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high music PSC school por chibi-chibi

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Notas del capitulo:

este capitulo se iba a llamar "take it easy!!" porque denuevo me habia estresado con la hisotria...

pero luego sucedio esta otra cosa que se me ocurrio y este capitulo esta dedicado a preparar terreno para lo que viene

notaran la aparicion de cosas nuevas, durante todo, y dejaremos por una vez absolutamente de lado la trama principal...

pero la historia sigue su curso, eh!

el siguiente ya lo estoy escribiendo, me he estado demorando tanto porque estoy llegando a fin de semestre y creo que muero de estres....

mis ojos comienzan a deorbitarse y si no  ando con servilletas todo el tiempo la espuma cae indecentemente de mi boca.

¡¡sip!! ¡¡todo indica que el semestre va tal y como debe!!

hahah~ xD la otra razon de que estuviera mas de un mes sin actualizar (omg mas de un mes q_q) es que al volver este personaje tan especial, que al estar en plena pubertad sufre mucho, necesitaba deprimirme un poco para escribir.

aunque es raro, me gustaria agradecer a usagi por decirme tanta wea de que me estaban engañando y cosas asi para tratar de deprimirme xDD ¡¡lo intentaste, chico!!

y a manabuu y shun que fueron los que inconscientemente lo lograron al final (cabro qlo nuca mas bromees con eso q_q)

estoy haciendo mucho espacio xDD el capi quedo largo dentro de lo decente!! asi que espero rws y... ¡¡YA VIENEN LAS VACACIONES DE INVIERNO!! >w

 

y sin mas; LEEAAN!>W<

-ok, de tarea me traen la configuración electrónica de la tabla que momoko les anoto e el pizarrón, estamos? pueden hacer acto de desaparición.- tome mi chaqueta y la puse bajo mi brazo, colgué mi bolsón al hombro y espere a que todos los alumnos cerraran mientras me despedía de ellos.
-fue una interesante clase!- miko se acerco a darme un beso en la mejilla de despedida
-lo hubiese sido para ti si no hubieses estado toda la clase con los textos del celular, ¡¡tienes que concentrarte más!!- le di un pequeño golpe en la cabeza, es de mis estudiantes favoritas, pero tiene que subir sus notas.
Cerré cuidadosamente la puerta y me encamine a la sala del profesorado saludando a cuanta gente se me pasa por delante ¡¡hoy también es un día agradable!!
-buenos días!- llegue a la sala de profesores saludando de nuevo por si me había faltado alguien a la primera hora, donde por lo general estamos más dispersos, mas a la hora de recreo, todos los profesores tenemos el sagrado café en la sala general, donde por lo general me saludan otros tantos.
-hola, yoshiki-
-buenos días guapo!-
-hola yo-sama!-
-Omi!- saludo a la asistente de enfermería de cuarto medio, siempre ha estado dispuesta a ayudar y es una buena niña, y por eso y porque también es de mis amigas, tengo preferencia con ella... ni que la necesitara! aprende química tan rápido que pronto me superara.- que haces aquí? es solo para profesores...-
-tengo que dejar unos papeles que Hizaki-san pidió, pero me voy enseguida~ no me reten, no!!- se cubrió con las hojas haciéndome reír un poco, la invite a sentarse y tomar un café mientras dejaba mis cosas en el mueble de madera.- como esta Yuu? de verdad siento haberles quitado sus días libres...- me disculpe, el haberlos llamado al campamento del primero medio había sido idea de Hizaki, y yo mismo use mis medios para lograr que Omi convenciera a Yuu de hacer el favor. Al fin y al cabo fue muy útil, no? Shima necesitó ese doctor...
Iba a decir algo mas, pero quedo trabado absolutamente en mi boca apenas moví la mirada hacia un costado y vi a un chico… en el sillón de Hizaki.

Es decir, ese es el sillón DE HIZAKI que solo EL tiene derecho a usar, y nadie más sobre la faz de la tierra. Además, no es un profesor, o quizás es un reemplazo y no lo conozco, se llevara tremenda sorpresa cuando le llegue el solo grito de hiza-chan...
-Omi- susurro discretamente dando las espaldas al desconocido- quien es ese detrás de mi?- la mire mientras ella miraba discretamente debajo de mi brazo, pude percibir la misma expresión de extrañeza, seguro porque ella también noto donde estaba sentado, por no decir que con una pierna cruzada sobre la otra, un par de gafas de sol enormes e innecesarias para las ampolletas de 150 watts de este lugar, y por sobretodo la actitud arrogante que mantenía, mirando con una sonrisa de arriba a abajo a nuestras colegas… y sus escotes.
- ni idea... quién es ese tipo?- le di su café, ambos dimos un sorbo sin hallar una solución, esto no pintaba a bien.
-sabes Omi, pinta a mal, deja aquí los papeles yo se los doy a Hizaki...- dije tapándola un poco mas de ese tipo, como está la gente hoy en día, podría ser incluso un violador pedófilo psicópata o algo así.
-pero Hizaki me pidió que los entregara personalmente...- balbuceo, la mire directamente con ese gesto elocuente, es obvio que me los puede dejar si soy de los mejores amigos de él.
Tome los papeles y los deje en el casillero de Hizaki bajo una carpeta para que se vieran más discretos. Me vi tentado de mirar que eran, pero supuse que siendo Hizaki me lo contaría a solas despues o tenía relación con algo que yo ya sabía.
Omi salió apenas me vio guardar los papeles, me senté en el mesón bebiendo mi café tranquilo y mirando directamente al castaño desconocido.
tenía una bufanda negra que no dejaba ver más abajo de su cuello, pero se veía no muy alto, aunque era difícil de saber en esa posición echada en el sillón, con la pierna cruzada y el codo en el apoyabrazos mientras sujetaba su mentón, parecía creerse el rey del lugar.
Yo también me cruzo de piernas pero, me veo así de arrogante?
No, me han dicho que soy mas... fino.
Lo miro fijamente, tiene un lunar a lo marilyn monroe que combina con su aleonada melena café ondulado, tiene la piel muy pálida y las gafas no dejan ver más que eso.
Sigo insistiendo en mi mirada, quiero que me mire, quiero que se dé cuenta de que no puede tomar esa posición sin objeciones, y no puede usar el sillón de MI mejor amigo sin ganarse una pulla mía.

