaban sencillas, en otra habitación y en otra circunstancia se encontraba Ishida sentado cómodamente en un sillón y mirando con desanimo aquel periódico que rayo hasta la saciedad en el día, un rostro nada feliz le invadía ya que no estaba contento con los resultados de su búsqueda, los trabajos que ofrecían eran mediocres para un futuro doctor como él, desde vendedor de zapatos, repartidor de pizzas, vendedor de puerta en puerta y hasta niñero, nada le complacía así que se veía cada vez mas lejos de la verdad, de poder pagar a un detective para saber de su padre biológico, estaba harto de sentirse un error en la vida de su “madre” a pesar de que hasta la doctora Unohana le trato de convencer de lo contrario cuando atendió a su “madre” años atrás.
- Tendré que rebajarme a vender… - un escalofrió recorrió su espalda. – zapatos!.
- Buenas noches. – la puerta de la habitación se abrió de golpe trayendo en ello a su “madre”. –
- Que quieres?. – guardo con disimulo el periódico bajo unos libros. –
- Quería decirte que ya esta lista la cena. – se acomodo los lentes con calma. –
- Desde cuando cenamos juntos?. – Uryu lo miro serio y dudoso. –
- Desde hoy en adelante cenaremos juntos y compartiremos más tiempo de calidad. – esa última frase ni el mismo se la creía. –
- Acaso decidiste sacar a pasear tus instintos maternales?, cena solo, no tengo intenciones de verte la cara más de lo necesario. – desvió la mirada hacia los libros que ocultaban su periódico. –
- No puedo intentar mejorar mi relación contigo?, acaso no vas a perdonarme lo que descubriste porque te fui sincero. – su voz sonaba algo indignada por la terquedad de su hijo. -
- No completamente, no sé quien es mi padre. – acomodo la montura de sus lentes. –
- Sabes que no puedo decirlo, es algo que no podrás entender todavía.
- Como no voy a entenderlo!, acaso es alguien que conozco?. – el cerebro de Ishida empezó a maquinar a mil por hora. –
- Deja de decir tonterías, solo quería que cenáramos para darte una noticia. – intento desviar el tema y la buena intuición de su hijo. –
- Y que noticia?. – le miro con cara de “no me desvíes el tema”. –
- Trabajaras en la clínica.
- Estas bromeando Ryuken?. – quería desde hace tantos años que su padre le pidiera ayudarle en la clínica. –
- Creo que es algo que has deseado por mucho tiempo y te lo mereces.
- Un momento… tu lo que quieres es comprar mi cariño. – sus palabras sonaron muy enfadadas. –
- No quiero comprar nada de ti, solo deseo que aprendas y te desenvuelvas bien en tu carrera.
El pelinegro se quedo callado por un instante, esto que le estaba ofreciendo su padre tenía algo de lo cual podía sacar provecho y no solo para aprender o cumplir sus deseos, también de allí obtendría lo necesario para saber más de su padre.
- Aceptare solo con una condición. – sonrió triunfador. –
- Cual?.
- Quiero que me pagues por mi trabajo.
- Un sueldo?.
- Así es.
- Acaso quieres que te pague como a un doctor de mi clínica!.
- No, solo digo que como trabajare contigo, debo tener una recompensa monetaria equivalente a mi esfuerzo y rango a ocupar.
- Está bien, está bien… tendrás un sueldo por ayudarme en la clínica. – se cruzo de brazos resignado. -
- Cuando comienzo?.
- Porque suenas como si estuviese contratando a un desconocido, deberías ser mas tratable con tu…
- Olvídalo Ryuken, primero muerto que llamarte mama.
