Capítulo 2
Pieles de odio
Naruto
Que mierda de aritmética, coño. No hay quien entienda esto. ¿De que me sirve saber como resolver funciones si me atacan por sorpresa? ¿O si tengo que defender a alguien? Pues de nada, por supuesto que de nada…Pero claro para Asuma-sensei las luchas no existen en el mundo real. ¡Me cago en la ignorancia de los adultos! ¿Es que me hice yo solo la cicatriz de mi brazo, o los moratones que tengo en la mandíbula? Aaargghh, tengo haaambreee…… Daría lo que fuera, lo que fuera por un poquitín de Ramen…. Rameen….. Raaaaaameeeeen…… ¡No, no, no! ¡¡Aritmética!! ……… Aritme…raaameeen….
- Joder Naruto, llevas toda la hora con el lápiz en la mano y ¡aún no has escrito nada!
- Cállate Kiba, sabes de sobra que con el estómago vacío no puedo pensar con claridad.
- Pues vayamos a comer algo, anda, que me aburro con tanto silencio. Además Akamaru hace rato que quiere salir a pasear, se ha pasado todo el día encerrado en casa.
- Aleluya! Que buen amigo eres, Colmillo! Deja que encuentre mi cartera y salimos.
- Pues, te va a costar encontrarla Naruto. No la podrás ver fácilmente.
- ¿Y eso porque? ¿Es que tu perro la ha escondido otra vez?
- No…. ¡¡Porque la tienes debajo del culo!! Jajajajaja!!!
Cuando llegamos al restaurante Kiba aún se está riendo, así que le doy un golpe en la cabeza, a ver si se tranquiliza y me deja comer tranquilamente. Antes de sentarnos vemos que Choji está unas mesas mas atrás con Ino, así que decidimos comer con ellos. Pasamos un rato agradable mientras noto como mi cuerpo se relaja con el ramen y la buena compañía.
Decidimos ir a dar una vuelta mientras hablamos sobre el viaje de fin de curso, para el que ya solo faltan 4 días.
-Os habéis preparado ya la maleta? – Ino nos ha hecho una lista de todo lo que deberíamos llevarnos para el viaje. La verdad es que me viene muy bien porque no tenía ni idea de la ropa que coger.
- Sí claro, aunque yo no pienso llevar bañador.
- Porque Choji? Si será lo mejor!
- Si, claro. Lo mejor será cuando os burléis de mí por estar en bañador. Que os conozco.
- Jajajaja!! No digas tonterías señor Complejos! Nadie se reirá de ti!- dice Ino abrazando a Choji con un brazo y alborotándole el pelo con la otra.
- Y quién lo haga le meto una ostia. – lo mas importante es dejar las cosas claras.
- Tu siempre tan pacífico Naruto.
- Jajajaja, donde haya una buena pelea, ahí me ver… Oh perdón!- De tanta risa he chocado contra un tío que pasaba por mi lado y ni lo he visto.
- Mira por donde andas imbécil.- esa voz… yo conozco esa voz.
Me giro lentamente aunque ya se a quién me voy a encontrar. Lo primero que veo es el escudo del internado pijo de las afueras en una camisa muy bien planchada. Rojo y dorado. Tan inconfundible y vistoso que hace daño a los ojos. Levanto la mirada i me topo con dos pozos negros que me observan con desprecio.
- Vaya vaya. Pero si es Uchiha.
- Uzumaki. Que raro verte lejos de las alcantarillas.
- Y tú? Donde tienes tu ejército de siervos? Es que a caso ya no te hacen caso?
- Mejor solo que mal acompañado, no?- su mirada fría y negra se dirige hacía mi grupo de amigos que se han situado un poco detrás de mi.- Una debilucha, un gordo, un domador de perros y un pobre sin familia. Que retrato tan acogedor.
Oigo gritos detrás de mí y como Kiba intenta parar a Choji.
- ¿A quién has llamado gordo? ¿A quién? Estás muerto Uchiha, ¡muerto! ¿Me oyes? ¡Muerto!
- Choji tranquilízate!
Veo que Ino y Kiba están haciendo un gran esfuerzo por no soltar a Choji así que decido intervenir.
- Choji, no te emociones. Uchiha es mío, así que dejádmelo a mí.
- Vaya, Uzumaki. Que valiente te has hecho. La semana pasada no lo eras tanto.
- Lo mismo digo. Por lo visto sin tus amigos no pareces tan seguro de ti mismo, ne? En realidad eres un cobarde de mierda y no tienes lo que hay que tener para enfrentarte a mí.
Antes de que pueda decir nada más veo como Uchiha levanta el puño y lo dirige hacía mi. Lo esquivo con facilidad y le doy un golpe en la barriga. Noto como se le corta la respiración y aprovecho para pegarle bien fuerte en la cara. Así dejes de ir de guapo. Noto como empieza a sangrar su nariz y no puedo evitar excitarme. La peleas me hacen sentir vivo.
De pronto noto un fuerte dolor en la mandíbula y otro en la cabeza. Cuando abro los ojos me encuentro tirado en tierra y casi sin poder respirar. Uchiha está cerca de mí, también en el suelo. No puedo evitar reírme de la situación. Aunque las peleas son peligrosas, siempre les encuentro un lado ridículo y divertido. Uchiha me mira y se empieza a reír también. Al parecer también le divierte la situación.
