Inevitable III
parte A
No sé que hacer.
Simplemente no sé que hacer en este momento... solo vine por que nos citaron para una prueba y tú estas aquí. Intento sonreír pero estoy aterrado. Con timidez intentas esconder algo que brilla en tu pecho. ¿Acaso es...? imposible, no puede ser cierto, no lo creo, no puede tratarse de la iguanita... éramos niños, ¡maldita sea! porqué sigues mirándome Takanori... no me veas con esos ojos, ¡no lo hagas! Sostengo con fuerza mi maletín con el bajo en él. Lo sujeto tan fuerte que no siento mis dedos. Me arden los ojos, esto no es bueno, nada bueno... ¡quédate ahí! no te acerques... no, no... No hables... ¡no!
¿Aki-chan?
Tu voz, no, no digas mi nombre Takanori, no de ese modo. Es demasiado tarde, intentas acercarte... no has cambiado nada, no ha pasado ni tres segundos y ya estas en el suelo, has tropezado con las baquetas. No sé si acercarme a ayudarte o mirarte simplemente. ¡No me veas así!
¿Akira eres tú? ¡Eres tu Aki-chan! ¡Volviste!
Esto no debería estar sucediendo, te has levantado y vienes casi corriendo a mi encuentro, es como transportarme al pasado: yo llegando al aula de clases y tú viniendo a mi encuentro con tu sonrisa de todos los días, con tus hermosos ojos mirándome solo a mí... solo a mí. Estoy a punto de caminar a tu lado cuando un cuerpo me estruja. Te quedas de piedra. La sonrisa está paralizada, retrocedes asustado, me miras sin entender, el color carmesí en tus mejillas se desvanece y las envuelve un blancor fúnebre.
¡Aki-chan! Cómo él sabe tu nombre, ¿lo conoces? ¡Quién es! dime quién es, sino me dices... ¡te besaré! jajaja, mentira tonto...
Volteó y miro a mi compañero, Shima me sonríe, me abraza fuertemente, apuesto a que ya sintió mis nervios, de seguro vio mi cara de espanto al ver al baterista. Él sigue insistiendo, y yo no tengo voz para contestar, intento sonreír, sin embrago solo se queda en proyecto; giro para percatarme y me encuentro con un Takanori desolado. ¿Pero qué le sucede, acaso no estaba a punto de aventárseme de la emoción? Shima me rescata, me suelta y se presenta a Taka... le sonríe y mi pequeño solo asiente mientras se limpia las manos... hay un pequeño corte.
Tu mano...
¡Por Dios! qué he dicho, ¡porqué! Susuki Akira, acaso no puedes callarte, qué tontería acabas de decir, Shima me mira intrigado, sin embargo Takanori ya lo entendió todo, abochornado esconde sus manos en sus bolsillos.
¿Qué ocurre con su mano, Aki-chan?
¿Eh?
Por qué le dijiste eso a Takanori-kun...
Pues... es que...
Estoy atrapado, las preguntas insistentes de Shima, la mirada triste de Taka... ¡joder!... ¡me volveré loco!, ¡basta!... Los demás integrantes acaban de llegar, soy salvado, hacen las presentaciones formales, empezamos con la prueba, es la primera vez que deseo tanto no ser elegido, trató de hacerlo de cualquier modo, pero me es imposible, es como si estuviera conectado con las cuerdas... ambos somos un solo instrumento, ambos sonamos al unísono, me ganó los aplausos emocionados del equipo. Es el turno de Shima y yo no tengo más remedio que tomar asiento al lado de Takanori. Intentó no ponerme nervioso, más no lo consigo, estoy preocupado por su mano, Taka es tan torpe que es capaz de dejarla sucia e irse a comer sin preocuparse por desinfectarla, y claro, luego pescará una fiebre, porque para eso él es el primero... ¡diablos! se supone que no debería preocuparme, ya es un adulto... no obstante:
¿Te duele?
Me miras y te sonrojas, y tratas de esconder tu mano. No puedo evitarlo, me siento enfurecido, te cojo la mano con fuerza y te obligo a mostrarme la herida, los colores han ido en aumento en tu cara.
