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Por quien late mi Corazón por Zafira

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Notas del capitulo: Hola, como ya lo tenía escrito, pues aquí dejo la conti… espero que les guste… Besitos…

Capítulo 1º: Partida

 

¡Como le dije von Bielefeld… en una de mis reencarnaciones fui comandante del ejército, y un excelente espadachín! – Murata hablaba con altanería cuando fue completamente capaz de defenderse de uno de los ataques de Wolfram…

 

¡Pues lo supo ocultar muy bien, Gran Sabio… antes juraba que usted era incapaz de siquiera levantar dignamente una espada! – el rubio se volvía a poner en guardia, sus hermanos y muchos de sus soldados observaban el entrenamiento con curiosidad…

 

Tanto Gwendal como Conrad, les agradaba ver a su pequeño hermanito con tanto espíritu al enfrentar al peli oscuro… también se sentían agradecidos con este, no sólo por la ayuda y el apoyo que le había brindado a Wolfram desde la partida de Yuuri, sino por el esfuerzo en conseguir que este, salga de la gran depresión en la que había caído cuando volvieron de la Tierra.

 

Sin embargo, eso parecía ya cosa del pasado… el menor de los hermanos había demostrado ser un buen rey, sus dediciones eran muy sabias… nunca hacía ninguna cosa precipitadamente, eso también por la influencia del Gran Sabio… Shinou también le brindaba su consejo y protección… entre los habitantes del pueblo makoku, corría cada vez más fuerte, el rumor de que el tercer hijo de la 26º Maou, era, sin lugar a dudas, la reencarnación de Shinou.

 

A pesar de la buena gestión del rubio, la guerra aún no había acabado, su enemigo, el nuevo rey de Gran Shimaron parecía no estar dispuesto a darse por vencido… aunque ahora, no sólo reclamaba a Shin Makoku como una provincia más de su reino, luego de un enfrentamiento que se libró en el campo de batalla, entre él y Wolfram, este había proclamado, que no sólo tomaría como suya las tierras de los mazokus, sino que también tomaría como suyo, a Wolfram…

 

¡Nada mal… nada mal! – murmuraba el 28º Maou al ayudar a su contrincante a ponerse de pie… - ¡Es usted muy bueno, Gran Sabio… por lo menos eso me da la certeza de que si yo faltara, Shin Makoku estará a salvo bajo su protección!

 

¡Jejeje… pues mientras yo este aquí… protegeré a Shin Makoku… y a su rey! – aquellas palabras el peli oscuro las dijo suavemente al oído del rubio, quien pareció avergonzarse he intentó imponer algo de distancia entre ambos, aunque la mano del oji negro en su brazo, se lo impidió…

 

¡Por favor, Murata! – susurró el oji esmeralda, mirando directo a las orbes oscuras del otro joven, quien sonrió antes de soltarlo…

 

¡Disculpe…! – Murata observó a los presentes, sabia ya que sus actitudes habían hecho surgir rumores de romance entre el Maou y el Gran Sabio… él tenía la certeza que si ese rumor fuera cierto, el pueblo entero de Shin Makoku rebozaría de felicidad, pero también sabia que el motivo por el cual debía seguir en su papel de amigo y consejero, era por que el joven rubio, a pesar de todo, en su corazón… aun le guardaba fidelidad a Yuuri… - ¡Creo que ya es tiempo de ir al castillo… hoy es el día en que iban a llegar novedades de la princesa Greta…!

