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I need you so much por EvE

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Notas del capitulo:

Tuve que dividirlo para que cupiera T^TUU ahora si... la ultima parte xD

saludosh!

You’ll always be my baby…

 

Las luces brillantes en el cielo nocturno le hicieron alzar la mirada y sonreír  ligeramente. Estaba sentado sobre el quicio de la ventana, de ese cómodo departamento frente a la playa que tenía Hyoga en Tokio, y que muy amablemente le ofreciera compartir cuando regresaron de sus vacaciones en río de Janeiro, hace poco más de un año.

Hubiera querido sonreír ante el espectáculo de juegos artificiales, pero la sonrisa era casi un imposible en esos últimos meses. Melancolía y  tristeza era lo único que se avistaba por sus ojos azul obscuro, peor aún cuando se quedaba solo como en esos momentos y tenía que lidiar con sus recuerdos de todo lo que extrañaba.

Muchas veces quiso encaminarse al templo marino, al lado de sus amigos y del hombre que tanto amaba y necesitaba, pero la culpa no se lo permitió. Tan solo de recordar lo dicho en esa tarde en Río de Janeiro se le formaba un hueco en el estómago… en todo ese lapso de tiempo fuera del Santuario de Poseidón, jamás entendió como pudo ser tan estúpido.  Si, se había acostado con Hyoga en aquella ocasión y varias más, pero pasada la enajenación del momento todo cambió. Su necesidad por Kanon se hizo casi dolorosa, y el saber que lo había alejado para siempre de él le hacía llorar todas y cada una de las noches desde ese entonces.

Aún no terminaban las vacaciones en Brasil y ya lo necesitaba… nada fue como lo planeó.

No pasaba un día sin que extrañara el templo marino y a sus amigos, sin que extrañara ver la sonrisa de Kanon en su rostro bronceado, o sentir las tiernas caricias que sus manos le brindaban cuando estaban a solas. Y lo había despreciado… Kanon nunca le perdonaría.

I’m always thinking of you baby…

 

Había un festival de verano en Tokio que lanzaba fuegos pirotécnicos al cielo; Isaac lo contemplaba con abstracción, recordando festivales como esos cuando aún estaba en Grecia, cuando Kanon lo rodeaba con sus brazos y juntos miraban el cielo, disfrutando del espectáculo en compañía de los que se convirtieron en su familia, amigos y compañeros de armas. Extrañaba a los marinas, por supuesto que sí.

A pesar de que Hyoga y Seiya solían ser amistosos con él, nunca se adaptó del todo a su grupo.            Ikki no lo soportaba (y viceversa) Shun resultaba hasta empalagoso y Shiryu  era prácticamente indiferente a todos, rara vez se le veía en el grupo, pues el convivía mucho más con su maestro y en el santuario que con los muchachos de bronce.

Salvo las visitas de su maestro, todo estaba empañado de una monotonía hastiosa y de la que francamente ya estaba harto. Necesitaba a su familia marina, necesitaba su pilar, a Kanon…

Se puso de pie y observó el mar ennegrecido por la noche frente a sus ojos, salpicado de múltiples colores que relucían sobre la superficie como pequeñas llamas. Las manos le temblaban, casi por inercia cerró las palmas y las apretó, tenía que ir a donde el estaba, ya no podía soportar más días anhelando su presencia, era demasiado.

Sin que su sus pensamientos se hilaran del todo, corrió hacia el muelle, adentrándose en el océano por el camino de madera que se presentaba frente a él y sin  mirar atrás. Iría a su lado, de alguna forma, repararía los errores cometidos…

Pero lo único que le cruzaba por la mente en esos momentos era abrazarse contra su cuerpo y no soltarse jamás.

Saltó al agua con los ojos cerrados, como cuando se tirara del bongi, si saber si el mar aún lo trataría como uno de los suyos, si las corrientes marinas lo reconocerían para llevarlo de vuelta a casa… tenía que ser así, por que Isaac era un marina, aunque hubiera llegado a pensar lo contrario.

