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Tienes pinta de uke. por nezalxuchitl

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Echo humo por ti.

Stalkear en Mexico es asombrosamente fácil. Peligrosamente fácil; con un numero de emergencias que es una burla y la certeza de que la Justicia no será tal si eres minimamente inteligente o trabajador de la empresa del narcotráfico, Marcel pudo acceder la vida y obra de Ernesto.

Desde su modesto record escolar, con seises logrados a chanclazos por doña Cuquita, ya que el creció antes de que fuera ilegal reprobar a los niños por no saber ni la O por lo redondo en cuarto de primaria, a su record menos modesto de compañeras embarazadas en la secundaria, el inteligente Nezahualcoyotl (como el de los billetes de cien) fue haciéndose un perfil del individuo que ni su amiga del FBI, Lorraine Waters.

Sin embargo, había algo que se le escapaba, como Ernesto a sus acreedores de Coppel. Habia un cabo suelto, en el representante del cuerpo de policía, que sabia tenia pero no donde iba.

No, al menos, hasta que entre las actualizaciones de redtube le salto. El video del destornillador en las nalgas. El tipo que arreglaba cosas con el culo, literalmente.

 

***

 

Jaime era otro que espiaba a Gutierritos. Tambien estaba celoso, y con un abrigo varias tallas mas grande, perteneciente a su difunto padrastro, unas gafas oscuras y un sombrero ladeado, hacia muy personal interpretación de Sherlock Holmes.

Tambien sentía celos, y se decía a si mismo que no era por obsesionarse con Ivan si no por cuidarlo de su exnovio. Sabia la fichita que era, y ahora que el ingrato de Marcel lo habia dejado… no quería que terminara embarazado. A no, espera, eso no era posible, pero si con el corazón roto. El culo es lo de menos, se cura, pero el corazón…

Su morenito y el eran el uno para el otro. Se imaginaba cocinando hot cakes para dos, invitando a las fiestas del té a sus vecinitos del edificio, el darketo y el “tragamanzanas” (uno que siempre comia manzanas), el reguetonero incluso, pues pensarse con Ivan lo llenaba de conejil amor por el mundo. Su rabito se esponjaba y sus orejitas bailaban en el aire, mientras su naricita de corazón soltaba un enamorado suspiro.

Por eso no quería que terminara con Ernesto. Estaba dispuesto a ir a contarle todo a su mujer, y esperaba obtener evidencia grafica esa tarde.

Por eso le sorprendio tanto ver que quien llegaba a encontrarlo en el jardín (Jardin Principal, punto de reunión para todo habitante de San Miguel, asi fueran a ir luego a las afueras o a Dolores) era un tipo con pinta de rockero ¡¡¡parecido a Marcel!!!

Era como Marcel en versión alternativa. Las mismas gafas, un lado del cráneo rapado, todo negro, pero la camisa estampada de gato (en realidad aerografiada por una talentosa artista norteña). Se saludaron, Ivan rio, con esa sonrisa coqueta que nunca le habia dedicado, y caminaron hacia la esquina noroeste del jardín, atravesaron la calle y entraron a Starbucks.

Afortunadamente, los grandes ventanales de la antigua casona en donde estaba alojado no tenían cortinas, y podía espiar lo que hacían, pues un pobre conejito bancario como el no tenia para pagarse un vaso de destapador de caños con su nombre. Ademas, seria exponerse, pues resaltaría entre tanto adolescente fresita y chavorruca fresita que consideraban la franquicia estadounidense como el no va mas de sofisticación en el pueblo, y lo abarrotaban.

Ivan y Marcel Dos encontraron un par de cojines, justo en el dintel de una ventana. Los vio platicar y sorber por el popotito. Al desconocido ese tocarle la mano: una y otra vez. Todo el brazo. Descarado.

¿Por qué? Esos aguarrases deberían estarlos compartiendo ellos dos. Esa selfie, sacándosela ellos dos, etiquetándose para que sus amigos en Face se preguntaran que eran.

¿Por qué siempre los semes lo arruinaban todo?

Se despidieron. Ivan tenia su propio coche, el no tenia para seguirlo en taxi, pero si le corria, alcanzaría el ultimo autobús, que lo acercaría bastante a donde Ivan vivía.

 

*

 

Ivan estaba atento a los ruidos de la calle, viendo la tele de la sala, cerca de la puerta. Tenia la corazonada, no se, de que Frederick regresaría.

Frederick no tenia aliento a cebolla. No conjugaba con eses innecesarias los verbos al final.

Frederick lo habia invitado a una excelente primera cita, aunque ninguno de los dos la llamara como tal, y lo habían pasado bien. El doctor, sin los brackets que probaba para una compañía alemana, y en ropa de civil, resultaba bastante atractivo. Habia algo en sus ojos (sus lentes, idénticos a los de Marcel) que lo atraía, no sabia porque. Algo en su físico que lo hacia sentir comodo.