 

¡Así es Wolfram… tu hija debe estar por volver! – Conrad habló con su habitual amabilidad…

 

En el rostro del rubio se formó una sonrisa y sus ojos brillaron con la simple idea de volver a estrechar a su pequeña… aunque Greta era todo, menos una pequeña… tenía casi veintidós años, era una mujer hecha y derecha… sin embargo, él la amaba como su hija… y ella, lo amaba a él, como su padre…

 

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La noche era tormentosa, quizás por los eventos que reinaban en la nación, era que aquellos relámpagos podían alterar los nervios, incluso las de él… intentó concentrarse en los recuerdos de esa tarde, no podía negar que se sentía feliz por la próxima visita de la princesa Greta, sabía que esa visita alegraría al rubio, la imagen de esa sonrisa era casi lo único que lograba apartarlo por completo de la realidad… cerró los ojos plenamente consiente de que el sueño al fin estaba ganando la batalla… hasta que…

 

¿Quién anda ahí?... – Murata se incorporó en su cama… miró fijamente en dirección a la puerta, la sintió abrirse y luego cerrarse… se había colocado rápidamente sus anteojos, cuando un rayo que iluminó su habitación le mostró quien era el invasor… - ¿Wolfram?

 

El peli oscuro no pudo disimular su sorpresa, solo a unos pasos de la puerta se encontraba el antiguo príncipe de los demonios, actual Maou… este lo miraba algo apenado… una sonrisa se dibujó en los labios del Gran Sabio… destapó una parte de su cama, haciendo una clara invitación al rubio… este subió lentamente al lecho, Murata lo cubrió con las mantas…

 

¡Esta muy ruidoso! – susurró el joven rubio excusando su visita…

 

¡Si… lo está…! – el oji oscuro se quitó los anteojos, observó al ex príncipe que estaba recostado mirando también hacia él… - ¡Qué agradable tenerlo en mi lecho, mi rey!

 

Wolfram se acurrucó en el pecho del sabio, quizás solamente tres veces, incluyendo esta, el rubio había ido en busca de compañía para dormir… en esa ocasión el motivo era simple… sentía nostalgia del calor de alguien a su lado, se sentía sólo y la tormenta no lo dejaba dormir tranquilo…

 

¡Yo… voy a cuidar de ti…! – Murata sabía que en la mañana despertaría solo, y que aquello no pasaría de un hermoso sueño, rodeó el menudo cuerpo con sus brazos… era como tener a Shinou y a Rufus a la vez… sonrió ante eso… no lo soltaría esa noche… y le obligaría a permanecer a su lado hasta que él decidiera que podría irse…

 

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Despertó totalmente aprisionado por el Gran Sabio, en vano intentó librarse del agarre, parecía que sólo podría librarse cuando el peli oscuro despertara. Sabía que lo que hizo no estaba bien, y sin embargo, necesitaba tanto de sentirse protegido… era humillante admitirlo, pero le asustaban un poquito los relámpagos… no supo en qué momento, pero Murata despertó, sin pensarlo el peli oscuro, rozó sus labios, primero superficialmente, más cuando el rubio levantó la mirada para enfrentar la de del oji oscuro, este aprovecho la conveniente posición para asaltar esta vez mas profundamente los labios de quien, debido a la impresión, abría grandemente los ojos, dejando ver sus bellas esmeraldas.

 

¡Murata! – Wolfram intentó poner distancia entre ambos, pero parecía que el otro joven, no tenía intención de permitírselo… es más, colocó al menor de espaldas sobre la cama, colocándose encima, mientras seguía besándolo… - ¡No…!

 

¿Por qué…? – el sabio se separó un poco al hacer esa pregunta, miró sentido a los ojos de quien yacía debajo suyo - ¡Olvídalo… es tiempo que lo olvides! – aquellos ojos llenos de lágrimas lo detuvieron, aquello fue muy osado, él lo sabía… pero - ¡Esta bien… lo siento, von Bielefeld!

 

Wólfram pudo observar cómo el sabio se incorporaba del lecho y se dirigía a los baños… notó cierta desilusión en la mirada del peli oscuro, antes de que esta se ocultase tras sus gafas… sin embargo, él estaba seguro, que también había enfado en aquella expresión.

