Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My Honey-Honey por Kurenai Mido

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: No se xq me tardé tanto en subir esto! gomen, este no es mi dia... ahora q lo pienso hoy es martes 13, aghh!! Bueno, lean y enterense para donde agarró este fic...
-A ver, repasemos esto una vez más- dijo Tamaki- ¿No quieres que admita clientes?

Estaban el Rey del Host Club y Mori en la Tercera Sala de Música, discutiendo el asunto de los admiradores de Honey. Tamaki creyó entender su motivación.

-¿Temes que Honey se confunda… y comience a gustar de los hombres?

-No exactamente.

-¿Temes que lo seduzcan y lo usen como un objeto sexual?

-Mas o menos.

-¿Temes que se entusiasme con otro y se olvide de ti?

-S… oh, demonios- exclamó Mori al darse cuenta que había caído en una trampa. La sonrisa de satisfacción de Tamaki era odiosa, pero su consejo fue valioso y alentador.

-Mori-senpai, no seas tonto. Honey te adora y eso no cambiará porque los muchachos lo visiten, ¿no te das cuenta? Para él eres especial. Tu tienes un lugar en su corazón que nadie puede ocupar, así que no estés imaginando cosas raras.

-Lo se, pero no me gusta…

-Si tanto temes que te lo quiten, dile de una vez que lo quieres- dijo Tamaki.

-¿Qué yo lo…? No se de donde sacas eso…

-Vamos, no puedes engañarme. Todos nos damos cuenta (y yo mas que todos) que te mueres de amor por Honey-senpai. No lo cuidas solo porque sea tu primo, lo haces porque te preocupa y deseas su bien. Lo repito, si temes que te lo quiten confiésale tu amor.

Mori lo pensó mucho y con seriedad. No serian colegiales para siempre, tal vez había llegado el momento de ser sincero con Honey y con su propio corazón. El problema era que no tenía valor, y se dejaba influenciar por los comentarios maliciosos de Kaoru y Hikaru. Según ellos, el rubiecito era demasiado ángel para los mortales, y ni siquiera el podría alcanzarlo. Mori lo creía: toda su vida había consistido en cuidar de Mitsukuni, había crecido viéndolo como a un superior (aunque no fuera así), y era difícil deshacer esa imagen que lo paralizaba para abrir su alma. Atormentado, vagaba por el Host Club como anima en pena, cosa que terminó de impresionar a Honey.

…ste no alcanzaba a comprender que lo que sentía Mori hacia su persona era amor; al no saberlo, no sabia tampoco como lo lastimaba al reír junto a sus admiradores, sobre todo con Yuu Murakami, quien había vuelto mas seductor que antes. El peliazul lo había elegido como anfitrión favorito y Honey, inocentemente, lo anunció orgulloso a sus compañeros.

-Yuu-chan me ha prometido venir todos los días por mí, ¡es todo un caballero!

-Ah, y, Honey-senpai, ¿el te gusta?- preguntaron los Hitachiin.

-¡Claro que si! Yuu-chan trajo su propio conejo ayer, ¡es muy lindo! Nosotros…

Todo era “Yuu-chan esto, Yuu-chan lo otro”. Mori desistió de decirle a su querido Mitsukuni lo que sentía por el al verlo tan entusiasmado con el heredero de la familia Murakami, creyendo que de verdad le gustaba. Si Honey se había enamorado, él no tenía derecho a entrometerse, por mas que eso le rompiera el corazón.

La única que se puso de su parte fue Haruhi, quien no tenía la maldad de los gemelos ni la avaricia de Tamaki y Kyouya, que hasta le habían hecho un sitio de honor a Yuu en la sala. La chica se le acercó con simpatía y aliento.

-Mori-senpai, ¿desde cuando amas a Honey-senpai?

-Desde siempre- contestó el con un suspiro.

-Supongo que habrás tenido tus motivos, pero creo que has hecho mal ocultándoselo tanto tiempo. ¿Y si el siente lo mismo por ti y están desperdiciando su oportunidad?

-No lo creo- sonaba abatido- Honey solo me ve como su mejor amigo. Creo que es Yuu quien le gusta, por eso se pone tan nervioso cada vez que viene. Si… así debe ser.

-¿Y eso que significa? ¿Vas a rendirte sin haberlo intentado ni una vez?

-Haruhi-san, antes de oír un no de Mitsukuni prefiero morir- afirmó Mori dramáticamente- no puedo hacer nada, ya es tarde para mi…

Haruhi, la tranquila y serena, se levantó de golpe y abofeteó a Mori con todas sus fuerzas, dejándolo estupefacto. Lo miró con dureza.