Finalmente gira ligeramente hacia mí, alzo mi ceja desafiante, en solo una fracción de segundo he sentido su arrogancia al completo, solo una mirada.
Es esa sonrisa autosuficiente, demasiada autoestima, demasiado ego, ya no lo aguanto y lo conocí recién.
Y luego baja ligeramente sus gafas de sol, me revisa de arriba a abajo y yo quedo sin aire.

Sus ojos.... sus ojos son lo más bello que he visto en mi vida.
Me levanto inquieto del mesón, y sin querer derramo el café sobre mi chaleco lila. Maldigo, no puedo caer tan fácil ante los encantos de un hombre.
Y pero aun, ME HA VISTO! joder, que vergüenza, me ha visto arruinar mi chaleco favorito, y encima hoy que andaba combinado!!
Sin querer llevo las manos a mi cara, cubriendo mis mejillas avergonzado, y me hago un ovillo.
Cuando volteo de nuevo, el ha vuelto a su posición original, pero con otra de sus asquerosas sonrisas de superioridad.

Lo miro con odio, me levanto para acercarme y ponerlo en su lugar, me detengo cuando veo lo que esperaba.
Es Hizaki, viene entrando con el libro de clases bajo un brazo y la cartera bajo el otro. sonrío esperando a que me mire, y adivino como lamentara ese desconocido el haberse sentado en el sillón de mi amigo, desgraciado, se lo mere....
-guapa, te va de maravilla esa falda.-
… QUE HA DICHO?!
Lo miro incrédulo, con la boca perniabierta. Volteo a Hizaki, yo se que le dará la paliza de su vida, se ha volteado en un segundo con su cara de asesino serial y de pronto..

-KIIIIIIIIIKIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!-

Grita hasta casi dejarme sordo, me alejo de su camino cuando va corriendo a encaramarse encima del castaño de un modo bastante comprometedor, todos los profesores los miran y yo me siento... invisible...
...ni siquiera me ha saludado...

Me retiro ofendido, ni siquiera me ha mencionado que tiene novio nuevo, es indignante, es...
-yoshiki-sensei!- estiro mi cuello tratando de oír por entre los murmullos que la escenita ha provocado, ahí en la puerta hay un par de estudiantes que me hacen señas....
Llego, son apenas unos niños, me parece que de básica, aun no me toca hacerles clases, sino en un par de años mas... eso explica el "sensei"
-hola chicos, en que les ayudo- les dije con una gran sonrisa, normalmente no dejo que nada me afecte cuando estoy frente a alumnos, ni siquiera si mi mejor amigo de toda la vida me acaba de dejar absolutamente plantado por un arrogante desconocido, no.
-no sabe si vino hide-sensei?-
-no nos ha hecho clases hoy-
-tampoco lo han visto los porteros...- hablaron atropelladamente con sus voces infantiles, y aun con esa ternura me dolía escuchar ese nombre...
Que Hide no había ido a clases... eso es nuevo.... hay pocas cosas, no, no hay cosa que Hide me mas que su trabajo.
Mire mi reloj de muñeca, ya iba a comenzar el segundo periodo en un par de minutos, y en un vistazo eche ojo a la fecha....
Oh, carajo.
Palidecí maldiciendo entre susurros, los niños me miraron asustados.
-gracias chicos, vayan a sus salas que ya va a tocar el timbre.- dije antes de cerrar la puerta y prácticamente correr hacia el libro con las actas.
Revise toda la semana, las firmas de Hide estaban religiosamente puestas, todas a excepción de la que le correspondía hoy en la mañana.
¿¡Porque carajo justo hoy!?
Apreté los puños, tendría que hablarlo de inmediato.
-hizakiii!- pegue el grito automáticamente mientras volteaba, lo vi a él y al extraño conversando animadamente a un lado de la cafetera.
Me miro asustado, me acerque a ellos.
-Hide no vino hoy, y ya son más de las nueve y media.- dije seriamente, y mi voz fue menguada por el timbre de ingreso a clases.
Hizaki comprendió de inmediato igual que yo; giro instantáneamente al calendario, palideció de igual forma y de inmediato esa chispa inteligente propia de él se activo sumergiéndolo en su mundo de ideas, seguramente estaba trabajando a mil con posibilidades y probabilidades.
-ya, y? armaras un alboroto porque falto un solo profesor, flacucho?- sin creer que se había dirigido de ese grosero modo A MI-y mas, que mi amigo no había hecho nada-, lo mire con repulsión, ya habría notado que me caía mal, pero no esta demás ratificarlo. Obviamente el no sabía cuando hay que dejar a Hizaki en silencio con sus ideas.
-podemos pedir permiso?- pregunto mi rubio amigo apresuradamente, obviando que era para salir, mi respuesta fue automática.
-tú sabes que la directora te consiente todo, y si no, por último, los alumnos nos cubren. Con quien te toca ahora?- analice mi mente buscando la respuesta a mi propia pregunta.
-con mi curso, y tú?-
-con el cuarto. Dejare un par de ejercicios y nos vemos aquí en quince minutos, vale?- sugerí
-aunque partiéramos ahora, nos demoraremos mínimo una hora hasta su casa, no ando en auto yosh- torció el gesto mientras me miraba.
-yo ando en auto...- la voz grave del desconocido sonó junto con el tintineo de las llaves que acababa de sacar de su bolsillo, lo mire con odio. Detesto no ser de utilidad; pero detesto más que él sea algo que yo no.
-ah genial, gracias kiki... en quince minutos aquí entonces.- se dirigió a mí con las últimas palabras, y tomando sus cosas me sonrió antes de salir apurado.
Me viré a buscar el libro del cuarto medio, no lo necesitaba, pero lo menos que quería en ese momento era tener que mirar al tal "kiki" que se había quedado conmigo a solas de un momento a otro.
-química, eh?- lo escuche muy cerca a mis espaldas, me dio un escalofrió.- es un ramo interesante...-
-lo siento, debo irme.- dije nervioso, y en el acto, casi corrí hasta la puerta sin mirar atrás, y salí totalmente apenado.
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Normalmente en los días así de despejados...ese cielo era azul.
Me gustaba pensar que las nubes eran mías. Verlas pasar, tan grandes, tan lejanas por encima de mi cabeza... y tan mías
Eran mías, por supuesto que lo eran. ¿Quién me iba a decir lo contrario?
Y en días despejados como estos, las extrañaba... pero el color del cielo me animaba, algún día tendrían que volver mis nubes.
De ese color que yo amaba, el blanco... hermoso.
Pero, porque hoy el cielo tampoco tiene color?
Es como si fuera óleo desteñido por el sol insistente y dañino.
En un cuadro que fue abandonado por mucho tiempo sin retoques, hace mucho, hace tanto que el daño a la pintura es irreversible; ahi estoy viviendo ahora.
Todo tiene un color... desteñido.
El blanco se me presenta mucho últimamente, igual que el negro. Pero... ya no me gusta tanto... alguna vez fue pureza y ahora...
...ahora es soledad.

