Escenas del capítulo anterior:
-tienes razón kuma-chan… ese tipo de cosas son imperdonables-dijo una voz adulta que les heló los huesos… detrás del peluche apareció Ryuichi Sakuma con la expresión de ira más temibles que se hubiera visto nunca y les apuntaba con una pistola…
-quítenle las manos de encima… o si no… los mato.
Capitulo 5: “Por rendirme a tus pies…”
El mayor avanzó hasta el par de pervertidos con arma en mano…
-¡suéltenlo ahora!-ordenó con autoridad, era aquella personalidad enigmática y oculta la que ahora hablaba, al no ver respuesta, Sakuma en un rápido movimiento inmovilizó a milo apuntándole con el arma a la cabeza y amenazándolo con tirar del gatillo si no hacía lo que le pedía.
-suéltalo Loim… si no quieres que me cargue a tu par…-dijo el cantante, el joven del piercing miró la expresión de súplica de su hermano gemelo y sonrió, se subió el cierre del pantalón y desató al tecladista que yacía inmóvil sobre la cama, luego obligados por Ryuichi se quedaron de cara frente a la pared mientras le ataba las manos con unas correas de cuero que habían tiradas por ahí… después de eso sacó su celular e hizo una rápida llamada.
-¡thoma na no da! Ya lo encontré…
-¡¿Cómo está?! ¡Donde están!-preguntó el rubio alarmado.
-estamos en la habitación de los gemelos, ellos estaban jugando un juego que hacía daño, así que kumagoro y yo vinimos a salvar a Susy-chan… Ryu-chan se lo lleva a casa, creo que está semi drogado, seguramente le dieron algo a beber…-esto último lo dijo con su voz adulta, dándole a entender al rubio la seriedad de la situación.
-entiendo, haz lo que dijiste, yo me quedaré a hablar con Nakaito-san sobre la conducta de sus hijos, esto ya fue demasiado lejos…
-no te preocupes Tohma, estará bien conmigo…-dijo cortando la llamada, se acercó al cuerpo del pequeño hablándole con ternura.
-sugy-chan, kumagoro y Ryu ya están aquí…
-¿sa… sakuma-san?
-¡Ryu-chan ya te dijo que no le llames así!-berreó el cantante-¿Cómo te encuentras? ¿Puedes moverte na no da?-preguntó después algo preocupado.
-no, apenas puedo distinguir tu rostro-susurró apenas sintiendo vergüenza de que viera su cuerpo semi desnudo… se sonrojó al darse cuenta que le estaba volviendo a poner la ropa antes arrebatada.
-¡listo! Sujétate de mi cuello, kumagoro y Ryu te vamos a cargar.
-no… yo…
-no puedes caminar, nos vamos a casa, Tohma y Noriko van a hablar con Nakaito-san sobre estos dos y ellos sabrán que hacer.
-bueno, supongo que no tengo otra opción…
-¡oye no le cuentes nada de esto a nuestro padre!-exclamó uno de los gemelos con expresión de odio en sus ojos.
-gomennasai, es que ya Tohma debe estar hablando con Nakaito-san en este instante na no da…-dijo divertidamente como si hubiera hecho una travesura.
-¡¡maldito Sakuma, te juro que te vas a arrepentir!!-gritó Loim con ira.
Una vez que Sakuma cargando al pequeño en su espalda salió a los pasillos rumbo al estacionamiento…
-Ryuichi-san ¿Cómo conseguiste detenerlos?
-con una pistola-dijo mostrándole el arma, suguru se puso pálido al distinguirla
-¿¡queeeee!?
-pero no te preocupes, es de juguete-sacó la lengua en expresión inocente…
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
-Así que… de no haber sido por él… me habrían violado.
-fuiste afortunado de que te haya podido encontrar a tiempo-suspiró aliviado el guitarrista de bad luck mientras Shuichi tenía la boca abierta por el asombro.
-¡wow! ¡Qué noche la tuya! Tuviste súper héroe y todo ¿de qué te quejas? Se preocupó por ti y…
-shindou-san… yo también pensé como tú, pero luego me arrepentí de ello, solo deja que siga narrando lo que aconteció aquella noche…
-continúa…-pidió el pelirosa muy interesado en lo que el jovencito le diría.
-es solo… que no les voy a dar detalles… ya que… son cosas muy privadas, espero que lo entiendan…-decía suguru todo sonrojado a causa de los recuerdos…
-por mi no hay problema-habló Hiro con serenidad.
-¡¡¡Aaaaaaa… no se vale!!! ¡Yo quería escucharlo todo y entonces…!
¡¡¡¡¡PAFF!!!!
-¡¡¡¡iteeeeee, iteeee, iteee Hiro!!!!-chilló enfadado ante el coscorrón que acababa de estrellarse contra su cabeza.