 

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Llevaban horas reunidos, los Diez Nobles habían llegado sin previo aviso, el motivo, su creciente preocupación por la ofensiva que en los últimos días se había intensificado, por parte de Gran Shimaron…  en un comunicado que les enviara su rey, declaraba que la única manera de que el reino demonio fuera salvado de la eliminación, era que su joven rey, aceptara unirse a él en matrimonio…

 

Waltorana estaba sumamente preocupado, en especial por que temía que aunque su sobrino se negara, como ellos incitarían a que hiciera, aquel rey atacara el castillo y cumpliera su amenaza… “¡Es mejor que lo haga por voluntad… o me veré en la necesidad de que lo haga por la fuerza!”…

 

Wolfram, por su parte, no sabía qué era lo que exactamente, debía hacer… no deseaba que por su culpa, su pueblo siguiera siendo víctima de ataques… y aunque la idea de unirse a aquel humano, le parecía muy desagradable… este había dicho que respetaría a los ciudadanos de Shin Makoku, si es que él accedía a sus deseos…

 

¡Creo que lo que se debe hacer… es que nuestro Maou se una a algún mazoku…! – comenzó a decir uno de los nobles… - ¡O se comprometa…!

 

¿Y qué ganaría yo con eso… mejor dicho… qué ganaría el pueblo? – habló el rubio sin pensar mucho… sus palabras inquietaron a sus hermanos, quienes pudieron notar que realmente Wolfram, estaba considerando aquella propuesta…

 

¡El pueblo de Shin Makoku, jamás aceptaría que su rey se uniera a un rey enemigo, sólo por salvarlos… ellos prefieren luchar, para seguir siendo libres… tú, debes saber eso mejor que nadie… cual es el orgullo mazoku! – aquellas palabras dejaron boquiabiertos a todos los presentes… el Gran Sabio había hablado fríamente… casi reprendiendo al rubio, mirándolo con tanta intensidad que el propio Wolfram se sintió un poco intimidado y avergonzado.

 

¡No tengo intensiones de entregarme a ningún rey extranjero… pero tampoco, voy a comprometerme con cualquier mazoku, simplemente para que dejen de pedir mi mano! – el tercer hijo de la ex Maou habló firme…

 

¡No sería con cualquier mazoku, Heika! – esta vez era Gunter quien tomaba la palabra… - ¡Hemos pensado que un compromiso que motivaría al pueblo de Shin Makoku, sería entre el Maou y el Gran Sabio!

 

El oji esmeralda se sorprendió por aquellas palabras, miró al peli negro para saber su opinión, la expresión de este era molesto… lo miraba fijamente a él, como esperando a escuchar cual era su respuesta…

 

El silencio, por parte del rubio… respondía cualquier duda que tuviera en la mente… por lo que simplemente, se decidió a hablar…

 

¡Creo que eso es muy apresurado… podría ser tomado como una muestra de debilidad por parte del Maou… por otra parte…! – dijo seriamente Murata - ¡Iré a la tierra por un tiempo… hay cosas que necesito arreglar… no será por mucho tiempo… partiré mañana… ya le informé de mis planes a Shinou!

 

¿Mura…ta! – Wolfram se quedo pálido... se levanto de su asiento sin apartar su mirada de la del otro joven… los nobles también estaban impresionados por aquellas palabras, pero decidieron guardar silencio… Gwendal fue quien dio el ejemplo, y se retiró, los demás hicieron lo mismo, dejando solos a los jóvenes - ¿Vas a dejarme…? – la vos del oji esmeralda sonó levemente…

 

¡Volveré…! – fue la simple respuesta del Gran Sabio… - ¡Pero necesito tiempo… y aclarar algunas cosas…!

 

¡¿No puedes aclararlas en el templo de Shinou?... ¿Por qué quieres ir a la tierra?! – el menor de los hijos de Chery-sama parecía hacer un gran esfuerzo por mantenerse sereno…

 

¡Necesito irme… pensar… decidir que haré… como seguiré viviendo esta vida! – Murata sabía que el rubio estaba asustado… pero él sabía que aunque él no este, el joven rey lo haría bien… él debía dejarlo, pues últimamente dudaba que sus consejos pudieran servirle… temía que se dejaría llevar por sus emociones, y lo arrastraría con él… pues casi se vio tentado a presionar para que el menor accediera a comprometerse con él…

 