Paso los días mirando al pasado y pensando en que no debo mirarlo.
Cuando vuelvo al presente miro todo lo que tenía antes que ahora no tengo, y prefiero volver a mi tentación de los días en que... casi fui feliz.
Tuve un mejor amigo, al que quise mucho y aleje por... porque lo quiero aun. Hoy puedo mirarlo solo de lejos, reírme de él y con él, pero sin hablarle directamente nunca.
Y tuve un amor. Esa persona a quien amé con locura, con pasión, con ternura y que hoy.... hoy no está. No estará mañana ni pasado... no estará nunca... y es mejor pensar que nunca estuvo.
La escuela me parece más aburrida que nunca. El azul optimista que solía verse a cuadras cuando me acercaba a la entrada hoy es otro color desteñido por el implacable sol.
Los pasillos tienen el piso blanco, absolutamente blanco... con horribles manchas y rayones. Recuerdo que las paredes eran de un rojo granate encendido muy a la vanguardia pero últimamente... casi no veo otra cosa que no sea el suelo.
no recuerdo el color del manzano del jardín ni el mural del patio cubierto... no quiero verlos tampoco, no quiero descubrir que como muchas cosas en mi vida actual, se han desteñido y han perdido toda su alegría... prefiero imaginarlos brillantes como eran, alegres... de un color enamorado.
Las clases son especialmente detestables, siempre sé todo lo que enseñan, y al final voy solo a perder mi tiempo.
A no seguir preocupando a mi hermana mayor, porque a veces sigo quedándome en casa bajo el edredón llorando.
Puedo solo venir y hacer como que me interesa, acurrucarme en la esquina de mi asiento y oír música hasta que el profesor se moleste porque no le escucho, me pregunte algo y le responda bien, y entonces, me devuelva a mi soledad...
La mesa era blanca también, esta tan sucia... ya no es el color que amaba. Está llena de rayones y cortes, mugre, obscenidades dibujadas y otras cosas que de importancia, me llevan y me traen.
Y lo peor de todo es la música... esa que antes podía disfrutar, el mundo en el que me podía ver inmerso... me parece muy fácil distraerme de ella ahora. ni estoy yendo al coro de la escuela hace ya más de un mes, seguro la profesora ryonryon ya me saco de la lista.
Pasan las horas de clases y los recreos con una parsimonia que resulta hostigarte. y yo sigo aquí casi en la misma posición, con mis ojos apagados y perdidos en la nada, en el techo, en la nada de nuevo y en donde debería haber un rostro humano de alguien querido o simpatizante tratando de hablarme siquiera.
¿Y, porque trato de pensar en lo infeliz que soy?
porque es el único tema que logra sacarme de quicio lo suficiente como para no seguir recordando lo mucho que amo, odio y extraño a esa persona que me dejo, me dejo para seguir su vida y lo más probable es que no lo vea nunca mas...
Porque su todo me rodea. Ame el blanco porque de ese color era su piel, de su aura, de su todo. De haber sido café, ese sería mi color favorito ahora...
Porque el solía venir a buscarme a esta sala en los recreos, en este mismo puesto.
Y cuando no me hundo en la depresión y el vacio, a veces puedo hasta oír su voz a mi lado, llamándome para que salgamos juntos al recreo.
Y yo... no quiero engañarme otra vez.
Mi hermana está muy preocupada por mí. Puedo sonreírle, pero se que ella es de todo antes que tonta. Y somos iguales, yo se que sufre por alguien, aunque no tenga las ganas ni las intenciones de presionarla o seguirla para averiguar quién.
Tarde o temprano me enteraré igual... quizás hasta pueda intentar distraerme con eso.
Takeru me ha mirado con preocupación otra vez, aunque no voltee a comprobarlo, su presencia siempre es tan fuerte que resultaría imposible no notarlo para alguien sensible a los sentimientos y las personas como yo... y su mirada es siempre tan especial.
Quiero recuperarlo, a veces mataría por tenerlo conmigo de nuevo... pero sé que eso no se puede.
Mira que bien, ahí tengo otro motivo para deprimirme. Que le den a la vida, por puta.

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-por supuesto, no hay problema yoshiki~- Omi-chan me sonrió agradablemente con su amabilidad acostumbrada y volvió a la sala a dictar por mí la clase y los ejercicios. sabía que tener un respaldo así siempre iba a ser útil....