Touch me in the morning
and last thing at night
keep my body warm baby, you know it feels right…

 

Cuando  Kanon lo viera llegar, abriéndose camino entre la gente que pululaba uno de los patios principales del templo marino, donde se llevaba a cabo una fiesta de verano, le trajo el deja-vú de la primera vez que arribara al sitio. Era mucho más pequeño, pero podía percibir su miedo casi tan fuerte como lo veía ahora, cuando sus ojos danzaban entre los presentes y se limitaba a merodearlos como un animalillo huraño e inseguro.

Volvía, tras mas de un año pero estaba ahí, empapado y algo tembloroso, pero con una mirada que reflejaba lo mucho que había extrañado ese sitio… sus ojos emocionados lo delataban.

Julián le extendió la mano para que se acercara mas a ellos, mientras Sorrento y Thetys lo contemplaban emocionados, los demás se limitaban a verlo con cierta hosquedad que alertaba a Isaac y lo ponía a temblar aún más.

Kanon simplemente bebió de su copa de vino, aguardando a que el valor de Isaac le permitiera acercarse a donde el Avatar de Poseidón y el estaban, dedicándole una mirada expectante, aunque indolente.

El Kraken finalmente avanzó con pasos más seguros, llegando hasta el grupo de marinas con la mirada baja y mordiéndose el labio inferior; hubiera querido decir tantas cosas, pero la garganta se le había cerrado casi herméticamente y a duras penas y podía respirar.

– Yo… – alzó la mirada, contemplándolos con una sonrisa estúpida y temerosa – Lo siento…–

– Cobarde… ¿¡Por qué no habías vuelto!? –

La voz de Eo y el soberbio golpe que le pusiera en la cabeza con su palma abierta le hicieron abrir los ojos con sorpresa, pero apenas y tuvo tiempo de reaccionar. Sus brazos lo rodearon casi al mismo tiempo que lo hacían los de Baian, los de Sorrento… se vió perdido en abrazos que no lograba corresponder del todo por la emoción que lo embargaba, pero que disfrutaba intensamente.

Cuando el creyó que lo echarían a patadas, parecían haberlo estado esperando.

– No los merezco –

– Ya no digas más tonterías, sabíamos que estabas muriéndote por volver –

Isaac abrió sus ojos aun más sorprendido ante la afirmación de Sorrento, más no pudo decir nada más, pues tenía absolutamente toda la razón.

– ¡Y llegaste justo a tiempo! La fiesta apenas empieza –

Kaysa le dedicó una de sus clásicas sonrisas siniestras, pero que Isaac sabía era justo lo contrario. Sin embargo, antes de ser arrastrado por sus amigos hacia el centro del patio, sus ojos volvieron a buscar a Kanon, que lo miraba impávido y cruzado de brazos. El menor tragó saliva al toparse con la mirada inexpugnable del Sea Dragon, que mantenía una sonrisa apenas perceptible en sus labios mientras le contemplaba.

– Dije muchas cosas estúpidas –

Mencionó por inercia, para los oídos de Kanon, aunque todos lo escucharon claramente.

– Eres un mocoso estúpido, te perdonamos – Eo le sonrió, capturando de nuevo la mirada de Isaac que también le brindó una sonrisa, aunque más atolondrada y confundida.

– Ya no lo soy…–

De nuevo volvió a fijarse en el General peli azul, buscando la correspondencia a su mirada anhelante, pero no encontró nada más que le hiciera creer que Kanon estaba alegre por su regreso.

– Bienvenido, ya no te alejes demasiado –

Escuchar su voz por primera vez luego de tanto tiempo anhelándola, le estremeció desde las entrañas. Sin quererlo esbozó una sonrisa ilusionada, quiso correr hacia el pero Eo lo jaló de una mano, impidiéndole concretar su acción, alejándose de Julián y de Kanon sin despegar la mirada de este último.

El de cabellos azul claro tornó sus ojos hacia el Sea Dragon, sonriéndole de medio lado y casi burlón.