Solo... solo es un ras... rasguño...
Es un corte, no un rasguño. Tienes que ser más atento, no puedes ir por ahí cayéndote y lastimándote, ¡ya no eres un niño de trece años!; que se supone qué es esta marca en tu palma... te la hiciste con un vidrio ¿verdad? eres tonto o qué... ¿te la desinfectaste? y si te da el tétanos o cualquier mierda ¡eh!
Mi voz estalló en un grito, me enfadaba, me enfadaban esas cicatrices en sus manos. Fue entonces que sentí las miradas de los presentes, le solté la mano inmediatamente a Taka, mientras que este se ovillaba buscando, de seguro, desaparecer. Evite la mirada de Shima, esto era demasiado. El vocalista me preguntó entonces si nosotros nos conocíamos, no tuve más remedio que decir que sí. Los murmullos no se hicieron esperar, creo que fueron por mi enojo, aunque todos trataron de amenizar la situación, yo no podía evitar sentirme culpable, sentía que esas marcas eran por mi culpa, si lo hubiera protegido en esos diez años el no las tendría... estaba enfadado conmigo mismo.
Finalizó la prueba y nos consideraron a Shima y a mí como nuevos integrantes, algunos propusieron el ir a celebrar, no quise ir, a pesar que Shima insistió y volvió a insistir no los acompañé.
Me voy contigo, Aki-chan.
No hay problema, si quieres ve, yo no me siento con ganas de beber.
No importa, total, mañana también iremos, eso fue lo que me dijeron.
Bueno entonces.
Caminamos silenciosos, el viento frío me corta la cara, y en mis pensamientos no existe nadie más que Takanori, sus ojos, su cabello desarreglado, su tierna cara rosada, sus labios... sus labios... yo besé esos labios tantas veces esa noche... qué promesa más extraña, qué clase de promesa es esa... porqué tenías que estar aquí Takanori, porqué ahora... qué se supone que debo hacer...
Akira, acaso ese es el famoso Matsumoto-kun del que me contaste...
Mi rostro se enciende.
Odié el momento en que pasado de copas le relaté esa historia a Takashima, con el llanto carcomiéndome le conté de Taka-chan, aquel niño del que me enamoré cuando tenía catorce años, al primero a quién bese, el primero por el que lloré como un idiota... recuerdo también que Shima me dijo un poco desilusionado que ya entendía por que lo había elegido... te lo recuerdo cuando me dices Taka-chan ¿verdad?... desde ese día Shima se convirtió en mi mejor amigo, pero de Matsumoto no volví a hablar, bueno, salvo las veces en que bebía en exceso y terminaba llamándolo, no recuerdo muy bien eso, pero es lo que siempre me dice Shima que hago cuando estoy al tope de las copas.
No sabía si contestarle que sí o no.
No hace falta que respondas Aki-chan, nunca te había visto histérico con alguien... supongo que debe ser él.
Mmmm...
Es muy lindo. Tienes suerte, encontraste a la persona que tanto quieres.
Tampoco es tan bueno.
¿Por qué lo dices? Takanori-kun se emocionó mucho al verte, tanto que terminó en el suelo y tú ni siquiera te dignaste en ayudarlo, el pobre no sabía si esconderse o pedir que le tragará la tierra.
Mmmm...
Mmmm... ¡no seas idiota Akira! lo has encontrado, y él se acercaba a ti y tú plantado como árbol estabas ahí sin mover un solo músculo.
Sí...
¡Akira!
¿Qué?... demonios Shima, aquello fue hace mucho tiempo... todo es diferente es decir...
Nada de diferente, hasta hace dos semanas cuando bebimos, ¿te acuerdas? terminaste llorando por él a moco tendido, ¡tuve que cargarte! no cesabas de llamarlo una y otra vez... y me dices que es diferente ahora que por fin lo vez... por favor Susuki...
No entiendes...
No entendía, era imposible contradecir a Shima, para él no había medios, todo era sí o no... no lo entendía, diez años... diez años, éramos dos hombres adultos ahora, además, que yo recuerde el único enamorado ahí era yo... solo yo...
¿Qué no entiendo?
Nada.
