Inevitable III
Parte B
Sus labios entreabiertos.
Yo los anhelé de inmediato. Pero un súbito dolor me volvió a la realidad. Entre la oscuridad y las débiles luces noté que mi mano sangraba. Takanori la sostenía cuidadosamente. Un rubor se expandió por mi cuerpo, de inmediato intenté soltarme; mas, Takanori me envió una mirada asesina que me intimidó un poco. Me preguntó si me dolía, le contesté que no y busqué esconderla sin lograrlo.
Está sangrando mucho... yo espera... espera...
Aunque intenté contradecirte, no sirvió de nada. Me gritaste y comenzaste a buscar algo en tu bolso. El dolor pasó a segundo plano y me dediqué a contemplarte. Mi cuerpo ardía, eso me asustó mucho, mis nervios iban a traicionarme.... Necesitaba huir pronto, odie tanto a Shima que sin darme cuenta hice sangrar mi labio inferior. Tus dedos pequeños me tomaron por sorpresa: estabas vendando mi mano lastimada, quedé estupefacto al ver lo mal que lo hacías, no obstante, el hecho mismo me causó una alegría inmensa, eras el mismo de antes, aquel niño que intentaba mostrarse solícito con todo y todos, incluso si no tenías ni la remota idea de cómo ayudar, bastaba tu intención e intento para hacer felices a quiénes prestabas algún servicio.
Tu boca también...
¿Eh?
Asustado retrocedí al sentir tu contacto. Me quedé frío y sé que tú también. Peiné mis cabellos nerviosamente. Piensa algo rápido Akira... piensa algo rápido... necesitas huir.
Bueno ya está listo...
Mmmm....
Akira...
Takanori...
Dime... dime, Aki-chan...
Mi corazón se volvió a contraer cuando escuché Aki-chan... tragué saliva y mi mente se volvió blanca... una voz extraña salió...
Tu vendaje es pésimo...
Te sorprendiste al escucharme y te entristeciste, me sentí como un patán, no era eso lo que deseaba decirte... ¡maldita sea!, solo quería decirte gracias y yo...
Sí, ya lo sé...
No es eso... o sea, yo...
¿Eh?
Mierda, yo... en serio, no es eso lo que... solo... gracias.
No me respondiste con palabras. Una sonrisa gigante se dibujó en tu cara, casi desfalleciendo me apoyé en un poste. Miré a un lado y me dije que definitivamente está noche Shima moriría. Los minutos se hicieron largos...
¿Te sigue doliendo?
No.
¿Te caíste?
No.
¿Te cortaste?
No, no soy tú.
¿Qué?
Nada... parece que Shima se ha perdido en el estudio...
Veo tu rostro contraído. Te he lastimado con mis respuestas. ¡No sé que decirte Akira!, no quiero parecer grosero contigo, pero de qué otro modo puedo hablarte... intentó buscar un tema de conversación, ¡es increíble!, todos se han borrado de mi memoria.... Shima, Shima... ¡joder porque no vienes ahora para ir a comer tu estúpido helado!
Ya me voy, Akira, utiliza un vendaje, puedes tirar la pañoleta...
Te veo correr calle abajo... mis recuerdos me transportan al pasado, sin saber muy bien porqué mis ojos se inundan. No puedo dejar que te marches de ese modo, Taka-chan... ¡Taka-chan!
¡Taka-chan!
Sigues corriendo, no me queda de otra que seguirte, vas rápido, la pista está empinada, lo presiento, caerás, ¡si no te detienes te lastimarás Takanori! Bendito crío, te vas a golpear y yo no tengo cara para tocarte Takanori... como lo sabía, ya estas en el suelo... mi dios, no te levantas, ¡mierda!... ¿joder, porqué no te levantas?
¡Taka-chan, maldita sea!
Llegó hasta tu lado, te volteó para ver tu rostro, espero encontrarme con lo peor... sonrió aliviado; por lo menos no te rompiste la nariz, te doy golpecitos en la cara... ¡no reaccionas!
