Levanton sexual
-Pinshi culero – sonido de interferencia.
Sonido de interferencia de vuelta en el radio de onda corta de Ernesto.
-C fresió el wey. – contesto su mejor amigo.
-C mamo – contribuyo el pareja de su amigo.
Estos, patrulleros, tenían estacionada la patrulla en uno de los residenciales mas seguros de la ciudad, jugando al besito y darse los chetitos en la boca, en tanto Ernesto, patrullero de ir a patrulla (a pie), velaba por la seguridad de la franquicia de helados gringos en el Centro histórico.
-¡No c va a quedar asi! – apuñalo su helado, gratuito, espantando a unos gringos que no sabían si tomarle foto o no, por si cobraba, o no.
Ni un millón de años se les habría ocurrido pensar que era un verdadero agente de la ley.
-¿Quieres que le demos un sustito? – propuso el pareja, Tonatihu, que se esmeraba en ser un hombre de su época y situación.
-No estaría mal… - se relamio Ernesto, contento de que sus amigos se lo propusieran antes que lo pidiera.
-Con la patrulla podemos perseguirlo cuando salga del trabajo y detenerlo por sospechoso sospechosismo. – asevero Seiya.
Seiya Nepomuceno, a quien sus padres habían agregado el segundo nombre seguros de que se trataba del de un héroe de la patria, para que no los acusaran de malinchistas, sentimiento similar al que había invadido a los padres de Tonatihu Allen, solo que ellos agringados en vez de otakus.
-¡Si… - el helado chorreo por las fauces del lobo – quiero que lo levanten!
-Pos lo levantamos. – dijo Tona.
-Nos lo llevamos a los separos y que lo mareen hasta que amanezca. – propuso Seya.
-¡No me chingue compadre! – sonido de interferencia – No me las dio a mi y se las va dar a los del reclusorio.
-Son bien cabrones esos vatos. – dijo Tona.
-Mejor me lo levantan y me lo llevan a la bodega de los libros de texto del rancho del Girasol. – dijo ensoñado Ernesto, que ya se veía.
-Eeeh… - aprobaron sus compas, que sabían no había locación mas tétrica, abandonada, vacia y solitaria, que el depositario de la educación de los niños.
-Eeeh… - asevero Erne, mientras los gringos transmitían en vivo, bajo el tag de “Mexican warewolf pólice act” un video disimuladito, por si cobraba.
***
Otro que no podía dejar las redes sociales, el acoso, y la obsesion era Jaime. Las nuevas tecnologías le permitían estar todo el dia pendiente de la zanahoria que no podía agarrar por la pantalla, llevando con el continuum de tiempo (podía seguir conectando mientras se cargaba el cel) la ansiedad a niveles críticos.
Luego de no dormir, mirando una y otra vez las fotos stalker y minivideos llego mas ojeroso que nunca al trabajo. Atendio a tres personas en la fila, y luego, dejando a veinte esperando se fue al comedor de empleados con su torta envuelta en papel aluminio y espero que lo alimentara por osmosis mientras le picaba a toda madre a su celular.
Habia tenido una idea genial, mientras transferia los fondos del asistente del secretario de Limpia (la basura) a Suiza (su fila era la de los VIP). Esa cuenta era falsa, asi como las empresas que supuestamente subcontrataban para mantener “San Miguel sonriente sin vertiente (creían que era sinónimo de vertedero)”. Como falso era que surgieran millones de pesos de ganancias con el negocio del reciclaje, en un pueblo en el que ni en la mas pijolina franquicia gringa ponían los contenedores de organico e inorgánico.
Falso como que los empleados a bordo de las unidades de limpieza (carretones de la basura) tuvieran condiciones dignas y prestaciones superiores a las de la ley. Falso como que el Secretario no tuviera que ver con el Presidente Municipal, cuando tenían un amante venezolano en común.
Asi que, ¿Por qué no crearse una cuenta falsa y desde ella alertar a Marcel de que le estaban bajando el novio? Estaba seguro de que el licenciado seguía teniendo sentimientos por Ivan, el los tendría, y en todo caso, mejor viejo por conocido que nuevo por conocer; a Marcel, creía tener idea, de como quitárselo, pero ese doctor se veía un contendiente de peso, y de pesos.
Le mando las fotos, los videos, le dio la crónica minuto a minuto de lo que habían vivido y se despidió como un amigo, a pesar de que en su cuenta falsa pretendía ser una adolescente de la Telesecundaria.