-ya, apúrate!- Hizaki me encontró a medio camino y trote con él hasta la salida, en el estacionamiento un ostentoso cadillar plateado nos esperaba con un castaño de gafas oscuras, fumando en su interior.
Mire el auto de arriba a abajo con un gesto de disgusto que me asegure que fuera claro, este tipo es un ARROGANTE. Y era de esperarse, ni se molesto en mirar mi cara... mas Hizaki si lo hizo, porque pude escuchar una risita suave a mi lado antes de que el entrara en el copiloto y yo atrás.
-adonde, preciosa?- dijo mientras tiraba su colilla por la ventana y encendía el motor, que empezó un agradable y suave zumbido.
-recuerdas la casa de ese amigo, el pelirrojo.-
El tipo se quedo pensando un momento mirando a la nada, luego asintió levemente y puso la marcha.
Me eche en el ostentoso asiento de cuero beige, ofendido y intentando ser lo más grosero posible con mi postura;, y una vez más, fui completamente ignorado.
Y que se creía para hablar así de familiarmente con MI Hizaki?... digo, cuánto tiempo es su novio y este pergenio no me ha dicho NADA?!
Entrecierro los ojos mirándolo con furia, estoy seguro de que sin yo tener poderes mentales ni nada, debe sentir un calorcillo en la nuca.
Estoy en eso cuando de pronto reconozco... joder.... esa es mi...?
-HIZAKI!!- le llamo la atención mas que avergonzado, ¡¿cómo se le ocurrió?! ¡¡lo voy a matar!!
Veo como el empieza a reír, y luego me mira hacia atrás
-lo siento, estaba tan orgulloso de sus canciones que tuve que darle esta, solo a él...- se disculpo, como puede!! TRAIDOR!!
-pero es MI canción!!! No puedes difundirla al mundo así como así!!- le reclamo intentando alcanzar el reproductor de discos del auto, totalmente fuera de mi alcance.
-ah, el es el amigo que me decías?- comento prepotente ese castaño al que estoy odiando, me echo una mirada hacia atrás bajando un poco sus gafas de nuevo para acosarme con sus ojos perfectos-... no parece ser el cuerpo poseedor de esta voz.... es enserio?- miro incrédulo a Hizaki, mi orgullo se vio automáticamente herido.
Hizaki golpeo su pierna tan fuerte que fue audible.
-ten mas tacto!-
-kurenai! ni somatta!! kooono owariii~- cante con todo lo que me dio la voz en el momento, necesitaba recomponer mi orgullo. Con cierta GRAN satisfacción, pude disfrutar de mi propia voz absolutamente melodiosa, y me hizo sentir bastante mejor respecto a mi autoestima.
Luego se hizo el silencio en que advertí su mirada por el espejo retrovisor.
-eres un petulante...- dijo Hizaki
...YO?!
QUE HAY DEL PUTO QUE TIENES AL LADO??!!
-es realmente una canción muy buena... que sepas que te respeto.- escuche su voz de pronto más ¿humilde? y grave.
O quizás estoy siendo demasiado prejuicioso?
-x japan es mi sueño.... casi mi vida. Solo me he molestado porque no sabía que alguien más la tenía. Lo siento.- baje mi rostro con vergüenza.
Y el resto del viaje transcurrió en un silencio abismal... no entiendo bien que pasa ni quien es el pero... no me gusta nada como es...o si me gusta?
Sería una estupidez eso ultimo...mi corazón es de otro. Y ya me he resignado a ver mas allá... me conformo con ser su amigo, después de todo... el no es gay.

Apoye mi cabeza de lado sobre la ventana mirando el camino me gusta sentir las vibraciones del auto masajear suavemente mi cuerpo, me ayuda a calmarme, estoy preocupado por ti...
Han pasado ya cuatro años desde que te separaste definitivamente de ella, y tres de que te conozco...
Y aun no sé si has podido olvidarla.
No es que te culpe, para ti debió ser un trauma... pero aun así, por dos años me dio un poco de rabia el modo en que te encerraste en ti mismo.
Y cuando comencé a verte salir con otras mujeres, casos que no duraban más de una semana, fue que me di cuenta del terrible dolor que me causaba verte sonreír a alguien más. Soy un egoísta que se dio cuenta demasiado tarde de que te amaba.
Y llevo un año callándolo, porque prefiero tenerte como amigo a perderte para siempre, y sabiendo cómo es tu carácter... no dudo de que eso es lo que pasaría.
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-desliz, desliz, desliz y... la mano! 1,2,3,1,2,3...-con pequeños aplausos la castaña con su poco imponente delgada y esbelta figura se encargaba de mantener el ritmo chocando apenas sus palmas.
-ok, tomen cinco minutos...- dejo descansar a las bailarinas un segundo, todo aquel jaleo de los ensayos para lo del día del profesor le estaba resultando en un estrés bien poco agradable, y su tarea no terminaba ni siquiera cerca...
-como vamos con las partituras?-se acerco a otro grupo de chicas, que a un lado de un piano corregían a tachones la maltratada hoja de papel que contenía la melodía original, mas las notas que ellas habían agregado.
-vamos a usar los acordes vocales en base a la izquierda de piano y no los de guitarra, así que...- Airi echo un vistazo más a lo que hacia perdiéndose en la lectura de los papeles.- si hacemos el tema de paramare y el de lily allen, quedaríamos en que Kanon saca la tercera alta, Tsukiko puede tomar la tonical, la quinta la queremos para Ayumi y íbamos a dejar la tenor para Koda, pero...-
-pero?-
En ese momento la nombrada apareció detrás de la que organizaba las voces, iracunda. Miko soltó un suspiro mientras se esperaba lo que seguía, y tenia razón.
-YO no voy a hacer ningún acompañamiento! disculpen pero, aquí el talento soy YO.- la morena alzo su dedo arrogantemente mientras balanceaba su menton de un modo bastante desagradable, ella siempre me ha causado algo de repulsión, y por el modo en que Miko se esta tensando, parece sentir lo mismo.

