Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En manos de profesionales por Lunita

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, aquí vuelvo con el siguiente capítulo. He de anunciar que no estoy segura de que me vaya de viaje en semana santa, pero de todos modos dudo que pueda escribir estos días. Para compensar un poco, he hecho este capítulo algo más largo. Espero que lo disfrutéis.


Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.


Itachi corría por las calles, haciendo un poco de footin. Era muy temprano, tan sólo las seis y media de la madrugada. Puesto que aquella noche se había negado a atender a uno de sus clientes, la jornada se le había hecho más corta. Era cierto que había perdido dinero, pero se negaba a hacerle aquella faena a una persona que simplemente estaba confuso. Ya había cometido aquel error anteriormente y eso era algo de lo que se arrepentiría toda la vida.


Había decidido irse directamente a casa tras acabar de hacer sus labores, aunque a menudo se daba un paseo por el parque antes de volver.


En una profesión en la que todo dependía de su físico, era muy importante mantenerse en forma. Pero aquel día no tenía ganas. Estaba agotado mentalmente tras haber tenido que fingir para varios cincuentones infieles y desesperados, por lo que se saltó la "ruta turística" y corrió por la calle principal, que conducía a su casa.


Itachi vivía en una pequeña casa en las cercanías al centro de la ciudad con su hermano pequeño. Uchiha Sasuke, el hermano de Itachi, tenía cinco años menos que él. Ambos eran muy parecidos, pero aún así había pequeñas diferencias que hacían que fuese difícil confundirles. Sasuke era un poco más bajo que su hermano, tenía la piel más clara y bajo los ojos no tenía ninguna marca al contrario que su hermano. Sin embargo, lo que más les diferenciaba, a parte de su estilo de vestir, era su pelo. Sasuke lo llevaba corto, de forma que se le erizase por la nuca y sobre la cara le cayesen un par de mechones.


Al llegar entró en casa con mucho sigilo, tratando de no hacer ruido, aunque no le sorprendió ver a su hermano desayunando en la mesa de la cocina. Era muy madrugador.



-¡Hola! ¿Ya estás despierto? -dijo tratando de parecer alegre.


-Hola... -dijo de mala gana.


-¿Qué tal?


-Aquí -dijo en tono antipático, sin hacerle mucho caso.


Chasqueó la lengua.-Tan cascarrabias como siempre. Oye ¿Qué tal si quedamos mañana?


-Ya nos vemos todos los días -dijo secamente.


-No, digo que qué tal si salimos.


-¿Salir? ¿A dónde? -dijo sin alterar su expresión.


-Al parque, con unos conocidos... aunque no les conozco mucho... bueno, ¡Da igual!, con unos amigos. Estar siempre viendo la tele debe ser muy aburrido, ¿hagamos algo no?


-No, no quiero. Además, seguro que es uno de tus clientes.


-No, no lo es. Casi, pero no.


-¿Casi? -Sasuke se giró levemente, con algo de interés- Eso quiere decir q te lo tirarás en los baños mietras tomo el postre. Como cuando era pequeño.


-¡No, tonto! Era virgen y ya sabes mi politica anti-quitar la virgnidad.


-Ya ya, pero conmigo no tuviste ninguna política ni nada. Así que no vengas con esas. No iré.


-¡Vamos Sasuke, hace mucho que no sales! -decía Itachi, tratando de convencer a su hermano, que era extremadamente terco.


-¡Te he dicho que no! ¡No tengo ningún interés en salir con tu amigo! -replicó poniendo énfasis en el tú.


-Sasuke, te pasas la vida aquí dentro, tienes que salir. Entiendo que estés enfadado conmigo y que no te guste estar a mi lado, pero al menos toma algo de aire fresco.


-¡No quiero! ¡Ya sabes que odio tener que vivir contigo! ¡No pienso ir!


-Sasuke... -suspiró agotado- necesitas salir.


-¡Salgo cuando quiero! Si es conocido tuyo, ve tú. Yo no piento nada -añadió poniéndose serio, alzando la voz.


-Sasuke -Itachi empezó a enfadarse- soy quien manda en esta casa y te vas a venir conmigo ¿Entendido?


-Tú no mandas en mi.


-Sí, si que lo hago y no quiero más reproches.


-Di lo que quieras, pero no mandas en mí.


-No quiero empezar con amenazas -dijo Itachi subiendo más el todo de voz- te vienes y punto.


-¡¡NO!!


-¡¡Te llevaré de los pelos si hace falta!!


-¡¡Inténtalo!! -gritó el menor ya harto, y sin escuchar ni una sóla palabra más de reproches por parte de su hermano mayor, se fue a su habitación cerrando la puerta con un sonoro portazo.



-xXx-




-A ver dónde están... -hablaba para sí Deidara, mientras caminaba por el parque.