- Iba a decir papa!!. – su rostro se sonrojo un poco ante las palabras de su hijo. – y baja a cenar para que te diga mas sobre tu empleo!. – salió de la habitación azotando la puerta, era imposible tener una conversación tranquila entre ellos. –
- Ryuken… tu mismo me darás el dinero para saber quién es mi padre. – sonrió complacido, la solución llego a sus manos por sí sola. –
Y el camino sigue, el tiempo transcurre sin compasión pero sin prisa, los dos meses de castigo de Ichigo llegaron a su fin, todo había empezado como una locura pero esa locura fue agradecida ya que con su labor de enfermero aprendió muchas cosas para su carrera de medicina, sus amigas Rukia y Orihime también fueron beneficiadas por aquella invitación del pelos de naranja, ambas mejoraron un mundo y se enamoraron más aun de su decisión de ser enfermeras, por otra parte Isshin dejo que ambas chicas trabajaran definitivamente en la clínica, Urahara las molestaba de vez en vez pero Ichigo siempre sintió que las burlas del rubio amigo de su padre se centraban en él con un doble sentido nada agradable, le hacía insinuaciones sobre el desaparecido paciente de cabellos azules como si eso fuera a alterar a Ichigo y en verdad lo lograba. Cada vez era peor la intriga de donde vivía aquel hombre o de lo que abría pasado con él, Ichigo en una ocasión trato de conseguir el historial de Grimmjow pero este “desapareció” misteriosamente de los archivos de la clínica.
Para Ishida también las cosas cambiaron con su nuevo empleo junto a su padre en la clínica, pronto su búsqueda paso a segundo plano cuando la carrera que estudio se volvió una droga para él, le había pasado igual que su “madre”, lo llevaba en la sangre, fue un modo único de empezar a conectarse con Ryuken en otro nivel, ambos trabajaban juntos, su hijo le ayudaba con las consultas, entraba a algunas operaciones y ayudaba a su padre con los pacientes que estaban bajo su observación o en algún caso importante para la clínica, solo tenía tiempo para estudiar, ahorraba todo el dinero que ganaba prometiéndose saber quién era su padre, pero en una clínica puedes encontrar más que dinero, trabajo y aprendizaje.
- Ya pasaste por la habitación 210?. – Ryuken miraba unos exámenes de ese paciente. –
- Para allá iba. – el joven le miro serio al tiempo que recogía algunas carpetas del escritorio de su “madre”. –
- El paciente necesita otra tomografía, llévalo. – firmo algunos permisos y le devolvió los exámenes que miraba. –
- Otra más?. – la voz de Ishida sonó algo decaída. –
- Sabes muy bien que tiene un tumor muy extraño.
- Lo sé… - bajo la mirada con seriedad. –
- Hay pocos casos así, vale la pena investigar y ayudarle.
- Voy donde el paciente. – salió de la oficina con un aire decaído. –
- Parece que hizo amistad con el paciente, eso es muy malo Uryu. – suspiro audiblemente mientras tomaba una carpeta del montón que debía revisar y firmar. –
Y Ryuken no se equivocaba, su hijo había empezado a entablar una amistad con ese paciente, era un hombre un poco menor que su padre, de aspecto sereno y optimista a pesar del mal que le tenía ingresado en la clínica de los Ishida, un tumor cerebral que otros médicos se negaron a tratar por considerarlo incurable, el padre de Uryu vio en él la oportunidad de replantear algunas investigaciones que llevaba a cabo su reconocido equipo de neurología, así ese hombre ingreso a la clínica y ya llevaba un mes en ella donde conoció a Uryu al tener que ser él quien le acompañara a los exámenes y demás detalles diarios de su cuidado y tratamiento.
- Buenas tardes. – el pelinegro entro a la habitación que estaba a media luz por uno de los síntomas del paciente, jaquecas a causa de las luces fuertes. –
- Uryu!. – el hombre levanto la mirada de una cámara fotográfica que tenía en las manos. – ya sé lo que toca… otro examen verdad?.
- Así es. – miro algo decaído el informe. – pero no es de preocuparse.
- Y no lo estoy, aquí todo me gusta, el trato… el grupo de médicos que me ve y… - su piel realmente pálida se sonrojo un poco al decir esas palabras. –
- Hacemos todo lo posible. – desvió la mirada del hombre. –
- Bueno, entonces es hora de ir por esos exámenes. – intento bajar de la cama pero una de sus piernas le fallo haciendo que se fuera de lado. –
Uryu reacciono tan rápido como pudo y con mucha agilidad le sujeto de la cintura antes de que callera al suelo, ambos hombres se miraron por un segundo sin decir nada, Ishida sentía que todo iba empeorando con ese paciente tan amable y simpático que conoció.