-comprenderás que este tono le queda mucho mejor a una mezzo como Tsukiko, y..- admiro la paciencia de esta chica
-perdón? parece que no me oíste?-... y a ella comienzo a odiarla. Me acerque un par de centímetros mas la espalda de la castaña por si su paciencia no le llega a los puños
- YO tomare la voz principal y fin de la discusión, yo soy Beyoncé, Aretha, todas ellas juntas me llegan a los talones cariño, no tienes como compararme.- chasqueo los dedos enfrente de la chica que tenia de espaldas a mi, pude apreciar claramente como su puño cerrado temblaba, yo de ser ella la tendría nockeada hace rato...
disimuladamente me acerque y pose ambas manos en sus hombros masajeando suavemente su delicada espalda con mis pulgares para tratar de relajarla, no quiero ver correr sangre tan temprano en la mañana... y menos mal estoy aquí para apoyar a este bombón, o estaría matando al resto de las chicas ahora mismo.
-no, creo que eres tu quien no entiende- su tono de voz me asusto al tiempo que me dio bastante que pensar, podía oír el tono de somnolencia que producía lo que masajeaba en su espalda, pero a la vez eso volvía su enojo algo... tétrico.
-oye, Kumi, "cariño"- el tono violento que uso la rubia que recien entraba para llamarla por el apellido me asusto un poco, a ella nadie la estaba controlando...- deja de hacerte la perra, que todos sabemos que lo eres- me quede ahí mismo sin saber qué hacer, yo no sabía que estas chicas eran tan... salvajes entre ellas. El segundo medio ha de ser un lugar de temer, agradezco pertenecer a otra generación.
-me gusta la envidia cariño, anda, sigue.- la desafió la otra, era interesante mirar pero a la vez, yo nunca me he involucrado en pesadeces de este calibre...
-quieres que siga? pues sigo. Tsukiko!- chasqueo los dedos, y como mandada por la voz de la chica, apareció la nombrada que venía desde donde las bailarinas con aguja e hilo aun.
-lo siento! voy tan rápido como puedo, pero la vasta...-
-no es por los vestidos guapa, acá te necesitan.-para mi sorpresa fue Miko quien hablo, para luego retroceder y dejar pasar a la rubia Ayumi, quien fue hasta el piano de cola y señalo a Tsukiko que la siguiera. Kumi avanzo por si misma hasta ponerse a una distancia alejada de ellas, como para presenciar en detalle, y lo que se dice innecesariamente prudente de Miko y de mi, que estaba ocupada masajeando sus omoplatos discretamente. Aun sin ser la involucrada, podría haber cortado la tensión con un cuchillo de lo espesa que era.
Tsukiko comenzó la introducción de esa canción que había oído varias veces en la radio, la misma que Miko me conto que ellas habían elegido con las chicas de primero y tercero para interpretar y cantar.
-sometimes i find myself, sitting back and reminising...- la bella voz de Tsukiko surgió entre el piano y el ruido de las conversaciones de las bailarinas, casi me muero cuando note lo dulce y frágil que sonaba, pero exitisía, tomando la posesión del ambiente, subsistiendo sobre todo... siendo ella el micrófono parecía una broma de mal gusto.
Estaba oyendo como embobada, no me di cuenta cuando deje de mover mis manos y las deje quietas sobre los hombros de Miko. Pero apenas lo noto me miro hacia atrás, sonriendo de... de ese modo.
De ese modo que no me deja dudar de que es naturalmente coqueta, y que me trae a rastras tras de ella quiera o no.
Sujetando mis muñecas retrocedió hasta recostarse en mi pecho dejándome cargar todo su peso, y cruzando mis manos sobre su estomago luego.
Se acomodo a sus anchas sobre mí, hasta recostó su nuca en mi cuello, y luego se quedo mirando hacia el frente, mientras yo rogaba porque no pudiese oír mi corazón expulsar nerviosismo de ese modo que parecía infartante.
Llego el coro de la canción y sus manos seguían sujetando las mías sobre su pequeño estomago, comenzó a tararear despacio otra voz, diferente a todas, que solo yo podía oír, porque estaba a una distancia hastiarte de sus labios.
decidí que si me dejaba estar así no iba a rechazarlo. Aunque quizás sepa que ella me gusta o lo sospeche y luego me odie, soy egoísta, no quiero cambiarlo. Mientras ella me lo permita, la quiero para mí.
Calce su cintura a mis brazos con la firmeza que antes se escondía tras la timidez, y la apegue a mi cuerpo mientras hundía mi rostro en la suavidad rosácea de su pelo, su aroma suave, como a ternura.
Solo la acaricie levemente, conteniéndome, con el costado de mi rostro mientras me maldecía por lo mucho que la quería.
Mientras sentía como mi corazón se detenía igual que su canto. ¿por qué? solo con eso ha detenido el mal disimulado fluir de este sentimiento, y siento que de nuevo hay un abismo vacio.
Es ese abismo que me aleja de ti y lo hará por siempre. Mientras lo que siento no sea lo "normal" y lo que no pase de una amistad.


Yo deseo más que eso.


