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Pacto con el diablo por himurita

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Notas del capitulo: Hola!!!!!!!!!!!!!!


Creo que el cabello de Kaname tampoco es negro verdad, jeje, más bien como un castaño, lo siento de nuevo!!!!!!!!! Pero ya que, se quedará con el cabello negro, de todas formas ustedes pueden imaginarlo muy bien, jeje.


Disculpen la tardanza y si el capítulo es algo corto. muchas gracias a todos los que me dejaron saber su opinión:

dangeroOuz

K-ro

AGUILA FANEL

shizuka lee

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Shizune_Uchiha
Capítulo IV

Las letras pequeñas del contrato



Kaname despertaba después de la maravillosa noche que había tenido, miró a su lado y observó a su acompañante, sin duda era lo más hermoso que había visto. Zero permanecía recostado de lado, dándole la espalda, cubierto tan sólo por una fina sábana blanca un poco debajo de los hombros.


El pelinegro sonrió y fue deslizando poco a poco la sábana, descubriendo esa blanca y hermosa piel, acarició la espalda y dejó la sábana hasta las caderas del peliblanco. Justo en ese momento Zero se movió y se giró, quedando ahora de frente a Kaname, quien se quedó embobado viendo como Zero pasaba una de sus manos por su blanco cabello.


-“Parece que lo hace a propósito, se ve tan endemoniadamente sexy!”-pensaba con un poco de desesperación, y es que en verdad parecía que Zero estuviera modelando para un calendario de ropa interior o más bien para unas fotos pornográficas.


El peliblanco volvió a moverse en busca de una posición más cómoda, quedando esta vez boca abajo, y para desgracia o fortuna de Kaname, la sábana resbaló aún más, dejando expuesto parte de su hermoso trasero.


Esa fue la gota que derramó el vaso, pues Kaname ya no pudo resistirse más, se subió sobre Zero y comenzó a besar su espalda, mientras sus manos se entretenían en el redondeado y firme trasero.


Zero comenzaba a removerse entre sueños al sentir las caricias, pero al pelinegro poco le importó y succionó con fuerza en la zona del cuello.


-Mmm…-aún quería seguir durmiendo, pero sentía un cosquilleo en su cuello, además de algo suave y a la vez firme sobre él.


Se movió sin querer abrir los ojos, pero el peso sobre él se lo impedía, sin darle mucha importancia, llevó su mano a su cuello, pero esta fue detenida en el aire, mientras sentía como esa sensación que le resultaba agradable se extendía por su cuello y espalda, así que se relajó un poco y ladeó su cabeza intentando descifrar lo que estaba sintiendo.


-Parece que te gusta-le susurró al oído, restregando más su cuerpo contra él.


Zero abrió los ojos sorprendido y asustado, los recuerdos de lo vivido volvieron a su mente y su rostro enrojeció un poco mientras empujaba con todas sus fuerzas al pelinegro y se ponía de pie.


-Ahhh…-se quejó al recibir una dolorosa punzada proveniente de su espalda baja.


-La primera vez siempre duele-en un segundo ya estaba a su lado, sosteniéndolo para que no cayera.


-Suéltame maldito-se alejó nuevamente, haciendo que la sábana que traía en la cintura para cubrirse cayera al suelo.


Zero se puso sumamente rojo y tomó de nuevo la sábana para cubrirse casi por completo, en un gesto sumamente tierno.


-Deja de ser tan arisco-lo cargó contra su voluntad y se dirigió al cuarto de baño.


-Dije que me sueltes! Maldito violador!-pataleaba y se movía intentando que el otro lo bajara.


-tienes que arreglarte y descansar para que estés listo en la noche-y dicho esto, lo depositó en la amplia tina, que ya estaba preparada con agua tibia y unas cuantas burbujas.


El peliblanco abrió la boca para quejarse pero no pudo hacerlo, ya que el agua estaba perfecta y se sentía muy bien, fue entonces que reparó en que Kaname también sólo cubría su desnudez con una sábana.


-Es que no piensas vestirte?-preguntó mirando hacia otro lado.


-No-dijo sonriente sin despegar los ojos del peliblanco.


-Y planeas quedarte ahí sentado?-tuvo que preguntar, pues el pelinegro ya se encontraba sentado cómodamente en una silla, prácticamente en primera fila para observarlo.


-Si, aquí me quedaré hasta que acabes de bañarte-cruzó su pierna y recargó su barbilla en su mano, en espera de que el peliblanco hiciera algún movimiento.


-Si no te largas de una vez, no puedo bañarme-ahora lo miraba fijamente, desafiándolo con la mirada, sus ojos destellaban furia por lo sucedido anoche.


-Y si no te bañas tú, tendré que hacerlo yo-dijo con una sonrisa maliciosa.


Zero se le quedó mirando con odio, detestaba esa sonrisa, y más aún que él no pudiera negarse a cualquier cosa que al otro se le ocurriera, después de todo ahora era su esclavo y aunque no quisiera aceptarlo le pertenecía por una eternidad o hasta que se cansara de él.