– ¿Lo perdonarás? –

Kanon se limitó a sonreírle también, dándole su último trago a la copa de vino que bebía para a continuación dejarla sobre la charola de un mesero que pasaba justo en ese instante.

– ¿Por qué tendría que hacerlo? – Le palmeó un hombro a Julián antes de comenzar a alejarse a pasos tranquilos del sitio – Despídeme de los demás –

Julián se limitó a asentir, dejándolo marcharse sin decir nada más, sabía que necesitaba la soledad… que la llegada de Isaac lo había descolocado por más que sus ojos verdes quisieran ocultarlo y el no entraría en detalles. Decidió que se uniría a la fiesta y dejaría que las cosas se arreglaran después, tal como tenía que ser.

 

Take it a little higher
I’m taking it too
tell me what you’re feeling
I’ll feel it with you…

Al cabo de unas horas, Isaac había sentido la necesidad más imperiosa de ir a buscar a Kanon, por que el dragón marino se alejó en algún momento de la fiesta sin siquiera permitirle abrazarlo. Sabía que estaba en su pilar, ahí se dirigió con pasos atrabancados y la desesperación marcando cada de sus acciones.

Sudaba, y  tenía el cuerpo acalorado luego de bailar sin parar con sus amigos al calor de la música y una enorme hoguera. Pero ese calor y esa hoguera no eran lo que el Kraken anhelaba… lo que en realidad necesitaba se encontraba tras las puertas dobles de madera pálida que antecedían la entrada a las dependencias de Kanon, por donde se movió con la seguridad de quien ya ha explorado cada rincón de ese sitio por mucho tiempo, justo como él.

El Sea Dragon estaba sentado en el lovesit de su sala, con una pierna cruzada y un cigarro entre las manos; el humo del tabaco terminó de guiar a Isaac hacia él, sintiendo que el estómago se le encogía de emoción al descubrir su silueta sobre uno de los sillones, con apenas la luz clara que se colaba por las cortinas transparentes desde afuera y el destello incandescente de su cigarro.

Avanzó seguro, y sin esperar otra cosa, se sentó a horcajadas sobre sus piernas, buscando enfocar la mirada de Kanon, cuyo brillo verde resaltaba a pesar de que casi no había luz.

Exhaló el humo cigarro con toda tranquilidad, sin mostrarse en ningún momento exaltado por las acciones impertinentes de Isaac… ni siquiera cuando cruzara su rostro con una violenta bofetada  que casi lo hace caer de sus piernas cambió la expresión de su rostro.

 

We can’t always understand what we are shown
how was I supposed to know our love would grow…

 

– ¿Crees que abrirte de piernas va a bastar para que me hagas pensar que has madurado? –

Isaac se repuso lentamente, con la mano sobre su mejilla ardiente mientras miraba a Kanon, acercándose más a él luego de eso, hasta sentir que sus pelvis se juntaban en una caricia que le estremeció tremendamente.

– No estoy aquí para hacerte pensar nada… estoy aquí por que te he extrañado un infierno –

Otra bofetada, que Isaac ya prácticamente se esperaba. La sangre manó de sus labios rotos, pero no hizo caso de eso. En cambio sonrió débilmente, conteniendo un gemido en su garganta cuando ese roce de sus cuerpos comenzara a intensificarse, evidenciando la excitación que crecía en ambos, a pesar de que Kanon hubiese deseado no sentir nada al verlo, al presentir su calor…

– Apuesto a que aun tienes las huellas de Hyoga en tu cuerpo – Kanon exhaló el humo de su cigarro hacia un lado, hablando tan tranquilo, como si no estuviera sintiendo que el deseo le alteraba la circulación de sus venas.

El chico alzó los brazos, despojándose lentamente de la camiseta que vestía, exponiendo ante los ojos del peli azul su torso juvenil y firme, de piel tan blanca como la luz de la luna que débilmente se reflejaba en la superficie marina.