Taka-chan, mírame... ¡contéstame, idiota!
Sigues sin dar señales... un sudor frío me recorre la espalda, las lágrimas empiezan a caer por mi rostro, te zarandeó sin control, mas tú, no me respondes con nada... una rabia me envuelve por completo... ¡no vas a dejarme!, una bofetada estalla en tu rostro pálido, al instante este se vuelve rosado...
Taka-chan, mírame, por favor... ¡No puedes dejarme ahora que te he encontrado!
Mmm...
Doy un suspiró largo... solo te habías desmayado, tus ojos se entreabren poco a poco, no pierdo el tiempo, te logró sentar en el suelo, me colocó de espaldas frente ti, te cojo los brazos y los paso por encima de mis hombros, logro levantarte un poco del suelo, pero necesito que me ayudes también...
Taka-chan, ¿me escuchas?
Aki... ¡me duele!
No llores, rodea mi cintura con tus piernas... me entiendes...
¡Me duele!
Ya lo sé... intenta hacerlo, por favor, Taka... así, muy bien, eres un buen chico, sostente fuerte, ¿si? Voy a pararme, sujétate...
Logro levantarme con Takanori sobre mi espalda. Observo con pesar sus brazos rasguñados. Veo con un poco de susto el trecho que tendré que subir. Ni modo, en parte es mi culpa... el rostro de Takanori descansa sobre mi hombro izquierdo, de vez en cuando volteó para mirarlo, se ha dormido, sus labios entreabiertos me ponen nervioso, es mejor no verlo... agotado llegó a la calle donde estuvimos en un principio. No puedo llevar a Takanori a su casa, por que no sé donde demonios queda... iré al estudio, es el único lugar a donde puedo ir...
Ingreso al edificio y el portero me reconoce. Mira preocupado a Takanori, me pregunta si nos robaron, le digo que no, pero que necesito curarlo porque se encuentra muy lastimado, él asiente y me acompaña al tercer piso, abre la puerta y me deja a cargo, le pregunto si queda cerca alguna farmacia, al parecer hay una a la vuelta.
Dejo a Takanori sobre un sillón. Me arrodillo hasta quedar muy cerca de él.
Tontito... mira como has quedado por correr...
Acarició su rostro con el dorso de mi mano.
Ya vuelvo, Taka-chan, iré a comprar a la farmacia... no te despiertes.
Cierro el estudio, hurgó en mi bolsillo y doy con el móvil, marcó el número de Shima... la alegre música suena, ¡no contesta!.. Una voz se escucha...
Hijo de...
Hola, soy Shima, no me encuentro ahora...
Tarado... dónde estás cuando te necesito.
... por eso, déjame tu mensaje y te devolveré la llamada.
Cuelgo y bajo las escaleras rápidamente. Le hago una seña al portero y salgo corriendo rumbo a la farmacia. Llego y me doy con que esta repleta. Un insulto se escapa de mis labios, una mujer me mira enfadada, toma de la mano a una niña y se va otro extremo. Busco internarme entre las personas que están en el mostrador, lo único que consigo son los golpes de un par de ancianas, a la vez que retrocedo toco el pecho, sin querer, a una joven, ella me mira abrumada y me planta un bofetón en la mejilla, las ancianas ríen, la joven me insulta, todos protestan y se sueltan una sarta sobre lo perdida que esta la juventud... ¡mierda yo solo quería unas venditas y alcohol!, les grito que se vayan a la mierda y salgo enfadado del local. Corro en busca de otro establecimiento. Debe de haber un mini market por algún lugar... luego de dar vueltas por unos quince minutos doy con uno.
Me abalanzo al mostrador y con cara de angustia le pido todo lo que necesito. Pienso que asusté un poco a la encargada. Sostengo mi compra y me voy rápido al estudio.