- Ya los médicos me habían advertido de que esto pasaría. – sonrió a medias al tiempo que volvía a sentarse en la cama. –
- Voy por una silla de ruedas. – sus ojos estaban cubiertos por sus cabellos negros. –
- Uryu.
- Si?. – no volteo a verlo. –
- Gracias.
El pelinegro asintió con la cabeza y termino de salir de la habitación, sus puños estaban muy apretados, en ese instante se arrepentía de haber conocido a ese hombre, siempre fue frio y serio y más aun después de conocer sus capacidades genéticas se negó a terminar enamorado pero una cosa es lo que uno dice y otra lo que tu corazón dicta, aquel paciente tan educado, amable y bien parecido le atrajo poco a poco, era con las visitas por revisiones, las incontables idas a diversos exámenes y el verse obligado a entablar conversación, descubro mas que un simple paciente, descubrió a un hombre increíble y que parecía sacado de un cuento de hadas, era tan educado como amable, su profesión era la de fotógrafo, siempre andaba con su cámara en mano y tomaba fotos de todo y cada uno de los médicos, enfermeras y demás personas que le conoció desde que ingreso a la clínica Ishida, su pasión era lo único que le distraía de esa enfermedad.
- Aquí está la si… - un flash cegó por un instante la vista de Uryu. – ya no tienes suficientes fotos de mi?.
- No con una silla de ruedas. – sonrió complacido al ver el resultado de su foto en la pantalla digital de la cámara. – cuando salga de aquí… voy a armar un libro con todas las fotos de mi experiencia, estoy seguro que la novia de un amigo mío me ayudara a publicarlo en un libro, es editora.
- Es la joven que no se separa de un montón de libros y vive hablando por celular?.
- Ella misma. – recordó las incontables visitas que esta y su amigo le hacían cada fin de semana desde que estaba hospitalizado allí. –
- Seguro que sí. – acerco la silla de ruedas a la cama. –
- Ahora vamos por esos exámenes. – bajo poco a poco de la cama hasta sentarse en la silla con ayuda de Uryu. –
- Ukitake.
- Dime.
- Yo quiero ser el primero en tener ese libro con tus fotos.
- Lo tendrás, firmado y dedicado con cariño para ti. – rozo con delicadeza la mano de Uryu que terminaba de acomodar la silla para salir de esa habitación. –
El deseo de vivir puede ser la mejor cura, el apoyo de alguien y la ayuda de una mano amiga puede hacer mucho, pero a veces se pierde las ganas de seguir adelante, Ichigo aun seguía decaído por todo esos dos meses y eso era más que evidente para su familia, hasta la tierna Yuzu quería mejorarle el ánimo así que le pidió que le acompañara a comprar algunas cosas para la cena, ambos iban caminado por la acera muy tranquilos de regreso a la casa, Ichigo escuchaba la amena conversación de su hermana, estaba planeando hacerle un pastel para animarle, ella se desvivía para mejorarle el ánimo, sabía que en el fondo algo pasaba y no era sencillo de solucionar pero una cena bien hecha y un rico pastel emocionaría al más decaído.
- Llevara melocotones… los que tanto te encantan!. – miro orgullosa la bolsa con las compras que traían ella y su hermano. –
- No tienes que hacerlo. – respondió con pena. –
- Claro que quiero hacerlo, vamos a comer pastel!. – la joven alzo la bolsa y dio algunos saltitos hacia delante – mira Ichi – nii, un gatito blanco!.
Yuzu corrió hasta donde estaba el minino montado en un bote de basura, le pareció el animalito mas mono que había visto así que quiso acercarse pero no pudo ya que el pequeño animal salto del bote y corrió sin detenerse para atravesar la calle por todo el medio, luego de aquello un frenazo y un maullido lastimero dejaron paralizados a los dos hermanos.