– Hace meses que lo único en que puedo pensar es en tenerte a ti –  habló prácticamente sin respiración, rozando con su aliento los labios de Kanon, entornando los ojos al aspirar la respiración del otro, con ese aroma a tabaco fino y vino que le ponía aún más ardiente – Te necesito, Kanon –

Y como si aquello hubiera detonado un mecanismo en los sentidos de Kanon, se puso de pie, arrojando a Isaac al suelo como si no lo hubiera tenido sobre sus piernas, mirándolo desde su altura casi burlón. Se inclinó sobre la mesa de centro para apagar la colilla del cigarro, avanzando por el suelo, haciendo que Isaac se arrastrara de espaldas tembloroso sobre la superficie alfombrada y sin poder despegar la mirada de la silueta espigada y masculina del sea Dragon.

– No voy a perdonarte Isaac… no importa si fue inmadurez o un arranque, no voy a perdonarte –

Su voz lo estremeció casi con violencia, tragó saliva y se incorporó lentamente, quedando sentado en el piso para estirar uno de sus brazos y alcanzar a rozar las largas piernas de Kanon, sin despegar sus ojos de el.

– Lo sé, pero te amo – arrugó el trozo de pantalón que sostenía, notando como su respiración volvía a dispararse hasta hacerlo jadear – No me importa si me desprecias, hazme tuyo –

 

Move a little closer
Make sure I’m looking up
Heal me with your loving
I need you so much, I need you so much, I need you so much…

 

Kanon lo miró con una sonrisa retorcida, antes de tocar con una de sus plantas la entrepierna de Isaac y acariciarlo con cierta fuerza, haciéndolo retroceder hacia el piso al avanzar por su pecho, hasta aventarlo bruscamente con un punta pié.

– Estás convertido en una auténtica perra –

– Por ti… lo que sea…–

El Sea Dragon lanzó un gruñido rabioso y se dejó caer de rodillas entre sus piernas, sin mediar un solo instante antes de arrancarle el pantalón a jirones, entre caricias violentas y besos aún peor, sus bocas se buscaban con desesperación, las manos de Kanon recorrían el cuerpo fino de Isaac con locura.

Y este le correspondía con la misma ansiedad, a pesar de que desconocía esa actitud de Kanon, de que extrañaba la caricia de sus sábanas de seda y la comodidad de su cama, sus palabras dulces, sus caricias tiernas… estaba consciente de que nada sería como el lo había conocido a partir de ese momento, pero no le importaba. Solo quería sentirlo unido a él,  ahora que estaba de vuelta, encontraría la forma de volver a conquistarlo.

– ¡Kanon! –

Las piernas de Isaac lo asfixiaron al rodearlo hasta cerca de sus costados cuando entrara en el, de una forma brusca y cruel, que nunca había experimentado al hacerlo suyo. Pero en esa ocasión era más fuerte su rabia y su deseo, se complació malignamente de sentir la humedad de sus lágrimas y saborearla cuando su boca recorría las mejillas enrojecidas del chico que se estremecía totalmente entre sus brazos, víctima de sus movimientos desbocados y de esa pasión vengativa que le guiaba.

No le importó lastimarlo, quería hacerlo, quería que sintiera la rabia que por meses le había hostigado… e Isaac lo sentía, y lo aceptaba sin oponer resistencia, entregándose pese a su dolor y la falta de palabras por parte de Kanon, bastándole solo con su sentir su boca y sus manos acariciando cada parte de  él.

–  Te amo –

La voz distorsionada de placer y dolor de Isaac  le resultó deliciosa. Sonrió salvajemente y lo sujetó de las piernas, alzándose entre estas para dedicarse a embestirle con libertad, adorando verlo retorcerse de placer pese a la violencia de su posesión a la que no estaba acostumbrado y que sin embargo correspondía con anhelo ciego, pidiendo  más, elevando su voz convertida en jadeos eróticos,  que solo le enervaban  hasta el delirio y lo incitaban a moverse sin control entre sus piernas.

No se detendría, no lo dejaría ir hasta que todos y cada uno de los deseos anegados de su cuerpo fueran  saciados en el suyo, hasta que no hubiera pulgada de su  blanca piel que sus labios no marcaran.

