Todo comenzó cuando por error vi como mi hermano mayor tenía relaciones sexuales con su novia, en ese entonces me di cuenta de que mi mirada no se centró en la chica que gemía por todo el placer que le era proporcionado. Toda mi atención la dirigí hacia mi hermano, su rostro lleno de éxtasis, su escultural y atlético cuerpo. Me quede viendo como le hacia el amor a esa chica que odiaba desde ese preciso momento. La odiaba, no quería que ella fuese la afortunada, no quería que mi hermano la amara tan apasionadamente, todo eso lo quería para mí. Fue así como en ese momento entendí, no sólo era gay, también, estaba enamorado de mi hermano.
Mi hermano, me lleva dos años en edad, vamos al mismo instituto en el cual él es muy popular, mientras que yo sólo soy conocido por ser el hermano menor de capitán del equipo de futbol, eso no me molesta ya he aprendido a convivir con ello. Pero la verdad me duele que mi hermano no me dirija la palabra mientras estamos en el instituto, siento que se avergüenza de mi porque no sobresalgo en nada por mi propia cuenta, soy malo en deportes y en las clases llevo las notas promedio, eso me pone muy mal, porque lo único que quiero es que el me acepte y me quiera tal y como soy, soy su hermanito, con eso me conformo aun cuando mi cuerpo y mi corazón piden más.
Esa tarde al salir de clase me pasé por el campo de futbol, el equipo practicaba más de lo normal porque un campeonato importante ya estaba a la vuelta de la esquina, mis hermano era muy severo cuando se trataba del futbol, aun así era un capitán muy respetado. Me senté en las bancas cerca del campo, no quise acercarme más pues no quería causarle ninguna molestia. A pesar de la distancia, aun podía escuchar su voz dando ordenes a los demás integrantes del equipo, su voz era fuerte y muy varonil, me gustaba mucho cuando gritaba y obtenía ese distinguido tono autoritario, todo en el me parecía perfecto, todo en el me gustaba cada día más, no podía frenar mis sentimientos, sabía que tenía que hacerlo pero simplemente no podía, me odiaba por eso, sabía que si me hermano se daba cuenta de la forma en que realmente lo veía me consideraría sucio, inmoral, pervertido y enfermo.
El partido de práctica se desarrollaba sin interrupciones, de pronto una chica se acercó y se sentó a mi lado, tomó mi mano y besó mi mejilla, -cuñadito - dijo la vos aguda y chillona, la chica de mi hermano. Salude de la misma manera por costumbre porque la verdad era que no la soportaba, no soportaba el hecho de estar junto a esa persona que recibía todo el amor de mi hermano, porque a mi me trataba indiferentemente pero a ella la trataba como si fuera una princesa. La chica comenzó a hablar de mi hermano, de lo atractivo que era haciendo énfasis en el hecho de que comparado con él y su apariencia divina yo sólo era un simple mortal, para lo que me importaba. Miré mi reloj, la práctica se acabaría en cualquier momento, no quería causarle ningún malestar a mi hermano, así que me fui.
En casa no había nadie, mamá siempre trabajaba hasta tarde así que ambos aprendimos desde muy pequeños a cuidarnos solos. Subí a mi habitación para cambiarme de ropa, tocaba lavado pero tenía que esperar a mi hermano para lavar su ropa también. Baje de nuevo, me dirigí a la cocina tendría preparada la cena para el momento que él legara, incluso le había preparado un menú especial, era un deportista después de todo, no podía comer cualquier cosa, solo aquellas que en realidad beneficiarían su cuerpo.
La puerta principal se abrió, muy emocionado fui a recibir a mi hermano para mi desilusión el no venía sólo. Mi hermano y su novia entraron a la casa ignorándome por completo, se dirigieron hacía la cocina, mi hermano hizo mala cara al ver lo que yo le había preparado, y su novia se ofreció a cocinarle otra cosa. Vi la escena desde la puerta de la cocina y sentí mucho dolor en mi pecho, era cierto que no sobresalía en nada y que no tuviera ningún talento, pero en todas las cosas que hacía para mi hermano me esforzaba, nada le costaba agradecerme aunque fuera de mentira.
Tiré la puerta con fuerza, corrí hasta mi habitación por mi sudadera y luego salí de la casa, me dolió mucho lo que hicieron con lo que había preparado, también, que mi hermano llevara a su novia a la casa sólo significaba una cosa. ¿Cómo demonios tenia energía para tener sexo después de haber estado jugando futbol prácticamente toda la tarde?
Vi mi reloj, faltaba menos de un cuarto para la media noche, para esa hora esa chica ya tenía que haberse ido, pues mamá siempre llegaba a las once de la noche a casa. Me levante, toda la noche me la había pasado en el jardín de una lujosa casa cerca de dónde yo vivía, parecía más un parque que un jardín, y a nadie parecía molestarle que yo me fuera a comer el tiempo ahí.
A lo lejos distinguí una silueta.