-no seas morboso Shu-chan-sonrió con desgano tratando de calmar a su amigo.
-bueno ¿van a dejar que les cuente o no?
-ahora si suguru, dinos que fue lo que ocurrió.
-bueno, no tengo muchos recuerdos de lo que pasó luego, solo sé que me llevó a la afueras cargado a su espalda y buscó al aparca coches para que le entregara las llaves del coche y…
Nota de karura: Suguru-kun dijo que no podría dar detalles de lo que pasó, pero como soy la creadora de este fan fic voy a relatarles lo que aconteció, así que pongan mucha atención, jejeje que suguru no se entere >////<
El cantante tomó las llaves del automóvil y lo buscó entre una veintena, finalmente cuando lo halló metió al jovencito en el asiento del copiloto para después tomar su lugar en el asiento principal poniendo en marcha el motor y alejándose de aquella mansión…
Mientras conducía por la carretera observaba cada cierto tiempo a su acompañante que iba profundamente dormido llevando entre sus brazos a su amigo kumagoro, tenía que admitirlo parecía un ángel al dormir, la belleza de sus facciones suaves, la negrura de sus largas pestañas y la perfección de esos labios lo testificaban… era un ángel al que casi le cortaban las alas.
Cuando al fin llegaron a la casa de playa, el castaño se bajó del coche y entró cargando al joven en sus brazos, llevándoselo escaleras arriba hacia la habitación que compartían, lo recostó con cuidado sobre la cama, quitándole la chaqueta y los zapatos para finalmente otorgar un beso sobre su frente… se quedó a su lado sintiendo el calor de su cuerpo acalorado y puso entre sus brazos a kumagoro para que protegiera su sueño, Ryuichi no sabía que le pasaba con ese niño, se sentía inquieto, no dejaba de contemplar su cuello níveo, resplandeciente a la luz de la luna que entraba por el ventanal… tan atraído se sentía hacia ese fruto prohibido que su boca se deslizó taciturna en busca de su cuello, el cual rozó con sus labios sintiendo la fragancia exótica de sus cabellos… con dificultad se distanció de él contemplando al joven una última vez antes de salir al balcón en busca de aire puro que calmara su ansia… era doloroso reprimir tanto deseo y tanto cariño, pero no quería darle falsas esperanzas a ese bello ser, además no quería tener problemas con Tohma, un deje de frustración se mostró en su rostro.
-*haa…-suspiró-¿qué me está pasando con este crío?-pensaba mientras miraba el océano, sin más volvió para meterse en su propia cama, pero no pudo resistirse y terminó recostándose junto al tecladista, sus ojos poco a poco comenzaron a cerrarse producto del calor que lo adormecía.
Al rato Suguru se revolvió en la cama quejándose del severo dolor de cabeza provocado por la droga, se volteó porque sentía la respiración de alguien sobre su oído… abrió los ojos como platos al percatarse de que era Ryuichi, estaba durmiendo como un niño inocente, suspiró aliviado e intentó liberarse de sus brazos, pero lo único que consiguió fue que el castaño lo abrazara con más fuerza.
-hmm… ¡kumagoro no me dejes solito!-resolló entre sueños, el tecladista tragó saliva con dificultad preguntándose qué hacer, como si su respuesta fuera contestada el vocalista abrió sus ojos, encontrándose con la expectante mirada del pequeño ruborizado.
-sa… digo Ryuichi-san ¿podría soltarme por favor?-suplicó mirando aquellos brazos rodeándolo.
-¡ha! Jajajaja es que estaba soñando con kuma-chan… ¿Cómo te sientes?
-mejor, ya puedo ver bien, también puedo mover mi cuerpo, solo me duele un poco la cabeza… muchas gracias Ryuichi-san… por todo…
-juré que te protegería…
-ese par de idiotas lo planearon todo, ese tropel de fans debía retenerte algún tiempo mientras a mi me daban jugo de naranjas al natural, te juro que el próximo año voy a enviarle la invitación a mi primo por donde mejor le quepa-Ryuichi rió divertido contemplando el enojo del chico.
-¿qué es tan gracioso?-le dijo enfadado.
-jeje… eres tan lindo-esas palabras salieron de su boca sin avisar, Suguru se puso multicolor quedándose atrapado en la mirada del otro, hasta que se decidió y sin más tregua lo abrazó fuertemente, tenía que decir lo que su corazón estaba sintiendo, ya no podía más con ello…
-¿sabes? Desde que llegamos a esta casa de playa… algo me ha estado pasando con usted… nunca en mi vida había sentido… tantas cosas, admito que estoy asustado, pero ya no sé qué más hacer, me gusta Ryuichi-san-concluyó sin dejar de mirarlo fijo a los ojos, el aludido sonrió algo sonrojo, ya esperaba que el ojimarrón le confesara sus sentimientos de un momento a otro y ya sabía lo que tendría que decirle: “lo siento si te confundí, pero a pesar de que me atraes no podemos estar juntos” si, eso debía hacer, sin embargo, sus labios se sellaron impidiendo que el orden de las cosas siguiera su curso, suguru esperó su respuesta con ansias, ya no le importaba saber si era una respuesta negativa o positiva, solo quería saberlo de una buena vez.