Acabo la canción y tan rauda como se acerco se fue, saltando de mis brazos grácilmente para unirse al grupito que se volví a reunir y me dejaba de lado de nuevo.
Estoy en este ensayo solo porque tú me pediste ayuda. El que todos me ignoren porque no me conocen, y porque soy mayor, es muestra de que no tengo nada que hacer aquí.
Pareces ocupada, y se ve difícil molestarte…
Paseo mi mirada por el teatro, en el escenario están practicando las bailarinas, al costado del piano están ustedes discutiendo, y en las butacas están los hombres de primero y segundo que no están en los pasillos haciendo pavadas; lo que se resume a Akira, Shima, Takanori y compañía. Aunque podemos decir que el grupo se divide en “Akira, Shima” y “el resto” aparte. Me rio ligeramente de lo tontos que son, y entonces recuerdo lo sentida que estoy.
-Miko...- murmuro rondando tus espaldas, volteas porque tienes un oído finísimo, y discretamente te sales de la discusión que se ha armado. Han logrado sacar a Kumi y ella no parece muy agradada con la idea...
-muchas gracias, todo avanza mucho más rápido cuando me ayudas...- me agradeces sonriendo, y me dejas ver un simpático movimiento de tus ojos que me hace sonreírte de vuelta aun con el trago de tristeza. Me siento incómoda aquí, Si me sigues rechazando de ese modo, aun cuando ni siquiera es un rechazo con todas sus letras.
-no he hecho nada más que tratar de ceder entre las discusiones.- me excuse, y era cierto-debo volver a mi salón, ese curso podría venirse abajo sin un poco de disciplina- aunque no soy precisamente la disciplina personificada.... joder, quiero correr de aquí.
-qué? ya te tienes que ir?- percibí cierto tono de tristeza en su voz que solo logro confundirme más.- por favor, quédate... no lo lograremos, no lo lograre a tiempo sin ti...- no hagas eso, por favor, no hagas eso...
-...tengo que volver- decidí, intente ser firme.
-pero ve a verificar y vuelve...- eso es una exigencia- por favor, vuelve... si? Omii...- no digas mi nombre, joder!
¡¿Como carajo me metí en este lio?!
La mire a los ojos, le dedique un enfadado "me gustas" mental, por todos los que no le diré.
-volveré en un momento entonces...- dije, rendida e incapaz de fastidiarme con ella
-te esperare- me tomo la mano, me tomo la mano... quiero llorar, deja de hacer esto!
Estoy anclada a su mano, no puedo moverme, no puedo...
-así que por favor vuelve, necesito que me ayudes...- esa cara de cachorro, esa puta manera de manipular!!
...ella es mi perdición.
Voltee apenas dejo su agarre, la oí brincar, feliz como siempre de vuelta a su grupito, mientras yo salía del teatro corriendo la espesa cortina aterciopelada roja.
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La clase de arte es sin duda un espacio para relajarse, algo que yo por desgracia no logro hace tiempo, pero aun así me alegra un poco ver a todo el mundo tan despreocupado...
Me sigue apesadumbrando este dolor, y el porqué, no tengo la menor idea, porque todos mis bocetos se parecen a el...
Siento los ojos del chico este, un par de mesas mas adelante pegarse en mi, una y otra, y otra vez...
No me molesta cuando lo hace, pero me duele saber que ya no es lo mismo... y quizás no vuelva a serlo...
Subo la mirada un instante, solo un corto instante para darle un vistazo. De nuevo tiene esa cara de enamoramiento que tanto odio...
Suspiro y vuelvo la cabeza a mi retrato, y una vez más, dolido compruebo que es igual a él. Yuuto aun no sale de mi cabeza, y no creo que sea así por un buen tiempo...
Las memorias comienzan a correr, y yo las dejo fluir. He aprendido hay momentos en que tratar de luchar contra mi depresión es inútil, y solo debo esperar a que cure con el tiempo.
...aun así es tan doloroso...
Siento algo liviano impactar sobre mi hombro, rebota en la mesa, me fijo que es. es una bola de papel arrugado.
Levanto la vista de nuevo, y veo a Takeru que otra vez me mira con ese rostro, solo que ahora lo cambia radicalmente a uno molesto y me hace un gesto que no entiendo. Lo ignoro.
Debo ser de hierro con él, por respeto a lo que alguna vez tuvimos.
Sigo repasando el contorno de esa hermosa nariz que recuerdo tan bien, parezco un viejo que recuerda memorias perdidas....
Siento ruido enfrente de mí, levanto mi vista de nuevo, Takeru está moviendo una de las sillas para ponerla al lado contrario de la mesa y sentarse frente a mi. gruño para hacerle saber que no me hace gracia su juego.
-conversemos.- me dice en un tono algo raro
-sabes que no tengo nada que hablar contigo...- le dije lo mas desagradable que pude
-convérsame de algo!-
-mira, si es de nuevo por qué quieres que yo...- levante mi mano para explicarme con un gesto, pero él la bajo con la suya de inmediato, casi violentamente.
Quede sin habla, que había sido eso?
-joder byonbyon, me tapas la visual!!- susurro un poco fuerte escondiéndose después tras de mi silueta y mirando por sobre mi hombro.
Lo mire a los ojos a tiempo cuando soltaba esa risita tan conocida para mi...
Es posible?
Será posible?

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El primer aniversario del fatídico día que marco tu vida, ese día te conocí...
Mi mejor amigo me llamaba con un caso crónico. Me sorprendió que me pidiera ayuda, cuando el teniendo un titulo de psicólogo nunca se había enfrentado a nada que lo derrotara en lo absoluto.
Al llegar comprendí porque no podía contigo. Lo que tu necesitabas no era un medico, era un amigo...
Y tú no querías hablarme al principio.

Pasaron los días, en que te tuvimos en observación para evitar otro intento de suicidio, y seguías sin abrirte, parecías bastarte con tu odio, con tu resentimiento... con todo lo que te seguía haciendo tanto daño.... Hizaki me conto tu caso, me conto también que eran colegas de la facultad y que tu le habías llamado solo porque era el numero que había encontrado primero en su agenda.... de no ser por esa casualidad... y si no fue una casualidad...? quizás era tu destino no morir ahí, a manos de la malvada cuerda que te tentó. Yo sé que mi destino era conocerte, y llegar a amarte.
Porque todos tenemos a alguien que nos ame... y a ti nunca nadie te amó.
Abandonado al nacer, saliste adelante a costa de mucho esfuerzo, y luego ella... ella te abandono del modo más cruel una navidad... y luego de eso odiaste al mundo lo suficiente como para que nadie quisiera acercarse... Hizaki fue el único que te tendió su amistad, parece tener una atracción por los fracasados como tú y yo... y yo... yo creí hacer lo mismo...
Y ahora te amo tan locamente, tan desesperadamente que soy capaz de masoquistamente mantenerme a tu lado cada día, observándote, suspirando por ti y cegándome al mundo, sufriendo, sufriendo, sufriendo horriblemente pero aun queriendo seguir a tu lado en silencio... estoy tan seguro de amarte que no puedo siquiera pensar en la posibilidad de alguien mas...
Porque mierda tienes que ser hombre.

