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Promesas inevitables por Manabuu

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Notas del capitulo:

Para Hora-sama...

Inevitable XIX - parte B

 

 

Hemos abierto las ventanas corredizas y ahora la luz opaca de la luna brilla sobre las aguas del rotenburo.

He dejado mis muchas preguntas a un lado y me he dedicado a conformarme con las palabras breves que por intervalos musita Shiroyama. Creo que es lo mejor, después de todo lo ocurrido en la tarde tampoco tengo fuerzas ni ánimos para insistir en saber verdades que, estoy más que seguro, le lastiman.

 

Ella tenía catorce...  Tarou once y yo nueve... 

 

Me siento raro.

No entiendo si fue bueno o malo el venir aquí.  Ya no lo sé... 

 

Ya no me gustan los pastelillos de canela...  desde que murió ya no... 

 

Balanceo mis pies en el agua tibia.

Estoy tan cansado...  cansado de pensar y recomponer todas aquellas acciones, gritos... 

 

No debimos salir ese día...  pero yo insistí...  le gustaba el helado de manzana...

 

Mi garganta se contrae cuando el silencio se hace audible.

Casi a tientas alcanzo el soju...  me arde al sentirlo deslizarse por mi garganta.  Escucho la respiración calmada de mi amigo... Es aquello, sí... eso es lo que más me molesta. 

Shiroyama se ha hundido.

Es como si estuviera y no. La desesperación de horas atrás se ha esfumado y ha dado paso a una tranquilidad odiosa. Aquella tranquilidad que tienen los muertos al estarse quietos en sus tumbas es lo que percibo en él...  sería más sencillo para mí el liar con su descontrol que con esto.

 

Le gustaban muchas cosas...  no las recuerdo ahora.

 

Odio esto.

En un arranque derramo el vaso y tomo directamente de la botella.

Deja de comportarte así.

 

Ella...

Déjalo ya.

A ella...

Que lo dejes... 

No recuerdo...

¡Ya déjalo, yaaa!

 

El vidrio golpeándose contra el tatami se diferencia de inmediato del sonido seco de su espalda.  A penas en la oscuridad logro ver claramente sus pupilas absortas. Sé que ni siquiera me mira, pero aún así sus ojos apuntan a los míos horriblemente.

Deja de hundirte más.

 

Te dije que te callaras...

No la recuerdo...

Shiroyama...

No la recuerdo, no recuerdo su cara, ni sus ojos, ni su boca, ni su cabello, no recuerdo nada...

Shi...

No la recuerdo, no logro recordarla...

¡Que te calles yaaa!

 

Lo levanto del cuello de la yukata, lo zarandeo para que reaccione. Pero él sigue repitiendo las mismas palabras una y otra vez. Veo de repente nuestras sombras proyectadas. Detrás de nosotros me llegan las palabras nerviosas de Taka...  Shima también se ha despertado. No puedo hacer más que gritarles y decirles que nos dejen solos... 

 

¿Por qué Aoi-san esta asííí?, q-qué tiene ahora, aaa...

¡Por la puta que te lo lleves Shima!

¡No me grites!

Lo dejó en el suelo y me voy directo contra ellos.

Los empujo enfurecido... tampoco quiero ver sus ojos...  odio ver ese reproche, ese callado reproche.

Una vez solo en la oscuridad de la habitación me quedo quieto observando su cuerpo sobre el tatami. A través del papel delgado me llegan las palabras de Taka, el silencio de Shima...  me deslizo hasta quedar sentado. Mis pies están fríos y mojados... 

Shiroyama sigue ahí... 

 

Más vale que despiertes ya... 

¿Mmm?

Son las diez y hace calor.

¿Shima?

Lamento no ser Ruki.

Tonto.

 

Me reincorporo del futon. Antes que pregunte, mi amigo me dice que me trajeron a rastras hasta aquí.

 

Estabas muerto de cansancio.

¿Y Shiroyama?

Se lo llevaron, seguro que a su cuarto.

¿Quién?

No sé. No me mires con esa cara. Supongo que sería uno de sus hermanos o algún sirviente de la casa.

¿Taka?

En el jardín.

Mmm...

Se supone que debemos irnos hoy.

Ya lo sé.