-Tarado, mamá está preocupado. Me regaño mi hermano tomándome de la camisa para que lo siguiera
-Suéltame - lo dije muy molesto -
-¿Qué te he dicho acerca de irte de la casa sin permiso?, soy tu hermano mayor y tienes que obedecerme
-¡Cállate!, actúas como mi hermano mayor sólo cuando te conviene, y tú no eres nadie para darme ordenes, no soporto quedarme en casa cuando la llevas, no soporto escuchar cuando los dos tienen sexo, ¿cómo crees que me voy a quedar en casa mientras te la coges?, estúpido, idiota, desconsiderado- lo insulté tratando de descargar todas mis frustraciones - también... odio la forma que me ignoras en el colegio... ¿te avergüenzo verdad?... - lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos - no soy atlético, ni atractivo como tú... pero aun así y aunque no te guste soy tu hermanito... te amo, te amo hermano, todo lo que hago, aunque lo haga mal, lo hago para conseguir tu aprobación, si no te gusta lo que cocino sólo dímelo, si hay algo en mi que no te guste, dímelo... -Mi hermano no dijo nada, me soltó y se dirigió a casa sin importarle si me llevaba con él o no.
Mamá me regañó, me dijo que no lo volviera a hacer porque se preocupaba demasiado, le prometí que no lo haría, mi hermano se quedó cerca, tal vez pensó que le diría a mamá la razón por la que me había ido, claro que no lo dije. Me dirigí directamente al baño y me metí bajo de ducha, lloré, y lloré, el agua corría y se llevaba mis lagrimas consigo, mi hermano me odiaba y lo peor es que yo no sabía porque.
Me metí a la cama, los ojos me dolían mucho de tanto llorar y eso que mis lágrimas aun no se habían detenido. Abracé el conejito de peluche que mi madre y mi hermano me habían regalado el día de la amistad, lo bese, lo abracé, era un conejito muy especial para mí, tenía la esencia de mi hermano en él, mi hermano, según me había dicho mamá, lo había escogido para mí. La puerta de mi habitación se abrió, y en lo que trataba de averiguar quién era, la lamparita sobre la mesita de noche se encendió, mi hermano la había encendido y ahora se estaba metiendo bajo las sabanas, acostándose a mi lado. Abracé mi conejito con más fuerza, cerré los ojos para hacerle creer que dormía.
-No te hagas el dormido - susurró en mi oído, haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo - vamos abre los ojos
-Mmm.... ¿qué quieres? - pregunté fingiendo estar molesto
-¿Has estado llorando? - me preguntó acariciando mi rostro - lo siento
-No he estado llorando - negué llevando el conejito hasta mi rostro para cubrirlo para que él no me mirara - ha sido un sucio nada más
-Lo siento - se disculpó nuevamente para luego quitarme el peluche - mírame...
-Te estoy viendo
-Lo siento - dijo nuevamente juntando su rostro con el mío - lo siento, lo siento, lo siento
-Ya basta, te perdono, - yo estaba muy avergonzado y sonrojado, no quería que mi hermano me viera así porque entonces descubriría lo que yo estaba pensando - te perdono, ya vete a tu cama y déjame dormir
-Durmamos juntos - propuso abrazándome fuertemente - como cuando estábamos pequeños
-De a cuerdo - acepte devolviéndole el abrazo - te amo...
-Y yo a ti hermanito
-Te amo - repetí
-Ya entendí
-Te amo, te amo, te amo, te amo... sin ti me muero hermano.... - me dejé llevar por el momento, deje que mi corazón hablara por mi - te amo, quedémonos así para siempre, te amo, te amo
-... - mi hermano se inmutó por completo, deshizo su apretado abrazo, se sentó sobre la cama y me quedó viendo incrédulamente, me llamó por mi nombre - ¿lo dices de otra manera verdad?
-Si - no pude esconder la verdad - te amo de otra manera - Mi hermano se levantó de la cama y yo me abalance sobre él para detenerlo - no te vayas, no me odies... lo siento, siento tanto tener estos sentimientos
-¡Suéltame! - gritó golpeándome y tirándome al suelo - somos hermanos
-Lo sé - dije levantándome - lo siento, pero te amo, estoy enamorado de ti hermano
-Eres asqueroso, ¿cómo puedes sentir eso? - me golpeó nuevamente, tan fuerte que el mismo perdió el equilibrio cayendo a mi lado, hiriendo su cabeza, la cual comenzó a sangrar, me espanté al ver la sangre y rápidamente me acerque a él para ver cómo estaba - no me toques
-Estás sangrando - le dije mirando a todos lados en busca de algo que mi sirviera para limpiar la sangre que se deslizaba por su mejilla derecha - déjame limpiar la herida - suplique y como o tenía nada con que hacerlo comencé a lamer la sangre sobre su mejilla tal como un cachorrito lo haría
-¿Qué haces? - preguntó mi hermano pero no me detuvo
-Limpió tu sangre, esa sangre que corre por tus venas y por las mías -
-Por eso... hermanito... tenemos la misma sangre... simplemente no puede ser y tu lo sabes - cuando dijo eso supe que seníamos lo mismo
-No me importa, aunque me queme en el mismísimo infierno, jamás negaré mis sentimientos... te amo
Mi hermano capturo mi boca con la suya, me besó apasionadamente como nunca antes nadie lo había hecho, era mi primer beso, era mi primera vez, todo me parecía maravilloso, ni siquiera podía creerlo.
