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high music PSC school por chibi-chibi

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Notas del capitulo: uuhm, primero que todo, quiero dsculparme por demorar tanto.
tuve problemas con informacion para escribir el cap, pasaron 3 dias sin que mi confidente apareciera para confirmar lo que habia averiguado yluego con todo el ajetreoo de navidad, fin de año y todo, me tuvieron raptada varios dias en cinismo-landia con toda mi familia que odio.

este es un... capitulo triste, si, bastante triste.
la insiracion original llego cuando estaba con bronquitis y otros sintomas. no se preocupen, la historia de byou no acaba aqui, y aun sabremos mucho del personaje que acaba de introducirse en este capi...
la yebin va a querer matarme xD
supongo que sera el karma que ayer mismo me haya pasado a mi gran parte de lo que paso en este cap, fue una ironia tremenda...
quede como la mierda despues, hoy todavia estoy bastante afectada...
no estoy feliz, pero me biego a estar triste. la vida es demasiado bella.
agradezco haber escrito este capitulo hace tiempo y antes de que me pasara a mi, o seriamente comenzaria a pensar que el fic esta siendo influenciado por mis emociones del momento.
hoy cuando termine de corregirlo me escandalice por ello, el parecido de la situacion, hasta los dialogos y sentimientos, eran casi iguales.
me dejo mal sabor e la boca...
esperen el otro capitulo!! no demorara mucho, ya tengo la mitad, avance bastante cuando estaba estancada con este cap, jeje...
y es mucho mas feliz...
tambien es hot!! mhuajajaja ni se lo esperan...
bueno, no estoy de humor para escribir mas, solo queria aclarar ese punto para que ahora no les entre la depre por no prepararse psicologicamente xD
LEAN!

Se despertó de súbito con sus tosidos ruidosos, se estaba ahogando, no podía respirar y le corrían las lágrimas de desesperación.
Luego de uno o dos agonizantes minutos de asfixia el ataque de tos ceso y se vio a si mismo lloroso, sudado, acalorado y desesperado pegado entre las sabanas.
Respiraba... o algo parecido. Grandes cantidades de oxigeno eran tragadas continuamente por su agonizante pecho, que subía y bajaba rápida y a veces lentamente.

Suficiente había sido con acostarse mal y dormir peor, para despertar con aquella amalgama de sufrimiento, cuanto mas le iba a durar el resfriado?
Cuando logro respirar con algo mas de normalidad (aun así jadeaba bastante) se tendió de espaldas en la cama mirando al techo.
Su agonizante despertar además le había hecho caer en cuenta de un nuevo y doloroso sufrir en el estomago, un dolor muscular equivalente a haber hecho unos 700 abdominales, probablemente proveniente del haber esforzado su caja torácica durante toda la noche para toser como condenado mientras dormía y sufría a la vez.

Trato de gritar de dolor en lo que se aferraba con ambos brazos a su delgado y repentinamente frágil cuerpo pero su garganta estaba tan destruida que lo único que salía eran desagradables y agudos pitos.

“deberías irte a casa temprano hoy Byou, va a caer la humedad y si de verdad eres como yo, te dejara noqueado por varios días."
Eso había dicho Takanori el día en que se habían juntado en el parque bajo un dudoso sol para estudiar materia que a Byou se le hacia imposible. En el momento que una nube grisácea tapo el cielo, el rubio alto decidió que era momento de partir, mas el se había decidido quedar otro rato mas para aprovechar de dejar clara la materia.
Y por mas que el mayor le advirtió no hubo caso. Al final había caído la lluvia y el había llegado empapado a casa y con resfrío de los mil demonios que llegaba ya por el segundo día.

-byoooooou...- escucho pasos y una voz femenina acercarse lenta y pesadamente por el pasillo hacia su puerta, como si la chica hiciera equilibrio sobre una cuerda y se cayera constantemente. Esa sin dudas era su hermana. Solo Omi podía ser tan torpe para caminar, lo mas seguro era que trajera algo en manos.- masaaaaahito....- por fin la chica apareció por la puerta con una pesada bandeja en brazos, con un plato enorme con sopa hasta el borde, o así estaba antes de que ella consiguiera derramar mas de la mitad del contenido por la bandeja.

Byou se incorporó semi-inclinado con la espalda apoyándose en el respaldo de madera de la cama, haciendo varias muecas de dolor al notar como incluso al doblar su cuerpo, podía sentir como si adentro no hubiera mas que sangre y heridas dolorosas. Más aun así reprimió todo quejido de dolor. No preocuparía aun más a su hermana.