-te pasa algo, yosh?- miro a mi lado sobresaltado, Hizaki ha abierto la puerta y ni lo he notado, hemos llegado... hemos llegado y no lo note.
Mi corazón comienza a latir con fuerza, solo con ver la reja, solo porque se que estas allá, adentro de esas paredes, si querer quedo mirando fijo tu portón. Siento la mano de mi amigo e mi brazo, el me entiende, imposible no hacerlo con tantos años conociéndome...el sabe lo que siento.
Ok yosh, ármate de valor, sonríe otra vez.
Ese hombre fatal lo que necesita ahora es un amigo.
...y yo seré su amigo mientras sea lo que el quiere.
Yo seré lo que él quiera.
-¿tocaste el timbre?-Hizaki ha preguntado a "kiki"
-no abre...-dijo con poco interés, mire con urgencia a Hizaki, eso definitivamente era mala señal.
Se encaramo a el asiento del copiloto a buscar su bolso, el y yo teníamos copia de su puerta por si las dudas, pero yo no traía la mía.
Salí del auto y mi amigo también, pase a un lado del castaño oscuro, que sacaba sus cigarros y un encendedor, dando a entender que esperaría afuera.
Abrió el portón y recorrí el estrecho caminito de pavimento que separaba el portón de la casa, ha descuidado sus dalias.
Mire con impaciencia la mano de mi amigo mientras abría frente a mi la puerta, finalmente la cerradura dejo su tacañería y se abrió despacio, en silencio.

Todo adentro... todo era un absoluto silencio.
Las paredes todas blancas, todo mortalmente ordenado, todo tan inhóspito, tan Hide.
una vitrina con los trofeos que el mismo ha ganado y los que han ganado los equipos que el entreno, lo único que lo apasiona desde....desde lo que sucedió aquella vez.

Mire algo fuera de lugar, algo arrollado en el piso, su...camiseta.
Durante los meses de encierro en su casa solía encontrar mucho estas cosas, llegue a transportarme en el tiempo al verlo.

Como yo me encargaba de limpiar y Hizaki de cocinar, y por ello ambos estábamos atendiéndolo todo el tiempo, apenas una señal como esa aparecía sabíamos que debíamos correr arriba, y detener el sangriento ataque que Hide se provocaba a sí mismo, arrastrando navajas por su espalda.
Aun cuando le quitamos las navajas... cuchillos, tijeras, llego a sacarle filo a las cuerdas de su guitarra. Todo servía cuando su instinto destructor se activaba. Cuando se autodestruía... me destruía a mí de paso. Nos destruía, a las únicas dos personas que les importaba de verdad que pasara con él.

Logramos que le quitaran la vigilancia pero aun así nos mantuvimos en su casa; Hizaki le encontró una plaza en el colegio donde trabajaba, como profesor de gimnasia, y eso estaba bien pues siendo un recién titulado, no podría pedir mas tampoco.
Y al poco yo pedí un traslado desde mi colegio también, y al tiempo vivimos a nuestras vidas, con una que otra recaída y con un nuevo amigo realmente especial...
Íbamos entrando a su pieza, especialmente lúgubre cuando el sonido de una puerta me hizo parar los pelos
-hombre, que dolor de cabeza...- me voltee a tiempo para verlo salir del baño de la segunda planta apenas en bóxers, masajeando su hombro derecho con su mano izquierda mientras hacía crujir su cuello... tan típico de el.
-dolor de cabeza te voy a dar yo, criajo!!-pude respirar tranquilo al ver su espalda desnuda y sin cortes abiertos y aunque no lo demostrara, Hizaki también. Ahora venia el sermón de papa-mama preocupado... me alegra que este bien. Para disimularlo me paseo un poco por la pieza escuchando el principio de la avalancha de hizaki~
Me detengo frente al velador, que....carajo?
Levante con dos dedos en pinza eso que... que no se qué seria... bueno si se pero...
-qué carajo paso aquí?- solté con la poca sutileza que estas situaciones me provocan. Dejar un condón usado sobre el velador, no merece ninguna sutileza, si vamos al caso.
Antes de que el pelirrojo pudiera decir nada, Hizaki abrió la boca
-¿qué? joder, tienes idea de la hora que es?! Hasta que hora estuviste cojiendo anoche?? ¡¡Irresponsable de mierda!!-
-que se preocupan, de todos modos hoy entro a las diez...- dijo agarrando su camiseta del piso, cuando se agacho pude ver con una punzada de dolor las largas cicatrices que yo mismo intente cerrar hace solo años
Mire mi reloj intentando no agravarme- y son las doce y veinte...- dije en un tono que pretendía ser ligero.
-qué?- dijo "sorprendido"
Si tan solo actuara mejor...
Hizaki se llevo una mano a la frente, como cada vez que este chiquillo le colmaba la paciencia a las justas.
Ni siquiera es que sea tanto más joven que nosotros, pero nos gusta sacárselo en cara siempre que se quiere pasar de listo.
Salió de la habitación cogiendo su teléfono del bolsillo, no era necesario preguntar, iba a llamar a la directora.