- EL GATITO!!. – Yuzu corrió donde el animalito que yacía tirado en medio de la vía, aun respiraba pero no parecía capaz de reaccionar ante lo que le rodeaba. –
- YUZU!. – Ichigo corrió a su lado para apartarla del medio de la vía. –
- El gatito… no se mueve. – sus ojos estaban llenos de lagrimas, se sentía culpable por lo del accidente del animalito. –
- Creo que… - miro como su hermana acariciaba la cabeza del animal con tristeza. – aun respira!. – toco con cuidado el estomago del animal confirmando sus palabras. –
- Hay que llevarlo donde un doctor de animales. – miro con suma tristeza a su hermano mayor. –
Ichigo se quito la chaqueta que traía puesta por el frio clima que empezaba a sentirse en ese mes de octubre, con mucho cuidado tomo al pobre minino del suelo y lo arropo con ella como si fuera un bebe.
- Toma las compras… ve a la casa, yo lo llevare a un veterinario. – sabía que su hermana Yuzu no soportaría ver morir a animalito, quería alejarla de toda culpa haciéndola regresar a casa. –
- Pero – dudo de cumplir con la petición de su hermano. –
- Solo ve, al gatito no le pasara nada malo. – le sonrió levemente para animarla. –
- Está bien Ichi – nii. – se fue rápidamente a la casa con todas las compras. –
- Ahora donde consigo una clínica veterinaria?. – miro su reloj de pulsera, eran casi las 7 de la noche y todos los sitios empezaban a cerrar. –
Sin rumbo definido empezó a caminar hasta dar con un taxi que estaba detenido por el semáforo en rojo, pensó que preguntarle a ese hombre sería lo mejor ya que conocería la ciudad de punta a punta.
- Disculpe… - metió sin permiso media cabeza por la ventana del copiloto. – conoce alguna clínica veterinaria?.
- Eh?, clínica para mascotas. – el hombre entrado en años noto en seguida el bulto que traía Ichigo en sus brazos. – sube muchacho, yo te llevo.
En el mundo aun existen almas caritativas, de eso estaba seguro Ichigo ya que el dueño del taxi se dirigió con rapidez por media ciudad hasta casi salir de Karakura por una zona comercial muy pequeña, pronto Ichigo noto que en la parte baja de una casa había un aviso que decía “clínica veterinaria”, era su salvación o mejor dicho la salvación del gatito que llevaba en sus brazos.
- Aquí es muchacho. – el taxista freno frente al lugar. –
- Cuanto le debo?. – sabia que una carrera de punta a punta por la cuidad no era económica. –
- Déjalo así, vi que levantaste al animal de la vía, guarda el dinero para pagar su tratamiento. - sonrió amablemente y se retiro del lugar. –
- Gracias. – estaba impresionado por la amabilidad del desconocido. –
Sin pérdida alguna corrió hasta la entrada del pequeño local, en la puerta estaba la señal de ABIERTO, Ichigo se sintió tan feliz de que a esas horas estuviese todavía funcionando el local, con prisa entro y vio que el sitio estaba solo, sin una sola persona a quien preguntar o alguien que le atendiera, un pequeño escritorio seguro era el sitio donde estaría la secretaria que brillaba por su ausencia, la sala de espera era pequeña y contaba con un sofá de tres puestos y algunas sillas mas, las paredes estaban adornadas de hermosas fotografías de la vida animal pero en su mayoría pertenecían al reino de los felinos, Ichigo camino con impresión hasta toparse con dos puertas, en una de ellas colgaba un cartel de ( solo personal autorizado ).
- HOLA!! HAY ALGUIEN!! – grito con preocupación al pensar que perdía su tiempo allí. –
- Ya cerramos… - una voz se escucho desde el fondo de la habitación donde tenía el cartel. –
- Pero es una emergen… - Ichigo hizo silencio bruscamente al ver la persona que salía de esa habitación. – TU!.