-oh, ya estas despierto macchan- dijo ella en lo que ponía con cuidado la bandeja a los pies de la amplia cama de Byou y trataba de absorber con un paño las cantidades industriales de sopa que había derramado en la bandeja

-todos me dicen Byou, hasta mama, y cuando estoy enfermo te da por decir mi nombre? sabes que lo odio!- reclamo malhumorado para no advertir que se sentía muy tibio cuando su hermana mayor tenia esas atenciones para con el. Desde siempre el había sido el regalón de la casa, el pequeño bebe de su madre y hermana. Hasta el día en que se dio cuenta de que así era más femenino que su propia hermana, aunque esta tampoco lo era demasiado, y decidió hacer un cambio drástico a ser el niño rudo y malo que era ahora. Aun así por dentro seguía siendo el mismo niño mimado y lindo que todos en su familia amaban en consentir, pero con un aspecto mucho mas rudo. De todas maneras criarse en casa de mujeres es cosa seria, e inevitablemente, se había enamorado de una persona de su mismo sexo, pero eso era historia aparte.

-aaah...- suspiro la chica mientras terminaba de recoger la sopa regada- donde esta mi hermanito menor de antes, mi adorado macchan, al que si fingías estar enojada el corría a tus brazos a pedirte perdón y llenarte la cara de besitos??- Byou endureció su mirada sin poder evitar el potente rubor que acudía a sus mejillas, mas pálidas que de costumbre por el resfriado, la característica de su infancia inconfundiblemente suya que la chica acababa de mencionar, estaba catalogado por el mismo con un gran letrero de "PASADO OSCURO" en su mente.- y por otro lado, macchan, cual es el sentido de que te digan "Byou"? ni siquiera se que significa, y el kanji se lee "tachuela"- al fin termino de recoger el desparramo, el paño quedo empapado. Acerco la sopa al convaleciente y la deposito sobre las enfundadas piernas del niño.

-si quieres seguir mimándome tendrás que inventar algo con "Byou"- dijo firme el rubio- por favor alcánzame ese chaleco....- pidió en lo que señalaba un polar blanco como la nieve. la chica volvió a levantarse a buscar lo que le pedían
-no será necesario hermanito, he oído como te dice ese chico.... como se llama? ese que te ronda mucho... yue?-
-yuuto.- corrigió molesto el rubio chico, frunciendo el ceño aun más. Supuestamente, su relación con el chico era secreta, como sabia su hermana que andaban juntos casi siempre??? La escuela era lo suficientemente grande, y los niveles lo suficientemente separados como para nunca verla dentro del recinto. La única opción que quedaba era que alguien de su curso estaba hablando más de lo debido.
-bueno, el te dice byonbyon, no?- dijo la pelinegra acercándole lo que había pedido
-todo mi curso además de el.- destaco el menor, para evitar sospechas.
-fue con el que te juntaste el viernes que llegaste tan empapado?- la pelinegra se sentó al lado de su hermano, mirándole suspicaz "es verdad" pensó asombrado "las mujeres tienen un olfato increíble ara los chismes!" se asusto bastante.
-no- contesto rápido "demasiado rápido", se maldijo por dentro por eso, su hermana lo conocía como la palma de su mano. - me junte con mi tutor para estudiar después de clase.-
-ah, te encontraron tutor?- dijo ella tomando el control remoto y encendiendo el plasma del chico luego de abrir de par en par las blancas cortinas para que entrara algo de luz.
-si...-
-lo conozco?-
-no creo, bajito, rubio, es de primero. Se parece mucho a mi en lo físico.-
-Matsumoto Takanori, no?-dijo ella mirándolo divertida
-...si, de vedad lo conoces?-
-no, recuerdo haberlo visto una vez en los pasillos y haber estado a punto de echármele encima pensando que eras tu. No he hablado con el la verdad, pero en mis voluntariados con Aoi en la enfermería se aparece muy seguido. Es realmente delicado de salud, eh? también se parece a ti en eso...-
-huh, había considerado que lo conocieras por sus amigos, el se junta con los dos idols del colegio. Nunca pensé que lo conocieras como paciente regular.- comento el chico callando una queja de que su posición (la única que no le enterraba dolor en las costillas y abdomen) no le permitía ver los programas de TV que la chica ponía.
-no, el es realmente delicado de salud, incluso mas que tu macchan- hizo un gesto, pensativa- ahora que mencionas al par de idols, uno de sus amigos, castaño y muy alto, siempre lo acompaña a la enfermería.... a veces también viene un rubio o otro chico mas menudito a verlo, pero por lo general, cuando estamos de turno Aoi y yo, siempre viene el castaño. He visto como Aoi lo mira, y sospecho que hay algo extraño. En cuanto al rubio y el otro castaño, del rubio puedo decir que siempre tiene la mala suerte de llegar cuando Takanori se acaba de ir o esta inconsciente en fiebre. del otro castaño realmente no se nada. Se queda conversando con Takanori y luego se va, es muy alegre.-
-huh, tiene amigos, eh?- comento el chico haciendo notar que ella hablaba mucho y a el le dolía la cabeza
-sip...- la chica comprendió el mensaje de inmediato y apago la televisión.- mas vale que descanses Masahito. si alguien viene a verte lo Hare pasar, ok? mama llegara en la noche, así que mientras me quedare contigo precioso.- camino hasta la puerta- deja la bandeja junto a la cama cuando termines, duerme bien!- dijo antes de cerrar la puerta tras de s con una sonrisa.
"Como si pudiera dormir" pensó apesadumbrado.
No quedaba mucho más que hacer tampoco, la verdad.
No podía ver la televisión porque para ello debía doblarse dolorosamente, y nunca había nada bueno que ver.
No podía meterse en su notebook a hacer cualquier cosa porque hasta mover los brazos le hacia cambiar de posición y mover su adolorido tórax.
"agua en los tejidos" recordó haber leído los síntomas en un libro de medicina de los de su biblioteca personal "tengo agua en los tejidos, liquido intersticial seguramente, por eso duele..." y entonces deseo tener una manguera hidráulica que conectarse al estomago.
Con muchísimo esfuerzo y no menos dolor, logro girarse hasta encontrar una posición que le permitía recostar la cabeza sobre la almohada y descansar los brazos sin apretar su adolorido cuerpo.
"y esta tampoco es una vista panorámica" pensó con sarcasmo al darse cuenta de lo único que le permitía ver esa posición era la extensión de las sabanas hasta el borde de la cama, un peluche de oso polar un poco mas allá y una que otra pelusa perdida.
Comenzó a jugar con las pelusas, después de todo, si podía mover los dedos. Las juntaba y las hacia rodar, las volvía a separar, las golpeaba y las hacia saltar, en el periodo antes de caer dormido debe haber aprendido unas 7 maneras diferentes de hacer saltar a la dichosa pelusa, hasta que por fin el cansancio lo venció.