seguí hurgando otro rato en el velador, encontré un papel y lo levante frente mis ojos mientras él se vestía al otro lado de la cama.
-ah, hasta te dejo su número...- dije impresionado, sus amoríos no duraban mas de... francamente, media noche.
Hizaki entro por la puerta detrás de mi con cierto aire de indiferencia, se quedo mirando el papel sobre mis hombros.
-ah no jodas... mira hasta se molesto en dejar los nueve números- dijo con un asombro sarcástico.- así que no era una prostituta?- dijo sonriendo con sorna, reí por su comentario, siendo Hide, quizás hasta era capaz.
El se acerco molesto y me quito el papel de las manos; lo iba a guardar pero quedo mirando y luego nos lo enseño de frente.
-para que lo recuerden; así se ve cuando una chica te deja el numero.- sonrió con superioridad para luego guardar el papelito en los bolsillos del jeans y abrochar su cinturón después.
Puse los ojos en blanco, tan arrogante. reímos un rato
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Camine a paso rápido, estaba enfadada conmigo misma. Como podía ser tan débil?
Doble la esquina pensando en cómo odiarla, cuando un impacto en mi cuerpo me hizo retroceder y a quien había dado de bruces contra mi caer en el suelo. Mire hacia abajo confundida dispuesta a una disculpa
-disculpa...- dijo ella, robándome la palabra... quede un rato shockeada por varias cosas, primero el lindo tono de su voz, su amabilidad a pesar de que era yo la que iba a paso demasiado arrebatado y segundo; la manera en su imagen contrastaba shockeantemente con todo eso.
Era una chica no muy alta, de pelo entre castaño y negro, no sé si natural o teñido. Mucha sombra negra, muchas pulseras de pinchos y mucho cuero en su ropa, y una chaqueta con capucha que tenía sobre la cabeza, mire más detenidamente su rostro.
Era hermosa, y además tenia uno que otro piercing, notándose mas el del labio.
Lo más extraño de todo era que a esta chica, nunca la he visto antes en la escuela, y en esta escuela de escasos casi 600 alumnos, todos nos conocemos entre todos.
Le tendí la mano para que se levantara, después de todo se veía amable... ella termino de recoger sus libros y dudando vio mi mano con extrañeza.
Reafirme mi gesto acercando un poco mas mi mano, luego de verme a los ojos y sentirme examinada por ella, la tomo casi con miedo, soltándose apenas le había dado el impulso para levantarse.
-lo siento, eso ha sido mi culpa- quise comenzar tratando de ponerla cómoda, después de todo, había sido mi culpa, y ella parecía una chica MUY desconfiada.-cómo te llamas? no te he visto antes por aquí...- la mire dudando, ella seguía mirándome con esa desconfianza y extrañeza extremas que me hacían sentir muy pero que muy incómoda. Ahora esa capucha que llevaba puesta además de un objeto fashionable me parecía una especie de coraza que la protegía de todo a ella.
-eres nueva?- intente comunicarme de nuevo, ella solo me observaba, mas luego de otro rato de incomodo silencio...
-soy nueva aquí, acabo de ingresar oficialmente al segundo medio. Mi nombre es Mally, y no intentes ligar conmigo.-
La mire demasiado sorprendida por lo último, que no intente... qué?
-eh?- dije confundida
-eres lesbiana, verdad?- dijo como si fuera cualquier cosa, abrí los ojos enormemente
-E-EH...- tartamudee sin poder destrabarme, mis manos sudaban
-lo supuse, no intentes ligar conmigo por favor.- dijo seria
-y-yo... no iba a hacerlo!- extendí ambas palmas frente a ella, en un instinto natural por intentar defenderme. Entonces ¿si estaba aceptando que me gustan las mujeres? dios, yo estoy mal...
-muy bien. Gracias. Puedes ayudarme a buscar la sala del segundo?-pidió/exigió decididamente. la forma en que ella era segura de si misma resultaba... escalofriante.
-en realidad...- pase un par de fracciones de segundo intentando calmarme, algo como esto no me puede poner nerviosa a mí!! Soy obviamente mayor, esta chica esta por los quince o dieciséis, pero no más. Contrólate, Omi.- voy a la sala del cuarto medio, estoy vigilando un trabajo de mis compañeros. pero luego puedo acompañarte al auditorio si quieres y de paso enseñarte tu sala, esta escuela es bastante grande y...-
-obviando los primeros comentarios, que resultan innecesarios del todo en la busca de la información que quiero, has dicho que me llevaras al auditorio luego de enseñarme mi sala, por lo que asumo que mi curso no se encuentra en su lugar correspondiente. ¿que hacen en el auditorio?-hablo... como una maquina. sabia lo que quería, decía claramente lo que pensaba, era.... terrorífico.
-bu-bueno pues... como debes suponer ya mañana es el dia del profesor y están preparando un acto.- trate de explicar con palabras simples.
-es decir, que en la practica no estamos teniendo clases ahora mismo?- me tomo del brazo sin fuerza, pero con una firmeza impresionante.-porque no me hablas de ello mientras llegamos?- me dedico desde abajo una sonrisa "tímida" que me saco un poco de mis casillas, era demasiado bipolar para mi gusto.


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¡¿Es cierto?!
Takeru se ha enamorado otra vez!! Me olvido por completo!!

Miro a sus ojos, el se sigue ocultando tras de mi silueta. es cierto, esos son sus ojos de enamorado, esa es su actitud de niño mas hiperactivo de lo que ya es, hasta aprieta mi brazo con fuerza y puedo estar seguro de que ni siquiera se ha dado cuenta de que lo hace.

Miro el brillo especial de sus ojos, cuánto tiempo sin verlo así de emocionado... mi Take-chan...
Sonrío ampliamente, he esperado por esto, el ha esperado también tanto... podrá perdonarme?... si no lo daño, si ya no puedo hacerlo sufrir…
¡¡Quiero estar a su lado!!
Busco su mirada con la mía, el finalmente la capta y por un segundo podemos saber que piensa el otro, ha pasado tanto tiempo desde que no nos sentimos como almas gemelas...
El sonríe ampliamente y suelta mi brazo riendo, yo le sonrío riendo disimulado también.
-de cero?- sonrió haciendo un gesto de parsimonia.- un gusto, me dicen Takeru, pero cuando nos hagamos amigos inseparables tu me dirás take-chan.- reí por aquella estupidez, aunque comenzásemos de nuevo... no, aun aunque naciéramos otra vez...

…Tu y yo aun seriamos uno.


-es bueno tenerte de vuelta, tonto- le golpee el hombro suavemente mientras reía por…. De pura felicidad.
-allá, allá~- me susurro mientras se escondía riendo, saque un espejo para tratar de buscar en el reflejo quien había robado el corazón de mi niño.


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