Sin tener otra alternativa comenzó a enjabonarse como si estuviera solo, pero Kaname lo observaba fijamente, percibiendo como el jabón resbalaba por su cuerpo y como las pequeñas gotitas de agua que se pegaban a su cuerpo le daban un aspecto sensual.


Continuó lavando su cabello, para lo cual cerró sus ojos y aplicó el shampoo, rápidamente se enjuagó y abrió los ojos, pero al hacerlo, Kaname ya no estaba sentado en aquella silla, ahora estaba detrás de él y lo rodeaba con sus brazos.


-Creo que te faltó enjabonarte-comenzó a recorrer con sus manos el pecho del peliblanco y fue bajando lentamente hasta el abdomen, donde Zero le detuvo de inmediato.


-No te permito que me toques de nuevo-dijo en tono amenazante apretando con fuerza la muñeca del pelinegro.


-Tú no me permites que te toque?-dijo con burla-escúchame bien Zero-lo tomó del cabello y lo jaló bruscamente hacia atrás-tú me perteneces, eres mío y haré contigo lo que me venga en gana-hablaba a unos milímetros de sus labios, haciendo que la expresión de enfado del peliblanco se incrementara.


Antes de que Zero pudiera responder, lo besó con cierta violencia, haciéndolo perder el aliento y lastimando un poco sus labios.


Para cuando se separó de sus labios, Zero respiró profundamente intentando recuperar el aire para decirle unas cuantas cosas al bastardo que se atrevió a engañarlo y ahora a violarlo, pero justo en ese momento vio como Kaname se despojaba de la sábana y se metía a la tina, esto hizo que olvidara lo que iba a decir y que su cuerpo temblara un poco.


-¿Qué haces?-preguntó con desconfianza haciéndose hacia atrás.


-Tranquilo, no voy a violarte, si es lo que piensas-el peliblanco pareció relajarse un momento ante estas palabras, mientras el pelinegro sonreía-sólo voy a hacerte el amor.


-Maldito cabrón, hijo del demonio!-gritó furioso, lanzándose contra el otro, quien lo sujetó con facilidad, sumamente divertido ante la escena-¿De qué te ríes?!-preguntó exasperado al no poder hacerle ni el más mínimo rasguño, es más, lo único que había logrado era lanzarse a sus brazos, pues ahora se encontraban muy pegaditos.


-Era una broma, acaso no tienes sentido del humor?-lo liberó y el peliblanco se alejó de inmediato.


-No estoy para tus bromitas-contestó con un leve sonrojo.


-Pero pasando a lo importante, ya que eres mi esclavo, quiero que te comportes como tal.


-Acaso pretendes que lleve un collar que diga que soy de tu propiedad? O tal vez quieras ponerme unos grilletes-decía con sarcasmo.


-Mmm suena muy interesante, lo tendré en cuenta-parecía imaginar lo que Zero había dicho, poniendo una expresión que decía claramente que estaba pensando cosas no muy sanas.


-No estaba hablando en serio!!-se quejó sacudiéndolo un poco para que dejara esos pensamientos absurdos.


-Bueno, bueno, por lo mientras sólo quiero que bañes a tu amo-el tono de sus palabras, sobre todo con el que fue pronunciada la última lo hicieron estremecerse.


-Ba…bañarte?-susurró cohibido.


-Exactamente.


-No quiero!!!!-se cruzó de brazos e hizo un puchero que logró sacarle una sonrisa al otro.


-Seguro? Pues si no quieres, siempre podemos entretenernos haciendo otra cosa-lo sujetó por la cintura, atrayéndolo hacia su cuerpo.


-Ya, lo haré-se separó del pelinegro y tomó de mala gana el jabón y el shampoo-muy bien, primero el cabello-dijo muy sonriente, cosa que extraño a Kaname.


En seguida, Zero tomó un pequeño recipiente que estaba cerca y lo llenó con agua, para luego acercarse y vaciárselo en la cabeza al pelinegro, tomándolo por sorpresa.


-Zero-dijo un poco en tono de reproche, queriéndole dar a entender que si no lo hacía correctamente sufriría las consecuencias, lo que el peliblanco captó inmediatamente y sin decir más comenzó a lavarle el cabello.


Lo hizo con total tranquilidad, ya que aquel cabello le gustaba, tal vez era su color, tal vez era lo suave de este o el hecho de que era como el de Yuuki, casi podía jurar que era la misma tonalidad. Se perdió por un momento, lavando con dedicación, lo que no pasó desapercibido para Kaname en ningún momento.


Una vez que volvió en si, notó la mirada rojiza fija en él y con el sonrojo en el rostro se apartó rápidamente y lo enjuagó con rapidez para proseguir con la tarea de enjabonarle el cuerpo, lo que lo tenía por demás molesto, bien sabía que Kaname lo hacía a propósito para humillarlo.