No es que tampoco haya sido un sueño excelente, el constante dolor le había hecho soñar con cosas no demasiado agradables, tripas, sangre, y fosas negras llenas de cadáveres.
En resolución, la única diferencia con sus sueños normales era que ahora estaba dentro de la fosa y no sobre ella mirando los cadáveres, el era uno de ellos, con una estaca atravesándole el estomago.
Se despertó con la imagen fresca de una de las manos de los muertos rozando su mejilla angustiosamente, se sobresalto por completo al abrir los ojos de golpe.
Estaba sudando frío y el dolor muscular en el vientre era mil veces más inaguantable, además ahora el dolor de garganta estaba volviendo con renovadas fuerzas.
Si seguía así tendría que ir al medico. Un escalofrío le recorrió la espalda de solo pensarlo.
Moviéndose lo mas lento posible y evitando flexionar su abdomen se giro en la cama, en busca de una posición que no torturara tanto su cuerpo para tratar de poder seguir durmiendo, mas cuando giro del todo y estaba listo para dormir apoyado sobre su otro costado sintió su sexto sentido reaccionar.
Es ese algo que te atañe cuando vas en el metro y sientes las miradas de todos sobre ti cuando llevas puesto algo fuera de lugar.
Eso que sientes cuando sabes que alguien esta observando alguna parte de tu cuerpo.
Lo mismo que provoca que te piquen las orejas cuando hablan mal de ti.
Esa extraña sensación que en ese momento le obligo a abrir los ojos extrañado y encontrarse cara a cara con la causa de su sexto sentido.
Y extrañamente al verle no se sobresalto en lo absoluto.
Seria porque casi lo esperaba.
Seria porque sabía que esa era su naturaleza.
Seria porque sabia que su historia con el aun no acababa.
Sus ojos cubiertos por lentillas color pardo, mas por estilo que por costumbre, su cabeza sobre el brazo que ponía bajo su nuca, apoyado sobre su costado. Su otra mano reposaba tenuemente sobre su vientre.
Su característico mirar estaba extrañamente calmo, sonreía calidamente y sus finos y rubios mechones, para variar desordenados cubrían casi toda su frente y ojo derecho.
Aunque para cualquiera esa imagen hubiese sido un sueño, para Byou sólo era la continuación de otra de sus pesadillas.
Entrecerró sus ojos con odio.
-quien te dejo entrar aquí?- pregunto secamente, haciendo entender a su "huésped" que no era nada bienvenido.
-no seas así... te vine a ver- canturreo el otro sin dejar su sonrisa calida.
-sabes que no eres bienvenido, Takeru.- dijo hostilmente
El chico rubio sin dejar de sonreír levanto suavemente su mano, delineando con cuidado el entrecejo fruncido del convaleciente. Pasando luego la yema de tres de sus dedos por la mejilla del chico, notando como este aun le miraba con enojo.
-que hace que no me puedas querer?- pregunto con voz baja, se veía muy a gusto, a diferencia de quien tenia enfrente.
El otro miro diferente, mas no respondió
-que me hace diferente a una chica?- pregunto ahora mas melancólicamente
-no es por eso.- dijo firme Byou, rompiendo su silencio. Sabia que podía olvidarse de inmediato del “hola, como estas” era ridículo cuando habían temas que urgían mucho mas.
-te gusta alguien mas?-
-no-
-no me mientas.-
-no te miento.-callo. Inexpresivo con esa persona como siempre.
¿Como habían llegado hasta ese punto?
Cuando desde primero básico habían sido buenos amigos, como por ahí dicen "los opuestos se atraen" y ellos habían sido un par de imanes de los que puedes tratar de separar por varios días hasta rendirte.
Todos los recreos juntos, todas las clases en puestos contiguos, todos los trabajos en equipo, todo, absolutamente todo había sido de ellos dos.
Takeru era una persona realmente alegre, vivaz, muy confiado en si mismo, distraído, incapaz de quedarse quieto un segundo, que necesitaba sentirse siempre acompañado y rodeado de amor.
Byou en cambio, era una persona más bien inquieta en el sentido rebelde de la palabra. Eso cuando no estaba aislado en un rincón observando y analizando todo cuidadosamente.
Ambos se complementaban, y durante 5 etapas de su educación no tuvieron problemas entre ellos, si bien con la edad se habían distanciado un tanto, mantenían sus lazos, eso aun cuando Takeru comenzaba a usar rosado, verde chillón, arreglar su pelo con cuentas de colores y tinturas de colores vivos y Byou comenzaba a usar cadenas, mucho negro y escuchar música mas bien ruidosa a gusto de la mayoría.
Eso hasta que un día unas palabras rompieron el encanto
Eso hasta una tranquila tarde de otoño de 6 básico, hace un año atrás ya sentados en una banca hablando cualquier trivialidad, regalándose sonrisas el uno a l otro y disfrutando una que otra galleta de un paquete que si bien no era suficiente para uno, era mas que suficiente para los dos.
"Byou.... ya no aguanto decirlo. Necesitas saberlo. Me gustas Byou."