El tiempo era estupendo aquel día. El cielo azul y brillante estaba totalmente despejado, y la luz del sol iluminaba con suavidad las copas de los árboles, haciendo que el verde de sus ojas pareciera irreal. La luz también incidía sobre las aguas de una hermosa laguna, llena de todo tipo de aves acuáticas. Un conjunto de puentes separaban las dos zonas en las que se dividía el parque, la zona de jardines, con el lago, el paseo y los animales y otra zona para los niños. No había mucha gente en la zona de paseos, la mayoría eran niños pequeños que iban a dar de comer a los patos, acompañados por sus padres y alguna que otra pareja.



-Te dije que no quería venir. Son amigos tuyos. Además, ¡hoy quería comer ramen! -exclamó a su lado su hermano pequeño.



Ambos eran muy parecidos. La diferencia era que Deidara era algo más alto y flaco, con el pelo mucho más largo y los ojos más claros. Naruto, su hermano menor, llevaba el pelo corto, haciendo la forma de picos, los ojos pintados de un azul brillante y la piel de un tono tostado.



-Podrás comer ramen si quieres, pero intenta comportarte.


Naruto bufó molesto.



Deidara logró dislumbrar a lo lejos la silueta de itachi, acompañado por un chico más joven que debería ser su hermano. El moreno esta vez llevaba unos vaqueros de color azul marino, mientras que cubriéndole el torso tenía una camisa y una chaqueta de cuero marrón. Sobre los ojos llevaba unas gafas de sol, idénticas a las de Deidara. Mejor dicho, llevaba las gafas que se había olvidado el día anterior en el bar.

Su hermano por el contrario llevaba una ropa algo más amplia, unos pantalones de deporte de color negro y una sudadera azul de cuello alto y sin capucha.



-Venga, Sasuke no te pongas así ¿Qué van a pensar de ti? -dijo itachi tratando de calmarle cuando aún estaban lejos.


-Me importa una mierda lo que piensen. Cuando pueda me largo.


-Sé un poco más amable, ¿vale? Ya verás cómo te lo pasas muy bien.


-¿Yo? ¿Pasarlo bien? Ve a pedir ese milagro a Lurdes -dijo con un tono irónico.


Suspiró- Mira, están ahí ¡Deidara!



Los cuatro se acercaron con tranquilidad.



-¡Ah, hola! -le saludó el rubio mayor- éste es naruto, mi hermano pequeño.


-Hola... -habló el mencionado sin muchas ganas.


-Qué bien -le contestó itachi- éste es Sasuke, mi hermanito -le empujó para que se acercara un poco más.


-Abstente de volver a llamarme hermanito -dijo amenazante.


Los dos chicos tenían unos dieciseis años, aunque el Uchiha era más alto que Naruto.



-Jeje, es muy gracioso ¿Verdad Sasuke? -le dio un codazo para que se comportase.


-Si... mucho -dijo cortante.



Naruto rió para sí; por lo menos no era el único que no quería estar ahí.



-Bueno, ¿qué os apetece hacer? -preguntó Deidara.


-Podríamos ir a comer algo y luego dar una vuelta -le respondió Itachi.


-Está bien ¿Dónde hay uno? No conocemos mucho la zona.


-Hay uno cerca que cocina de todo.


-¿Y tienen ramen? -preguntó Naruto con mucho interés.


-Sí, creo que también.


-¡¡Vamos entonces!! -exclamó Naruto muy contento.


-Sasuke ¿Qué te parece?


-Mientras no tenga que comer la mierda del ramen...


-¡¿Cómo que mierda!? ¡Está buenísimo! -exclamó el rubio menor.


-Me da igual lo que pienses. Es una basura.


-No sabes apreciarlo.


-Porque no hay nada que apreciar -le contestó airado- apreciar algo tan asqueroso es ridículo.


-Igual que tú -le contestó Naruto, cada vez más enfadado.


-Como que no quería venir.


-Pero por lo menos podrias ser más amable aunque parece que esa cara de desaliñado la tienes permanentemente.


-Mira quién habla ¿Para ti qué es el champú?


-¿Qué insinúas, teme?


-Que pruebes a ducharte de vez en cuando, no matará las pocas neuronas que te quedan.


-¿Tanto te molesta estar entre personas? -replicó el ojiazul.


-Chicos, parad -dijo Itachi, viendo que ya iba demasiado lejos.


-¡¡No quiero estar entre personas, y menos si son como tú!! ¡YO ME LARGO!


-Sasuke, no -dijo itachi.


-Qué delicado... si es que no aguantas nada, teme.


-Naruto, ya vale -intervino esta vez Deidara.


-Seguramente es marica.


-Bisexual, gilipoyas -le espetó en la cara Sasuke.