*
Marcel aceptaba todas las solicitudes de mensaje desconocidas. Nunca se sabia cuando podría ser una bien puta queriendo con el o un contacto de su mama en necesidad de que fuera intermediario o prestanombres de algo.
Shiquitita BB, que asistia a la Telesecundaria #18, en el rancho de los Allendes, al que era mas fácil accesar desde la ciudad vecina de Guanajuato, y no demasiado, había estado la tarde anterior afuera del Starbucks enfrente de la plaza principal y había grabado a Gutierritos muy acaramelado con ese maldito farsante, copion.
Miro todo con creciente ira, el rostro sereno, el instinto del macho bullendo en el. Gutierritos no había abandonado sus pensamientos, pero ahora que lo veía con otro, sentia la urgencia de recuperarlo. Paso de ser algo que podía esperar, algo seguro que no urgia, a algo que necesitaba recuperar de inmediato.
¡Y con que pelmazo andaba Ivan! Con ese doctor fodongo que era su vil copia. Por lo menos estaba seguro de reconquistarlo, siendo el original.
Marco a Gutierritos pero no le contesto. La perra. ¿Quién se estaba creyendo? Aguardo, visitando el perfil de Shiquitita BB, creado hacia minutos y con la foto de perfil de una colegiala de telenovela de hacia algunos años que se veía tan juvenil en su faldita a cuadros como Chespirito en con su gorrito a cuadros en el ultimo episodio de El chavo del 8.
***
Frederick se limpio las manos de liquido amniótico en su mandil y atendio el teléfono. El niño ya habia nacido, asi que podía relajar la higiene; su Iphone X no se iba a infectar de nada.
Sonrio. Era el decimo de los mensajes de Ivan. El chico no parecía creerle que la vida de un medico esta muy ocupada. Que requiere una entrega a la que pocos están hoy en dia dispuestos, pues, estando de turno, si habia urgencias, podía pasar hasta mas de las ocho horas sin conectarse…
Selfie de sus choclos de goma llenos de inmundicia: sangre, placenta, heces de la madre.
“Fue niño” y el pulgar arriba. Enviar. Una cara de asco de un emoticon vomitándose, casi de inmediato.
“Guacalaaa! ¿Por qué me pasas eso y no tu pack?”
“Porque esta en las mismas condiciones”
Misma carita de asco.
“Puto asco.” “Crei que eras cardiólogo, ¿Qué haces atendiendo partos?”
“Yo tampoco lo sé”
Volvio a bloquear el teléfono y se dirigio a las duchas. Apenas se habia metido bajo el agradable chorro de agua fría (al ser mitad de latitudes nordicas le agradaba), enjugándose la cara con los bien formados hombros hechados atrás, la cadera adelante, como si se quisiera follar los mosaicos azules con la propaganda del Partido Azul Nacional, bajo cuyo primer presidente se habia construido, cuando un enfermero le hablo.
Literal, le hablo, asomándose, en vez de solo tocarle la puerta.
-Doctor Lopez, una camioneta de mojigangas se accidento con una camioneta de brócoli…
-¡Dios! ¿Hay muchos heridos? – pregunto de inmediato, despejándose de espumita blanca el torso que el enfermero veía, al voltearse a medias este.
-Ademas de muchas mojigangas descuajaringadas, al abuelito del conductor de los brócolis se le cayeron los dientes. – sonrisa al ver que la espuma de abajo aclaraba – Pero fue hace mucho – concluyo la broma. – La esposa del brocolero… venia pelando los brócolis atrás y se le ha adelantado el parto del susto.
-¿¡Es en serio!? – reclamo indignado, azotando las manos desde los pomulos hasta los pronunciados huesos diagonales de sus caderas.
-La gino Rosita esta en cesarea y la partera…
-Si, ya lo sé, esta en permiso de maternidad. Diablos mexican people, ustedes no paran de reproducirse.
“Y si yo pudiera, contigo me reproducia papu”, pensó el enfermero, lamentando tener que dejar en privado al doctor para que terminara de ducharse.
Frederick se apresuro, lavándose bien los pies y saliendo todo chorreante, tonificado y erguido de los pezones por el agua fría. Se seco con una toalla, pero al abrir el armario de conjuntos de hospital.