You touch my mind in special places
my heart races with you
I’ll take your love and I’ll take my chances
I'll take them with you…

 

Cuando Isaac  abriera los ojos, luego de la  noche de pasión inclemente que viviera entre los  brazos de Kanon, lo primero que vió fue a aquel sentado en la mesita de centro, sosteniendo una humeante taza de café, enfundado en un albornoz y recién bañado. El aroma de la infusión y el de su cuerpo limpio atontaron más a Isaac, que apenas iba recobrando consciencia de lo hecho anteriormente.

Estaba en el sillón donde encontrara a Kanon la noche anterior, su cuerpo cubierto por una suave sábana de seda color melón, que protegía la desnudez pálida de su piel.

Así que Kanon no le había echado… en algún momento luego de haber perdido la cuenta de los besos dados y las caricias recibidas, Isaac quedó rendido en el piso. Vagamente pensó al cerrar los ojos que despertaría solo, con frio y lejos de él, pero tenerlo justo ante sus ojos le devolvía la esperanza.

Se quiso mover, pero el dolor de su cuerpo no se lo permitió. Crispó ligeramente el gesto, y Kanon le extendió la taza de café que bebía, haciendo que Isaac lo contemplara casi con adoración.

– Bebe esto y luego vete a tu pilar –

– No quiero –

– Ya no eres un niño Isaac, no puedo seguir tolerando tus caprichos –

Kanon se puso de pie y sacudió su melena, aun estaba húmeda por el reciente baño.

– Sé lo que dije aquel día, y sé que no vas a creer si ahora te digo que te amo pero…–

– Dijiste cosas que no puedo ignorar, y te dije anoche que no voy a perdonarte por ello – Habló resuelto, girándose para enfrentarlo con determinación en sus ojos verdes, aunque inesperadamente, su mirada se suavizó, brindándole una sonrisa al momento de sentarse en la mesa una vez más – No voy a perdonarte por que entonces estaría aceptando que sigues siendo un niño caprichoso… Y ya no lo eres… ¿O sí? –

Abrió la boca queriendo responder, pero de nuevo no pudo pronunciar nada más.

– Lo que dijiste tuvo su sentido en ese momento, y debe seguirlo teniendo ahora… si quieres que volvamos a intentarlo, vas a enfrentar lo que dijiste aquella tarde, ya no te dejaré huir de los problemas, ni tampoco te consentiré tus faltas… –

–Kanon, yo… –

– Te voy a tratar como mi amante… cuando considere que estás listo para serlo –

Isaac frunció el gesto y agachó la mirada.

– Necesito tenerte a mi lado, he estado mucho tiempo sin ti y te he extrañado –

– No lo suficiente como para establecer que es lo que quieres de mi, de lo nuestro –

El sea dragon acarició una de las mejillas de Isaac, donde se veía un moretón producto delas bofetadas que le fiera la noche anterior.

– Si de verdad nos amamos, Isaac, es algo que descubriremos pronto  –

– Yo te amo –

– Entonces déjame a mí descubrirlo –

Una sonrisa cálida se dibujó en los labios de Kanon, antes de ponerse de pie para besar su frente y sus cabellos.

– Bebe el café, te hará sentir mejor…  –

We can’t always understand what we are shown
how was I supposed to know our love would grow…

 

– Te convenceré de que te amo, haré que nunca más vuelvas a tener dudas de ello –

Ignorando su dolor, Isaac se puso de pie, acercándose a Kanon para besar sus mejillas y luego su boca suavemente, dándole un trago al café luego de eso.

– Confío en ello…–

Kanon le sonrió enigmático, antes de abrirle un portal dimensional directamente a su pilar, para que marchara hacia allá, cosa que el peliverde hizo sin decir más, envuelto en la sábana de seda y aun cargando la taza de café caliente.

En los días siguientes ninguno de los dos había perdido detalle de las miradas que se dedicaban con silenciosa complicidad en las reuniones o cuando se topaban uno a otro en los pasillos del templo marino.

