Inevitable XVIII - parte B
- interludio -
Nueve y cinco de la mañana.
No he podido pegar el ojo por culpa del odioso de Yuu. ¿Quién le manda perder sus llaves? ... encima terminamos encamados los cuatro en la cómoda cama de Tarou... esto es de muerte... trato de estirarme pero a las justas y puedo, sin querer le mando un codazo a Yune, pero como está tan zampado no se ha dado cuenta, jaja...
Elevo los ojos a la pared blanca, una sonrisa se dibuja en mi cara... ayer, o mejor dicho hoy en la madrugada ha sido uno de los mejores días de mi vida... me arrimo a la izquierda y siento las piernas de Yuu... ah, porque a estos les gusta dormir desnudos... Yune da un giro y por casi y bota de la cama a Tarou, me aguanto la risa e intento jalarlo para evitar que el pobre caiga al suelo... estoy atrapado, así que solamente me quedo quieto...
Desde algunas semanas habíamos estado atareados por la compra del estudio, sin contar con el gasto del material de trabajo que nos iba a tener en pagos de letras por un buen tiempo. No obstante el tener algo propio era mucho mejor que el pequeño estudio alquilado en donde usualmente iba a tocar la banda de Yuu y Yune... además que cada vez nos sangraban más por el implemento de las computadoras que yo había llevado, no obstante esto no hubiera sido problema si la abuela-chan no hubiera muerto, después de todo ella estaba más metida en nuestro trabajo que el mismo Yuu. ¿Quién pensaría que tendríamos una mujer tan loca de nuestro lado?... quién pensaría que después de que ella muriera todo se nos complicaría más... aunque con la bendita herencia que le dejó al idiota de Yuu hemos podido costear lo del estudio y lo de los eventos... ah.... sin ella la vida para unos menores de edad como nosotros hubiera sido horrenda.
Giro mi cabeza y logro ver el cabello largo de Yuu que oculta su rostro.
El día del entierro de la abuela-chan fue la primera y única vez que vi llorar a Yuu. Y ni siquiera en el campo santo, sino cuando los cuatro nos fuimos a beber sake a la tiendita dónde siempre íbamos con la abuela-chan. Esa mañana fue la segunda vez que usé guantes blancos, la tercera en un entierro y la primera en que me toco consolar. La abuela-chan había sido tan terca que no había querido que la cremen como es la costumbre, por lo menos en la familia Shiroyama, sino que la enterraran en la montaña Oe, cerca al mar. Ese día conocí finalmente a la familia de Yuu. Su padre un hombre del que emergía la seriedad única ni siquiera se digno en saludarnos, salvo a Tarou, pasó por encima de su propio hijo y solo lo abrazó a él. También vi a sus dos hermanos mayores, no se parecían mucho a Yuu, el color de su piel difería enormemente de la de mi amigo, y por último a su madre, una mujer delgada y callada pero con una mirada extraña. También se encontraban otros familiares que no vale la pena mencionar. Yuu estuvo serio en todo momento y Tarou a su lado, Yune y yo nos quedamos a parte observando la ceremonia. La excentricidad de la abuela no tenía límites, había mandado a su secretario y abogado decir que una de sus últimas voluntades era que Yuu le tocara la canción de la nieve cuando era enterrada. Y así fue, aún cuando el líder de los Shiroyama se negó rotundamente, el abogado dijo que él cumplía las órdenes de la abuela-chan, nos tocó escuchar al pobre de mi amigo, que con guitarra en mano no dejó de tocar la canción favorita de su abuela-chan.
Después de que todos se marcharon al salón de recepción nosotros aún permanecimos en la montaña. El secretario luego nos facilitó un auto y volvimos a Tokio. Llegamos tarde, para nuestra sorpresa Yuu nos dijo que quería ir a beber sake a la tiendita y así de paso beber un poco. Tarou trato de detenerlo y hasta Yune, pero al final, como siempre, Yuu se salió con la suya.
Fuimos a nuestra mesa de siempre y el dueño nos preguntó por la abuela-chan, yo iba a responder algo, pero Yuu se me adelantó y le dijo que ella no vendría, pero que le mandaría sus saludos. Ordenamos lo de siempre, las botellas pequeñitas de sake nos fueron dejadas y antes de que Yune abriera una de ellas, Yuu se la arrebató. La abrió él mismo y nos sirvió a cada uno en silencio. Le mandé una mirada a Tarou y este solo me señaló que guardará silencio... vi que Yuu cogía el pequeño vaso y...