¡Bien… si ese es su deseo Geika, no puedo hacer nada para cambiarlo…! – Wolfram simplemente se volteó… no deseaba verlo más, le dolía… no quería que se fuera… cuando sintió la puerta cerrarse, sus lágrimas ya no pudieron ser contenidas… tenía miedo… si Murata no volvía, qué iba a ser de él…

 

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Shinou le había dicho que pensara muy bien en lo que iba a hacer… pero él ya lo había decidido, iba a hablar con Yuuri, contarle la situación de Shin Makoku… y renunciar a toda posibilidad con Wolfram, cuando este volviese… y si se negaba a hacerlo… regresaría al reino demonio, y ocuparía su lugar a lado del rubio, como su amigo, consejero… y, con el apoyo de los nobles, como esposo… pero antes, le daría una oportunidad más a su amigo…  aunque eso le ocasionara más dolor que otra cosa…

 

Mientras tanto en Shin Makoku, las cosas no andaban nada bien… dos semanas habían pasado desde la partida de Murata, y la consecuencia mas impactante de su ausencia era que el ejercito de Gran Shimaron había hecho una jugada osada, en una ofensiva sin cuartel, avanzaron lo suficiente como para llegar a la capital…

 

El ejercito de cada uno de las tierras en las que se componía la nación demonio, mandaron a sus hombres a defender la capital del reino, el ejército de Bielefeld, Voltaire, Spitzberg, fueron los que defendieron con mayor ahínco el castillo Pacto de Sangre… los demás fueron enviados a proteger las fronteras… para alegría y alivio de muchos, Adalberto había llegado justo al momento en que un grupo de soldados, en un enfrentamiento disparejo contra Conrad y Gwendal que estaban teniendo dificultades para salir bien parados, llegó justo para prestarles su ayuda… al parecer, el heredero de la familia von Grantz, se enteró de la situación actual del reino, y decidió prestar su apoyo al mismo.

 

¡Gracias, Adalberto! – hablaba sinceramente el segundo hijo de la ex Maou, el castaño había llegado herido al castillo, su hermano menor, estaba a su lado justo en el momento en que despertó…

 

¡Gracias por tu ayuda…! – Wolfram también le agradecía al hombre que aún los miraba desde un rincón de la habitación…

 

¡Aún la tendrán… parece que Khalel es más osado aún que Belal… atacar la capital… ¿cómo fue que pasó esto?! – el poderoso hombre miraba serio a Gwendal al hacer esa pregunta…

 

¡Aprovechó nuestra distracción por la partida del Gran Sabio… es un descuido que estamos pagando caro, Adalberto! – era Gunter quien respondió de manera seria…

 

¿Cuándo vuelve su Santidad? – volvía a preguntar el rubio de piel morena…

 

¡No sabemos si volverá! – era Wolfram quien habló, sorprendiendo a los presentes - ¡Murata, al igual que Yuuri, pertenece a la Tierra… quizás él también se quede allí!

 

Von Grantz observó al joven rubio, se puso serio y luego observó a los nobles que también estaban ahí, además de Gwendal y Gunter… todos ellos parecían temer lo mismo que Wolfram, nadie fue capaz de poner en duda esa afirmación… ningún noble, sólo…

 

¡Heika… dudo que Geika lo deje a usted solo… él volverá, estoy seguro! – Yozak justo había ingresado a la habitación en ese momento… sus palabras llamaron la atención del más joven, quien simplemente pareció entristecerse…

 

¿Alguna novedad Gurrier? – fueron las palabras del Maou.

 

¡El rey de Gran Shimaron, le manda un mensaje… un enfrentamiento público entre usted y él… con espadas, si él vence accederá a sus demandas! – comunicó el peli rojo - ¡Si el que vence es usted, se irá!