 

Vuelvo a caer en el futon.

 

Quiero irme ya.

...

Akira... 

¿Qué?

Pues que... 

Voy a buscar a Taka.

¡Akira!

 

No quiero escuchar nada.

Sé lo que vas a decir. 

Fue estúpido venir a aquí.

No sé como sentirme. Es así de simple. No quiero ver la cara de nadie...  ni siquiera la de Taka.

Cambio el rumbo y me fui directo a las afueras de la casa.

El pasto sobre el que camino me produce un leve cosquilleo, es entonces que me doy cuenta que no llevo sandalias, sin embargo sigo caminando, si regreso por ellas no tendré fuerzas para volver a salir...  Voy por un camino de piedras y luego mis pies sienten la tierra un tanto removida, pero eso no me interesa y sigo caminando, observo el viejo pozo y me detengo.  

¿Por qué tuvimos que venir aquí?

Levanto el rostro y el sol me da en la cara. Arrugo la frente y dejo el lugar.

Percibo entonces el cambio de terreno...  un viento cálido corre y me ensucio de polvo.  Voy de frente y encuentro un camino bordeado por árboles medianos, al pasar me llega el olor penetrante de los jazmines. Pensar que ayer pasé por aquí y ni siquiera pude distinguir el olor escandaloso de esas flores. Doy vuelta a la derecha y doy un suspiro...  llegué al sakura.

Observo mis pies sucios y maltrechos.

Me aproximo lentamente al lugar, mas me detengo al tocar la cerca blanca y vieja.

Aún siento como si estuviera viendo esa escena.

No sabía lo que ocurría y solamente corrí...  no comprendía las palabras de Taka, pero no me detuve a pensar, solo actúe.

Estaba enfadado. Muy enfadado con Shiroyama, ahora no sé ni que sentir o no sé...  pero ayer, en ese momento yo tenía ganas de partirle la cara... 

¿Lárgate?, ¿no entiendes?, ¡no me tengo lástima!...  eran frases que llegaron a mis oídos sin ningún significado.

Solo cuando estuve en el suelo y lo vi llorar fue que recordé algo que borré hace tiempo en mí.

Esos ojos...  Era como revivir esa noche terrible.

Con la lluvia sobre los tres...  el dolor en el estómago por el frío, la piel entumecida, la mano ondulante de Shiroyama tratando de alcanzar a alguien en la oscuridad...  su llanto...  y el nombre Miyu ahí sobre nuestras cabezas.

Mi miedo creció al escuchar esas palabras...  la maté, la maté, yo la maté, no pude hacer nada por ella, no debió suceder, tengo la culpa...  la maté... 

Solo pude abrazarlo.

No supe que más hacer.

Terminé con las rodillas en la tierra, abrazándolo y sintiendo mi hombro humedecerse... 

Después de no sé cuanto tiempo me animé a volver con Shiroyama sobre mi espalda, lo curioso fue que a poco de pisar la casa, él mismo se bajó y caminó solo, dejándome atrás... 

Luego de tomar un baño los dos...  sin palabras de por medio nos encerramos junto al  rotenburo... 

Elevando el rostro oculto por mis manos, trato de mantener mi mente en blanco.

Es imposible.

Mis manos caen y abro lentamente los ojos...  veo las ramas secas del sakura. En otro tiempo, de seguro, fue un buen árbol. Las cosas cambias...  incluso los sentimientos o la vida misma...  lo de ayer no debió pasar o mejor dicho no debió pasar de ese modo.

¿Qué debo hacer ahora?, ¿qué debemos hacer?

Miro las raíces gruesas, sus salientes...  doy media vuelta. Debemos volver.

Empiezo a caminar, al poco troto y después llevo una carrera desaforada...  no quiero seguir pensando, es mejor actuar... hay momentos en que es mejor.

El viento lleva algunas flores a tierra, las piso y sigo mi camino...  la tierra me lastima los dedos, mas sigo corriendo...  muevo la cabeza y me fijo en el sol... debo volver.

Cuando alcanzo el poso me doy un respiro y luego sigo corriendo. Atravieso el camino de piedras lisas y mis pies se envuelven con lo suave del pasto.