-¿¡Qué has dicho!?


-No sé por qué te enfadas, sólo te he llamado por tu nombre.


-Bueno eso significa que te molan los tios también. Es lo mismo -dijo con tono prepotente.



El Uchiha menor sintió ganas de acabar con él, pero en lugar de eso, se dio la vuelta y empezó a caminar.


-¡Cobarde! -fue lo último que logró articular Naruto, ya que el Uchiha se dio la vuelta y le estampó un puñetazo en la cara, partiéndole el labio.


-¡¡SASUKE!! -le cogió de la muñeca y le dio una bofetada- ¿¡Qué crees que haces!?


-Itachi... -habló esta vez Deidara- nosotros nos vamos. Está visto que no podemos convivir con otras personas.



Agarró a Naruto del brazo y empezó a arrastrarle fuera del parque.



-¡No, espera! -dijo Itachi tratando de calmar la situación.



Pero Deidara prefirió no escucharle. Siempre ocurría lo mismo. Prefería no perjudicar a nadie y siguió andando.



-xXx-



-Naruto, perdóname por llevarte obligado. Si no quieres ir a algún sitio, no te obligaré a partir de ahora -dijo Deidara deprimido mientras caminaban por la calle.


-Gracias. No sé dónde conociste a esos dos, pero parecen pordioseros.


-Naruto, tampoco es eso...


-Ojalá no vuelva a ver a ese teme en la vida...


-¿Te sigue doliendo el labio?


-No, qué va. Sólo cuando hago movimientos bruscos.


-Ten cuidado.



Justo en ese momento bajaban unas escaleras. Naruto apoyó mal el pie y se cayó en una mala posición.


-¡¿Naruto!? -Deidara se acercó a él- sin duda hoy no es nuestro día...


-Itte... me duele...



Deidara observó su pierna, que se había rozado con el suelo de piedra y había hecho un par de arñazos que comenzaban a sangrar levemente. En su brazo también se había llevado un golpe bastante fuerte al igual que en la rodilla.



-Escucha, creo que hace poco pasamos una farmacia. Espérame aquí un segundo que voy a por algunas cosas para curarte.


-Vale, date prisa.



Salió corriendo, volviendo atrás por el camino que habían recorrido. La farmacia estaba a tan sólo unos cincuenta metros, por lo que llegó enseguida. Al entrar vio que había tres personas delante. Aún iba a tardar unos minutos...


Las puertas se abrieron de nuevo y dejaron pasar a un par de personas a las que no prestó atención. Estaba demasiado deprimido. Todo había salido mucho peor de lo que hubiese imaginado. No sabía qué podía hacer para que estuviesen mejor. Habían estado en seis ciudades diferentes en los últimos años y sin embargo no lograban congeniar en ninguna de ellas. Aquello era un problema. Lo sabía. Pero no le encontraba solución.



-¿Naruto aún está mal por lo del labio? -dijo una voz a su espalda.



Se giró instintivamente, topándose cara a cara con Itachi.



-No es eso, se ha caído ¿Pero qué haces aquí? ¿Me has seguido?


-En realidad, no.


-¿Entonces?


-Vengo por... condones -susurró la última palabra en su oído, haciendo que un escalofrío le recorriese la espalda.


-¿Condones... ? -murmuró en respuesta.


-En mi trabajo son necesarios -dijo con obviedad.


-Ya...


-¡¡Siguiente!! -exclamó la farmacéutica.


-Sí, buenos días. Quería un desinfectante, unas vendas, algodón y unas tiritas.


-Enseguida -la chica se lo colocó todo sobre el mosrtador.


-¿Algo más?


-No ¿Cuánto es?


-Trescientos.


-Qué caro... -deja un billete sobre la mesa y empieza a recoger los objetos dentro de una bolsa.


-Disculpe, no aceptamos dinero extranjero. Son trescientos ryos.

 

-Ups... -Deidara comenzó a sudar ¡No tenía ryos!

 

-Denos también un par de cajas grandes de condones -escuchó decir a Itachi mientras dejaba un billete y unas monedas sobre el mostrador.

 

-Muy bien, gracias -la chica les sonrió a los dos mientras cogían las cosas y se iban.

 

 

Todos los de la tienda se les habían quedado mirando.

 

 

-¿Por qué has hecho eso? -le preguntó el ojiazul al salir.

 

-Porque no tenías dinero y te hacía falta.

 

Suspiró- Itachi, no te entiendo.

 

-No hace falta ¿Dónde está tu hermano?

 

-Por allí -señaló el camino.

 

 

Los dos avanzaron por la calle, aunque ya comenzaba a oscurecer levemente.

 

 

Al llegar a donde estaba, sin decir nada, Itachi comenzó a examinarle. Le miró con especial interés la rodilla y el tobillo derecho.