 

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¡PERO TU ERES EL REY! – Murata replicaba airadamente a su compañero y amigo…

 

¡YA NO, ENTIENDELO… Tengo mi vida Murata… una novia, y una carrera…! – Yuuri se sentía mal por las palabras de su amigo, no se imaginaba que pudiera haber una guerra… pero… por mas que el amaba Shin Makoku, amaba también a su novia y a su vida en la tierra…

 

¡Llévatela al reino, si eso te hace feliz… pero ve y protege al pueblo que creyó en ti, como es tú obligación! – el peli negro de piel blanca apretaba con fuerza su puño… tanto él como el peli oscuro de piel morena, tenían casi la misma contextura física…

 

¡Eso no sería justo para Wolfram! – dijo con tono sentido Yuuri…

 

¡Si te importa entonces ve con él… te ha guardado fidelidad desde que te fuiste… pero si no vuelves… se comprometerá con alguien más! – el corazón del sabio se encogió… esas palabras le dolían más de lo que había esperado…

 

¡Eso será lo mejor… Wolfram puede tener a la mujer que desee…! – el menor de los Shibuya dijo al fin… aunque no pudo negar que se sintió feliz al saber que Wolfram aún pensaba en él… después de todo eran buenos amigos… - ¡Se que sabrás cuidarlo bien, sin importan con quien se case…!

 

¡Claro… lo que digas… mejor me voy, lo intente! – Murata se marchaba presuroso, había tardado más de lo que hubiera deseado, pero al parecer al principio Yuuri lo evitaba, por lo que pudo notar, su amigo no deseaba que sucediera lo que sucedió… la discusión fue muy fuerte, pero ya había terminado… ya no sentiría culpa… “¡Bien Yuuri… pero Wolfram no se comprometerá con una mujer, sino conmigo!”… 

 

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Wólfram debió imaginar que algo como eso iba  a pasar… sin embargo, ya había dado su palabra, y no pensaba darse por vencido… para que las cosas sean más parejas, según el rey, los mazokus no podían usar sus majutsus, y menos que menos lo podía hacer el rubio… para evitar el enfrentamiento, Waltorana había anunciado que su sobrino ya estaba comprometido, Khalel exigió saber quien era el prometido, Adalberto estuvo a punto de decir que era con él… pero guardó silencio luego de la intervención del rubio menor, que dijo que sí iba a enfrentarse a él…

 

¡Debiste dejar que hable! – decía molesto Adalberto, mientras acompañaba a Wolfram hacia el lugar del enfrentamiento…

 

¡De haber dicho eso, hubiera tenido que casarse conmigo… y dudo que ese sea su deseo! – murmuró el menor caminando lentamente - ¡No se puede decir ante el pueblo de Shin Makoku una noticia así, sin tener la intensión de cumplirlo…! - el mayor sostuvo al mas joven del brazo… lo miró fijamente, si el poderoso demonio había regresado para ayudar era justamente para cuidar del amado alumno de su querida Susana Julia, ella realmente sentía mucho cariño hacia el joven príncipe… y él, protegería todo aquello que ella amaba…

 

¿Pero quien dice que no tengo la intensión de cumplirlo?

 

¡Mejor cállese, Adalberto! – Wolfram no pudo evitar que sus mejillas se pintaran levemente de rosado - ¡Puedo cuidarme sólo, además soy muy bueno con la espada… no perderé!

 

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La zona escogida para la batalla, había sido el campo de beisbol, parecía todo normal hasta el momento en que comenzaron con el enfrentamiento… sus espadas chocaban entre ellas una y otra vez… ellos ya se habían enfrentado tiempo atrás… Wolfram sabía que no era alguien fácil de vencer, Khalel era muy diestro con la espada, además era fuerte, parecida mayor que el ex príncipe, a simple vista, aparentaba tener la edad de Conrad, tenía el cabello castaño, largo, atado en una cola… sus ojos eran de un azul intenso, de piel morena… podría decirse que de no ser su enemigo, incluso el rubio, admitiría que era atractivo.

 

¡Mi hermoso príncipe! – habló el rey de Gran Shimaron - ¡Por qué mejor no se rinde, y me acepta… estoy seguro que seré capaz de complacerle!