Noto como me levantan y que cargan con mi peso. Tengo a Kiba debajo del brazo que me sujeta. Siento un inevitable deja vú. ¿Cuántas veces hemos terminado de esta manera?
Mientras empezamos a caminar, me giro para mirar a Uchiha una vez más. Ya se ha levantado y ha empezado a andar en dirección contraria a la nuestra. Observo su silueta mientras se aleja. Su silueta oscura destaca a contraluz y su pelo oscuro y brillante se mueve con el viento. Parece una sombra más del paisaje, como si fuera a desaparecer en cualquier momento. De pronto se para, se gira y me mira. Sus ojos aun destellan de odio. Le devuelvo el sentimiento y me giro. Lo único bueno que tiene el Uchiha es que es el único que se atreve a enfrentarse a mí directamente sin que tenga que preocuparme por las consecuencias. A diferencia de los otros niños pijos, él no corre llorando a su papá cada vez que alguien le atiza.
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Sasuke
Me levanto como puedo y empiezo a andar sin mirar a atrás. El golpe de Naruto me ha manchado la camisa de sangre y intuyo que esto me acarreara otro sermón de mi padre. La verdad es que no me importa, me lo he pasado bien y me ha servido para alejarme un poco del mundo. Espero no haberle hecho mucho daño o puede que alguien me denuncie. Me río para mi mismo, aunque la sensación de haber podido dañar demasiado a Naruto sigue ahí. No puedo ensuciar mi impoluto expediente con una paliza o un asesinato. Así que me giro y lo descubro mirándome con atención mientras se aleja. Maldito seas Naruto, he estado a punto de sentirme culpable. Me mira con odio y se gira. Yo hago lo mismo y empiezo a correr. Si tengo que llegar a casa empapado de sangre, al menos llegaré pronto.
Cuando llego a casa descubro que mis padres aún no han llegado así que me dirijo directamente hacía mi habitación. Estoy a punto de abrir mi puerta cuando una sombra aparece delante de mí barrándome el paso.
- -Hermanito, que haces con toda esa sangre en el cuerpo? Es que a caso alguna chica se ha resistido a tus encantos y la has intentado forzar?
- … Tu siempre tan depravado Itachi. Anda, déjame entrar que tengo que cambiarme.
Itachi se aparta pero entra conmigo a la habitación. Se sienta en la cama mientras yo me cambio de ropa.
- Y bueno, - me dice- quién ha sido esta vez?
- Y a ti que te importa?
- Oh, vamos Sasuke, soy tu hermano, tan solo quiero vengarme de los que te han hecho eso.
- Tu no quieres saberlo por venganza, lo que quieres es enterarte porque te encantan los chismes.
- Lo que tu digas hermanito, pero anda dime quién ha sido por favor. Necesito algo de diversión antes de volver a pasar otro día con padre o me moriré.
- La culpa es tuya por querer hacer las prácticas en su oficina.
- No me cambies de tema, Sasuke!
Me rindo, pues. Cuando mi hermano encuentra un objetivo no se le puede apartar de él.
- Uzumaki.
- Uzumaki?
- Sí, Uzumaki.
- .. Naruto Uzumaki te ha hecho eso?
- Te lo repito en francés?
- Quieres decir que esa piel tuya ha sido tocada por Naruto Uzumaki?
- Eeeem, sí.- Al segundo de haberlo dicho ya me arrepiento. Itachi me mira ahora como si fuera un trofeo. Antes que pueda evitarlo me ha abrazado y me acaricia la piel de la cara fervientemente.
- Estoy tocando a Uzumaki! Estoy en contacto con las células de Uzumaki!
- Itachi, joder, aléjate de mi! – le empujo y lo hago caer sobre la cama. Se queda allí en silencio tocándose las manos.
- No entiendo como puede gustarte ese tío. Es repugnante.
- Repugnante, Naruto? Tú eres ciego, Sasuke o aún demasiado inocente.
- Que quieres decir, imbécil?
- Que cualquiera con un par de ojos se daría cuenta de que Naruto Uzumaki es un bombón y que es un auténtico honor que siquiera roce su piel contigo.
- Estás bromeando verdad? Por que sino , te juro que te vomito encima.
- Vamos Sasuke, no me digas que nunca te has fijado en sus ojos azules, ni su pelo rubio tan rebelde, ni en la fuerza de sus brazos, ni en su sonrisa perfecta, ni en…
- Itachi que te vomito encima, joder! Cállate ya!
- Es tan apasionado y tan salvaje a la vez. Con su pendiente en la oreja y sus ropas tan rebeldes.
- Ropas rebeldes? Te refieres a esos harapos que lleva? Aunque sin padres y siendo pobre, no me extraña.
- Ya esta bien Sasuke. – Esta vez Itachi me mira con seriedad.- No permito que hables así de alguien con esa clase de problemas. No tienes derecho a considerarlo inferior por su nivel económico y mucho menos por no tener padres. Es la última vez que te lo advierto Sasuke.
Me quedo un rato en silencio mientras medito en lo que me ha dicho Itachi. La verdad es que no ha sido muy hábil por mi parte utilizar esos argumentos.
- Sasuke, para algunas cosas tan liberal y para otras aún eres un niño. – Itachi me acaricia suavemente la cabeza. – Vamos, te ayudo a prepara la maleta.