- Chico enfermera!. – el hombre trajeado con una bata azul celeste de veterinario miraba mas impresionado aun a su última visita del día. –
Todos los recuerdos se agolparon en la cabeza del pelos de naranja, los besos, las discusiones, la estancia en la clínica, su mente pareció caer en un letargo de impresión, su cuerpo se tenso y olvido por completo lo que lo trajo allí, pero Grimmjow pareció notar al bulto en los brazos del chico y sin preguntar nada se lo quito.
- Que le sucedió?. – camino con rapidez hacia su consultorio y dejo al pobre gatito sobre una mesa metálica, tomo su estetoscopio y empezó a examinarlo con seriedad. –
- Lo atropello un auto. – miro impresionado como aquel desagradable hombre se portaba con seriedad y firmeza haciendo su trabajo. –
- Esta en shock, creo que tuvo suerte si no tiene algún hueso roto. – se alejo con el gatito rumbo a la sala que decía “solo personal autorizado”. –
Ichigo permaneció silencioso mientras el veterinario hacia su labor, tomo unas radiografías del animalito, le puso suero y le dejo descansar en un pequeño cubículo bien abrigado y tranquilo.
- No tiene ningún hueso roto u órgano lastimado, solo está en shock por el choque, hay que dejarlo descansar y ver como amanece. – Grimmjow se quito los guantes y camino hasta donde estaba Ichigo con rostro sereno. –
- Eso es bueno, Yuzu se sentirá mejor al saberlo. – Sonrió con alivio. –
- Y… quien es Yuzu?. – pregunto en son desagradable. –
- Mi hermana menor, ella encontró al gato pero este se asusto y salió corriendo, así tuvo el accidente.
- Y como demonios entraste, ya había cerrado. – se rasco la cabeza dudoso. –
- Decía abierto en el cartel de la puerta.
- Nell!!... siempre olvida poner el cartel de cerrado!. – gruño para sí con fastidio. –
- Pero eso ayudo a que yo entrara y tú salvaras al gato.
- Eso si es verdad. – se cruzo de brazos en pose pensativa. –
- Y tu… yeso?. – miro el ahora liberado brazo del peli azul. –
- Me lo quitaron hace dos semanas en la emergencia de la clínica, no te vi por allí ese día.
- ( Urahara!!... seguro evito que entrara, pero pregunto por mi… estaba buscándome) estudio en la mañana por eso no me viste.
- Ya… aun estas enfadado por lo que te hice?. – Grimmi empezó a acortar la distancia entre ellos. –
- Eh… - Ichigo se sintió totalmente fuera de lugar con la pregunta tan directa. –
- Vamos, no me respondiste aquella vez, creo que debía volver a preguntártelo.
Grimmjow empezó a caminar con paso seguro hacia Ichigo, le miraba de arriba abajo como una pantera a punto de saltar sobre su presa, ese acorralamiento solo causaba que el pelinaranja retrocediera a cada paso que Grimmjow avanzaba, el juego siguió así hasta que ya no hubo espacio para que el chico retrocediera y se dio cuenta de la peor manera ya que sus piernas tropezaron con el sofá de tres puestos y cayó de espaldas sobre el mismo.
- ALEJATE!! – intento patear al veterinario en el pecho pero este sujeto el pie de Ichigo entre sus manos y abrió sus piernas más aun acomodándose entre ellas gracias a esa patada. –
- Tengo mis dos brazos libres… aquella vez no y por eso creo que escapaste. – sin pedir permiso se ubico muy pegado a las caderas del pelos de naranja. –
- BAJATE!!. – se revolvió intentando tumbarle al suelo pero Grimmjow es más fuerte y escurridizo. –
- Después de que me respondas, pero… antes debo volver a hacer todo para saber tu verdadera respuesta.