Por la abuela... eh no se queden como imbeciles mirándome con cara de pena, idiotas, tomen sus vasos y brindemos por la abuela.
No me animaba a hacerlo... esto no era muy normal y tampoco sano... Yuu estaba actuando demasiado bien como para creérmelo.
¿No vas a coger tu vaso Shino-kun?
Lo miré sin saber que hacer.
Pero vaya crío que eres, tenemos que brindar tonto, ten.
El mismo me la colocó en la mano y luego los cuatro brindamos a la salud de la abuela. Fue un trago extraño... lleno de necesidad, añoranza, incomprensión, tristeza... anhelo... a mis diecisiete años tuve que sacar fuerzas de donde no tenía y aguantarme el llanto. Comimos pausadamente, más luego Yuu empezó con sus sarcasmos, Yune se encendió rápido y después le siguió Tarou... como un día más... pero yo no podía ser tan natural como ellos, tal vez porque era el menor o porque simplemente yo... yo no podía fingir tan bien... intenté reír un poco pero no lo lograba... y eso que yo era el más alegre y al que siempre hacía reír de más a Yuu... esa noche fue él quien se encargo de robarme las pocas carcajadas... no obstante todo se volteó cuando íbamos por la tercera ronda de botellitas.
Íbamos a brindar cuando Yuu se quebró... me asusté tanto de verlo aferrarse a sus piernas para evitar que todo lo que tenía en el pecho se saliera... y aunque intentó controlarse todo se fue el caño cuando Tarou se puso a llorar como un niño y con lo sentimental que es también Yune, no tardó nada en unírseles... no me aguanté y abracé a Yuu... no sé por cuanto tiempo lo hice, tampoco me quejé al sentir sus uñas lastimarme la espalda, ni me enfadé por los cuchicheos de la gente o la preocupación del dueño que no sabía que nos pasaba...
Y pensar que de eso ya han pasado tres años... si la abuela-chan nos viera diría que somos unos holgazanes, aunque creo que se burlaría y se alegraría por Tarou y por mí... apuesto a que diría que me he encontrado a la chica más linda, jajaja, es más que seguro que gritaría a Yuu por hacerse el lento y haber estado compitiendo en alguna estupidez con Yune...
Busco alcanzar mi móvil para enviar un mensaje de texto pero de repente Yune estira su brazo y me quedo atrapado... doy un suspiro.
Ayer fuimos al Place Palas, uno de los lugares más prestigiosos en cuestión de juerga, solamente que a diferencia de otros centros, es solo para gente exclusiva y no es que me crea, con las justas y he puesto mi pequeño aporte para comprar el estudio, sino que gracias a nuestro exclusivo y con la lista de tarjetas de Yuu ha sido posible entrar a ese lugar de perdición y redención... ah y también le doy los créditos al bueno de Tarou, si él no hubiera cumplido años ayer tampoco a Yuu se le hubiera ocurrido el llevarnos ahí.
Cuando Yuu fue a buscarme como loco al estudio casi y me da infarto cuando me dijo que quería celebrarle el cumpleaños en el Palas... luego Yune vino hasta el estudio y con él empezamos a dar saltitos de la emoción, el malo de Yuu ni siquiera lo había invitado las anteriores veces que él estuvo ahí, así que al igual que nosotros sería su primera vez, jaja. El problema era engañar a Tarou, a él no le dan los lugares muy ruidosos, salvo el ir a conciertos, mas... ideamos todo un plan que se fue al agua por culpa de Yune, al final tuvimos que prácticamente raptarlo.
¿Y a dónde vamos Yuu?, es temprano aún.
Yo no quiero ir.
¡Cállate Tarou!
Vamos de compras. ¿Creen que van a entrar en esas fachas?
¡Qué tienen mis fachas Yuu!
Qué están bien feas Yune, jajaja.
¡Cállate Shino, tú tampoco estás muy bien que digamos!
Me alegré tanto el ir de compras, encima con Yuu que iba a pagar todo, jaja. Aunque al que lleno de ropa fue a Tarou, el que no cesaba de quejarse porque solo quería algo sencillo y sin tanto estilo, vaya, demonios, que me diera a mí lo que no quería... aunque no podría usarlo porque Tarou es el más alto de los cuatro... incluso lo metió a un spa en donde terminaron de arruinar, que diga arreglar a Tarou, hasta parecía un hombre nuevo, vi un poco fastidiado a Yuu, ese mujeriego seguro tenía miedo que su amigo le quitara las fans, jaja. Por mi lado yo también me veía bien, listo para conquistar corazones de la alta sociedad, yo que no tenía donde caerme muerto y bueno Yune que parecía rockero de los ochenta, jajaja.