Y aquello había sido el principio del fin.


"-HIJO!!! Que te paso en el ojo?!- exclamo asustada la madre del pequeño al verlo tan maltrecho de ver a su amigo. Traía la ropa desarreglada, un moretón enrojeciendo en la mejilla y un poco de sangre de una herida abierta en el labio. - fue masahito, cierto??? Ese niño siempre me dio mala espina!! Te pego, verdad? ¡¿Verdad?!- comenzó a tantear levemente las heridas de su "bebe" con la punta de los dedos, mientras veía tristemente como este solo hacia muecas de dolor y quitaba la cara.
-no, mama, me pegaron unos matones de la escuela... Byou ya se había ido a casa, sino me hubiese defendido, sabes que el es casi mi guardián...-
La mujer solo le miro con reproche. Takeru estaba mintiendo, su instinto de madre no podía decirle nada más, pero como madre también debía saber callar.
-ve a tu cuarto, enseguida subiré a curarte....-
-no, mama, yo puedo.- respondió secamente, algo realmente inédito en el chico.
-que? pero hijo mira como estas...-
-hay un botiquín en mi baño, yo puedo....-
-pero déjame hablar contigo, no puedes...-
-YO PUEDO MALDITA SEA!!-grito con todas sus fuerzas, quedando mudo luego, petrificado con la boca aun abierta, mirando directo a su madre que le miraba de la misma manera.-y-yo, mama...- fue todo lo que pudo decir antes de que un par de gruesas lagrimas que venían siendo retenidas hace rato cayeran fuertemente al piso de baldosa de la cocina, emitiendo un sonido sordo.
No aguantó mas y corrió, corrió con toda su alma escalera arriba, llego a su cuarto y se encerró en el.
-MIERDA, MIERDA, MIERDA, MIERDA!!- gritaba, lloraba, pateaba, rompía todo a su paso, pateaba las lámparas, botaba al piso todo lo que había en su escritorio, rompía sus peluches, hacia pedazos todo lo que se le cruzara.
fue cuando no pudo destrozar del un almohadón, cuando cayo al piso rompiendo en un llanto desesperado, cubierto de las blancas plumas que había arrancado del centro del almohadón que ahora yacía a medio llenar en sus brazos, al que se aferraba como si fuera su vida.
Hundía su cabeza entre las plumas, suaves, se pegaban a su cara y absorbían las lagrimas de sus mejillas, brindándole algo de tibio consuelo.
Más cuando abría sus enrojecidos ojos el suave blanco de las plumas lo invadía de nostalgia.
-tu color favorito...-
Nuevos espasmos de llanto lo invadían, sacudiendo su pecho violentamente, ahogándose a momentos por la falta de aire entre sollozos.
-Byou...BYOU!-
Lloro sin piedad de si mismo, lloro por todo lo que no había llorado jamás, lloro por todo lo que no pudo llorar en una infancia lejos de todo, feliz, lloro por todo lo que su mejor amigo y amor platónico jamás había podido llorar.
Lloro... porque tenía un motivo por fin.
Y finalmente durmió, durmió como nunca había necesitado hacerlo...
Durmió pacíficamente, soñando con que era una pesadilla.
"como un ángel de alas rotas"

