Por más que tratase con todas mis fuerzas de retenerlo sólo terminaba destruyendo todo lo que quería una y otra vez.
Tan lejano como para pertenecerme, tan cerca que podía destrozarlo.
Día tras día el deseo desbordado de poseer todo aquello que me era ajeno me dejaba en medio de la calle, quizá en un callejón oscuro, empapado de sangre que no me pertenecía entremezclada con la propia. Ni siquiera en ese momento podía pertenecerme ya que su sangre se mezclaba con la mía, que ya no me pertenecía.
Ahora la sonrisa desquiciada, máscara de mis tormentos, resonando como truenos en oídos que jamás me habían percibido. Rostros mirando sin ver lo que el tormento había dejado en un intento de ejemplo aterrador para aquellos ingenuos que aún creían que todo era posible.
De repente… [Lluvia]
2 de Junio
Día soleado, días molestos con gente llena de alegría, con sonrisas casi dolorosas en labios que comentaban qué feliz era estar vivo y poder ver este sol embriagador. Demasiado embriagador como para poder notarlo con mis ojos inyectados de rojo por la noche en vela. Noche quebrando huesos que fácilmente sucumbían, rasgando piel que ofrecía aquel líquido escarlata seco ahora en mis manos.
Tantas sonrisas, tantos rayos, tantos sentimientos, tantas cosas irrelevantes convertidas en inmensidades y sólo porque hacía un día caluroso.
Que detestable.
15 de Julio
También tenías que traicionarme. Tus ojos suplicantes nada pueden hacer ahora, ya no tienes escapatoria. La máscara ya ha tapado mi rostro y toma control de mis manos. La sonrisa desquiciada suena en el eco de golpes que salpican carmín en la noche inhabitada.
Después de todo tampoco sabía tu nombre…
9 de Agosto
Lluvia… aun aquí bajo tierra puede sentirse el frío que sus gotas dejan en el espacio que hay cerca de mi pecho, embriagándome de manera exquisita y tratando de hacerse parte de mi cuerpo acumulándose tras mis párpados. Los abro y no es lluvia lo que veo, tampoco una existencia iluminada. Ahí sentado en el tren que debo tomar una tristeza inexpresiva con forma hombre mirando por la ventana frente a mí, sin verme como de costumbre.
Sólo por inercia me subo y busco nuevamente el asiento donde aquel ser se encuentra.
Y lo siento, siento como el deseo corroe mi piel, mi mente. Sus ojos perdidos en esa nada mojada de pequeñas gotas, sé que nada están viendo entonces ¿por qué no posa sus ojos en mí? Si nada está viendo podría dejar sus ojos en mi dirección, de la misma manera que lo hace con la lluvia. Pero no, nada de lo que deseas te pertenece o te es concedido, recuérdalo, es por ello que lo destruyes. Adelante, destruye esto también, destruye al chico que mira por la ventana, del cual tampoco sabes su nombre, vamos destrúyelo, ¿no te das cuenta que la máscara ya se está formando?, Sabes que será delicioso sentir su sangre, jamás te pertenecerá así que ¡destrúyelo! Ahora…
12 de Octubre
Nieve… ¿De qué sirve este blanco que se derrite en mi mano y crea una capa en el suelo?
Le dije mi nombre al ser inexpresivo y sólo puedo sentir nieve. ¿Por qué no lo he destruido aún? ¿Por qué sé su nombre? ¿Por qué soy tan paciente cada vez que lo veo?
Alguien sale de su departamento. Genial, ahora me convertí en acosador pero… ¿desde cuándo estoy siguiendo a este chico? Mi boca pronuncia palabras que mi cerebro no ha ordenado, aquel chico camina más rápido, puedo sentir el miedo que desprende su piel. Escucho mi sonrisa desde lejos…
Otra vez, otra vez tus manos están manchadas, otra vez es alguien sin nombre. ¿Por qué lo mataste? Porque tenía aquello que deseo. ¿Cómo sabes que él era su único? No importa si no lo era. ¿Por qué lo mataste? Porque no quiero que nadie más lo toque. ¿Por qué no mejor matas al tal “Aizen”? Porque no sé quién es. ¿Acaso sabías quién era este? Tampoco lo se pero debía morir. ¿Por qué no mueres tú?... ¿Por qué no mueres tú?... ¿Por qué… Porque no tengo las agallas.
6 de Enero
Ya no lo soporto, ya no soporto su presencia, ya no soporto su mirada vacía, su voz profunda y su trato indiferente. Lo deseo pero… no quiero que muera, no quiero que mi máscara se apodere de él por eso me marcho. Ya no lo volveré a ver. …sta herida ya no cicatrizó. Creí que cuando encontrara a la única persona de la cual recordara su nombre todo esto acabaría.
Pero no fue así.
Los cuentos de hadas no existen y en ninguno de ellos sale la felicidad de un gato.
Por eso me marcho, por eso ya no te veré más, por eso mi agonía incrementará en silencio, alejado de todo, alejado de ti Ulquio…
4 de Mayo
Lluvia, lindo paisaje, triste, con cierto matiz gris. No hay manera de que pueda no amar la lluvia. Por más que sus gotas se cuelen por mi piel y humedezcan mi corazón. Por más que su cielo gris me recuerde a aquella tarde.
No hay manera en que pueda no amar la lluvia, ni tampoco que pueda olvidarle. Mucho menos ahora que, después de cuatro meses, lo encuentro sentado y mi amada lluvia empapa sus cabellos.
- ¿Aún esperas a tu amor? – palabras con cuchillas que lastiman mi boca. Tus ojos… creí que no los volvería a ver.
- ¿Puedes volver a decirme tu nombre? – me dañas. No sabes cuánto lastimas mi ser, aún así respondo, aún sabiendo que jamás me oirás, aún así vierto más sal en la herida.
- Grimmjow… ya veo, al fin pude escucharlo – No puede ser… Aquel deseo se vuelve a apoderar de mí. No lo hagas. ¡No lo mates!
Su boca… su dulce sabor, su cuerpo temblando, que deleite. Yo… ya no…
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