-¿Puedo? - me preguntó mientras me desvestía
-Claro que si... tonto
Me desvistió cariñosamente, besándome cada vez que una prenda abandonaba mi cuerpo hasta quedar totalmente desnudo. Le dije que también quería verlo desnudo, me obedeció y se desvistió, dejando que la poca luz que había en la habitación bañara su escultural cuerpo, sus brazos, su pecho, su abdomen, si vientre y por debajo de él, su excitación y sus hermosas piernas, me puse de rodillas ya que el se encontraba de pie y me ti su miembro en mi boca, le tenia tanta envidia a su novia que las ganas me pudieron. Lo lamí, lo bese, lo chupe, deguste su enorme excitación con mi boca, mis labios y mi lengua, y a pesar de que lo que estaba haciendo era considerado como indebido, prohibido e inmoral, me sentía en el cielo.
Mi hermano me detuvo, se puso de rodillas el también y me beso, sentía como su lengua se abría camina dentro de mi boca, explorándola, saboreándola, llegando a esos lugares que creía no eran posibles. Nuestras respiraciones entre cortadas, jadeábamos por tanta excitación mientras intercambiábamos los fluidos que emanaban sin control de nuestras bocas, mi hermano sabía delicioso.
Luego, centró su atención en mi cuello, mordiéndolo y succionándolo, dejando con sus labios, muchas marcas sobre mi cuerpo, parecía que trataba de marcar su territorio. Sentí después, como acariciaba mis pezones tanto con sus manos como con su lengua y sus labios, se sentí exquisito.
-Sabes delicioso hermanito - dijo mi hermano entre jadeos
-Tú también - le dije -no te arrepentirás ¿verdad?, hermano, por favor dime que jamás te arrepentirás por esto que estamos haciendo
-Nunca, nunca, nunca... te amo, te quiero sólo para mí, discúlpame por haberme comportado como un idiota, pero tenía tanto miedo de mis sentimientos...
Nos besamos otra vez, esta vez las manos de mi hermano comenzaron a recorrer mi cuerpo. Sus manos acariciaban mis glúteos y luego el pequeño orificio que estos escondían, gemí por el placer y el dolor que combinaban perfectamente, comencé a mover mis caderas deseando más, mi hermano pareció entender, porque tomo su miembro y lentamente comenzó a introducirlo dentro de mi, no podía hacer más nada que gemir de placer, porque aunque me dolía me gustaba, porque eso era lo que quería, tener a mi hermano dentro de mi, ser uno con él.
Mi hermano me embestía, al inició lo hizo lenta y delicadamente, pero la carne manda, y el quería sentir más placer por lo que sus embestidas se tornaron mas constantes y agresivas y eso me gustaba.
-Me corro hermanito...aah...ahhh... me corro dentro de ti
-Lléname...aaaaah...aaah...aaaahhh... me gusta, me gusta....más....
Decíamos una vulgaridad después de otra y eso parecía excitarnos aun más. Mi hermano me abrazó fuertemente y juntos alcanzamos el clímax.
Estábamos felices, y tan inmersos y concentrados en lo que hacíamos que no nos percatamos de la persona que estaba en la puerta, con una cara llena de asombro, combinado con asco y furia, nuestra madre nos había visto, jadeábamos y gemíamos tan fuerte que eso seguro llamó su atención. Corrió hasta nosotros y nos separó, nos gritó, nos golpeo y nos maldijo.
Después de esa que fue nuestra primera vez fuimos separados, mi hermano se quedó con mamá pues poco le faltaba para graduarse, en cambio yo fui mandado donde mis abuelos, ambos no sabían que era lo que había pasado, mamá sólo les había dicho que cuidaran de mi porque ella no podía.
Teníamos estrictamente prohibido ponernos en contacto... unos meses después supe que mi hermano se había quitado la vida. Dejando atrás únicamente una carta.
Hermanito.
No puedo seguir así, no puedo vivir alejado de ti, está vida no tiene sentido. Te amo tanto, quiero verte, quiero besarte y hacerte el amor como esa única vez lo hicimos. He intentado salir adelante, pero no he podido...perdóname por ser tan cobarde pero ya no puedo más.
Te veo en el otro lado.
Te amo...
Luego de leer la carta supe a lo que se refería, yo sentía lo mismo... esa noche me encerré en la oscuridad de mi habitación, nunca más volví a ver la luz.
FIN