Me detengo en el marco de la entrada posterior... calzo unas sandalias y voy directo a mi habitación... sigo por el pasadizo occidental y veo que Shima sale a mi encuentro.

 

¡Dónde coño te metiste!

No sé.

No sé, no sé, ¿me crees estúpido?, ¡nos vamos, me quiero ir!

Shima...

¡Esa mujer esta locaa!

Shima tranquilízate, no quiero escuchar tus gritos.

Te digo que está loca, quien en su sano juicio le va a decir esas porquerías a su hijo, ¡eh!, de suerte que Ruki fue a verlo, sino quien sabe que hubiera pasado. ¡Nos vamos!

 

Sigo de largo y busco la habitación de Shiroyama.

Al llegar me encuentro a su madre en un mar de llanto. A un lado a Taka abrazando a Shiroyama...  me mira asustado y no sabe qué hacer.

 

¡Prometiste ayudarme Susuki-kun!

...

¡Aki-chaaan, vámonos yaa!

¡Susuki-kun!

 

Veo sus lágrimas...  no sé si estuvo bien el venir o... 

Taka me vuelve a llamar y entonces lo veo.

 

Sal Taka.

¡Pero Aki-chan!

Te digo que nos dejes solos.

¡Gracias Susuki-kun!

¡Usted también por favor!

 

Ella agranda sus rasgados ojos, está tan pálida...

 

Usted también... 

 

Tengo que ayudarla a levantase y aún con las protestas de Taka, cierro con cuidado. Recargo mi cabeza en la puerta.

Shiroyama parece un fantasma con ese yukata gris y el cabello revuelto...  su mirada se pierde en la ventana abierta, el viento la mece...  Respiro profundamente y me acerco a él.

Me quedo de pie y me doy cuenta de lo delgado que está...  no ha estado comiendo y es notorio en su cara huesuda...  me encorvo... 

 

¿Acaso...?

Les dije que sería imposible volver...

Shiro...

Se los dije...  ella no nos dejará...

¿Quieres quedarte?

No he dicho eso.

 

Me enderecé y lleve mis manos a mis caderas.

Me enerva esa tranquilidad...  su pasividad.

¡¡Dónde mierda está Shiroyama!!

¡¡ESTE NO ES SHIROYAMA!!

Respiro entrecortadamente. Harto...  estoy harto.

 

Se los dij...

 

No lo soporté.

¡¡Si tengo que hacer que reacciones a golpes, pues a golpes lo haré!!

Te quedas cabizbajo en el suelo...  no me das la cara.

Te tomo de la yukata y te grito que te dejes de cojudeces y que me digas lo que en verdad quieres. 

 

¡¡REACCIONA!!

...

¡¡Te digo que reacciones y me digas que quieres!!

No sé...

 

Lo dejo en el suelo y me llevo las manos a los cabellos...

 

Maldita sea Shiroyama, no te comportes así, pareces imbecil. Dejando que otros decidan por ti.

...

Infeliz...

...

Eso es lo que eres. Tu hermana tuvo suerte en morirse y no ver lo que eres ahora...  mala suerte en que ella tuvo que cobrárselas todas... pobre infeliz.

Cállate.

Es la verdad, quieres quedarte en tu patetismo. Debiste morirte tú.

Cállate.

Y de qué sirve, solo Miyu...

¡¡Qué te calles yaaa!!

 

Los brazos de Shiroyama me empujan con fuerza hacia la puerta. Logro detener su arranque de furia y lo golpeo en el vientre. Sigo nombrándola sin detenerme.

Las cosas caen al suelo.

Me llevo varios golpes de Shiroyama. Pero aún su mirada permanece intacta.

 

¡¡Te tienes lástima!!

 

De repente caigo en seco. Veo mi mano llena de sangre... mi labio se ha partido...

 

¡¡Quiero verla, eso es lo que quiero, quiero que me la devuelvan de una puta vez, quiero todos mis recuerdos, los quiero todos, todos, quiero nuestras fotos, mis cartas, sus cartas, la quiero a ella ahora aquí...!!...  quiero irme...

 

Me quedo en silencio viéndolo por fin.

 

¡Putos maricones que se cagaron en sí mismos, no hicieron nada por ella!

 

El sabor acre de la sangre... 