Te observo aún dormido sobre el sillón. Me vuelvo arrodillar junto a ti y saco todo de la bolsa, tratando de no hacer ruido en lo posible. Desinfecto tus heridas, un pequeño estremecimiento se esparce por tu rostro, soplo un poco donde coloqué el alcohol y tú vuelves a estar tranquilo. Rompo el empaque de venditas y saco las necesarias, las coloco sobre ti con sumo cuidado. Después de terminar mi labor me quedo mirándote en silencio. Sigues dormido... no me atrevo a moverme porque pienso que cualquier ruidito podría molestarte... no me atrevo a respirar libremente porque temo robarme tu fragancia... no me atrevo a aproximarme porque sé muy bien que con solo rozarte otra vez no podré resistirme a amarte... Takanori... si supieras todo esto que me quema por dentro estarías tan asustado que huirías de mí... aún así estás dormido y yo despierto, el sonido de mi corazón parece delatarme. Sin pensarlo me acerco a tu rostro y beso gentilmente tu mejilla, permanezco junto a ella, llevo mis dedos hacia tus pestañas, son tan largas... beso tus ojos... tu nariz... tus ojos otra vez, tu mentón, me detengo en tus labios, sería deshonesto besarte así... aunque un roce no es un beso... yo...
Aki-chan, nunca pensé que fueras tan lindo...
Asustado caigo sentado sobre el suelo. Giro el rostro lleno de vergüenza.
Pero que fuerza de voluntad, yo pensaba que serías un pervertido al tenerlo ahí...
Shima...
Jejeje, ¡pero que romántico, no sabes cómo envidio a Takanori-kun! Realmente lo quieres... ¿lo has besado?
Shima...
Estoy tan contento de haberlos dejado solos... espero que me lo agradezcas.
¡Joder Shima!
Me acerco hasta él y lo saco de la habitación. Shima se queja porque estoy lastimándolo, pero él no sabe lo lastimado que yo me encuentro ahora.
Akira, qué tienes...
¡No quiero que te vuelvas a entrometer en cosas que no son de tu incumbencia!
Aki-chan, claro que son de mi incumbencia.
¡Claro que no!
Te conozco, sé que si no te ayudo no harás nada... lo vi todo, él pobre estaba ahí tratando de hablarte, encima te curó, aunque para ser sincero el vendaje era pésimo, pero no tenías porque decírselo, ¡eso fue horrible!
¿Cómo?
Eso mismo, por lo menos lo ayudaste, me da vértigo de pensar si se hubiera lastimado mucho más, ¡y si se rompía la cabeza!
¿Estuviste viendo todo?
Obvio, que más da, ¿a qué no mi táctica del móvil fue genial?
Escuchar a Shima me sacó de mis casillas, controlé mi puño lo más que pude, no obstante mi paciencia se había agotado. Lo estrellé en la pared.
¡Akira!
No sabes... no sabes lo mal que lo pasé...
Aki-chan...
¡Cállate imbecil!, a veces no sé lo que tienes en la cabeza, ¡me tienes podrido!
Huí, necesitaba hacerlo, no quería terminar golpeando a Shima o gritarle una buena sarta de cosas que llevaba dentro. Corrí rumbo al metro, en mi cabeza se revolvían muchas cosas, probablemente lo mejor sería irme, sí... hablaría mañana y les diría que lo había pensado mejor y que no podría quedarme en Tokio, o cualquier excusa...
Bajé al subterráneo, aún no llegaba. Me paré frente a los rieles. Recordé aquella vez que se me pasó por la cabeza dejar de existir... no le encontraba sentido a mi vida, no tenía a Takanori a mi lado, mi madre estaba a punto de comprometerse con un tipejo... mi vida era una porquería... observé las luces del metro... esperé hasta que llegará y entré, me ubiqué en uno de los lugares del final. No sabía que rumbo debía tomar, dejar a Shima y Takanori... largarme... o quedarme; todo el camino a casa me la pasé con ese dilema. Al abrir la puerta del apartamento que compartía con Takashima ya tenía una opción... me marcharía.