¡Dímelo!
¡Qué nada!
¡Vamos dilo!
La rabia volvió a surgir en mí. Aquel coraje que revivió en mi corazón al ver las cicatrices en la mano de Takanori... claro, Shima no entendía, que podía entender de estar enamorado de alguien por más de diez años, él no sabía nada... nunca había amado a alguien con tanta intensidad como yo... ¡que no tenía ni una posibilidad de ser correspondido!
Dilo Akira, tienes miedo, dilo, por un demonio ¡dilo!
¡No tengo miedo!
Claro que lo tienes, te sentí temblar cuando lo veías... eres un cobarde, ¡solo dices excusas!
¿Así? ¡y qué quieres que diga! Tú no entiendes nada, no sabes lo que es sentirse frustrado por no poder cambiar la situación... ¡yo soy el único estúpidamente enamorado!
No lo aguanté, y golpeé un poste de luz con todas las fuerzas que tenía... la piel de mi mano sangró...
Hablas como un derrotado Aki-chan...
Cállate Shima.
Es la verdad, te rindes antes de haber empezado a pelear por él.
Cómo si fuera tan fácil, ¡ja! qué, acaso quieres que vaya y le diga, sabes Taka-chan, me gustas desde hace diez años y por eso te dije que mi beso no era un beso, sino una promesa... ¿eres imbecil?
Bueno, no soy imbecil, pero por lo menos ya aceptaste que lo besaste.
Deja de molestarme... no quiero que me abraces...
Yo que tú le prestaría mucha atención al pequeñín...
¡Deja de decirle así!
Jajaja, mi Dios, como te has puesto Akira, jaja, ok... solo serás tú quién le diga así, eres muy celoso...
Ya... deja de besarme, maldita sea Shima, ya sabes que no me gustan esas cosas.
¿En serio?, ¿si no? pero con Takanori-kun sí, jajaja...
¡Ya!
Las palabras de Shima me inquietaron.
No solo por el hecho de tener a Taka tan cerca de mí ahora. Si no porque conocía a Shima... y él no estaría contento con solo ver como yo por fin aceptaba mis sentimientos frente a alguien que no fuera yo mismo.
Me asustaban los próximos encuentros, el tenerlo cerca de mí, el verlo todos los días, el escuchar su tímida voz... aquello provocaba un estremecimiento en mi piel que no sentía hacía mucho... un grito me dejó en shock.
¡Takanori-kun!
Volteó y te veo apoyado en la pared. No hace falta decir que Shima prácticamente corrió a tu lado y después me llamó a mi para que me acercará, no deseaba hacerlo, no quería, solo deseaba irme a casa y pensar y pensar sobre todo esto. Pero ahora estamos los tres. A Shima no se le ocurre mejor idea de ir a comer un helado... ¡pero en qué piensa este hombre!... si comienza con sus indirectas lo moleré y no me importa que sea mi mejor amigo; como Takanori ni yo decimos algo...
... joder... ¡me olvidé el móvil adentro!, Takanori-kun, crees que me dejen entrar a buscarlo...
En ese momento lo supe, ¡ese molestoso de Shima ya estaba empezado con su labor de celestina!, intenté cogerlo pero él muy vivo se fue corriendo hacía el estudio. El silencio se iba volviendo incomodo, la oscuridad me salvaba un poco, mas no lo suficiente... desvié los ojos un momento a las luces que alegraban la ciudad, no obstante de vez en cuando miraba a Taka... una mirada y descubrí sus cabello desaliñado y lacio, caía sobre sus cejas cubriendo su bella frente; una mirada más y me di con su cuello blanco y los hombros delgados, bajando poco a poco por su erguida espalda hasta llegar a su cintura... una mirada y sus ojos me descubrieron, moría de ganas por besarte Taka-chan... quería raptarte y llevarte al pasado para poder ocultarnos otra vez en tu casa en ese día lluvioso y así podernos dormir juntos...
No obstante una ráfaga me invadió de repente. Una tibia mano provocó que casi mi corazón se saliera por mi boca... entre las luces de neón el rostro de Takanori se me hizo lo más bello que podía tener...
Continuará...