-¿Ryuichi-san?-preguntó después de casi 5 minutos, el cantante al escuchar su propio nombre no tuvo más reacción que tomar ese bello rostro y reclamar como suyos aquellos labios que con tanta urgencia anhelaban ser besados… por primera vez…
El muchacho cerró los ojos rindiéndose a la mágica y dulce sensación de la que era victima, entre abrió sus labios húmedos permitiéndole el paso a su cálida lengua, casi gimió al sentir un cosquilleo en su estomago, la misma sensación de estar subiendo una montaña rusa y bajar el carro a toda velocidad, le quemaban los labios y le faltaba el aire, pero no quería separarse de él, era tan bueno, tan exquisito y tan delirante que no quería romper el beso, sin embargo, el castaño se vio en la obligación de hacerlo, la respiración del chico era cada vez más errática.
-calma… respira lindura jejeje-rió enternecido por la ingenuidad del menor.
-lo siento, es que… fue mi primer beso-dijo avergonzado sintiendo que quería que se lo tragase la tierra, en ese momento el hiperactivo se tiró sobre el a modo de juego envolviéndolo con su cuerpo…
-oye… Sugy… entonces… eres virgen ¿verdad?-sus infantiles ojos le miraron curiosos ¿qué más daba guardar un secreto como aquél?...
-si-dijo escondiendo su rostro en el cuello del mayor, aspirando su aroma a champú de fresas que solo le provocó más excitación, jadeó…
-así veo, pero tu eres especial, nunca nadie se había excitado con el aroma de mi champú-sonrió coqueto pasando su mano sobre la entrepierna del muchacho, ante el contacto este tembló sin evitar que un gemido se asomara por su garganta…
-Ry… Ryuichi-san…
-no haré nada que no desees.
-va… ya que… comprensivo… hmm…-tartamudeó con sarcasmo al sentir los dientes de su torturador sobre el lóbulo de la oreja.
-… anda Sugy-chan no seas malo na no da…-dijo con su carita infantil haciendo una mueca de tristeza.
-¿malo? T… tú eres el malo… mi… mira como me tientas…
-no te tiento… ya te dije que no haría nada que no quisieras…-su voz sonó sexy bajo su forma adulta para después besar su frente, suguru cerró los ojos, estaba entre la espada y la pared, ciertamente anhelaba entregarse al cantante, desde el fondo de su alma ansiaba que lo tomara y le hiciese suyo, pero su razón le anunciaba que si daba un paso en falso tal vez caería en una red de la que le sería imposible salir.
-vamos, se que estás sufriendo con todo esto, tu cuerpo sufre por querer estar conmigo y no le das lo que quiere, sabes que yo también sufro, ambos sentimos lo mismo.
-¿tratas de persuadirme…? -gimió temblando bajo la presión de su erección contra la suya.
-trato de ayudarte, sé que me deseas, sé que soy el protagonista de tus más íntimos sueños… déjame hacerlos realidad-su mirada de felino hambriento le quitó el aliento, era tan avasallador, tan sexy que el efecto de cada caricia lo llevaba al límite, cerró los ojos tratando de encontrar un poco de resistencia en su propia razón, pero le ganaba con creces el deseo de estar con él…
-*demonios, definitivamente shindou-san me contagió la estupidez-pensaba el muchacho al momento en que echó a volar su pulcritud a un mundo lejano, muy lejos de aquél instante cargado de adrenalínico placer.
-esta bien… hazme sentir que no estoy soñando-desafió mirándolo con sus vidriosos ojos marrón, provocando en el mayor el sentimiento de que si seguía mirándole de esa forma perdería la cabeza por él, Sakuma acarició sus labios con la gema de sus dedos haciendo que las mejillas del tecladista se arrebolaran, en ese instante Ryuichi sentía que lo adoraba, plenamente.
Con desesperación buscó sus labios probándolos con su lengua, abriéndose paso entre ellos sintiendo el roce de su tímida lengua inexperta, profundizó más el beso bebiendo de su saliva mientras sus brazos se posaban alrededor de su frágil cuerpo, envolviéndolo en una prisión de fuego, ahora sus lenguas competían la una con la otra, saboreándose mutuamente y tenía que admitirlo, el pequeño sugy aprendía con facilidad los secretos de su propia sexualidad, no pudo evitar imaginárselo en unos 10 años más, era como un diamante en bruto del amante perfecto… sus manos buscaron ardientes la lozana piel del menor, escabulléndose ágilmente bajo su camisa, no recordaba haber tocado una piel suave en toda su vida, parecía de porcelana, se desesperó, ¡quería tocar más!… ¡mucho más!, sumergió su rostro en una esquina de su cuello depositando húmedos besos en cada rincón de piel expuesta mientras le quitaba la ropa, Suguru tampoco se quedaba atrás y comenzó hacer lo mismo buscando con ansiedad su pecho bronceado, el calor de sus piernas, el fuego de su sexo.