Con la agilidad que le caracteriza sujeto ambas muñecas de Ichigo con solo una mano para ahora llevarlas encima de la cabeza del pobre chico que no dejaba de gritar e intentar salir de ese lio, su otra mano libre se deslizo sin permiso alguno por bajo la camisa negra que llevaba puesta Ichigo, sus dedos traviesos tocaron aquel cuerpo que temblaba sin reparo, su mano se paseo desde el estomago subiendo poco a poco hasta tropezarse con su pecho, en ese instante Ichigo abrió de golpe los ojos al sentir que era tocado con descaro, la cabeza de Grimmjow bajo poco a poco por su cuello, mordisqueando y lamiendo como si se tratase de un buen helado en un día de calor, succiono sin descaro la base de su cuello causando un notable moretón, de allí subió para con su boca acallar los gritos de protesta de su presa, aquella lengua le invadió sin permiso alguno, sintió el cálido cuerpo invasor deleitándose con el interior de su boca, no quería, no debía dejarse llevar por ello, pero… su cuerpo empezó a reaccionar ante el tacto y aquellos besos, su entrepierna estaba empezando a sentirse prisionera, el rose contra la notable excitación del peli azul le estaba volviendo loco, jamás pensó en cosas tan subidas de tono juntas a la vez, era como querer decirle que hiciera de todo con el pero a la vez no.
- Acaso no vas a gemir como la otra vez?. – susurro con descaro al oído de Ichigo. –
- Te mandare al demonio… - articulo con los ojos bien cerrados, le daba terror solo el abrirlos y mirar aquella cara lujuriosa y deseosa que lo poseía en ese momento. –
- Seguro es tu primera vez… tendré cuidado. – ronroneo con seducción al tiempo que su mano traviesa encontraba el cierre de los pantalones del chico. –
- SUELTAME!! NO VOY A HACER NADA CON… - sus labios fueron otra vez apresados con suavidad, aquel beso era embriagante. –
Grimmjow estaba seguro de lo que hacía, sabía que ese chico le gustaba y por ello no se detenía aunque Ichigo pataleara, le gritara y amenazara, seria suyo, así le gustaban las cosas a él, pero al poco de empezada esa batalla el peli azul noto con satisfacción que Ichigo bajo el rango de hostilidad, mientras más le tocaba y le besaba las fuerzas de su presa se debilitaban, sentía que hasta le empezó a corresponder los besos, ya para ese instante el pantalón y la ropa interior del pelos de naranja yacían tiradas en quién sabe dónde.
- Porque no te niegas?. – volvió a besar con fuerzas aquel moretón que le hizo en el cuello. –
- Descubrí… que… - un enorme nudo no le dejaba decir lo que sentía en el corazón. –
- Mejor me lo dices después… - sin dejar de mirar a los ojos de Ichigo empezó a bajar su mano para apoderarse de la creciente excitación del mismo, sonrió descarado al ver como el rostro del chico se tornaba rojo tomate de golpe. – te hare sentir cosas increíbles…
En un vaivén delirante se trasformaron los movimientos de su mano, era claro que aquel chico no había hecho nunca una cosa así, su rostro demostraba por todos lados impresión pero al mismo tiempo lujuria contenida, después de que Grimmjow le comento lo de los gemidos él se negó a soltar ni uno solo, todavía creía que le quedaba un poco de dignidad, pero su cuerpo le fallo, aquella sensación de calor en su bajo vientre, los espasmos, el cosquilleo, las manos de aquel hombre, no aguanto más, tuvo que soltar en un gran gemido el nombre de Grimmjow, lo que le había hecho sentir era único, su cuerpo temblando de placer por el orgasmo, aquella sensación de felicidad indescriptible le lleno la mente y el cuerpo.
- No y que no gemirías?. – se lamio uno de sus dedos con descaro. – aun falta lo mejor…
- Estu..estupido…. – jadeaba sin control por lo sentido. –
- Necesito ambas manos… serás buen niño y no te pondrás agresivo - soltó las manos de Ichigo con cuidado. –
Apenas Grimmjow le libero, Ichigo vio la oportunidad de cumplir con sus deseos, debía hacerlo antes de que el peli azul se le ocurriera hacerle algo mas, miro con seriedad al rostro del mencionado y sin darle tiempo a predecir los movimientos de Grimmjow le sujeto con ambas manos el rostro y le planto un beso apasionado, estaba dominando la situación al fin, no solo el peli azul podía hacer lo que le diera la gana con él, esta vez el decidiría que se haría y le diría lo que sentía.