-Si así piensas en verdad no te mereces a Honey-senpai. ¡Hábrase visto! ¿Qué clase de amor es el tuyo que no te atreves ni a confesarlo? ¿Qué demonios te hace pensar que Honey preferirá a un extraño antes que a ti, que lo has cuidado toda su vida?

-Haruhi-san…

-¡Si eres demasiado cobarde para intentar conquistar al chico que amas, luego no te quejes que el prefiera a otro!- Lo agarró de la corbata, un poco desquiciada.- Escucha bien, Mori-senpai, cualquier cosa es mejor a vivir el resto de tu existencia con la duda de si podría haber sido o no. ¡Así que ahora no seas perezoso, mueve el trasero y vete a por Honey, dile que lo amas y no dejes que te lo arrebaten así nada más!

Finalizado su discurso, Haruhi lo soltó y bufó, yéndose a cumplir con sus clientas mientras Mori absorbía el mensaje. La duda… la eterna duda de no saber que pensaba y sentía su primo. ¿Cabía la posibilidad que lo quisiera de igual forma que el lo quería? ¿Y si era así y por callarse lo arrojaba a los brazos de Murakami?

-No dejaré que otro se lo lleve- se dijo a si mismo con firmeza. Tras tomar esta resolución y despertar a la realidad que Haruhi le había expuesto a cachetazos, se levantó y fue a la Tercera Sala de Música por Honey, dispuesto a todo. Y lo primero que vio fue al rubiecito entre lo brazos del peliazul Yuu, riendo. En otra ocasión habría huido llorando de esa escena, pero ahora no reaccionó con melancolía sino con furia.

-¡Oh, Mori-chan, mira, Yuu trajo su oso de felpa…!

Sin oírlo, Mori se le acercó y lo levantó por la cintura, mirando a Yuu con desafío.- Voy a llevarme a Mitsukuni y no te atrevas a seguirnos, ¿me oíste?

-¡Que significa esto?- inquirió Yuu, estupefacto.

-Que no dejaré que seduzcas a Honey. El nunca será tuyo.

-Mori-chan…- murmuró el niño, impresionado por su actitud, mientras el mayor lo sacaba de allí sosteniéndolo aun por la cintura con ambos brazos. Mori abrió de una patada la puerta del primer cuarto que encontró, y allí se toparon con Kaoru y Hikaru. Los dos se estaban besando apasionadamente contra una columna de mármol, acariciándose por todas partes… Kaoru gimió al sentir como su hermano le mordía el cuello.

-Nyahh, hermano, mas fuerte, no te contengas… hazme de todo…

-Tranquilo que lo haré, mi querido, te voy a dejar como ****, te voy a comer la **** de a poco y te voy a meter mi **** tan fuerte que **** y después vas a correrte tan fuerte que gritarás como un demente, y entonces volveré a ***** por detrás y a chuparte todo el cuerpo mojado de mi *****, ¿te gustaría, mi amor, hermanito?

-¡Ahhhh, Hikaru-kun, que grosero!- chilló el rubio.

Al darse cuenta que los habían pescado los gemelos se quedaron paralizados de miedo.

-Eh… esto no es lo que parece- dijeron a dúo.

-No me importa lo que hagan- sentenció Mori- salgan. Quiero hablar con Honey a solas.

Hikaru tomó a su hermano de la mano y lo sacó de allí a la rastra, y cuando se huno asegurado que estaban bien lejos Mori soltó a su compañero (1/4 shockeado por lo que acababa de ver). Sin embargo, el menor recordó pronto porque estaban allí.

-Mori-chan, ¿Por qué estás enojado conmigo? ¿Qué hice que te molestara?

-¿Recuerdas lo que te dije sobre que los chicos venían aquí para seducirte?- preguntó despacio el mayor (en altura)- no me hiciste caso y ya ves como ese Yuu se cree con derecho a abrazarte, cuando…- se le acercó hasta tenerlo contra la misma columna contra la que hace un rato Hikaru tenia a Kaoru- el único que tiene derecho a hacer eso soy yo.