 

 

-Tienes un tendón fuera del sitio, además de haberte hecho un esguince en el tobillo. Te hinchará un poco estos días, pero no es grave.

 

-¿Cómo sabes todo eso? -le preguntó Deidara.

 

-Soy médico.

 

-¿¡Tú!? ¡¿Médico!? -el ojiazul se quedó con la boca abierta.


-Sí, bueno... es largo de contar. Tal vez en otra ocasión -dio un toque seco en la parte trasera de la pierna de Naruto, el cual gritó de dolor.


-¿¡Qué le has hecho!?


-Sólo le he puesto el tendón en su sitio. El caso es que no fue en caliente, por lo que duele más. Dame el desinfectante y el resto de las cosas. Yo me encargo de él.


-Itachi, te doy las gracias, pero no puedo pagar tus servicios como médico privado. Ya me encargo yo de él.


-No pienso cobrarte -empezó a tratarle las heridas con sumo cuidado, utilizando el desinfectante con mucho cuidado, de modo que el escozor no fue casi notorio.También le vendó el tobillo y le vio el brazo por si el golpe le había afectado a alguna otra zona- Naruto necesita reposo absoluto ¿Dónde vivís?


-Etto... nosotros...


-En un hostal -respondió el mejor.


-De eso nada. Os quedáis en mi casa.


-¿Estás de broma, no?


-Naruto no puede caminar así y el hostal más cercano está casi a un kilómetro.



Deidara miró cómo Naruto intentaba ponerse de pie, con movimientos extremadamente torpes y lastimosos.



-Está bien; nos quedamos.




-xXx-



-¡¡No pienso dejarle mi cama!!


-Vamos, Sasuke, está herido y en parte es por tu culpa.


-¡Que duerma en el sofá!


-He dicho que no y es que no ¡No quiero más discusiones!



Sasuke se fue de mala gana del recibidor. Itachi ayudó a Naruto a tumbarse sobre la cama de la habitación de Sasuke.



-No le hagas caso, está un poco... idiotizado. Ya se le pasará.


-¿Oye, y mi hermano?


-Bah, no te preocupes, él duerme conmigo.


-¿¡Cómo dices!? -exclamó desde la otra habitación.



Itachi volvió al recibidor.



-Sólo tenemos dos habitaciones.


-¿No puedo dormir en el salón?


-Creo que Sasuke lo ha pillado primero -abre una de las puertas y ve al Uchiha menor colocando unas mantas y su almohada sobre el sofá azul del centro de la sala.


-Puedo dormir con Naruto. No me importa.


-Está lesionado, podrías darle un golpe sin querer mientras duerme.


-Bueno, puedo quedarme en el suelo, no me importa -dijo ya como último recurso.


-¿Qué tienes contra mí? -replicó Itachi- Además, piensa que dentro de nada yo me voy a trabajar. Cuando vuelva ya estaréis dormidos.


-Está bien, pero no es que tenga algo en tu contra -afirmó tratando de parecer convincente.


-¿Entonces?


-No me gusta dormir con otras personas. Sólo es eso.


-Entonces, tranquilo, ni te enterarás. Vamos -le agarró del brazo y tiró de él para que entrase en la habitación del fondo.



El cuarto estaba pintado de un color azul marino, casi negro, con algunos detalles en rojo, parecido a la habitación del club en la que había estado, pero con una cama normal, un escritorio y un armario mucho más pequeño y algo viejo y desgastado.


Deidara se sentó sobre la cama, probando el colchón.



-Es muy cómodo -afirmó mientras se tumbaba sobre él.


-¿A que sí? Pues todo para ti.



Itachi se dirigió al armario y empezó a escoger algo de ropa.



-Oye, Itachi, la verdad es que tengo cusiosidad...


-¿Curiosidad? -se giró para verle.


-Generalmente no se asocia tu actutid a alguien que se dedica a vender su cuerpo... sin ofender.


-Bueno, que venda mi cuerpo no quiere decir que sea antipático, ¿no crees?


-¿Puedo preguntarte cómo empezaste? A este paso acabaré metiéndome en eso yo también -preguntó tratando de decirlo con tacto, a pesar de que era muy difícil.


-No te lo recomiendo. Créeme. La verdad es que fue por necesidad, pero... es algo que prefiero no recordar.


-Perdona.


-Bueno, me voy a trabajar. Nos veremos mañana.


-Espera, ¿tienes algún pijama?


-Mira en el armario. Si necesitas algo, estás en tu casa. Yo me voy. Adiós.


-Adiós.



Itachi cogió una chaqueta del armario y se fue.


Sólo una pregunta rondaba la mente de Deidara en aquel momento: "¿Qué te ha pasado, Itachi...?"





Continuará...

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).