 

¡Ellos debieron morirse, ellos, los odioo!, ella debió morirse, esa inmunda que se fue sin más cuando ella agonizaba, ¡él, ese mierda que no me dejo verlaa!

 

Shiroyama se recargaba sobre sus rodillas.

Seguía gritando y gritando.

Y yo seguí oyéndolo... oyendo todo lo que él tenía por decir.

 

¡Nadie... NADIEEE! ...

 

Finalmente cayó sentado... susurrando apenas... 

 

... por más que rogué y rogué, nadie...  nadie me sacó de ahí... no sé cuánto tiempo estuve ahí... y nadie vino por mí... solo Taro-chan, solo él me ayudó... y nunca más la volví a ver...  nunca más la volvimos a ver... 

 

Entonces me acerqué a él.

Eso era...  ese es Shiroyama...  tenías que quejarte...  tenías que hacerlo.

 

Bien... lo has hecho bien...

Quería verla Akira... quería verla otra vez.

Lo harás... algún día la volverás a ver.

¿Estás idiota?

Je...

 

No pude evitar reírme.

Ya extraña sus insultos. ¡Qué estupidez!

Nos quedamos en silencio, mas luego sus susurros otra vez volvieron a interrumpir en la habitación.

 

No quiero regresar nunca más.

No lo creo así.

¿Por qué...?

Todos deseamos volver algún día a nuestro lugar, Shiroyama. Todos.

Tal vez. Pero ahora no. Después de todo, no hay nada de ella aquí. Todo se destruyó...  incluso el sakura...  la han dejado morir, la han abandonado... 

No mientras la recuerdes. Mi abuela me dijo una vez que mientras recordemos nada estará perdido...  recuerda, pero no vivas culpándote...

...

No es fácil, pero inténtalo...  siento haberte...

No te disculpes.

Pero...

No es tu culpa, ella es así... Le encanta tenerlos en sus manos, ja...  basta con que sonría y los tiene en sus bolsillos...  basta que diga algo para que todos estén tras ella. Eres manipulable...

...

Igual o menos que Tarou, pero lo eres.

Siempre hablas de él.

Es mi hermano menor después de todo.

¿Eh?, ¿cómo? Que recuerde él es mayor que tú... ¡además él es tu amigo!

Y eso qué... 

Oye...

Ni te creas tanto, el hecho que no este en todos mis cabales no significa que voy a relatarte la historia de mi vida.

Shiroyama...

 

Me quede boquiabierto mirando como se levantaba del suelo.

 

Ahora quiero estar solo un rato.

Bueno...  hoy nos vamos.

Ok.

 

Caminé hasta la puerta y cogí la manija.

 

Gracias.

¿Eh?

 

Apreté la manija fuertemente.

 

Le hubieras agradado mucho a Miyu.

 

Sonreí.

 

Ahora lárgate.

Je...

 

Tal vez sí...  

Estoy seguro que nos hubiésemos llevado bien de habernos conocido.

Miyu... 

Al cerrar la puerta respire tranquilo.

Cuando empecé a caminar sentí mis piernas temblar.  Había sido demasiado para mí. Simplemente, nunca antes me había pasado algo semejante.

No me gustaría que se repitiera.

Camino cabizbajo hasta toparme con Shima. Lo veo nervioso, pero su semblante cambia al ver mi estado.

 

¿Qué pasó?, ¿volvieron a pelear?, no se cansan eh... mira como tienes la boca. ¿Nos iremos no?

Sí.

Ella no es buena Aki, no me cae nada, nada, nadita. Me da pavor, no sé cómo pudiste conversar con ella antes. La piel se me escarapela de solo oírla...  es mala...

No hay malos Shima. Ahora lo entiendo.

¿Qué?

Después de todo ella es su madre.

¿Sigues estando de parte de ella?

No lo sé... me recordó a mi madre sabes...  ella no quería dejarme partir, ¿te acuerdas?, tuvimos que escaparnos...  debió de haber sufrido tanto por mí...

Aki...

 

Me alejé de él y fui directo a la habitación.

No encontré a Taka así que fui directo a mi mochila de viaje.

Me saqué el yukata y lo dejé a un lado. Entonces observé mis pies y me di cuenta que necesitaba un baño urgente.