 

¡Cállate, Idiota!…  - el 28º Maou lanzaba una nueva ofensiva, que el mayor evitaba con destreza…

 

¡Tu gente salvará la vida, y tu reino será respetado como una provincia más de mi país! – seguía diciendo el hombre…

 

¡Prefiero la muerte… y mi gente también… a bajar la cabeza ante ti! – hablaba el rubio  mas joven, mientras se defendía del contraataque de Khalel…

 

¡Oh… pero si bajarás la cabeza… y abrirás las piernas! – esta vez el ataque era más fuerte, una extraña sensación comenzó a reinar en el lugar… Wolfram conocía esa sensación, miró con rabia a su enemigo, quien reía soberbio… - ¿Te sientes débil, mi hermoso?

 

¡Tramposo!... ¡No tienes palabra! – lentamente el oji esmeralda fue retrocediendo, notó entonces que los hombres de Khalel habían colocado las piedras houjutsu en lugares estratégicos… eso los dejaba a ellos a merced de los invasores…

 

¡Ahora dime… ¿deseas una masacre, o accederás a mis deseos?!

 

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Obviamente Wolfram respondió lo que se esperaba de él como Maou… y su pueblo mostró enérgicamente su apoyo, siguió luchando hasta que su espada salió disparada de su mano… las fuerzas lo estaban abandonando por completo, pudo notar a su hermano mayor en su misma posición… Adalberto era el único que parecía seguir con fuerzas, por orden suya, Conrad había llevado a un lugar seguro a los niños, los adultos optaron por luchar… pero por fin parecía que las piedras estaban consiguiendo su objetivo… cuando el rey de Shin Makoku cayó en manos del rey extranjero, la batalla cesó…

 

¡Es humillante! – susurró Khalel al momento de colocarse sobre el cuerpo aprisionado del rubio… tenía la intensión de someterlo frente a su pueblo, para demostrar a todos la nueva posición que ocuparían de ahora en más… él tomaría y domaría el orgullo de su rey, y su pueblo aprendería a bajar la cabeza ante su nuevo señor… - ¿Dónde está su salvador ahora… donde esta su sabio?… ¡parece que hasta Shinou se ha olvidado de su pueblo! – se burlaba el castaño - ¡Y eso que aseguran que tú eres su descendiente, mi hermoso!

 

¡Suéltame… maldito… el orgullo mazoku no caerá conmigo! – aún con sus fuerzas mermadas, el rubio seguía resistiéndose, pero se sentía perdido, no podía invocar a su maryoku y aquel hombre parecía estar hablando muy seriamente con respecto a sus intensiones… “¡No puedo… soy una vergüenza… Yuuri… ¿por qué?... Murata ayúdame!”… - ¡Ahhh!

 

Khalel le había mordido el hombro, cuando se separó un poco más de él, sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo del menor, mientras sus labios recorrían su cuello, Wolfram cerraba fuertemente sus ojos, no deseaba ser consiente de lo que estaba a punto de suceder, no quería ver a su hermano, deseaba morir… “¡Shinou dame fuerzas!”…

 

Algunos de los soldados buscaban desesperadamente maneras para poder ayudar a su rey, habían enviado a algunos al templo de Shinou, rogaban por un milagro, cuando intentaban apartar la mirada de las escena que se suscitaba frente a ellos, el orgulloso heredero de los von Bielefeld sometido por aquel sucio rey… Waltorana y Gwendal estaban fuertemente sujetos, atados con cuerdas que poseían la esencia de las piedras en ellas, ambos eran obligados a presenciar aquellos hechos, se podía leer a la perfección la impotencia en los ojos de ambos hombres, al ver como el rey de Gran Shimaron desgarraba lentamente las prendas de una persona tan amada por ellos…

 

¡Gemirás para mí, y tu pueblo… Maou! – dijo burlón el castaño cuando asaltó los labios del rubio… - ¡Dime, hermoso… ¿Dónde está el que decían era tu prometido?... ¡¿Le importas tan poco, como al anterior?!

 

¡APARTA TUS SUCIAS MANOS DE …L!

 

 

Notas finales: Ah.. cierto, gracias por sus reviews...

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