-¡Ahaaa…!-gimió al sentir la succión que su amante daba sobre sus tetillas erectas, fastidiándolas hasta hacerlas enrojecer, después bajo hasta sus pantalones quitándoselos y haciendo lo propio con los suyos, con cuidado el mayor comenzó a deslizar la prenda intima dejando a la vista una rígida erección, la cara de suguru se volvió rojo granate ante los ojos lascivos del cantante que sin más comenzó a lamer y chupar hasta que las primeras gotas pre seminales comenzaron a salir, suguru no podía dejar de gemir…
-¡por… por favor detente!-resolló contrayéndose…
-Qué pasa cielo ¿no te gusta?
-¡si, si me gusta! Pero, no quiero que se termine…-evadió la mirada con timidez.
-solo déjate llevar, esto apenas comienza-musitó volviendo a engullir su palpitante virilidad como si de una paleta se tratara, al rato entre gemidos sintió como su boca se llenaba de su cálido néctar, a propósito dejó que resbalara por entre sus piernas humedeciendo automáticamente su entrada virgen, volvió a subir hacia su rostro dejando un rastro de su propio semen sobre su cuerpo tembloroso, lo besó con fiebre mientras sus hábiles dedos de encargaban de prepararlo, debido a la humedad no hubo problemas para que ellos ingresaran uno a uno, pero la molestia se vio de todas formas en el menor que se aferró a sus hombros derramando unas lágrimas…
-relájate sugy, ya verás que te gustará…-el joven afirmó mientras cerraba los ojos y respiraba profundo, cuando el cantante comenzó a mover sus dedos en su interior suguru no hizo más que jadear y gemir, no podía creerlo, su miembro volvía a despertar como si nada.
Cuando el mayor se hubo asegurado de la preparación quitó sus dedos acomodando su miembro en lugar de ellos, poco a poco comenzó a deslizarse por esa sedosa estrechez, internándose con leves movimientos mientras el ojimarrón se aferraba a las sabanas por el punzante dolor de la primera vez.
-¡¡OHHgh!! ¡¡Duele!!-los besos de Sakuma lo distrajeron un momento del dolor mientras se acostumbraba a la intrusión, cuando al fin estuvo dentro el mayor se separó de su boca y le miró tiernamente.
-¿estas listo?
-ha…-dijo a modo de afirmación, se dejó llevar por sus movimientos, sintiendo el roce de su sexo en su interior, ya no dolía tanto, la sensación se volvía cada vez más agradable, más placentera, sus movimientos lo estaban volviendo loco, no pudo evitar gemir sin control, las oleadas de placer lo hacían estremecer, sus cuerpos se rozaban y acariciaban por encima del sudor…
El fuego desesperado que los consumía no los dejaba parar, sin embargo el castaño aceleró el ritmo de sus estocadas tocando con la cabeza de su miembro hasta el último rincón de su cavidad, Suguru que había transformado sus gemidos casi en gritos debido al extremo placer que por primera vez experimentaba ya no podía aguantar mucho más, especialmente cuando de golpe sintió remecérsele el cuerpo ante las profundas embestidas de su amante, éste último al ver esos mágicos ojos marrones nublándose de placer, entendió que pronto volvería a correrse, llevó una de sus manos a la iracunda erección del tecladista, cerrándola y frotándola con insistencia, provocando que su cuerpecito excitado se arqueara contra la cama. Se miraron a los ojos con delirante deseo y dejaron que el orgasmo los consumiera…
Tras haber separado sus cuerpos se quedaron recostados con sus cuerpos entrelazados respirando a bocanadas… Sakuma lo besó en la frente…
-¿te ha gustado?
-fue… increíble…-confesó sonrojado al ver esos ojos azules de fábula.
-duerme tranquilo ahora…-susurró en su oído…
-claro…-dijo él menor en un suspiro y cerró los ojos… rato después cuando el mayor se aseguró que suguru estaba dormido se levantó poniéndose una bata y se encamino a la terraza mirando el mar nocturno… Suguru aparentaba estar dormido lo miró ir hacia el balcón… algo andaba mal…
Sakuma cerró los ojos apesadumbrado apoyándose en la baranda… ¿qué es lo que había hecho?... la conciencia volvía a reclamarle…
-*¿qué te hice Shuichi?-pensaba el cantante de nittle graspper...
Continuará……