Algo, algo…

Ignoro el mensaje de voz que Ernesto le mando al celular. El decimoséptimo del dia que no contestaba. Menudo tipo.

El gesto ceñudo se le borro al oir que tocaban en la ventana. Pequeños toquesitos, que delicado, en vez del timbre que resonaría por toda la casa y haría a  su mama preguntar a voz en cuello “¿Quién es?” luego de medio minuto. Salio sigilosamente, esperando ver a Frederick, pero…

-¡¿Qué haces aquí!? – casi trono al reconocer a ese conejo resbaloso, a ese robanovios que habia arruinado su relación con Marcel.

-¡Ivan, por favor, escúchame! – lo agarro de las manos, dejando que se cerrara la puerta tras el.

-¡Jodido acosador! ¡Llamare a la policía!

-¿Para que venga tu otro novio? – rechino el dientito, mordaz.

-¡Pero que…

Dandose cuenta a tiempo de que estaba metiendo la pata, el conejito recompuso:

-Ese hombre no te conviene. Es malo, en serio.

-Si paso por tu catre debio serlo.

Jaime suspiro, sin ofenderse.

-Ivan, tu… me gustas mucho. – estaba coloreado como huevito de pascua.

-Si, claro. Por eso te acostaste con mi novio. Ex. – añadió con carita de dolor.

-Yo iba a verte a ti…

-Y casualmente terminaste enculado por Marcel, no? – Eli le habia ido con el chisme.

-Si.

-Vete al carajo…

-Dame una oportunidad… los semes son malos. – cada vez estaba mas convencido de ello.

-Marcel esta completamente disponible porque chancla que yo tiro no la recojo. – se jacto de dientes para afuera.

-Ivan, creo que tu y yo haríamos bonita pareja – no sabia de donde sacaba valor para decirle esas cosas, un conejito timido y asustado.

-A mi me gustan los machos. – lo miro con desprecio de arriba abajo – No eres mi tipo. Vete a conseguir un seme; pareces experto en eso. – dijo, soltandosele de un manotazo e intentando entrar dignamente, pero se habia salido sin llave.

En vez de un mutis tuvo que tocar a su propia puerta mientras un conejito lloroso le jalaba la manga suplicándole una cita siquiera.

 

*

Click. Flash. Foto de sus genitales excitados. Una tuneadita con un filtro pa’que se vieran mejor: alargar, engordar y poner un sombrero de charro y un cigarro de chile en la puntita que “echa humo por ti”

Asi lo escribió y asi se lo mando al guerito. (En México, todos son gueritos hasta que se demuestre lo contrario.) Pasaba de la medianoche y se habia tomado una caguamita para quitarse la calor, por lo que Ernesto estaba convencido de que su sex appeal se habia incrementado en un 300% y que el guerito le contestaría que iba voladito a su casa para que le metiera toda esa cosota, su macanota de policía.

Pero pasaron los segundos, y los minutos, y aunque El guerito estaba conectado, no respondia. Finalmente, cuando ya estaba poniéndose ceñudo con la otra caguama a medias, lo dejo en visto.

En visto. Se quedo en línea cinco minutos mas, en lo que Ernesto no podía creer que no se hubiera vuelto loco por el y luego se desconecto.

La furia, y la segunda caguama, le hicieron textear:

“k paso guerito te espante? No si asuste mi sabroso, con vaselina todo entra.”

Enviar.

Nada.

Gutierritos se habia ido a dormir, pero asi no hubiera estado incipientemente borracho, Ernesto no se habría enterado.

Mando otro mensaje a los pocos segundos.

“k no kiere tronco kabron, portese komo los ombres”

“nte kreas bonito, tstaba kalando”

“krei k stabas interesado, tu si me interesas”

“eres mui sesi, vamó a culiá”

.

.

.

Y 37 cosas por el estilo mas que trabaron el teléfono de Ivan cuando este lo encendio. Asi que luego de maldecirlo por tenerlo que reiniciar picándolo con un clip (ignorante de que podía recibir una mini descarga eléctrica) Ivan lo elimino de sus contactos.

Con la vulgaridad del beso encebollado le habia dejado de gustar, y con la vulgaridad del chile fumando chile, saco boleto.

Ya las ultimas amenazas ni las leyó.

De haberlas leído, quizá se hubiera preocupado.

 

Continuara...

 

Notas finales:

Wow, revisando las estadisticas por capitulo, me sorprende que tantas lindas personas esten siguiendo esta historia: ¡mil gracias lectores! En especial a ti, Evilgackt ;) 


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