- Me gustas… idiota. – se separo de aquel atrevido beso. –
- Y te gustare más después de esto. – sin pérdida de tiempo se deshizo de su ropa de trabajo, quedo total mente desnudo y a vista de un sonrojado Ichigo bajo el. –
Luego de terminar de desvestir a su presa le tomo con ambas manos de las caderas y le acerco mas hacia él, un roce atrevido volvió a sentirse entre ambos, el peli azul deslizo su lengua por todo aquel torso desnudo, subiendo poco a poco para después atrapar entre sus dientes uno de los pezones del chico, mientras se divertía con ellos su mano derecha se deslizo hacia la entrepierna del pelinaranja buscando aquel lugar que nadie había tocado nunca, al encontrarlo empezó otro juego de caricias atrevidas, preparando el terreno para lo que vendría, por su parte Ichigo decidió que ya no valía la pena detener lo que sentía, entre gemidos de placer se dejo llevar por aquella boca, aquellos dedos invasores que le tocaban mas y mas, sentía que reventaría por dentro de tantas sensaciones placenteras a la vez.
- Eres… un desgraciado atrevido… - insulto en tono excitado al oído de Grimmjow. –
- Me encantas, me gustaste desde el mismo día que me trataste con tanta maldad… eres realmente lindo cuando te molestas… - termino de jugar al gato y el ratón, sin prisa decidió que era hora de soltar toda aquella excitación, esas ganas locas de poseerlo por completo. –
Aquellos cuerpos de unieron por primera vez, una dolorosa sensación invadió por completo a Ichigo, no pensó que sería tan incomodo, unas cuantas lagrimas empezaron a brotar de sus ojos sin el quererlo, sus manos se aferraron al cuello del peli azul para poder soportar el dolor del momento, en un instante Grimmjow empezó a besarle para calmar su angustia al estar seguro de que nada empeoraría empezó a balancear sus caderas con algo de fuerza, estaba realmente deseoso de sentir mas y mas aquel cuerpo acelerando el paso poco a poco, volviéndolo un vaivén delirante hizo que otra vez Ichigo se sintiera en el paraíso, tocaba con cada embestida aquel punto de placer que le hizo olvidar el dolor con rapidez, una de sus manos se volvió a tomar el control de la naciente excitación del pelinaranja, embistiendo y acariciando al mismo tiempo a aquel chico. Mas jadeos y gemidos iban dirigidos con pasión a los oídos de ambos, el paso se acelero hasta el punto que Ichigo sintió como los espasmos y unas ultimas embestidas dejaron dentro del el orgasmo del odioso peli azul, unos segundos después del de él.
- Valió la pena preguntar si te gustaba?. – sonrió descarado Grimmjow al tiempo que se separaba con cuidado del cuerpo de Ichigo. –
- No estuvo mal… - se sentó con cuidado en el sofá. – pero fue una locura…
- Me gustan las locuras. – beso con suavidad la mejilla de Ichigo. –
- Creo… que a mí también me gustaran.

Continuara.
LEMONNNNN HUBO LEMONNN AL FIN!!, esos dos se tenían unas ganas XD… ya está declarado que Grimmjow consigue lo que quiere y como quiere, pero.. que tal lo de Uryu?, es que no hallaba con quien emparejarlo y no terminar loca, si hasta pensé en Szayel pero después me dio hasta escalofríos poner al pobre Quincy con un maniático depravado como él y me negué rotundamente a dejar que eso le pasara a mi pobre Uryu, una muy pero muy buena amiga de meter a Ukitake me dio la idea y en verdad que me gusto ya que Ishida necesita a alguien más maduro y centrado para que le saque de ese cascaron hermético de no querer a nadie!, espero que ahora las cosas den un giro muy especial, les comente que habría mpreg de verdad verdad y pues hagan sus apuestas que para el próximo capi verán cosas interesantes XD…

Próximo Capítulo:
Uno más uno es igual a tres?
Notas finales: graciassss por leer y como nota final subi este capi muy rapido asi que a comentar XD

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