-¿A que te refieres? Mori-chan, tú…

-Honey, ¿es que acaso no te das cuenta de lo que me pasa? ¿Eres en verdad tan inocente o solo estás jugando conmigo? Mírame, mírame bien a los ojos, y date cuenta de una vez…

Honey tenía el rostro de su primo a tan solo centímetros de distancia del suyo, y pudo ver su mirada profunda, cosa que lo hizo enrojecer por primera vez en su vida. Mori nunca lo había mirado así, con esa dulzura, y su corazón comenzó a latir más fuerte al sentir su aliento cálido sobre sus labios. Eso le hizo sentir un calorcito en todo el cuerpo, palpitaciones, y… ah…

-Mori-chan…- tras susurrar su nombre el rubiecito se estiró un poco y lo besó en la boca, sorprendido de si mismo pero conciente que eso era exactamente lo que quería y debía hacer. Mori solo tardó unos segundos en rodearlo por la cintura y profundizar el beso, estrechando ese cuerpo delgado contra su pecho y gimiendo de la excitación. Al sentir como su lengua rozaba a la de Honey sufrió una erección inmediata, que aceleró las cosas entre ellos.

Lo tumbó con delicadeza sobre un sillón doble, sin dejar de besarlo; Honey no supo como reaccionar ante esa actitud tan apasionada, solo supo gemir de deseo con cada caricia, con cada roce, con la forma en que Mori le bajaba los pantalones y lo ponía de espaldas.

-Mitsukuni, quiero hacerte mío, te amo y te deseo… deseo tu cuerpo…

-Mori-chan, yo… lamento no haberlo notado antes, fui tonto. Haaa, que fríooo…- se quejó al sentir como los dedos de su primo le lubricaban la entrada con ímpetu. Ni bien terminó con eso se desabrochó el pantalón y extrajo su propio miembro, guiándolo luego al interior de Honey y comenzando una lenta y erótica penetración. Le acarició el cabello rubio, contento, sin caer en la cuenta de sus impulsivos actos; lo único que percibía era el exquisito placer de sus estrechas caderas, que parecían las de un niño de diez años.

-¡Haaaa, Mori-chan, que agradable es esto!- exclamó Honey al sentir como le lamía el cuello.

-Ni que lo digas… oye, por cierto…- bajó la voz- soy tu único hombre, ¿entiendes? Nadie más que yo puede besarte, y tocarte, y hacerte el amor. Jura que seré siempre el único.

-¡Lo juro!- exclamó el menor, extasiado- ¡Mori-chan es mi único hombre!

-Así es mejor. No necesitarás a ningún otro mientras yo esté aquí.

Hasta que punto influyó que pareciera un niño pequeño en su libido de shotafan, no lo sabía. La cuestión es que eyaculó de una forma extremadamente generosa dentro de el, con una sonrisa de satisfacción al oír sus débiles jadeos y su propio semen manchándole el vientre y la mano que le había metido entre las piernas. Se llevó los dedos a los labios y lamió ese líquido vital, fue tan delicioso que continuó con el propio cuerpo de Honey, bebiendo todo rastro de semen que encontrara. Lo que el rubio dijo, una y otra vez, fueron las palabras más hermosas que había oído en la vida y que de seguro recordaría por siempre.

-Te amo, Mori-chan, te amo…


(Al día siguiente)


-¡Kyaaaaa, son Mori-senpai y Honey-senpai!- gritaron las clientas al verlos entrar. Yuu iba a la cabeza esgrimiendo un DVD en cuya tapa Mori vio una foto de él y su pequeño Mitsukuni abrazados contra la columna.

-¡Este material es lo mas genial que vi en mi vida! ¡Honey-senpai, te felicito, ojalá seas muy feliz!

-¿Pero que… que es esto?- exclamó Mori sin comprender. A lo lejos vio a Kaoru y Hikaru, sentados ante un mostrador, vendiendo DVD a lo loco, riéndose como maniacos.

-¡Pasen, pasen por favor, todavía hay mas en el deposito! ¡Ninguna se quedará sin su copia! ¡La primera vez de Honey-senpai con su primo Mori, compren, vamos!

-¡IDIOTAS, LOS VOY A MATAR!

El grito de Mori puso a los Hitachiin a correr por todo el colegio, y Honey rió encantado junto a Haruhi y Yuu de que su novio fuera tan pero tan especial y celoso. Ahora si que entendía que todo eso era porque estaba enamorado de él.


Fin
Notas finales: Y asi me despido con una reflexión, como puede ser que Mori no haya aprovechado antes para trincarse a Honey si este nenito es tan complaciente? Es q todos estaban ciegos? jajaja las cosas de la vida, ese amor latente, God! Bien, diganme q les parecio... sayounara!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).