-Si crees que lo hago a propósito para humillarte, estás equivocado-dijo mientras sentía la esponja deslizarse por su pecho húmedo.


-Eh?-se extrañó un poco al ser justo lo que estaba pensando.


-Lo hago porque quiero sentir tus caricias, aunque sea de esta forma.


El rostro de Zero se puso más rojo y continuó enjabonando los brazos, los hombros y la espalda con rapidez.


-Ya está


-La parte inferior no se lavará sola-decía con tono burlón y a la vez insinuante.


-Pues tampoco lo voy a hacer yo.


-Zero-volvió a repetir de la misma forma en que lo hiciera hace un momento.


El peliblanco suspiró y tomando la esponja nuevamente, metió sus manos bajo el agua y tanteo una de las piernas del pelinegro, comenzando a tallar.


Aquello era humillante, pero no tenía otra opción, le resultaba frustrante darse cuenta de que estaba totalmente indefenso ante cualquier cosa que el pelinegro intentara, terminó de enjabonarlo sin desaparecer esa mueca de rabia contenida, mientras Kaname lo miraba con una sonrisa cínica, disfrutando del enojo de Zero, y por su puesto de las caricias de esas suaves manos sobre su piel.


-No te pongas así Zero, ten en cuenta que debes tratar de convencerme de que te de tu libertad para que puedas estar con ella-mientras hablaba se enjuagó por completo y salió de la tina, mirando de reojo como el peliblanco se sonrojaba al verlo desnudo.


-Vas a dejarme libre?-preguntó extrañado pero con algo de esperanza en su voz.


-Eso sólo depende de ti-se colocó una bata y tomó una toalla para extenderla en seguida-ven-le indicó al peliblanco, ofreciéndole la toalla.


Zero lo miró con desconfianza, pues estaba casi seguro de que nunca podría volver a confiar en aquel hombre que alguna vez creyó su amigo, y que ahora lo había traicionado de la peor forma. Sin tener muchas alternativas, salió de la tina y dejó que el pelinegro lo secara y le colocara la bata.


Luego de ese extraño baño, se vistieron, desayunaron y salieron a comprar algunas cosas que al peliblanco no le interesaban en lo más mínimo, lo único que agradecía era que Kaname no lo hubiera violado de nuevo.


-¿Por qué tengo que acompañarte?-preguntó sin mucho interés.


-Porque tú haces lo que yo digo-lo tomó de la cintura y lo acercó hacia él, a lo que obviamente Zero se apartó con rapidez, lo que no le permitió ver que una persona caminaba en sentido contrario y chocó con ella.


-Ah, lo siento mucho señorita-decía apenado mientras ayudaba a la joven a incorporarse, ofreciéndole amablemente su mano.


La chica se levantó y le sonrió, mientras Zero se quedaba paralizado al reconocerla y Kaname se acercaba rápidamente hasta donde estaban.


-No te preocupes-arregló sus cosas y se disponía a marcharse, pero se quedó mirando a Zero un momento-nos conocemos?-preguntó dudosa, pues el peliblanco le resultaba familiar, sentía que lo había visto en algún lado.


-Yu…-Zero no podía resistir las ganas de abrazarla y decirle que la amaba, pero seguro ella pensaría que estaba loco.


-Discúlpenos hermosa dama, pero debemos partir-interrumpió Kaname, tomando galantemente la mano de la chica y depositando un pequeño beso.


Ella se sonrojó intensamente sin saber qué decir, mientras Zero se quedó sorprendido sin poder decir o hacer algo. Kaname lo tomó del brazo y prácticamente lo jaló para marcharse del lugar.


Cuando por fin pudo reaccionar, apartó de un manotazo la mano del pelinegro y lo miró enojado.


-¿Por qué hiciste eso?


-Estás celoso?-preguntó sonriente.



-No te importa, sólo no quiero que la toques! Qué derecho tienes de arruinarnos la vida más de una vez!-antes de que se diera cuenta, ya estaba gritando, aunque no quisiera, la furia lo dominaba.


-Tienes razón, pareció que ella te recordó-dijo recordando la expresión de la chica-y si ella logra enamorarse de ti, yo no puedo interferir.


Zero no podía creer lo que escuchaba, a caso estaba diciendo que si Yuuki se enamoraba nuevamente de él, entonces obtendría su libertad?


-Yo no puedo contra el amor verdadero, es algo que de inmediato anularía el pacto. Digamos que son las letras pequeñas del contrato.


Tal vez si aquellas palabras vinieran de cualquier persona, podrían ser reales, pero viniendo del diablo ¿qué puedes esperar?

Claro que a Kaname esto no le convenía para nada, pero no era tonto, a pesar de que la chica pareció acordarse de Zero aunque fuera un poco, también había notado que se había mostrado más interesada por él que por el peliblanco, lo que le dio una gran idea, tan sólo para torturar un poco a su nuevo y eterno esclavo…
Notas finales: Gracias por leer.

Sayonara!!!!!!!!!

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