"como un ángel de alas rotas"
Era exactamente la imagen que tenia frente a si.
Seguía siendo el mismo, ambos entraban en la adolescencia. Takeru era apenas un niño aun, mas mental que físicamente.
Un chico rubio, con su adorado mecho de color natural, que conservaba en "honor a lo que había sido" y es que Takeru -si no había cambiado en el ya casi año que no hablaban en confianza- tenia toda su analogía de vida para con su pelo, que era al igual que su imagen, su forma de expresarse.
Si, Takeru no había cambiado casi en nada
"como un ángel de alas rotas"
Era exactamente la frase que se le venía a la mente cada vez que le veía sonreír de esa manera que le destrozaba el alma.
Porque sabia que debajo del acostumbrado chico alegre acechaba continuamente el Takeru real, su amigo de la infancia, aquel que ahora solitario lo llamaba por desesperado bajo esa amarga sonrisa.
"puedes engañar a muchas personas con esa sonrisa, pero no a mi..." sonrió amargamente para si.
Aquella tarde en que decidió cortar lazos con el, aquella tarde en que le golpeo, contra sus propios valores y principios.
Cada golpe que Takeru había recibido era un golpe en el corazón y conciencia de Byou.
"no entiendes que debes alejarte?"

-Byou? que pasa?- pregunto de pronto el chico, preocupado- en que piensas?-
-en que no te quiero cerca. Por favor vete.- dijo con la voz mas firme que logro sacar
Takeru le miro cansino. Como si ese dialogo lo hubiesen repetido varias veces.
Sonrió tristemente, se levanto de la cama de pronto sentándose en ella luego, dándole la espalda a su compañero.
-siempre me dices lo mismo cuando trato de hablar contigo...- hablo sin dar la cara, casualmente, como cualquier conversación trivial pero que debajo escondía un gran significado.- que quieres que me vaya, que no quieres que te me acerque, pero cuando te pregunto porque no puedes quererme no tienes respuesta.-

"porque no tengo razones para no quererte. Solo no lo hago de la manera que tu quieres." por un momento, Byou deseo con todas sus fuerzas el quitarse la capacidad de razonar esa velocidad.

-y es curioso- prosiguió el chico oshare riendo ligeramente, aun sin querer voltear a mirar, ligeramente encorvado sobre si mismo.- pero, por algún motivo, aun cuando tu me lo niegues, cada vez que me dices "quiero que te vayas" leo en tus ojos "quédate". Antes de que me interrumpas, por favor déjame terminar.- dijo seguidamente. A sus espaldas, un adolorido Byou cerraba sus labios comprendiendo que el aire que había tomado para hablar seria inútil.
Se maldijo por haber dejado a alguien conocerle al punto de saber cuando querría o cuando se dignaría a responder o no. - tu aun me gustas Byou.- continuo luego de una pausa - y pienso que decírtelo ha sido uno de los peores errores de mi vida. Talvez eres demasiado para mi, talvez no puedo comprender tu manera de ser del todo, talvez sencillamente mi corazón nunca elige el objetivo correcto.-

"ninguna de las anteriores, olvidaste esa opción."

-pero sea como sea, me gustaba antes, cuando yo no era mas que tu amigo. Extraño, Byou, todo, te extraño, no entiendo porque me odias.- hizo una pausa para tragar dificultosamente lo que Byou no pudo asimilar si era saliva o emociones reprimidas, comentarios callados.- si el día antes de que te dijera lo que sentía tu y yo jugábamos como siempre, si aun me querías como a un hermano, y el como después dejaste de hablarme por completo, comenzaste a alejarte abruptamente, no entiendo. No te entiendo. No entiendo como puedes hacerlo!- finalmente acabo de alterarse, se paro de golpe, volteando a ver al otro.
-no entiendo, Byou! no entiendo!! Porque ya no me quieres?? Soy tan despreciable, tan fenómeno??? Es eso?? Porque ahora me odias?? Porque no puedes ni rozar tu brazo con el Mio?? Porque siento que te da asco mirarme?? Como puedes odiar tanto a alguien que quisiste alguna vez??- iba a seguir gritando, pero su voz se quebró completamente.