Y si bien desde la fiesta de verano no habían vuelto a compartir intimidad, ambos sabían de sus deseos, no solo físicos… Kanon estaba seguro de que su anhelo por Isaac era plenamente correspondido, sin embargo no podía volver a dar pasos en falso. El chico tendría que demostrar que en realidad deseaba permanecer con él, ser su pareja… si en realidad quería que el Sea Dragon lo tratara como tal.

Kanon estaba consciente de que en el pasado, su forma de tratarlo no fue la correcta… ahora sabía que el Kraken tuvo razón al hartarse, que si volvían las cosas tenían que cambiar entre ambos, para  lograr que la relación que ambos deseaban floreciera.

El problema era saber cuando estaban listos los dos para volver, cuando podrían saber si habían superado la prueba.

A Isaac le exasperaba terriblemente la distancia, quería tener paciencia, pero su anhelo por el lo hacía sufrir, y le daba miedo que en vez de que el amor siguiera germinando, acabara por marchitarse definitivamente. El mismo miedo que Kanon enfrentaba,  el que ocultaba cada noche cuando tenía que dormir y su ansiedad por él le carcomía.

 

You touch my mind in special places
my heart races with you
I’ll take your love and I’ll take my chances
I'll take them with you…

 

Simplemente ya no podía esperar más.

Isaac se adentró en el pilar de nuevo, una noche donde la luna llena iluminaba el mar sobre sus cabezas en todo lo ancho. La luz plateada bañaba el pilar de Kanon, prácticamente se dirigió a su recámara casi corriendo, sin pensar en el rechazo que podría obtener de el o cualquier otra cosa que no fuera perderse en su boca.

El movimiento brusco sobre su cuerpo despertó al Sea Dragon, que sonrió ampliamente al descubrir a su chiquillo peliverde de mirada azul intenso y labios temblorosos, colándose en su recámara  impertinentemente como antes lo había hecho… cuando le daba frío en su pilar o simplemente pedía  de sus caricias.

– Siempre tardas tanto en volver… –

Kanon lo envolvió entre sus brazos, haciéndolo girar sobre su cuerpo para dejarlo bajo el suyo, dedicándole una sonrisa amplia y clara, que estremeció al Kraken y alejó totalmente cualquier miedo de su corazón.

– ¿Me esperabas? – sonrió torpemente, buscando con desesperación la boca del mayor, que no tardó en descubrir su anhelo y corresponderlo con el suyo, besándolo hasta que la respiración se agotó en ambos.

Sujetó su rostro con ambas manos e incrustó su nuca  contra la almohada, acomodándose entre sus piernas con movimientos bruscos, casi entorpecidos, desesperado por reclamar su lugar en su cuerpo… el que estaba seguro que nunca dejaría de pertenecerle.

– Adivínalo… – mordió su clavícula, mientras sus manos le despojaban de la ropa como si tuvieran vida propia – Pronto lo sabrás…–

El pecho de Isaac se llenó de alegría, antes de que la habitación se llenara de sus gritos, esos que Kanon le desataba con su pasión.

La que creyó perdida.

– ¡Nunca volveré a dejarte!  ¡Nunca! – reafirmaba Isaac enfebrecido, sucumbiendo una y otra vez a la pasión de Kanon, fundido en un abrazo que se negaba a romper a pesar de sentirse asfixiado por el.

Los ojos verdes del peli azul se detuvieron a mirarlo directamente, golpeando las mejillas de Isaac con su aliento descontrolado, pero sonriéndole lleno de seguridad.

– Jamás te lo permitiría… ya no –

Isaac lo sabía, y eso lo hizo sentirse casi eufórico de alegría.

En esos momentos supo que la espera había valido la pena, y que el tiempo lejos que habían pasado el uno del otro, lo recuperarían en lo siguiente… ahora que  ambos estaban dispuestos a luchar por mantenerse juntos ya no había nada más que pudiera hacerlos dudar.

Aprender siempre sería la clave del éxito… e Isaac lo necesitaba a él para eso…

I need you so much…

Para eso y mucho más…

Fin.

Notas finales: Felicidades set!!

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