Entré presuroso a la habitación y descargué todo el cajón en la cama, saqué mi mochila y empecé a guardar todo en ella. Descontrolado empecé a llorar mientras la llenaba... me senté en el suelo y casi a rastras me dirigí al baño. En la oscuridad me desvestí lentamente. Mis dedos temblorosos escurrían la ropa que llevaba puesta, una a una las prendas fueron dejadas de lado, desnudo me senté en la losetas y lloré por sentirme tan solo... perdí la noción del tiempo... al percatarme del frío encendí la luz y observé mi dorso en el espejo del baño; apoyé mi cara en mi reflejo y me besé... solo un beso... si tan solo hubiera tenido un beso más de Takanori ahora podría marcharme sin remordimientos; ese único beso me duraría toda la vida, incluso no volvería a pensar en nada más, no pediría a mi destino que me regresara a Taka... mi cuerpo seguía ardiendo, así que fui hacía la ducha... agua caliente se escurrió por mi espalda y entonces lo sentí... aquellos brazos delgados se aferraban a mi cintura y se elevaban hasta tocar mi pecho, las piernas me fallaron y me deslicé hasta quedar sentado... todo era igual, el fantasma de Taka-chan me seguía persiguiendo día a día sin importarle mi dolor o mi deseo descontrolado, me adormecí... no recuerdo más, salvó el sonido insistente de mi móvil, de seguro era Shima, no le iba a contestar, me acurruqué más en la pared húmeda.... El sonido seguía insistente...
Ya no somos amigos... déjame...
Intenté no escuchar, intenté dormirme en la ducha... ¡pero no, acaso no podían dejarme sufrir a mis anchas!
¡Desgraciado Shima!
Salí mojando todo a mi paso, la habitación era un completo caos, busqué desesperado el móvil, y no daba con él... ¡maldito aparato!, sin percatarme de los zapatos de Shima caí de bruces al suelo... entonces lo vi: estaba debajo de la cama... tenía razón, no se trataba de otro que Shima... enfadado contesté, una bulla tremenda me quebró el oído...
¿Shima?
¡Rei!, ¡reeeiiiiii!
Volví a mirar el número, era Shima, quién demonios me hablaba entonces...
¡Quién mierda es!
¡Reichta-chan! Wiwiiiiiii, eso dalee Ruchitooo
¿Joder eres tú Shima?
¡Reichta!
Esa voz, tantas voces... ¿Reichta? Qué cosa era eso...
Oiga, voy a colgar, número equivocado...
Idioooota Reita, jajaja...
¡Shima!
No, bu bu, ¡soy Ushruha!
Naa, tontooooo U-ru-ha
A sí, jajaja, Reitaaaa, me dueshe toudooo, un puedo, jajaja, shuelta Ruchi!!!
Naaa, queroo hablarsh con reiiiiii
¿Taka?, ¡Shimaaa dónde estas, maldito idiota!
Jijiiiiii, un seeeeeeee, Ruchi, dóndee eshstamo
Plassshticcc
Iaa escuchaste, jajaa...
¿En el centro?
Seee, ey Ruchiiiii, venteeee.
Mi voyshhhhh a bailar, jajaja seeee.
¡Shima, escúchame, no sueltes a Takanori!
Sholo bailaaa, esoooo, hashtaa abajooo.
¡Imbecil, si le pasa algo te mato entiendes!
Nu me grithes, buaaaa.
Solo, cuídalo estoy ahí en quince minutos, ¿me escuchas bestia?
Wa, dejaaaaa desh deshvertirteeee, jijijijiii Ruchi she deshvisteee jajajaa.
¡Shima!, ¡oye Shimaaa!
Me cortó, por más que volví a llamar, solo escuché la contestadora. Di un grito, ese idiota de Shima lo había llevado a beber, y encima en ese antro... lo mataría definitivamente lo mataría, me coloqué cualquier cosa encima y salí volando rumbo al centro... aún ahora me encuentro enfrascado en un tránsito de los mil demonios... si algo le sucede a Taka, no sé... yo... yo sería capaz de matarme por no haberlo cuidado bien... ¡maldita sea!
Continuará...