Byou pudo observar serenamente las lagrimas caer libremente por las mejillas de quien fuera prácticamente su hermano.-...o es que en realidad nunca me quisiste?- soltó con un hilo de voz, mordiendo su labio en espera de una respuesta que de algún modo sospechaba que no llegaría.-responde Byou!! RESPONDE!!- se desesperaba, Byou lo notaba claramente.
Retorcía sus manos, tocaba su cabello, manoseaba sus aros, no encontraba que hacer con las manos, necesitaba mantenerlas quietas o acabarían a los golpes como la ultima vez que le había hecho desesperar y sufrir de esa manera.
Era por el bien de el, así le doliera mares verlo así de nervioso y descontrolado.
-no, Takeru, la verdad es, que yo nunca te quise de verdad.- cerro los ojos para no ver como el chico que tenia en frente, frágil como era se derrumbaba por dentro, como una gran ciudad siendo arrasada por un terremoto y un tsunami a la vez.-es eso lo que querías saber?- volvió a abrir los ojos, pero Takeru ya no estaba ahí. Solo pudo escuchar el portazo a su salida.
Dio un suspiro de resignación. Largo, profundo.

-perdóname, Takeru... ya se que soy una mierda de persona.- dijo mirado el techo, a sabiendas de que se encontraba solo en la habitación.

Al rato tocaron la puerta.

-adelante.- dijo suavemente, seguía pensativo.

-hey...- escucho una suave y familiar voz desde la puerta que le hizo intentar voltear de inmediato.
Estaba por lograrlo cuando la punzada de su abdomen lo volvió a atravesar, haciéndole encoger de dolor y gruñir roncamente.
-si estas tan mal no te muevas, no es como si no me vieras nunca.- dijo el recién llegado con una sonrisa- como te sientes, en comparación con ayer claro, mi príncipe de nieve?- en chico sonrió cariñosamente, tomando una silla del escritorio del rubio y acercándola a la cama para sentarse de frente al chico.
-como me ves, Yuuto?- dijo sarcástico pero cariñoso a la vez el chico en cama.
-no esperaba que...-
-les traje algo de comer!!- Omi entraba en la habitación en el momento justo para interrumpir.
Miró de mala manera al recién llegado luego de dar un vistazo a la habitación. La actitud de su hermana no le gusto nada al anfitrión.
-donde esta Takeru, Byou?- pregunto, visiblemente molesta.
"así que ella lo dejo pasar..."-se fue recién...- dijo el suavemente, no entendía la relación.-tu conoces a Takeru?- pregunto directamente
-si, el otro día me lo presento maya, un compañero, es su pupilo. Es un niño adorable y cariñoso, que le hiciste para que se fuera??-
-el se fue, yo no le hice nada.- dijo enfadado y preocupado Byou. a veces Takeru sabia mucho mas de lo que aparentaba, y si conocía a su Hermana, podía llegar a ser una amenaza.

-Omi-san...- saludo cordial y respetuoso Yuuto con una pequeña inclinación de cabeza
-que hay, Yuuto.- dijo Omi despreocupada no tenia que mostrarle respeto a alguien menor que el. Yuuto iba a la misma escuela que ellos dos, dos cursos por debajo del de Omi, uno por sobre el de Takanori, y cuatro por sobre Byou.
Lo que Omi no sabia es que desde hace ya bastante, tenían una relación, y con 4 años de diferencia, contando que los dos eran hombres, no era algo de lo que enorgullecerse precisamente ni tampoco la relación mas común...

Omi tenía una fijación con Yuuto. No era como odio, como rencor, sino que sencillamente no era capaz de confiar en el.
Era el único amigo tan grande de Byou, y eso no le gustaba para nada. Temía que pudiera ser una mala influencia, y las pocas veces que había ido a la casa, procuraba no dejar que se quedaran solos en ningún momento.
Y no iba a ser la excepción.
Hasta que no encontró mas argumentos, hora y media después, se fue solo porque tenía que ir al mall a juntarse con Aoi que la estaba llamando para vaya a saber uno que cosa.

Cerro la puerta tras de si, recelosa aun.