 

Aki-chan...

Taka...

 

Sentí sus brazos aferrarse a mí.

Solamente pude abrazarlo y quedarme quieto oliendo su cabello... 

Esa noche prácticamente nos escapamos de la casa de Shiroyama.

Nos fuimos en silencio...  los cuatro.

En el viaje de regreso me senté con Taka-chan. Lo necesitaba mucho, me dediqué a ver por la ventana apoyado en su hombro. Pude dormirme cuando escuché unos rumores de los asientos posteriores...  Shima y Shiroyama estaban hablando.

Cuando llegamos aún era de madrugada... me sorprendió lo que encontré.

 

¿Pero qué es esto...?

Yo le avisé a Yune-chan...

 

Al bajar en la estación vi que nos esperaban...  o tendría que decir, lo esperaban a él.

Yune a penas lo alcanzó lo abrazó.  También estaba Shino-kun y su novia al lado...  no pude evitar una punzada en mi orgullo al verla.

 

Aki-chaan...

¿Qué?

No me digas que sigues molesto por lo de Hana-chan, ya te dije que lo que pasó en el Palas solo fue un baile...  yo solo te quiero a ti. Además a Hana-chan le gusta Shino-kun y bueno, como tú estabas ocupado con ellos bebiendo, pues bailar un poco con ella no era nada del otro mundo y...

Ya sé, ya sé...

¡Oh ahí está Tarou-san!

 

Ambos nos saludamos con un gesto. Tomé de la mano a Taka y nos alejamos.

 

¿Y Uru-chan?

¡De verdad!, ¿se habrá quedado dormido en el bus?

No, él bajó. ¡Seguro que vio a los amigos de Aoi-san y decidió dejarlos con él!

Tienes razón. Vamos a casa.

¡Sí!

 

Aún estaba oscuro cuando salimos a la calle a buscar un taxi.

Era de noche y solo las luces de los postes nos iluminaban vagamente... sin embargo me sentí aliviado, dentro de poco amanecería.

Siempre es así.

Estrecho su mano con fuerza. Mi Taka-chan solo me sonríe con sus ojos cansados...  solo eso basta para mí.

 

Continuará... 

 

 

Notas finales:

Oh... este capi lo he hecho con muchos sentimientos encontrados.

Fue un capi complejo porque Aki-chan no está acostumbrado a experiencias de este tipo. Podríamos decir que fue su primera vez, jeje.

Arigatou por la espera y actualizo este viernes como comúnmente lo hago. Gracias por sus reviews, gracias por decirme que logro alcanzar alguna fibra íntima en cada uno de ustedes que me leen...  solo eso busco, una conexión, lograr que se conecten con toda esta historia. Sus respuestas ya están así que pueden leerlas.

Aún falta un capi o dos con lo de Yuu... aunque que creo que solo uno y viene para el próximo viernes, esta semana he subido tres capis seguidos, uff.  Espero que se entienda lo que plasmo y también que entiendan a Yuu y a los demás. El pasado no se puede borrar, pero podemos esforzarnos por sobrellevar un presente y disfrutarlo. Eso es lo que pienso.

Todo este capi lo hice pensando en eso... en el esfuerzo y desazón, por momentos tal vez se siente la impotencia...  Ah, supongo que también en la espera...  aunque suene un poco desubicado decirlo pues hice este capi pensando en Hora,  ex-Schwarz stein, y encima escribí este capi con puras canciones de él... en especial Sirius del disco DominatE y on falling del disco Icebound. Tal vez solo haya un par o una persona aquí que sepa de su existencia, es un tecladista y programador japonés al cual sigo desde hace varios años, este 30 de junio sacó su último disco Wisdom y se ha retirado de la  carrera musical. Me duele porque está enfermo y no lo hace porque ya no quiera seguir en la música sino por su situación...  así que este capi lo hice por él y pensando en su mejoría... 

Ah me puse sentimentaloide. 

Cada año he esperado pacientemente aquellos sonidos electrónicos... ahora esperare, en un tiempo no definido, su... "¡regreso con nuevo disco!", jejee.

Cuidense mucho y... nahh les dejo galletitas en forma de gatito.  Kocha-chaaan!

 

Manabuu


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