Llegamos como a las diez al local, pasamos sin mayor contratiempos, el ser menor de edad era genial si tenías a alguien como Yuu al lado, de suerte y Yuu podía pasearse por esos sitios, sus veintiún años eran la gloria misma, ¡solo un año más y yo también podría! Tarou se veía tan tímido, pero Yuu le dio un par de bofetones suaves para que caminara derecho, Yune era un autosuficiente que iba detrás de mí y yo, bueno solo podía sonreír como tonto frente al estilo chip que nos rodeaba. Llegamos a nuestra mesa y el cumpleañero se sentó al medio, a su lado izquierdo Yuu y yo al derecho y a mi izquierdo Yune que no dejaba de moverse con la música.
¿Qué vamos a pedir?
Ya te quieres empilar Shino-kun...
Solo pregunto. ¿Qué eso?
El modo en cómo se pide aquí...
Ah disculpe señor con plata que viene todo el tiempo aquí.
Y ni siquiera nos has invitado una sola vez.
¡Oigan los he invitado hoy!
Pero es el cumple de Tarou.
Pero podría haberlo traído a él solamente.
¡Yuuu!
Jajaja, es una broma chicos.
Al poco nos trajeron los pedidos. Mi wisky en las rocas era bendición para mí. Aunque la bebida de Tarou me llamo la atención. Era muy grande y de un rojo escandaloso... llevaba sorbete y algunas plantas que le daban un aire exótico.
Si no tomas un Rosso no haz venido a Place Palas.
¿Y yooo? ¡Yuuu!, si no bebo un Rosoo nadie me creerá que vine al Palas.
Tú solo querías tus rocas.
¡Yune, tu amigo me ha engañado!
Los otros se rieron de mí y todos brindamos. No tuve que preocuparme porque aquello solo fue la primera ronda... no sé cuantos Rosso me bebí y cuantos invité, jaja, tampoco sé el modo que terminamos los cuatro en la pista de baile, tenía en mano un Fiorito cuando la vi... a la mujer más hermosa que nunca jamás había visto... ella bailaba haciendo girar todo a su alrededor, su cabello manchado de vistazos azules y celestes no dejaba de agitarse en torno a su delgada silueta bañada de plateado... por un momento creí que no era japonesa, pero al observar su cara de muñeca noté que era tan japonesa como el arroz que religiosamente tomo de desayuno todos los días. Olvidé lo que había a mi alrededor y solo bailé para ella... mis ojos buscaban los de ella... solo una mirada y sería feliz, Shino podría morirse feliz si aquella mujer por un instante sabía que yo existía... el Fiorito brillaba en mi mano, su color fosforescente se movía igual que mi paso... cuando ella me miró... sonreí como tonto y de repente un golpe me dio en la mejilla... por casi caí de lado de no ser por mis buenos reflejos y mi resistencia al alcohol. Observé mi mano y los restos del Fiorito brillaban en mi piel, vaya que químico y pensar que yo bebía eso...
¿Estás bien?
Ah sí.
Cuando me fijé en ella por casi y se me salió el corazón. ¡Ella me había preguntado si estaba bien y yo, ahhhh Shino, ódiate! Me miró algo decepcionada, más luego sus ojos asustados me hicieron notar que algo no iba bien conmigo, se señaló la mejilla y yo entendiéndolo me pasé la mano por el rostro... sangre... lo último que me faltaba... lo tenía todo arruinado, seguro Yuu se burlaría de mí al contarle más tarde, pero lo que siguió no fue nada coherente, ella me jaló a un lado... no sé cuanto caminamos la cuestión es que una vez en la barra principal, ella misma me limpió con un pañuelo de papel la mejilla.
Lo siento, te distraje y te golpearon.
No sabía que decir y... ahhh... lo único que en ese momento se me ocurrió fue lo que Tarou siempre me ha dicho... sé natural, hombre la naturalidad como prioridad, no intentes ser un matador como Yuu o un loco como Yune, solo sé tú.
No, fue mi culpa... estabas tan bonita que no me di cuenta de...
Me tapé la boca como un tonto al ver su sonrisota en la cara. De repente ella me invitó un Fiorito como compensación, solo que ella pidió uno especial, no era amarillo fosforescente sino más bien rojizo, parecido al Rosso... hablamos tanto que ni me di cuenta de la hora, solo cuando me acordé de mis amigos y los supuestos amigos de ella fue que se lo dije.