-aaahh...- suspiro Byou rotando su cuello para quitarse la tensión- esa mujer me va a volver loco.-el chico a su lado rió ligeramente.
-ella sospecha algo... y sino, realmente le caigo mal.- comento serio, después.
Byou le miro calidamente unos segundos, para luego acomodarse en su cama para dejar espacio y abrir las tapas.
-ven, quiero tu calor...- dijo suavemente, para luego sonreír ante el sonrojo del otro.
Aun cuando era 4 años menor, Byou era sin lugar a dudas el seme de la relación.
Yuuto dudo un poco, mas obedeció con los colores cubriéndole el rostro.
Era MUCHO mas alto que Byou, y por esta misma razón sus pies podían tocar el fondo de la cama, tuvo que encogerse para quedar en el pecho de su novio.
Este le beso la mejilla y se mantuvieron abrazados durante varios minutos.
-dime que te pasa...- dijo Byou suavemente.
Yuuto sintió un breve escalofrío en la espalda. Byou realmente estaba atento a todo, de otro modo no lo hubiese notado...
Levanto su cabeza del pecho del pequeño para mirarle a los ojos
-a que te refieres?- estaba la minima oportunidad de que se refiriese a algo mas
-estas distante... no te siento como siempre. Te pasa algo, que es...?- por como escrutaba su rostro, ya sabia que era algo malo.
-tengo que decirte algo...- Yuuto se encogió mas aferrándose al cuerpo de Byou, acurrucándose en su pecho de nuevo- pero es algo que yo no quiero decir y que tu no quieres oír.-
-busca una manera de decirlo sin que duela...- aunque ya presentía la tragedia, intentaría hacer feliz a la persona que mas quería hasta el ultimo minuto...
-no hay forma. Es de esas cosas que duelen si o si...- dijo angustiado en su pecho
-es realmente malo, verdad?- no oyó nada, pero sintió el rostro de su novio moverse en su pecho asintiendo. Estaba asustado, ambos lo estaban.-dilo por favor.- no iba a dejar que ese peso siguiera carcomiendo a Yuuto de esa manera.- dilo, yo puedo soportarlo...- sabia que no era así. Pero quería infundir en su pareja la confianza que ni el mismo tenía.
-tengo que terminar contigo...-dijo en un susurro ahogado. Perfectamente audible para el pequeño niño que apenas y respiraba del dolor que sentía por dentro, mitad físico, mitad psicológico.
En medio de la neblina de emociones que aquellas palabras generaron, se dio cuenta de que apretaba el cuerpo de Yuuto contra si. Trato de razonar.
-has dicho "tengo" no "quiero"... explícame eso.- intento sonar lo mas racional posible. Un esfuerzo sobrehumano se permitió solo hacer una mueca de dolor cuando sintió las calientes lagrimas de Yuuto mojar sus ropas
-dije "tengo" porque no "quiero".- dejo una pausa que dolorosamente inspiro al rubio, para luego...- Masahito, me voy de la ciudad...- romper su mundo una vez mas.
Nada que un niño tan pequeño, por mas maduro que fuese pudiera soportar.
Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. Silenciosas, no respiró para evitar sacudir su pecho y molestar a quien amaba en esos momentos mas que nunca.
"explícame eso" quiso decir, pero sabia que si dejaba pasar aire para hablar comenzaría a sollozar sin control.
Ni hizo falta.
-mi madre ha conseguido un trabajo mucho mejor en Mie... nos trasladaremos allá hoy en la tarde.- no aguanto mas, comenzó a llorar sin pudor alguno, asustando al mayor que se separo de el de golpe. Era la primera vez que veía llorar a Byou. Aun cuando todo andaba mal, aun cuando sufría por que Yuuto llegara a fijarse en otras personas, aun cuando no aguantaba sus dolores, Yuuto nunca le había visto llorar.
-porque me lo dices ahora!- trato de hablar sin alzar mucho la voz para que su hermana no escuchase sus llantos. conociéndola, solo por no dejarlo solo con Yuuto ella era capaz de volverlo antes posible del mall.
-porque quiero que terminemos antes de irme.- por el rostro de Yuuto también resbalaban tímidas gotas, cada vez con mas frecuencia.
-porque no quieres seguir conmigo- lloro el otro
-porque no quiero que caigas en una relación imaginaria de alguien que se encuentra a kilómetros y ves una vez al mes con mucha suerte. Tampoco quiero que hagas un novio imaginario por el Internet, Byou, desde este día desaparezco de tu vida... y si no lo dije antes- un sollozo le corto el habla- si no lo dije antes es porque necesitaba pasar mis últimos días contigo de la mejor manera que pudiese...-
Byou aun siendo un niño era una persona demasiado razonable. Conocía la situación de la madre de Yuuto, no tenia argumentos creados, no esperaba eso. No tenía como contradecirlo.
Yuuto tenia la razón absoluta y el era demasiado maduro como para comportarse como un criajo y obligarlo a quedarse...se detestaba por eso.
-a que hora partes- dijo rendido tratando de controlar su respiración. Mostrarse débil era algo que odiaba, aun cuando se estaba tratando de quitar la vida por dentro.
-eso no importa. Mientras antes desaparezca antes me olvidaras.- pero sus palabras dolían, dolían como fuego, como el saber inminente que el amor de Yuuto nunca fue del todo suyo...
-Byou, me amas?- pregunto tímidamente el chico.
-SI! Yuuto por un carajo te amo mas de lo que puedo soportar!- se desespero. Como podía preguntar eso en un momento así?- te amo como nunca planee hacerlo con alguien ¡¡menos tan pronto!! por favor no te vayas, yo... yo te necesito...-lloro descontroladamente, intentando acallar sus ahogos con una mano en su boca
-Byou, no puedo... si me amas tienes que prometerme que me olvidaras. prométemelo.-
-no puedo!-
-hazlo... por mi. No me quieres?-
-te amo!!- trato de abrazar al castaño, pero este saco sus brazos de su cuerpo y le obligo a mirarle a la cara.
-entonces olvídame, Byou. olvídame.-