-Dite fregund! – maldijo - ¿Acaso hay… - apenas iba en dirección a la puerta cuando esta se abrió y el enfermero de antes apareció con ropa azul en la mano.
-Se la traje directo de la lavandería.
-Bite. – agradeció el doctor, que atribuia la eterna falta de atuendos a la falta de recursos del país y no a que todo el personal auxiliar quisiera darse taco de ojo con el.
Se lo puso a toda leche y en cuarenta segundos estuvo listo para ir a traer al mundo a Brayan Aleksander, tercero, porque al primero lo habían perdido en Los Angeles y al segundo lo mato el brócoli, pobrecillo, severa alergia.
Su teléfono, en su maletín, encendia la pantalla con alerta de mensaje con canonica frecuencia.
***
¡Pinche suerte!, pensó Ivan, azotando el teléfono. Pero en la cama, obviamente. Su mama le habia preparado flautitas de pollo con salchicha, que se podía llevar a comer a su habitación, feliz porque con el programa “Recuperemos nuestras tradiciones”, la administración suplente (casi todos los titulares estaban de permiso para hacer campaña) habia reinstituido el horario con intermedio de dos horas para comer, con el único fin de volver mas caótico el ya caótico trafico de la ciudad.
La mama estaba feliz, y le habia batido su cremita con chipotle para hacerle su dik, y le parecía muy bien que se lo llevara a comer a su cuarto, total si las colchas se ensucian que las lavara su hermana, que tenia que comer con mas cubiertos que Rose la del Titanic porque una damita tiene que saberse comportar.
En fin, que Ivan maldecia a su suerte, porque, como dijo Sor Juana: “Feliciano me adora y le aborrezco; Lizardo me aborrece y yo le adoro; por quien no me apetece ingrato, lloro; y al que me llora tierno, no apetezco“, lo que traducido al prosaico es: cuando quería las llamadas de Marcel, no me marcaba, y ahora me deja mensajes de voz como si fuera a oírlos, con lo de saldo que se tragan, y mi doctor sexy no me ha dejado ni en visto. Desde hace dos horas.
Suspiro. Flautitas rodando por la colcha blanca. Del otro ni se acordaba, las redes sociales lo habían engatusado con la falsa percepción de que se podía bloquear en la vida real, y que si no estaba mas en tu Feisbul, no estaba mas en tu vida. Habia desaparecido en el mundo real como en el de los bits, al estilo del “No me quiero ir, sr Stark”
Dejando el tiradero en su cuarto, porque jamas habia sido enseñado a recoger ni sus calcetines sucios, niño bien de familia como era, bajo con teléfono en mano a preguntarle a su mama que habia de postre.
No notaron el tiro libre que hacían frente a la ventana del comedor, pero afortunadamente, lo que disparaba era el obturador del teléfono con app de audio vintage de Tonatiuh Allen, que le mandaba las fotos en tiempo real a Ernesto, que estaba previniéndolo todo en el garage.
Gutierritos no noto el auto patrulla al salir de casa, ni noto que seguía su auto. Pero si que noto cuando encendieron la sirena y le ordenaron:
-Automovil negro oscuro, orillese a la orilla! – con el altavoz.
-¡Puta madre! – se quejo de nuevo - ¿Cambiarian la vialidad de la calle otra pinche ves? – se pregunto en voz alta.
Orillado a la orilla, dos patrulleros morenos, uno con cara de indio ladino y otro de extra de película de narcos, parados junto a su ventanilla, le indicaron.
-Guardese el billetito mi rey. De esos le voy a poner yo en la tanga si baila bien.
-¡Lo invito a que… - comenzó muy indignado Gutierritos
-Lo invito a que salga del auto y ponga las manos sobre el vehiculo arriba de el. ¡Jiji! – se rio con su tic Seya Nepomuceno.
Ivan lo hizo, sorprendiéndose mucho de que le pusieran las esposas sin mas.
-¿¡Que?!
-Esta arrestado el detenido. – dijo por el radio Allen.
-Copiado mi estimado. – repitió una voz familiar, haciéndolo estremecer.
-¡Que! ¡Oiga! ¡No! ¡Auxilio, policía!
Pero cuando era la policía la que te secuestraba a la vera de un camino falso rural, capsula atrapada entre dos residenciales clásicos mexicanos, uno listo y otro en construcción, no habia ayuda en camino.
Continuara…