Ah no... vine sola.
Oh, pero ven conmigo, somos puros chicos, pero son un chiste, te reirás.
La lleve conmigo, vi la cara de infarto de Yuu y me coroné como el rey de la noche. Ella no cesaba de reír con las inocentadas de Tarou que estaba más que ebrio y mis chistes sin sentido. Yuu se fue a un lado a sacarse el coraje, pero se le pasó rápido...
Te ganaste mi respeto Shino-kun.
Como a las cuatro cuando no pudimos ponernos en pie fue que nos despedimos. Ella tenía movilidad propia por lo que...
Entonces nos veremos otro día.
Era como un sueño tener a una princesa como ella, eso pensé en ese momento de despedida. Ella era hija del dueño del Palas... y yo un simple chiquillo con un estudio nuevo... sin embargo ella me dio su móvil, sin que yo se lo pidiese e incluso me dijo que podríamos salir a comer helados... que a ella le encantaban.
Me vi saltando por el estacionamiento, mientras que Yune y Yuu podían con las justas con Tarou que había caído en un coma de sueño. Suerte y Yuu tenía auto, como era de imaginar iríamos a su casa por que era espaciosa y cercana, al final... no supimos cómo pero la llave desapreció... no podíamos ir a casa de Yune porque estaba al otro lado de la ciudad y mucho menos a la mía porque no tenía, la había dejado para mudarme al estudio... Tarou entre su conciencia y su embriaguez ofreció la suya y aunque sonó disparatado fuimos ahí... y aquí nos encontramos... inmovilizados, por lo menos yo, que ni puedo respirar...
Ya deja de reírte solo Shino...
¡Yuu!... me asustaste.
Ja... así que la hiciste con la hija del dueño...
Jejeje... es tan linda...
¡Mal nacido!
¡Auuuu, Yuu deja de sobarte, no seas marica!
¿Yo maricaaaa?
¡Ahh cállenseee!
¡Jódete Yune!
¡Dejen de moverse!, ¡Tarou has el desayuno!
¿Qué?... encima que les presto mi cama.
Tu cama que parece piedra...
¡Oyeeee Yune que dices de mi camaa!
Río cada vez que recuerdo eso y mucho más cuando lo cuento. Aquellos días en que teníamos la vida loca por las aventuras que se creaba y se formaba Yuu...
¡Shino sigues contando lo mismo de siempre!
Te pasas hombre, ya sabemos que te vas a casar con Hana-chan.
Yune y Yuu acaban de llegar a la tiendita. Me alegro que ese par se haya vuelto a amistar, ya se estaban demorando demasiado en hacer las pases, y eso me tenía muy preocupado, luego de que Tarou me dijera yo solo podía contar los días para que este día llegara... ah, abuela-chan, aún seguimos dependiendo de ti, río al ver a Yune haciéndole una mueca a Tarou...
Dejen de molestar a Shino-kun, a él solo le gusta recordar el pasado.
Y el bueno de Tarou siempre defendiendo a los que Yuu y Yune molestan, es decir yo. Ya nos estábamos demorando demasiado en reunirnos, solo falta poco para iniciar la comida por el aniversario de la abuela-chan. Desde hace cinco años lo venimos haciendo aunque esos dos tontos se pongan de mal humor. Solo basta con que uno venga aquí y llame al resto para que ninguno se pueda resistir a comer en familia. Espero que más a menudo cenemos juntos.
Recuerda que te gané Yuu.
¿Qué me dices criajo?, y otra cosa Tarou, el próximo en conseguir novia eres tú y vas a tener que presentármela.
¿Eh?, coof, cof...
Mira como le has hecho asustar, si hasta me pareció verte poseído por tu abuela.
¡Yunee, no te digo nada porque mi abuela te apreciaba, aunque pensaba que tenías nombre de niña!
Jajaja, Yune tiene nombre de niña, jaja.
VEN AQUÍ NIÑATO
¡Ahh Tarou ayúdame!
Yune me da coscorrones en la cabeza y yo solo puedo reír y pedir ayuda a Tarou que está más que rojo, Yuu le sigue molestando con que tiene que conseguirse una novia, sin embargo yo creo que él ya tiene a alguien al lado, su cara lo delata... Yune se une y juntos molestan a Tarou, jaja... todo esta como antes, aunque nos hagamos viejos... yo espero que esto siga por siempre...
Continuará...