El pequeño sintió con crueldad esas palabras como fuertes puñaladas….
-no te vayas aun...-
-no me iré hasta que tú ya no me recuerdes... prométemelo, prométeme que saldrás adelante sin mi...-
-no! Yuuto... no quiero vivir sin ti! no tiene sentido!- se aferro a su cuerpo, este lo abrazo, por primera vez la posición se invertía, ahora era Byou quien lloraba en brazos del castaño.
-Byou, prométeme algo...-
-no si tu no me prometes algo a cambio...- "algo" lo dijo porque no podía hacerle prometer que volvería por el. No podía ser tan egoísta.
"algo" porque no podía hacerle prometer que lo amaría por siempre cuando el bien sabia que el amor de Yuuto aun con el, era algo efímero.
"algo" porque se daba cuenta de que todo lo que no fuera "algo" se estaba desmoronando en ese momento o sencillamente ya no estaba.
-Byou... te prometo que serás feliz sin mí. Te prometo que lograras olvidarme y seguir adelante con alguien mas... pero tu prométeme que no atentaras contra tu vida nunca mas, por favor...-
-mi vida no tiene sentido sin ti!!- se sentía aferrado al agua. Algo vital que podía escurrirse de los dedos muy fácil, y dejar alguna humedad, alguna sombra o recuerdo de que estuvo ahí, pero que pronto se evaporaría.
-te estas escuchando? no eras tu el que decía que la gente que decía esas cursilerías era estupida?-
-no los entendía!! Es real!! Sin ti no puedo vivir Yuuto, te necesito!!- le miro suplicante
-yo también te amo demasiado Byou... pero quiero que seas feliz después de mí, sin mí...-
-Yuuto, por favor...- suplico una ultima vez, se sentía como un niño. Como el niño que era. Aquel niño que nunca se apostaba en si. Aquel niño que nunca acepto que su mente estaba mas allá de su cuerpo y decidió separarlas, quedando un joven atrapado en el cuerpo de un niño, creciendo mentalmente mas rápido de lo que sus células podían alcanzarle.
-duerme, Byou... duerme, mi niño, mi príncipe de nieve...- le beso la coronilla y le dejo llorar.
Le dejo llorar por todo lo que Byou jamás lloraba.
Por lo que lloraba por dentro y lo que lloraba por fuera en sus noches solitarias.
Esos ojos tenían tantos secretos...
Luego de horas de llanto se quedo dormido, profundamente dormido, agotado en los brazos de la persona que más amaba, y que ahora lo dejaba quizás para siempre...
Yuuto miro con ternura a quien dejaba atrás. Se quedo un rato mas acariciando su rostro dormido, llorando el también en silencio para no despertarlo, con gotas que caían lentamente de sus ojos, con dolor como el que pocas veces antes había sentido.
Hubo un momento en que Omi abrió la puerta para traerle el almuerzo a Byou. Yuuto ya estaba en pie y miraba tristemente a su ahora ex-novio.
Omi sintió la desgracia en el aire y miro extrañada al chico, rencorosa como solo ella.
-que paso?- susurro. Yuuto le hico seña de que se callara, señalo a Byou, ella se dio cuenta de que estaba dormido.
"déjalo dormir" articulo con sus labios
Caminó hacia la chica en el marco de la puerta, tomo la bandeja con comida de sus manos y la dejo al lado de la cama del chico.
Los ojos de la chica se abrieron de sobremanera cuando le vio agacharse y depositar un corto y tibio beso en los labios y luego en los cabellos del chico.
No dijo nada para no despertar a su hermano.
Ambos salieron de la habitación, Omi iba a abrir la boca para exclamar lo que se le viniera a la mente, estaba molesta, pero el chico le murmuro pausadamente.
-tranquila. No le hice nada. No te preocupes por mi tampoco, es la ultima vez que me ves. Adiós Omi-san.- inclino la cabeza lentamente y se fue por el pasillo hacia la puerta. Cuando ya la había abierto y los rayos del sol le iluminaban la salida por el costado, volteo una última vez. Omi seguía en el mismo lugar, mirándole atónita.-puede... cuando lo vea triste, puede decirle que lo amo? solo cuando lo vea triste, por favor. Adiós Omi-san...- cerro la puerta tras de si.
Dejo su vida cuadras atrás.
Había caminado la mitad del camino a su casa cuando cayó de rodillas al lado de un poste del alumbrado público.
Y lloró. Lloró como nunca había llorado y como nuca volvería a llorar.

Notas finales: 7 rws, ya saben... y no se preocupen digo, el otro cap es mucho mas feliz... que esten bien todos!

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